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Jacques Ranciére BORDES ba en aquel entonces In reflexidn estructuralists sobre era cl del anilisis de los cuentos desarrollado en los 920 por los formalistas rusos. Este reclucia la Fantasia de tos populares a combinaciones de un miimero definido jones narrativas fundamentales, Pero la bella simplicidad do se topaba con dificultades cuando tenia que afrontar e3, llamadas realistas, en que cl relate se encuentra por elementos descriptivos imposibles de reducir a ‘narrativas, Barthes ilustraba el problema con un decalle jp de “Un corarén sencilla”, de Flaubert. Al principio del que esel o dela accidn,y se detiene en un detalle:“Un viejo piano ha bajo un barémetro, una pirdmide de cajas y carpetas”.! ese barémetro no sirve para nada, que no- funcidn en la historia. Desde ef punto de vista del bert, “Un ceca simple de la Péiade, 1952, 1.1, p. $91 ftrad. cast: “Un corazon | Tres ewenitos, Busertos Aires, Losada, 2004. Aunque damos ‘Yetsiones de referencia, disponibles en hbrerias, de las obras elautor, en el caso de los textos en francés tas traduceiones fnuestras, de t 18 ELhilo perdido andlisis estructural es una indicacién patisita que, como dice Barthes utilizando una metéfora econémica, “eleva el costo de la informacién narrativa”, Esta denancian el bacémesro soperfng rolonga una larga tradicién critica que deplora la vana prolifera tien descripra dea novela eliza Enel Manifiesto surrealisea, André Breton atacaba la mimuciosa descripcidn de la habitacién de usurero que hace Dostoicrski en Crimeny castigo,y que para @ noera més que una “superposicion de imagenes de eatdlogas”.? En el prefacio de La iavencidn de Moret, Borges denunciaba la tradicién realistay psicol6gica francesa. *Hay paginas, hay capi tulos de Me que son inaceprables como inven nes: los que, sin saberlo, nos resignamos como a lo insipid y ‘ecioso decada dia”? Oponia aesa tradicion los relatos poticiales bien conscruidos que despliegan “una Odisea de prodigias” como ceonsecuencia légica de un sola postulado ficeional. Pero el teGrieo esteucturalista no podia contentarse con esas declaraciones de humor modernista respects de la banalidad realista, Si bien la obra realista contraviene al principio estruc- turalista que excluye el detalle superfluo, ef andlisis esteuctural, por su parte, tiene el deber de hacerse cargo de “toda la super. ficie del tide narrativo™. Por ende, tiene que hacerst cargo de todlos los detalles superiluos, lo cual equivale 2 mostrar que no son superfluos, que ellos también tienen un lugar y una funcién en la estructura. Barthes considera primero la supertluidad des- 2. Andeé Breton, Manifestes cu sueréalisme, Gallimardidées, 1963, 1.15 fad. cast: Mamifiestos del surrealism, Buenos Aires, Argonaitay 2001, 2 ed; Buenos Aes, Visor Libros, 20024) 3. Bosges, prefacio a Adolfo Bioy Casares, L'fnvension de Morel, 10/18, 1973, p.8. [Dado quese tata de un texeo.en castellano, rant boimos aqui la citadel prologo a Le ivencidn de Morel, Buenos Aires, Emscé, $* ed, 1972, retomado en Borges, J. 1, Prdlogos con wn priloge dde profngos (1973), ucnos Aires, Emecé, 1953, y, posteriormente, en in Obra Compas del suo ene 8 Eeod 2062 te de a) 4, Roland Barthes, *Lefiec de réel", Le Bruissement de ln layuc. Essais critiques IV, Editions du: Seuil, 1984, p.179 ftrad. case“ ‘efecto de realidad”, en EI susurro del lengua, Barcelona, Paidds Ie rica, 1987]. El baréietro de Madame Aubain 19 Griptiva como la supervivencia de una antigua tradiciéa, la del discurso epidictico, donde el objeto de la deseripcién comaba Menos que el desplicgue de imagenes y de metdforas brillantes “Gue mostraban cl virtuosismo- del autor solo para satisfacer ef Placer “estético” del audivor o del lector. Luego mucstra esta IiliaciGn en la célebre descripcion panordmica de la ciudad de Rouen, ocasioaada por los desplazamientos extraconyuyales de Emma Bovary. Pero un bardmictrocsun objeto portador dé una edluccién cstética limitada, 0 sea que hay que encontrarle otra Utldad a este accesorio indtil, Planeear asi el problema es, por ero, proporcionar la soluci6n: su utilidad consiste precisamen. Sen ser intl. Si un elemento se encuentra en un relato sin que sPiPguna razén justfique su presencia, es porque esa presencia sncondicional, porque esté alli solo porque esta alli. Tal cs la fisaya la ver simple y paradéjiea, del efecto de realidad, La il consiste en decir: soy lo eal. Para estar nna tiene necesidad dle tener una raz6n de estar ahi *tlcontrario, prucha su realidad por el hecho mismo de que Sitve para nada, y por Io tanto nadie tuvo una razén para lo, Esta evidencia sin frase de lo real cs, para Barthes, el susti maderno de lo verosimil que normaba desde Aristoteles el len Feprecentativo. Pero es, precisamente, solo un sustitute, ovelista realista no puede hacer el salto del arden mimévico lad auténtica, Ia del proceso significante Posce'su ligica aurénoma, Sis embargo, ese mismo sustitura fin orden difunto cs de una temible fecundidad, Deviene cl ode wn fetichismo que nos asegura, dice Barthes, “que se idera.a lo“real’ como aucosuficicnte, quees lo bastante fuerte tio para desmentir toda idea de*funcién’ que su enunciacién Hee ninguna necesicad de ver integrad en una estructura y 'ado-abs de las cosas es un principiosuficiente de labra”.> Sin duda, al lector actual le resultara divertido ver Matizada esta evidencia del “haber-estade-ahi” que, doce #5 tarde, celcbrard el autor de La cdrmara hicidy. El Ban S. thid., p85, 20. Ehilo perdido FE bardmetro de Madame Aubain 24 thes de 1968 csté atin cerca de los tiempos brechtianos en que fe inflexibles y sus engenceamientos necesarias [...). Es desmentaba las “mitologias” burguesas que transformaban la cn lo insignificante, lo vulgary loabyecta por el historia en naturaleza. Analizar el efecto de realidad es todavia, fe Fenda por alli" El problema, para Barbey,no-es que ‘para él, denunciar la forma en que un orden social se da con la superfluos que solo estim alli para decir “somos evidencia de la que, sencillamente, esta ahi, natural c intangible, El problema cs que no hay sino detalles. Le falta a la Este desmontaje se acerea a las conclusiones dé los andlisis sobre lo que es la condicién misma de la fieeién, que debe {alliteracura publicades por Sartre, quien denunciaba en Flaubert po donde las partes se coordinan bajo la direcexén ¥ en los escritores de suugeneraci6n una abstinacién por easificar nro. El modelo que funda este juicio y estructura mas todo, por petrificar todo, y veia en cllo a estrategia de una bur. nte la poética representativa se puede identificar con ‘uesia amenazada por la praxis social y deseosa de escapara su Bs el de la totalidad organics, planteada por Plarén condena, transformando palabras, gestos y acciones en piedra, stica del discurso viviente y por Aristételes como. En un terreno mis amplio, toda una tradicion critica del siglo xx ipio de Ia obra postica. La poesia, dice este iltimo, no «3 denuncié las descripciones minuciosas de la novela realista del dde miisica, noes una combinacién ritmica de palabras siglo precedente como el producto de una burguesia sobtecar- fon de ficcién Y la ficcién es un encadenamiento de ada de sus objetos y, a la vez, deseasa de afirmar la etcrnidad nes vinculadas por la necexidad o por la verosimilitud, Por desu mundo amenazado por las revucltas de los oprimidos. la ficcion es “iis filoséfica” que la historia, Porque esta Con todo, podria ser que a esos anilisis se les escapara cl relaciona con el kath’ fkaston, con la sucesién de tos coraz6n del problema, Intentaremos mostrar aqui que la infla- {tal como ocurren, une tras otro, micnttas que la pocsia ‘tion de la descripeién en detrimento de la accién, constitutiva ciona con la generalidad de las cosas aprehendidas en su ide la singularisdad de la novela realista, no es la ostentacion de © (ta katholow), es decir, con el encadenamicnta de los | ‘as riquezas de un mundo burgués peeacupado por afirmar su imientos tal como podrian ocurrie sepiin los vinculos Perennidad. No es tampoco ese triunfo de la logica representa. sales de la necesidad 0 de fa verosimilitud.” fiva que se describe con frecuencia, Matea, por el contrario, la es0 lo que funda, para Barbey, la inferioridad del nowelis- ruptura del orden represcntativo y de lo que era su corazén, la ferarquia de la accidn, ¥ esta ruptuca esta vinculada a lo que endramientos necesarios”, Hay que medir el aleance del pri- estiien el centro de las intrigas novelescas del sigfo xnx: el des. ilegio acordado a la racionalidad poética sobre la empiricidad cubrimiento de wna: capacidad inédita de los hombres y de las Para constituirse como saberes cientificas, la historia mujeres del pucblo para acceder a formas de experieticia que ‘fa ciencia social debieron tomar de la poesia el principio que hasca entonces se les negaban. Barthes y los representantes de la Ia construccion de un-encadenamicnto causal verosimil | tradici6n critica ignoraran ese cambio radical porque sus prest- ‘acional que la descripcidn de los hechos “como ocurren”. puestos modemistas y estructuralistas estaban atin anclados en que la ficcion no es la fantasia ala que'se-opane el rigor de la | {a tradicin representativa que pretendian denunciar ia. Es mas bien la que le proporciona un modelo de raciona- Nos es preciso, para entenderla, volver al juicio que conde aba a La educacin sentimental. No hay aqui, decia Batbey, tun libro con un desarrollo organizado: “Plaubert no entiende Hat ABILMy: “Chute SPR SGABSRPY°GH Tak Ba a bd asi la novela, Va sin plan, abrigndose caming hacia delante. cin ee reece op. ep. WS. ‘Preconcepcién superior, sin dudar siquiers que la vida, bajo la 7. Aristote, Postique, 1451 b7 [erad. casts entre otras, Aristteles, diversidad y el aparente desorden de sus azares, tiene suis leyes Podtica, Buenos Aires, Losada, 2004; Alianza, 2006). } 22 Ehilo perdido lidad. ¥ es ese modelo el que se-ve amenazado por la presencia superflua de bardmetros u otros accesorios del mismo género. Lejos de ser el triunfo de a poética represcncativa, esa invasion dela realidad prosaica bien podria ser su ruina, Loes tambien porque la distinciém poética entre dos tipos de encadenamientos delos acontecimientos reposa sobre una distin- ‘i6n entre dos tipos de humanidad. Ei poema, dice Aristoteles, es tuna disposicién de acciones. Pero la agci6n no es el hecho, asi de simple, de hacer algo, Es una categoria que arganiza una part ciGn jerarquica de lo sensible. Segiin esta particién, hay hombres astivos, hombres que viven en el nivel de la totalidad, porque ‘son capaces de concebir grandes fines y de tratar de realizarios ‘snfrentando otras voluntades y los golpes de la fortuna, Y estin Jos hombres que simplemente ven que las cosas les ocurren, una tras otra, porque viven solo en la esfera dé la reproduccién de la vida eel dia a dia y sus actividades nunca son mas que medios ara ascgurar esa reproduceién, Estos son llamados hombres Pasivos o“mecdnicos”, no porque no hagan nada sino porque ‘no hacen otra cosa que hacer, porque estan excluidos del orien de los fines que es el de la accién. Tal es el corazén politico de la politica representativa. La buena disposicién aristotélica de las acciones del pocma reposa sobre esa particiGn primera de los hombres activos y de los hombres pasivas. La misma particién se aplica a las intrigas de la edad clisica cuando las emociones ¥ las pasiones de lag almas llegan para reemplazar,en la Francia de Luis XIV, los golpes de fa fortuna. La verosimilitad que es el corazén de la poética representativa no concicrne solo a la relacién entre las causas y los efectos. Concierne también a las Percepciones y a los sentimientos, a los pensamientos y a las acciones que pueden esperarse de un individue segiin la cond cidn que es la su Esta articulaeién del orden poético con la particién de las condiciones es lara para aquellos que juzgan a Flaubert. ¥ que vinculan, con toda naturalidad, ef desorden de esos relatos sin ‘sabeza con una subversidin de las condiciones sociales. Al comen: tar Madame Bovary, el evitico Armand de Pontmartin le da un nombre a ese reino del “detalle” que vuelve todos los episodios de a novela igualimente importantes o igualmente insignificantes. Ht ardmetro de Madame Aubain 2% tliee, la democracia cn literatura, Esta democracia es primero, el privilegio acordaco.a la visién material, yes, al mismo tiempo, gualdad de todos los seres, de todas las cosas y de todas las uaciones que se ofrecen a la vista. Pero si los detalles de la ipsion son igualmente insignificantes, es porque conciernen fe Cuya vida es, por su parte, insignificamte. L.a democracia aria quiere decir: demasiada gente, demasiados personajes jantes a todos los otros indignos, porende, de ser disting Por la ficcin. Esta poblacién sobrecarga el relato. No deja para la seleccion de caracteres significatives ycl desarrollo onioso de una intriga. Fra todo lo contrario en la novela de tiempos aristoceiticos, que aprovechaba cl espacio despejado laestratificacion delas posiciones sociales; “En la novela, tal @ Sela entendiia en otros ticmpos,en la novela exryo delicioso oes La princesa de Cléves, |a personalidad humana, cepre por todas las superioridades de nacimiento, de espiritu, feducacién y de coravén, dejaba poco lugar, en la economia telato, para los personajes secundarios, menos aiin para los tos materiales. Ese mundo exquisito solo miraha a la gente milde por la portcruela de sus carrozas y el campo por las Nentanas de sus palacios. De alli un gran espacio, y admirable- “mente ocupado, para el anilisis de los sentimientos mas finos, somplicados, mis dificiles de desentrafiar cn las almas de que en cl vulgo”. En cambio, en Ia escuela realista cuye a £8 Madame Bovary, “todos los personajes son iguales s-]- El'mozo de labranza, el palafrenero,l mendigo, la criada cocina, cl moze apotecario, el sepulturcro, el vagabundo 0 Ia lavadoca de vajilla ocupan un lugar enorme; naturalmente, lis cosas que los codean se vuelven tan importantes como ellos Mhismos; no podrian distinguirse de ellos sino por el alma y, en sa literatura, el alma no existe” # Esta critica nos dice con toda erueleza la base social del relato biemconstruido y de la obra orgénica. La buena relacién estruc- tral de las partes con el todo reposa en una divisiGin entre las 8. Armand de Pontmartin, Nouvelles causeries du samedi, 1860, ‘pp. 321-322, 24 EX hilo perdida aalmas de élite y los seres wulgares. Sin duda alguna, la gente -numilde siempre ha tenido su Ingar en la ficidn. Pero era justa mente el lugar subalterno o el género inferior donde se les per :mitia divestir al piblico actuando y hablando como corresponde ala gente de su calaita. Lo que la ficcion nueva descruye es esta distribucidn de los roles. En este punto, al espantado critica de la sdemocracia se le escapa el corazén del problema. Se atiene a los t6picos dela imagineria contrarrevolucionaria que ve el espacio, ‘otrora estructarado por el ramaje de los grandes robles, ahogado de alli en mas por el bosquecillo de los arbustos democriticos, Pero el mal es mas profundo. El problema no es que los seres vul- ares sabrecarguen con sus preacupaciones prosaicasel espacio ‘trora destinado al despliegue de los sentimientos refinados, Es squesus pasiones nuevas vienen.a alterar la divisi6n misma entre las almas de oro destinadas a los sentimientos exquisitos y las almas de hierro destinadas a las actividades prosaicas. Ese €s el trastorne que conlleva el relato sobrecargado del famoso bardmetro. “Un. corazén sencillo” es ka historia de wna pobre sirvienta iletrada cuya existencia mondtona esta marcada por una serie de pasiones desgraciadas que conciernen, suce- sivamente, a un enamorado, a un sobrino, ala hija de su ama y, al final, a un loro, Es en ese contexte donde el barémetro. ‘obra sentido, No estd abi para probar que fo reales bien real. Parque la cuestién no es la de saber si lo real es real, Es la de la rextura de ese real, es deci el tipo de vida que es vivido por los persenajes: Sin duds, el bassenetco esta ex'e! telato sin inten: cién preconcebida, tan solo porquc ¢! novelista lo “veia” cm el ‘momento de inaginar el decorade de la historia. Pero silo ve con tanta nitidez, es porque ese instrumento prosaico resume todo un mundo sensible. La aguja que marca las variaciones de la presion atmosférica simboliza también la existencia inmévil de aquellos cuyo horizonte se limita a saber cada mafiana las condiciones favorables o desfavorables con que el tiempo acom- Pafiara sus actividades de la jornada, Marea la separacién entre aquellos que viven en la sucesién de los trabajos y los dias y aquellos que viven en la temporalidad de los fines. ¥ de ahi en més va a marcar otra cosa; el vinculo de esis existencias oscuras con la potencia de los elementos atmasféricos, las intensidades El bardmesro de Madame Aubain 25 sl sol y del viento, y la muleiplicidad de los acontecimientos bles cuyos eirculos se extienden hasta el infinito. E-mundo los trabajos y los dias yanno es el dela sucesidn y la repeticién stas-a la grandeza de la accién y de sus fines. Es la gran acia de las coexistencias sensibles que revoca la estreche2 aantiguo orden de las consecuencias causales y de las conve~ ncias narrativas y sociales. “Un coraz6n seneillo” atestigua Vevolucion que adviene cuando una vida normalmente dest 44 seguir el ritmo de los dias y de las variaciones del climna temperatura reviste Ia temporalidad y la intensidad de wna na de acontecimientos sensibles excepcionales. La aguja del o imiitil marca un cambio radical en la distribucién de capacidades de la experiencia sensible que separaba las vidas inadas a lo itil de las existencias destinadas a las grandezas a accién y de la pasién. El ser mas humilde,el mas mediocre, ‘en consonancia, en adelante, con las grandes intensidades el mundo: tiene ta capacidad de transtormar la rusina de la rencia cotidiana en abismo de la pasién, se ditija esta a un ‘0.2 un loro embalsamado. El supuesto “efecto de reali- I" es mucho mas un efecto de igualdad, Pero esta igualdad la equivalencia de todos los individuos, los objetos y las jones bajo la pluma del escritor, No es cierto que todas sensaciones sean equivalentes, pero sf laes que cualquiera de puede provocarle a cualquier mujer de las clases inferiares la inosa aceleraci6n que la vuelve susceptible de experimentar mos de Ia pasidn. Tal es la significacion de esta democracia literaria: araca al orazén politice del principio de verosimilitud que gobernaba ss proporciones de la ficcidn. En adelante, cualquiera puede _experimentar cualquier sentimiento, cualquier emocién o pasién. ‘objeto de esa pasion tiene paca importancia en si mismo. La Felicité de“Un corazén sencilla” es una sirvienta modelo, curtida “en todas las tareas y fandticamente consagrada al servicio de “$U seiora, Pero ese fanatisino mismo es portador de desorden. “Felicité no sirve como corresponde servir segiin la logica de “Jas conveniencias sociales y de las verosimilitudes ficcionales. Sirve con una intensidad de pasién que sobrepasa de lejos las “gapacidades de emocién de su seftora, Fsa intensidad no es solo 26 El hilo perdido intl, Es peligrosa, como toda eapacidad sensible que excede Jo que es requerido para el servicio cotidiano. La consagracién extrema ¢s muy cercana a la perversion radical. Algunos atios antes de la aparicién de “Un corazén sencillo”, Edmond y Jules de Goncourt, colegas y amigas de Flaubert, habian publicado: ‘otra historia de sirvienta, Germunie Lacerteux, inspirada en su ‘experiencia personal. Germinie tambien era una sirvienta fand. ticamente consagrada 4 su seftora. Pero, en el curso dela nove- Ja, se veia que la misma pasién que hacia de ella una sirvienta, ‘modelo Ia llewaba a ser una mujer eapaz de todo para satistacer sus pasiones y sus deseos sexuales hasta el grado més extrema de la degradacién fisica y moral. La angélica Felicté y la mons- truasa Germninie son las dos caras de una misma moneda, Las dos pertenecen, como Emma Bovary, a la temible especie de ‘esas hijas de campesinos que son capaces de todo para saciar sus pasiones mas sensuales © sus aspiraciones mas ideales. Esta nueva capacidad de cualquiera para vivir cualquier vida arruina el modelo que vinculaba la organicidad del relato a la separa- cidn entre hombres activos y hombres pasivos, almas de élite y almas vulgares. Produce esc real nuevo, hecho de la destruccion ‘misma del antiguo™ posible”, ese real-que ya no es un campo de ‘operacién para los héraes aristocratices de las grandes acciones ‘0 de los seitimientos exquisitos, sino el entrelazamiento de una multiplicidad de experiencias individualessel tejido vivid de wn munda en ef que ya no es posible distinguir entee las grandes almas que piensan, sienten, suefian y actian, y los individuos encerrados en la repeticién de la vida desnuda. Flaubert no tiene ‘ninguna simpatia por la democracia politica. Sin embargo, la historia de Emma, descosa de verificar en su vida el sentido de algunas palabras robadas de os libros destinados a las almas de lite ~felicidad embriaguez 0 pasion-,es pariente dela tentativa ‘de los obreros emancipados que reconstruyen su experiencia ccotidiana a partir de las palabras de esos héroes sominticas qué sufren por no tener “nada que hacer en la sociedad” o de los revolucionarios que formulan la igualdad nueva en térmi~ fos tomados de la retérica antigua o del texto evangélico. Es pariente de la audacia de esas j6venes costuseras suficientemente impresionadas por las palabras del “nuevo cristianismo™ saint: El harémetro de Madame Aubain 27 simoniano como para transformarse en las nuevas educadoras de una humanidad por venir, compartiendo ta cama, llegado el "caso, de los jévenes predicadores provenientes de la escucla poti- _ técnica. Expresa la muliplicidad de esas “rebyeliones silenciosas” “contra un destino de inmovilidad que fermentan, segiin Charlotte Bronté, entre “la multitud de vidas que pueblan Ia Tierra”? (No hay un “efecto de realidad” que legit para sustituir la ‘yerosimilitud antigua. Hay wna textura nueva de lo real produ: "sida por la rransgresidn de las fronteras entre las formas de vida. ‘Vesta transgresicn cambia la textura dela ficcién bajo su doble icin de acontecimientos ¥ de relacién entre storia de Emma Bovary noes wn testimonio,como “siempre se dice, dela distancia entre el sueiio y la realidad. Es tes- “timonio de un mundo en que la estofa de uno ya no ¢s-diferente ela estofa de la otra. Lo real ya noes un espacio de despliegue “estratégico para pensamientos y voluntades. Es la cadena de las spercepciones y de los afectos que tejen esos mismos pensamientos {Yesas mismas voluntades. Es ese tejido el que define la textu- ‘fa nueva de los episodios novelescos. Las criticas reaccionarias ‘de su tiempo se quejan, con Barbey, de que cl encadenamiento ide las acciones se ve reemplazado por tna serie de “cuadros” ‘simplemente fijados. unos a otros. Las critieas progresistas del ‘siglo siguiente reconocerdn de buen grada, en ese teino de las ‘imagenes inmoviles, la expresidn de la reificacidn capicalista Pero esos “cuadros” no son imagenes y no estan inmériles. Son as diferencias, desplazamientos y condensaciones de intensida: ‘des a través de las cuales el mundo exterior penetra las almas 'y estas fabrican su mundo vivido. Ks ese tejido combinado de percepciones y de pensamientos, de sensaciones y de actos, cl ue constituird, de ahi en mis, tanto la vida de los proletarios de Zola camo la de los burgueses de Virginia Woolf, la de los venturcros de los marcs de Oriente de Conrad y la de los megros yllos pequeiios blancos del Sur profundo de Faulkner. Pero fue primero la misica nueva de la indistincién entre lo ordinario y 9, Charlorte Bronté, Jane Byre, Pocket Classiques, 1999, p. 180, (rad. cast: Jane Eyre, Madrid, Alianza, 2012) 28 ELhilo perdide lo extraordinario que toma en una misma tonalidad la vida de las sirvientas de-campo y las de las grandes lamas de la capital, la miisica que expresa la capacidad de cualquiera para experi: mentar cualquier forma de experiencia sensible. Flaanilsis de Barthes desconoce ese desafio politico porque la idea misma que lo comanda ~y que comanda més ampliamente la ideologia de la modernidad artistica~ depende, a su ve2, del modelo organice que gobemnaba el orden representative. Opone a exceso descriptivo una idea de la esteucrura como combinato- ria funcional de causas y de efectos que subordina las partes al ‘todo. Fl andlisis estructural debe asignar a.cada unidad nacrativa un logar en la estructura, Se topa erttonces con el mismo escain= alo que los campeones de la poética representativa frente a un tejida ficcional hecho de “deralles" sin funcién en la totalidad narrativa, Sin embargo, l desafio politico que estaba aiin claro ‘para los primeros se ve borrado en el contexto del “modernism” triunfante que, eveyendo criticar la lopica dle la representacién, ‘etoma su corairén mas resistente. Barthes analiza el “efecto de realidad” desde el punto de vista estructuralista que identifica la modernidad literaria y su alcance politico eon una purifieacin de la estructura narrativa que barre las imégenes parasicarias deo real Pero la literatura como forma moderna del arte de la ‘escritura es exactamente lo contrario. Es la supresién de las fron- eras que delimitaban el espacio de la pureza ficcional. Lo que estd en jucgoen este exceso noes la oposicién dela singulatidad desnuda 4 la estructura, Es el conflicto de dos particiones de lo sensible. Se hace desaparecer ese contflicto cuando se opone el “detalle” superfluo a la funciomalidad dela estructura, Se lo hace desaparecer también cuando se piensa ta ruprura de la légica representativa de la accidn a través del concepta de reificacién, Este concepto pone en el coraz6n de la modemidad la pérdida ‘de una totalidad de la experiencia vivida, Pero esa “totalidad” era la de un mundo estrictamente partido en dos mandos de experiencia sin comunicacién. Y es esta divisién la que viene a revocat la demoeracia de la ficeién moderna, Asi y todo, no se sigue de ello que la democracia ficcional vaya a la par de la demoeracia politica. La igualdad propia a la ficcién nueva pertencce a esta redistribucion de las formas E¥bardmesro de Madame Aubain 29) ‘dela expericncia de la que participan también las formas de la _ettiancipacidn obrera o la mulriplicidad de las rebeliones que "@tacan la jerarquia tradicional de las formas de vida. No por -expresa las aspiraciones politicas de la democracia o las de la emancipacién social, Sartre quiso detectar en la poten- petrificante del estilo de Flaubert la estrategia nihilista de >burguesia amenazada por elf desarrollo del proletariado y #8 insurrecciones obreras. Pero es una conteadiccién mucho amplia la que ve, en el siglo xrx, que el triunfo del género lesco se acompaita de una ruina del modelo de la accién gca, Desde los conspiradores de Baleac que fracasan en sus empresas hasta los generates de Tolstoi que imaginan pir batallas cuyo éxito depende de mil causas entrelazadas escapam a su estrategia, pasando por ¢l Raskolnikov de oievaki que concibe con taxa racionalidad los fines de su pero la ejecuta solo como una alucinaciGn en acto, la a de-ese siglo no ha dejado de declarar Ia quiebra de la 6n estratégica alli donde nos mostraba hécoes metédicamente aarcados en la conquista dela sociedad. Evoqué en otro lada ‘extrafia duplicidad de la fabula en apariencia sencilla de Rofo gro que opone, de hecho, las dos formas bajo las cuales ssubversién de las posiciones sociales se le presenta al joven beyo ambicioso: como conquista del poder o como particién una igualdad sensible.'° Sugeri percibir en esa historia indi idual una tension que afecta a una escala en wn todo diferente ‘las formas de la revolucién popular o las manifestaciones de la mancipacion abrera: el descubrimiento de la capacidad que cualquiera de vinir cualquier géneto de experiencia parece incidir con una defeccién del esquema de la accion estratégica jc adapta los medios a los fines. Esta tensidn esta en el cor n de las empresas mas resveltas de transformaciGn social. La en ciencia marxista, incluso antes de vincular los medios de “10..CF.“Le Ciel da plébéien”, es Jacques Rance, Aisthess, Scenes reginacesthetique de Part, Paris, Galilée, 2011, pp. 61-77 ftrad. cast: ciclo del plebeyo”, en Aisthesis. Escenas del régimen estético del te, enos Aires, Manantial, "Bordes”, 2013, pp. $7-72|- 30 El hilo perdido, la accién con las demostraciones del conacimiento, identifies la realizacién revolucionaria dela esencia humana con la abolicién de la separacién entre los medios y los fines. Por ende, no es tanto opaniendo su igualdad sensible a las finalidades de La accim como la democeacia literaria se separa de la otra. La tensidn entre igualdad sensible, acci6n estratégica ¥ ciencia de la sociedad pertenece mucho mas ampliamente a la historia de los movimientos modemos de emancipacign, Pero la literatura nueva opera también una escisién en el seno mis mo de esa igualdad sensible que vineula las transformaciones de la forma novelesca con las rebeliones silenciosas 0 raidosas de los hombres y mujeres del pueblo en busca de otra vida, La empresa de Emma Bovary, descosa de experimentar el sentido de algunas palabras lefdas en libros que no estaban destinados a las hijas de los campesinos, da testimania de un movirniento mas amplio de afirmacién de la capacidad de los anénimos: los hijos de obreros o las hijas de-campesinos, identificados por la ‘ocupacién de un Iugar definido en la totalidad social y destina dos ala forma de vida correspondiente a esa posicién, rompen ‘son esa asignacién identitaria. Rompen com el universo de la vida invisible y repetitiva para implementar eapacidades y vivie formas de vida que no se corresponden con su identidad. Esas ‘operaciones de desidentificacién que deshacen las relaciones ““normales” entre identidades y capacidades hacen revolucién literaria que destruye las identidades y las jerarquias del orden representativo. Pero esa misma revolucién cumple wna funcién muy precisa respecto de esas manifestaciones subversi vas del poder de los anénimos: separa ese poder de los agentes que loestablecen para hacer de élsu poder, el poder impersonal dela escritura. Esta apropiacién comporta dos operaciones. La primera descampone esas manifestaciones de la capacidad de los anénimes en una polvareda de microacontecicnientos sensibles impersonales. La segunda identifica ef movimiento dea escritura con la respiracidin misma de ese tejido sensible, Puede ilustrar la primera operacién el episodio mis célebye de ‘Madame Bovury, el que euenea el nacimiente del amor de Emma por Rodolfo en medio de la agitacién de los comicias agricolas. Rodolfo despliega allel arsenal clisico de palabras y acticudes El bardmeto de Madame Aubin, 31 Opias para seducir a una pequeioburguesa de pron Sin argo, no es esta logica de los medios adaptados al fin lo aasegura su éxito. El amor de Emma nace, de hecho, como ‘modificacion producida por una cadena de acontecimientas bles que llegan kath” békaston, uno tras otro, sin que su acon sea el efecto de eileulo alguno: el calor de una tarde ‘yerano, las voces de los oradores que giran en el aire, los «de los bueyes, los balides de los corderos, pequeiios ellos dorados en torno a las pupilas negras, un perfume de nilla y de limén, un largo penacho de polve que deja tras de a diligencia, cl recuerdo de un vals y de antiguos deseos que Atremolinan como granos de arena en el viento, cuya conse: encia Ultima es que una mano Ia suya~ se abandona en otra 4a del seductor-. Su amor nace asi comoel efecto de una idad de microacontecimientos sensibles, encauzados en “titimisino curso, hecho también de palabras leidas en los libros, “deimagenes vistas en asientos, de vifictas coloridas que decoran Imisales o mementos, de perfumes de altar y de estribitlos de “canciones sentimentales. La democracia novelesca opone este orden de las coexisten- ‘Glas sensibles al antiguo orden de las consecuencs y de las con- “yenciones. Pero esta democracia tiene su precios la inguietant “Aptitad de los andnimos para vivir otras vidas que “la suy: 165 absorbida en la profusién de los microacontecimientos que “Fansforma las manifestaciones de esa vida en cristalizaciones imgutares de la gran Vida impersonal, Sicualquiera puede expe- Fimentar los sentimicntos refinados hasta entonces reservados a las *almas de élite”, es porque esos sentimientos refinados ‘Yano son lo que cran. Ya no son disposiciones intimas de los dividuos sino condensaciones azarosas de un torbellino de acontecimicntos sensibles impersonales, de una “vida del alma” ain desconocida: un movieniento perpetuo de una infinidad de ditomos que se unen, se separamo se rednen de nuevo en el seno de una vibracién perpetua. Es ese movimiento el que le daa la ficeién nueva su textura. Es él el que da respuesta a los eriticos ‘que denuncian la incapacidad de esta ficcion para subordinar sus “detalles” ala unidad de un todo. La oposicién del katholowe Poético al kath’ békaston empirico- tuvo su ticmpo. El todo esti 32. EDhilo perdido El barimmstro de Madame Aubain 33 ahora en los detalles, Est en el aliento comin que encauza ta jerarquia de las formas de vida que definia el espacio de sucesidn de estos acontecimientos sensibles liberados de las cade~ i6n y comandaba su unidad orginica ha caido en ruinas? nas dela causalidad, Ya no esta en el equilibrio de las partes de la mo conciliar el mundo nueva de percepciones y sensaciones ineriga. Esta en el trabajo de la escritura, en ese estilo que, justa~ esa ruina libera con la necesidad de consteuir un todo que mente, ya nostiene nada que ver con los floreos y los ornamentos un comienza, un medio y un fin, es decir también una, del discurso epidietica porque traduce Ia vida misma del todo, oria de voluntades y de acciones que conduzcan a éxitos 0 a clalicnto impersonal que mantiene juntos a los acontecimientos ox? Y encomtré ina respuesta que se convirtis en modelo sensibles y les hace producir esas condensacionessingulares que a ficcin moderna: la soluciém no-existe en el nivel del todo. s¢ llaman deseo © amor. La democracia ficcional implementa GAH Folate co eis ees cardia pos La entonces una forma muy especifica de la igualdad: la igualdad en la que se incorpord la potencia nueva de igualdad de las frases, siendo cada una de ellas portadora del poder de sible debe cjercer una doble funcidin, Uniendo wna frasea otra vinculacién del todo, ¢l poder igualitario de a respiracién comin f acontecimiento narrativo a otro, debe construir también que anima la multitud de los acontecimientos sensibles, ‘puente entre la logica de las conexiones impersonales de la ‘La igualdad sensible pasé entonces del lado de Ia escritura. Y 'y la Logica de las identidades sociales y de las relaciones, la capacidad del personaje que la encarnaba quedé escindida en es. La ldgica nueva de los estados sensibles coexistentes y dos partes, Par un lado, la individualidad de Erma Bovary es una 1 antigua de las acciones eneadenadas pueden entances ‘condensacién de acontecimientos impersonales. Por otra, ¢> una ise imperceptiblemente una en otra. Fl escritor inserta en identidad definida por funciones narrativas que corresponden a ivios de las historias de amor y de dinero la vibracién formas sociales de identificacion: hija le campesino, habirante de gran igualdad impersonal de los acontecimientos sensibles, tuna pequefia poblacién, hija, madre, esposa y amante. El perso- luce asi la desviacién imperceptible que cambia, a ras de naje se define en el cruce de dos mundos sensibles, el de la danza r, ¢l modo de produccién de la accién narrativa. Por cie impersonal de los étomos y cl de las identidades y propicdades ids accra al cevee: Li Expetiia de ctea gran igituldad sociales. Peco esta conjunicién entre dos mundas es también el incorpora en la vibracién de la frase sino para someterse principio de una jerarquia nueva. El personaje esta separado del logica de la acciGn: intrigas de pucblo, historias seritor por la imposbilidad de percibir esta dualidad. Emma fea 9 feebcapdclodetdeUinco imap wale ta ‘etd rezagada respecto del libro que cucnta su historia. No pucde anénima de la frase termina por desempefiar, respect percibirel entrelazaminto de acontecimientos sensibles que tje eu ga de cies owes Laie aed Sioa “su” amor. Lo interpreta en los términos clisicos de la identidad 5 de Emma con las que Carlos Bovary se conformaba y dela causalidad como historia desu anor por otra persona. recieve ee dloce| oe a *Afi Mas aie al placer Ge mae Deviene asi presa de la vieja Logica narrativa y social a la cual idos y a la calma de su hogar. Fran como un polvo de aro el novelista opone la potencia de sus frases. El cscritor sactifica s¢ esparcia a lo largo del pequefio sendero de su vida”."" al personaje de cuya potencia igualitaria subversiva se apropio para hacer de esta el poder impersonal de la escritura. Pero la operacion que abandona al persanaje de ta ficcién sera aa vieja égicarepesetaiva hace de esa icsn ambien ‘un compromiiso, Flaubert fue el primero en plantear el prol : reese ee eeecie eerie: 11, Flaubert, Madenic Bovary,en (Euvres, op. cit. 1.1951, p46 , Cast recientes: Madame Boutry, Buenos Aires, E1 hilo de Ariadnal najes y situaciones pues's constituir Ia obra ficcional cuando la BA, 2013: Madrid, Siruela, 2014; Madrid, Alianza, 2014],

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