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‘Creemciasy jeicion sncaisa . sapitutoy 133 acerca del error y Ia ilusin en los uicios sociales recuerd, sun toque de humildad, nuestro. Potencial pean ae fos alienta a no sentirnos intimidados por la Sten a en ver sit propio potencial de ses ae 4 ee "BO ¥ error. manos villosamente inteligentes, aunque falibles. Tice agate : nza de la autoridad h corazén iy descontianza lumana se encuentra en el corazé; Ean No nos sorprende que muchos de los fundadores de la nt sfueran individuos religiosos, cuyas: convicciones los pr f aleza y también escépticos de la autoridad d? o, gtuvo alguna corazonada o intuicién acerca del comportamiento recordé alguna situacién en la que usted o alguien mas se vio involu- esta experiencia acerca de la forma en que los demas explican 2, equeé le dijo acerca de la forma en que los otros juzgan ala fe una forma para poner a prueba su corazonada. En otras pala- lio de investigaci eee 132. parte uno “Elespiritu de libertad no esta muy seguro de To que es correcto, pero trata de entender la ‘manera de pensar de ‘otros hombres, ¥ mujeres y sopesa st interés junto con lo que lees propio sin Prejuicios.” Resumen “Quitale al hombre Promedio la ilusiGn de ‘su vida y le robards ear ha Henn Dk nee Pensamiento social sjorar nuestras teorias, e buscamos mejorar r NO pod, pmo constantemente caper! rian Asi com en el pensamiento social? En la escuela, why educit erro . jar también para re ensefian, ensenan, hasta que la mente - hens ensefian, enseAan, en 1 We esti on sores ce matematcns eos de forma exacta y automatica Suponemos que ira procesar datos » lo contrario, gpara que molest a fees toe pera natural; de 1 contrario, 2para que molestarse qyn thy bilidad no surge Pia fa? El psicdlogo investigacor Robyn Dawes (1980) quien exuy qa ena an eta tras otro ha demostrado [que] la gente pose hay rans ces para procesar informacidn a nivel consciente, especialmente |, muy . ign debemos ensefiar, ensefiar, ensehar mo entender sugirié que tam sethand Nisbett y Lee Ross (1980) consideran que la educacién podria mae nuestra vulnerabilidad a ciertos tipos de error, Proponen que hagamos lo siguign” « Entrenara las personas para que reconozcan posibles fuentes de error en gy propia intuicién + Establecer cursos de estadistica para los problemas cotidianos de ligica y uy social. Con un entrenamiento de este tipo, la gente, de hecho, razona mejor _ acerca de los sucesos cotidianos (Lehman y otros, 1988; Nisbett y otros, 1947 + Este tipo de ensefianza es mas efectiva si se ilustra abundantemente con anéedotas concretas y con ejemplos de la vida cotidiana « Ensefar frases faciles de recordar y utiles, tales como: “se trata de una pregunta empirica”, “de cual muestra sacé el sombrero?” o, “usted puede mentir con la estadistica, pero un ejemplo bien elegido funciona mejor" La investigacion sobre las creencias y jui-_ suales son producto de mecanismos per ‘ios sociales revela la manera en que for-_ceptuales que nos ayudan a organizit i mamos y mantenemos creencias que — informacién sensorial. Pero no dejan de Seneralmente nos son titiles, pero que en ser errores, fallas que pueden deform Ccasiones nos llevan por el camino del Ia percepcién de la realidad y prejucitt aarhaee nuestras opiniones erré- _nuestras ideas sobre los demés. Por b ae Pp lucto de estrategias del pen- tanto, una psicologia social equilibrada ento (heuristica) que generalmente _aprecia tanto los poderes como los nos sirven, al igual que la: ros del pensamiento social Post scriptum perso: ; 3 B vy lositinite, qin epee onan sobre los podere ww ner oe Aesto “la mayor verdana : 8 abrir la mane, “e*dAd de todo lo relacionado con el aprendizaje: que tron ee mente Y esarrolala para converts ovur ergano ape PE Para el pensamiento conceptual, el analitico y el pensamie™ ss oeas”, conciuia Walter Cronkite, lo- | avon de cada noticiero. Y ése es el on pat remo es. El manual de reporteros de paid wl Oh ournal establece el ideal de forma wen soe nunca debe permanecer infle- pos “wn dens preconcebidas, trabaja con es- sheave otra ver, para encontrar una prueba farms wm ue exstan UY Pocas, ignorando las sean contrarias... Hechos, no ideas precon- tein deben dar forma a todas las historias, (Blundell, 1986, pg. 25). Pee ate ea foe pei eres humanos, como concluyen Holly Stoc- i de periodismo de la Universidad yy Paget Gross, psicslogo y abogado de Nueva York, en su libro How do journalist think? ¥ que los cientificos, =. Re eipenie eilidad”. Pot lo tanto, lo abordados en este capitulo ‘al menos de seis maneras. 1 Lasides preconcebidas pueden controlar la in- terpretaciones. Por lo general, los reporteros: “van ras una idea”, Jo que puede afectar la forma en que interpretan la informacién. Al ‘miciar con la creencia de que la falta de un iva facilita el andlisis después de La rtrepectioe foci lenin Creencias y jutcios soci ales apitulos 194 ee oa. Puede, si es respetado, con- nfundido” u “olvidadizg” Las anécdotas convincentes pueden parecer més informativas que la informacién bdsica. Al gual que sus lectores, los periodistas pue- den ser persuadidos mas por historias vivi- das de PES y otros fendmenos prlquicos, que por investigaciones desapasionadas Pueden sentirse més atraidos por la apa- rente “curacién” de alguien a través de una nueva terapia, que por la estadistica ne el porcentaje de éxito de ésta. Después un accidente aéreo, podrian describir “los atemorizantes peligros de los viajes aéreos modernos”, sin referirse a las actuales pruebas de seguridad bre mintiendo siderdrsele “con ). Los hechos pueden parecer correlacionados ‘cuando no lo estén. La sorprendente ocurren- cia conjunta de dos acontecimientos, diga- mos, tres atletas de un grupo minoritario con problemas de drogas, puede provocar que los reporteros infieran una relacién en- tre la raza y el consumo de enervantes, en ausencia de evidencias representativas. Jos hechos. El fallido intento dada Hecho, Stocking y Gross suponen que, tode I informacin que los reporters yl ito- 130 parte uno “Al crear estos problemas, no lo Ihicimos para engafiar a la gente, Todos nuestros problemas nos mienten ‘a nosotros también.” Amos Tversky (1985) “Las ideas en la mente humana son como ‘aguas profundas, pero Jos inteligentes las. —Proverbios 205. Pensamiento social 5 y el exceso de confianza; persuadidos nes preconcebidas y ; is eel pera Seo aciones y control incluso donde no existe nines tas vnos creencias sociales y después influimos en los demés para confi 7 rarato desnudo”, observé la novelista Madeleine L’ Engle, “es un ing in snudo", I irmary jamente impreciso” x 'UMENte traordinari Ps tan s6lo han sido trucos intelectuales, aplicad ag le », estos experimentos role aicipanics haciéndolos ver peor de lo que son? Richard Nish Ross (1980) sostienen que, si acaso, los proreaiontentce ee laboratorio sélo sop man nuestros poderes intuitivos. Por lo general, las ee as presentan personas, a tvidencias claras y les avisan que examinardn su capacidad de razonamienty, ‘veces, Ia vida nos dice: “he aqui un testimonio. Ahora pongase su mejor intelecy responda estas preguntas”: menudo, nuestros fracasos cotidianos carecen de consecuencias, aunque no sen pre es asi Las falsas impresiones, interpretaciones y creencias pueden tener graves cuelas. Incluso, los sesgos pequeftos pueden provocar profundos efectos soca cuando hacemos juicios sociales importantes: ¢por qué existen tantas personas sin hy gar?, zinfelices?, zhomicidas?, zmi amigo me ama a mio a mi dinero? Los sesgos noscitivos, incluso, pueden convertirse en pensamientos cientificos sofisticados, naturaleza humana apenas ha cambiado en los tres mil afios que han pasado des que el salmista del Viejo Testamento sefialé que “nadie puede ver sus propios errores’ A fin de que no sucumbamos a la conclusién cinica de que todas las creencias on absurdas, me apresuro a equilibrar la imagen. La psicologia social ha perdido laa. monia en su preocupacin por las debilidades humanas, segiin Joachim Kruegery David Funder (2003a, b), en su argumento en favor de “una perspectiva mas postva de la ee humana”. Los slesantes andlisis de las imperfecciones de nuestro pensar en si mismos, un tributo a la sabiduria (si alguien argumen paeriok humana es ilusoria, la aseveracién se fried ae ya am a también seria un espejismo; seria, Iégicam: i que" agin : meee ey equivalente a sostener que “todas Asf como las ciencias médicas asumen que cualquier 6 - que cualquier 6rgano del cuerpo sirve ate gna. abies los cientificos ue oie util oe ede : 5 aaah, yiciear lento y de comportamiento generalmente son adaptative y Ajzen, 1983; Swann, 1984). Las reglas de pensamiento que ape moore ace © increibles deficiencias en nuestra intencidn estadistice a Pea eliten aoe entemente, los errores son producto de los atajes m= npleja informacién que recibimos, Simon (1957), peiodlogp laureado con el Premio Nobel, esta entre losin" que escnbieron primero los Kimites de la razén humans. Si ¥ Incluso, diay 2048 creencias son como teins pen ciyiiandaes wnt Sikes © dice la psicdloga social Susan Fiske (1? c TeeNCIaS y juicios social, les claro. Por ejemplo, Swann y Ely encontr se erovetida era entevistada por alguien quc ogee U8 Peso see j6n del interrogador cambiab. Hatt 2 PC ontraste, 10s individuos que eran inseguros, cu ‘con la imagen que tenia el entrevistador. ; tenemos acerca de nosotros, también vet Steven Sherman (1980), encontré aio preicciones que hace de su propio comportamii eco? ee guien qu le €s] a, NO asi el cone se? ate fuera al c ‘Omportamiento del que mplieron con mayor Pueden autorrealizarse. En que la gente, a menudo, cum- lento. Cuando a varios residen- ion, Indiana, se les pidié que trabajaran como v te ‘oluntarios di una iniciativa de la American Cancer Society, slo 4 por ciento eal esha Pando se llamé a un grupo comparable de ese lugar y se les pidié que pr. ‘eon forma ae reaccionarian si recibieran una solicitud como ésa, casi le mited auxiliaria, eared y la mayoria de éstos realmente accedié a hacerlo cuando fue- © Cuando hacemos planes de la forma en que deseariamos actuar en ra Gtuacén, aumentan las posibilidades de que los realicemos jnoasiones, nuestras creencias toman ‘ns pmpia Por lo general, las que tene- tos acerca de los demas se basan en la realidad; pero algunos estudios sobre el sexqo del experimentador y las expectati- vs del profesor muestran que la idea ‘einea de que ciertas personas son ex- ‘nordinariamente capaces (0 incapaces), res den un trato especial a esos indivi- duos. Esto puede provocar un desempe- fio superior (0 inferior) y, por lo tanto, aparentar que confirman un supuesto que, en realidad, es falso. De manera si- milar, en la vida cotidiana a menudo obtenemos una confirmacién del compor- tamiento de lo que esperamos. ‘puede hacer que maestros e investigado- Conclusiones algunas de las razones por las que las personas, °F cocasiones, lle- ue puede ser falso. No podemos desecha . Jc la psicologia soci idad en la literatura, la filosofiay ® ir Estudios sobre la cognicién social revelan que nuestros poderes infmacign son impresionantes por su eficiencia y adaptabilidad (” moundis!” exclamé el Hamlet de Shakespeare), aunque vulnerables a errores Chis jucioserréneos (“cerebro Hleno de paja”, dijo T. S. Eliot). «Que lecciones Prt yqué conocimientos sobre la naturaleza I ‘estigeciin? de procesamiento de n apariencia, co- prede- tumana podemos obtener de esta in- restos experimentos: la mayo- menudo, estudiantes de universidades fos predecibles ocurrieron, incluso, a pensar. Como conelu- difiere de las jtiva reflejan la resefia jal cognoscitiva rr Muchos las sorprend capitulo 3 Resumen 129 Entre mas 6! la teats, como si fuera realmente muy agradable, Lotty se config mas y se mente mu volvid re grata, y entre mas afectado se vio él por esto, mas agradable se volvid, y asi continuaron una y otra vez, no en un cireulo sumamente virtuoso, Elizabeth von Arnim, hated Apel 190 Confirmacisn del ‘comportamiento, Cuando {os fandticos ingteses de futbol soccer llegaron a Francia para la Copa del Mundo de 1998, se creia que actuarian de acuerdo ‘on su reputacion de hooligans agresiovs. Los jdivenes y ta policia esperando ia conducta criminal, constantemente s¢ mostraron hostiles ‘hacia los ingleses, quienes se desquitan confirmando ast ta expectativa (Klein y Snyder, 2003). ase en un cuestionario biograf si (con bi a » siente o no atraida por él (cor ico). (Im, i Stain alguien que va.a conocer manifesté un gran interés por 8" Fe eet con usted, o que no expreso ningtin agrado). ET resultado fye una eet a s solicitantes que supuestamente sentian macién del comportamiento: las solicitantes q P lente sentian atrae teo (y sin estar conscientes de hacerlo). Este proces oxual, segtin Ridge y Reber. Si la conducta de de un hombre, entonces es prob: exhibieron mayor coq} s raices del acoso se ser una de la : una} jer parece confirmar las creenci able que 4 any asta que se vuelvan lo suficientemente abiertas para que 1 sus proposiciones ha teondecre interprete como inapropiadas u hostigadoras recond bidn influyen en el comportamiento de los nifios, Las expectativas tam Despug alones de clase, Richard Miller y sus Je forma repetid bia mucha basura en tres observar que h gas (1975) pidieron al profesor y a otras personas qu fa, les ind ran a uno de los grupos que debian ser limpios y ordenados. Esta persuasién proy, que se incrementara la cantidad de desechos depositados en los cestos, de 15445) ciento, pero solo de manera temporal, Otro grupo, que también habia colocado s 15 por ciento de los desperdicios en los basureros, recibié felicitaciones, de manera petidla, por ser tan limpio y ordenado, Después de ocho dias de escuchar esto, eine so dos semanas después, se reconocfa a estos nifos que cumplian la expectativa poner mas de 80 por ciento de la basura e jadores y amables (en lugar de flojos y groseros), y corroborardn sus etiquetas, Estos experimentos nos ayudan a comprender la manera en que las creencias sot les, asi como los estereotipos sobre las personas con discapacidades o que pertenec a una raza o sexo en particular, pueden autoconfirmarse. Nosotros ayudamos a cx truir nuestras propias realidades sociales, La manera en que los otros nos tratan re ja la forma en que nosotros y los demas se relacionan con ellos. Como sucede con cualquier fenémeno social, la tendencia a confirmar las expt tativas de los demés tiene sus limites. Estas, a menudo, predicen el comportamie to, simplemente porque son precisas (Jussim, 1993). Ademds, la gente ala quese advierte acerca de las esperanzas de alguien mas, puede trabajar para doblegat (Hilton y Darley, 1985; Swann, 1987). Si Chuck sabe que Jane piensa que es un ind viduo distraido, él puede luchar para desmentir su impresién. Si Jane sabe Chuck espera que se comporte de forma reservada, ella puede refutar activamen su expectativa. William Swann y Robin Ely (1984) reportan otra condicién bajo la que es Poe? P* bable que confirmemos las expectativas de los demas: cuando éstas chocan con su lugar. Diga a los infantes que son tal do los interrogadores con miras di 4 los sospechosos) (Kassin y oye SiN Y otros, Ipabitid, 2003; Res? no ©, agradables cn » Cesmintiendo asi ni mas comtin en algunos estudios sobre interaccige grado obtenemos lo que esperamos (Olson a la hostilidal casi siempre engendra wehsen lane ‘como poco cooperadores, con facilidad los induce © aiski, 1970). Cuando una de las Partes percibe al otro co- ativo, lo induce a manifestar estos comportamientos en ilo vicioso que se perpettia. Si yo espero que mi 1 y amorosa, esto puede afectar la forma chGoe sia a confirmar mi creencia. 'intimas prosperan cuando los miembros de la pareja se zan las ilusiones positivas acerca de las virtudes del al crear expectativas que no pueden cumplirse, y que parejas de Ia Universidad de Waterloo estu- colegas (1996, 2000), los deseos positives de ambos 0. La idealizacién ayudaba a reducir el conflicto, a au- tir las ranas autopercibidas en principes 0 princesas. eso nos ayuda a convertirnos mas en la perso- 126 parte uno Pensamiento social figura 3-8 Profecias autorrealizadas. Las expectativas del profesor pueden convertirse en profecias autorrealizadas. Para juzgar la eatides y el ‘entusiasmo general de un maestro 0 profesor, también es necesaria una pequeiia porcién de comportamiento, es deci, unos cuantos segundos (Ambady y Rosenthal, 1992, 1993) 40 que confirma En un estudio, Elisha Babad, Frank Bernieri y Rosenthal (1991) filmaron a profes res hablando acerca de estudiantes ausentes, sobre quienes tenian altas o baja es: ranzas. Una seleccién aleatoria de la cinta, con una duracién de 10 segundos de lan, © del rostro, fue suficiente para indicar a los observadores —tanto nifios como adul tos—si se trataba de un alumno bueno o malo, y qué tanto le agradaba a su maesty (ley6 bien: 10 segundos). A pesar de que éstos crean que pueden disimular sus sent. mientos, los educandos son sumamente sensibles a sus expresiones faciales y mov: mientos corporales (figura 3-8). Alleer los experimentos sobre la confianza del profesor, me pregunto acerca del efecto de la de los estudiantes sobre aquéllos. Sin duda, usted ha iniciado muchos de sus cursos habiendo escuchado que “el profesor Smith es interesante” y que “d maestro Jones es muy aburrido”. Robert Feldman y Thomas Prohaska (1979; Felt man y Theiss, 1982) descubrieron que este tipo de expectativas pueden afecta educador y al educando, En un experimento de aprendizaje, un grupo de alumnos que esperaba que su mentor fuera excelente, lo percibieron (é1 no estaba consciené de sus expectativas) mas competente e interesante que otro conjunto de estudiants con poca confianza. Ademés, de hecho, aprendieron mas. En un experimento de guimiento, Feldman y Prohaska filmaron a varios maestros y pidieron a un grupo observadores que calificaran su desempefio. Cuando se veia a un estudiante 4 transmitfa expectativas positivas de manera no verbal sobre alguin profesor, &!@ ™ sultaba mas capaz. Para saber si estos efectos también ocurren en salones de clases reales, un eq¥iP? de investigacién conducido por David Jamieson (1987), ‘experiments con cuatro ie pos de la preparatoria Ontario, a quienes les habian asignado recientemente 7 maestro. Durante las entrevistas individuales, en dos ‘grupos les dijeron a los alu os que otros estudiantes y el equipo de investigacién habian otorgado calificadon> muy altas al educador. Comparadlos con las clases de control, los jévenes 12 °C, ron expectativas positivas pusieron mayor atencién durante la clase. AI fina! unidad de ensenanza, también obtuvieron mejores calificaciones ¥ consideraro ‘el maestro era mas claro en su ensefianza, Al parecer, las actitudes que ¢! 8%UP° Ng hacia aquél, son tan importantes como las actitudes que el educador tiene hae alumnos. OBTENER DE LOS DEMAS LO QUE ESPERAMOS Entonces, las expectativas de los experimentadores y los profesores, aundue mente son evaluaciones razonablemente ning enocasiones se converte

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