POR UNA CAUSA COMUN
Exica para la diversidad
Norbert Bilbeny
gedisa4
Modelos de inclusién democraticaLas politicas de gesti6n de la diversidad cultural han de tener como obje-_
tivo basico la inclusién de todos los individuos y grupos en la comunidad
POREEBLa falta de inclusién en el marco politico general representa un
problema de discriminacién que toda sociedad democritica debe evitar
por ser contradictorio con sus leyes y sus principios éticos.
La segregacién
Pero no hay una sola via SRURGGMSIGHIGERIGEEEERe las diferencias
en un todo respetuoso con ellas. Son varias las formas propuestas y més 0
‘menos seguidas hasta hoy, como distintas son también las actitudes que
has preceden y sostienen en su despliegue. Por lo menos ex
(Gaedelosibasicos de todss estas formas y actitudes para la coexistencia de
diferentes identidades culturales dentro de un mismo marco politico.
(GBP, Estos no son elirainados (etnocidio, genocidio) ni expulsados del
territorio que abarca la comunidad politica. Son dejados fuera de las es-
feras de la participacién politica y discriminados respecto de los bienes y
derechos a los que si tienen acceso los grupos incluidos en la ciudadania,
Esta segregacién puede ser impuesta, como en las situaciones de apartheidPox una IN
G causa comes
contra los habitantes de raza negra en Norteamérica 0 Sudaftica, por
ejemplo. Aunque también puede ser de un modo u otro voluntaria,
como sucede con la nation of slam, dentro de Estados Unidos, 0 con al-
_gunas snaciones indias» en toda América.
‘La segregacién se inspira en los valores del monoculturalismo extre-
‘mo (
@alturalisma). En todo céso, es el modelo histérico predominante hasta
hoy y el més defendido por la teorfa politica, desde los clisicos griegos
hasta la irrupci6n, en el tltimo cuarto del siglo xx, de las teorias del
multiculturalismo,’ que lo ponen en entredicho. Los asitnilacionistas
vienen a decir con respecto a los diferentes: HE@aH@@yRs!. Tsce «aqui
€ iguales» corresponde 2 los principios de inclusién e igualdad republi-
canas desartolladas, por ejemplo, en las politicas de inmigracién y «na-
turalizacién» (ciudadania) de Francia y su creuzet (crisol), Rusia y la
«tusificaciéne, 0 Estados Unidos y su melting pot.
1, Véase M. Cavendish, Eneydopedia of Mulicdtaliom, vol. 1, pég. 216; 8, Thernstrom
(ed), Hamand Bagelopeia of Arion Ethnic Crops,
2. R. Park, E.W. Burgess, Intoduction tothe Scene of Soilegy, pig. 735; R. Patk, Our
Racial Frontier on the Paciice,Surey Grape, 56, 1926, pgs, 192-196.MopELos De INCLUSION DEMOCRATICA, o
Sin embargo, (assimilare, en.
latin),
porpareldetlosasimilados, hechos «similares» ala cultura mayoritaria 0
dominante. El propio melting pot, introducido a principios del siglo xx,
conservaba los rasgos esenciales de la americanization anterior, moldeada a
su vez sdbré el patrén de la anglo-conformity o identificacién cultural con
Ja mayoria blanca, angloparlante y de religién cristiana, un patron toda-
‘via no desaparecido en Norteamérica, en especial para el acceso al poder
politico y econémico. Una interpretaci6n extrema de semejante anglo~
conformidad fue la politica australiana de Whites only, que declaraba no
asimilables a los inmigrantes sin marchaino europeo.*
La asimilaci6n no es un modelo que exprese la intolerancia o el des-
precio hacia las minorias, EStinOHNaidd SObTE TSG) SOREMERORA ERIE
‘eGR VAAEOHERGASCISERIEGED cn los limites de una co
munidad politica determiriada.* Pero las convicciones y prejuicios mono-
culturalistas son los que prevalecen en esta manera de enfocar la inclusin.
ciudadana, aunque se justifique con loas a la eamalgama, la afusiény 0 el
emestizaje> culturales, pues lo que se pide a fin de cuentas es la identifi
cacién con la cultura dominante.
Horace Kallen, fil6sofo norteamericano critico con el uniformismo
del melting pot, propuso que la asimilacién valiera para lo politico y eco-
3. BD Salins, Assimilation, Americon Style; F Cordasco (ed), Disionnary af American In-
‘migacon History, pig. 23s. Yala primera formulacin histrica del meling pot rezuma asimila~
[See RTT ne OTR OTE
GRAPE entrada en los lazos de sangre, a través del matrimonio entre
individuos de los distintos grupos (infermarriage).’ Esta &, en general, la in-
terpretacién republicana de Ii inclusién de las identidades culturales en la
comunidad politica, que es asumida hoy por el liberalismo norteamericano.
y as politicas sociales de centro en los paises de la Unién Europea, Incluso.
es aquella que se desprende de las teorfas que sobre la ciudadania han desa-
rrollado autores tan iniluyentes como John Rawls y su eliberalismo politi
cos, y Jiirgen Habermas, con la idea de un patriotismo constitucional.
La agregacién
El mayor inconveniente del modelo asimilacionista es que nos devuelve
aa segregacién de las minorias, que tarde o temprano acaban cobrando
conciencia de su forzada aculturacién. Es el fenémeno caracteristico de
Ih etercera generacién» entre los ciudadanos de origen inmigrante: ino
tardan en salir al desqtite de la injusticia ejercida sobre ellos desde la ge~
neracién de sus abueles.
Por eso un modelo alternativo a la asimilaci6n es la agregacién. ls
6. H. Kallen, aticulos en The Nation (1915), reproducidos en I, Cult and Democracy in
the Unied States.
7. GA. Postigtione, Eimicty ond Amercen Soil Theory, pig. 13 ss W.C, Fischer
estty, Camry and Phim in Amerizon Life, pig, 204,
alMops1Os Dr INCLUSION DEMOCRATICA 6
(GoRSinGTSepARITOST(AUNENEPATAI TaRAWWERSIgAG cs reconocida fH
Vale para,
el demos, pero a diferencia de la asimilacién, en éste cuenta también el
ethnos, No hay que dejarse absorber por la cultura dominante. Cada una
vale como el resto. Los valores ya no son tanto politicos como culturales.
Mas que el sindividuo», la «ciudadanja» o la «igualdads, cuentan ahora la
«comunidad», la «identidads y la «diversidady. CAREORStRMCGHOMAENAISO-
= La separacién entre ellas no es vista como negativa. Es una se
paracién positiva, aunque hay que evitar caer, se piensa, en el extremo de
la segregacién.
En realidad, y pese a compartir la creencia de que las diferencias cul-
turales son adivisivas», agregacién y sejgregacién se enfrentan como dos
extremos opuestos: al monocultutalismo radical de los segregacionistas se
opone el multiculturalismo extremo (@HOHRRnIUGRIERaLISH®) de los agre—
gacionistas. Este tiltimo implica un diferencialismo liberal y multicultura-
lista, pero no impositivo. En otras palabras, no condena al gueto, sino
que hace que éste sea voluntario y deseads por los grupos y minorias se
parados unos de otros. Cada uno con los «suyos» vive mejor que mezcla~
do en una amalgama comin pero que se siente ajena, ACEH
plicado ya no es, pues, la aculturacién, sino la sendoculturaci6n». Cada
cultura, falta de contacto con él resto, tiene que evolucionar, asi se cree,
(GSESMISAEPIen corre el riesgo de no poder hacerlo, por su aisla-
miento.
Pero a pesar de estas limitaciones el modelo de la agregacién funcio-
na y ya es oficial eh paises como Nueva'Zelanda, Australia y Canad. En
este ditimo, la Multiculturalism Act, con valor constitucional, se viene apli-
cando desde 1971. En’el documento se declara que la politica del go-
bierno de Canada es «reconocer y promover la comprensién de que el
“mnulticilfuralismo refleja la diversidad racial y cultural de la sociedad ca~
nadiense y reconoce la libertad de todos los miembros de la sociedad cana~
diense para preservar, realzar y cofnpartir su patrimonio culturals,
‘Asi, en Montreal o Toronto, por ejemplo, se puede observar que la
diversidad etnocultural no sélo se preserva en la vida privada, sino en
muchos Ambitos piblicos, como en la educacién, la medicina, los servi-Por UNA causa COMON
0 Pon una causa comin
cios sociales y ~1o que no se acepta en otros paises pluriculturales- en los
modos de la representaciGn y participacién politica. En Toronto més de
Ja mitad de la poblacién és de origen inmigrante, pero a pesar-de este
Patchwork no existe un conflicto entre comunidades ni un desentendi-
miento de ellas hacia el conjunto de la sociedad, puesto que mis del
‘ochenta por ciento d: los habitantes de esa gran cittdad se han nacionali-
zado ya canadienses. El gobierno federal de este pat’, asi como los de sus
provincias y ayuntamientos, resaltan en sus politicas el valor del mosaic
cultural canadiense y exaltan a la ver el significado unitivo de lo que se
hha dado en lamar Canadian experience Y. esti claro, mientras tanto, que
Ha contribuido a esta cohesién la tolerancia liberal de Ja mayoria
blanca y al mismo tiempo la comprensién, por parte de las minorias, de
que aun no siendo el liberalismo su cultura les sirve al menos para con-
servar y persistir en la suya. Desde fuera del iberalismo multiculturalista,
éste sucle parecer una entelequia, en la teoria, si no un riesgo suicida de
descomposicién social, en la prictica,’ pero a juzgar por sus resultados, en
Canada y otros paises de la vieja Commonwealth, es una filosofia instrui-
da y bastante eficaz, En este sentido hay que destacar la aportacién de te °
6ricos como Charles Taylor y su defensa de la recognition," Michael Wal-
er (lef liberalism), y posteriormente Joseph Raz (liberal multiculturalism) y
Will Kymnlicka (liberal culturalism),
No obstante, el modelo de la agregacién, basado en la concepcién
multiculturalista, muestra notables contradicciones con la finalidad de
una inclusién social democtitica de las ientidades culturales. Ya me he
referido antes a su rieigo de coincidiren la prictica, con los efectos del
modelo segregacionista. —,
8. RJ. F Day, Multiculewaliom andthe History of Canadian Diversity, pig, 146 3.
9. Véase a titulo de ejemplo: A. Schlesinger, The Disuniting of Americ; A. Bloom, The
(Chosing of he Ameren Mind. En la Winea opuesta, de wa iberalismo compatible con el multi
cultoralismo, vid, entre otros: W. Kymlicka, Liban, Community and Culture, J Ra, ¢Mul-
‘cultura: A Liberal Perspectives, Disen N. Glazer, We Are All Mulcalaits Now.
10. Ch, Taylor, The Polites of Recognitions, en A. Gutman, (ed), Mulicalewalim and
the Poits of Resort,MODELOS DE INCLUSION DEMOCRATICA 1
5 @SIMPIEMENCESSRRENGAM como ocurre
en Estados Unidos en relacion con Canada, sus posibilidades de-éxito se
atenéian también y aparecen los defectos que Jo alejan de la libertad y la
igualdad democriticas."' En una palabra, arroja las minorias al gueto y és-
tas pierden sus derechos, aunque en teoria los poscan, DEUASEAREION
aT, agravada casi siempre por la precariedad.
econémica, pero también, no debe olvidatse, por una falta de confianza
¥ aplicacién en los valores y los programas, educativos que fomenten el
contacto ¢ intercambio entre los diferentes grupos etnoculturales,
‘Las mediactones son decisivas para las buenas relaciones intergrupales,
y@eeadal geapoleonlel GonjuintOlseeial. Desde Iuego las que provienen
de la economia, los servicios sociales y la politica misma, eon la-facilita-
cién de la ciudadanfa para todos, son fundamentales én cuanto a esta ar-
monia, Pero no Io son menos las mediaciones de tipo educativo y cultu-
ral en general. De otro modo, el racismo y la xenofobia, latentes de una
tw otra manera en toda sociedad, se desatan ante el menor signo de alarma
social y los logros de la inclusién caen por tierra.
‘Véase la islamofobia disparada en muchos paises occidentales tras los
atentados del 11 de septiembre de 2001 atribuidos a «fundamentalists is-
Limicos». O, en otro ejemplo, la estrecha relacién entre las desigualdades
cconémicas y la pertenencia etnocultural en paises tan abiertos al multi
cullturalismo como el Reino Unido, Suecia y el propio Canad.”
En éstos y otros lugares, el gran tabit consiste en hablar del racismo,
precisamente porque ain existe en ellos. SHRUMOAIOMEHTEN RTE
_gacionista tuviera mas en cuenta los nexos entre las culturas, y no sélo sus
Le W. Kymlicks, Ciudadava mutidtur, pigs. 93-95; M. Walzer, et al. The Polite of Eth
nity, pigs. 6-7, 10.
42, Véase M, Ornstein, Hino equality ithe Ciyof TontoPa POR UNA CAUSA COMEN
La integracién
Finalmente, la alternativa tanto a la agregaci6n como a la asimilacién es
la integracién, Con ella no se dice saqui, pero separados»; ni saqui, e igua-
les», Sino, en un punto equidistante: XT PESNGEHED (Here, but
different)
La integracién es el modelo propio de tna inclusién’social intercult
tal, La libertad esta al servicio de la inclusién, pero la igualdad lo esti
GRADIGAULENAGIEEAGIAMGLe no es incompatible con ninguno de esos
dos valores democriticos esenciales. As el ethnes conjugarcon el demos, y
viceversa. ;
Lo mismo que ocurre con la agtegacién, en la integracién 0 inclu-
si6n intercultural, en otras palabras— la diversidad es reconocida tanto en
el imbito de lo privado como en el de lo pablico: cosa, esta diltima, que
no sucede con la asirsilacién. Pero ahora se pone énfasis en Ia inclusién,
lo unitivo, y no sélc en la diferencia. Esta ya no es «separadora. Y al
igual que la agregacién, este modelo se basa en el multiculturalismo, pero
de signo moderado (GofRni@INcHlGialisA) no extremo. REespeEilasrdife-
rencias sin ser diferencialista. Es multiculturalista, pero apuesta a conti
(Guaeioniporlatinterciletaligd) cosa que resulta extrafia para los agrega-
cionistas.
Puesto que fomenta la inclusién y lo intercultural desde la diferencia,
‘esta insistencia en lo dialogal y unitivo hace, sin embargo, del modelo in-
“vegracionista una via de insercién social'con un inevitable componente de
aculturacién, Pues al mismo tiempo que, en contacto con el resto, todos
los grupos ganan nuevos rasgos culturales, también los pierden, especial-
mente cuando se trata de compartir Ia ciudadania y los minimos requisitos
morales -segiin decia en el capitulo anterior que forman la identidad co-
mii actuante en favor de esta ciudadania compartida. Aunque en realidad
este objetivo bisico no comporta siempre renunciar a aspectos de la pro-
pia identidad cultural, es facil que produzca en determinadas culturas ¢ in-
dividuos esta impresién de renuncia o por lo menos de alteracién ins6lita
Y caigante de lo que se tenia por costumbre hacer y creer.
En cualquier caso, la aculturacién inevitable en este modelo de inclu-
tonpsocialyno(PUEME MENON IUSSERUDTEPRECIPLOG entre todos los gru-MODELOS DF INCLUSION DEMOCRATICA
pos sociales y de éstos con la sociedad que los incluye y ayuda a articular
centre si, La diferencia con la aculturacién propia del modelo asimilacio-
nista es que ya no es forzada. Y la diferencia con el modelo agregacionis-
tay sus principios de tolerancia liberal es que