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Gabriel Di Meglio y Sergio Serulnikov compiladores La larga historia de los saqueos enla Argentina De la Independencia a nuestros dias 8. La violencia anunciada El ruido de las ollas vacias en 2001 Ménica Gordillo Con distintas denominaciones ~"erisis",“estallido”, “rebelién", Sinsurreccién de masas", “argentinazo" o simplemente "diciembre" acontecimientos de finales de 2001 pasaron 2 la historia asociados a me- tdforas fundamentales: “Que se vayan todos" y "Piquete y cacerola: / la Jucha es una sola”, Mas alli desu efimera confluencia, esas imagenes alt dian alos principales repertorios de aeci6n con los que el sentido comin associé aquellas jornadas al recordarlas, sobre todo porque los términos involucrados se refieren a formas de protesta que habrian tenido el efec- to de provocar la renuncia del entonces presidente Fernando de la Ria ‘Sin embargo, como destaqué en otra oportunidad,’ las jomadas de diciembre también fueron escenario de otras formas de accién colectiva no siempre recordadas, como la de las reuniones de cludadanos en las plazas. Este era el caso de las demandas de alimentos que, por lo general, ‘desembocaron en saqueos en las principales ciudades del pais. Dichas ddemanlas, como las de las vecinas de los barrios que protestaban contra el “corralito”, pareeian compartir similar percepcion de despojo aunque, en el primer caso, aparecian como el profando sonido del vacio. Pero ni las cacerolas ni las otras expresiones de protesta anuda- das en diciembre pueden Ieerse con un sentido univoco, salvo el de constituir distintas formas de ejercicio ciudadano frente a injusticias varias afirmadas en los aiios previos y que encontraron en el escena- rio critico de 2001 el detonante y la oportunidad de enlazarse en una trama de sentidos, diversos y polifénicos pero, al parecer, con un des- tinatario comiin: los poderes nacionales y locales. En efecto, si bien algunas acciones no se concentraron en las plazas -simbotos de la max nifestacion ciudadana-, sino en espacios marginales y en acciones que parecian adoptar sus formas mas primitivas y elementales, también habia uestionamientos a wn orden politico que parecfa haber tocado fondo. ‘Asi, las acciones de diciembre deben entenderse como parte de una moxilizacién social y politica en la que Tos participantes pusieron en jue- 0 distintas formas de sery de representarse a simismos como miembros los 1202 1A LAKOA HISTORIA DE LOS SAQUEDS EN IA ARGENTINA dleuna comundad que les otorgaba derecho, ns lt cle quel trade itty fox degra como tales. ntertaremon demostar i én en Ios cronatgueimersnironen espacio marginale de pole eta reson a demand al Estado de agin tipo de reparacién lsentine recedes por un bien pero o reine la iniepracin onl comme aad pee, en cua consideraban que balan quedadoo peda hele fuern dela fromera que a demarcabs. Ala ver procraremos ng afer de vita a relciones con hs crs forma de cin eoleeta que Er ftaollaron en ebe entoncss que aaron a conan hottie deseni, um eomendar, ex necesara scar que Ia acclones que aaa. non regia como antecedetes ox saqon proud lor mee deimaye yjto de 1989, aunque con menor intensidad, en febrero de 1990. Bn oo teabaj inscibimos esa accones de Finals de lose been denro de un marco de ands mis general, que buscaba ex plea los cambios produciouen fa mvizacion de cles poptlans Uiveleion con ls profundas tansormacionesoperadat ene model de integreion socal conolidd ene passdo En smultSneo reflex nba aerea de un sentido debe de lo ocurrido como continldad de tn peculiar polcidad que busca expr ene expo pio, pero también como i stauracon de una rupira con relacin at Semandasy tos epertoro de clon anteriores Ese set de novedad también es denacado por Serliko inlogaremos con i oserai- tes pare analiza tants ls elementos de contnuldad como fas rans Imclones ene conento genera en as Mendes populares yeni forma de olen cola que sllvon la suerte del primer goer den reconsrucidn democraticayaqueis que dace ao despues, pr Slron fn la pesdenca de Dela Ra, Deal que este capitlo deb Icerse come enn juego deespjos com lox sages de 1989 Sin embargo, como hemos antelpado, una primera diferencia nde nena cn To nacido en 1980 ue la eri” de 2001 Toe een también de otras formas de acc coletva. Aungue 1s queos pro djeron la mayor canidad de meres, impacto simbolcoy soe memoria coleta fue menor que el de sors expresones, Deli que tex comveninteconsderarrumaviamente sigan de interpret nessa ln aontecido para ponderar et papel descmpesiao en elt lo sqeos, Una custo iia es retonocer To mhicho que J crib sobre el ema y sobre laconic soil que se pro e® Intima dca del ilo XX. Nusta propia elexin sobre la ema Gs deudora de ese weap previo en particular, del reaload en eg LA VIOLENGIA ANUNCIADA 20g, pos por lo que solo nes limitaremos a sefialar algunas interpretaciones que ayuden a sitar el recorte escogido aqui y a ubicar aquellos saqueos dentro de procesos de mis larga duracién, Buena parte de los analisis realizados casi en simulténeo con los acon- {ecimientos resaltaba la novedad de lo ocurrido, Para muchos, diciembre de 2001 marcaba el inicio de un ciclo de movilizacién en el que la aecién directa, la autoorganizaciOn y la democracia de base instauraban una nueva ciucadania e instiucionalidad. En el imbito académico de enton- ces, esa percepcién de novedad era, en parte, resultado de cierta tenden- cia‘@ especializar el andlisis separando la dimensién politica de la social, © concentrando como objeto de la primera sélo los problemas relacio- nados con la gobernabilidad. Ello implicé descuidar el proceso hist6rico de constitucién de una conflictividad social en ascenso, enyos actores protagonizarian Inego los hechos que analizaremos, Esa mirada histérica sélo mas tarde fue encarada de manera sistemstica. Una excepci6n a esas primeras interpretaciones fue el exhaustivo relato “en caliente” como el propio autor aclvirtié— hecho por Raiil Fradkin® de los hechos previos al 19y 20 de diciembre, preocupado por colocar lo ocurrido dentro de una experiencia y tradici6n hist6ricas, siguienda las mejores ensefianzas de la historia social. Sin embargo, si bien analitico, ese trabsjo solo planted lineas para un enfoque y una reconstruccién histériea necesarios y de aleance ms amplio. Esa perspectiva historica esti presente también en el trabajo de Nico- lis Tigo Carrera y Maria Celia Cotarelo aunque estrictamente se con- centren en el andliss del ciclo de movilizacién que va del 12 al 20 de diciembre y ofrezcan algunas claves de interpretaci6n. Para ellos, se pro- dujo entonces una superacién de todas las formas de rebelidn propias de los doce atios posteriores a la revuelta de 1989, y los episodios de 2001 constituyeron el punto de Ilegada de una etapa iniciada con el motin de Santiago del Estero en diciembre de 1998, cuando ~desde su perspectiva- ‘se gest6 una fuerza social? Reconacen siete momentos: 1. las manifestaciones callejerss dispersas; 2, la huelga general que articula la rebelisn; 53, la lucha por reivindicaciones inmediatas (con cortes y mani- festaciones callejeras) y saqueos; 4. la hicha econémico-prictica de los asalariados que deviene en combates callejeros; los saqueos que se convierten en revtelta con elementos de El 204 LA LARGA HISTORIA DE-LOS SAQUEOS EN LX ARGENTINA 6, la manifestacién de masas pacifica: el cacerolazo, y 7. el combate de rrecci6n esponténea." sasas en el centro de Buenos Aives: Ia ins Pese a lo discutible de ta segmentacién y de sus conclusiones, Tigo y Cotarelo aportan informacién relevance y muestran a la vez la diversidad, de actores y demandas que se entremezclaron en diciembre de 2001 El equipo dirigido por Federico Schuster’ brinda un aporte similar, que cuestiona la novedad de lo ocurrido al considerar que, dado el nivel creciente (en cantidad, fuerza y onganizacién) de las protestas que venian, produciéndose en la Argentina desde mediados de los afios noventa, prov ‘mediando 2001 las condiciones sociales, econémicas y politicas podian producir acontecimientos como los del “argentinazo”. Sin embargo, a Ja ver sefialan la necesidad de diferencias los actores y algunos jes 0 dimensiones principales de su accionar. Si destacan como novedad la organizacion y movilizacién de los sectores medios urbanos y la articw lacion con desocupados y piqueteros, aunque estos dltimos ya se ex: presaban con anterioridad. Aliora bien, zcémo han explicado estos trabajos (y otros relevantes) los saqueos de aquel aio? Para liigo Carrera y Cotarelo se inscriben como Iichas por reivindicaciones inmediatas, como la mis inconsciente forma de protesta en la que prevalece el elemento espontinco: lo caracteristico es la dispersion de las acciones y los chogues entre particulates, que no egan a focalizarse sobre las instituciones del gobierno o del Estado." Marean una dilerencia con el moti to de odio; este incidi6 en el quinto momento hacia el 18 y el 19 de iciembre-, cuando los pobres, principales protagonistas, Ilegaron ala forma mis alta de su rebelién, la revuelta. Consideran este momento como la insurrecci6n de los hambrientos."' Sin especificar qué cambia entre los primeros saqueos y los segundos, ni qué produicirfa el odio en los Gkimos, predomina ta idea de cierta apoliticidad, como respuesta ‘elemental, casi mecinica y ahistoriea a una necesidad bisica La interpretacidn sobre la preeminencia de un comportamiento hete ronomo esta también presente en la visidn del equipo de Schuster, quien seftala que los saqueos no responden a la misma I6gica que las protestas de los “caceroleros" o de los desocupados. Si bien oponen reparos a la hipstesis de la movilizacién clientelar, sobre todo debido a la generali- zacién y amplitud del fenémeno, ddan de que hubieran podido produ Cirse, al menos en el Gran Buenos Aires (GBA), por fuera de los canales clientelares del justicialismo y de la policia bonaerense.!® cen el cual se sumaria el elemen- LA VIOLENCIA ANUNCIADA 205 EI trabajo mis completo sobre los sagueds dle 2001 es el de Javier Aus yero, quien sostiene un enfoque similar. Si bien su explicacién propone encarar de forma relacional la violencia colectiva con el trabajo teérica dde Charles Tilly* como referencia, desde nuestra perspectiva adjudiea tun lugar demasiado destacado a los activisas o agentes de violencia por sobre las iniciativas de los actores que se percibian como afectados. Sin embargo, mis allé de lo que Auyero considera como un uso clientelar de Jas “relaciones clandestinas” "muestra la necesidad de considerar redes cotidianas entre actores disimiles que se pondrian al servicio de accio- nes extraordinarias, como precisamente ocurrié en el contexto de 2001. Dentro de lo que denomina “zona gris” las divisiones y limites entre los insurgentes, agentes del Estado (como la poliefa) y activistas de los par tidos politicos se desdibujarian en cuanto a sus posiciones frente a la violencia, ya que podrian aceptarla e incluso fomentarla como parte de a “normalidad” politica.” ‘También Ia interpretaci6n de Jorge Ossona'” apunta en esa direc: cién en su anilisis sobre los saqueos ocurridos en Lamtis y en Villa Fiorito el 19 y 20 de diciembre, que ~a la par de las ocupaciones de tierras que se produjeron a comienzos de los ochenta~ considera parte de las nuevas modalidades de protesta que se construyeron entre los sectores populares empobrecidos desde la recuperacin demoeritica en 1983. Otorga un papel fundamental a los punteros relacionados con los peronismos municipales y también a las prictieas delictivas que se fundaban sobre heneficios reciprocos: se intercambiaba impunidad por retribuciones, Desde otra perspectiva, que igualmente remite a las caracteristicas de los sectores populares luego de la recuperacién democritica, los aportes de Denis Merklen"® son relevantes por destacar la conformacién de una nueva politicidad y de un nuevo repertorio de confrontacisn entre las clases populares durante la década de 1980, la cual se caracterizaria por Ja movilizacién de base territorial, con la accién ditecta como elemento ‘comin mis alli de los diferentes formatos utilizados, Este autor recono- ce como primeras expresiones las ocupaciones ilegales de tierras en el sur del GBA hacia 1981, cuando habrian empezado a conformarse nue- vos actores ¢ instituciones. Segiin Merklen, esa politicidad!” busca adap- tarse a los nuevos tiempos con la generacién de otros aliados y espacios, Un elemento importante en la generaci Aiseursi n alos causante de un ‘ese esquema, la tarea de los emprendedores politicos es fundamental en ls actividades de conexién, coordinacién y representacién,” pero sobre de violencia es la divisién aio, En entre un nasotas afectado y 1200 LA LARGA HISTORIA DE LOS SAQUEOS EN 1A ARGENTINA ciones rotas y se ha activado la representaci6n de injustici.2! 2 que buscan expresarse en las calles y en los barrios (canales diferente adquirido la forma de violencia colectiva en los términos planteades por Tilly.” Ese ar plant ou ver que fos ipo de lends ae cambio, en los regimenes democraticos con capacidad baja o des! leg iti dado que, sin posiblidades de defender sus derechos y hacer cumpliy de 2001. — _. / ‘que le quedaban, : 2 : ee LA.VIOLINGIA ANUNCIADA. 207 as CONSECUENCIAS DE LA LARGA DECADA MENEMISTA: ALGUNOS DATOS DE FINAL DE SIGLO Como se mostré en el capitulo 6 de este libro sobre los saqueos de 1989, Jos aiios ochenta colocaron en el espacio paiblico un fenémeno nuevo, cldel descenso social: la cuestiGn del empobrecimiento o de los nuevos pobres que, a diferencia de Ios pobres estructurales, habian tenico una Experiencia previa de integracion y de satisfaccion de sus necesidades pisicas. Es necesario preguntarse entonces qué tendencias siguieron los principales indicadores sociales a partir de ese momento, qué procesos {Erticos lograron revertise y cules, en cambio, se profundizaton a parti deaquellos sucesos En este sentido, vale la pena retomar algunos de los resultados de las acciones de 1989 ya sefialados: en junio de aquel ao, la Legislatura de Buenos Aires sancioné nuevos gravimenes que dotatian al esoro con re casos para Financiar los gastos sociales de manera estable; en los barrios carenciaclos se crearon centenares de comedores populares y escolares, se comencé a distribuir bolsas de alimentos en todas las intendencias del Comurbano y se agregé un subsidio especial a cada una de ellas confor- ie a la cantidad de poblacién con necesidades bisicas insatisfechas, ‘Sin embargo, esas medidas, que aparecieron como paliativos circuns- tanciales, se incorporaron como parte de la subsistencia de los nuevos sectores populares, al no revertirse de forma plena la situacién que las habia generado.® Sie eompatan los indices de pobreza de América Latina yla Argenti, nna acomienzos de la década de 1990, se constata que la situacion del pais se asemejaba a la de la regién, con 38,5% y 41,4%, respectivamente. Lue- go de una importante caida en Tos primeros aiios de aplicacién del Plan | de Comeertibilidad, se observa un fuerte crecimiento de la pobreza hacia cl final de la década, que llega en 2002 al 52,6%, muy por encima del 38,4% correspondiente a América Latina, La misma tendencia se ob- serva con relacién a la indigencia que, en 1990, alcanzaba en el pais | e1 10%, mientras que en la regi6n era del 15,3%, para representar en 2002 ef 24,9% y el 13,5%.> Resuta sugerente la apreciacion de Javier Lindenboim en el sentido de que esa situacién parecia un “regreso a principios de los [aos] cuarenta”” Por lo demas, resulta muy interesante el estudio realizado por Patricia [Aguirce® sobre el impacto del ajuste en la “comensalidad” (las formas de comer), quic muesira una polarizacién entre la “comida de pobres y comida de ricos", de caracteristicas inéditas: apareci6 el sobrepeso y ta 208 LA LANOA HISTORIA DE-LOS SAQUEDS EN LA ARGENTINA obesidad en la pobreza, el *hambre oculta” asociada a come pero alimentos nutricionalmente poco densos."” ee Los datos anteriores muestran que Ios efectos de las politicas ma croecondmicas impactaron especialmente en los pobres por ingress o muevos pobre, es dein, se acenta cl empobrecimient de qu a alguna vez estuvieron integrados a la sociedad y a la relacién sala sun ya la relacién salarial LA POLITIGIDAD “MARGINAL”: EL TRABAJO Y LA SUBSISTENCIA COMO DERECHOS ta dea dead de 190, cme de uno piqut”y ldomaren de wabajo fueron articlanda un noexorepertorio identidad, nde iquetero”, como sinénimo de “desocupado", asf como una forms de respuesta fete a ex gra por parte del Hse tegument planes de trabajo precario y asistencia ali : Tela que se construy aria. En eat apo fn tomo a elo, la monilizacion piquete afirmo cl derecho a la subsistencia como cuestién que debi a os gobiernos." - Esa necesidad de protecci6n estatal a los sectores vulnerables remon: taba a la tradici6n ya consolidada con el primer peronismo; sin embar: 0, en lo afios de reconstruccién democritica tas la tla ‘ militar, también fue acompaiada por una serie de secionescomunt LA VIOLENCIA ANUNCIADA. 209) soveedlor, los sectores populares debieron emprender un aprendizaje Pielerado de organizacién, coordinacién, peticién y gestion de la aye- {fy social, que se fue internalizando como una verdadera poliactividad - indispensable para la subsistencia. ‘Como otro rasgo del comportamiento de los sectores pobres urbanos sesuiné lo que Merklen denomin6 “I6gica del cazador”, un ipo de socia- fvacién y sociabilidad atentas a la “oportunidad” de obtener una presa. ste sentido tictico de la oportunidad ayuda a comprender los compor tamientos ante la crisis en 2001, ya que los dos tipos de experiencia la de demandar y la de “cazar"- se habrian anudado en los reclamos por alimentos y en los saqueos, ‘su vez, la politica de la Alianza en materia de gestion de los planes asistenciales habria fortalecide de manera indirecta la organizacion cen el tertitorio, descentralizando su asignacin desde los rmunicipios fo redes de punteros hacia las organizaciones; eso aumenté la movili- racidn y accién directa de estas ditimas, Varios trabajos han seftalado ta masividad de las movilizaciones de los desocupados ~que participa- an de forma voluntaria o como parte del “trabajo” que debian rea- lizar para conseguir sus demandas-, pero también el rol protagénico {que en ellas comenzaron a cumplir las mujeres y los niios. Con esas caracteristicas, ast como con Ta especializaci6n. en un tipo de deman- da, sc vineulé también la incorporacién sistemtatica de los cortes en el espacio pilico, sobre todo de rutas del GBA. en especial a partir de fos producidos en et distrito de La Matanza, donde sobresalié la figu- ra del dirigente social Lais D'Elia, quien realiz6 st primer carte can trascendencia el 28 de junio de 2000. Algunos ditigentes interpretan que a partir de entonces comenz6 una escalada ofensiva, como fueron los cortes que tuvieron lugar durante noviembre y diciembre de 2000 con La Matanza, que stumaron mas de veinte dias. Hacia ese aio, entre las organizaciones mds importantes que realizaban trabajo territorial cestaban la Corriente Clasista y Combativa (COG) ~constituida en 1994 como una accién del Partido Comunista Revolucionario (PCR) para incorporar a quienes no estaban representaclos en los sindicatos 0 en. otra estructura tradicional-; en la zona de La Matanza, la Federacién de Tierra, Vivienda y Habitat (FTV) ~constituida en julio de 1998 a parti de la cooperativa Unién, Solidaridad y Organizaci6n (USO), organiza da por D'Elia yligada a ka Central de Trabajadores Argentinos (CT: y Barrios dle Pie ~inicialmente como parte del trabajo de Ia GTA en Tos barrios y en conexién directa con la agrupacién Patria Libre, que se habia conformado en 1987, En 2000 se formé el Polo Obrero, como 1210 IA LARGA HISTORIA DE LOS SAQUEDS EN LA ARGENTINA tuna iniciativa del Partido Obrero (PO), sucesor del Polo Clasista cong. tituido en 1999. Lo amterior es relevante para considerar las actividades de los sect res mas desprotegidos de la sociedad, para mostrar las continuidades “observables y comprender su intensificacién en 2001, hasta ocupar ef primer lugar dentzo de las formas de protesta, A los reclamos de los de- soctpados se suman las solicitudes de alimentos; las acciones de estos dos tipos representan el 41,7% de las registradas en el segundo semestre de ese aiio en todo el pals. Fs notoria su dispersidn geografica, ya que se ex tendieron por catorce provincias: Jujuy, Salt, Tucumén, Catamarca, San Juan, Mendoza, San Luis, Cérdoba, Santa Fe, Chaco, Corrientes, Buenos Aires, Neuquen y Tierra del Fuego. Las primeras medidas desarrolladas en 2001 fueron organizadas por a COC e1 8 de enero, tanto en Jujuy como en Buenos Aires, y consist ron en cortes de rutas y calles con barricadas; en el primer caso, coma Desocupados de Jujuy frente a la Gerencia de Empleo de la Nacién para solicitar puestos de trabajo y, en el segundo, para reclamar pla: nes y alimentos.* A Ia ver, el Movimiento de Desocupadas, La Vor del Pueblo en Belén (Catamarca) y el Grupo de Mujeres Desempleadas en Cutral Co (Neuquén) produjeron cortes de ruta para pedir empleo y planes." Los intentos de distintas agrupaciones contluyeron el 21 de fe brero en una marcha que nucle6 a diez mil personas en el Conurbano bonaerense para reclamar por diez mil planes Trabajar que debian set garantizados por un convenio entre el gobierno nacional, el provincial y ¢l municipio de La Matanza. La 01 (FTY), Carlos “el Perro” Santillin (CCC) y Vietor De Gennaro (GTA). Luego de un ‘nuevo corte de ruta por dieciséis dias y de la Marcha Contra e] Hambre, por Pan y Trabajo, convocada por el Movimiento de Jubilados de Rati Castells para el dia 18 de mayo, el convenio fue firmado el 22 de ese mes para la entrega de 7500 planes.** Esta modalidad de compromi- s0, asumida como un acuerdo, implicaba mucho mis que una simple promesa: hablaba de derechos y obligaciones, por parte del gobierno nacional, que debian ser enmplitos, Durante marzo también se habjan registrado cortes en la ruta nacional 11 en Chaco, organizados por el Movimiento de Desocupados de Ge- neral San Martin, que solicitaba tanto planes como la expropiacion de tierras para viviendas de familias sin techo.™ Laacci6n de la CCC en Jujuy fue intensa en junio: comen76 el 2 con la instalacidn de una carpa por cuatro dias frente a la Gerencia de Empleo de la Naci6n, medida que fue interrumpida por el desalojo por parte ieabaut Dl a ae {ela policia.® También en Corrientes hubo concentraciones similares; on esa ocasion, con motive de un acto de lanzamiento de programas sociales en Resistencia, al que asistis De la Riia.% A su vex el Centro de Desocupados de Cérdoba produjo un corte en la ruta 5, en el acceso sur fain ciudad de Cérdoba, para pedir euatrocientas raciones de comida. ero el saldo mas trigico durante aquel mes de junio se registr6 en Salta, ‘durante un corte en las adyacencias de la planta petrolera de Refinor, ‘erca de General Mosconi, que fue objeto de una violenta represién por parte de la gendarmeria: dos muertos, treinta y nueve heridos y més de ‘incuenta detenidos.”” ‘Gon motivo de los anuncios de ajuste del Estado, realizados en julio, €1 28 hubo tina asamblea piquetera en Buenos Aires para coordinar tuna accién en el pais entero, que incluisia cortes de ruta en cuarenta ciudades, Esta accién fue organizada porla FTV, la CCC y el Polo Obre- ro con Ia adhesin de la CTA y el ARI (Afirmacisn para una Repwblica Igualitaria), entre otros." E17 de agosto, los cortes se realizaron con éxito. Sin embargo, cuando el 4 de septiembre, de acuerdo con lo previsto, se realizé Ia segunda asamblea piquetera, se observaron dife- rencias entre el eje de Ta FTV y la CCC y las otras organizaciones de de- socupados que sostenian mayor autonomia del gobierno y programas de autogestién, Luego de la derrota del oficialismo en las elecciones legislativas del de octubre y de los anuncios de noviembre, se reiniciaron los cortes de ruta de los desocupaclos para solicitar planes laborales y la entrega de bolsones con alimentos, en especial en Chaco," Gurrientes,* Jujuy y Buenos Aires, particularmente en La Matanza, organizados por la Asamblea Nacional de Piqueteras y la CCC." INCUMPLIMIENTO, HUMILLACION, DESESPERACIO: LOS ACUERDOS ROTOS Ante la recién mencionada derrota electoral, algunos sectores de la ‘Alianza acusaron cl golpe. Por ejemplo, en Rosario se rompis el acuerdo clectoral con el Partido Socialista Popular (PSP), a cargo de la intende! ia,” ylas direcciones de la UCR y del Frepaso elaboraron un documento conjunto que Raiil Alfonsfn entregé a De la Ria el 25 de octubre, en el cual solicitaban wun cambio de rumbo: ee 212 LA LARGA HISTORIA DE LOS SAQUEDS EN LA ARGENTINA Core eres tasnda ent estancamiets economic, unleade dscns ta insegartad peroonal, a dear de cass eat ee eee aor Paraentonces ya habia rerun lino de Desarrlo Sol ju Pablo Cafiero,tiltimo referente del Frepaso en cl gobierno, al no acepae recortes en esa cartera, Pero el gobierno de De la Ria permanecis a Pasile ante exon tnientosy, po el conta, rata s Dena aralloen el Ministerio de Econom, Loe goberadorenen expeca gy del Bf liaron todos as recursos politics par obtener fenton ge paliaran las graves situaciones provinciales. Be ip ecto, el tras €incplniono en el taspas de ons a Proving dei ples Hire comes noe 1 2001, el recente ata en el pago ja suspension de beter inerementaron la confitvidad en ls provinis mis deter A modo de ejemplo de lo que se repetia en cai todas ls provincia para ines de 2001 basta considera lou cores que desde los primetog aay de octubre efectnaban desocupad de einién baron en ap Salvador de Jj, sobre la ruta 68, tambien en la ruta nacional en Libertador San Martin Los habia inctado el atrao ene] pagode ts planes de julio, agouo y aeptiemine Los manifestantes serashag Que funcionarion provncals vivian a Buenos Aires. a fe de Femisign de fondosafectabn tambien alos docentesextatale ques sumaron lot cores en Peco San Peo y La Quiaea para tecamar €l pago de ss sueldos* La situaion se prolong, ya con el rel de tos haberes de septiembre y dela renovacion de lo planes elds desde e115 de octubre, mostrando ademas su adhesén a lo resueto. pola segunda saibles piquetera realzada en La Matanza, que hi bia repuao ton ajsts del gobierno." La respuesta del gobierno nacional fue la redcion de fa patida para los planes en mas de cellos de peas og ia aspen programa pro | La percepcisn de incumplimiento © de acuerdos rotos por parte del gobierno nacional crecié a lo largo de noviembre; en ese sentido son elocuentes las declaraciones del gobernador Feliner con respecto @ los desembolsos tanto en efectivo como en lecop (Letras de Can- 1a VIOLENCIA ANUNCIADA. 213 celacién de Obligaciones Provinciales), que circulaban como cuasi- - ffoneda paralela, al no querer el gobierno emitir para no tocar la Convertibilidad: Niel jueves ni el viernes entrs un solo peso de coparticipacién, ‘a ninguna provincia argentina. Han sido congelados los fondos por parte del gobierno nacional y esto no lo vamos a permitir porque a pocos dias de haber suscripto el acuerdo ya pretenden vlarlo através de estas disposiciones como esto de la restriccién de la coparticipacion federal. Ainicios de diciembre todavia no habian tlegado Ios fondos para pa gar los sueldos de oetubre. EI ministro de Hacienda provincial procu- aba dar un mensaje tranquilizador sobre la continuaci6n de los vales alimentarios destinados a los agentes estatales, a pesar de que algunos ‘comerciantes no los aceptaran. A la ver alertaba sobre las prioridades del gobierno nacional: las remesas quedaban trabadas por las opera: iones del canje de la deuda y la auditoria que Hevaban adelante los inspectores del FML.® De este modo, la conflictvidad social ya presente en el momento de las elecciones de octubre continus en ascenso al no ponerse de manifiesto tun cambio de rambo. En Mar del Plata, por ejemplo, continuaron los conflictos en algunas actividades que tenian mucha visibilidad pablica porque afectaban industrias tradicionales, como la de la pesca o las re- facionadas con el turismo, tal el caso de fos elasicos alfajores. En los prt eros dias de noviembre, la CGT regional habia declarado el estado de alerta, movilizacidn y sesin permanente de sus cuerpos orginicos ante la “dramética realidad laboral que se vive en la ciudad’, y reclamado al municipio medidas urgentes para paliar la situaci6n de miles de familias sin ingresos asi como la continuidad del Consejo de Concertacién Eco- rnémica y Social. La central lanz6 un documento titulado “Mar del Plata esté al borde del abisino", en el que destacaba que la pérdida de fuentes Jaborales era “de diez a quince por dia” y agregaba: Falta una politica social articulada; lo demuestran los catorce millones de pobres en el pais, en medio de desocupaclos que no ‘cobran sus planes de trabajo, cae la ayuda y estan en crisis los grupos familiares acosados por'la falta de medios bésicos para la subsistencia como los alimentos, la salud y la vivienda.** ‘214 LA LARGA HISTORIA DE LOS SAQUEOS EN LA ARGENTINA, Sersin un peridiico, el 40% de ls nifios marplatenses eran pobres ey tructralsy el 12%, indigents;veinte mil palecian graves deficen alimentaris, 61 26% de Ios hogares era comandado por mujeres dete do ala caida del empleo ent ciudad La gravedad de ta stuneion qe dba de manifesto en las demandas de quienes nuevamente coreg varios acesosa la ciudad a mediados de noviembre para repudiar los ajustes permanentes y a humillaciin nacionala que nos leva este gobierno, [...] como todo el pats salimos ala calle para protestar ante quienes quieren eliminar los planes de trabajo y muchas de las asignaciones familiares ° Realmente estamos desesperados.[...] Queremos que nos pa guten el 100%, sea en pesos o en patacones, pero necesitamos que se haga en término: no podemos pagar el alquiler, servic cios, ete.” el disgusto popular pod fee rH cite Nn det a (mba va considera capitan dl de sempleo). Ler sofan el BA laa Bhncn con ef 3, Corstens Gran Cérdoba con 15,9%. : ae ae con el lanzamiento del “corralito” Para entonces la movilizacién fue valerse de la acciGn [agency] para cambiar el | i | 1A VIDLENCIA ANUNCIADA. 215 explosiva: mis de tes millones de personas en todo et pais apoyaron esa propucsa, Estos acontecimientos ~conjuntamente con el paro general Pectonal decretado por las tes centrales sindicales (CGT, MTA y GTA) faa e113 de diciembre= se convitieon en una suerte de marco de fegitimicad para muchas demandas que coineiian en Ia falta de cum- plimiento del Estado de necesidades bisicas ~desde alimentos hasta la wibilidad de vacaciones en los sectores mas acomodados, lo que habia Sido perjudicado por el “corralito"-. Comenzaton a sucederse, entonces, diversas acciones. Los comerciantes marplatenses, signiendo un plan de protestanscional, el dia 12 reaizaron un cacerolazo, tocaron las bocinas fhe sus autos y, alas 20.30, hicieron un apagon por diez minutos” Simi- fares actividades se levaron a cabo en Rosario, Capital Federal y otros ‘centros urbanos, convocadas por asociaciones empresarias, de comer~ ‘Gantes, de estudiantes, centros comunitarios, sindicatos, entre otros. E115, los movimnientos de desocupados de la CCC, MTR y Polo Social realizaron piquetes en cuatro puntos de la ciudad de Mar del Plata para adherit al paro, bajo el eslogan “Los vamos a echar del poder". En esa jornada hubo otras expresiones de violencia, En Rosario orga- nizaciones sociales y barriales identificadas como pertenecientes a la CCC arrojaron huevos al palacio municipal al son de batucadas que reckmaban un “argentinazo”*® En Pergamino, al norte de Buenos Ai res, hubo un incendio intencional del edificio de la Municipalidad; la prensa también lo adjudic6 a representantes de la CCC, mezelados en tuna marcha de comerciantes.® £1 16 de diciembre, en Jujuy, ta asociacion de docentes de la provin~ cia resolvié no volver al trabajo y dar por terminado el afio, con duras expresiones que aluclian a “la impiedad de las medidas que vulneraban principios humanitarios, como el derecho a Ia vida, a la salud y a la ‘educacién". Ese dia hubo también cortes de calles, caravanas y book rnazos en la Capital Federal, a cargo de comerciantes y empresarios para protestar por la cafda en las ventas, en especial en las de indumentaria ycalzado. TAI dia siguiente, los docentes y no docentes universitarios, nucleados cn la Federacidn Nacional de Docentes Universitarios (Conadu) y en la Federacién Argentina del Trabajador de las Universidades Nacionales (Fatun), decretaron wn paro por cuarenta y ocho horas, ya que no se Ihabian girado los sueldos en varias universidades y ante Ia incerticdumnbre acerca del cobro del aguinaldo, Estos son slo algunos ejemplos de la diversicad de medidas realizadas esos dias, que dan idea de los distintos actores intervinientes y de la dif- 216,14 LARGA HISTORIA DE-LOS SAQUEOS EN LA ARGENTINA sin de las protestas. Ahora bien, si esas acciones venian desarrollindose con anterioridad, zeudl fue la particularidad de diciembre? Durante eye mes se dieron las condiciones para el pasaje a la violencia colectiva uti zando diferentes formatos; uno de ellos fueron los saqueos, A finales de 2001, los que actuaron como emprendedores politicos fueron tanto los que impulsaron el “voto bronea’, la "desobediencia ei, vil" como la consulta popular del Frenapo (aunque de ningrin mode fuera esta su imeencién), pues contribuyeron a construir colectivamente la representacion de injusticia en toro a la magnitud de la pobreza en ¢l pais la cual legitimaba la accién para enfrentarla, Si bien no puede hablarse de coordinacién en las distintasacciones, que «d6 en evidencia la activacion de redes y de conexiones preexistentes ya ensa yada para instalar demandas. Sin embaryo, una cosa era sostener tn redla. ‘mo especifico, y our medir el alcance de la difusién y sentido piiblico que podria generarse con la participacién de otros sectores socinles. Al parecer, ‘est incertidumbre actu6 como un desafio, como incentivo para traspasar los limites, como oportunidad que la accién misma fue construyendo, Resulta muy significativo observar eémo los distintos sectores percibie- ron que el gobierno habfa roto acuerdos previos y que su propia supen- vencia se veia amenazada. Para los consumidores de las clases medias, en- tte quienes se habia internalizado el discurso neoliberal, el corralito sungia ‘como abierta violacién a ese pacto; los sectores progresistas —que habian cconfiacto en que la Alianza terminavia con la corrupei6n, instauraria la jst ia, defeneria la educaci6n y el trabajo observaban que ninguna de estas reivindicaciones se cumplia; en cambio, ese gobierno haba asignado el ha- gar privilegiadlo de las decisiones a quien habia sido el artifice del modelo ‘menemista tan criticado. Ese Estado no inchuta, no vesolvia el hambre y, addemés, atentaba contra el mis elemental stant quo al no cumplir con las politicas compensatorias para enfrentar la desocupacién, tal como se venia haciendo hasta ese momento. A la acumulacién de distntas injustcias se sumnd ademis Ia activacién de la memoria social de un pasado traumético, que el 19 de diciembre se hizo presente al decretarse el estado de sitio. LAS OLLAS VAGiAS, Los sAQUEOS Para comprender la violencia de los saqueos es necesario sefialar que las primeras acciones fueron peticiones de alimentos no violentas. Esto tam- bien respond a una prdctica ya ensayada que, en algunos casos, habia \ | t | { | | i | | \ LA VIOLENCEA ANUNCIADA. 217 sido exitosa al igual que los cortes y acampes en plazas para solicitar la jntervenci6n de las autoridades municipales. Habia ocurrido, por ejem- plo, a fines de noviembre en Mar del Plata cuando el intendente Aprile se habia reunido con representantes de la CCG, del Movimiento Inde pendiente de Jubilados y Pensionados, el Polo Obrero y la Union Veci- nal Organizada, que le pidieron gestiones para confi Jos planes, evitar los cortes de servicios por falta de pago y garantizar el acceso a medicamentos y a asistencia alimentaria. Luego de veintiséis fas cle espera, los desocupados recibieron un paliativo y la promesa de que se renovarian los planes caidos al 31 de octubre y se entregarian nuevos planes con vigencia hasta marzo de 2002, destinados a barrios periféricos, para la vealizacion de bacheos.” Esas acciones contuvieron Ia movilizacion, Sin embargo, una vez lanzada la consulta del Frenapo, el 13 de diciem- bre comenzaron a reunirse personas en los alrededores de hipermer cados de algunas localidactes del Interior sin que nadie atendiera esos reclamos; los principales protagonistas fueron mujeres, adolescentes y nilios. Aquel dia se registré un saqueo en Guaymallén, hecho que el 13, de diciembre se repitié en Las Heras y Godoy Cruz (Mendoza), Rosario (Santa Fe) y Concordia (Entre Rios). En esta tiltima ciudad, cerca de mil personas Se concentraron otra yez en un supermercado para reclamar alimentos, Al dia siguiente se registr6 un intento de saqueo a un super- mercado que habia quebrado, pero que consenaba mercaderias en su interior, hecho que fue reprimido con gases En Rosario el dia 14 habi cl reclamo de alimentos ¢ intentos de saqueos.” Por eso, el 15 el inten- dente Hermes Binner decidié entregar, con la ayuda de supermercadi tas de la ciudad, veinte mil bolsones mas de los habituales (el gobierno nacional habia enviado dos mil). Binner admitié que la situacién era peor que en 1989, con lo que se actualizaba la memoria de acciones si- milares ocurridas para entonces.® Resulta muy elocuente la descripeién que hacia el intendente, en cuanto a Ia forma de gestion de la asistencia alimentaria asi como a su magnitud: la municipalidad aportaba 8500 bol sones mensttales, 3500 el programa Unidas, 9000 el gohierno provincial yel nacional 7000 cajas correspondientes a noviembre y diciembre, que hhasta exe dia no habian egado. Todos esos aportes eran considerados inguficientes para paliar el hambre, y el municipio se habia visto obliga- doa reeurrir al aporte privado.” Recién el 17 de diciembre, el gobierno nacional convocs a una reu- nién de Gabinete y puso al frente del seguimiento de la situacidn a su hhabido tensidn en lox barrios pobres por 288 LA LARGA HISTORIA DE-LDS SAQUEDS PN IA ARGENTINA sceretario privado, José Aiello, en lugar de funcionarios del Ministerio, de Desarrollo Social o del Interior, lo que demostré el caricter que le daha al problema; se anuncis también que se enviarian alimentos alas PET 1B los aaqueos comenzaron en el corazén del GBA, en las loo lidades de Moreno, San Miguel, Quilmes, Billinghurst y Villa Trujui ‘También cerca de setecientas personas sitiaron tres supermercados en Castelar y se registraron algunos enfrentamientos con el saldo de an herido. Sin embargo, el gobierno todavia consideraba que Ia “tensién, cera acotada’, y el ministro de Justicia, Jorge de la Riia, declaré que rho habia “ningin temor de extension de estos hechos a otros puntos del pais, acotados a no mas de 20 0 30 personas”, aunque admiti6 que muchos de ellos estaban organizados.” En Rosario, a través del comité de crisis conformado por el municipio, la provincia y distintos sectores privados de la ciudad, se repartieron 3500 cajas de alimentos en dis: tintos barrios, distribucién que se hizo en orden, con la aclaracién de que la entrega seria en el lugar, por lo que no hacia falta que la gente se movilizara para buscatlas, como se informaba en algunas radios. No obstante, se produjeron algunas detenciones por saqucos. Los fani- liares de los detenidos, con el apoyo de la Coordinadora de Trabajo Carcelatio, pidieron su desprocesamiento y liberaci6n por considerar que el delito que se les adjudicaba -robo en banda no se correspondta con lo que hal se dia también se concentraron en Cérdoba cientos de personas para pedir alimentos frente a wn importante cupermercado al eur de la ciudad, pero fueron dispersadas por la policia. En Neuquén un grupo de tabajadores desocupados del barrio San Lorenzo consiguié que el gerente de una importante red local de supermercados le entregara bolsones de alimentos ante la amenaza de saqueo. Al dia siguiente los reclamos no satisfechos levaron a continuar con esta accién en distin: tos puntos del pais: en el GBA, en Lomas de Zamora; en Entre Rios, en Concordia, Parana y Concepeidn; en Santa Fe, en su capital y en Ro- sario; en Santiago del Estero; en Tucuman; en San Juan y en Cortien- tes. En Cérdoba hubo intentos de saquear treinta supermercados en la zona sudoeste (consumados en siete de ellos, con el saldo de diez heri- dos y cineuenta detenidos).” En Neuguén el epicentro de los saqueos fueron los comercios de los barrios del oeste de la capital; el periddico local hablé de enfrentamientos por un lapso de casi tres horas con las fuerzas de seguridad, que, en la mayoria de los casos, fueron desborda- das por los saqueadores. Trabajadores desocupados realizaron también ocurtido.” | LA MIOLENCIA ANDNCIADA. #19, un escrache en el domicilio del ministro de Desarrollo Social, Jorge Lara, y lo responsabilizaron de las consecuencias que generaba sit ac- ritud de negarse a entregarles el bono navideio de $50 solicitado con anterioridad, Por otra parte, en Mar del Plata el gobierno provincial reaccioné con rapidez y envio siete mil cajas de alimentos. Se organizé también Ia colaboracién del sector empresarial con los fiuncionarios de la co- muna y con los principales lideres de las organizaciones de desocupados para que recibieran alimentos hasta fin de afio. Ademas, esa maiiana del I8 de diciembre, empezaron a pagarse los programas provinciales de empleo englobados en el plan Barrios. Si bien hub concentra ciones frente a supermercados, no se produjeron suqueos; algunos cerraron el local, acom: paiiados por grandes despliegues policiales, pero no se registraron cenfrentamientos ni detenciones." El comportamiento fue distinto al dia siguiente en la zona noroeste de la ciudad, donde era menor el nivel de organizacién. Alli si hubo saqueos y choques con la policia, cen especial en los supermercados Disco, Toledo y Makro, fuertemente protegidos.”. Al mediodia del 19 de diciembre, el presidente, cuyo auto habja re cibido cl impacto de baldosas arrojadas mientras salia ee una reunién convocacla por la Conferencia Episcopal Argentina, instruys que se re- partieran alimentos a través del Rjército y de la Gendarmerfa y que se destrabara el pago suspendido de los planes Trabajar. El Congreso se rounié pata eliminar las restricciones al retiro de fondos de las even tas bancarias para los asalariados impuestas por el "corralito”, lo que Jo Hevaria al ministro Cavallo a renunciar esa noche. El dia terminé con el trigico saldo de seis muertos: uno en Santa Fe, dos en Rosario, ‘uno en Cipollett y dos en el GBA, todos durante saqucos de alimen- tos, con mis de un centenar de heridos y detenidos, y con Ia instaura. cidn del estado de sitio durante treinta dias desde las 0 horas del 20 de diciembre.” La medida no aplacé los dnimos sino que, al dia siguiente, comti- iuaron Jos saqueos en casi todo el pais: al este en Corrientes, Entre fos y Rosario; al centro en Cérdoba, Tucumén y Buenos Aires; al sur en Neuquén, Rio Negro, Chubut y Comodoro Rivadavia, El modus operandi era similar al ensayadlo en 1989: se presentaban en los nego- cios en grupos; los varones, algunos armados, rompian las puertas 0 las persianas, las mujeres, los nitios e incluso los ancianos entraban, los custodiaban y luego ayudaban a cargar la mercaderia. Ese dia se empleados entregaron los alimentos y luego 1220 1A LANGA HISTORIA DE LOS SAQUEOS EN LA ARGENTINA registraron dieciséis muertos: uno en Corrientes, cinco en Rosario ~en- tre ellos, dos mujeres-, un adolescente en Cordoba, seis en Buenos Aires, dos en Parana (lambién menores) y uno en Rio Negro; cerca de cuatro mil detenidos y més de un centenar de heridos, asi todos jovenes y algunos menores.” Este tipo de acciones continuaron hasta la madrugada del 21, con otra muerte en Rosario.” A la acci6n repre. siva de la policia y la gendarmerfa se agregé también la de algunos comerciantes que, para defender sus propiedades, hicieron justicia por mano propia. Para entonces, el total de muertos ascendia a vein. ticuatro -seis durante saqueos el dia 19, y los otros dieciocho, el dia 20-, fundlamentalmente como resultado de estas acciones, aunque tal ver para entonces también se habfan incluido vietimas de los sucesos que tenfan Ingar en las plazas de Mayo y del Congreso, en la ciudad, de Buenos Aires. Quizis esto explica la diferencia con la cia que brinda Javier Auyero, {quien computa para el final de esa semana dieciocho personas muer tas en incidentes de saqueos, todas menores de 89 allos. Las provin. jas de Santa Fe, Entre Rios y Mendoza y los distritos de Avellaneda y Quilmes, en la provincia de Buenos Aires, habian sido los prime- ros lugares en experimentar estas acciones. Resulta interesante para nuestro argumento el hecho de que en las provineias mis pobres y relegadas en el noreste y el noroeste no hubo saqueos.” Auyero re- gistr6 289 episodios, con la siguiente distribuci6n geogréfica: Buenos Aires (96), Santa Fe (61), Neuquén (29), Rio Negro (27), Tucumdn (27); los dD hechos restantes, distribuidos entre otras 7 provincias El autor sefiala que once provincias no registraron episodios de ese tipo en el transcurso de la semana, En cuanto al ntimero de actores involucrados, oscilé entre miles ~en las acciones de Concordia, Ban- da del Rio Sali (Tucuman) y Centenario (Neuquén)= y docenas; sin embargo, la cifra promedio rond6 entre cien y cuatrocientas perso- nas en cada hecho. Cerca del 60% de los episodios registrados tuvo lugar en pequerios comercios locales, aproximadamente un tercio en supermercados pertenecientes a grandes cadenas y el 8% en comer cios tales como zapaterias, tiendas de ropa o de electrodomésticos. Segiin esos datos, se informé de la presencia policial slo en 106 de los 289 hechos. La cantidad de arrestos varié de provincia en pro- vincia, desde docenas en Entre Rios hasta cerca de doscientos en Rosario y seiscientos en Tucumiin” El autor seftala que los datos disponibles muestran que la mayoria de los arrestados no tenia ante- cedentes penales." | | | igo Carrera y Cotarelo arriban a conclusiones semejantes en tas 1584 acciones que registran —incluyen en ellas también las peticiones {que no terminaron en saqueos-, cuyos abjetivos fueron apoderarse © reclamar alimentos w ous productos bisicos (51,5%); productos en. general (42.3%); dinero, aparatos electrGnicos, bebidas alcohélicas © drogas (5,5%)s y otros (0,7%)." Estos autores presentan también una distribuci6n del total de acciones por dia, informacién que, comple- mentada con los datos ofrecides por otras autores y con el registro propio, sirvi6 para elaborar el siguiente euadro: ‘Total de acciones por de alimentos y saqueos) y lugar (se incluyen pedidos ee ryt 1 Mendoza 14/12 A Mendoray Santa Fe 1A 7 Entee Rios, Buenos Aires y Sane Fe 16/1218 Mendora, Entre Rosy Sana Fe 17/1217 Mendora Santa Fey Buenos iver 16/1226 Buenos Aires, Neuquén, Santa Fey Sale. ‘Buenos Aces, Santa Fe, Ente Ron Rio Negro, Neagu, W/Z BIT Mendora San Juan, Cordoba, Tuewman, Sanvago del Estero, (Conientesy Capital Federal 20/12 AFF Buenos Ares aa 3 Buenos Aires Santa Fe Toul ath Fuente: Traajoseados de ligo Careray Couarel, Auyero; Schuster ‘Yotosyregitos propio. Los pedidos de alimentos y los saqueos se distribuyeron por easi to- das las provincias argentinas. Sin embargo, en dos ciudades, San Sal vador de Jujuy y Mar del Plata, de alta conflictividad y movilizacién, no hubo saqueos; sélo se registraron algunos hechos aislados en la segunda, Qué ocurrié? Sin duda, una respuesta acabada requeriria tun anlisis mas completo, pero podria postularse que el peso de Ta organizaciGn incidié en frenar la violencia, En efecto, esas localidar des, a través de distintas organizaciones territoriales, habian ejerci tado prieticas recurrences de demanda y de fundamentacién de esas demandas en términos de derechos, pero una cosa era demandar y otra saquear. TD {222 TA LARGA HISTORIA DE LOS SNQUEOS EN LA ARGENEINA, E308 distintos comportamientos se advierten si consideramos el rela, to hecho por Jorge Ossona sobre los saqueos ocurridos en Lanis yen Lomas de Zamora, donde se destaca el papel cumplido por punteroy baiales como ef Pampa Martinez. El autor destaca que la *Knea bajy- da” por ellos fue clara: habfa que evitar que las organizaciones pique. teras legadas en 1998 se pusieran al frente de los reclamos.™ Podria pensarse qule se trataba de una disputa de poder entre las viejas redes conformadas en Ios afios ochenta ~mediante las ocupaciones de tie. ras y la generaci6n de nuevas estructuras planteadas como “apoliticas (para diferenciarse de la accién territorial de militantes setentistas, pero que enseguida desarrollaron la més nefasta de las polities: la pre. benda punteril-y las surgidas a partir de la segunda mitad de los aivos rnoventa, con demandas mis definidas como planes y trabajo, muchas de ellas basadlas en la autoorganizacién y con formatos mis novedosos, Para 2001 se habian conformado, ademas, estructuras movilizadoras que pretendian adquirir un aleance nacional, como las del Frenapo y 1a CTA, que podian aparecer como amenazas al poder detentado en lox territorios por las redes consolidadas de punteros que, en gran parte de los hechos ocurridos en e! GBA, se pusieron al frente de los saqueos usando su “poder de fuego" En contraposicién con esto, encontramos indicios en las ciudadles se. aladas de la accién desarrollada por algunos militantes para sostener cconversaciones con las autoridades con el objetivo de lograr cl pago de los planes o Ia provisién de alimentos, para apaciguar los sinimes. Pot ejemplo, ain integrante de la CCC relaté lo siguiente con rela ‘ocurrido el dia 20 de diciembre en Mar del Plata La gente estaba tranquila en las inmediaciones del Banco Pro- vincia donde cobraban el Plan Barrios, cuidamos en todo mo- mento que nadie provoque como para que no haya disturbios, dialogamas permanentemente con el jefe del operatvo y de repente comenzaron con gases y balas [..] ya no podemos dialogar ni creer en nadie [...] esto me huele mal esperemos que Ios ali- ‘mentos empiecen a aparecer antes del lunes." Por fortuna, el dia antes de Navidad los comerciantes de la ciudad dis- ribuyeron cerca de diez mil bolsas de alimentos, por medio de las or- -anizaciones territoriales. Por su parte, el 27 de diciembre el gobierno nacional comenz6 la entrega de cajas PAN, que habitualmente habian sido repartidas los primeros dias dle cada mes.* Para entonces el pre- 1A VIOLENCIA ANUNCIADA 223, jidente habja ya renunciado el dia 20, y el gobernador de San Luis, ‘Adolfo Rodriguez $a4, habia asumido el Poder Ejecutivo Nacional con | jaobligacién de convocar a elecciones generales para el 8 de marzo de 2002. 4 mon0 DE coNcLUSION _Cémo incerpretar la violencia analizada? En primer lugar, en el marco de negociaciones rotas que dio paso a un tipo particular de oportunis- mmo. En este, si bien hay una activacidn inicial de las divisorias, a posterio- rise borra esa linea de division, e] objetivo se diluye, y las personas que fen otfas ocasiones comparten ‘imbitos y sitvaciones similares pueden rolverse unas contra otras. Muchos vecinos actuaron contra negocios del propio barrio y no se Hlevaron sélo alimentos, sino también artefactos, Arboles y adornos de Navidad, combinando la oportunidad ~aprendizaje propio de un contexto acostumbrado a la “légica del cazador”— con la ja contra quicnes tenian lo que no era posible conseguir por otra via: dobjetos materiales dadores de estatus dentro de una sociedad marcada por la posicién que se ocupa dentro del consumo. Pero esa oportunidad se sustent6 en una representaci6n de derechos minimos que el Estado no salisfacta Si, como sefialamos, la violencia colectiva debe pensarse como una relacidn, esta se constrayé a lo largo de toda la década. En 1980 se en- sayaron por primera vez la peticién colectiva de alimentos y los saquueos como formas de protesta y de violencia ante el hambre. A partir de centonces comenz6 a constituirse una nueva forma de relacign entre los afectados/demandantes y los diferentes niveles del Estado como ‘objeto de demandas, lo que dio forma a un repertorio nuevo: el pique- te 0 acampe para protestar, asi como cierta institucionalizacién de la respuesta en forma de planes, con una altisima cuota de imprevisibili- dad e incertidumbre, que Hevaron, sin embargo, a fortalecer redes y lazos para el reclamo, Esas pricticas inclufan también cierta dosis de violencia controlada, como la amenaza de cruzar los limites si no se respetaban los débiles acuerdo. La construccién que se desarroll6 desde 1989 a 2001 nos muestra la puesta en prictica de relaciones en, por lo menos, tres sentidos: unas con las autoridades; otras surgidas entre quienes se organizaban para sostener el reclamo, que en algunas casos inclufan ONG, agrupaciones {£84 LA LANGA HISTORIA DF-LOS SAQUEOS EN La ARGENTINA, sociopoliticas, eclesiales, entre otras; y las construidas frente a un terce. ro =los duerios de los negocios~ que circunstancialmente pasaba a con, vertise en blanco de las agresiones. Aungut estos eran los principales damnificados, en realidad funcionaban como chivos expintorios de 1g furia popullar ante el abandono por parte del Estado. Cuando el Fstadg zo cumplia con el acuerdo, la interaccién entre los otros dos grupoy generaba datos mutuos. La situacidn se agravé tras la posicin adop- tada por el gobierno de De la Riia inego de octubre, no s6lo por hacer ‘ofdos sordos ante los reclamos, sino también por su escasa capacidad para ejercer su autoridad, lo que convirtié su gestién en un régimen muy propicio para acciones violentas, en una democracia con baja capacidad, tal como sefiala Tilly en sus indagaciones teéricas, “Ahora bien, qué similitudes y diferencias pueden encontrarse entre las acciones analizadas y las de 1984? En ambos casos se vivieron eoyun, turas eriticas con niveles de pobreza y desocupacidn alarmantes;en 1989, como consecuencia de la hiperinflacién y, en el 2001, resultado de una ddécada de reformas estructurales,ajustes y retracci6n del gasto social que no lograron revertir los dramaticos indicadores sociales de 1989, sino ‘que, por el contrario, los agualizaron, En los dos momentos los gobier. 1nos demostraron igual incapacidad para afrontar los reclamos; aunque por diferentes motivos, ante las dlemandas de alimentos suspendieron ‘cualquier tipo de asistencia, Tanto en 1989 como en 2001, los principa- les protagonistas de las acciones parecen haber sido los suuevos pobres y no los pobres estructurales, es decir, aquellos que habian vivido ima Sinnacién previa de integracién en la xociedad y qu capaces de representarse una situaciGn de injusticia como privacién re- lativa alo que antes habjan conocido. Esto fue asi porque los saqueos no son s6lo acciones de la pobreza, sino de una pobreza que se percibe agrae viada y que encuentra en la acci6n directa la forma de resarcir la afrenta. ‘Una sefial de diferencia con lo ocurrido en 1989 fue el sentido de rapt ra que tuvieron esos saqueos: a partir de entonces se inicié un aprendizaje cen la organizaci6n y definicidn de las demandas, se fue construyendo un dliscurso, un marco de sentido que colocé al trabajo ya la reproduccién de la fuerza de trabajo como derechos que el Estado debia garantizar. Para 2001 se habian ya constituido redes de organizacin de los reclamos que parecieran no haber existido con antevioridad. Si bien estas redes eran tusadas como estructuras movilizadoras, podian también ser wtilizadas para frenar la violencia, todo dependia de la representacin que se construyera sobre la otra parte de la relaci6n, sobre la linea divisoria que las separaba, ye la confianza otorgada a los mecanismos utilizaeos hasta ese momento. porlo tanto, fueron Lo anterior podria ayudar a comprender el menor ejercicio de la vio Jencia en forma de saqueos en ciudades como Mar del Plata y Jujuy, las ‘ales, pese a padecer una situacion de extrema gravedad, parecen haber | puesto en marcha ciertos mecanismos de concertacién y distribucién en, fel tertitorio que habrian atemperado salidas individuales w oportunista, Sin embargo, todo pareci6 quedar en suspenso cuando el lanzamiento del estado de sitio eché por tierra las frgiles reglas de juego que se ha- ‘fan mantenido hasta ese momento, Entonces, otras violencias aparecie: rom en escenay dlieron cuerpo aun sentido destituyente en torno al "Que se vayan todos”, que, como novedad de fin de siglo, marcé el cierre ~al menos simbélico~ de la larga década de los aftos noventa

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