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LENGUA CASTELLANA YLITERATURA Textos literarios poéticos, Textos literarios en prosa, Textos no literarios En cuanto a la adecuacién, el marco temporal, espacial y cultural en que se situa la emisién del discurso resulta obvio. La fecha, 2009, aparece explicitamente recogida, al igual que el lugar al que se refiere, el parlamento catalén, y el motivo, la legislacién reguladora del uso de la lengua espafiola en el Ambito educativo de esa Comunidad. Una transparencia que de igual modo se extiende al propio emisor, quien lejos de ocultar sus simpatias y antipatias deja palmaria constancia de ambas. Su amor por la lengua espanola, y lo que esta significa, no solo como sistema de signos para comunicarse sino, sobre todo, como expresién de la identidad nacional y de su propia grandeza internacional genera el rechazo, 1az0- nado pero también sentido, que manifiesta con vehemencia hacia quienes desean postergar su uso. No puede decirse, desde luego, que estas palabras procedan de alguien contemporizador 0 tibio ante el nacionalismo 0 el independentismo. Proclama sus convicciones sin rebozo alguno, con el incuestionable apoyo de la historia y la cultura de la que hace gala pero también con una visceralidad alejada de cualquier correccién politica al uso. ¥ lo leva a cabo con un decidido afan de remover la conciencia de un receptor que -por mucho que los articulos de prensa vayan diti- gidos a un lectorado general o neutro- no podria considerarse universal, pues la prodigalidad en el exabrupto quiza aminorase la eficacia del discurso, sino a quienes ya comparten ese rechazo ante el nacionalismo y ven refrendados de este modo, con argumentos bien expuestos y cuida- das palabras, sus postulados ideolégicos. 3. Forma lingiiistica y estilo del texto. ‘Como primera providencia hay que constatar que nos encontramos ante un texto no solo bien redactado sino cincelado -por utilizar el vocablo que el propio emisor utiliza para referirse a los primitivos literatos de la lengua castellana- con primor, un texto preciosista y dotado de una in- cuestionable voluntad de estilo. Una prosa en la que, desde el punto de vista morfolégico, llama la atencién la abundancia de ad- Jetivacién, en casi todas sus formas, funciones y distribuciones. Adjetivos restrictivos - «contrato indefinido», «separatismo catalén» o «lengua universab- y explicativos o epitetos -»hirvientes arenas del norte de Africa» o «paciente laboriosidad>-; adjetivos, como todos los ya menciona- dos, en su primaria funcién de complemento de los sustantivos y adjetivos en funcién nuclear, desplazando al propio sustantivo: «los imbéciles con contrato indefinido»; adjetivos antepuestos -shermosa lengua» o «cobarde complicidads- y pospuestos al sustantivo: eparlamento aldeano», «politicos catetos». Adjetivos que proliferan por cualquier linea o rincén porque el texto se sus- tenta en la calificacién, con animo laudatorio o reprobatorio, pero siempre valorativo, dejando fehaciente constancia del compromiso de su emisor. Tal proliferacion de adjetivos ensombrece la presencia del sustantivo, mayoritariamente abstrac- to, como corresponde a un texto de ideas como es este, o de los verbos, denotativos en un ele- vado porcentaje de un tiempo presente, el de la realidad aludida, del que solo se aparta en su vaticinio final -»mermard»- y en las necesarias alusiones al pasado de nuestra lengua: «servian a los monjes de Silos», «convirtieron el latin en castellano o «nacié acunada por el latins. Refuerza la constatacién de que nos encontramos ante un discurso de pensamiento 0 ideas, la profusion de infinitivos -»para certificar que Platén tenia raz6no, «para reforzar las leyes del cataléns, «al dar con sus proas», etc. que viene a reforzar el predominio nominal frente al verbal en el texto. Ccenoposiciones 151 LENGUA CASTELLANA ITERATURA Casos practicos 2 No menos elaborada resulta la sintaxis, de periodo largo y trabajado, pletérica de incisos y abun- dante en aposiciones, que van aumentando y alargando las construcciones segtin avanza el discurso. Diriase que a lo largo del texto se va produciendo una cierta mutacién. La concisin oracional inicial, id6nea para esa decidida intencién de rotundidad sarcastica que muestra: «de tal suerte que no es lo mismo SER tonto que ESTAR tonto. El que ES tonto lo es a perpetuidad y el que ESTA tonto lo es solo de una manera transitoria [...»; se convierte, desde el tercer parrafo en adelante, en estilo expansivo y florido, donde una oracién gramatical constituye incluso la totalidad del pétrafo -como puede observarse en el segundo, quinto y sexto-, denotativo de Clerto virtuosismo expresivo -quizé con alguin regusto afiejo- y una tendencia a la amplificacion expresiva. Podria considerarse que, en el transcutso de las lineas, la retérica literaturizada le ha ganado la partida al humor burlén inicial. Quizé sea en el Smbito del léxico donde este texto alcanza su mayor brillantez. La cuidadisima seleccién y asociacién 0 combinacién de los vocablos no solo denota rigor y precision -»una joya de concrecién conceptual que la hace sencillamente sublime en la elasticidad de su expresién y en el perfil de los matices»- en todos los casos, sino una decidida voluntad de estilo por parte del emisor. De ello da buena prueba que el léxico de reciente incorporacién -»temporal/ contrato in- definido», «ayatolas» 0 «cures, las expresiones coloquiales -»catetos»-o las reelaboraciones per- sonales de ese tipo de expresiones: «contemplarse (en vez de el habitual’mirarse’) el ombligo», se mezclan y entrecruzan con metéforas -»cintura césmica del sur», «sacristanes del separatismo»-, personificaciones -»nacié acunada por el latin, epitetos -rlaboriosos monjes», encadenamien- tos con clara finalidad ritmica -»rezan y maldicen, aman y odian, hablan y escriben en espafiob», «el separatismo més cutre, rancio y trasnochado»- y otro buen numero de usos propios de la lengua literaria Un estilo que, en suma, lejos de cumplir una mera funcionalidad busca epatar al receptor, trans- mitirle no solo ese rechazo y crispacién que siente el emisor ante quienes desean postergar el uso de la lengua espafola en algunas zonas de Espajia sino, quizé también, mostrarle toda la belleza y exuberancia expresiva que esa lengua puede alcanzar. Conclusién Las politicas de corte nacionalista 0 independentista en lo que se refiere al estudio, conocimiento y uso de la lengua espariola se ha convertido en una fuente casi inagotable para el periodismo de opinién desde hace afios. Con muy variados enfoques y planteamientos, los articulistas han diseccionado esta cuestién tan candente para todos. En el caso del texto que nos ocupa esta aproximacién se ha realizado desde una cierta visceralidad, en absoluto disimulada, pero tam- bién desde un sesgo cultural y desde una dimensién literaria. Anticipsbamos antes que este articulo periodistico se aproximaba 0 cabia dentro del género del panfleto. Ahora, analizado con ‘mas detenimiento en sus variados aspectos, tal aseveracién no puede sino confirmarse. Consti- tuye un digno ejemplo de lo que ese género, hoy algo arrinconado o denostado, represents en otros tiempos. Un tipo de texto que atina el vehemente rechazo a los postulados lingiisticos -y también politicos- independentistas con la destreza para exponerlo desde una elocuencia agre- siva pero de elevada intensidad artistica. Cenoposiciones

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