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Capitulo 5 Partidos politicos va y sistemas de partidos Lueiana Cingolani 1. Presentacién Basta con posar fugazmente 1a mirada en el pasado y el presente de los partidos politicos para advertir que nacen hermanados a la controversia y que ciertamenie no Ia han abandonado, ‘Auspiciantes de cambios hist6ricos, maquinarias enquistadas en el Estado, contenedores socia- |e, vehiculo de lideres oscuros, pueden ser algunas de las innumerables connotaciones del con- cepto de partido politico. Lo cierto es que si bien se trata de organizaciones de existencia relativamente reciente en lahistoria, no han dejado de proliferar a lo largo y a lo ancho del planeta, lo cual provee una pri- mera fuerte raz6n para abordarlos como objeto de estudio. Una segunda razén de tipo mis nor- mativo es que, acertada 0 equivocadamente, ellos son actores privilegiados de la democracia re- presentativa. : Los partidos politicos son, por excelencia, los agentes que llevan adelante la misiGn de trans- formar demandas sociales en accién politica y a menudo los primeros en ser juzgados por los resultados. Es en este sentido que no seria exagerado roiularlos como los principales mediado- res entre la sociedad y el Estado. Asimismo, los partidos acarrean el mérito de haber sido la primera y principal forma ins- fitucionalizada de participacién politica, lo cual representa una conquista para la libre expre~ siGn de las diferencias y del pluralismo politico, permitiendo ordenar intereses, valores ¢ ideo- logias, y promoviendo diferentes tipos de accién colectiva, A raiz de esto, hari sido la matriz. a través de la cual se ha indagado acerca de Ia historia de la contienda politica, junto a los grupos de interés y los movimientos sociales. Por otra parte, dado que han ido avanzando al ritmo de la democracia, los partidos fueron abanderados de las diferentes formas de modernizaci6n politica. El hecho de que se basen en el principio de la soberanfa popular y la libre competencia por el poder, ha merecido su progresi- ‘vo reconocimiento constitucional en numerosos pafses occidentales. El presente capitulo explora las principales dimensiones de andlisis que desde la ciencia po- Iitica han caracterizado al estudio de las organizaciones partidarias, Ein primer lugar, se aborda- rin algunas definiciones de este concepto y la forma en que varian segin la perspectiva que se adopte. En segundo isrmino, se destacarin las principales funciones que desempefian en cualquier sistema politico. Asimismo, sc indagard acerca del origen hist6rico y la evolucién de los partidos, para tuego presentar las principales tipologias que distintos autores han propuesto para caracteri- zarlos. A continuacién, se presentard el concepto de “sistema de partidos” para evaluar la dindmi caagregada de estas unidades en un mismo escenario politico, y se delinearin sus caracteristicas Principales. Posteriormente, se aplicardn algunas categorias de andlisis a los partidos y sistemas de partidos en América Latina. Acto seguido, se analizard el rol de los partidos en el gobierno y algunos de los desafios que éstos deberdn enfrentar en el futuro para sortear ciertos obstéculos re- lacionados con su legitimidad. Por ditimo, se esbozarén algunas breves conclusiones. 166 Politica. Cuestiones y problemas 2. Definicién Dilucidar qué es un partido politico es por demds una cuestién dificultosa. Se trata de un concepto cuyos referentes empfricos han cambiado sustanciatmente a través de la historia, y por lo tanto sus aiributos han variado a igual ritmo. Paralelamente, cualquier definiciéa que se presente depende en gran medida de la perspee- tiva ontolégico-metodolégica que se decida adoptar. Es asi que existen importantes tensiones entre enfoques funcionalistas, normativos y racionalistas de los partidos politicos. ‘A grandes rasgos, los enfoques funcionalistas entienden a los partidos como una consecuen- cia de las necesidades sistémicas de la estructura social de contar con nuevos agentes politicos, luego de los procesos de modernizacién ocurridos a partir de las revoluciones nacionales e in- dustriales. Los enfoques normativos, en cambio, los conciben como entidades con una fuerte > carga ideol6gica, cuyos fines dltimos estén ligados a esta carga y tienen un objetivo particular, Los enfoques racionalistas, por su parte, se concentran en las estrategias que estas organizacio- nes poseen (los medios) para lograr acummular poder (el fin), entendiendo a los partidos coma actores con direccionalidad, intenciones y preferencias. 5 Una definicién de tipo normativo podria sostener, por ejemplo, que un partido politico ¢s una “asociacién de individuos unida por la defensa de unos intereses, organizada inter. namente mediante una estructura jerérquica, con afén de permanencia en el tiempo y cuyo * objetivo serta aleanzar el poder politico, ejerceria y levar a cabo un programa politico” (Matas Dalmases, 1996: 316). Se puede observar que esta definicién hace hincapié en el fin {iltimo del partido, que es Hevar a cabo un programa politico acorde con los intereses de tos individuos que lo conforman, pero nada orienta acerca de la forma institucional en que esto ocurrird, Desde la perspectiva funcionalista de David Easton (1974), en contraste, los partidos son = entendidos como canales de transmisién hacia los poderes piblicos de las demandas de la po- blacién, mediante los cuales se decide qué politicas piiblicas deben efectuarse para garantizar la convivencia pactfica y el progreso social. Por Giltimo se acercan aqui algunas de las definiciones que han sido utilizadas con ma- yor frecuencia, asociadas principalmente al enfoque racionalista-empfrico, que, como se di- jo, entienden a los partidos como unidades con fines y estrategias espectficas de consecuci6n del poder. Segiin Max Weber (1964 [1922)) los partidos son: “formas de socializacién que, déscan- sando en un reclutamiento formaimente libre, tienen por fin proporcionar poder a sus dirigen- tes dentro de su asociacién y atorgar por este medio a sus miembros activos determinadas pro- babilidades ideates 0 materiales (la realizacién de fines objetivos o el logro de ventajas materiales o ambas cosas)” (228). Anthony Downs, por su parte, estrecha significativamente el concepto, al definir a los par- tidos como “congregaciones de personas que buscan obtener el control del aparato guberna- mental a través de obtener cargos en elecciones regulares” (1957: 25). En la definicién de Downs se agrega el medio a través del cual los partidos accederfan a dichas posiciones de po- der: las elecciones libres. La definicién, por ende, estarfa excluyendo a los partidos que no eli- ‘gen ia via eleccionaria para la concrecién de los objetivos, y a quienes lo hacen a través de elec- ciones no competitivas. Giovanni Sartori (1976) agrega un atributo definitorio que considera de suma relevancia: la necesidad de que los partidos estén identificados formalmente y puedan diferenciarse de otros grupos activistas mediante la apelaci6n a simbolos particulares. Es asf que para é! un partido es “cualquier grupo politico identificado con una etiqueta oficial que se presenta a las elecciones, -y puede sacar en elecciones (libres o no), candidatos a cargos piiblicas” (63) A pesar de haberse difundido significativamente, las dos tiltimas definiciones fueron acu- sadas de ser demasiado acotadas. El peligro que esto conileva es el de excluir a muchas or- ‘ganizaciones que son cominmente entendidas como partidos politicos, como ocurre en el ca- partidos politicos y s'stemas de partidos 167 30 tipico de los partidos communistas o fascistas de principios y mediadas del siglo XX, que han sido hostiles al récimen democrético y no siempre la via electoral ha sido parte de su es- srategia. Por otra parte, sin embargo, definiciones demasiado amplias podrian Nevar a reconocer co- ‘mo partidos politicos a entidades que en realidad son movimientos sociales 0 bien grupos de in- terés, cuando el caso es que los partidos se diferencian de éstos en que ademis de buscar influir Como definiciones intermedias pueden citarse aquellas de Kenneth Janda y Alan Ware. Se- atin el primero los partidos son “organizaciones que persiguen el objetivo de ubicar a destaca- dos representantes suyos en posiciones de gobierno” (Janda, 1980: 5). Se mantiene como atri- buto definitorio ta idea de acupar posiciones de poder, pero no necesariamente se circunscribe ala via eleccionaria. Ex términos de Ware, un partido politico es “una institucién que a) busca tener influencia sobre el aparato del Estado, generalmente a través de cargos en el gobierno, yb) suele consistir en més de un interés de la sociedad, procurando agregar varios de ellos” (Ware, 1996: 5), Esta cefinicién excluye a los movimientos sociales (porque no tendrfan como prioridad ta busqueda de cargos) y simulténeamente a los grupos de interés (porque se trata de una amplia agregacién de los mismos), al tiempo que incluye partidos que buscan influir en el Estado, no siempre maximizando la biisqueda de votos como estrategia. En todos los casos. no caben dudas de que la principal caracteristica de los partidos es que son instituciones politicas que vinculani al Estado con la sociedad civil. 8. Las funeiones de los partidos politicos ‘Tampoco ta caracterizacién de las funciones de los partidos politicos esta excluida de las, oscilaciones que la perspectiva metodolégica escogida intraduce, al igual que de las variacio- nes adaptativas de los propios partidos a lo largo de la historia. Bajo la premisa inicial segtin la cual se entiende a los partidos como mediadores entre representantes y representados, las funciones que éstos desempefian se desarrollan de modo bidireccional: atendiendo, por un lado, a la interacci6n entre el partido y los representados, yala interacci6n entr> el partido y el Estado, por el otro. Simulténeamente, existen funcio- nes globales que cont‘enen a los tes niveles en su relaci6n con el sistema politico més ge- neral. En lo que respect: a la interaccién entre el partido y el electorado se encuentra como pri- mera funci6n la estructuracién de las demandas sociales. L.os partidos agregan demandas, lo cual implica su necesaria simplificaci6n y armonizaci6n. De este modo las ordenan, las siste~ matizan y les otorgan prioridades, como condici6n ineludible para lograr la accién colectiva. En términos ideales, los partidos son una primera instancia de agregacién, ya que también el par- Iamento lo es toda vez que trabaja en la concertacién de proyectos legislativos entre fuerzas po- Iiticas. Esta estructuracién propia del principio de la representacién permite que los poderes ofi- ciales, tanto legislativos como ejecutivos, puedan trabajar sobre la base de proyectos coordinados y consistentes. Una segunda funcisn de este tipo es la estructuradién del voto. En estricta relacién con lo anterior, cabe afirmar qe los partidos sirven a los ciudadangs ordenando la multiplicidad de op- ciones al momento de |1 contienda electoral, especialmente cuando se tfata de competir por car- 20s unipersonales, dado que éstos suelen hacer enfrentar proposiciones aisladas y, en algunos casos, pocosprogramiticas. : Una tercera funci¢n de los partidos en su relaci6n con la sociedad es la de fomentar la 56- cializacién politica, Ellos transmiten determinados principios, proyectos ¢ ideas que propi- cian el aprendizaje civico del electorado, a través de difundir la nocién de que los individuos son ciudadanos insertos en una comunidad con la cual estén estfechamente vinculados, y por ende deben aprender 2 interactuar en términos democriticos y plurales. En este sentido, con- 168 Pc:ftica. Cuestiones y problemas tribuyen a ta formacién de la opinién pablica, puesto que proveen herramientas criticas a la ciudadania, ‘Como consecuencia, los partidos son también los encargados de organizar las diversas formas de participacién politica, no sélo alentando a la concurrencia a los comicios, sino a través de diversos medios (mavilizacién en tomo de determinadas causas, asistencia a actos pi. blicos, etc.). En lo que respecta a Ia interaccién entre el partido y el gobierno, los partidos se encargan, en primer lugar de reclutar, formar y seleccionar a los dirigentes politicos. L.a mayorta de los candidatos que acceden a cargos en el Estado (ya sean éstos legislativos 0 ejecutivos) provienen de las filas de los partidos, si bien se ha acentuado en el Gltimo tiempo la tendencia de incorpo. rar figuras exirapartidarias a los fines de sumar popularidad y conquistar més electores. Aun asf, Ta mayoria de estos dirigentes son formados en el seno de la organizacién, la cual a su vez de- termina la rotaciéa y la renovaciéa en la arena politica. En consonancia con la funci6n de estructuracién de las demandas, los partidos se encargan muchas veces del disefio de las politicas piiblicas, procurando, en términos ideales, seguir las - lineas programéticas de la organizaci6n, Asimismo, una vez cn ejecucién, los partidos suelen * hacer el seguimiento y evaluacién de las politicas, erigiéndose en los principales garantes so: ciales de los resultados cuando estén en el gobiemo, y en los principales impulsores del cambio cuando estén en la oposiciGn. Det mismo modo, los partidos son funcionales a la reproduccién del sistema politico en ge- neral, ya que son los canales que permiten ejercer la funcién de control de los representantes -, por parte de los represeniadas y le dan asi estabilidad y legitimidad al sistema politico, como principales encargados de evitar los excesos en el ejercicio de! poder y fomentar el didlogo de- mocrdtico a través de ta construccién de consensos. 4. Origen y evolucién histériea de los partidos Lo que se entiende como partidos modernos son organizaciones cuyo origen esté indiso- ciablemente ligado a la construccién y consolidacién del Estado-nacién y a la expansién del li- beralismo. Es a rafz, de esto que autores como Maurice Duverger (1951) 0 Sigmund:Neumana (1956) coinciden en que es imposible hablar de partidos antes de mediados del siglo. XIX. Hasta ese entonces s6lo puede hablarse de la existencia de tendencias 0 facciones, que eran_ ms bien denostadas por resultar amenazantes para el bonum commune o interés general de la comunidad. Como afirmaba Edmund Burke, s6lo cuando esta; facciones van transformndose en partidos cobran mayor aceptacién, ya que se las percibe, como defensoras del interés nacio- nal por sobre los intereses particularistas. Es asf que el embriGn de los partidos modemnos son los grupos parlamentarios conforma- dos alrededor de determinados intereses puntuales, en el seno de las incipientes democracias li berales europeas. Pueden encontrarse protopartidos tanto en Ia Gran Bretafia de la Gloriosa Re- volucién, como en la Francia prerrevolucionaria y en la floreciente nacién estadounidense de 1776, cuyos ciudadanos —bajo el lema “no taxation without representation” (impuestos s6l0a cambio de representaci6n)—comienzan a ser objeto de Ifderes parroquiales que auspician inte- Feses contrastantes. : ‘Tiempo més tarde, la primera y més conocida distincién entre partidos estuvo dada por la di- visiGn entre tories y whigs en el parlamento inglés del siglo XVIII, defendiendo posturas conscr- vadoras los primeros y a favor de una mayor libertad politica, social y fundamentalmente econé- ‘mica los segundos. Los diferentes estatutos aprobados por el parlamento inglés durante la llamada Reform Act de 1832 allanan el camino hacia la consolidacién institucional de estos grupos, al dat sustento legal a la representaci6n y fijar los principales derechos politicos de los ciudadanos. ‘Amén de los sucesos histéricos que dan luz a los primeros partidos, resulta fundamental > adentrarse en las principales teorfas politicas que abordan este surgimiento. Vale resaltar asf que partidos politicos y sistemas de partidos 168 existen dos tipos principales de explicaciones para el nacimiento de los partidos: las que hacen recaer el peso en variables institucionales o bien aquellas que lo hacen sobre otras de tipo his- térico-social. Esta diferenciacién lleva a distinguir entre un enfoque institucional y un enfoque socio- égico 0 genético. Cabe aclarar que ambos no son més que complementarios, ya que se trata en realidad de una interacci6n entre variables independienies de tipo macrosocial y variables de- pendientes, 0 resuliados institucionales de los procesos de democratizacién, que a su vez acttian sobre el comportamiento de las bases sociales partidarias, El primer enfoque, el institucional, esté relacionado con el desarrollo de la institucién ca- racteristica de ta democracia moderna, el parlamento, y su exponente principal es Maurice Du- verger (1951). ‘A la hora de explicar el surgimiento de los partidos en el marco de este enfoque, Duver- gerestabléce una diferenciaciGn entre partidos de creacién interna y partidos de creacién ex- ferna. Los partidos de ereacién interna son aquellos que nacen en ¢! propio seno del parlamen- tohacia mediados del siglo XIX en Europa occidental, luego de que Este cobrase mayor centra- fidad con respecto a la realeza. Diversas facciones se conforman en grupos parlamentarios nu- cleados en torno a diferentes objetivos, que luego se asientan como partidos politicos, y pasan asi de un escenario de inorganicidad a otro crecientemente orgénico. Segin Duverger, los pri- ‘meros determinantes comunes que aglutinan a estos grupos son fendmenos tales como la vecin- dad geogréfica 0 el desco de organizar algiin tipo de defensa comin, si bien admite que poste- riormente el factor amalgamador toma la forma de doctrina. Los partidos de ereacién externa, en cambio, nacen entre fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX, a partir de la lucha por la extensién del sufragio. Es asf como aparecen los comi- téselectorales, que surgen por un impulso central y bajo la influencia de grupos exégenos que realizan todas sus actividades por fuera del parlamento, como las sociedades secretas 0 los clu- bes, periddicos, sindicatos y diversas entidades religiosas. El Partido Laborista briténico, por caso, nace luego de que asociaciones sindicales decidieran conformar un brazo parlamentario, al cual se le suma el apoyo de grupos intelectuales de la Sociedad Fabiana y de numerosos es- twdiantes. También cooperativas agricolas y grupos de campesinos colaboraron en la construc- ci6n de nuevos partidos agrarios, y otro tanto podrfa sostenerse en relacién a la Iglesia y 1a con- formaciGn de partidos catélicos, 0 a la burguesfa industrial y la construccin de partidos liberales. _ _ Lasdiferencias que encuentra Duverger entre los partidos de creacién externa e interna son - umerosas. Por empezar, los primeros son generalmente mas centralizados que los segundos, yaque nacen en el seno de una institucién consolidada. En segundo lugar, las unidades orgat zativas (comités y secciones) locales de los primeros se organizan con posterioridad a la con- formaci6n del partido, pudiendo operar sobre su margen de acci6n, mientras que en los de crea- cién interna los comités y las secciones son preexistentes a la conformacién del nicleo parlamentario. A su vez, los partidos de creacién externa son més disciplinados y cohesionados que los de creacién interna, gracias a su s6lida organizacién vertical. Por otro lado, los parla- mentarios que son miembros de los partidos de creacién interna tienen una gran influencia —puesto que jugaron un rol esencial en su conformacién—, y forman parte del comité director del partido, mientras que en los segundos existen muchas suspicacias con respecto a los parla- mentarios, y por lo tanto se los controla 2 través de un comité rector conformado por miembros cereanos a las asociaciones que lo sostienen. Finalmente, los primeros otorgan més impogan- cia a las actividades electorales y parlamentarias, ya que para los segundos se trata de activida- des incluidas,dentro de un plan de lucha general, incluso Hegando a cuestionarla, como es el ca~ 80 de los partidos comunistas. En contraste, las explicaciones sobre el origen de los partidos provistas por las corrientes sociolégicas o genéticas remiten a ciertas divisiones sociales estructurales, acaecidas durante los proceso’ de formaci6n de los Estados y de la economia moderna. Bilas hacen hincapié en la ampliacién del sufragio, la consecuente emergencia de la competencia electoral masiva y los : : i : : : 170 Politica. Cuestiones y problemég yi partidos sino ademds para desglosar algunas pautas de la interacciGn entre éstos, El referente’ obligado en este caso es la obra de Seymour Lipset y Stein Rokkan (1992 [1967)). i Los procesos que analizan estos autores ocurren principalmente entre mediaclos del siglo XIX: y la Segunda Guerra Mundial. En este dltimo perfodo es cuando tienen lugar los procesos de de-'= mocratizaci6n y ampliacin del sufragio que sientan las bases de las configuraciones partidariag =| actuales en los pafses europeos. Si bien se trata de un andllisis de cuna europea, los autores desta’: an que existen diferentes contextos en los cuales las divisiones 0 clivajes (cleavages) tienen ar, y por lo tanto consideran que su teorfa es generalizable a todos los paises de Occidente, Lipset y Rokkan toman elementos del esquema de Talcott Parsons sobre la clasificacién de": las funciones de los sistemas sociales, a partir de los cuales distinguen dos dimensiones de con flicto principales en las sociedades: una de tipo territorial y otra de tipo funcional que atravie- san a la variable temporal. Esta variable comprende dos revoluciones: ta revolucién nacional {a industrial, desatadas respectivamente en Francia e Inglaterra hacia fines del siglo XVIII. primera es identificada con el proceso de construcciGn de los Estados-nacién europeos, la gunda, con profundos cambios en los modos de produccién, el comercio y la tecnologfa, y am. bas, con la consolidaci6n de la burguesfa y su expansién como actor politico y econémico, Existen dos clivajes que se derivan de la revolucién nacional: aquel que enfrenta a la cul- ., tura nacional eentrlizadara versus las poblaciones y provincia periféricas,y un segundo que. 73 ‘opone al Estado-Nacién versus los histéricos intereses de la Iglesia, tanto cat6lica como lutera. “| nao reformista, El clivaje centro versus periferia consiste en una serie de conflictos entre las culturas cen- trales de los Estados en formacién y la resistencia de diversas poblaciones periféricas some das, que son diferentes cultural, étnica, lingiifstica o religiosamente. El resultado final de este “| proceso fue, entre otros, la imposicién de una tinica lengua oficial. Esta primera fractura se co- mesponde con la dimensién territorial del conflicto, y de ella nacerén los partidos regionales, como fos basados en las minorfas catalanas, vascas o castellanas en Espafia o valones y flamen- cos en Bélgica. El clivaje Iglesia versus Estado implica una puja por el control de 1a educacién y el orde- namiento de las demandas sociales, que la Iglesia no acepta dejar en manos del Estado, Est fractura se corresponde con la dimensi6n funcional, y de ella nace la oposiciGn entre partidos liberales laicos como el danés Venstre y partidos confesionales como el Partido Antirrevolu- cionario holandés de 1879. Bn los pafses luteranos el conflicto fue menor, mientras que resul- 6 mas pronunciado en pafses mixtos o principalmente cat6licos. dl Posteriormente, hacia mediados del sigto XIX, se producen las llamadas revoluciones in- dustriales. De ellas se derivan otras dos fracturas: una entre intereses urbanos ¢ intereses agra- rios y otra entre trabajadores y capitalistas. La primera fractura opone a los sectores secundario y primario de la economfa respectiva- mente, ios cuales difieren en lo que respecta a la conveniencia o no de aplicar aranceles a las mercanefas provenientes de otras regiones. Se enmarca dentro del eje territorial, y de ella emer- ° ‘gen los partidos conservadores-agrarios y los radicales-liberales como los ya mencionados o-.” ries y whigs en Gran Bretafia. Sin embargo, segtin explican los autores, dada la apertura y mo- vilidad social de esta naci6n, los conflictos entre intereses rurales y urbanos se ven matizados més répidamente que en los pafses continentales. . El conflicto entre trabajadores y capitalistas enfrenta ta defensa de la propiedad y Ia libre“ empresa versus los sindicatos y los movimientos sociales. Se corresponde con la dimensién fun- cional y de ella nacen los partidos socialistas y los movimientos obreros, dando lugar a la clé- sica distinci6n entre partidos de izquierda y de derecha. En Gran Bretafia y los pafses escandi nayos esta divisién fue mucho menor que en Alemania, Austria, Francia, italia o Espafia, Existirfa también una dltima revolucién, que es 1a revoluci6n internacional, segiin la cual los comunismos se enfrentan a los socialismos, y se dirime la disputa entre la idea de solidari ’ partidos politicos y sis:emas de partidos a7 dad nacional versus la de solidaridad internacional. A partir de esta fractura se dividen los par- tidos socialistas de los comunistas. Segtin Lipset y Rokan luego de los diltimos clivajes se producirfa un “congelamiento” de Jos sistemas partidarios, cuestiGn que se retomar4 més adelante. 5. Tipos de partidos politicos Las dos teorfas que se han analizado sobre el origen de los partidos comienzan a alertar so- bre a dificultad metodolégica de delinear cutéles son las principales tipologtas propuestas para cestas organizaciones. Las formas de clasificar a los partidos son tantas como criterias se con- templen, entremezelindose las perspectivas diacrénica y sincrénica, Lo cierto es que en los hechos no existe ninguna clasificaci6n parsimoniosa que se demues- tre cficiente para ser aplicada a todos los pafses y en todos los momentos de la historia de los partidos. A grandes rasgos, cabe resaltar que las tipologfas que han encontrado mayor cansen- so son aquellas que tipifizan a los partidos en funcién del momento histérico en que han tenido preeminencia, Ellas comprenden principalmente a: a) os partidos de notables, b) los partidos de masas, ©) los partidos atrapatodo, y més recientemente 4) los partidos cartelizadas, 5.1. El partido de notables y el partido de masas La distinciGn entre partidos de notables y partidos de masas ha sido largamente aborda- da por la ciencia politics, aunque otorgdndole denominaciones diferentes tanto a unos como a otros. ‘Weber (1964 [1922]) analiza el paso de los partidos de notables a los partidos de masas en funcién de cuatro variables relevantes: quiénes conforman el personal del partido; eudles son fos recursos con que cuenta; el nivel de actividad del partido y el contexto histérico en que se desarrolla, En los partidos de notables se encuentran politicos que no se dedican profesionalmente a esta actividad y por ende no viven de ella ni ocupan Ta totalidad de su tiempo a dichos efectos, Como lo indica su nombre, estos individuos son figuras notables que gozan de buena estima- ign social y buenas condiciones econémieas, lo que les permite vivir para la politica. Bs este aso, los partidos se van conformando en torno a cada una de estas personalidades, quienes lue- go cooptan a otros notables. Generalmente representan intereses burgueses, ya sea urbanos 0 ru- ales, y se oponen a las formas de gobierno de tipo mondrquico. El vinculo que liga a los nota- bles con sus seguidores est basado fundamentalmente en la confianza. Estos partidos no se encuentran en actividad permanente, sino durante los momentos anteriores a las clecciones. Por filtimo, el contexto politico en el que operan es uno de competencia restringida y cerrada, de~ terminado por la vigencia del sufragio censitario (véase capitulo 6). Los partidas burocraticos de masas nacen a fines del siglo XIX, impulsados por la exten- siGn del sufragio, Esta inclusiGn masiva implicé la conformacién de maquinarias politicas des- tinadas a sostener financiera y organizativamente al partido, tras lo cual la actividad politica es ahora solventada por éste, que se vale de los aportes de sus afiliados. Asf, surge una nueva cla- se dirigente formada por politicos profesionales que dedican todos sus esfuerzos a las activida- des del partido y van especializéndose en funci6n de las necesidades adaptativas del mismo. La estructura organizativa cel partido es de tipo jerérquica, por lo que las ctipulas delegan nume- rosas tareas en las instancias inferiores, que también son remuneradas. Finalmente, a diferencia 172. Politica. Cuestiones y problemas de los partidos de notables, los partidos de masas son incluyentes y se proponen mantener eo. hesionadas a sus bases y dotarlas de simbolos identitarios comunes. A raiz del avance de los par. ‘ tidos socialistas, los partidos de notables se ven obligados desarrollar vinculos con organiza. ciones insertas en la sociedad, a los fines de sobrevivir. Weder distingue en el surgimiento de los partidos de masas un indicador del avance de los procesos de racionalizacién y burocratiza- cci6n propios de la modernidad. Por su parte, Sigmund Neumann (1956) desarrolla una tipologfa de partidos que distingue aquéllos de representacién individual de aquéllos de integracién, al tiempo que estos tltimos se subdividen a su vez en partidos de integracin democratica y partidos de integracién total. taria, La diferenciacién entre el primer tipo y los segundos encuentra semejanzas con aquélla de los partidos de notables y de masas de Weber, o de creacién interna y externa de Duverger, Los partidos de representacién individual son propios de sociedades con bajos niveles de mo- vilizaciGn y se caracterizan por tener seguidores que se limitan exclusivamente a sufragar. En lo ‘que respecta a los partidos de integracién, éstos comparten !2s caracterfsticas de los partidos de masas 0 de creaci6n externa, en los que existen niveles mucho mayores de involucramiento por parte de los miembros. Los partidos buscan permanentemente ineluir y comprometer a indi duos provenientes de ciertos sectores sociales especificos, transforméndolos incluso de afiliados a militantes. Los partidos de integraciGn democrética prototipicos son los partidos socialistas y los religiosos, mientras que los partidos fascistas y los comuv istas 1o son para los de integraciGn totalitarista, En estos tiltimos se requiere del afiliado un com promiso y una entrega incondicio- nales, al tiempo que su margen de maniobra por fuera del pztido es virtualmente inexistente. ‘Tanto Weber como Duverger proponen otras formas de clasificar a los partidos, pero en es- te caso las divisiones se producen més bien al interior de los partidos de masas. Asi, Weber di- ferencia entre los partidos de patronazgo y los partidos ideolégicos. Los primeros estén orien- tados exclusivamente a la obtencién de beneficios estatales por parte de las organizaciones patrocinantes, mientras que los segundos promulgan valores de alcance mas general. Asimismo, Duverger realiza otra clasificacién de los partidos en funcién de su estructura, analizando si es ésta directa o indirecta. Los partidos de masas de estructura directa son aque- os que se encargan de reclutar miembros de modo individus! y cobrar sus cuotas sin interven- cién alguna de organizaciones intermedias. En contraste, los partidos de estructura indirecta se valen de las asociaciones que los patrocinan para realizar este tipo de actividades, promovien- do adhesiones que comprenden a todos los miembros de las mismas. En consonancia con Weber, aunque desde una perspectiva funcionalista y con mayores pre- tensiones de validez, Gabriel Almond y Bingham Powell (1972 [1966]) se proponen abordar a los partidos a través de una clasificacién basada en distintas estrategias de agregacién de inte- reses. En este sentido, se encuentran en primer lugar a los partidos de agregacién pragmética ‘que operan forjando instancias de negociacién enire agentes maximizadores, a los fines de lo- grar la armonizaci6n de dichos intereses; y cn segundo lugar a los partidos de agregacién ideo- Iégica, que amalgaman a sus miembros a través de la conformaci6n de programas partidarios ‘con una visién del mundo a la que todos sus miembros adhieron por principios generales, y gra- ccias a la cual los consensos emergen esponténeamente. Un tercer tipo de partido es aquél cuya estrategia de agregacién de intereses es particularista-tradicional, propia de partidos conser- vadores. En ellos 1a plataforma de accién se dispone tomando como patr6n las tradiciones del pasado, con las cuales los seguidores comulgan por interés nis bien personal. 5.2. El partido atrapatoda Hacia fines de la década del sesenta, emerge'un nuevo concepto que acabarfa por agitar el estudio de los partidos ¢ introducir nuevas observaciones, de ta mano de cambios sociales cada vez més acelerados. Estos cambios se producen en dos senti¢os simultsneamente. Por un lado, desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, la vigencia del Estado de Bienestar desarticuta la Partidos politicos y sistemas de partidos oo idea de grandes fracturas, y actiia como un piso consensual del cual todas (0 casi todas) las agru- ones parten, Asimismo, la explosi6n de los medios masivos de comunicacién hace que se acorte la brecha de apelacién a pablicos anteriormente iejanos, to cual incentiva a la producciéa de mensajes generalistas y simplificados. Los medios de comunicacién cobran una creciente importancia y se convierten en actores ineludibles de la politica, moldeando las reglas de juego a partir de las cuales se estructura la contienda politica. Es asf que desde Europa, el alemin Otto Kirchheimer (1966) ofrece un nuevo tipo ideal de partido: e! llamado partide atrapatodo o partido escoba (catch-all party). Esta nueva —o reci- ‘clada— organizacién nace en el seno de sociedades cuyas fracturas de antafio se van desdibujan- do lentamente, y comienza a articularse la formaci6n de un electorado en el que cobran un me- nor peso relative factores como las religiones y las diferencias de clase, lo que empuja al cambio ‘organizativo, funcional e ideolégico a los ya obsoletos partidos de la segunda posguerra. Enire estos cambios pueden citarse la atenuacién de su tradicional contenido ideol6gico, el reforzamiento de la autonomia de los liderazgos, el menor peso de los afiliados y militantes, el desdibujamiento de la identificacion del partido con sectores sociales especfficos, la conquisia frenética del electorado indeciso —que tendré el poder de definir la contienda electoral—, la apertura hacia numerosos grupos de interés mAs 0 menos aut6nomos del partido, ta pérdida de Ia perspectiva del largo plazo en lo que respecta a la competencia politica y 1a resolucién de los problemas, y la apelacién a un electorado notoriamente més pasivo. Se trata, entonces, de un partido mas pragmatico, profundamente preacupado por la imagen de sus lideres y por adqui- tir yentajas en el espacio construido desde los medios de comunicacién. ‘También Angelo Panebianco (1990 [1982]) destaca el paso equivalente de lo que él llama partido burocrético de masas hacia el partido profesional-electoral. Este autor complemen- taa Kirehheimmer al destacar algunas diferencias organizacionales entre unos y otros. En los pri- meros, por ejemplo, el rol de la burocracia es preponderante y sobre ella recae una parte funda- mental de las decisiones de la orgenizacién. En los segundos esta funcién se ve minimizada, mientras que las principales responsabilidades pasan a ser de un grupo de profesionales altamen+ te especializados y técnicamente competentes. Del mismo modo, en el partido de masas existen fuertes lazos verticales con la organizacin, siendo cada instancia una etapa orgénica fundamen- tal para la maquinaria interna del partido. En el partido profesional-electoral los lazos verticales son débiles, y la edipula es mas dependiente de los medios de comunicacién que de su propio apa~ rato, Paralelamente, en los primeros la direcci6n det partido es ejercida de forma colegiada entre varios miembros, mientras que en los segundos existen cdpulas conformadas por personalidades que estén insertas en el parlamento o en otras esferas del Estado, con la consecuente personali- zacién de la direcciGn del partido. En cuanto a 1a financiacién de las actividades politicas, en el primer caso son sustentadas a través de las cuotas de los afiliados y actividades masivas, mien- tras que en el segundo prima una financiaci6n a través del propio Estado y de los aportes propor-

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