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Somatismosméx (García Page2018) PDF
Somatismosméx (García Page2018) PDF
1. Introducción
Son abundantes los estudios –muchos, de naturaleza contrastiva– que se han
realizado acerca de los somatismos fraseológicos tanto del español como de
otras lenguas, si bien no siempre se ha entendido igual el propio concepto
de somatismo. Nosotros consideramos aquí somatismo, aplicado a la fraseo-
logía, o unidad fraseológica somática –acorde con la opinión vertida en otros
estudios anteriores nuestros (García-Page 2002, 2008) y de otros fraseólogos
(Larreta Zulategui 2001; Mellado Blanco 2004; etc.)–, la locución que contiene
al menos un sustantivo que designa un órgano o parte del cuerpo humano (o
de un animal), al margen de que su enunciación se acompañe de un gesto o
movimiento del órgano a que hace referencia el sustantivo (quinegrama), del
tipo de oreja a oreja, echar un ojo, entre la espalda y la pared, poner pies en
polvorosa o no tener ni un pelo de tonto. Precisamente en esta línea, algunos
autores (p. ej., Luque Nadal 2012:67) llaman somatismos las manifestaciones o
reacciones del cuerpo humano, bien establecidas culturalmente, bien involun-
tarias (biológicas), que funcionan como señales en la comunicación, e incluyen
entre ellos expresiones que, en efecto, contienen nombres que designan partes
del cuerpo humano, como tener un nudo en la garganta, poner los pelos de
punta, quedarse con la boca abierta, frotarse las manos, sacar la lengua a
Somatismos fraseológicos del español de México 19
alguien, chasquear los dedos, chuparse los dedos o ponerse la piel de gallina,
así como otras que no contienen ningún nombre relativo al cuerpo humano,
como dar saltos de alegría, torcer el gesto y ponerse en jarras. En dicho
sentido, quedaría fuera (no serían somatismos fraseológicos) un conjunto nu-
merosísimo de locuciones compuestas con sustantivo somático, puesto que no
se relacionan con ningún movimiento o actuación del cuerpo, como tomar el
pelo, no dejar títere con cabeza, antojársele los dedos huéspedes, no tener un
pelo de tonto, cortar un cabello en el aire, quemarse las pestañas, etc.
Como se ha señalado en diversos trabajos, una de las características se-
mánticas de los fraseologismos somáticos es que suelen ser transparentes y
composicionales, gracias en parte al propio nombre designador de la parte del
cuerpo, que interviene con sentido literal o bien facilita la interpretación de la
imagen; son realmente pocas, al menos en proporción con las que son trans-
parentes, las locuciones idiomáticas o de significado opaco o de alto nivel
de figuración, entre las que podrían citarse, en nuestra opinión (García-Page
2002): hacer la barba ‘fastidiar’ o ‘adular’, tirar de la oreja a Jorge, echar
piernas ‘preciarse o jactarse de galán o valiente’, estar a la oreja ‘pedir con
insistencia’, repartir orejas ‘suplantar testigos falsos’, antojársele los dedos
huéspedes, etc. Lógicamente, la opacidad no es un criterio netamente objetivo,
pues depende de diversas variables, en especial de la competencia del usuario.
Frente a lo que ocurre en España, que actualmente goza de una ingente
producción de investigaciones en el ámbito de la fraseología (ha habido una
extraordinaria proliferación sobre todo a partir de los años 90 del siglo XX),
los estudios de fraseología en los países latinoamericanos de habla hispana
son, en términos generales, muy escasos y poco relevantes hasta el momento
–en particular, los relativos a locuciones (con la honrosa excepción de Cuba,
donde la fraseología cuenta con una larga tradición, con estudios interesantes
en los años 80, de autores como Antonia María Tristá Pérez y Zoila Carneado
Moré, entre otros)–; hay un incipiente interés en algunos países como México,
Chile o Colombia, centrados normalmente en la correspondiente variedad
diatópica (p. ej., para el español de México, Mogorrón Huerta 2010 y Meneses
2012). Lo mismo ocurre en Brasil, con respecto a la fraseología brasileña,
si bien existen algunos trabajos en portugués brasileiro sobre la fraseología
española. A estos trabajos hechos por estudiosos oriundos de estos países
americanos, habría que sumar aquellos emprendidos por autores españoles
o hispanistas extranjeros, interesados en alguna particularidad del español
americano o del habla particular de un país americano.
En este contexto ha de situarse la investigación (tesis profesional) llevada
a cabo por Abda Laura Leroux Maldonado titulada Las locuciones verbales
lado, ha de reconocerse que esta cifra es, en todo caso, aproximativa; incluso
podría menguar considerablemente, dado que, según nuestras pesquisas, más
de la mitad del corpus son locuciones de uso general en España, como es el
caso de hacer la barba a alguien, subírsele a las barbas, abrir boca, mover
el bigote, dejar a alguien con la boca abierta, decir lo que se le viene a la
boca, hacérsele agua la boca, írsele la boca, etc. Además, se advierten ciertas
imprecisiones y soluciones subjetivas: junto a posibles ausencias en la inves-
tigación (ejemplos que no figuran en el DEM o en Leroux), no se computan
siempre del mismo modo las variantes –léxicas, morfológicas, gramaticales o
sintácticas (cf. García-Page 2001, 2008)– que recoge la autora, y se analizan
como verbales algunas expresiones que otros autores describen como colo-
caciones complejas, donde el colocativo está representado por una locución
adverbial: ir de boca en boca, costar un ojo de la cara…
Con todo, el mayor problema en la confección del corpus proviene de la
dificultad de determinar qué locuciones son típica o genuinamente mexicanas;
así, al hecho de que el propio DEM no señala con marca gramatical (dialectal)
ninguna de las locuciones somáticas que registra, dejando abierta la duda de
si son específicas o endémicas de México o son generales, se suma nuestra
constatación de que algunos de los somatismos recogidos son comunes a otros
dialectos americanos del español, e, incluso, al español de España (ya hemos
indicado antes que un número elevado de somatismos del corpus de Leroux
no son exclusivos de México, sino de uso general en España). Además, algu-
nas locuciones genuinas de México podrían no serlo en todo el país, habida
cuenta de la rica variedad de hablas existentes. Las marcas del DRAE tampo-
co son del todo fiables, pues lo mismo que algunas locuciones que tienen la
marca Méx. se pueden localizar en otros países americanos, otras locuciones
propiamente mexicanas no figuran en el diccionario académico. Asimismo,
algunas locuciones que el DRAE registra con la marca Méx. (o Méx. y otro
país americano) no constan en el DEM ni en el corpus de Leroux; así, no
tener alguien cara ‘loc. verb. Méx., Perú y R. Dom. No atreverse’ (DRAE,
s.v.: «cara»). Ocurre lo mismo a la inversa: algunas locuciones supuestamen-
te mexicanas o generales de América, que recoge Leroux, no las registra el
DRAE con la marca Méx.; así, pelar el diente: ‘loc. verb. Coloq. Col., C. Rica,
El Salv., Hond., Nic., P. Rico y Ven. Sonreír mucho por coquetería’ (DRAE);
en el DEM (corpus de Leroux) también aparece pelar los dientes, que el DRAE
solo marca como propia de Costa Rica: ‘Encoger el labio superior enseñando
los dientes ostensiblemente’. Igualmente, algunas variantes que figuran en el
DRAE no constan en el corpus de Leroux; así, dar a alguien con la puerta
en la cara dispone también de las variantes léxicas hocicos, narices y ojos;
la locución española estar con el agua al cuello ‘estar muy apurado por una
dificultad o un peligro’ admite las variantes léxicas estar con el agua a /
hasta la boca / garganta, que no recoge el DEM; la variante hacer oídos de
mercader de la locución hacer oídos sordos, que aparece en el DRAE, no la
registra el DEM; el DRAE recoge abrir los oídos como sinónimo de ser todo
oídos, que no consta en Leroux; etc.
Creemos que, en virtud de la casuística, pueden establecerse dos grupos o
casos principales, siempre a partir de los registros en el DEM y el corpus de
Leroux: el primero correspondería supuestamente a los genuinos mexicanis-
mos y el segundo, a las locuciones que el español de México comparte con el
español de España o general. El primer grupo es el que nos interesa aquí, y
comprendería tanto las locuciones que no figuran en el DRAE (como jalarse
los cabellos ‘tener mucha rabia o coraje’, caérsele la ceja ‘ser o parecer ho-
mosexual’, estar en diente de perro ‘estar el maíz muy tierno aún’, estar o
andar de cabeza ‘estar en completo desorden o en plena confusión’, sacar de
la propia cabeza ‘inventar algo’, buscarle la cara a alguien ‘tratar de congra-
ciarse con alguien’, pararse el cuello con ‘presumir de algún mérito que no le
corresponde’, no saber dónde meter la cara ‘tener mucha pena o vergüenza’,
quitarse el pan de la boca ‘desprenderse de algo para dárselo a otra persona’,
no tener cara (para algo) o no tener cara con que hacer algo ‘no tener la
desvergüenza o cinismo para ello’, darle cuello a alguien o algo ‘matarlo,
eliminarlo o consumirlo por completo’, jalarle las orejas ‘llamar la atención
a alguien’, echar el corazón por la boca ‘sentirlo palpitar muy fuerte por una
emoción o después de un gran esfuerzo’, volverse ojo de hormiga ‘esconderse,
desaparecer’, hacerle ojo o mal de ojo a alguien ‘causarle un daño o una en-
fermedad la mirada maligna de otra persona’, echar una pestañita ‘echarse un
sueño corto’ (comp. Esp. no pegar pestaña / ojo ‘no dormir’), no tocarle ni un
cabello ‘no permitir que haya la más leve agresión a alguien’, tener ojo o buen
ojo ‘tener aptitud para darse cuenta de algo con solo verlo’12, ser lengua, ser
lengua larga, ser lengua suelta o ser lengua floja, ‘ser mentiroso, chismoso
o indiscreto’ (comp. Esp. tener la lengua larga y suelto de lengua), tener o
traer la lengua afilada ‘tener el hábito de hablar mal o irónicamente de algo
o alguien’, soltar la lengua ‘comenzar a hablar; decir algo, especialmente si
es indebido; denunciar algo o delatar a alguien’, echarle la soga al cuello
‘atrapar a una persona, aprehenderlo’, echarme la soga al cuello ‘obrar de
12
Creemos que en España también se emplea con este sentido, y más frecuentemente con
la variante tener vista (que no consta en el DRAE), si bien no requiere ser visto (equivale
a ‘tener ingenio, agilidad mental o ser hábil’). En el DRAE figura una locución con forma
similar y distinto significado: tener vista a algo ‘atender, poner la mirada en ello’.
2.2. Variantes
Las locuciones verbales somáticas mexicanas no tienen nada de particula-
res, por lo que exhiben las características propias de las locuciones, como
el estar sometidas a variaciones codificadas; del corpus, hemos determinado
las siguientes clases de variantes fraseológicas: (a) morfológicas: meter la
nariz / las narices en algo (variante flexiva), poner cara / su carota (variante
derivativa)…; (b) léxicas: jalarse / arrancarse los cabellos, estar / andar de
cabeza, estar en diente de perro / gato / agua, no tener a quién / adónde
volver la cara, tener la lengua suelta / larga / floja, tener el agua / la soga al
cuello, traer / tener la lengua afilada, tener / sentir la lengua de estropajo /
trapo, verle la cara de tonto / pendejo…; (c) gramaticales: darse de narices en
/ con algo…; (d) sintácticas: no tener cara para algo / no tener cara con que
hacer algo, traer entre ceja y ceja / entre cejas, ser lengua / ser lengua larga,
hacerle ojo / hacer mal de ojo, poner cara / poner mala cara, verle la cara /
verle la cara de tonto…
Las variantes léxicas son las más abundantes; a veces se construyen series
de tres o más alternativas (estar en diente de perro / gato / agua). Cabe seña-
lar, asimismo, que algunas variantes son generales o comunes al español de
España (como estar con la soga al cuello). En d) es el cambio de complemento
lo que determina la variante sintáctica (no tener cara [para / con que hacer]
algo), o bien una reducción (abreviatura fraseológica) o ampliación del mate-
rial fraseológico (verle la cara / verle la cara de tonto).
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Las locuciones marcadas con asterisco no son agramaticales, pero sí fraseológicamente
anómalas. Valga esta nota para el resto de ejemplos.
3. Conclusiones
De nuestra investigación, pueden extraerse, entre otras, las siguientes conclu-
siones:
(1) El corpus de ejemplos es presumiblemente incompleto al basarnos en
corpus también supuestamente incompletos (Leroux 2013; DEM 2010);
si bien es suficientemente representativo para la finalidad del estudio.
Deben emprenderse investigaciones más exhaustivas y pormenoriza-
das a partir de la consulta de más fuentes y la práctica de encuestas.
(2) Este corpus está conformado tanto por los somatismos registrados en
el DEM que no figuran en el DRAE ( jalarse los cabellos), incluidas las
variantes diatópicas (tener la cabeza en los pies), como los que constan
en el DRAE que llevan la marca Méx. (hacerse la boca chiquita) o que
tienen un sentido distinto (no dar oídos).
(3) El conjunto de somatismos mexicanos compuestos con los sustantivos
cabeza, cara, frente, cabello, ojo, nariz, etc., entre otros designadores
de partes de la cabeza es, como era previsible, inferior al conjunto de
somatismos del español general o de España.
(4) Los somatismos mexicanos más abundantes son aquellos que contie-
nen las voces boca, cabeza, cara, ojo y lengua, y los menos represen-
tativos, las locuciones compuestas con los sustantivos cerebro, frente,
bigote, barba, labio, ceja y oreja; si bien no parece haberse formado
ninguno con nombres como carrillo, barbilla o pómulo.
(5) Como ocurre en el español de España y cualquier lengua natural, las
locuciones somáticas de México presentan variantes léxicas, morfoló-
gicas, gramaticales y sintácticas. No hemos localizado ningún caso de
variante fonética y gráfica.
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