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ESSN) GAGLIARDO CONTRATOS see EN PARTICULAR 1 ero a GX esc foro} COMPRAVENTA / BOLETO DE COMPRAVENTA DE INMUEBLES | PERMUTA suminisTeo / LocaciOn / LEASING / oBRA / SERVICIOS ‘TRANSPORTE / TRANSPORTE DE COSAS / MANDATO / CONSIGNACION —_— Maria Vaventina AICEGA :: FLorencia MICONI :: Maarin L. RUSSO Paavo D. SANABRIA :: Eneioue G. STILE * CoLasorapores * ZAVALIA Gagliardo, Mariano Contratos en particular / Mariano Gagliardo; contribuciones de Maria Valentina Aicega [eal]; coordinacién general de Fernando Carregal ; Mariano Gagliardo (h)lirigido por Mariano GGagliardo.- 1a ed. Ciudad Auténoma de Buenos Aires Zavala, 2017 ‘tomo 1, 578 p.523 x 16em, ISBN 978-950-572-934-0 1, Derecho Comercial I. Aicega, Marfa Valentina, cola, 1. Carregal, Fernando, coord. Il Gagliardo(h), Mariano, coord IV, Gagliardo, Mariano, dir V. Titulo, CDD 346.07 © Copyright 2017, by Victor Pde Zavalia S.A, Albert 835, 1223 Buenos Aires Diseito de tapa: Guadalupe de Zavalia ISBN: 978-950-572-933-3 (obra completa) ISBN: 978.950-572-934.0 (vol. 1) Impreso en fa Argentina Queda hecho el depésito que indica la ley 11.723 ‘Tenemos el agrado de presentar esta obra elaborada por prestigiosos juris- tas, con la direccién del Dr. Mariano Gagliardo y vinculada al Titulo 2, Con- tratos en general, del Codigo Civil y Comercial dela Nacién, No se trata de un cédigo comentado y la aclaracién no implica considerar a esta categoria de trabajo una obra menor; simplemente es distinta y por lo tanto es menester subrayarlo, Tienen los cédigos como las personas, periodos de infancia, ju ventud y madurez; nuestro Cédigo se encuentra dando sus primeros pasos, pero no se trata de una gestacién ex nihilo ya que si bien incluye instituciones originales, todas fueron ya objeto de consideracién por la doctrina y jurispru- dencia. Aspiramos con esta obra a enriquecer la primera y colaborar con la segunda, contribuyendo a un debate que debe estar presidido en primer lugar por la razén y no por la vanidad © la iniitil erudicién, Como decia Montes- quieu en El espiritu de las leyes: La Ley en general es la razén humana, en tanto que ella gobierna todos los pueblos de la tierra; y las lees politcasy civles de cada Nacién deben ser los casos particulares donde se aplique esta razén humana, Es genuina expectativa de la comunidad juridica en particular y de la so- ciedad en su conjunto que la aplicacién del nuevo ordenamiento en los tiem- os por venir haga honor a este principio enunciado por el célebre jurista y fildsofo francés. Compraventa 1 Enrique G. stile y Martin L. Russo ‘Sumario: Planteo del tema, I. Antecedentes. I. Caracteres. IV: Distneién con otros contratos. V. Elementos. VI, Elementos esenciales. VI. Obligaciones de las ‘partes. VII. Compraventa de cosas muebles. IX. Distintas modalidades de a com ipraventa, X. Los patos expecales en el contato de compraventa. XI Bibliografia, |. Plante del tema La necesidad de las personas de intercambiar bienes y servicios se encuen- tra presente desde que se conformé la civilizacién organizada. En cuanto los hombres se establecieron en colectividades de alguna extensi6n, se les plante6 el problema de acceder a las cosas necesarias para su subsistencia mediante el intercambio de lo que les sobraba por aquello que les faltaba. B] trueque re- presenta asi la forma més antigua, natural y espontinea de atender a dicha necesidad,' aunque la evolucién de la organizacién social fue dando lugar al nacimiento de diversos y mas sofisticados institutos. Hoy dia, cuando las partes desean respectivamente transferir y recibir el dominio sobre una cosa y dicha transferencia se realiza a su ver.a cambio de ‘una prestacién; pero no cualquier prestacién sino especificamente, una suma de dinero, entonces nos encontramos ante el contrato de compraventa, Debemos por fuerza concluir que la caracterizacién de la compraventa como instituto juridico diferenciado de otras formas de intercambio, supone la preexistencia de la nocién de dinero entendida como bien que sirve como medio general de cambi ' Fontanarrosa, Rodolfo 0., Derecho Comercial Argentina, Parte General 44 ed, Zavalia, Bue- nos Altes, 1991, p. 14 * Olivera, julio H.G., "El dinero y las categorias monetarias Revista de Derecho Privado y Co ‘munitario,Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, t. 200 1O=ovqueG.stley art Russ Cabe sefalar que el contrato de compraventa no trasmite la propiedad de la cosa por si mismo, sino que para ello, ademas del contrato en el que las partes expresan la voluntad de hacer, se requiere ~conforme con el articulo 750 del Cédigo Civil y Comercial de la Nacién (CCyC)- de la tradicién 0 entrega material de la cosa. Cuando el articulo 1123 CCyC define el contrato de compraventa diciendo bay compraventa si una de las partes se obliga a transferirla propiedad de tuna cosa y la otra a pagar un precio en dinero, la expresi6n “se obliga a transferir” no es casual sino intencionada y precisa: en el contrato que estudiamos, las partes acuerdan especificamente la obliga. cin de transferir. De manera que hasta aqui no hay sino s6lo una promesas ‘un compromiso de ejecutar aquellos actos que materializarin el traspaso del dominio sobre la cosa objeto del contrato, de la parte vendedora hacia la parte compradora. En efecto, la transferencia de la propiedad recién se llevaré a cabo con la tradici6n de la cosa. Y en el caso de inmuebles, adem, con la inscripcidn en el Registro de la Propiedad Inmueble. No por ello ha de entenderse que el contrato esta incompleto porque no ha operado con su sola celebracidn el traspaso de la propiedad. Todo lo contra- rio; el contrato ha quedado integrado con el acuerdo de voluntades por el que plasmaron el entendimiento, conforme con el cual una de las partes se com- prometié a entregar nna cosa y la otra a pagar por ella. Una ver que el vende- dor hace tradicién dela cosa, el comprador ya habré adquirido el derecho real de propiedad sobre ella y podra ejercer todos los derechos reales consecuen- tescon el caracter de propietario de la cosa Es importante destacar que el hecho de que la transferencia de la propiedad no quede perfeccionada hasta que no se concrete la tradicién, confirma el caricter consensual del contrato que ~como dijimos~ estar concluido con el acuerdo de voluntades, La entrega de a cosa no hace al perfeccionamiento del contrato -tal como ocurria con la derogada categoria de contratos reales~ sino al cumplimiento de una de las obligaciones tipicas derivadas de este ins- tituto y que encuentra su contrapartida en la obligacién de pago del precio. En ese sentido, el articulo 1141 del Cédigo de Vélez establecia que los contratos reales, para producir sus efectos propios, quedaban concluidos desde que una Comproventa::11 de las partes hubiera hecho a la otra tradici6n de la cosa sobre la que versare el contrato. Sin embargo, tanto en el régimen anterior? como en el actual, queda claro que el contrato se concluye con la asuncidn de las obligaciones, que corresponden a las partes (transferir la cosa, al vendedor y recibir y pagar el precio, al comprador) no siendo necesario que la tradicién se haga efectiva para que el contrato quede perfeccionado, Eliminada en el Cédigo Civil y ‘Comercial la categoria de contratos reales, no queda ahora margen para espe- culaciones acerca de la suficiencia del acuerdo de voluntades para la existen- cia de la compraventa. El articulo 1123 CCyC define la compraventa agregando el articulo si- guiente que: {ul las normas deeste Capitulo se aplicansupletoriamentea los contratos por los cuales una parte se obliga a: a) transferr ala otra derechos reales de condominio, propiedad horizontal, superficie, usufructo 0 uso, 0 a const tuir los derechos reales de condominio, superficie, usufructo, uso, habita cidn, conjuntos inmobiliarios servidumbre, ydicha parte, a pagar un pre cio en dinero; b) transfert la ttularidad de ttulos valores por un precio en dinero. Respecto de estas relaciones juridicas cabe la misma aclaracién, es decir: en los acuerdos de voluntades por los cuales se compromete Ia transferencia de tales derechos, el contrato inicial no la opera per se. Sélo implica un com- promiso de Uausferitlos de acuereio al modo previsto por la ley (tradicién osesoria), Conlo expuesto hasta aqui ya vislumbramos la existencia de dos elementos esenciales en el contrato: la cosa y el precio. La parte que paga el precio se llama comprador y la que debe entregar la cosa se llama vendedor. Hemos dicho que conforme al concepto que consagra el articulo 750 CCyC. cl comprador se hace propietario de la cosa recién cuando la recibe de manos, del vendedor, por efecto de la tradicién. En el antiguo Derecho Romano el acuerdo de voluntades era por si mismo traslativo de la propiedad. La institu- in se modificé con el tiempo y el vendedor sélo se comprometia a procurar » Articulo 1323 del Cdigo de Valen. 2 nique Sty Matin Riso que el comprador arribara a la posesién de la cosa; pero para que se produjera la transferencia de la propiedad se requeria la intervencién de alguno de los modos que el derecho habia establecido (mancipatio, in jure cesio 0 traditio).* La compraventa es asi declarativa de dominio, pero no traslativa. En cam- io, en el Derecho francés, en el italiano y en el common law inglés (para muebles) ha habido una evolucién y el acuerdo de voluntades es de por si vilido para la transferencia de la propiedad. Sin embargo, este sistema no por moderno resulta el mas conveniente ni el que mejor atiende a la seguridad juridica, si se repara que el mero acuerdo de voluntades como traslaticio de la propiedad, resulta insuficiente para la garantia de las partes y de terceros. En efecto, el aumento en el trifico comercial, el incremento del intercambio de bienes, el valor importante de ciertos bienes muebles (joyas, metales precio- 508, cuadros, etc.) el desarrollo notable del comercio en sus diversas formas, llegando hoy dia al consentimiento por internet, hace pensar que el sistema del Derecho Romano mantiene aiin su vigencia, ya que la exteriorizacién del acuerdo opera como medio de publicidad para que los terceros no vean afec- tados sus intereses y las partes tengan una oportunidad més para evaluar el alcance de su compromiso, En el caso de los inmuebles, ademas de la tradicién, debe instrumentarse el acto por escritura ante un escribano piblico y luego cumplimentarse la ins- cripcién en el Registro de la Propiedad Inmueble.’ Y con respecto a automé- viles y embarcaciones debe también llevarse a cabo la inscripcién en los regi tros respectivos, para que la transferencia sea oponible a terceros. U.Amecedenes Desde el principio de los tiempos el hombre ha tenido necesidad de ser- vitse de las cosas para su subsistencia: vestimenta, alimentacién, animales de cia y de labor, instrumentos de labranza, materiales para su vivienda, ele- mentos para su defensa y proteccidn, etcétera. « Salvat, Raymundo M., Acuia Anzorena, Arturo, Tratado de Derecho Civil Argentina, Fuentes de as Obligaciones,t 1, Tipogrtica Eaitora Argentina, Buenos Aiees, 1954, p. 254 Articulo 2505 del Ciao de Velez v aticulo 1893 del Cédivo Civil v Comercial Compraventa= 13 En los primeros tiempos el intercambio se hacia en forma manual me- diante el trueque -lo que hoy seria un contrato permuta- en la cual los indi- ‘viduos intercambiaban lo que tenian por lo que necesitaban, Con la evolu- cin, nuevas fueron las necesidades del hombre y también novedosas las formas que encontré para alcanzar lo que deseaba o necesitaba, Es que a poco de andar, el sistema resulté insuficiente para las necesidades que iba deman- dando un orden social cada vex més desarrollado y complejo. No era fécil conseguir cosas de valores equivalentes para intercambiar y tampoco resul- taba sencillo acordar condiciones en la operacién, en la entrega, financiacién, ‘etc. En primer lugar, se hizo necesario buscar la forma de faclitar el intercam- bio mediante un patrén comin. Es por ello que el origen de Ia compraventa no ha de buscarse necesaria~ mente en el Derecho Romano, fuente por excelencia del Derecho Civil, ya que la operacién vino desatrollindose desde mucho antes, favorecida en aquellas civilizaciones cuya evolucién alcanzé la creacién de aquel patrén comin, transable por bienes o servicios personales. Asi, fue conocida en el antiguo Egipto, entre 2700 y 2400 afios antes de Cris- to. Segin la Biblia, también en Babilonia.’ En Roma se usé la sal como medio de pago (de ahi el término “salario") y conforme a la Tabla VI, la compraventa debia complementarse con otros actos juridicos para que se perfeccionara la transmisién de la propiedad: la mancipatio, que requeria la intervencién del libripens, funcionario encargado de pesar el metal que se entregaba como pre- cio y la in iure cessio, en Ta que la tradicién se hacia en presencia del pretor. En la India se utilizé como medio de page la pimienta y finalmente fueron aplicados los metales preciosos para la intermediacién de bienes. Luego el Estado dio un valor a estos metales y llegé asi la moneda, con una doble fun cién: de numerario para expresar el valor de los otros bienes, suministrando un término de comparacién en una economia determinada, y de dinero, al servir como medio general de cambio para obtener la propiedad de una cosa Alonso y Royano, Félis, “El derecho en el Egipto faradnic’ revista Espacio, Tiempo y Forma, 111, Sere I, Historia Antigua, Universidad de Educacion a Distancia, Madrid, 1998, p. 25. El autor alude a la estela de Gizeh como el germen quizas mis antiguo del contrato de compra: venta inmobiliaria, en la que el precio fue abonado tomando como unidad de medida al chat > Antiguo Testamento, Libro de Esdras “[...]con este dinero compratés novillos, carneros, corderos, como asi también lo necesaro para las oblaciones ylibaciones ... Ms EmiqueG tle y Martin. Rs En otras palabras, el hombre se animé a buscar nuevas formas y condiciones para facilitar las operaciones y dotar de certeza, agilidad y velocidad a los ne- gocios. ¥ una vez que conté con la moneda, el intercambio se hizo mis fluido, apareciendo la compraventa con las caracteristicas que la conocemos hoy. Hemos dicho que desde siempre existié el intercambio. Y aunque en la antigtiedad éste era basico y rudimentario, con el devenir de los tiempos se hizo necesario buscar mecanismos que lo facilitasen. En las Instituciones del emperador Justiniano se profundizé el cardcter consensual de Ia venta y luego se tutelaron las obligaciones emergentes del contrato mediante el reconocimiento de acciones especificas, dando valor al acuerdo de voluntades entre las partes, prescindiendo de solemnidades y aceptando que la voluntad sea reconocida aun entre ausentes. La operatoria continué incorporando y valiéndose de nuevos instrumen- tos para adaptarse a las necesidades que el desarrollo del trifico iba creando, Esas{ que cuando una persona estaba interesada en una cosa; pero no contaba con el dinero suficiente para comprarla, el vendedor retenia el objeto de la contratacién hasta que el comprador le pagara una determinada cantidad de lo pactado. Luego, esta modalidad se flexibilizé, admitiéndose por el vende- dor que el comprador le entregara alguna cosa en resguardo 0 seguridad del cumplimiento de la obligacién de pagar el precio, ‘También, se admiti6 que el vendedor entregara la cosa al comprador, otor- sgindole un plazo para pagar y aparecié de ese modo el crédito. Mediante este recurso el comprador podia adquirir cosas sin contar con dinero; pero dando ‘garantias personales o reales dle que iba a cumplir con el pago. Desde entonces, hubo una gran evolucién en el trifico mediante la crea- ciGn de variados institutos, no necesariamente pensados para la compraventa; pero que favorecieron su desarrollo y difusién masiva en el campo de las rela- clones de consumo. Asi la aparicién del cheque permitié al comprador reem- plazar el pago en dinero por la entrega de un instrument que hacia las veces del mismo.* En rigor, se trata de la entrega de una orden de pago librada * Sibien el origen del cheque tal como hoy es conocido seencuenta en Inglaterra en el siglo XVI algunos autores hallan antecedentes de instrumentos con similares caracterstcss en las letras de enja holandesas del siglo XVI y en los Contand! dt Banco de Genova y Napoles. Aun, hay ‘Quienes consideran ls exstencia de formas embrionaria del cheque en Fenicia, Grecia y la antigua Roma, ore 15 contra un tercero (banco) y que funciona pro solvendo, esto es, con efecto cancelatorio en la medida que el pago por el tercero se hiciera efectivo. Luego, a compraventa a plazos, con condiciones suspensivas y resolutorias, y el pago con tarjeta de crédito que garantiza al vendedor que sera pagado por la entidad emisora de la misma, desplazndose asi el riesgo de solvencia del com- prador. En efecto, éste no debera contar con dinero en efectivo ya que su firma en el cupén respectivo de la tarjeta es suficiente para el cumplimiento de su obligacién de pago frente al vendedor. La venta quedaré perfeccionada entonces aunque el comprador no pague luego la liquidacién de la tarjeta al emisor. En la actualidad no puede restarse atencién a las operaciones de compra venta que se realizan por medios electrénicos, en las que el comprador y el vendedor no sélo nunca se ven las caras sino que generalmente se encuentran ubicados en plazas distintas, sometidos a diferentes legislaciones. Como puede verse a pesar de que se trata de un contrato simple, la com- praventa es dinimica y ha sabido adaptarse a las necesidades del hombre en las distintas etapas de su evolucién, quien, sobre la base del principio de la autonomia de su voluntad, produce mediante este contrato la creacién de de- rechos subjetivos para la satisfaccién de sus necesidades. En si mismo, un contrato de compraventa puede aparecer como un hecho aislado 0 egoista que sélo satisface las necesidades de las partes. Pero a poco de analizarlo se observa que no es asi, ya que la sumatoria de estas operacio- nes actita como un factor dinamizante de la sociedad de nuestro tiempo, po- riendo en movimiento innumerables relaciones juridicas que dan pie a la economia y progreso de un pais. Podemos decir entonces que la concrecién del objeto del contrato de com- praventa pone en circulacidn bienes que conllevan a la cteacién de miitiples relaciones socialmente valiosas y econdmicamente importantes, Es dificil imaginar un contrato de compraventa que no tenga como antece- dente otro de similar o diferente nominacién 0 tipificacién. En efecto: para ‘que un individuo pueda acceder a la compra de un departamento previa- ‘mente pudo haber tenido lugar la obtencién de un crédito para la compra del terreno, un acuerdo para el desarrollo del proyecto constructivo y la adqui cidn de infinidad de elementos, materiales y equipos, la contratacién de per- sonal para el desarrollo de la obra y de seguros para el resguardo de las perso- nas y de los bienes involucrados en ella, ete. Pero no termina alli, luego vendran la compra de utensilios, de los muebles y ttiles, eteétera. 16;nque Ste y Martin sso Y el punto de partida para todo este proceso habré sido la voluntad del hombre y la fuerza que le confiere la ley para que produzca efectos juridicos. UL Garacteres El contrato de compraventa tiene los siguientes caracteres: Es bilateral por cuanto desde su formacién los contrayentes asumen obli- gaciones reciprocas (articulo 966 CCyC). Es oneroso porque las ventajas que procuran a las partes les son concedidas por la prestacién que cada una le ha hecho a la otra (articulo 967 CCyC). Es conmutativo por cuanto las ventajas para las partes son ciertas y, como principio, equivalentes (articulo 968 CCyC). No es formal por cuanto la ley no impone una forma determinada para su celebracién (articulo 969 CCyC). Ello aun en el caso de la compraventa de inmuebles para los que la escritura puiblica es un requisito para la adquisicién y/o transferencia del dominio, pero no del contrato en si mismo. Es un contrato nominado (articulo 970 CCyC) pues encuentra su regula- cin legal entre los articulo 1123 y 1171 del mismo cuerpo normativo. Si bien ha desaparecido la clasificacién entre contratos consensuales y rea- les, es de destacar que la compraventa reviste Caracter consensual pues pro- duce sus efectos obligacionales desde que las partes han prestado su consen- ‘timiento y sin necesidad de la entrega de la cosa o del pago del precio, I. istic con atosontratos 2) ona ocacén de cosa La distincién entre la compraventa y la locacién de cosas no reviste dificul- tad ya que en la primera las partes se obligan a transferir la propiedad de una cosa a cambio de una suma de dinero, en tanto que en la locacién el compro- miso versa sobre el uso y goce de la cosa. No obstante, existen situaciones en las que en virtud de sus especiales ca- racteristicas, la distincién no resulta tan sencilla y requiere un andlisis mis profundo, Algunos ejemplos servirén para aclararlo, Coxnraventa 17 Si se ha contratado la demolicién de un inmueble y el comprador debe in- ‘gresar al mismoa fin de retirar todos los elementos susceptibles de ser recicla- dos y/o revendidos (los techos, los machimbres etc.), el contrato es de com- praventa ya que lo que las partes han querido es Ia venta de los materiales recuperables antes de la demolicién y no el alquiler del predio. No se concede eluso y goce del predio, sino que el ingreso al mismo es parte de las obligacio- nes de entrega del vendedor. Asi, se ha dicho que para Vélez Sarsfeld, el con- trato por el cual una de las partes transfiriese a otra por wn precio cierto y en prestaciones sucesivas y por tiempo los frutos o los productos de un bien raiz, no ser locacién sino la venta de frutos.” or su parte, cuando se vende una cosa acordandose que pagada una deter- ‘minada cantidad de cuotas (imputadas como pagos parciales del precio), la misma ser transferida al comprador, si no se pagan las cuotas establecidas éstas seran consideradas como pago de canon locativo, el contrato se considera de locacidn. Sobre el particular, la jurisprudencia de nuestros tribunales tiene resuelto que para determinar cusl ha sido la voluntad de las partes hay que considerar que si fue transferirla propiedad de la cosa ser de compraventa, en tanto sifue conceder el uso y goce seré de locacién. Todo ello con independen- cia del nombre que las partes hayan dado al contrato (articulo 1127 CCyC). La distincién es de suma relevancia pues las disposiciones que lo rigen en ‘cuanto a los riesgos de la cosa, privilegios, impuestos, variarin segiin se trate de uno u otro contrato. 1) Cone contrat de bra alecaién de obra) Es asimismo trascendente precisar en qué circunstancias nos encontrare ‘mos ante un contrato de compraventa o un contrato de obra (o locacién de ‘obra) pues, como en el caso anterior, distintas serdn las reglas jurfdicas aplica~ bles (prescripcién, privilegios, etc). Cuando una persona entrega la cosa para que sobre ésta se haga un trabajo, asistimos a un contrato de obra (vgr. entrega un automovil para que sea pin- tado). La entrega del automévil es al solo efecto de que el pintor realice sobre * Rezzénico, Luls M., Estudio de los contrat en nuestro Derecho Civil, tI, Depalma, Buenos ‘Aires, 1958, p31 18 Eique 6S y Martin, Reso 41 su trabajo. Distinto es el caso cuando quien realiza el trabajo aporta tam- bién los materiales, Vélez Sarsfield trafaa colacién el articulo 1158 del Cédigo de Austria en la nota al articulo 1629 del Cédigo Ci Cuando el propietario dala materia, hay un contrato de arriendo; pero siel trabajador la pone, ¢5 un contrato de venta. Lo mismo disponen las Leyes, Romanas- Instt, §4, Tit, 25, Lib. 3, ylas Leyes de Partida -L. 1, Tit. 8, Part. 5a Este ha sido el criterio adoptado por nuestra jurisprudencia. Hay supuestos que ofrecfan algunas dudas como, por ejemplo, el del escul- tor que aporta el mérmol y el trabajo para convertirlo en una escultura. La cuestiGn esté resuelta ahora por el articulo 1125 CCyC en cuanto dispone: Cuando una de las partes se compromete a entregar cosas por un precio, aunque éstas hayan de ser manufacturadas 0 producidas, se aplican las re- glas de la compraventa, 2 menos que de las circunstancias resulte que la principal de las obligaciones consiste en suministrar mano de obra o prestar ‘otros servicios. Sila parte que encarga la manufactura o produccién de las cosas asume la obligacién de proporcionar una porcién substancial de los materiales necesarios, se aplican las reglas del contrato de obra. En el texto se valora y pondera la importancia del factor trabajo con rela- cién al valor de los materiales. La norma contempla tres supuestos bien dife- renciados: a) Cuando una parte se obliga a entregar una cosa por un precio, habré siempre compraventa. Aun en el caso que las cosas deban ser manufacturadas 0 producidas (venta de cosas futuras, articulo 1131 CCyC) ») Sila principal obligacién de una parte consiste en suministrar mano de obra, se aplican las normas del contrato de obra (0 locacién de obra). Ejemplo de lo iktimo constituiria la entrega de marmol para que el artista haga una escultura, Aqui el valor de la obra trasciende al de la cosa. ©) Cuando la parte que encarga la realizacién de la obra se obliga a propor- cionar una porcién sustancial de los materiales necesarios, se aplican las nor- ‘mas del contrato de obra. Por ejemplo, si encargé la construccidn de una casa y el dueio se obliga a proporcionar los materiales, sera siempre obra. Ahora bien, si los materiales fueran suministrados por la misma parte a quien se encargé la obra o trabajo, entendemos que resultan aplicables también las Compevera: 19 normas de la locacién de obra, dado que jugarfa la excepcién que prevé el ar. 1125 del Cédigo Civil y Comercial que hemos citado, en tanto la principal de Jas obligaciones es también en este caso la de suministrar mano de obra 0 prestar otros servicios. Ello aparece confirmado por el art. 1262 del nuevo Cédigo, cuando dispone que la contratacién puede realizarse con o sin provi siGn de materiales por el comitente, dejando claro que este aspecto no modi fica la naturaleza del contrato ni las normas que les resultan aplicables. «)Conla donacién con cargo Como principio general, la donacién es gratuita, pero puede suceder que el donante haya establecido un cargo al donatario que puede consistir en una obligacién de hacer o de dar por parte del beneficiario de la liberalidad. Sila obligacién consiste en pagar una suma de dinero a un tercero, ello no quitara el caricter de liberalidad por parte del donante. En tanto, si el pago de esa suma de dinero debe hacerse al propio donante y la suma a pagar es equiva- lente o mayoral valor de la “cosa donada’ la situacién es mas compleja y debe considerarse si se ha cumplido con los recauclos de la donacién para set con- siderada tal (animus donandi) o sise trata de una operacidn en la que una de las partes ha pagado un precio y la otra ha entregado una cosa, supuesto en el cual habria compraventa. Siguiendo a Lafaill, la calificacién juridica de los contratos no depende de la voluntad privada sino de la ley y de la ciencia ju- ridica, Un contrato ser de compraventa cuando revista las condiciones de tal, aunque las partes nada digan, o crean que debe recibir otro nombre. Como tal lo juzgaran los tribunales, haciendo caso omiso de las expresiones empleadas, Por categéricas que ellas sean.” 4) Conta daciin enpago En el contrato de compraventa las partes cumplen con sus obligaciones, la una entregando una cosa y la otra entregando una suma de dinero, La dacién €n pago, como mecanismo extintivo de obligaciones, supone que el acreedor voluntariamente acepta en pago una prestacién diversa de lo adeudado (ar- ticulo 942 CCyC). Se trata entonces de todo acto por el cual el deucdor realiza " Latille, Héctor, Curso de Contratos, tI, Talleres Grificos Ariel, Buenos Aires, 1928, p.7, 20: Ensigue Sty Matin Russo tuna prestacton dlistinta de la debida (aliud pro alio) y el acreedor la acepta a los mismos efectos que el pago. La dacién en pago se expresa como excepcién al principio de que “no se puede pagar una cosa por otra contra la voluntad del acreedor’ pues lo usual es que las obligaciones se extingan mediante la ejecucién de la prestacidn ade- ccuada y tan solo excepcionalmente a través dela realizacién de una prestacion diferente." ‘Cuando se trata de un acreedor de una suma de dinero que acepta en pago de la obligacién una cosa que no es dinero, encontramos que ha habido un cambio, En efecto, en lugar de extinguirse la obligacién con una suma de di- nero, la misma se extingue con la entrega de una cosa. En ese caso y deacuerdo a lo dispuesto por el articulo 943 CCyC," esa dacién en pago se rige por las nnormas de la compraventa. «) Con a permuta El nuevo ordenamiento contiene pocas normas referidas a la permuta, Pero suficientes para delimitar la diferencia entre ambos contratos. En lo que aqui interesa, el articulo 1172 CCyC dispone que: [...] hay permuta si las partes se obligan reciprocamente a transferirse el dominio de cosas que no son dinero, Lu permuta consiste en el trueque de una cosa por otra, Existe, asi, una marcada diferencia con la compraventa en la que, como vimos, las partes intercambian dinero por co: De acuerdo a lo dispuesto en el articulo 1126 CCyC, si el precio consiste una parte en dinero y una parte en otra cosa, el contrato es de permuta si es mayor el valor de la cosa y de compraventa en los demas casos. De cualquier manera, corresponde sefalar que las normas del contrato de compraventa se aplican de manera supletoria a la permuta (articulo 1175 CCyC). " Gagliardo, Mariano, Tratado de las Obligactones sei el Coigo Civil y Comercial tM, Zava lia, Buenos Aires, p. 376, "© Artculo 943. “Reglas aplicables, La dacn en pago se rige por las disposiciones al contrato «on el que tenga mavor ainidad Comprventa::21 \.Bementos Los elementos de los contratos se han clasificado en tres grupos. L ciales que son indispensables para su existencia, los naturales que se encuen- tran en todo contrato y Forman parte de él pero que los sujetos intervinientes pueden excluir y los accidentales que son aquellos que normalmente no co- rresponden a un contrato, pero que las partes los pueden agregar!” La compraventa tiene elementos comunes al resto de los contratos: la capa- cidad y el consentimiento; y otros que le son propios o peculiares: la cosa y el precio." esen- 3) padded La capacidad es la aptitud de la persona para ser titular de relaci dicas, Es un atributo inherente a la personalidad,”* En el contrato de compraventa no se regulan cuestiones relacionadas con la capacidad de las partes intervinientes. En consecuencia, corresponde re- mititse a las normas referidas a la capacidad de la persona humana ya aque- llas reglas que se dedican a los supuestos de incapacidad e inhabilidad para contratar. La capaci na humana esté regulada en el Capitulo 2 del Libro primero “Parte General’, Titulo 1, del Cédigo Civil y Comercial, Alli se esta~ bilece, en el articulo 22, que toda persona humana goza de la aptitud para ser titular de derechos y deberes juridicos y que la ley puede privar o limitar esta capacidad respecto de hechos, simples actos, 0 actos juridicos determinados. Por su parte, son incapaces de ejercicio de sus derechos las personas por racer, las personas que no cuentan con la edad y grado de madurez suficiente quienes, no obstante, si pueden hacerlo por intermedio de sus representantes, nes juri- lad dela pers Salva, Raymundo M, Tratado cle Derecho Civil Argentino, Fuentes de las Obigaciones. 4, actualizada por Acuha Anzorena, Arturo, Tipogrifica Editora Argentina, Buenos Aes, 1957, p. a9, "Borda, Guillermo A. Tratada de Derecha Civil, Conrates,t 1,9 ed. actalizada por Alejan Ado Borda, La Ley, Buenos Aires, 2009, p. 17 "Lambs, lorseF. Tht de Derecho Civil Parte General. L,Perrt, Buenos Altes, 1993,P.391. 22 vigque 6 Stley Matin Russo y las personas declaradas incapaces por sentencia judicial, en la extensién dispuesta en la decisidn respectiva (articulo 24 CCyC) No ¢s del caso detenerse aqui en el andlisis de cada uno de esos supuestos, pero corresponde destacar que el contrato de compraventa celebrado por un incapaz. 0 por el inhabilitado, © por persona con capacidad restringida sin contar con el apoyo necesario (articulo 43 CCyC), es sancionado de nulidad. La nulidad de tales contratos es relativa pues tiende a proteger los intereses del afectado en cuyo beneficio se establece y es susceptible de saneamiento por la confirmacién del acto (conf, articulo 388 CCyC), Asimismo, es de destacar que todas las personas ven su capacidad juridica Jimitada por algunas prohibiciones que la ley les impone y que, a diferencia de Ja incapacidad de hecho, no se suple por via de la representacién necesaria!* © voluntaria. Los articulos 1001 y 1002 del Cédigo Civil y Comercial se refieren a las inhabilidades para contratar de manera genérica y especial, respectiva- ‘mente; dejando sentado que los contratos cuya celebracién esta prohibida a determinados sujetos tampoco pueden ser otorgados por interpésita per- sona, dentro de los cusles quedan incluidos, como vimos, los representantes voluntarios. El elenco de inhabilitados para contratar y por ende para celebrar un con- trato de compraventa surge del articulo 1002 incisos a), b), c) y d) CCyC. En el primero, se establece la prohibicién de contratar en interés propio a los funcionarios publicos respecto de los bienes de cuya administracién 0 enaje- hacidn estin o han estado encargados. Se pretende, claro esta, evitar que los funcionarios indicados usen su influencia o conocimiento para beneficiarse con la compraventa de dichos bienes. Se entiende que la prohibicién afecta a aquellos funcionarios que tengan facultades como para disponer de dichos bienes y/o a quienes pudieran tener influencia decisiva en esa cuestidn. Bl inciso b) de la norma establece la prohibicién para “jueces, funciona- tos y auxiliares de la justicia, los arbitros y mediadores, y sus auxiliares, res- pecto de los bienes relacionados con procesos en los que intervienen o han intervenido’. El fundamento de la prohibicién es de toda razonabilidad y en- "© Moisset de Espans, Las, "Los incapaces absolutosy Jos incapaces relatives de hecho’, en Homenajea tos Congresos Nacionales de Derecho Civil. Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Cérdoba, 2009, p. 255, Campovesta23 cuentra su base en evidentes razones de orden moral y ético para preservar y favorecer el recto proceder de los alcanzados por la norma impeditiva. Por os mismos motives, el inciso ¢) prohibe a los abogados y procuradores con- tratar respecto de bienes litigiosos en procesos en los que intervienen o han intervenido. Machado y Salvat formulan el siguiente distingo: a) para los jueces o fun- cionarios que ejercen jurisdiccién o intervienen en asunto en virtud de una fancién piblica, “litigiosos” son todos los bienes comprendidos en el proceso, aunque no haya controversia, y por ende ellos no pueden comprar los bienes {que se venden en los uicios en que intervienen, aunque no sean estrictamente “Titigiosos"; b) para los abogados, procuradores, tasadores, etc, el sentido de “Jitigioso” es estricto y ellos pueden comprar los bienes de los asuntos en que intervienen, si no existe pleito sobre esos bienes; v.gr. si se venden en una sucesién, para liquidarla y dar a cada heredero lo suyo. : La jurisprudencia se ha inclinado preferentemente a consagrar la opini6n de Llerena y Segovia, quienes sostienen que “litigio” significa controversia ju. dicial respecto del bien mismo de que se trata."” Finalmente, la norma amplia la prohibici6n a los cényuges que se encuen tren bajo el régimen de comunidad. Entre los capitulos novedosos que introduce el Cédigo Civil y Comercial se destaca la modificacién al régimen patrimonial de bienes del matrimonio. Bajo’el nuevo ordenamiento, los esposos quedan sometidos al régimen de comunidad de ganancias, salvo que opten por el de separacién de bienes. Como fuere, las normas que componen ese régimen rigen las relaciones de caracter patrimonial entre los esposos y la de éstos respecto de terceros."" La prohibicién (inhabilidad especial) que prevé el articulo 1002 inciso d) CCYC respecto de los conyuges que se encuentren bajo el régimen de comu- hidad para celebrar, entre si, contratos de compraventa, tiende a proteger a terceros que podrian verse afectados en sus derechos por compraventas simu- Jadas o fraudulentas entre los cényuges para disminuir 0 hacer desaparecer sus bienes en perjuicio de aquellos. P Rerénico, Luis M, op ct, p. 176. Sambrizi, Eduardo A. El réginen patrimonial det matrimonio en el nuevo Cidigo Civil y Comercih, Tomson Reuters-La Ley, Buenos Aires, 2015, p. 5. 24 vigu 6. Ste Nat, Risso 1) Consentiniento Elconsentimiento de las partes contratantes ha sido tradicionalmente con- siderado como Ja base y esencia del contrato pues de él nace la voluntad de crear las obligaciones que contiene.” El contrato es la resultante de la voluntad de las partes que, movidas por intereses propios, se someten a la normativa legal que le da fuerza obligatoria. Las partes, una vez acordadas las cliusulas del contrato, prestan su consenti- miento sobre sus diversos aspectos. En el contrato de compraventa las partes deben acordar sobre sus elemen- tos esenciales: la cosa y el precio. ¥ también, sobre otros clementos accidenta- les tales como forma y plazo de pago, plazos de entrega, garantias, ete. Todo ello comienza con las conversaciones precontractuales y culmina con la con- crecién del negocio. En este sentido, Mosset Iturraspe destaca que en Ia for- -macion progresiva del consentimiento, la doctrina y a veces la legislacién, han tenido ocasin de destacar algunos momentos: a) el periodo de ideacién 0 de la elaboracién del consentimiento, com- Puesto por actos y actitudes que pueden llamarse meramente predispositivos através de los cuales las partes piensan iniciar el contrato, precisar los puntos de discusién, fijar los elementos y cliusulas que podran serlo del futuro con- {tato, sin originar por ello vinculo alguno y sin limitar, por ende, la facultad de apartarse, siempre que esa facultad sea eercida de un modo regular. Den- tro de este period, que comienza con el contacto inicial de los futuros con. tratantes, deben mencionarse algunas figuras de variada relevancia, como la carta de intencién, la invitacién a ofertas y la minuta. Y b) el periodo de concrecién del acuerdo, a mérito de actos que aun siendo Provisorios o preliminares del contrato definitivo, son vinculantes, para una 0 ambas partes, en cuanto no solo determinan los elementos del contrato a ajus- tarse, sino que también configuran figuras negociables auténomas.”” Como hemos dicho, la compraventa permite que una persona se desprenda voluntariamente de la propiedad de una cosa que otra quiere adquirir. El acuerdo de voluntades es indispensable para el nacimiento del contrato de " Salval, Raymundo M, Tratado de Derecho Civil Argentina. op. ct, 1957, p.51 * MossetIturraspe, Jorge, Compraventa Inmobiliaria, Paiar, Buenos Aites, 1976, p. 60. ampraenta:25 compraventa por el cual el vende, por su libre ee resuelve despren- ‘una cosa y el comprador decide adquirirla, d Sere cicsae lo hacaata el articulo 1128 CCyC establece que nadie st obligado a vender, excepto que se encuentre sometido a la necesidad, uaa de hacerlo. Este tltimo supuesto al que alude la norma se refiere a aquel que tiene lugar cuando la operacién no ha sido voluntariamente querida por el vendedor. Se trata de las denominadas ventas forzosas o sin consen- Bie céginen del Cadigo de Veler, el articulo 1324 traia idéntica disposi- cidn (salvo el empleo del “puede ser obigado” que fue modlicado por “std obligado”) y, a través de cinco incisos,regulaba los casos en que tenia lugar esa necesidad juriica: i) expropiacién por causa de utilidad pica ii) con- ‘yencién o testamento que impone la obligacién de vender; ifi) caso del con- démino que exige el remate para su divisién; iv) en el remate por ejecuctén judicial individual (juicio ejecutivo) o colectivo (quiebra); v) el caso del ad- ministrador de bienes ajenos que debe liquidarlos. VL. Elementesesendales Como vimos, el contrato de compraventa tiene elementos esenciales, en- tendidos como aquellos sin los cuales no puede existir: la cosa y el precio. laos Elpprincipio general es que pueden venderse todas as cosas que pueden set objeto de los contratos (articulo 1129 CCyC). Y, por logica remisién al arti culo 1003 CCyC, que regula el objeto de los contratos, el de la compraventa debe ser licito, posible, determinado o determinable, susceptible de valora- cin econémica y corresponder a un interés de las partes, aun cuando éste no sea patrimonial. Es de destacar que ya en el Derecho Romano existfan limitaciones respecto delas cosas que se podian vender (vgr., los sepulcros, las cosas consagradas a los dioses, los muros y puertas de las ciudades, los objetos destinados al culto, elagua, el aire, los puentes, las plazas, etc.). 26: que tley Martin Russo En definitiva, la cosa, entendida como bienes materiales susceptibles de valor econémico (articulo 16 CCyC)," es el objeto de la relacién juridica que nace con el contrato de compraventa. Ahora bien: no pueden ser objeto de los contratos las cosas cuya venta esté prohibida por la ley (articulo 1004 CCyC) como las drogas ilegales, las mues- tras gratis y los bienes de dominio publico del Estado, En otros casos; la restriccién a la venta de ciertas cosas no responde a una disposicion legal sino que surge de la convencién de partes (vr, el donante {que impone al donatario la obligacién de no vender la cosa por un periodo determinado o a persona determinada; cuando se acuerda suspender la par- {ici6n de la cosa entre condéminos, lo que en ningtin caso puede exceder los diez aitos (articulo 2000 CCyC) La cosa, para poder ser objeto del contrato de compraventa, debe tener existencia real o posible.® Tratindose de cosa fungible 0 consumible, es indi ferente la existencia de la cosa al momento de la celebracion del contrato ya ue el vendedor siempre estara en condiciones de entregar una cosa de la es. ecie y calidad comprometida. Por otra parte, las cosas futuras pueden ser objeto del contrato yla compra- Venta se entiende sujetaa la condicién suspensiva de que la cosa llegue a exis- lir (articulo 1131 CCyC). Bs decir, la cosa puede no existir al momento de la celebracién del contrato, pero su eficacia esta subordinada a su efectiva exis. {encia. En otros términos, el contrato no producira efectos sino a partir del momento en que la cosa exista En tanto que sila cosa ha dejado de existir al momento de perfeccionarse clcontrato éste no produce efecto alguno (articulo 1130 CCyC). Si la cosa ha Perecido por culpa del vendedor,éste deberd indemnizar los datios y perjui- cios al comprador que ha visto frustrada su compra, Quedan comprensidas en el concepto de cosas, las ener y las (ueras naturales suscepti bes de spropiacién (Borda, Guillermo A., Tratado de Derecho Civil Contrats, 9 ed La Ley, Buetos Aires, 2008, p. 49. En este sentido, se ha dicho: "La cosa que se vende debe exist al celebrarse el contrato,oser Susceptible de exis. En otros trminos: puede venderse una cosa que existe y puede tambien Yenderse una cosa que todavia no existe, pero na una cosa que ya no existe, que ha cesado de xistn pues, en este timo caso falta uno de los requisitosesenciles del contrato, que es el objeto y puede decise que no existe vena” Rez76nico, Lis M., op. cit, p. 78 ompoventa::27 cosa ha dejado de existir parcialmente, el comprador puede exigir que le entreguen la parte existente con una reduccién proporcional del precio, Las partes pueden convenir que el comprador asuma el riesgo de que la ‘cosa haya perecido o esté daftada al celebrarse el contrato, en tal caso subsis- tird su obligacién de pagarla, Lo mismo ocurriré si al momento de la firma conocia Ia existencia del riesgo de pérdida o deterioro, Finalmente, en la tima parte de la norma se establece que el vendedor no puede exigir el cumplimiento del contrato, si al celebrarlo sabia que la cosa habia perecido 0 estaba daitada. Hemos dicho ya que el contrato de compraventa produce todos sus efectos por el solo consentimiento y sin necesidad de la entrega de la cosa o del pre- cio. Por ello, es licito y por tanto posible, que al momento de celebrarse el contrato la cosa no se encuentre en el patrimonio del vendedor. En este sen- tido, el articulo 1132 CCyC establece que: La venta de cosa total o parcialmente ajena es valida en los términos del articulo 1008. £ vendedor se obliga atransmitir o hacer transferir su domi nio al comprador. Por su parte, la primera parte del articulo 1008 CCyC, al que la norma re- envia, dispone: Los bienes ajenos pueden ser objeto de los contratos [.... Luego, la norma se refiere al supuesto de que una persona haya realizado la Venta de una cosa ajena, pero sin garantizar el éxito de Ia promesa de venta. En tal caso, el vendedor cumplira con emplear los medios necesarios para que la prestacién se realice, por ejemplo comprando la cosa para luego transmi- tirla o consiguiendo la ratificacién del verdadero duefio. Pero si no prueba haber realizado intentos para conseguir que la venta finalmente se concrete, Seta responsable por los davios causados. Distinto es el caso del vendedor que asume la garantia de que la operacién se realizaré y luego no se concreta. En {al supuesto, y como se ha comprometido a un resultado determinado, deberi indemnizar al comprador frustrado en la adquisicién. No obstante los supuestos contemplados en elarticulo 1008 CCyC antes ana- zados, el ltimo parrafo del aticulo 1132 CCyC crea confusién al expresar 2 Eigue Ste Mat Fuso El vendedor se obliga a transmitro hacer transmitir su dominio al com- prador. Esper entiende que la discordancia debe resolverse analizando adecuada- ‘mente la voluntad de las partes al contratar y cul fue el verdadero alcance de 1a obligacién asumida por el vendedor de una cosa que no le pertenecia para determinar la procedencia o no del régimen de indemnizacién prevista por el articulo 1008 CCyC." Sin perjuicio de tan autorizada opinién, pensamos que la norma delimita y precisa el alcance de la obligacién del vendedor. Ello, por cuanto el articulo 1008 CCyC se refiere al objeto de los contratos “en general” en Ios que se transmiten bienes ajenos, y el 1132 CCyC se refiere estrictamente a la com- praventa, fijando como obligacién clara, concreta y especifica, la transmisién del dominio de la cosa. En consecuencia, tratindose de la venta de cosa ajena debe aplicarse la norma especifica (articulo 1132 CCyC) prevista para el con- trato de compraventa, )Etpredo El precio, como elemento esencial del contrato de compraventa, es la causa fin de contraprestacidn del vendedor que queda a cargo del comprador. Es la suma de dinero que recibe el vendedor a cambio de la cosa que recibe."* El precio de la cosa debe ser siempre en dinero (articulo 1123) ya que si se centroga en pago una cosa por parte del adquirente no habria compraventa sino permuta. En la permata no hay “precio” como contraprestacién sin que cada parte asuma la obligacion de transferirse reciprocamente la propiedad de una cosa, constituyendo una delas principales caracteristicas de este contrato la equiva~ lencia de valores que debe existir entre las cosas que se transmiten, Puede suce~ der que las cosas no tengan valores equivalentes y que el valor de una supere el de la otra, debiendo compensarse la diferencia con un precio cierto en dinero. En ese caso la contraprestacién pasa a ser de caricter mixto, cosa y precio. > Rivers, Julio C., Medina, Graciela (dirs), Esper, Mariano (coord), Ciigo Civil y Comercial de la Nacion Comentado, II, La Ley Buenos Aires, 2014, p. 808 ® Rezzénieo, Luis Mop itp. 152 8 opraventa:28 Vélez. sostenia que el contrato de permuta no se desnaturaliza cuando la suma dada es menor o igual al valor de la cosa; en cambio, si fuese mayor, el contrato ser de compraventa (nota al articulo 1485 del Cédigo de Vélez). Lopez de Zavalia interpretaba que hay compraventa tanto en el caso de que la suma de dinero sea mayor que el valor de la cosa que la misma parte entrega, ‘yen el caso en que ambos -suma de dinero y valor de la cosa sean iguales.* Conforme ya vimos, el articulo 1126 CCyC establece: Siel precio consiste parte en dinero y parte en otra cosa el contrato es de ‘permuta ies mayor el valor de la cosa y de compraventa en los dems casos ‘La norma recepta entonces lo sostenico por Lopez. de Zavalia y reemplaza la expresién “caso contrario” del Cédigo de Vélez por “los demas casos’ Por «ello, cuando la suma de dinero sea menor que el valor de la cosa que la misma parte entrega, el contrato sera de permuta y, en el caso inverso, habré compra- venta Alsancionarse el Cédigo Civil y Comercial, y particularmente en virtud de Ja redaccién del articulo 765 vinculado al pago de las obligaciones en moneda extranjera, se avivé la discusién sobre la calificacién como compraventa 0 permuta de aquellos contratos donde se cambia una cosa por un precio en dicha moneda.* En principio, y desde un punto de vista estrictamente juridico, dinero s6lo sel nacional, emitido por el propio pais y para ser utilizado en su interior.” De acuerdo con el articulo 75 incisos 6 y 11 de la Constitucién Nacional, co- ‘responde al Congreso de la Nacién establecer y reglamentar un Banco fede~ Tal con facultades para emitir moneda y hacer sellar moneda. Consecuente- ‘mente con esta disposicidn, el Estado Nacional emite el denominado “papel pede Zain eran, Trad des Conrates 1, Zaal, unos As, 203, 6. Spota, Alberto G. nsttciones de Derscho Cin. Contato tL, Depaina, 1879. Garrido, 186, Zago, lore, Contrats Civile y Comers, tl, Parte Especial, Universi, Buenos 1998, IGerscovch, Carlos G, Derecho Econmico, Cambiarioy Penal, Lexis Nes, 2006, p. 181. En similar, Jorge. Llambias considera que “dinero els moneda autorizada por el Estado ode Derecho Civil Obligaciones, op. it, 1970p. 177, i. 885. 30: Eiqu Sty Martin Rsso moneda’ que no dispone de garantia alguna y circula contando cada uno de esos billetes, en s{ mismo, con poder cancelatorio por el importe nominal- mente impreso en las liminas.®* La moneda, como medio irrecusable de can- celacién de obligaciones, es de esta manera una manifestacién de la soberania del Estado y tiene rango constitucional. Deciamos antes que el término “dinero” alude exclusivamente a la moneda de curso legal" (mas adelante volveremos sobre esta nocién). Ese fue el con- cepto receptado por el articulo 617 del Cédigo de Vélez en su redaccién ori- ginal, en tanto disponia que la obligacién constituida en moneda extranjera debia ser considerada como de dar cantidades de cosas. En efecto, la moneda extranjera no era dinero sino simplemente cosa en cuanto “objeto corporal susceptible de tener un valor” (articulo 2311 del Cédigo de Vélez) y mas pre- cisamente cantidad de cosas, por ser cosas indiferenciadas."® Ahora bien, con la implementacién de la convertibilidad del austral dis- puesta por la Ley 23.928, la moneda extranjera fue en alguna medida equipa- rada a la moneda nacional. A través de la modificacién del articulo 617 del Codigo de Vélez se establecié que si por el acto por el que se ha constituido la obligacion, se hubiere estipulado dar moneda que no sea de curso legal en la Republica, la obligacién debia considerarse como de dar sumas de dinero, Mas ello en modo alguno significé que por mandato legal se modificara la naturaleza de la moneda extranjera, transmuténdola de cosa en dinero, sino que sencillamente se traté de una ficcién legal, de un mecanismo practico que facilitara el cumplimiento pleno del principio de identidad en el pago que establecta el articulo 740 del Codigo de Vélez, por entonces vigente, de ma- nera tal de evitar cuestionamientos respecto del valor de cotizacién de la mo- nneda pactada." El articulo 619 del Cédigo de Vélez, modificado también por ® Benserior, Roberto R., Cursack, Eduardo V, “Los pagos en efectivo, A mas de tees aos del dictado de las Leyes 25.345 y 25.413", LL, 12/08/2004 y 13/08/2004, * Segin Bidart Campos, Germén, “Juridicamente silo es dinero aque al que se otorga caricter «de medio legal de pago y cancelaciin de deudas pecuniarias”, Manual de Derecho Constituco ‘nal Argentino, Ediar, Buenos Aires, 981, pp. 574 y 875, ® Llambias, Jorge , Tretado ce Derecho Civ Obligaciones, 1, Perrot Buenos Aire, 1970, p 192, mim, 895 * Vitolo, Daniel R. “Ley de convertibilidad y obligacin de dar sumas de diner en Revista de Derecho Privado y Comunitario, Rubinzal-Culzoni,t. 2001-2, p. 326, Compraventa:31 23.928, vino a complementar el precepto al disponer que el deudor = Ja obligacién dando la cantidad y especie de moneda designada al dia de su vencimiento, : Qued6 consagrado de ese modo el principio nominalista,segin el cual una unidad es siempre igual a sf misma; una libra es igual a una libra; un délar es igual a un délar, etc. y no se tiene en cuenta ningiin cambio externo en el valor de la moneda, principalmente su cotizacién con relacién a otras mone- das, ni Jas modificaciones que su valor sufra en el ambito interno. Ast, se adopta una ficcién legal, sobre todo una presuncién juris et de jure relativa al yalor de las unidades monetarias en épocas diferentes.” : Por contraposicién, el principio valorista atiende al verdadero fin perse- guido por las partes en las obligaciones de dar sumas de dinero, que no se relaciona necesariamente con la obtencién ce una cantidad nominal de uni- dades monetarias, sino que se dirige al logro de un poder adquisitivo, es decir, al eflejo que, como unidad de cambio, permitian las unidades monetarias en relacidn con los bienes y servicios que eran susceptibles de adquirir®» Resulta curioso que previo a la reciente modificacién del Cédigo Civil de Ji Nacién, exstiera ain una posicién vacilante sobre el tratamiento que debi dispensérsele a las monedas nacional y extranjera. En principio, la Comision de Reformas designada por el Decreto 191/2011 habia propuesto mantener el titerio de la Ley 23.928, esto es, considerar a las obligaciones en moneda extranjera como de “dar sumas de dinero”™ Sin embargo, elevado el antepro- yecto al Poder Bjecutivo, su texto fue modificado, adoptandose el criterio ori- ginal del Cédigo de Vélez, es decir, considerando a la moneda extranjera como una “cosa” ya las obligaciones en dicha denominacién como obligacio- nes de “dar cantidades de cosas” Este fue el texto que finalmente prevalecis © Hirchsberg, Eliyahu, El principio nominalista, Depalma, 1976, p. 35. Vitolo, Daniel R., op cit, p. 294. ™ Bl texto dl articule 765 del Anteproyecto de Cédigo Civil y Comercial de la Nacién elabo- ‘ado por a Comisién redactora decia; "La obligacin es de dar dinero si el deudor debe ceria cantidad de moneda, determinada 0 determinable, al momento de consttucin de la obliga: lin, Si por elactoporel ques a consti a obigacin se estipul dar moneda que io sea Enque Sty Matin Russo cuando el Congreso sancioné el Cédigo Civil y Comercial de la Nacién me- diante Ley 26.994 con vigencia a partir del 1° de agosto de 2015. El articulo 765 CCyC dispone que si por el acto por el que se ha constituido la obligacién se estipulé dar moneda que no sea de curso legal de la Repiblica, a obliga- cién debe considerarse como de dar cantidades de cosas y el deudor puede liberarse dando el equivalente en moneda de curso legal, La diferencia de criterios entre el redactor técnico del proyecto (Comisién Reformadora) y el politico (Poderes Ejecutivo y Legislativo), da que pensar. Quizis el Poder Ejecutivo y el Congreso hayan vislumbrado la necesidad de no sujetarse al rigido esquema del nominalismo y, abrazando la tesis del valo- rismo para las obligaciones en moneda extranjera, previeron dejar desde ahora abierta la puerta para que en épocas de convulsién econémica y corri- das cambiarias, dichas obligaciones puedan ser atendidas mediante mecanis. mos que no impliquen necesariamente “entregar una suma de la especie y calidad designada, el dia de su vencimiento’, Todo parece indicar que el debate acerca del alcance y sentido de la norma recién comienza y tiene un largo camino por recorrer. La Sala F de la Cémara Nacional de Apelaciones en lo Civil resolvié que el articulo 765 del Cédigo Civil y Comercial no es de orden paibico y, por lo tanto, prevalece la autono- mia de la voluntad si las partes acordaron que el deudor debia entregar la cantidad correspondiente en le especie designada, Para ello, tomando en con- sideracién la pauta del articulo 962 CCyC concluyé que ni del modo de ex- presién utilizado por el articulo 765, ni de su contenido ni de su contexto, resulta que se trata de una norma de cardcter indisponible.* Si bien no existe una previsién normativa especifica, existe consenso en doctrina que el precio debe ser serio, Siguiendo a Lafalle, el requisito del pre- cio serio responde a evitar que bajo la apariencia de una compraventa se oculte otro contrato, generalmente de donacién. Cuando se estipula un precio irrisorio en realidad lo que han tenido las partes en mira no es celebrar un acto a titulo oneroso, sino una liberalidad, En tal caso, la convencién es nula como compraventa, pero puede valer como donacicn si reviste las formalida- des y concurren los requisitos necesarios para ello.” CNC Sala 25/8/2015, Fy MRC. An.C.A.y otros. Consighacién” (Expte.N°79.77612012), y'l, Tey otros. E, M.R 6 Fecucién hipotecara" (Expte.76.280/2012), * Lafulle, Héctor, op it, p. 7. oreaert: 33 Por su parte, Salvat™ entiende que precio serio quiere decir precio real y efectivo, Deja de ser serio cuando es simulado 0 ficticio y cuando es irrisorio (gr, venta de una casa por cinco pesos), yal no haber precio, el acto no vale como venta, Ademiés, continia el autor citado, puede que el precio exista, pero que no guarde relacién con el valor de la cosa, Fn tal caso el precio seria vil (vxgr casa que se vende por cien mil pesos cuando su valor de mercado es de quinientos mil pesos). En principio, el precio vil no tiene influencia sobre Ja suerte del contrato; salvo el caso de dolo, supuesto en el cual Ja nulidad tendria origen en un vicio del consentimiento. E] Cédigo Civil y Comercial legisla el precio dela compraventa de manera general en los articulos 1133 y 1134 y, en particular; los articulos 1135 y 1136 ‘cuando el objeto del contrato recae sobre inmuebles, y los articulos 1143 y 1144 cuando su objeto son cosas muebles. “armas genéicas para la deteminain del precio De acuerdo al articulo 1133 CCyC el precio es determinado cuando: i) las partes lo fijan en una suma que el comprador debe pagar; ii) se deja su indi- cacién al arbitrio de un tercero designado; iii) lo sea en referencia a otra cosa cierta, y iv) las partes estipulan el procedimiento para su determinacién. Cuando la determinacién del precio depende de un tercero, silas partes no acuerdan sobre su designacion o sustitucién, o el tercero no quiere o no puede realizar la determinacién, el precio lo fija el juez. por el procedimiento mas breve que prevea la ley procesal (articulo 1134 CCyC). 2.Narmasespeticas eativasal preci ena compraventa de inmuebes Bl articulo 1135 CCyC se refiere al supuesto de precio no convenido por uunidad de medida de superficie, disponiendo que si el objeto principal de la venta es una fraccién de tierra, aunque esté edificada, no habiendo sido con- ‘enido el precio por unidad de medida de superficie y la superficie de terreno tiene una diferencia mayor del cinco por ciento con la acordada, el vendedor © el comprador, segtin los casos, tiene derecho a pedir el ajuste de la diferen- ia. El comprador que por aplicacién de esta regla deba pagar un mayor pre- io puede resolver la compra. * Salat, Raymundo M, op. tp. 308. 34 vique.Stley Mat ssa Se trata del supuesto en que existan diferencias en el tamafio del inmueble nel que si se detecta una diferencia que debe ser mayor del cinco por ciento, la parte afectada (comprador o vendedor) puede pedir el ajuste del precio. En caso que el perjudicado por esa diferencia sea el vendedor y de ella resulte que el comprador debe pagar un precio mayor, tiene el derecho de resolver la operacién, Por su parte, el articulo 1136 CCyC establece que si el precio es convenido or unidad de medida de superficie el precio total es el que resulta en funcién de la superficie real del inmueble. Si lo vendido es una extensién determi- nada, yla superficie total excede en més de un cinco por ciento a la expresada en el contrato, el comprador tiene derecho a resolver el contrato. La norma comprende dos supuestos distintos: 4) cuando se compra un inmueble y se acuerda el precio por unidad de ‘medida de superficie (v:gr, se compra un inmueble rural por determinada cantidad de pesos cada hectirea). El importe del precio surge, claro esté, de multiplicar el importe en pesos de cada hectérea (unidad de medida) por la cantidad de éstas que son objeto de la venta, y ii) también se compra un inmueble pactandose una unidad de medida de superficie pero, a diferencia del anterior supuesto, se especifica esa extensién, En este caso, se faculta al comprador a resolver el contrato si la superficie real del inmueble excede en més de un cinco por ciento a la que resulta del con- trato, La solucién que trae la norma se ha considerado razonable por cuanto sila superficie es mayor termina por agravar su deuda.” i Obligacones das pares Desde el inicio de la contratacién surgen obligaciones tanto para el vende- dor como para el comprador. El vendedor tiene la obligacién de entregar la cosa cuya propiedad prometié transferir (mediante la tradicién) y el compra~ dor tiene la obligacién de pagar el precio, Pero no ha de creerse que alli termi- nan las obligaciones que nacen del contrato. En efecto, luego de la tradicién *Tunyent Bas, Francisco A. y Meza, Mariane I. en Stiglitz, Rubén S. (dit), Contates en el nuevo Ciiigo Civil y Comercial tI, Thomson Reuters-La Ley, Buenos Aires, 2015, p. 18 Compoventa= 35 quedan asin obligaciones a cargo del vendedor como laacci6n de saneamiento que prescriben los articulos 1033 y 1034 CCyC, que comprende Ia garantia por eviccién (garantizar la existencia y legitimidad del derecho que trans. mite) yla de vicios ocultos de la cosa (garantizar que la cosa carece de defec- tosocuiltos que la hagan impropia para su destino). Por su parte, el comprador antiene la obligacin de responder por la calidad de la moneda. Si es falsa podri ser demandado por el vendedor por dafios y perjuicios en el derecho civil y eventualmente por defraudacién en el penal El consentimiento dado por las partes en la firma del contrato no produce por si mismo la transferencia de la propiedad de la cosa ya que las partes no traspasan la propiedad de la “cosa” sino que se obligan a hacerlo. La transfe- rencia se producira, como vimos, en el momento en que se haga la tradicién dela cosa. |. Obigaiones det vendedor Las obligaciones del vendedor estén reguladas entre los articulos 1137 y 1140 CCyC. Se destacan las siguientes: 2) Oban de tansera propiedad dea cosa vendita El contrato de compraventa sélo supone la promesa de vender una cosa por parte del vendedor y la de pagar por ellaa cargo del comprador. La transferencia de la propiedad requiere de la tradicién (articulo 750 CCyC). Entre el momento de la firma del contrato y la entrega de la cosa existe un lapso de tiempo en el que existen obligaciones a cargo del vendedor. La obligacién de transferencia del dominio de la cosa es la obligacién prin- cipal a cargo del vendedor y de alli su inclusién en la definicién que trae el articulo 1123 CCyC del contrato de compraventa. En nuestro medio, el modo de transferir la propiedad de la cosa es, como principio, a través de su trad idn (articulo 1892 CCyC). Un supuesto de excepcién en que la inscripcién registral es modo suficiente (articulo 1892 cit, 4° parrafo) se verifica en los, casos de transferenci Esa obligacién principal del vendedor esti acompaftada del deber de cola- boracién y cooperacién que le corresponde por el cual esté obligado a poner a disposicién del comprador los instrumentos requeridos por los usos 0 particu- Jaridades de la venta y para facilitar que latransferencia dominial se efectvice. de automotores. 363 Enrique, Stley Mastin sso ‘bast deenrega de a cosa Salvo pacto en contrario, los gastos de entrega de la cosa deben correr por cuenta del vendedor. En lo que concierne ala venta de inmuebles, el articulo 1137 CCyC puntualiza que estan a su cargo los gastos originados en el estudio del titulo y sus antecedentes y de mensura si correspondieten y los tributos ‘que graven la venta Tiempo de entregadeinmuebe En el caso de inmuebles, y salvo pacto en contrario, la entrega debe reali- ‘arse en forma inmediata ala escrituracién (articulo 1139 CCyC). ‘Entrega de lacosa a cosa debe entregarse con sus accesorios y libre de toda relacién de po- dery de oposicion de tercero. El vendedor debe cuidar y conservarla cosa con la finalidad de entregarla en las condiciones pactadas, con sus accesorios, completa, libre de toda relacién de poder y de oposicién de terceros. Rigen, en lo pertinente, las normas referidas a las obligaciones de dar esta- blecidas en el articulo 746 CCyC. En primer término, pesa sobre el vendedor Ja obligacién de conservar la cosa en el mismo estado que se encontraba cuando contrajo la obligacién y entregarla al comprador con sus accesorios aunque hayan sido momentineamente separados de ella. Esta obligacién del vendedor surge de la naturaleza del contrato, pues al ‘momento de su celebracién no transmite la propiedad de la cosa, sino que se compromete a transferirla, Hasta que llegue ese momento, “Ia cosa” pertenece al vendedor y, por ello, debe cuidarla y protegerla. El vendedor no sélo debe cuidarla, sino que ademis debe aftontar los gastos necesarios para mante- nerla en el estado en que se encontraba al momento de la firma del contrato (vegt. gastos de depésito, limpieza, etc). Esta obligacién sélo es aplicable a la venta de cosas ciertas porque si fueran cosas inciertas el vendedor cumple entregando cosas de la misma especie y calidad en la cantidad pactada, Ta norma también exige que la cosa sea entregada con sus accesorios y li brede toda relacién de poder y de oposicién de terceros. Tal obligacién apunta ‘aque el comprador, a partir de la tradicién, pueda ejercer en plenitud y pact ficamente los derechos que como propietario la ley le confiere. La cosa, como hemos dicho, pertenece al vendedor hasta el momento de la centrega, Surgen, en consecueencia, diversas situaciones que se proyectan e in- Caomproventa37 ciden sobre la cosa. En efecto, la cosa esta sujeta a riesgos, puede producir nalmente puede ser objeto de aumentos o mejoras. Boat delos: ress dela cosa, estos deben ser soportados por el vendedor en su calidad de duenio de la cosa hasta el momento dela tradicién. s la cosa petece sin culpa del vendedor, la venta queda resuelta; en cambio, si se deteriora el comprador podri resolverla o no ¥, en este altimo supuesto, o eer Page menos por ella. En cualquier caso, habré de estarse alo dispuesto en el articulo 755 CCyC en cuanto dispone que los casos de deterioro o pérdida con o sin culpa, se rigen por las normas relativas ala “imposiblidad de cumplimiento De acuerdo con lo dispuesto en el articulo 748 CCyC, cuando se entrega tuna cosa mueble cerrada o bajo cubierta y sin inspeccionar al tiempo de la tradicién, el comprador tiene un plazo de caducidad de tres dias, desde la recepcién para reclamar por defectos de cantidad, calidad 0 viios parents En cuanto al régimen de frutos, cabe destacar que los percibidos por el vendedor antes de la tradicién, le pertenecen; en tanto que, a partir de enton- ces, los frutos devengados y los no percibidos le corresponden al comprador. De su lado, los productos forman parte de la cosa misma, por lo tanto de- ben ser entregados con ella. El vendedor no tiene derecho alguno sobre ellos a partir de la celebracién del contrato. Mantener y cuidar la cosa junto con sus productos hace ala esencia de la obligacién de conservacién que pesa sobre el vendedor. En caso contrario, siel vendedor extrajera los productos de la cosa, Ia estaria disminuyendo lo cual implicaria un incumplimiento de la oblige- cidn de conservacién. ; Ya hemos dicho que el vendedor tiene la obligacién de transferir la propie- dad de la cosa. El contrato, como acto juridico revestido de las formas estable- Cidas por la ley, constituye el “titulo suficiente” que tiene la finalidad de trans- iti o constituir un derecho real. Peto, una vez més, el contrato no transfiere or sila propiedad, para ello hace falta la tradicién que constituye el “modo” suficiente para transmitir el derecho real de propiedad. La tradicién posesoria ¢s el modo suficiente para transmitir 0 constituir derechos reales que se ejer- «en por la posesién. El vendedor esté obligado a entregar la cosa en el estado en que se encontraba al momento de la firma del contrato, libre de toda rela cin de poder y sin oposicién de terceros. : De acuerdo con el articulo 1926 CCyC, para adquirir por tradicién la po- sesidn o la tenencia de la cosa debe estar libre de toda relacién excluyente y no debe mediar oposicién alguna. 3 iu Stley Martin Rasa Las relaciones de poder sobre la cosa se adquieren por la tradicién; ésta no es necesaria cuando: a) La cosa es tenida a nombre del propietario y éste posteriormente la vende a la persona que la poseia en su nombre. b) Cuando el que la posefa a nombre del propietario, principia a poseerla a nombre de otro. ©) Cuando el poseedor Ia transfiere a otro reservindose la tenencia y cons- tituyéndose en poseedor a nombre de otro. 4) Cuando se trata de bienes registrables y en los casos legalmente previs- tos y sobre cosas no registrables, cuando el tipo de derecho asi lo requiera, no es necesaria la tradici6n, lo que es teemplazado por la inscripcién registral ya que Ia ley considera que ésta es “tnodo suficiente” para transmitir el derecho {articulo 1892 CCyC). 1.1 Laobigan de saneamiento El Cédigo Civil y Comercial trae una regulacién general del saneamiento cen los contratos, como garantia del adquirente de los defectos que pudiera tener la cosa o de la turbacién que pueda sufrir por parte de terceros. Esta garantia constituye un efecto natural de los contratos onerosos. Asi, en la compraventa, el vendedor debe garantizar que el comprador no sera turbado por otra persona que invoque mejor derecho, ademas deberd ‘garantizar que la cosa vendida es apta para su destino y que no tenga defectos «que hagan disminuir su valor. Elarticulo 1033 CCyC establece que: Estdn obligados al saneamiento: ) el transmitente de bienes titulo one- +050; b) quien ha dividido bienes con otros; c) sus respectivos antecesores, si han efectuado le correspondiente transferencia a titulo oneroso. Segiin el articulo 1034 CCyC, el saneamiento comprende la eviccién y los vicios ocultos, como si fuera una relacién género a especie. Ello ya era criti- cado por Salvat® quien considera que la eviccién esta ligada a la desposesin que sufte el adquirente de un derecho, mientras que el saneamiento com- © Salvat, Raymundo, op cit, 1957, p 363, Comroventa: 39 prende la indemnizacion de los datos y perjuicios derivados de aquella des- ror CBdigo Civil y Comercial regula el alcance de la obligacién de sanea- riento, comprensiva de las garantias de eviccin y vicios ocultos. De esta ‘manera, el adquirente tendra la accién genérica por saneamiento por la que puede demandaral vendedor que cumpla el contrato y perfeccione el titulo de la cosa objeto de la venta (en caso de eviccién), 0 bien, que repare los vicios 0 defectos que adolezca la cosa (vicios redhibitorios). Bl articulo 1036 CCyC sefala que: La responsabilidad por saneamiento existe aunque no haya sido estipa- lada por as pares. Estas pueden aumentarla,disminuitl 0 suprimiea, sin perjuicio de lo dispucsto en el articulo siguiente ‘Tanto la garantia por eviccién como la de vicios ocultos constituyen las denominadas cléusulas naturales del contrato de venta (aplicable a todos los, contratos onerosos), pues existen aun cuando no sean pactadas, pudiendo ser ampliadas, disminuidas o incluso renunciadas siempre que no exista mala fe odolo." Por su parte, las cldusulas de supresién y disminucidn de la responsabil- dad por saneamiento son de interpretacién restrictiva (articulo 1037 CCyC), es decir, que debe estarse @ la literalidad de los términos empleados en el contrato. Sin perjuicio de ello, a eléusula por la que se suprime o se reduce la garan- tia de saneamiento se tiene por no escrita en dos casos: a) cuando el enaje- nante conocia o debia conocer el peligro de eviccién o la existencia de vicios, YY) cuando el enajenante acta como un profesional en la actividad a la que corresponde la enajenaciin (articulo 1038 CCyC). La garantia de sanea- Iiento se aplica a los contratos onerosos, pero un adquirente a titulo gratuito (donatario) puede ejercer el derecho (no contra el donante) sino contra los antecesores de éste que hayan transmitido a titulo oneroso (doctrina articulo 1035 Cyc). * ©NCom, Sala A, 21/11/2000, “Artemis Consruciones S.A, Diy S.A, Dy 20012-3455 GivCom, Sala II, San Isidro, 27/04/2005, “Malay c. Goyeneche s, Resolucién de contrato’s CACiwCom, Cérdoba, 2 Nom 2/5/1980, SP La Ley 980-700, 0 aique Ste Nata Paso El articulo 1039 CCyC regula el alcance de la responsabilidad por sanea- miento en los términos que siguen: El acreedor de la obligacién de saneamiento tiene derecho a optar entre: a) reclamar el saneamiento del titulo o la subsanacién de los vicios:b) recla- mar un bien equivalente, si es Fungible;c) delarar la resolucién del contrato, ‘excepto en los casos previstos por los articulos 1050 y 1057, Por su parte, el articulo 1040 CCyC estable El acreedor de la obligacién de saneamiento también tiene derecho a la reparacién de los dafios en los casos previstos en el articulo 1039, excepto: a) si el adquirente conoci6, o pudo conocer el peligro de la eviccién o la exis- tencia de vicios:b) siel enajenante no conoci6, ni pudo conocer el peligro de la eviccién o a existencia de vicios;c) sila transmision fue hecha a riesgo del adquirente; d) sila adquisicin resulta de una subasta judicial o administra- tiva. La exencién de responsabilidad por datos prevista en los incisos a) yb) 1no puede invocarse por el enajenante que acta profesionalmente en la act ‘yidad ala que corresponde la engjenacién, a menos que el adquirente tam: bin se desempeiie profesionalmente en esa actividad. La jurisprudencia en materia de eviccién ha dicho que encontrindose acreditada la existencia de un contrato de compraventa, la ulterior privacién de la cosa recibida por el comprador debido al secuestro policial de lo rect ido, en razén de una causa anterior a la adquisicién, en el caso, mercaderia {que proviene presuntamente de hurto, robo o defraudacién, impone al vende- dor el cumplimiento de la dacién con base en el contrato mencionado: corres- ponde la reposicién de lo dado, conforme a las reglas dela eviccién, mediante la restitucién del precio recibido por el vendedor.® Con relacién a los vicios redhibitorios, nuestros tribunales han sentado que en todo contrato que tenga por objeto la transmisién de la cosa en propiedad, el enajenante debe asegurar al adquirente, no sélo la posesién pacifica de la cosa transmitida, sino tam- bien la posesién itil de ella, naciendo de alli precisamente la garantia del pri- © CNCom, Sala D, 15/9/1999, La Ley, 2000 Compraventa41 mero por los vicios redhibitorios; en caso contratio, el comprador tendria en su poder una cosa a la que no podria darle ningun uso." Dispone por su parte el articulo 1041 CCyC que: Enos casos en que la responsabilidad por saneamiento resulta dela ena- jenacién de varios bienes se aplican las siguientes regas: a) si fueron enaje- ‘nados como conjunto, es indivisible; b) si fueron enajenacdos separadamente, es divisible, aunque haya habido una contraprestacin jinica, En su caso, rigen las disposiciones aplicables alas cosas accesorias.. Para el caso de pluralidad de bienes, la responsabilidad por saneamiento seri indivisible si los bienes fueron enajenados en conjunto y seri divisible entre los eventuales deudores cuando la enajenacién fuese separada aun cuando ha existido una contraprestacion tinica. Para determinar sise trata de cosas principales 0 accesorias debemos estar a lo establecido por el articulo 230 CCyC. Para el caso de pluralidad de sujetos el articulo 1042 CCyC establece: Quienes tienen responsabilidad por saneamiento en virtud de enajena- ciones sucesivas son obligados concurrentes, Si el bien ha sido enajenado simultineamente por varios copropietarios,ésto slo responden en propor- cin a su cuota parte indvisa, excepto que se haya pactado su solidaidad. Los sucesivos transmitentes tienen responsabilidad concurrente (cada uno debe en virtud de una causa diferente y se aplican las normas de los articulos 850 a 852 del CCyC). Si la cosa fue transmitida de manera simultinea por varios copropietarios, todos responden en proporcién a su parte indivisa (salvo que hubieran pactado su solidaridad), teniendo derecho el acreedor a reclamar a cada codeudor su parte respectiva. 12 Respnsaidad previ Velez Sarsfield definia la eviecién como toda especie de pérdida, turbacién © perjuicio que sufra quien adquirié una cosa, © CNCix Sala F, 31/3/1980, ED, 42 iq G Ste Matin Russo Por la garantia de eviccién el vendedor (y todo enajenante en contrato bi- lateral a titulo oneroso) sera responsable frente al comprador 0 adquirente por las consecuencias derivadas de la falta de legitimidad del derecho que transite Salvatsostenia que la garantia por eviccién solo podia hacerse efectiva cuando el perturbador esgrimia una pretensién judicial Alsser la compraventa un contrato oneroso, todo vendedor debe responder frente al comprador por las consecuencias que se derivan de la turbacién que sufra este iltimo por parte de un tercero que invoque un mejor derecho. Sil adquirente es privado de la cosa por un tercero que invoca un mejor derecho se vulnera el equilibrio contractual si el enajenante no responde frente a esa turbacién, Para que opere la garantia de eviccién, se requiere un adquirente por titulo ‘oneroso y un tercero que alegue mejor derecho de manera que le impida total © parcialmente ejercer derechos sobre la cosa adquirida, y la turbacién debe ser por causa anterior 0 contemporanea a la adquisicién.® Es que si el adquirente hubiese conocido el peligro de la eviccién, no hu- biera adquirido ese derecho 0, naturalmente, hubiera pagado un precio menor. La garantia de eviccién es la obligacién que pesa sobre quien transmit onerosamente un derecho, de asistir 0 sustituir procesalmente al adquirente, yasea éste actor 0 demandado, en razén de toda excepcién, defensa o preten. sidn de terceros que, de prosperar, lo privarian del derecho adquirido; y, sub- sidiariamente, de indemnizarlo en caso de incumplimiento de esa obligacién ‘ode que la asistencia o sustitucién procesal hubiese sido infructuosa, siempre ue la pretensién del terceto se funde en una causa juridica anterior o con: tempordnea al acto de transmisién. Nuestros tribunales han sostenido tam- bién que el transmitente, aun de buena fe, es responsable frente al comprador por la garantia en cuestién." En sentido concordante al Cédigo de Velez, el nuevo régimen establece que no todas las turbaciones de derecho dan lugar a la eviccién, En efecto, no ‘comprendera las turbaciones de hecho causadas por terceros ajenos al trans- “ Salvat, Raymundo M,, op. ct, p. 380, “CCivCom, San Iso, Sala I, 27/4/2008, La Ley Online, 14/136172, “Camara de Apelaciones en lo Civil y Comercial de Azul, Sak I, 14/3/2006, Abeledo-Perrot Online N° 35003190, CNCiv, Sala H, 17/4/2013, RCyS, 2013-1 Conran: 83 mitente, ni las turbaciones de derecho procedentes de la ley, ni la eviecién resultante de un derecho originado con anterioridad a la transferencia y con- solidado posteriormente. Bl articulo 1045 CCyC permite al juez apartarse de esta disposictén s cuando exista un desequilibrio econémico desproporcionado y, por ende, un enriquecimiento sin causa. ‘Al ser la eviccién una garantia legal constituye una obligacién a cargo del transmitente quien debe responder por las consecuencias de una eventual privacién o turbacién que sufra el adquirente y que puede ser exigido por via de accién o de excepcién. : ‘Wayar,” siguiendo a Josserand, sefiala que la garantia de eviccién se con- verte en una obligacién de no hacer, puesto que el transmitente queda obli- gado a no privar, no turbar al adquirente en el goce del derecho que le trans- mitié; pero también en una obligacién de hacer que tiene el obligado de acudir en defensa del adquirente, asistiéndolo o sustituyéndolo procesal- mente, frente a cualquier pretensién deducida en contra del adquirente por parte de un tercero. Por ende, si un tercero invoca mejor derecho ¢ inicia una demanda contra el adquirente, éste puede citar a juicio a su enajenante, quien debe salir en defensa de los derechos de su comprador, y si quien adquiié resulta vencido por el tercero, el enajenante debers responder por los daiios y perjuicios y la devolucién del precio cobrado. Asi el articulo 1046 CCyC dispone: Si un tercera demanda al adquirente en un proceso del que pueda resul- tar la eviceién de la cosa, el garantecitado a juicio debe comparecer en los términos de la ley de procedimientos. El adquirente puede seguir actuando en el proceso. Elarticulo 1047 CCyC se refiere a los gastos de defensa que deberd cubrir el transmitente, quien deberd cubrir las costas y demds gastos que el adqui- rente se vea obligado a realizar para defenderse frente a terceros. Fl beneficio © Wayar, Ernesto C., Bvccién yvicios redhibitoros, Astea, Buenos Aires, 1989, p. 16; cita a Josserand, Louis, Derecho Civil, Contratos, 1, Ediciones Juridcas Europa-América, Buenos Aires, 1951, pp. 263-275. “4 Eigue 6 Stile Matin Russo no procede si el enajenante no es citado al proceso 0 cuando pese al allana- miento de este tiltimo, el adquirente continia con la defensa y resulta vencido. Es que al no citar al enajenante, el adquirente lo esta eximiendo de respon- sabilidad, y silo ha citado y no comparece, el juicio prosigue entre el actor y el demandado, y su responsabilidad deberé hacerse valer posteriormente. Para el caso que se presente y asuma la defensa del adquirente, puede actuar en forma conjunta o separada de éste. Elarticulo 1048 CCyC regula los casos en que la garantia de eviccién cesa motivada por responsabilidad del adquirente. En primer lugar, cuando omite citar a juicio al enajenante 0 lo hace una vez vencido el plazo procesal. ‘Tam bién la garantia cesa cuando el responsable no comparece al juicio y el adqui- rente, actuando de mala fe, omite oponer defensas, 0 no las sostiene 0 no in- terpone y continéia con Ios recursos ordinarios. El demandado no podré defenderse si el transmitente no tenia defensas legitimas que oponer. Una vez que el transmitente fue citado por el demandado y no comparece, el adqui- rente que fue demandado debera oponer todas las defensas y excepciones contra un fallo que le pueda resultar desfavorable. En tercer lugar, la garantia ccesa cuando el adquitente se allana (teniendo defensas que oponer) a la de- manda sin la conformidad del enajenante o si opta por el procedimiento arbi- tral y el laudo es desfavorable, ello en virtud de que ha asumido el riesgo del arbitraje. Hay supuestos en los que Ia ley no requiere la citacién del enajenante para que responda por eviccién y directamente faculta al adquirente a resolver el contrato: estos supuestos son: a) silos defectos en el titulo afectan el valor del bien a tal extremo que, de haberlos conocido, el adquirente no lo habria ad- uirido, osu contraprestacién habria sido significativamente menor, b) si una sentencia o un laudo produce la eviccién (articulo 1049 CCyC). La obligacién se extingue, también, cuando el derecho del adquirente se sanea por el transcurso del plazo de preseripcién adquisitiva (articulo 1050 CVC). 13, Respnsabilidad por vcs cules La responsabilidad por vicios ocultos constituye una garantia de los con- tratos onerosos cuya finalidad es proteger al comprador permitiéndole devol- ver la cosa al vendedor sila misma presenta vicios que la hacen impropia para su destino o exigir una disminucién del precio. Compeaverta: 45 Esta obligacién de garantizar pesa sobre todo transmitente a titulo oneroso que debe asegurar al adquirente que Ia cosa enajenada se encuentra en las condiciones pactadas o en las condiciones normales para el uso acorde a su destino. Salvat entiende que hay vicio oculto cuando no puede ser detectado ante el ‘examen o estudio de un experto. De esta manera, se requiere que el compra. dor se asesore con antelacién a la adquisicién.** Borda, por su parte, destaca que el vicio sélo debe presentarse como oculto para una persona comtin, mientras que Wayar® sostiene que los defectos de tuna cosa no pueden considerarse ocultos cuando sus imperfecciones pueden advertirse mediante un atento y cuidadoso examen segin la aptitud personal s adquirente 5 D's lado a jurisprudencia ha dicho que constituyen defectos ocultos aquellos que no se pueden descubrir mediante un examen atento y cuidadoso de la cosa. La garantia por vicios redhibitorios puede, en principio, ser ampliada por acuerdo de partes siempre que ese agravamiento no sea lesivo 0 abusive. La responsabilidad por los vicios ocultos constituye una responsabilidad objetiva que tiene por fin obligar al transmitente a restituir las cosas a su es- tado anterior sea 0 no de buena fe, Si el adquirente conocia los vicios © pudo conocerlos (por su cualidad técnica) el enajenante, salvo pacto en contrario, esté-eximido de responsabilidad. Los vicios deben existir al momento de la adquisicién, aunque se hagan Visibles can posterioridad. En consecuencia, Ia garantia no funcionaré si las circunstancias que hagan impropia la cosa para su destino o que disminuyan su valor, son posteriores a la adquisicién con motivo del desgaste por el uso normal de la cosa El Cédigo Civil y Comercial, en su articulo 1054, impone al adquirente la carga de denunciar la manifestacién de los vicios ocultos dentro de sesenta dias de haber aparecido. Si el defecto se manifiesta gradualmente, el plazo se “Salat, Raymundo M. op cit, p43) * Borde, Guillermo, Tratado de Derecho Civil. Contras Xs Abeledo Perrot, 2004, p. 165. Wayas.op itp 125 * CNFedCivCom, Sala 1, 7/11/2002, JA, 2003-11258, + ed, actualizads, Lexis-Ne- 46 Evique Sty Matin Russa cuenta desde que el adquirente pudo advertirlo. Una vez denunciado, la pres- cripcién esta sujeta a las normas generales y al no establecerse plazo especi- fico, se tomara el plazo de un aito que prevé el articulo 2564 CCyC. EI nuevo ordenamiento regula dos acciones por separado, la de disminu- cin del precio (quanti minoris) y la de resolucién del contrato. Asi, el articulo 1056 CCyC establece: Elacreedor de la garantia dispone del derecho a declarar la resolucién del contrato: a) si se trata de un vico redhibitorios b) si meds una ampliacion convencional dela garantia, Cabe destacar que si el defecto no es lo suficientemente grave como para hacer la cosa impropia para st destino, el adquirente puede pedir la subsana- cin de los vicios o reclamar un bien equivalente si es fungible (articulos 1039 y 1087 CCyC). Sila cosa perece total o parcialmente a causa de sus defectos, el garante debe soportar su pérdida (articulo 1058 CCyC) 2Obligacones del comprador Elarticulo 1141 CCyC formula una enunciacién genérica de las obligacio- hes a cargo del comprador para luego, a partir del articulo 1152 del mismo Cédigo, efectuar un tratamiento especifico en materia de cosas muebles y se- gtin las modalidades del contrato. Con todo, cabe destacar que conforme al articulo 1142 CCyC las disposiciones de la “compraventa de cosas muebles” no excluyen a aplicacién de las normas previstas en el ‘Capitulo 1. Compra- venta’ en cuanto sean compatibles, Sentado lo expuesto, las obligaciones del comprador de inmuebles son: 4) Pagar el precio en el lugar y tiempo convenidos. Si nada se pacta, se entiende que es al contado. Como hemos visto, el pre~ cio es un elemento esencial del contrato de compraventa. Bs la causa fin de contraprestacién del vendedor que queda a cargo del comprador. Es la suma de dinero que recibe el vendedor a cambio de la cosa que entrega.” Asi exa6nico, op. ct, p52 ys, Compras: 47 cosas, se trata de la obligacién més importante que pesa sobre el comprador. Fllprecio debe pagarse en el lugar y tiempo convenido y sinada se pacta sobre plazo de pago, se entiende que debe pagarse al contado. Vale deci: contra Ia tentrega della cosa. Por su parte, sel silencio del contrato es respecto del lugar de pago, se entiende que debe hacerse en el domicilio del comprador por set sudor de la prestacién e a A del precio debe reunir los requisitos de identidad, integridad, pun- tualidad y localizacién (articulo 867 CCyC) de los cuales resulta que el com- prador debe entregar Ia suma de dinero pactada como precio (identidad e integridad), en el tiempo y lugar convenidos (puntualidad y localizacién). ’) Recibir la cosa y los elementos vinculados con el contrato. Esta obligacién de recibir consiste en realizar todos los actos que razona- blemente cabe esperar del comprador para que el vendedor pueda efectuar la centrega de la cosa, : El comprador esti obligado @ recibir la cosa en el tiempo y lugar conve- nido, pero puede rehusarse@ ello sino se la entregan libre de toda relacién de poder y de oposicién de terceros. De acuerdo a lo establecido en el articulo 1139 CCC, el inmueble, salvo pacto en contrario, debe entregarse inmedia- tamente después de la escrituracién. La obligacié jon de recibir la cosa y los documentos vinculados con el con- trato consiste en un deber de colaboracién que pesa sobre el comprador y que es correlativo de la obligacién a cargo del vendedor de entregar la cosa. ©) Pagar los gastos de recibo. Queda a cargo del comprador afrontar los gastos de recibo de la cosa entre Jos que se incluyen el testimonio de la escritura piblica. Ast como el vendedor debe soportar los gastos de entrega de la cosa (articulo 1138 CCyC) corres- ponde que el comprador afronte los de recibo. El comprador debe pagar los impuestos, aportes, legalizaciones y honora- ios dela escritura traslativa de dominio a su cargo y todos aquellos gastos de cardcter administrativo que demande la inscripcién del titulo de propiedad en el Registro de la Propiedad Inmueble correspondiente. * Borda, Alejandro, Tratado de Derecho Civil, Coniratos 1,9 ed La Ley, Buenos Aires, 2016, p.339, 48 Eig Stley Narn Rasa VI Compraventa de cosas muctes 1. precio ena compraventa de cosa mucble Ya hemos visto que el precio es un elemento tipificante del contrato de compraventa; a punto tal que su existencia es condicién necesaria para que se verifique este contrato. Una cuestién que cabe ser considerada es si en el estado actual de la legislacién es posible que el contrato de compraventa quede sin efecto por falta de precio. Bs que, conforme veremos, el Cédigo Civil y Comercial brinda un entramado de soluciones para la hipétesis en que el precio no haya sido determinado en forma explicita por las partes, dejando 4 nuestro juicio escaso margen para la frustracién del contrato por falta de precio, tal como lo prevesa el articulo 1350 del Codigo de Vélez. La determinacién y el pago del precio en la compraventa de cosa mueble resentan algunas particularidades que analizaremos a cor 1.1 Determinacin dal precio Lo usual es que las partes acuerclen de manera explicita el precio de lao las cosas muebles objeto del contrato de compraventa. Esta determinacién podra ser expresa cuando las partes indiquen la me- dida 0 el quantum de dinero que deberi ser entregado por la parte compra- dora como contraprestacién por el traspaso de la propiedad de la cosa objeto del contrato. Esta hipétesis no ofrece mayores dudas y es la que se verifica en infinitas transacciones que se realizan a diario de manera espontinea y no formal o con una minima instrumentacién. Otra forma de determinacién expresa del precio es cuando se fija por peso, ntimero o medida. En definitiva, el importe a pagar por los efectos vendidos estd establecido sea por unidad de producto, por unidad de peso o por unidad de medida, y la expresién del precio del contrato dependera de una sencilla operacion aritmética que consistir’ en multiplicar el valor de dicha unidad o medida -segin fuera el caso- por la cantidad de unidades que integean el objeto de la compraventa. En tal sentido, dice el articulo 1144 CCyC que si el Precio se ja con relaci6n al peso, ntimero 0 medida, es debido el precio pro- » RezzOnico, Ls Maria, op. cit, p15. Ceompravena 9 pporcional al niimero, peso o medida real de las cosas vendidas. Agrega la norma que si el precio se determina en funcién del peso de las cosas, en caso de duda se lo calcula por el peso neto, Vale decir que sino se estipulara lo contrario, el peso a ser considerado para la determinacién del precio seré el correspondiente exclusivamente al articulo 0 producto, sin tomar en cuenta el peso de los envoltorios, embalajes o empaques. La fijacién del precio puede ser realizada por las partes también en forma ticita, Partiendo de la premisa que el precio tacito seré el sobreentendido por las partes, entonces tal forma de determinacién se verificard, por ejemplo, cuando ellas operen con habitualidad en la compraventa de determinada ca- lidad de cosa a un precio dado y no se hayan verificado cambios de circuns- tancias que habiliten a considerar que dicho precio pudo 0 debié modificarse. En tales condiciones, debera entenderse que el precio es el mismo que las partes vinieron aplicando para la compraventa de idénticos articulos 0 mer- caderias, en similares circunstancias. ‘Ahora bien, es posible que las partes no hayan establecido el precio en forma expresa ni ticita, mas sin embargo acordaran un mecanismo para su determinacién. Podrian asf las partes convenir que se tome en cuenta el valor para efectos o mercaderias similares que informe un determinado operador a tuna fecha especifica o que resulte de la cotizacién del mismo producto, aun en ‘un mercado distinto a aquel donde se ha celebrado o deba cumplirse la com- praventa de que se trate, pero que haya sido escogido por razones de mayor previsibilidad o estabilidad. Desde ya, la determinacién del precio efectuada de este modo seria vilida, en virtud del principio que emana del articulo 959 CCyG, con el aleance del articulo 961 y dejando a salvo los supuestos de los articulos 265, 276 y 332 del mismo cuerpo normativo, que regulan el error, la violencia y la lesidn subjetiva. - ; Al igual que lo hacian el articulo 1349 del Codigo de Vélez y 459 del Co- digo de Comercio, el vigente Cédigo Civil y Comercial prevé en su articulo 1134 la posibilidad de que las partes defieran a un tercero la determinacién del precio, Dicho tercero actuard entonces como mandatatio del comprador y © Sibien esta norma est fuera dela regulacion especifica dela compraventa de cosas muebles, resulta aplicable por mandato del articulo 1142 a establecer que las disposiciones especificas sobre este tipo de compraventas no excluyen la aplicacin de las normas generaes que rigen el contrato, en cuanto sean compatibles. 50 viueGStley Mart Rasa del vendedors* pero no siendo parte en la compraventa, no podré conside- rarse perfeccionado el mandate hasta tanto haya sido aceptado por la persona designada para tal cometido.” Por este motivo, bajo la derogada normativa la negativa 0 imposibilidad del tercero para establecer el precio, implicaba que la compraventa quedara sin efecto. Segiin el Cédigo Civil y Comercial, en cambio, frente a la misma situacién no se produce la frustracién del contrato sino que es el juez quien debe fijar el precio mediante el procedimiento mas breve que prevea la ley local. ‘Igual mecanismo se aplicari en caso de que las partes no hayan designado en el contrato al tercero que fijaré el precio y luego no alcancen un acuerdo sobre la persona en que recaers tal designacién, Entendemos que esta solucién, que innova drésticamente con relacién ala que establecian los Cédigos Civil y de Comercio derogados, se alinea con el Principio de conservacién del contrato que establece el articulo 1066 CCYC. Por esta razén, propiciamos que aunque no se encuentre expresamente pre- visto por la norma actual, no habria inconveniente en que las partes del mismo modo acuerden directamente que el precio del contrato sea determi- nado por via judicial Abordaremos ahora el caso en que las partes nada han estipulado acerca del precio: no lo han acordado ni expresa ni tacitamente y tampoco han encargado su determinacién a un tercero. En este supuesto, el articulo 1143 CCyC considera que las partes han hecho referencia al precio generalmente cobrado en el momento de la celebracién del contrato para tales mercade- rias, vendidas en circunstancias semejantes, en el tréfico mercantil de que se trate. La redaccién de la norma no es la mAs acertada ya que justamente para el «caso en que las partes no han sefalado precio alguno, resulta paradéjico pre- dicar que éstas hubieran hecho referencia a un modo indirecto para su deter- minacién y, mucho menos, a un valor de mercado. Podré decirse que la ley Presume en esos supuestos que el precio ser el generalmente cobrado para compraventas similares, pero dificilmente que las partes hayan referido a al- atin valor o parémetro ttl para fijar el precio * Cam. 2° Civil y Comercial, La Plata, DJBA, 54-93; © Anticulo 1319 segundo pirrafo del Cédigo Civil y Comercial Compeaerta: 51 ‘Al margen de esta desafortunada expresién cuya explicacién enseguida abordaremos, la soluci6n legal guard alguna semejanza con la que antes pro- veian el articulo 1354 del Cédigo de Vélez y el 458 del Cédigo de Comercio. Estas normas establecfan que en caso de que la cosa hubiera sido entregada sin que constara o se hubiera determinado el precio, se entendia que las partes, se sujetaron al que fuera corriente en el dia y lugar de la entrega de la cosa vyendida, E] Cédigo de Comercio agregaba que si hubiera habido diversidad de precio en el mismo dia y lugar, prevaleceria el precio que fuera el término ‘medio entre ellos. La explicacién para esta solucién esta dada por la ineficacia de la compraventa que careciera de precio durante la vigencia del régimen anterior. Este principio reconocia sin embargo una excepcidn cuando la mer- caderia ya habia sido entregada, supuesto en el cual los efectos del contrato subsistian y el precio se establecia entonces conforme a los parametros vigen- tes en el lugar y en el tiempo de la entrega. ¥ en tales circunstancias, se repu- taba que si habia mediado tradicién, necesariamente existia entre las partes, un acuerdo sobre el precio éste no podia ser otro que el corriente de plaza al momento en que aquilla se habia hecho efectiva. En el régimen actual, en cambio, el precio que se considera es el general- mente cobrado en el momento de la celebracién del contrato, sin distinguir si Ja cosa hubiera sido entregada o no. Este cambio en la consideracidn del pre- Gio que debe tenerse en cuenta, tomando ahora el correspondiente al mo- mento de celebracién del contrato y no ya de la entrega de la cosa, parece hallar su antecedente en la Convencién de Naciones Unidas sobre la Compra- Venta Internacional de Mercaderias firmada en Viena el 11 de abril de 1980 y aprobada por Ley 22.765, cuyo articulo $5 ~con similar redaccién a la del articulo 1143 CCyC~ alude precisamente a dicho precio cuando las partes no lo hayan sefalado ni expresa ni técitamente ni hubieran estipulado medio ara determinarlo.” * Farinai, Eduardo N,Incidencias del Cddigo Civily Comercial, Contratos en particular, Harn- ‘urabi, Buenos Aires, 2015, . 57 ® Dice el acticulo 55: “Cuando ol contrato haya sido vilidamente celebrado pera en él ni ex: Press, niticitamente se haya seialado el precio o estipulado un medio para determinatl, se ‘onsideraré, salvo indicacién en contrari, que las partes han hecho referencia implicitamente Al precio gencralmente cobrado en el momento de la celebracidn del contrato por tales merca as, vendidas en circunstanciassemejantes, en eltrifico mercantil de que se trate? S52: EniqueG Stley Marta Riso 1.2. Moment parael pag del reco El principio general que emerge del articulo 1152 CCyC es que el pago del precio debe realizarse contra la entrega de la cosa, Nuevamente, tratindose de cosas muebles, ¢s lo habitual y bastan como ejemplo innumerables operacio- nes que tienen lugar en la vida cotidiana, como cuando acudimos al super- mercado a comprar alimentos, bebidas, articulos de uso personal, etcétera Esta modalidad es la que la jurisprudencia denominaba pago al contado nneto.* El articulo 464 del Cédigo de Comercio vinculaba la entrega de la cosa con la obligacién de pagar el precio, de manera tal que el comprador no podia exigir aquella sin haber hecho efectiva ésta al menos en forma simulténea. La misma regla puede considerarse también aplicable a los casos en que se ha pagado un anticipo a cuenta del precio, siendo exigible el saldo al mo- mento de entregarse la cosa comprada, Sibien este es el principio general, pueclen mediar citcunstancias particu- Jares que habiliten a apartarse de él: laexistencia, por ejemplo, de una costum- breen el lugar en que se efectie la operacién, que habilite a considerar que se ha concedido un plazo para el pago* o la convencién en contratio de las par- tes, fijando un momento distinto para el pago, Tal el caso de las ventas hechas a crédito. El mismo articulo 1152 CCyC establece la posibilidad de que el comprador se exceptie del pago del precio mientras no tenga la posibilidad de examinar las cosas entregadas, lo cual resulta razonable dada la estrecha relacién que existe entre la obligacién de pagar el precio y la de entregar la cosa y ambas son las bases del carsicter conmutativo del contrato.* De manera tal que, si las cosas no se ajustaran a lo pactado, el pago del precio no seria exigible por el vendedor. Para ello, la norma dispone que la modalidad de la entrega o de ago pactadas deben ser compatibles con esta posibilidad, ya que si las cosas fueran entregacas en condiciones tales que permitan st examen en el mo= mento por parte del comprador o el pago del precio se encontrara por ejem- plo- diferido respecto de la entrega, entonces la solucién no seria aplicable, ‘ CNCom, Sala B, JA 1954-IIl, 256, También Cm, Apel. * CiCom., Cénoba, JA, $5, 698, Farinati Eduardo N., op cit, p63, ® Salvat, Raymundo M, Acuiha Anzorena, Arturo, Tatado de Derecho Civil Argentina. Fuente de las Obigaciones, tI, Tipogratica Editors Argentina S.A., Buenos Aites, 1961, p. 345. Compraventa:53 rio de razonabilidad, a solucién legal debe entonces aplicarse con un cri ‘ ‘euidando que no se convierta en una suerte de condicién potestativa que deje en mans de una sola de las partes ~elcomprador~ el normal desarrollo del ‘contrato y el cumplimiento regular de las obligaciones que resultan de él ie lugar de entrega de la cosa te entoga da cosa materiiza el traspaso del propiedad sobre cla del vyendedor al comprador. Por esta razén, resulta de fundamental importancia determinar con precisidn en qué momento ésta debe tener lugar, conforme a Jas condiciones establecidas en el contrato. 7 En funcidn de ello, queda claro que la entrega de la cosa tendra lugar en el tiempo que las partes hubieran acordado, si existiera convencién expresa al respecto y atin si el mismo resultara en forma ticita del contrato, Mas, si pese a lo trascendente del acto de la entrega, las partes nada hubieran previsto y no existiera una costumbre ~entendida con el alcance del articulo 1 CCyC- aplicable especificamente a la compraventa de que se trate," entonces el arti- culo 1147 CCyC es categérico al disponer que la tradici6n debe tener lugar dentro de las veinticuatro horas de celebrado el contrato, Por ello, no com- partimos la opinidn de distinguida doctrina que entiende que si el plazo es Indeterminado o no existe plazo, éste debe ser fijado por el juez a pedido de parte y por el procedimiento mas breve que prevea la ley local“ Por el con- trario, entendemos que rige el plazo legal y, en todo caso, debers el compra- dor interpelar al vendedor a efectos de constituirlo en mora, de conformidad con el articulo 887 inciso a) CCyC, dado que en este caso el tiempo para el ‘cumplimiento de la entrega no resulta en forma expresa del contrato, sino del texto de la ley. Ahora bien, puede ocurrir que en el transcurso del plazo acordado en el contrato el vendedor realice entregas al comprador que no se ajusten a las cantidades 0 calidades acordadas. E] articulo 1150 CCyC prevé la posibilidad de que el vendedor subsane estas entregas completando las cantidades que * Altern, Jorge H., Cédigo Chil y Comercial Comentada, VI La Ley Buenos Aires, 2015, Pin. * Para o cual agregamos, es esencilatender ademas a la natursleza de la cosa que constituya élobjeto de a compravena * Alevini, Jorge Hop. et 1, p. 104 ‘A tongue Stile Matin Rusa faltaren, entregando otras cosas en sustitucién de las inicialmente entregadas © supliendo de otro modo su falta de adecuacién a lo convenido hasta la fecha «que habia sido fijada en el contrato para la entrega de los efectos vendidos. La norma citada reconoce el derecho del comprador de ser indemnizado especificamente por los inconvenientes y gastos excesivos que la inadecuada calidad de las cosas entregadas le hubieren ocasionado, aun en el caso que el vendedor hubiera sustituido o subsanado tal falta de adecuacién a lo pactado de la mercaderia entregada. Nosotros pensamos que sila entrega parcial o escalonada de las cantidades hubieran causado daiio al comprador, también habré lugar al reclamo indem- nizatorio por derivacién de la regla nemtinem laedere, siempre que la entrega unificada hubiera sido condicién expresa del contrato o la misma resultara de la naturaleza de la cosa objeto de la compraventa, En lo referente al lugar de entrega de la cosa, prima el principio de autono- mia de la voluntad y, una ver més, corresponderd estar a lo que las partes hubieran convenido en el contrato. En este sentido, los articulos 1148 y 1149 CCyC preven diversas alternativas que, a nuestro juicio, no agotan todas las modalidades de entrega que podrian verificarse. Asi, las partes podrin acordar expresamente que la entrega tendré lugar en lugar especifico que ellas determinen, donde las partes deberdn constituirse por st oa través de terceros con facultades suficientes para entregar y recibir, respectivamente. Pero también podrin acordar la puesta a disposicién de la mercaderfa en ugar cierto y que ello tenga los efectos de la entrega: pero en este supuesta, la norma asume que el comprador no tendr la posibilidad de revisar los efectos entregados, otorgindole entonces el plazo de diez dias computado desde que fueran retirados, para revisarlos y, en su caso, expresar su disconformidad formulando el correspondiente reclamo al vendedor. Finalmente, las partes pueden acordar la entrega simbélica de la cosa ven- dida; esto es, mediante la tradicién no ya de los propios efectos, sino de los documentos de transporte, a través de su cesién o endoso. Hallamos el ante- cedente de esta modalidad en el articulo 461 del Cédigo de Comercio, que establecia que la entrega de la cosa vendida podfa verificarse por el hecho de “ Lasitacion seasimia a la entrega de cosas en fardos o bajo cubierta,regulada por elarticulo 1155, Compre 5 Ja entrega material “o simbélica, o por la del titulo” y resulta consistente con la modalidad de tradicién que prevé el articulo 1925 del régimen actual en cuanto dispone que también se considera hecha la tradiicién de cosas muebles, mediante la entrega de conocimientos, cartas de porte, facturas w otros docu- mentos de conformidad con las reglas respectivas. ; ‘Ahora bien, si nada de esto hubieran acordado las partes, se estara a los 1usos y costumbres o a las particularidades de la venta. Asi, por ejemplo, si se tratara de la compra de hormigén elaborado, es habitual y connatural a las caracteristicas del producto que sea entregado en obra mediante su vaciado ‘en los moldes y encofrados dispuestos para el emplazamiento de las colum- nas, losas y Vigas. ett Finalmente, dispone el articulo 1148 CCyC que en defecto de previsién contractual o de usos que determinen un lugar para la entrega, la misma de- berd realizarse en donde la cosa cierta se encontraba al celebrarse el contrato. Si bien esta directiva residual podria obedecer a la imposibilidad de imponer al vendedor la obligacién de trasladar la cosa desde el lugar donde se hallaba al ‘momento de la contratacién hacia un lugar distinto, cuando en rigor no existio previsién contractual que ast lo dispusiera, Ia solucién no deja de ser contra dictoria con la que consagra el articulo 874 inciso a) CCyC al establecer que la obligacién de dar cosa cierta se Cumple en el Iugar donde ésta se encuentra habitualmente (que puede no ser el mismo donde se encontraba a la época del contrat). Frente a ello, somos de la opinion que el vendedor cumplira entregando la cosa al comprador alternativamente en el lugar donde aquélla se hallaba al momento del contrato o donde se encuentra habitualmente, Pero en virtud del deber de lealtad y buena fe al que las partes contratantes deben ajustar su proceder (articulo 961 CCyC), debera mantener informado al comprador a ‘efectos de que, a su vez, pueda cumplir con el deber de colaboracién que se concreta en la recepcién de la cosa. Desde ya, son a cargo del vendedor los riesgos de daiios o pérdida de las cosas, por aplicacién del principio res perit domino. ¥ en tanto no haya ope~ radola tradicién a favor del comprador, en cualquiera de las modalidades que hhemos visto hasta aqui, la propiedad subsiste en cabeza del vendedor. 1Los gastos que deban incurrirse hasta poner la cosa a disposicién del com- rador, son también a cargo del vendedor ~articulo 1151 CCyC- excepto que se hubiera acordado en sentido diverso entre las partes. ‘6 EonqueG Ste Hath Lusso 1. Entreg dela dacumentcén Entre las obligaciones del vendedor de cosa mueble se encuentra la de en- tregar la factura que describa la cosa vendida y los términos de la venta:” el precio, plazo, lugar y condiciones de entrega, garantias, etcétera. La factura, vocablo sumamente arraigado en las costumbres mercantiles, es tun documento emitido por el vendedor en el cual constan los elementos més relevantes del contrato de compraventa celebrado por las partes. Su utilidad reside en que constituye la base cierta de reclamos y responsabilidades.® Por ello, generalmente se encuentra instrumentada en formulario 0 papel con membrete del vendedor, en el cual se indica la fecha, y se detalla el nombre del vendedor y comprador, la mercaderia remitida en su cantidad y calidad, el precio, los lugares de pago y de entrega.” No es un instrumento del contrato de compraventa, sino una de las pruebas de él o de su ejecucién.”” Elarticulo 1145 CCyC, siguiendo el articulo 474 del Cédigo de Comercio derogado, determina que sila factura no indica plazo para el pago del precio, se presume que la venta es de contado. Asimismo, la factura no observada dentro de los diez dias de recibida se presume aceptada en todo su contenido. En este punto, el nuevo ordenamiento se aparta de la disposicién antes citada © Bn este sentido, el attculo 10 de la Ley 24.240 de Defensa del consumidor dispone: “Conte nido del documento de venta. En el documento que se extienda por la venta de cosas muebles, sin perjuicio de lainformacién exigida por otras leyes o normas, deberi constar:) La descrip. cin y especifiariin de la cosa:b) El nombre y domicilio del vendedor; c) El nombre y dom cilio de fabricante,distribuidor o del importador cuando cortespondiece;d) La mencién dels caracterstcas de la garantia conforme a lo establecido en esta ley e) Los plazos y condiciones de entrega f) El precio y las condiciones de pago. La redaccén debe ser hecha en idioma na-

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