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ps PARA UNA RELECTURA DEL “QUIJOTE” EI géneto, La cormposiciOn. [2 estructura, Los protagonistas. La universatidad del Quijote es un hecho Esta universalidad de eo dan sus péginas a acuciantes inquisiciones del y por otra, del nuevo rumbo que imprim« frativa. De la popularidad de su obra ya se alababa Cervantes, pues en el capitulo 3 de fa Segunds parte dice, por boca del Bechiller Sanson Carrasco: te, tuillada y tan Ieida y tan sabida de todo sénero de gentes, que apenas ian visto algén rocin flaco, cuando dicen: ‘Allé va Rocinante ” a que plantea Ia obra es vastisima, como corresponde a tina ereacién genial: problemas humanos uni- versales y singulares, problemas sociales de la Espafia del seis- ‘lentos, problemas literarios y linguisticos, problemas filoss- oblemas es 9 que los 19s totalmente en sv conexién con el conjunto, fcablemente trabados estin en el Quijote todos sus de una obra solo pueden ser . 25 componentes, que © significado constituyen una Ia expresion del muy cervantino jor del fuego tud de posibilidades que presenta obra tan rica, tan compleja, tan densa y, ademis, tan extensa dea y las a ella circunvecinas", 1,9) para los primeros 8 capitu- Ios: “Autores hay que dicen que la primera aventura que tros dicen que la ‘papel autoral para dar mayores visos de historicidad a su re- lato. ;Cual et Ia labor que se atribuye a sf mismo?: la de =26~ Ss) presentar ese material hist6rico elaborado coms obra literaria, suprimiendo detalles engorcosos, y a veces, como en Il, 5, juzgando su autenticidad. El autor ficticio (en este caso Cide Hamete Benengelf) era un recurso narrativo de la novela de te y sostenido en Ia obra (él es quien la cierra, ‘que siempre est# presente, como un recurs iio. de Ta veroskndlitud, como una garantia de la que toda historja requiere. Cide Hamete es un io entre el antoy real (por esto “padrastro” y no padre de don Quijote, coma se califica en el Prolog, pepo porque es “ puede conocer Jos pensanientos de los person te ha prosentido su existencia en I, 2: “{Quién duda sing que en tos venideros tiempos, cuando salga a tuz la verdadera historia de mis fa- mosos hechos, que el sabio que los escribiere no ponga, cuando legue a contar esta mi primera salida tan de mafiana, desta manera. Esta existencia se materaliza en 1, 9 con el hallazgo de carta pacio titulado Historia de don Quijore de ta Mancha, escrita por Cide Hanete Benge, hore nbigo, Don Quote conoce su existenca y la admi «debe de ser tlgin sabio encantador el autor de nuestra historia” La importancia de su figura se intensifica en El Quijote, pues, se presenta como histori Porque novela para Cervantes, como para los hombres de su mpo,eraun tipo de narrecién muy determina La novela, coma la concebimos hoy, es un género de muy son, pues se apropia de campos y formas exp: otros géneros; surge con Ia burguesfa y para su dele libertad ha sido siempre su caracteristica (“escritura desata =~ f }, pues nada ha dicho sobre ella Aris: actual la define como una is bien extensa, que hace reales, dindonos « conocer su psicolog y sus aventuras. Pero para Cervantes novela era otra cose: ate breve, de estruct ¢ dect, sintagmatics, con tension dramética, eon un centro de interés (un avontecer en una Jos otros aconieceres. En una palabra: novela er: creado por Boccaccio xamerén seguido por la inmen- 5 pliyade de novelador : Bandello, Girardi Cinthio, basco, Mssuccio Saleritano, Franco Sa: ~ Novela es novelle(‘novedad’y ‘no son, para Cervantes, sus Novelasefemplares la del curioso impertinente incivida en el pero no el Quijote es a primera novela modem, pues on ela se dan 9 vez todas las condiciones que carac- terizan este géneto, el més extendido de todos: a) fusion de Jo histérico con To p 1a verosimilitud como principio ineladible; ¢) importancla de la earacterizacin; d) el perso- naje como ser en evoluciSn psicolépica, creando su vida su destino. EB} género novela se torns cada ver més indefinido y fluc- char su desintegracin. Para lo his arracién breve y ofcica (fr. nowve artiendo de una realidad concreta (la Espatia ‘onca con uns propia de la mentalidad barroca: el prob —28- > tes de realidad y apariencia, ef valor de los datos 12 plat6nico de lasideas. 4445) es, quizés, la sonancias del asunto se advierten des Cervantes lo mianeja sabjamente, y ef snen nombres diversos, desde el. protagonista Quijada, Quesada, Quejana, Don Quijote igura, el Caballero ‘Nads es, todo parece: y perece a cada per- individual, intransferible. Esto ite a Cervantes la manipulacion del punto de vista para To cual intoduce en la obra diversos naradores, ‘que a veces relatan el mismo suceso desde ingulos distintos. la Primera parte, Cervantes, por boca exprest una teoria de la novela la novela de caballerias), esa escrinura a eglas), cuyos puntos fundementales iple que supone la sintesis de historia y po realizan, la primera, en un entorno geogrifico © hist cial real; y Ia segunda, en ol suetto de la locura her choque de estos universos antagSnicos —que se resolverd con la muerte del héroe y su nacimiento 2 Ia Verdad~ surge la Corvantes, como él accion, de asombrosa rigu 10 dice de sf mismo, tiene “abil cia y ene tendimiento para tratar del universo todo -29- ° Lacomposicién BI trajinar del héroe determina el gran esquema compost- tivo del Quijote. El personafe abandons su aldea tres veces, fen busca de aveniuras; en Tas tres oportunidades realiza un movimiento ciceular que Jo devuelve siempre al punto de partida: aldea-av dos primeros coi parte del Quijote Ja Segunda parte, Primera parte, capt Primera parte, capi ireuito 3+: Segunda parte, capi En los tres casos se produce la misma situacién: don Quijote ¢s presentado en su ease, en su alcobs, de la cual parte y a la En Caballero de la Blanca Luna, ‘su aldea, lege a su casa enfermo de desilusion y desengafio; Y¥ se acoge a su lecho, donde la calentura Jo consume, porque “melancolias y desabrimientos le acababan”. Un largo y pro- el dtimo, definitive soar tas cele eats cdl Rabie a cn (oes qu tare hues mad ct Secrets cero alco a dees a manor {7} Se Cotati de le Blanca Lune, Observemos, de paso, que Pisco to ts a ate Mae “\"" acordarse el autor, esté represent Nie ford amy 7 to inioconey por el Cary vantino de sugerir realidades con apenas un trazo o un rasgo: -30- (con el paissje manchego ocusre Jo mismo), mientras que Jos mundos idesles creados por Ia afiebrada mente de don ijote estin descriptos on. sus detalles minimos (recuér- ue subyacen bajo el Iago de la cucva de Monte- ciclos simileres (pese a las diferencias de extensi6n), de los cuales el primero pareciera un breve bosquejo de los otros dos, 58 fe para deqvirtvar ls concluslones de una critica que pretende ver én cada parte uns obra diferente, El esquema similar de los gos Quiotes (1605, 1615), 20 solo en lo que a nivoles de gomposicién se refiere, veré mis adelante, sino en (a rateraciOn do esta ién circular”, como le lam6 Casalduero, permi fque la Segunda parte surge on foncion de ia Primera; y que Cervantes ha querido una Segunda parte, no una novela nueva, La presencia de la Primera parte en la Segunda ¢s, especiaimente al principio, intensa, y el autor juege con la circunstaneia de que los protagonistas son, al mismo tiempo, ‘eres que se presentan como reales y personajes de ficcién. Don Quijote y Sancho se enteran por Sensén Carrasco de que sus aventuras andan en libro; saben también que texe libro goza ya de gran popularidad; muchos personajes de {do y, conocedores de los puntos que ealzan amo idero, adoban la realidad a su paladar. Ademés, en II, don Quijote vuelve a Ja aldea por voluntad de algin Yecino que, distrazado, ha ido en su busca (el Cura y el Bar- ansin Carrasco en II). En ambas partes se ‘expediente compositive: hacia narrative que cada salida configura, don Qu fl trajinar a elelo abierto para acogerse a un imbito espacial cerrado: la vonta de Juan Palomeque el Zurdo en I, el pa- ‘de los Duques en Il. En ambas partes so dan aociones Jas que generan nazraciones alternedas, en las que don Quijote y Sancho actian soparadamente: en I don Quijote queda en Sierra Morena haciendo su penitencia de amor, Inientras Sancho ve al Toboso a entregar Ia carta a Duleines} =31- en Ut don Quijote queda en el palacio de fos Duques mientras Sancho gobiema la ‘nsula diferencias, sobre todo en Ia estructura 6. como se verd luego; ¥ tam- ica de los personajes. Iguale hhecho de que en I el protagonista vaga al azar del cam ra las avent a de la novela de caba que en I sale con un obje- stas del arnés.en Zaragoza, tal como se anv es por el Toboso para presentar- se ¢ Duleinea. Byte itinerario se ha de alterar a partir del et ndo don Quijote (y Cervantes), enterado de del Quijore apécrifo del Licenciado Avellaneda (1614), que lleva a Zaragoza al falso héroe, decide: “no pondré 1s pies en Zaragoza, y asf sacaré al plaza def mundo Ja mentira dese historiador modemno”. Y Barcelona es enton- ‘es.la mieta de su itinerario. Todo esto significa que el faso ‘Quijote se integra también en la fabulacion del Quijote autén- tico, juego y m: de elementos realmente asombro- sos; y hasta un ado por Avellaneda, don Alvaro Tarfe, se 8 en conversacién con Don Qui- jote (cap. 72). Cuando Cervantes da # la imprenta fo que hoy conocemes comio Primera parte del Quijote, pera & la obra estaba termi- nada. Por esto Ia dvidis en evatro partes que abarcan: Jaz capi 2a: eapitulos 9.14 3a: capftulos 15-27 4a capitulos 28-52 on a de la mate canna materia nar Basta echar una de vari de ellos y pi probar que no hay ninguna soluciéa de continuidad ‘i en 32 UY el tiempo de la accién, ni en el devenir de los acbntecimientos, en algGn caso, ni siquiera en la sintaxis oracional. Véanse prineipio de-los ocho primeros capitulos, y como jero eseapa 4 nuestra p la tarea de dividir e zg, A partir del capitulo cia en lo que a dable que Cervantes cide casi exactamente con que se corona con el Cura y el Barbero hidalgo” Ia tesis de que breve, una novela del tipo de las idad, de tipo intelectual, no mora ciose influencia de Ia novels de cabal ¥ aun arrastrado por la fuerza vit ‘autSnomo que vive por sf, que * Castro, decidié continuar la obra este ‘oblema, pero lo cierto es que Cervantes parece haber fado uns de las tres saidas; por ello Cide Flamete Benen- 10 pirrafo’ de Ia obra (HI, 74) que don jote, ya enterrado, esti “imposiilitado de hacer tercera jomada y salida nueva; que para hacer burla de tantas como hicie- ese primer ciclo narrativo, que parec cima la andanzas de la pareja protagénica, que se inician 3 lama y la sobsi r la partida de amo y escudero. El de la del capi roducciéa a la tercera silida (del 3, admirgble y regocjado dislogo de Sancho ys pone ~y s© exhibe como una fundamen cexpresiva y caracterizadora— al relato del {nartaciéa panorimica) de os siete capftulos os que don Quijote vaga solo por el Campo ‘in jaterlocutores, obligado a monologar pare dar curto 2 su pensuniento, 0 a ser interpretado por el na rrador. mentalmente, Ja novela de caballerias, a cuyo aniquilamica- fice, estd dirigida su obra. Esta intencion se manifiesta \damente, desde el Prilogo de la Primera parte, donde dice el supussto amigo del autor: “Bn efecto, levad ta mira puesta a derribar Ja mé- ‘quina mal fundada destos caballerescos Libros, abo- srecidos de y alabados de muchos més; que 1 esto sleanzivedes, no habriades alcanzado poco”. dhasta Jas palabras finales de ft: “ . pues no ha sido otro mi deseo que poner en aboriecimiento de los hombres las fingidas y dis- Paratadas historias de los libros de eaballerias, que por las de mi verdadero don Quijote van ya trope- dando, y han de caer del todo, sin duda alguna”. Cervantes, para cumplir su objetivo, se vale de la parodia dogradante. Su riodelo literario (toda parodia Jo tiene) son, pues, eset extensas ¢ inverostmiles narraciones, henchidas ~34- de fantasia dosbocada, sin conexion con Ia realidad, y que hhoraciano, tan respetado’ por la el intento decl , Quijoze, especialmente el de 1605, es una novela de caballe- rias por: a) cl tema estructura partioular de las aventuras La parodiase ejerce sobre: a) el cardcter de los protagonistas +) ln utilizacion de situaciones tépicas de 10s libros de eaballerias, pero en forma comica y burlesca (ermazén de caballeria, penitencia de amor, aven- tura de los leones, aventura del bareo encantado, etc.) 6) el acereamiento de los hechos af lector mediante Ja anulacién del ospacio y el tiempo miticos (“En tun Tugar de 1a Mancha. que vivia un hidalgo. 4) la confrontacion y colisién continua de Io poé- tico con Io hist6rico, es decir, de la fantasia con la realidad, del universo depurado y abstracto de la ficcién con el mundo cotidiano. = no ha imucho tiempo La preocupacién de Cervantes por la novela de caballerias ‘en cuanto género se manifesta en’ 2) emisién de juicios de valor sobre las obras signi- ficativas (1,6) ») exposicin de una preceptiva literaria ( 7). =35— Ademés de la novela de caballerias hay que seflalar en el Quijote el ‘en segundo término, de la pastoral y di omancero, a los que habria que agregar, en tercer lugar, el del Orlando futiosa de ‘obra que publica Cerv 1585), 10 cierto es que ef at otra forma d una novela pastoril, La F conoce a la perfecc es un verso de un romance in- 8 la penitencia de amor (caps. 25 y 26). Don Quijote la leva a cabo & Ta de Amadis en la Pea Pobre, emboscado en les de Sierra Morena, El centro del Quijote de 1615 es la aven- tura del desconso a la cueva de Montesinos (caps. 22 y 23). ‘mento dlgido de Ia locura y voluntatiedad de en la autocreacion de sf mismo como enteliteraio ala cordura y a la mu La estructura La falta de estructura del Quijote ha sido.sostenida por hos exegetas y eriticos: ibe al comer de Ja phoma; Cervantes es un genio de la improv ‘es, por ello, comete exrores y ob Esta afirmacién, = 36 , obedece sin duda a la impresién que pro- wesentacion de acon- jn de Ta obra, que Ja composicign del Quijote. siguiendo e| consejo de Casakduero, explica remos por separado cada ung de Iss partes, aunque, como se iad de Ja obra en au tote Primera parte ue se advierte es Ia existencia de dos niveles ica, laxa (novela constituida por Lo prize de composicién: 1) una estructura asiva, segin Ja de Thibau ‘una sucesién de avonturas, las de don Quijote, a Ias que lla- ‘maremos microsecuencias; 2) una sucesién de relatos exter ‘nos, relativamente independientes, los que llamaremos ma- , ¥ cuyos protagonis- ‘primer nivel se dan pareja protagGnica; en el segundo, los és © menos relacionados con el vivir de amo y escudero; ademis encontramos en un tercer nivel Curioso impertinente, narracién totalmen- conexién alguna con la vida de los otros ‘que se inserta a continuacién procura aclarar, visualizéndola, la estructura de la Primera parte, el lugar de inserein de los constituyentes del segundo y del tercer nivel en el primero, y Ins correspondencias entre Tos tres niveles y entre los constituyentes de cada nivel por si. —31- tps sintagmitn (oaticcmserss) snteee cmnemneaenc) 38 oe wes con respecto a cada Haremos ahora algunas acl uno de estos aivles 1) Primer nivel La estruct rracin de base, o primera narcacién; las aventuras tienen como protagonista a don Quijote, y se enhebran en orden no neces Tio, es decir, no regido por m Lo que dda unidad a esta primera nares de don Quijote, siempre presente como agente de la accidn; Sancho jjuega gencralmente el papel de abservador atemorizado, Estas rmicrosecuencias son 1) altereado con las artieros (cap. 3) 2) aventura de Andrés y Juan Haldudo (cap. 4) 3) aventura de los mereaderes toledanos (Gap. 4) 4) aventura de los molinos de viento (cap. 8) 5) aventura de los frailes benitos y del vizoatno (caps. 89) 6) aventura de fos carneros (cap. 18) 7) aventura del cuerpo muerto (cap. 19) 8) aventura de Jos batanes (cap. 20) 9) aventura del yelmo de Mambrino (cap. 21) 10) aventura de los galeotes (cap. 22) 11) aventura de los cueros de vino (cap. 35) 12) aventura de Tos disciplinantes (cap. 52) Cervantes las enumera en parte, por bocs de Sensén Carrasco, cen a Segunda parte, cap. 3: unos se atienen a la aventura de los molinos de ra merced le parecieron Briareos y 3s batanes; este, 2 la descrip- , que después parecieron jamos aventuras a los aconteceres on que don Quijote es protagonista, ¥ fen los cuales acta por moviles caballerescos: bésqueda de Ia justicia y defense de los débies, proclamacion de la her- ‘que aquel que su ras responden a un mismo ‘mos enunciar asf acion errbvea de esa realidad por don ‘que supont que se presenta una aventure sca, cs etre don Quote y su puesto © lun (real © engaoso) de caballero: © abandono por parte del atacado, se cumplen en las aventuras de los Yoledinos, molizos de viento, vizeano, galeotes, -40- cuerpo antes. En otros casos hay variantes, fs decir, no siempre se cumplen los cuatro requisitos: 0 no hay lucha (Andresilo, yelmo), 0 la aventura no se concreta st presentan siempre dentro del jdn se debe al hecho de que lo ala éstructura de la novela jovido siempre por Ios 1 Jos héroes de la litera MW) Segundo sarrolla un episo% jote y Sancho, en - Cadg una de las macrosecuencias de- de don Qui- subordinado al ivamente, de Ia narracion de base. Las n 6 en la Primera parte: 1) Marcela y Griséstomo (caps. 11-14) 2) Cardenio y Luscinda (comenzada en caps, 24 y 21, terminada en 36) 3) Dorotea y ndo (comenzada en cap. 28, 3} SonaCary don tise 445) 6) Leandra y Eugenio (caps. 50-51) Ja simetrfa estructural con que Corvantes crosecuensias: dos de ella, la primera y Ja a pertenecen al mundo de Ia pastorl (lade Marcela sigue cortodoxamente las reglas de este tipo de relato; Ia de Leandra Jas amplia y debilita) y estén colocadas como enmarcando a distancia los cuatro relatos ce Curioso impertinent De los cuatro relatos centrales las dos primeras historias de amor, narradas en dos partes —la primera parte en Sierra =a 8 Morena y Ia segunda en Ja venta del Zurdo— sor fen su primera parte por Cardenio y Dorotea respe acura y el Barbero c: de la primera parte ds + ¥ como espectadores de accion representada; hecho de fingirse Dorot sa princess ¥y oftecerse don Q Je caballo, a restauraia en su teno, Esta fin de los que hay muchos en el Quijote, La feeiéa de Dorot Cura _y el Barbero, tiene por objeto sa profundidades de Sierra Morena. historias de amor son: a) la del Capitin relato de cautiveria, donde Cervantes lo histérico y lo poético. La autén- i, los recuerdos autobiogréficos y la fantasia se interfieren para crear un episodio de notable verosimilitud fen alguna de sus partes, narrado por el Capitén en forma re- trospectiva, y cuyo final, sin duda venturoso, se proyects, como en los dos casos anteriores, hacia un futuro inmedia- tromisién primera, , Dorotea), y esté con- ‘una narraciSn representada y ze continia ‘argo de don Luis. Los 1azos de estos dos de base son mucho més débiles due tos de fos dos antesiores: don Quijote no parece intere- farse por ninguno de ellos y no interviene en ningin mo- mento. ) Tercer nivel- Bl cave de la Novela del Curioso imper- inente es distinto, Se trata de un relato de perfeccién abso- —42— atura dentco d Cervantes como fice de un huéspod de , 26 letda por el Cura durante la sobremesa, No hay ninguna relacion con el relato de base, tanto que don Quijote y Sancho duermen_m Jee. Cervantes, para resaltar ef candcter de mente muy trabsjado. Bs historias de final feliz, tencia a las cuatro parejas 1 tritinfo del amor y su consagracién mediante el sacramento del matrimonio n0 10 es todo; el amor conyugal merece cuidado sumo y profundo respeto mutuo de los eényuges. La Novela del Curioso impertinente tiene dos desenlaces: cl primero (cop. 34) estd dentro del espiritu boccaccesco; el marido engaflado por su adilters mujer y por su mejor amigo esta convencido de la fidelidad de ambos; Cervantes acota: Con esto quedé Anselmo el hombre mis sabrosa- se engafiado que pudo haber en el mundo. ..” retoma ¢l relato para dar ccumpla Ia justicia poética, ese principio tan ‘Anselmo, Camils y Lotario mueren, el orden por ellos alterado, aunque ices segiin la respectiva cul- desesperado, sin con- { mayor: forzar el libre albe- n, pues su pecado ha ‘de su esposa y de su amigo lanzindolos al pecado. Lota- rio moriré gloriosamente en accion militar; y Camila, que acogido a un convento, y de arrepentirse. Los dos de: ‘es estin soparados por Ia aventura de los odres de vino (cap. tras que las microsec as (excepto dos) entee los eapftulos 3 y 22, es d de fs obra, Pasarin 12 capitutos para ver a don Quijote en accion caballeresca fico pareciera poner de materia narrativa poco La concentracién de las cinco macrose~ dos finalidades: a) erear un parén- wotonfa que se hubiese originado de dia protagonizar de manera creta por su edad, su aspecto y su cardcter. De aqui te des prende que, partir del capftulo 24 el papel protagénico co- rience a desplazarse de don Jos protago: Los tres temas bisicos seflalados por Casakiuero para la Primera parte se dan, en Iincas generales, sucesivamente: 2) tema caballeresco; ) tema amoroso; c) tema literario, nite las dos dltimas macrosecuencias, especialmente caps. las conversaciones que sobre novela abnigo de Toledo con el Cura y don Flay que recalcar, sin embargo, que estos tres temas ‘oda la obra, aunque sa presencia ¢ intensa en los lugares indicados. Segunda parte La estructura do IT sigue en parte fos lineamicatos de la de 1, es decir, hay también en ella dos niveles de narracion, pero st ha suprimido el tere autor dice aceptar las criticas {que pareciera haber suscitado 1k justificarse. En dos ocasidnes, en la Segunda parte, Cervantes pone las cosas en su punfo con respecto al papel que scrosecuencias en la Primera part fs importante sobre este asunto), Cide Hamete siempre atenido fa mano y Ja pluma a escribir de un solo sujeto y hablar por las bocas de pocas per sonas era un trabajo incomportable, euyo fruto no redundaba en cl de su autor, y que por huir deste inconveniente habia usado en la primera parte del fueron Ia del estén como separadas de la histo demés que alll se cuentan son casos succdi yue no podian dejar de es segunda parte no quiso ‘puesto que las dos al ‘que To parcciesen, nacidos que la verdad ofrece, y aun estos con solas las palabras que bastan 2 declararlo Cervantes admite, pues, que las novelas, es decir, los mundos narrativos totalmente autGnomos (tercer nivel) deben supri- mirse, manteniéndose los episodios extrinsecos relacionados de alguna manera con Ia narracion de base (sexundo nivel). En consecuencia, el tercer nivel ha sido eliminado. Un grifico ayudaré a aclarar Ia distribucion de fa materia narrativa en estos dos niveles: =45— > epbbdies 1) aventura de las Cc 2) aventura dl Cb 3) aventura de ls lees (a 4) aventura de a eueva de Montesinos (cps, 22-24) 5) aventura del séiablo de Maese Pedro (cap. 26) = ems 6) aventura de barco encantado (cap. 29) 36 Teas 7) aventura de Clavilefio (cap. 41) 8) aventura con Tosilos (cap. 56) 9) aventura de los toros (cap. 58) 10) aventura del Caballero de la Blanca Luna (cap. 64). (eromcuencas) (evaroserencia) Sintoiias 64 Cab, Blanes Lun Ana Tain y BeGeegaie ij Diego els Liana jada Rodi 49] ae Las diferencias de estas aventuras con las de Ja Primera parte surgen enseguida: 41 custo 2) solo custro se encuentran al azar del camino: Cor- tes de la Muerte, leone, batco encantado,toros ») cuatro son preparadas por otros que, por haber Jefdo la Primera parte del Quifote conocen la idio- 29 vate encntado sincrasia del cabailero: el Caballero de los Espeos, Clavilefio, Tosilos, el Caballero de la Blanca Luna. 25 reaio Meo 6) una es buscada por don Quijote: Ia cueva de Mom tesinos. enna d) el retablo de Maese Pedro se da como réplica a una situacién similar que aparece en ¢l falso bods Camacho 2s 17 hoes Quijote del Lisenciado’ Avellaneda (cap. 27) } Se trata de un cao de tenro dentro dela novel BAS ah Egeles 1 cares de Meee Pale cede aventura del barco encantado, zie Socata, ua es go: re aa : 9 1 tema, ya por los recursos narrati asi, la aventura de las Cortes leza de Duleinea os sostenida a punts a del Caballero del: Bosque © de los ef Caballero de la Blanca Luna, igual que en jos y en Js debareo encantado que enca- jos mescadores (I, 4) 8), e yl rnin cia con respecto a los clichés de la novela de caballer as realmente originals, snen casi todas las do 1; por ello también algunas de esas microsecuencias, como la de la cueva de Montesinos, Ja del retablo de Maese Pedro o la de Clavilefio, nas pequefias obras macstras. se aplica en la Segunda parte a presentar a los protagonistas en ovolucién pticolégica. De lz caracteriza- ‘ibn de don Quijote, concebida ahora de manera mucho més mica, depende, en cierto sentido, el nuevo sesgo de tas ‘el culo caballeresco de la obra ‘es menos ovidente en Ia Segunda parte. 1) Segunsio nivel- Podsimos sefalar las siguientes macro- secuencias: 1) las bodas de Camacho (caps. 20-21) 2) los rebuznadores (cap. 25) 2 (cap. 48) ala Lana (cap. 49) 5) Claudia JerGnima (cap. 60) 66) Ana Félix y don Gregorio (caps. 63 y 65) ~48— GO Exceptuando la de las bodas de Camacho, que podemo por el tono pastorl, ya muy desvaido, con Tos 1 tolucion de los conflictos, v offe- 2 erjge en defensor de la causa la vida de un personaje se integra tam- te", pues para ‘cuales de alguna manera con las vidas que ve vivir, 2 primera mitad, Son, ade 0 a las macrosecuencias estin agrupadas en parejas 2) Jn primera reine dos relatos de ambiente camped sida por dos relatos breves, parece querer los peligros que para Tas adolescentes (ambas prots- fonistas son do unos 16 afios) tiene el no atender a a sa popular, que por boca de Sancho se refranes: “que la doncella honrada, la pierna quet casa; y la mujer y Ia gallina por andar se pierden aque es doseom de 2 deseo de ser ) Ta tereera reine dos historias de amor: una, le de Jerénima, esboza en pocos rasgos una novella tigi Jn otra, la de Ana Félix y don Gregor bizantina con recuerdos personales dl cautiveri de Cervantes Las mmacrorecuencias de ls Segunds parte son menos auté- i3 que las de la Primera. Alguna queda abierta y es ape- in esbozo, como la de ja de Diego de la Lana; otra parece desarrolar un cuonto popula: la de los rebuanado- Tes. Ninguna es totalmente separable y absolutamente cera da, como 1a Novela del Curioso impertinente, de 1; ni tan extensa como la historia de Zoraida y el Capitin cautivo. 49 fR x ite que on la Segunda part sigido’ con. preferencia figura protagénica y ateneién de Cer funcién de elle Por el Qui jumés ef escenario de I por 1a fantasia de don 3 es un personaje creado personsje del personaje, »¥ como tal no encarna ‘de Cervantes es el hecho da sealido, para el héroe, a sus aventuras. Peo alrededor de 200 personajes estin calacterizados por sf mismos, en su secionar. Estos personajes, que son adems personas, viven (OF: ponsemos en las magnificas caracte- ¢ iresoluto Cardonio y de la muy deci i jnaria per sonalidad, la de la princess Micomiconas de Anseimo, enlo- quccido por ls bisueda de los valores absolutos; del socarrén Sansén Carrasco; del aburguesado Caballero del Verde Gabéin, spesadurabrado por tener un hijo poet; y la tonta dota Rodri- ‘guez, la burlona Al os Duques antipSticosy suficien- tes, el Cura y ol B cterizados fuerte. mente a veces con pocos t1azos, Pero Ja phima de Cervantes hia aguzado, como es de suponer, en la pare protagonica. En a Primera parte don Quijote y Sancho permanecen pslcoldgicamente estticos. Desde ele sabemos que Gon Quijote et un hidalgo de aldea que alrededor de los 50 fa que “del poco dormir y del mucho de manera que vino a perder el x0 es una obra maestra en lo que smaniade don Quijote se refiere: a caracterizactén de la mon ~50~ en él don Quijote s6lo da valor a la verdad postica que su fabrica, partiendo de los modelos litera- rios; desde su decisin anatrinica y demencial de abrazar la caballeria, hasta la creacién de su propio nombre, del de st rocin y, sobre todo, del de Di su parecer isico, y peregrine y sgnifictivo”, todo reflja Ia potencia y la voluatad de esta person ‘La monomania de don por Cervantes, y se mane Visidn post’ del universo; de caballerias. En todo Jo demés, don Quijote razona con Iégica de hierro y con profunda sabidurfa humana. En esto res: “solo te sabré decir que Ie he loco del mundo, y decir razones a su hijo don Lorenzo Lorenzo lo califica de. intervalos”. La meta de brar, “eterno nombre y fama”, como corresponde al destino hheroico que pretende forjrse en el cumplininto de la mi sign caballeresca. Poco sabemos del parecer, barrido por bresco que es don Qi bre, vagamente sugerido, Cincuenta attos de su vi ma’ pasan en forma galopante cubriendo solo dos pis Cervantes nicamente insiste en sus rasgos paradigms de hidalgo de aldea, tal como se reflejaban en la paremiolo- pobreza en el comer (“ollasin cameto, olla de escude- cos y cuellilargos’ ‘A Io largo de la Primera parte, don Quijote se comporta, como lo que se perfila en este primer capitulo: su ~s1- Ia genialidad cervantina: en wumanidad a un personaje que La Primera parte del Quifote es, como se ha visto, y mer- ced a las intescalaciones, un montaje literario entre cuyas doa Quijote su paradéjica humanidad amor puro y constante, Por esto cus lo recoge maltrecho a la vera del ceamine y reconoce en 6 al “honrado hidalgo del senior Qui- jana”, don Quijote responde airadamente: “Yo s6 quién soy, y sé que puedo ser no sélo los que hhe dicho {Valdovinos, el moro Abindarrdcr}, sino todos los dace Pares de Frahcia y aun todos los nueve pero se decide por ol primero); después, ef lugar, a cuyas ~52~ des apostrofa y llama en su ayuda; finalmente la forma que dards su prucba de amor. La personalidad de don Quijote, como hemos dicho, no sufre en la Primera parte ninguna evo fenida por su voluntad de ser una eratu- ¥ de crear un uiiverso poético y poetizable, en tl que hasta Jo nun puoda transformare en poeta. A poco de inicar la segunda salida (c acostado en el camastro de la venta del ‘Al comenzar la Segunda parte, don Quijote, sentado en Ja cama (hace un mes que ha vuelto a la aldea, enjaulado por ‘el Cura y el Barbero), con su bonete colorado y su almuilla verde, std tan loco como en Ja Primera parte. Sus diflogos con el Cura y el Barbero, con Sanson Carrasco y con Sancho ast To demuestran; y también su decision de volver a sus desca- beliadas aventus Pero apenas iniciada la tecera salida on direceién al Tobo- 0, buscando el palacio de Dulcines que Sancho asegurd, mnintiendo, haber conocido, un acontecimiento insblito se presenta: tres zafies labradoras, montadas sobre tres borri- 2s son, segin falso testimonio’ de Sancho, Dulcinea y dos de sus doncells. El escudero insiste en su mentira, apoyén- dose en las metaforas y las imgenes posticas que ha apren- ido de boca do su amo; pero don Quijote no puede tras- cender la verdad histrica; y la eruda realidad exterior se fo impone: “. .. te hago saber, Sancho, que cuando legué a subir a nth dices, aque a mi me pareco boric, me dio un olor de Sloe enidos que me enctlabring y aosi6 el alma” i, 10) =53- proceso psiquico blemente, con retroces , como en la aventura esporidicos a arco encant camino de la cordura. parte es Ia de la Jocura de don Quijote; Ia Segunda es la de su desenloquecer. La primera aventura que en esta tercera salida le presen- ta el camino es la del encuentro con la carreta de cmicos disftazados que van a repzesentar Las Cortes de la Muerte |. Don Quijote, ante el conjunto de actores vestidos de Muerte, Angel, emperador, Cupido, etc., presiente una descomunal aventura; sin embargo, la simple explicacion del carretero lo convence ds inmediato;y dice: “Por Is fe de caballero andante, que ast como vi este carro imaginé que alguna grande aventura se ahora digo que es menester tocar las yn la mano para dar lugar al desen- El desengaflo: palabra significativa y clave de un estado ‘spiritual que angustia al hombre del Barroco. Desengafio significa la salida del engafto, el camino hacia el conocimien- ‘sends ostrecha y dolorosa. Don Quijote nun- ia usado el vocablo con este sentido profundo ‘que marca aquf el declinar de su locura heroica. Altora sabe que Ja verdad poética puede deshacerse al contacto de la verdad histérica, Ahora ha tocado las apariencias con la ‘mano y comprende que su verdad es ficticia, es imaginada, =, que solo exisie en le meate de los cxeadores literrios y en yin —54— Ww Pero el episos fa aventura del deses considerado por Menéndez femancipa de ella. Sancho y el Primo (ese persor parodia sutil del erudjtq al so, del “humsnista de ‘ada a la cintura del caballero repre- ‘l nico cabo que fo une al mundo exterior. Don Qui. |, solo con su mundg literario poblado de personajes del fancero carolingio m4s algunos del ciclo artirico, en ese neuen izral, fuera del tiempo y el espacio, comprobaré {a ridiuler yn fragiidad do su ideal puramente literaio: Montesinos es un viejo vestido. de estudinte; Durandats, fen estatua yacente, muestra su mano velluda y, hha sido sacado el corazén, pronuncia palabras de fa jerga del juego (“Pacioncia y barajar"); Belerma, vic) bocona, chata y ceijunta, descolorida y desdentada, lev en un lenzo el coraz6n amojamado de su amante. Y os'¢l mismo don Qui ‘esta aventura, no el autor omnisciente. ;Qué ha sucet consciente? Porque esta despoetizaci6n no ‘choque con la realidad histériea; don Quijote estd solo en el ‘centro de la cueva, como Jo estuvo antes en lo alto de Sierra Morena, durante la penitencia de amor (I, 25-26). Es que don Quijote, en el sueflo, ha perdido la voluntad de crear esa realidad ‘poética a la que ha vivido aferrado, y su alma ‘parece conquistada definitiamente por el desengafio que ‘Ruevamente vuelve a palpar con la mano. Y para que este ie total, para que el mundo pot famente, Dulcinea también se ‘mostraré en la cueva bajo la apariencia nistica que el caballero ‘no haba podido superar a la salida del Toboso. Este descenso a la cueva es, por supuesto, de estirpe he- roica. Cervantes parodia en él el descenso a los infiemos del héroe épico. El simbolo cumple también en el Quifote funcidn iniciética: 1a cueva iuminada por dentro, a la cual te llega a través del oscuro corredor, el laberinto Caquella * =55- volver a nacer en Ia cueva, levaréa fa cordura, Este segundo. d de la Segunda parte sobre la Primera se tras cosas, enesta concepeién tan modema fen evolucion. Y esta concepcién nueva, novi sima, revierte sobre Ja estructura de las fs la narmacién de base, la 6} la Segunda parte un esquema casi eva a cabo se ha tomatizado. 0, porque el personaje que lizado, se ha enriquecido, se ha desa colbgica en la Segunda parte Sancho, cuya génesis literris esté ampliamenté estudiada, econove im: Ribaldo de de caballerias espafola compuesta enel siglo XIV’ Menéndez Pial, el refianero (“Allé va Sancho con su foci no”); para W. 8, Hendrix, los tipos eémicos del teatro pre- lopesco, especialiente el “tonto” y el para Augustin -56-. pero de muy poca sal en 1s mollera”, inrupcién de Sancho en ol relato esti boca del v resolucién “acomodarse de todo [camisas ¢ hilas, dinero y de un escudero, haciendo cuenta de re- que era pobre y ito para el oficio es cuderil de a caballeria™. Es probable que estas dos referencias al escudero en capftulos pertenecientes a la primera salids, hay | La figura se va integrando, a medida que avanza la accién, I refranero ineas bésicas en el refra- sl ristico malicioso, desconfiado y adver- Panza alude a su gula, y lo asocia a personajes goliardes- . Sancho se presenta cobs 5 tenci6n de Cervantes al incorporar 2 Sancho a la crea- Quijote “en condicién que e -s1- simple acompafante y criado hasta la de coprotagonista, es cla: is 2 Cervantes acorear fos persona a través de sus cologulos y supri- . La dualidad protagénica pro- ‘un amo loco que opera con lo 0, abstrcta © imaginado, y que conforma un universo ¥y Un escudero que acts sobre lo concreto y reduce a.au experiencia aldcana 5 que este campesino pragmitico siga 8 don Quijote en todas sus peripecas, pose a sus riterados propésitos de abandono. zInterés en el eumplimiento de las promesas de gobiernos y No lo parece, pues no puede escapar a si innegatle que ninguna se cumple; y su leatad al amo no se debilita ni siquira después del go- biemo de la insula, cuando, desvanecidas ya todas las espe- runzas, solo queda acompatiarlo en el acto final de Ia derrota Saacho ama y admire « ese hombre desconcertante, al que Juzga loco, pero que To desiumbra con su valor y sv pureza de inenciGn, que Jo subyuge con su prestigo cultural y con 53 capacidad de compartc. Preguntado por la Duquesa sobre la razdn de su permanencia junto s un mentecato, Sancho responde: seguirle tengo: somos de un mismo lugar, he pan, quifrole bien, es agradecido, diome linos y, sobre todo, yo soy fie; y asf, es im- que tos pueda apartar otro suceto que el 3), La evoluciéa psicoligica de Sancho ¢s el resultado de este de Ja demencia del amo, y la ‘saps arte nos muestra un —s8— Sancho evolucionado, lleno de donosura y hasta de ingenio, * al caballero presenténdole una realidad capaz de engai trasmutada en poes lleva pies ni cat Esta evolucién fe 1615. El capitulo 5 de Il, que reproduce “a dis sraciosa plitice que pasd entre Sancho Panza y su jeta mostra, por adelantado, coa un transformacién. Sagcho, su esprtualizacion, su provocan el gsombro de su amo: “Cada fe vas haciendo menos simple y mas disse Jo que el escudero responde: “Si, que algo se me ha de pegar de la discrecion de vuestra merced (Il, 12). Expresion con- rmovedora de grattud y reconocimiento. La antinomia y el dualismo que [a pareja encarma en ta Primera parte con una rigidez prototipica, da paso en la Segunda a un acercamiento, product de la accién rectora, modificadora, ritu sobre a came, de la fantasia sobre la cordura, dl ideal” - sobre el pragmatismo, Gran leccibn cervantina. BIBLIOGRAFIA SUMARIA “s9- or del “Quijote”, Madi 1926. 10 de las ermes en Don Quote, Madrid, = Togeby, K,, Le composition de roman 1957. ‘Tortonte Baiester 1 “Qullore” como juego, Mi —60- 4q

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