Artículo Marcel Proust, Explorador de La Psique DR. PEREZ RINCON PDF

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ISSN-2001/310 PSIQUIATRIA Organo Oficial de Difusién de la Asociacién Psiquidtrica Mexicana, A.C. CONTENIDO ‘MENSAIEDELOSEDITORES, i: aaa ortega Soto, Marta Del Carmen Lara Muro, Jorge Caraveo Anduaga MARCEL PROUST, EXPLORADOR DE LAPSIQUE. nnn a 3 Héctor Pérea-Rincén Garcia BIDETICAY PSIQUIATRIAEN MEXICO, ELAPOYO JURIDICO NACIONAT- AS "YPROYECCION DEL DERECHO INTERNACIONAL ‘Manwel Isaias Lopes Gémez APROPOSITO DELASEXUALIDAD FEMENINA. : a 2 Patricia Rodrigues Saravia ‘ANALISIS OBSERVACIONALDELACONSTELACION ADICIO-TERAPEUTICA. ie 26 Mario Souza y Machorro PISTEME Y CUERPO EN LA POSMODERNIDAD. i aa 35 eee Benedicto Zamora Saenz, Luis Xavier Sandoval Garcia, Francisco Javier Gutiérrez Sanchez TISCALAS DIAGNOSTICASPARA TDAH ENADULTOS UNA PROPUESTA : 39 Sergio Trejo Flores-Caso CASO DEDISCUSION CLINICA. UN CASO \CLINICODETRASTORNO OBSESIVO COMPULSIVO. Az Martha Patricia Ontiveros Uribe, Enrique Chives Leén, Mariel Tapia ertaedes Mayo-Agosto, 2005 Epoca2 Vol. 21 No.2 Ch? MARCEL PROUST, EXPLORADOR DE LA SIQUE® RESUMEN Marcel Proust (1871-1922), autor de una serie de novelas que en onjunto recbenelnombre de En Busca del Tempo Pera, omina {historia dela literatura francesa de! siglo XX [«Lafelcad que su héroe ~el Narrador-ha buscado vanaments on a vida mundana, famor [a confemplacion delas obras de arte, la dascubre en el poder ‘de evooacién de la memoria instintva que reine ¢l pasado y el presente enuna misma sensacion enconrata (a pequenia maga: mraremojada en alt hace revi, pore recuerdo de un sabor olvida- to, toda suinfncl); vive asfunacontecimient aoe aspcto de a ttemidad, quo es también cl de arte y ol de la creacion Iterarta, Larousse]. Proust puede sertambién consderado unoriginal explrador de a frente y la conducta humanas. Su obra, pra algunos creas solo ‘comparable con La Divina Commedia, es una refexon sobre a str bery elconacimianto, Sin abandonartalteratura ganeraa parr de ‘ola una verdadera epistemilogla, Proustfuehijy hermano demé- ficos, estuvo en contacto con a madicina de su emp, su obra std lena de simles y metaforas tomados da elay se elaboré de manera completamente independiente y autonoma do las doctinas psicoanalicas freugianas que habian de desempefa, posterior Tnente, una in uencia notable en la literatura, Sus observaciones sobre fa vida inconsciente, el amor, a sowallda, as leyes genera jes que rigen la creacion; su inscripcion dentro de la osafla bergsoniana de la memoria etiempo, su descripcon clisica de a diferencia env el iempo subjetivoy el tiempo histéricn, sus apart ‘ones alafenomenologla dela memoria y del ovdo, crren para fas a sus descripciones clinicas sobre la funcign hipica y a activ dad orca Sus experiencias como paclente neurdpat y asmaticoy fs desmesurado complejo edico, fueron Incorporados ala obra con gran fnurapsicopatoogica. Lalectura de esa ora df, «Un sistema completo de lectura del mundo» (Barthes), deberia ser una ascesis obigatoria para quienes estan ala ascucha de la mente en todos sus estado. SUMMARY Marcel Proust(1871-1922), author of series of novels gathored und the name of n search of fost Time, masters the history of the twentieth century's literature («The happiness vainly sought by its hero the Narrator in worly if, love, conternpaton of artmaster pieces, 1s found in his evocation of instinctive memory which {sembles past and present in one same recovered sensation (¢ litle madeleine steeped in a cup of tea makes tim rele al his childhood by bringing back the memory ofa forgotten flavour; he thus lives anaventfrom the view of eterity which ste sare for art and iterary creation», Larousse] Proust may also be considered an original explorer ofthe mind ‘and human behaviout His work, according to some eric Is only Comparable tothe Divina Commedia; it's 2 reflection on knowing fand knowledge, Without abandoning erature, ne generates fom it itueepistemology. Proust wasthe son of aprysioin and hsbrotter was. surgeon, therefore he had close contact wth his day's medical practice, His workis ful of simies and motaphor faken from med. tine and twas created in a totaly independent and autonomous way rotatal linked to thatof Freud's doctrines on psychoanalysis, which fater would have a relevant influence in erature. His observations conuncanscious if, ove, sexalty, the general laws tatu creation; fis inscription within the bergsonian philosophy of memory and te, his classic description ofthe differences between subjective and historical time; his cont‘butions tothe phenomenology of memory ‘and oblvion, run parla! ths cirical desorption ofthe step function and the dream activity His experiences as a neuropath and asthmatic patent and his excessive Oedipus complex were incorporated to his ‘work witha great psychopathologic finesse “The eading ofthis dificult work «A complete systam of reading the world» (Barthes), should be an obligatory ascetic discipline for ‘those who are listening tothe mind in al of ts conditions. in la entrada dedicada a la vor cDeseo» de la enciclopedia eeaniana L ‘apport frewdien, Monique David-Ménar escribe lo siguiente “El canpo del deseo por et cucl se define la subjetividad hie ‘nana en su contigdidad con el orden bioldgico de las necesi- Medes y de la reproducein, y en su anexidn necesaria al len- fag, hace que ol hombre demande el absoluto del amor y jhace parecer todo objeto otorgado como posiblemente perdi do, lo que explica que se pueda exponer lo que es el deseo ya Sea por wna teoria de las formaciones del inconscient, ya sea >porana lectura comentada de Bn busca del Tempo peri de Proust» PSIQUIATRIA, VOD. 21 No, 2 Mayo-Agosto 2005 sta sorprendente confesion tiene cl valor de sefialar tent tn independencia de ambos caminos como la cquivaleneia de ‘mos todos para la comprensién de as complejidades dela psique. Nada ten esto de ex zafo, pcs la serie de novelas que reeben en conjunto el nombre de Zn busca del Tiempo perdido ‘ela empresa literatia més aribiciosa mas intligente y mAs cla- porada jamis lograda. Para el critico alemén Harald Weintich, alo la Diving Commedia puede compararse con ella? [de modo que Proust seria, como Dante, e1 Gedachnismann, «| hombre {dela memoriar] La profundidad psicoldgica de los personajes {que habitan ese universo fctcio hizo pensar a Lancelot Whyte, itor de El inconsciente antes de Freud, que Marcel Proust acontreba entre los «muchos escrtores contemporsineosn que fpablan aplicado las ideas de Freud a a literatura’, No obstante, ta total independencia de Proust respecto de las teorias de su coctirieo vients es ahora un hecho perfectamente aceptado por fos mumerosos especialislas de esa produccién literaia moma mental ala que Cocteau liam justamente fa obra catedral, En fra seccién de Lapport freudien, Robert Silhol establece Ia carta aproximativa de una incidencia posible del psicoanilisis Sobre algunos de los mis influyentes novelistas del siglo XX, fas meacionar una «comunidad de vistas» que existié entre el descubrimientofreuciano y la produccién literariaen el cambio del siglo XIX al XX. Prout, Joyce, Musil y Kafka, ademis de Nietzche,serianalgunosautores cuya creacién participé en esa rapturaepstémica sin que exstera en ella una influencia dites- {a de Freud’, En muchos casos fueron sus precursores, y las tnenciones al inconsefente en Proust deben entenderse como luna preocupacidn que era lade la época. En el mismo sentido, Claude Rabant sefiala en ese volumen que entre los aparatos Spticos que estaban de moda en ese cambio de siglo y que SIrvieron de modelo al eaparato psiquico» de Freud, se sitia tino, mis complejo, que aparece en las primeras paginas de Em busca del Tempo perdido, donde «Proust muestra, con el recuerdo de infancia le una linterna Indgico, lo que puede ser un aparato que tte juntos, por una ‘peractintéenica mtnima, a percepeién de un espacio exte- tion lapalabra y el discurso de oto, la ensoftacicn o la imagi- hracién que consttuyen el lempo psiquico, y finalmente la es- critura que los capta Tos transcribe?’ ‘Este otro aparato, ala vez upsiquico» yliterrio, nos condu- ce al consejo que hace un siglo daba asus alurmos el lienste francés Emest Dupré: «.Quertis saber psicologia?: leed a los novelists y a los poeias. El consejo sigue siendo valida y mucho ganavian los especalstas de la mente en acceder a ese Saber (itil doxa) que brinda sobre fos diferentes aspectos de [a ‘Naturaleza Humana toda creaci6n artstca auténtica. Enel caso dle Marcel Proust, sin embargo, cl interés va mas all, pues Ia obra cumbre de la novelistica es adems, como se ha ido preci- Sado en los éltimos afos cada vez de manera mis clara, una ‘empresa verdaderamentecientfica, precursora en muchos as pectos, de gran agudeza psicopatolégica, que merece una relectura desde ls puntos de vista clinic fisiologico, etoldgico. “Aldecit e Michel Pierssens, existe incluso una verdadera cepis- ‘emologla proustiana, una manera que lees propia, original y éctor Péeez-Rineén profunda, de reflexionar sobre el saber y l conocimient, sin tejarlaliteraturan®. Ya es tiempo de que la Psiquatria la deseu- bra ylautiice, i Literatura y ciencia, quiérase ono, hanmuttide”.- desde sya bicentenavio origen. En los albores del siglo XXL convient recordar que en su Discurso de ingreso # la Academia Frances, en 1960, Jean Delay, newropsiquiatra y hombre de letras (jl in- troductor de la clorpromazina!), habia seialado: «La psiguiatria no sélo es uncamino ala literatura; es a itratura mismiy?*. En tanto que el profesor Romolo Rossi, de Génova (aquel joven psiquiatra que escaté a Ezra Pound de a jaula de madera donde Io tabian encerrado los soldados norteameticanos tas el des cembarco sliado en Italia al final de fa 1 Guerra Mundial), est SRiveneido de que «A la Recherche du Temps Perdu es el més grande tratado de psiquistria jamais escriton*, No podria ser de btro modo si Marcel Proust es, en palabras de Roland Barthes, tun sistema completo de lectura del mundo. Eso quiere decir {que siadmitinos ese sistema aunque sélo sea un poco, augue ‘nds na sea porque nos seduce, no hay en nuestra vida cotidia- sna ningin incidente, encuentro, rasgo, siuacién que no tenga su referencia en Proust: Proust puede ser mii memoria, mi ck ura, mi lenguaje; en todo instante puedo recordar a Proust ‘como la abuela del narrador Io hacla con madame de Sevigné Elplacer de leer a Proust 0 mds bien de releero- es entonces menos lo sagrado y elrespeto, como waa consulta iblfca: es el tncuentro de una actualided y de lo que realmente hay que Tamar en el sentido completo del término, una sabiduria: un saber de ta «vida» y su lenguaje>". El escritor colombiano Alvaro Matis dice, por su lado, que «se entra en Proust como se entra en religidn," frase que nada tiene de exagerada si vemos que varias universidades europeas ¥y norteamericanas tienen departamentos especializados en el ieina, que cuatro revistes estin dedicadas a difundir los esta- dios mis elaborados y eruditos de los investigadores que anali- ‘ain, en seminarios y congresos, la estructure lingilistica de ese hipertexto, las diferentes versiones manuseritas y mecanogra- Fiadas, corregidas hasta la desesperacidn por el autor, que alber- a i Biblioteca Nacional en Pati o las que aparecen pertddica- ‘nente, las metéforss, los ncologismos y Tos hépax jos modelos posibles de las anéedatas y de I identidad, carctery tayecto- Fia de cada uno de los personajes que tecorren las siete novelas. No son pocos los investigadores que compulsan los 21 tomos de la Correspondencia de Proust pata descubrir en esa prolija arqueologia biogrifia la relaciones ocultes con los hechos y suvesos dela vida paralela de la obra, pues ésta es la elabora- tin lteravia dele vivencias del ator. Su plena contemporanei- Gad se sustenta en la mitiada de articulo, libros, filmes, confe- fencias, que le son dedicados en todo el mundo y en todas las Tenguas. Destacan en especial las eportaciones brilantes de ta soucl japonesa que hebiendo descubierto en las itimas dos Stecadas a riqueza dela cultura frances, se ha propuesto este dia con detallismo oriental, tanto la obra de Marcel Proustcomo tpensamiento psiqustrico de Henri By. vin busca del Tiempo perdido es una obra dificil, de frases complicadas que se bifurcan a cada momento y exean una proft- MARCEL PROUST, EXPLORADOR DE LA PSIQUE sin de oraciones sbordnads, lo que obliga fecuestemente si for aumesficrzo de cnseatracién ya retrocederparafos ai efos para descubrita qué fase correspond el prodicado que Setece mas ineas despu, Es el relatoanatico de una eka, una deveipeion deeb el afaire Drefisy e Gran saa del 4-18 modificarona a sociedad francesa, U5 peje ore fe cast las costubyes de la gran burguesi, pero tam ciety sobre todo, un tratado deetologia mana. Recorerlo ge cecal diseilin por parte de ctr tanto mas dif cao que Ios medios de comnnicaién han ereado usa menta- fujed universal de imigenes visales fugaces y fases broves Mperas, inconexas, asi vacias, Leora Proust deberia se na cs obligatoria para quienes deben estar ala escucha dela gnenfe en fodos sus estados ‘He aga! mo lo define el nimero especial que el Magazine Linerairele dedicd en el sio 2000: ai tiempo proustiano es eterno. Encuentra sus cimientos en spfin desig atormentado por mudanas decadentes) este- | aed porel affaice Dreyfus, yt prefigura, por su complel- | dad yo carte fragment, coe rposmodemno. Que s da hoy end cirtlar dentro dela Recherche come dentro | aie hipertexto representa e imo avatar de una obre TE carlcter de explorador de la psique de muesto autor = eaiabloce enfonces por varios eaminos: por su condicién de prciene, como ereador de una obra que gener wn universo paralelo dent del que te despliegs una reflexién sobre I vida, rate elpapel de lacreacién po el anisis de losrmecanismos {je la acm posible y la bisqueda de leyes generals semen se ae que gen la investigacin cientifea; por su teoria del veico Yoo: diferente del que el autor exhibe en a vidadiaria en sas viofos por tu recurso fecuente a similes y deseripeiones snédicos, porsu indudable conocimiento dels teorias médicas Y psiquidtces desu temp, y por suinscripcion dentro de Te ‘pbeotia bergsoniana de ia memoria y el tempo (Peul Ricoeur eoribe que En busca del Tempo perio {J mis que ningun Sn obra, se cleva eomo el momumento literario simtrico de Matera Memoria). Adeis de su deseipeionclsica de 1s diferencia ete el tempo sbjetivo yel‘iempo historic, y desu Sportacina lo fenomenologia de 1a rememaracién sibs € speotentara de una atmésfera emocional completa partirde a peveepeiéndeunestimulo que pone ex contacto dos momentos ects, Proust offece una mirada original sobre los ofros grandes temas de su obre: por ut lado, el amor bajo todas sus | fomas, con sus peculiaridades y peligros, y por la otra, Ia fun- Cidn npn a etvidn ont, 10 estado hipnagssios ¢ tipnoppios la estrcturacion yl disolucin de a concien- cia, yelefeto que los flrmacos tienen sobre el proceso, “Tras une javentud despreocupada y ligea, wn es hijo de familia ecomodada, con rasgos de arivist,cuya ambicin ‘mayor parefaeonsistren ser aceptadoy reeibido pore erst ‘ravi, que eseribiaarticulos superficiales yalmibarados en Le PSIQUIATRIA VOL. 21 No, 2 Mayo-Agosto 2005 Figaro (e\ diario de Ia gran burguesia hasta nuestros des) y ue dndaba entre ser m eserifor oun ilbsofo, se tansmutaal legar sila madurezy tra Ia sucesiva muerte de su padres en un cruel y profundo cronista del alma humana y convierte, como un Sutométogo, alos miembros del Jockey Club, encbjetos de ans- sis experimentacin!®*. La aguda percepci6n del finitud det Ser, so formacion bergsoniana y sus modelos literarios hacen Gque la bisqeda a la que se ontrega para itenfar recuperar un ‘Tiempa perdido se tealice por medio de ls dos acepciones del téemino: es decir el tiempo que se ha ido sdlo podemos revivillo porn esfisrz dea faneién mnémica del empo que prdinos por lt esiosidad ola banalidad, solo podremos edimimos por tmedio de un denodado trabajo ulterior a reciente traduccién al chino de esta obra ha debido tilase: wl reewergo de los aos pasados como cl agua su ttidan. Los primeros vollmenes de esa catedral de papel son la tulminacién del género que inicié Petronius Arbiter con las aven~ furas de unos jévenes hurapen bajo el reinado de Nerén, ycon- dducen al volumen final: «El tiempo recabradon que es un tratado filosdfico sobre la memoria, la percepoidn el tiempo, el ate yla ceatividad - "Ahora bien si el noveista no ley6 a Freud fue, en cambio, ‘uno de losejemplos més logradas de complejo cpico que pue- ddeencontars en la histori dela literatura. De haberto efdo 0 onocido,e| padre del psicosndliss Io habia citado com caso péniina, Todos los citicesy bidgrafos sean tanto ona vida {et autor como en la trayectoria paralela del nasrador de est Sovelasrio, el leitmotiy de suamorexclusvo, itenso asfixiane, facia la mace. De esa condicin excesiva se ha querido der var su fagilidad psiquce y somatiea, su patologiaasinética, su raliada sensibilidad, la agudeza de su memoria, su obsesividad for el deta, su homosexualidad egodistoniea, sus conducts Mofensivas que oscilaban entre el ridiculo y Ia orgenizecion pscdtiea,y hasta el sacrificio dela segunda mitad desu propia ida en ara de la construccin, en licha cuerpo # cuerpo con la iuerte, de una obra cict6pea, ao largo de interminables noches, limentado apenas para sobrevivr, clausurado en tna habite- ‘ion cerrada a pied y Todo, en medio de vaporizacionesy cata- plasma yeLusoa veces inmoderado de burbiirios para poder Tograr alin reposo en medio de un desaste eronobiolégico ‘que fue ala larga tan fructifero para a Literatura “ras la muerte desu madre, scribe: ‘Se divia que wna parte de mi pecko habia sido seccionada orton anatonista hab extraida, reemplazada por una par- re igual de sufrimient inmeaterial, por um equivalent de nos- talgiay de amor. Ya pesar de lo bien hecho de fos puntos de satura, se vive bastante desconsoladamente cuando 1a afo- rranza de un ser ha susttuio a las visceras». (A Lombre des jeunes filles en fleur) ‘su caja trtieica ya no era el espacio de un drgano y de un aneidn, sino que, a consecuencia de una imposible autonomia, se habia vuelto ~en palabras de Julia Kristeva «ana caverna senso- ‘lena que a enrescan, amorosos empedemidos, madrechijo>”. 5 —$_$$— PSIQUIATRIA VOL. 21 No, 2 Mayo-Agosto 2005 ‘Talcondici6n genera una peculiar vivencia del cuerpo: Bn el primer volumen de Le &té ce Guermantes desiza Proust esta frase somprendente: cds en la enfermedad en dende nos damos cuenta de que no vivimos solos, sino encadeii.dos a un ser de un reino diferente del que nos separan abismes, que no nos conoce yes imposible que ns comprenda: nuestro Cuerpo% ‘Mas tarde, al final de su empresa, habia de concluir que: qoner wn cuerpo, es la gran amenaza para el espiritus. (Le Temps Retrowvé) ‘Supatologia asmiticn ha conducido a un dstingvido alergélogo, Francais Bernard Mickél, a especular sobre la identidad de la memoria inmunol6gica yla memoria afectiva, La primer, «res- Ponsable del ann, le repite de impovio la prueba de la agresi- Fidad del mundo exteriot, y despierta pues sin cesar una herida, Ja de lauptusa entre esteroundoy él, La memoria afectiva, por el ‘contrario, le procura un universo poseido, dominado, milagro- Samente reereado bajo una forma inofensiva y luminosa». "A este respecto conviene recordar la siguiente anécdota que eLhermanode Marcel, el ciujano Robert Proust, conté en 1934.4 dds internos del hospital Laénnec, el ya mencionado Jean Delay Jel despues hematSlogo Jean Berard, quien la sete {Marcel Proust sufria de un asma grave provocada por los segetales, los drbotes, las flores, las plantas. Cuando debié Ttbandonar el Boulevard Haussmann, su hermano Robert bus ‘26-en todo Paris una calle sin vegetales, una calle alejada de todo dbo, de toda planta. La rue Hamelin, en Pass, bastante ‘gris, baste triste, respondia a esa detncién. La eligieron y Marcel Proust legs a habitarla. Pero a partir de ta primera noche, sobvevino wna violenta y peligrosa crisis de asina que puso suvida en peligro. El papel tpiz que cubria los muros de la habitacién representaba rosas)™. Bm su asma un proceso tan «psicasomtico»? Era predo- rminante en esa afeccién el aspecto nervioso, como se decin ‘entonces? Bl sabia bien que «los nerviosos son la sal del run don, yen Le cété de Guermantes el doctor DuBoulbon dice byela del narrador: ‘Toda aguello que conocemos de grande proviene de fs ner Viosos. Son ellos y no otros quienes har fundado las religiones ‘y compuesto las obras de are. El mundo munca sabré todo la Jue les debe y, sobre todo, lo que ellos han sufido para darse~ fo. Apreciamos la fina musica, os bells cuadros, mil delica- ddezas, pero no sabemos lo que ellas han costado a quienes las inventaron, de insomnios, de lant, de risas espasmédicas, de tuticaras, de asmas, de epilepsias, de wna angustia de mori que es peor que todo eso. [..] El nerviosismo es wx simulador de genio. No hay enfermedad que no imite de maravilla. Init, hhasta crear confusién, la dilaacién de los dispépticos, las nduseas del embarazo, la arvitmia del cardiaco, la fiebre del tuberculoso. Capaz de engaiar al médico cedmo no engaiia- real enfermo? [..] Sin enfermedad nerviosa no hay gran ar- ietor Pérez-Rincdn tista, més aun, agregs levantando gravemente el indice, no hay gran sabio. Agregaria que, sin que esté afectad él mismo por enfermedad nerviasa, no hay, no me haga decir buenos ‘médicos, sino solamente médicos correctos de las enfarmeda- des nerviosas. En la patologia nerviosa, un médico que no dice demasiades tontertas es un enfermo a mitad curado, como tun erltico es un poeta que ya no hace versos, y un policia un ladrén que ya no ejerce». (Le e618 de Guermantes) ‘Uno de los especialistas mis connotados de le obra proustians el profesor Jean Milly, ha resumido de este modo Ja patologt paralela del autor y el nstrador: Xda enfermedad, tanto fisica como neurasténica, fade los de- ids 0 la suya, acompaiid al héroe desde el principio hasta el final de la novela, Al describirta, Proust evita la morbilidad: Siempre la coloca a distancia, ya sea por la ironia, por la ransformacién espectacular, o por el juego de las metiforas y dela alegoria, O bien ta integra dentro de wna reflexion sobre ta vida y la muerte donde se diluye en sus ciclos sin fn. No Jpudiondo evacuarta ni disimularla, le aplica todo sw talento fiterario y la transforma en objeto de arte como toda cosaen st obra. A pesar de la deficiencia de su propia salud y de su iprofundo pesimisino sobre el mundo médico, ogra trascender tf sufrimiento por las formas nuevas que le da al representar- low DDarente macho tempo, la condicién edipica de Proust y 12 deseripeién alo largo de su obra del «mayor suftimiento» posi ble para él y para el narrador, su otro Yo especulr: cesta lejos desu madiep, hizo que ls especilistas dieran poce importan- cia la presencia del padre, No obstante, los elementos médicos fn la obra son constants y recientemente se han analizado en ‘etale, Esto ha contibuido a una revaloracién de! personaje del doctor Adrien Proust®. Asien 2003, Daniel Panzac publi ua {nvestigacién sobre la actividad médica y diplomsticn del proge- nitor del novelista: «El doctor Adtien Proust, padre poco cone- ido, precursor olvidado>",yel nimero 4 del Boletn anal de fa Sociedad de Amigos de Marcel Proust, de 2004, le dedica ‘catudios bien documentados ®, Adrien Proust fue en su tem po un médico renombrado, inspector de los servicio de higie- fe, cteador de los cordones sanitatios y de cuarentena que de- bien poner a Europa al abriga de las grandes epidemias, obtuvo pesos oficiales importantes en esta rea que Io Tlevaron a mile tiles y frecuentes congresos inermacionales que fueron dter- ninantes para laepidemniologia,y # realizar visitas oficiales de dnspecciny de exablecimiento de medias preventiasen Russ, ‘Tanguay Petia, Visit la India y esribi un Tratado sobre la peste que brinds a parte documenta a Ia novela del mismo vale ge Albert Camis, Escribi6 once obras, varios prefacios, 303 artical que aparecieron en70 revistas. Algunos libros fue- yon wa higiene del obeso» y «La higiene del neurastnico», Gqecseibiéencolaboraién con el piguiat Gilbert Beet, ‘Pore lado, elhermano menor del novelist, Robert, sigoié [MARCEL PROUST, EXPLORADOR DE LA PSIQUE Ja profesién paterna y fue un distinguido cirujano especialista enurologiay enfermedades dela mujer. a publicacién en 2004 de ln biogrfia que Evelyne Bloch-Dano dedicé a «Madame Prousb» (Jeanne Weil) ba permtido unit las piezas del rompece- bezas familiar de los Proust y dnscubrir, por ejemplo, que el pa adie y Robert formaron un grupo dedicado @ la medicina, los viajes y el deporte, en tanto que Madame y su pequeio Marcel (epara ella &l siempre tavo cuatro afios») se refugiaban en la Tectura, las visitas ala familia materna y las caras ctidianas que sostenfan esa relacién asfixiante®, Robert cuidé de los titimos alos de su dificil hermano, lamé a Babinski junto a su lecho de ‘moribundo y se ocup6 de poner orden en el acéano de notes, papeles, legajos, cuadernos y versiones meccnografiadas no rovisadas que dejé Marcel, cone fin de poder sacar a la lz los Ullimos volimenes de En busca del Tiemio perdido. Hay quien dice que metié mano. Otros opinan que metié el pie. ‘AL inieiar la construccién de su univers fctcio, Proust es- cribié a la condesa de Noailles: scribiré una obra sobre los médicos». Ese hebria de ser uno de los temas capitales de Ia catedral de papel. En ocasiones demasiado critica y mordaz, tras veces mis benévolo, sus opiniones hablan de un trato estrecho con a medicina sxCuando se es hijo de médico, se acaba por llegarto a ser uno inismo, a fuerza de no vivir mas que de e30.. es por esto gue YO se muy bien lo que es bueno para mi y lo que no lo es, créame», dois ese pasiente nada obediente a las prescripefones que le daban sus médicos tratantes. He aqui algunos pocos ejemplos de esa presencia médica en la obra: ‘Siendo Ta medicina un conpendio de los errres sucesivos » contradictorios de los médicos, lamando en auzilio de uno a los mejores de entre ellos se iene como gran oportunidad nt- plorar una verdad que serd reconocida como falta algunos aiios mis tarde. De manera que creer en ta medicina seria ta suprema lecura sino fuera porque no creer en ella seria una ands grande, porque de este amontonaniento deerrores se han extraido ata larga algunas verdades» (Le C6té de Guermantes 1) Usted tiene lo que he descrto bajo el nombre de albiimina ‘mental. Totos hemos tenido, en el curso de una indisposicién, nuestra pequeiia crisis de albiimina que nuestro médico se ha esmerado en hacer durable al sefaldrnasla por wna afeccién que los méticos curan con medicamentos (se asegura, por fo ‘menos, que esto ha ocurrido alguna vez), producen diez en sufetos sanos inoculindoles este agente patégeno, mas viru- Tento mil veces que todos los microblos: la idea de que uno est enfermno». (Le Cité de Guermantes 1) (ldea que seria retomada afios después por Jules Romains en su obta de teaxo Knok o ef triunfo de ta medicina: «an hombre sano es un enfermo que se ignor®»). PSIQUIATRIA VOL. 21 No. 2 Mayo-Agosto 2005 «La medicina, a falta de curar, se ocupa de cambiar el sentido de los verbos y de los pronombres», (Sodome et Gomorrhe 11) La naturaleza no puede ser eapaz mas que de dar enfermeda- des bastante cortas. Pero la medicina se ha anexado el arte de prolongarlas. Los remedios, la remisién que procuran, el ma- Testar que su interrupeién hace renacer, componen un simula- ‘oro de enfermedad que Ia costumbre del paciente termina por estabilizar, por estilizar, al igual que los nifios tosen regular- mente por accesos, mucho tiempo después de que se han cura~ do de la tos ferina, Después los remedios actian menos,-se les ‘aumenta, ya no hacen ningiin bien, pero han comenzado a hacer mal gracias a esta indisposicién durable. La naturaleza no les habria ofrecido una duracién tan larga. Bs una gran ‘maravilla que la medicina igualando casi a ta naturaleza pue- da obligar a guardar cama, a continuar bajo pena de muerte el uso de un medicamenta. A partir de alli la enfermedad arit- {ficial injertada ha echado raices, se ha vuelto wna enfermedad ‘secundaria pero verdadera con la tinica diferencia de que las enfermedades naturales curan, pero munca aguellas que crea 1a medicina, porque ella ignora el secreto de ta curaciéns. (La Prisonniére pp 280-281) Ahora bien jeudntos psiquiatras pudo conocer Proust ademis, de Gilbert Ballet? {En quién pensaba cuando escribié las si- guientes observaciones? ‘Si entonces mi abuelo tenia necesidad de llamar la atencién de las das hermanas, era necesario gue recurriera a esas ad vertencias fisicas que usa los médicos altenistas frente a cier- tos maniacos de la distraccién... golpes repetidos sobre un vaso con la hoja de un cuchillo, que coincidian con una brus- ca interpelacién de la vor y de fa mirada, medios violentos que esos psiquiatras trasportan frecuentemente en las relaciones corrientes con muchas gentes sanas, ya sea por hiibito profe- sional, 0 ya sea porque consideran a todo el mundo un poco loco». (Du Cété de chez Swann) «Bn el cura coma en el alienista, hay siempre algo de juez de instrucciény. (Le Coté de Guermantes 1) «Cuil es el médico de locos que no haya tenido a fuerza de {frecuentarlos su crisis de locura, felie ain sipuede afirmar que ‘no es una locura anterior ylatente la que lo condujo a acupar- se de ells. El objeto de sus estudios, para un psiquiatr, aciia {frecuentemente sobre él. Pero antes de esto, ceste objeto, qué ‘oscura inclinacién, qué fascinante terror se lo habla hecho elegir?», (La Prisonniére) PSIQUIATRIA VOL. 21 No. 2 Mayo-Agosto 2005 [Es curioso que este fragmento fuera deliberadamente omitido ‘por los primeros editores de 1a novela, en 1923, ene los que {staba Robett Proust, el médico hermano del escritor). “Junto a estas reflexions siempre actuales hay opiniones que tienen que ver con wt enfoque positivist, biologizante, Guc ema cl de los especialistas desu tiempo, No hay que olvidar {que los enfoques provenientes del psicoandliss permearon muy Tentamente y mucho mas tarde el ambiente universitario francés, ‘He aqui otras opiniones sobre naturaleze y mente: incluso mentalmente dependemos de las leyes naturales mu ‘cho més de fo que creenos, y nuestra mente posee desde un principio como clerta eriptégama, coma tal grained, las par- ticularidades que creemos elegir (A Fombre des jeunes filles en fleur) «Pero la mente es influenciable como la planta, como la célu Ta, como los elementos quimicos, y el medio que fa modifica si ‘ahi se la sumerge, son las circunstancias, un cuadro nuevo». (ibid) «A pesar de todo lo que se pueda decir de la sobrevida tras la tdestruccién del cerebro, observo que a cada alteracién del corebro corresponde un fragmento de muerte». (Godome et Gomorrhe 11) «De manera que la modificacion de mi estado sentimental, preparada sin duda obseuramente dia a dia por las esagregaciones continuas del olvido pero del que me percatd bpruscamente en su conjunto, medio esta impresion que recucr- do haber experimentado ese dia por primera ves, de vaclo, de Ta supresién en mi de toda una porcion de mis asociaciones de ideas, que experimenta un hombre del que wna arieria cere bral desde hace tiempo gastada se ha roto y en el cual toda tina partede la memoria es abolida o paraltzeda. La desapari- cin de mi suftiniento, de todo aquello que levaba consigo, ine dejédisminuido. como frecuentemente la curacion de wa enfermeda que tenia esr vida un gran itor (Albertine disparue) 4 dese el tempo que el mundo dura, que familias en las que existe tal defecto bajo una forma se alan a familias en las que cl mismo defecto existe bajo otra, lo que crea una variedad particuarmente completa y detestable en el nti, fos egots- ‘mos acumulados (por no hablar agut mis que de egoismo) tomarlan una potencia tal que la humanidad entera seria des- truidacs del mal mismo no naciesen, capaces de conducirlos a |justas proporciones, retricciones naturales, andlogas a agque- Has que impiden que ta proliferacién infinita de los infasorios Héetor Pérez Rinedn destruya nuestro planeta, y la fecundactén unisexuada de las plantas conduzca a la extincién del reino vegetal». (Albertine disparue) lotro campo de andlisis psiquico y conductual que nos brinda ‘dn busca del Tiempo perdido», es el del amor «Sin duda pocas personas comprenden el cardcter puramente subjetivo del fendmeno que es el amor, yla especie de creacién que es la de wna persona suplementaria, distinta de aquella {que Heva el mismo nombre en el mundo, y en Ta que la mayor parte de los elementos se obtienen de nosotros mismioss. (A Vombre des jeunes flies en flews) Frente a los pensamientos, [as acciones de wha mujer que ‘amamos, estamos tan desarientados como lo podrian estar fren te. los fenémenos de la naturaleza los primeros fsicos (antes de que la ciencia se hubiera constituido y hubiera puesto wn ‘poco de luz en lo desconocido), 0 peor aiin, como wt ser para {ia mente del cual el principio de causalidad apenas existiera, tun ser que no seria eapaz le establecer wn lazo entre un fen meno y otro y frente a quien el especticulo del mundo seria inelerto como un sueion. Gi Vombre des jeunes filles en fleurs) «Cuando se ama, el amor es demasiado grande para poder ser ‘contenido enteramente en nosotros; irradia hacia la persona ‘amada, encuentra en ella una superficie que lo detiene, lo “fuerza a regresar hacia su punto de partida, y es este choque ide regreso de nuestra propia ternura lo que Hamamos los sen- timientos del otro y que nos seduce mis que ala ida, porque no reeanocemos que ella proviene de nosotress. (A Vombre des jeunes filles en flewrs) Por lo demés aquellos que sufren por el amor son, corto se dice de ciertos enfermos, su propio médico. Como no puede Hegarles consuelo mas que del ser que causa su dolor y que teste dolor es una enianacién de él, es en ella que acaban por encontrar un remedion. (A Vombre des jeunes files en flews) «Elamor més exclusive por una persona es siempre el amor de ‘tra cosa. (ibid) ‘Con os placeres ocurre como con las fotografias. Lo gue uno Joma en presencia del ser amado no es mas quewn cliché nega- MARCEL PROUST, EXPLORADOR DE LA PSIQUE tivo, se le revela ms tarde, una vez en casa, exando se ha tneontrado a st dsposicion esa cémara negra interior cust Gnnvada esté ‘prohibida' mientras que uno esté en presencia de otras personas». A ombre des jeunes files en flu) ‘El terrible engario del amor es que comienza por hacernos jugar eon una mujer no del mando exterior, sino con una musie- se interior a nuestro cerebro, la inica por lo demés que ten- cramos siempre « nuestra disposicion, la tinica que poseere- ‘ios, a la que (0 arbitraria del recuerdo, cast tan absoluto domo el de la imaginactén, puede haber hecho tan diferente de Famer real como ef Balbec reat habia sido parami del Balbec soitado; ereaciOn facticia a la cual poco a poco, para nuestro sufiinienta, forzaremos a la myjer real a aseragjarse» (Le Coté de Guermantes 1) ‘ed veces enestas nockes de espera, la angustia es debida aun snedicamenta que se ha tomado. Falsamente interpretada por daquel que sufe, cree estar ansioso a causa de aquelle que no ‘Hega. El amor nace en estos casos como ciertas enfermedades nerviosas de la explicacién inexacta de un malestar doloroso. Explicacion que no es ttl rectifiear por lo menos en To que concierne al amor, sentimiento gue (cualquiera que sea la cau- 5a) siemprees errénen» (Sodome et Gomorrhe 1) «Blamor esel espacio y el tiempo vueltos sensibles al corazdn. (La Prisonnitre) TLasreflexiones sobre a naturalezafrgilyengaosa del amor cen la obra de Proust tienen correspondencia con las rlativas @ fa conducta sexual. Sial decir de Roger Peyreffitt la sexualidad de Proust corresponds al terreno de la psiquiatia»™, el narra- ddorpertenece a un mundo enel que el amor que no osaba decir ‘su nombre se valia del disfrazy a prudencia. No hay en toda la ‘obra una descripeién tan osada 0 explicta como las que se en- Cuentran en las novelas actuales, a veces gratuitamente. La par- fe central de su obra se titula ni mis ni menos «Sodoma y Gomorray, El narrador 5 un heterosexual que intenta dar expli- ‘caviones médicas de lo que entonices se Hamaba la «inversi6n> Sus descripeiones de ambos mundos son de gran agudeza y rmuestran el esatus que tenian en esa época y en esa sociedad ‘Sirven mas bien para medir los cambios operados en los ltimos chienta alls, No hay aqui confesiones personales escandslo- a3 (como enPeyteffite). Encambio, el estudio psicol6gico més detallado de Jo que son los celos que se encuentra en toda la Titeratura seencama en las trayectorias paralclas Swann-Odette, Mareel-Albertine, El sufimiento que provoca en el narrador Ia sospecha de los amores séficos de Albertine atraviesa las dolo- 1osas piginas de La Prisionera y La Fugitiva. Bl afio pasado, PSIQUIATRIA VOL. 21 No. 2 Mayo-Agosto 2005 Blisabeth Ladenson publicé en Paris un libro sorprendente: «Proust Lesbianon, en el que relsa ver en Gomorra una mity ‘simple imagen invectida de Sodoma: tcLos habitantes de Sodoma estén condenados a desear a quic nes no los deseardn. Nada semejante ocurre con las lesbianas proustianas quienes no desean mujeres de hombres sino sélo inujeres de mujeres, siguiendo wn fantasmsa puro de mismidad. La Recherche se yuelve bajo este dngulo una verdadera lec- cidn sobre lo que acurre en el deseo, y se encuentran en ella ‘asi las formulas lacanianas de la sexuacidn. Sodoma esid sometida a lo generaly la sexualidad de Charlus es «un secre- to de torlos conocido», Gomorra es el reino de lo particular y la sexualidad de Albertine resiste a toda visualizacion parale- lamente a un cierto exhibicionismo. Paradoja. [..) El lesbia- nismo hiperboliza asi el enigma que representa para el hom bre el deseo de una mujer. Gomorra se weive ta medida de la” verdad del deseo, el fantasma imposible del deseo reciproco fuera de toda imposicién fica. No obstante, el lesbiantsmo ‘munca es teorizado en la novela com Io es la homosexwalidad masculina. [..] Abt donde Freud afirmd de manera repetida y ‘categdrica que la mujer desea un pene, Proust nos hace sentir fon La Recherche que lo que las mujeres desean no tiene apa- Fentemente nada que ver con este drgano. A Ia Gomorra de Proust no le falta nada y parece satisfacerse de una ‘autosuficiente plenitud2”. ‘Ladenson concluye que «La Gomorra de la Recherche dice mucho mis sobre Ios fantasmas del autor a propésito de la sexua- Tidad femenina, que lo que dice sobre las mujeres mismasy, y sia es una observacidn vilida para (odo Lo que Tos psiquiatras ‘y sexélogos han escrito sobre las mujeres, lesbianas 0.00. ‘Otto pilar central de la temitica proustiana es, por supuesto, Ja memoria, sus leyes, el proceso homeostisico del olvido: Pero, cuando de un pasado antiguo ya nada subsiste, tras la Jnuerte de los seres, has la destruccién de las cosas, soles, mds tendebles pero més vivaces, més inmateriales, mas persistentes, nds files, ef olfao y el gusto permanecen aii largo tiempo, ‘como las almas, para recordar, para esperar, sobre ta ruina de fodo lo demés, para levar sin doblegar, sobre su gotta casi impalpable, el edificio inmenso del recuerdo» (Du Cété de chez Swann) «Porque los recuerdos de amor no hacen excepotdn a as eyes igenerales de la Memoria dirigida ella misma par fa Costu bre, la cual debiliza todo. Y asi fo. que nas recuerda lo mejor a win ser, es justamente aquello que habiareas ofvidado porque tra sin importancia. Yo comencé a sufir poco a poco la fuerza Gelolvido, ese poderoso instrumento de adapracién a la reali- dad, destructor en nosotros de ese pasado sobreviviente que ‘esti en constante contradiecién con ella, No que yo no amase jy a Albertina. Péro ya no Ta anaba més como en fos itimos tiempos sino como en dias ms antiguos de nuestro amor. At tes de olvidarla por completo, me haria falta, como wn vigjero {que regresa, por el mismo camino, al punto del que parti, ‘antes de alcancar la indiferencia inicial, recorrer en sentido 9 psIQuiaraia VOL- 21 No. 2 Mayo-Agosto 2005 inverso todas ls sentiniontos por los cuales yo habla pasado ‘Pero las etapas no nos parecen inméviles. En tanto que so tntd detenido en una de elles, se tiene la iusin de que el sen parte en el sentido del legar de donde uno viene, como $e habia hecho la primera ves, Tales la crueldad del recuerdo». (La Fugitive) «La aioranza es claramente un mal fsico, pero entre os males ‘isicos, hay que distinguir aquellos que s6lo aetian sobre el ‘cuerpo por intermedio de la memoria. En el primer caso, el pronéstico es generalmente favorable. Al cabo de alg tent- po, un enfermo afectado de cdncer habra muerto. Bs muy raro _ qe un viudo inconsolable, al cabo del misma tiempo, no haya curados. (La Fugitive) Bl sor no muere inmediatamente para nosotros, permanece aitado por una especie de aura de vida que nada tiene de wna inmortelidad verdadera pero que hace que continite ocupan ido nuestros pensamientas de la misma manera que cuando vivia, Bsté como de viaje. Es una sobrevida muy pagana. Inversamente, cuando se han dejado de amar las curtosidades (que el ser excita mueren antes de que él mismo esté muertor (La Fugitive) ‘eAsi como hay una geometria en el espacio, hay wa psicalo- ‘ia en al tiompo en fa que los cdleulos de wna psicologia plana ro serian mds exactos porgue on ella no tendriamos en cuente I Tiempo y una de las formas que reviste, el olvido; el olvido del que comenzaba a sentir a fueraa.y que es un tan poderoso instrumento de adaptacién a la realidad porque destruye poco 4a poco en nosotros el pasado sobreviviente que est en cons- tante contradiccién con ella (ha Fugitive) «cis el tionpo el que conduce progresivamente al olvide, el ‘vido no deja de alterar profundamente la noctén del tiempo. ‘Hay enores dpticos en el tiempo como los hay enel espacio. La persistncia en mide una veleidad antigua, de trabajar, de reparar el tempo perdido, de cambiar de vide, o ms bien de ‘comenzar a-vivir me daba la itusién de que yo era todavia tan joven, no obsiante el recuerdo de todos los acontecinientos ‘que se habian sucedido en mi vida ~y también aquellos que se ‘hablan sucedido en mi corazén, porque cuando se ha cambia- ido mucho, uno es inducido a suponer que uno ha vivido mis largo tiempo- en el curso de estos itimos meses de la existen- cia de Albertina, me los habia hecho aparecer mucho mds lar- igor quevun ajo, y ahora este olvido de tants cosas, separdn- dome, por espacias vaclos, de acontecinientas muy recientes {que me hacian aparecer antiguas puesto que habia tenido lo 10 Héetor Pétez-Rincin {que se lama ‘el tempo’ de olvidarlos, era su interpalacién, fragmentada, irregular, en medio de mi memoria ~como wna ‘bruma espesa sobre el océano, y que suprime los puntos de referencia de las cosas, gue dlescomponia, dislocaba mi senti- ‘miento de las distancias en el tiempo, alld estrechadas, aqui distendidas, y me haela creerme tanto més tajas, tanto mas ‘cerca de las cosas de lo que yo lo estaba en realidad (La Fugitive) No es porque los otros estiin muertos que muestra afeccién por ellos se debilita, es porque nosotros mismos morinos» (ha Fugitive) eCiertamente la atoranza de una amante, los celos sobrevi- viontes, son enfermedades fisicas al mismo titulo que la tuber~ ‘culosis o la leucemia. No obstante entre los males fisicos hay ugar para distinguir aquellos que son causados por un agen- te puramente fisico y aquellos que no actitan sobre el cuerpo ‘mas que por el intermedia de la inteligencia. Sobre todo si la pparte de la inteligencia que sirve de lazo de trasmisién es la ‘memoria es decir si fa causa estd anonadada o alejada- tan ‘cruel como sea el sufrimiento, tan profundo que parezca el trastorno apartado al organismo, es muy raro pues el pensa- aniento tiene un poder de renovacion o mds bien una impoten- ‘ia de conservacién que no tienen las ejidos, que el prondsti- co no sea favorable». (La Fugitive) Se dice, y esto es lo que explica el debilitamiento progresivo ie ciertas afecciones nerviosas, que nuestro sistema nervioso ‘envejece. Esto no es verdad solamente para nuestra yo perma- nente, que se prolonga durante toda fa duracién de nuestra vida, sino para todos nugstras yo sucesivas que, en suma, lo ‘componen en parter, (La Fugitive) En busca del Tempo perdido es amnbitn un tratado sobre la cereacidny sabre los mecanismos que utiliza el artista para coma- nicar su subjetividad: ‘cdsi como en patologia ciertos estados de apariencia seme- jante son debidos, unos a un exceso, offs a wna insuficiencia tie tension, de secrecién, et. asi puede haber vito por hiper- ‘ensibilidad como hay vicio por falta de sensibiidad. Tal vee who es sino en las vidas realmente viciosas que el problema moral puede plantearse con toda sw fuerza de ansiedad. ¥ a tte problema el artista da una solucién no en el plano de su via individual, sino de aquello que és para él su vida verda- vera, wna solucidn general, Iiteraria, Como los grandes doc- forex de fa Iglesia comenzaron frecueptemente, aun siendo tuonos, por conocer ios pecados de todos los hombres y de MARCEL PROUST, EXPLORADOR DE LA PSIQUE ellos obtuvieron su santidad personal, frecuentemente [0s gra fies artistas, aun siendo malos, se sirven de sus vicios para Megar a concebir la vegla morel de todos (A Voinbre des jeunes filles en flewrs) ‘cdl lado deta de wn gran artista, ta amabitidad de wm gram Shon por més encantadora que sea ene el aire de wna repre- semtactdn de actor, de wna simulacion. Saint-Loup trataba, Jarontaba gustan, Elstir gustabe dar, gustaba darse. Todo lo (jue dl posela, ideas, obras, ye rest que l consideraba bas- site menos, fo habria dado con alegria a alguien que fo - bhiera comprondido. Pero a falta de una sociedad soportable, viva en un aislantento, con una salvajer, que las gentes de undo Hamaban pose o mala educacidn, los poderes pibl- von, miata intenciSn, sus vecinds locura, su familia egoismo y corgullo» (AVombre des jeunes filles en fleurs) «Podemos platicar durante toda una vida sin decir nada mas que repetis indefimidamente el vacio de wn minuto, en tanto fue fa marcha del pensamiento en ol trabajo solitaria de la aevacién artstica se hace en el sentido de la profundidad, la lintea direccién gue no nos ha sido cerrada, en ta que pode- mos progresar, con mds swrimiento es verdad, para um resulta- do de verdad. (Al’ombre des jeunes filles en fleurs) «cqla vida podia consolarme det arte, habla en el arte una realidad mis profanda en Ia que nuestra personalidad verda- idera encuentra wna expresin que no le dan tas acciones de la vida? Cada gran artista parece en efecto tan diferente de los ‘otros, y nos da tanto esta sensacién de la individualidad que uscamos en vano en la existencia cotidianay. (La Prisonniére) «e-del mismo mod que clertasseres son los itimastestigos de sna ponma dvide que a naraleza he abondonade, me pre ener ta misignno era el ejemplo nico defo que habria atta vor -s no hubiora hail ivencion del lengua fa ‘formacién de las palabras, el andlisis de las ideas- la comuni- Po elas alas. la es coma ina posiiiad que no Wo sai ces al habersecomprometid la humarided en ores Sadat enguaje habladoyexorto. Pero ete retorno alo ‘naatisado ere tanembriagador que al salir de xe paraiso el meta dels seres mas o menos intligents me parecia de toa nsignieancia extraordinary. (La Prisonniéve) «Bn te msisica de Vinteuil habia también sas vsiones que es inposible expresar y casi prohibido contemplar, puesto que, PSIQUIATRIA VOL. 21 No. 2 Mayo-Agosta 2005 cuando en ef momento de adormecerse uno recibe la caricia desu irreal encantamiento, en exe momenta mismo, en el que a razdn nos ha ya abandonada, los ojos se sellan y, antes de haber tenido él tiempo de conacer no sdlo fo inefable, sino lo invisible, uno se duerme. Me parecia incluso, cuando me aban- donaba a esta hipdtesis en la que el arte seria real, que era ads que la simple alegria nerviosa de un buen tiempo o de wna tnacke de opio lo que la musica puede ofrecer sino wna ebrie- dad més real, mas fecunda, al menos en lo que yo presentia» (La Prisonnidre) «Bi hombre es l ser que no puede salir de si, que s6lo conoce ‘alos otros en si, y, diefendo lo contrario, miente (La Fugitive) Bl otro terreno a la vez médico y literario en el que Proust hace originales aportaciones es el del sueio. Como ba escrito recientemente Mireille Nature), «Del durmiente despertado al Cscritor-modelo que desaparece, los momentos claves de La Recherche estan mareados por el sello del suefio y de fos sue- fios, Desde el suefio proyeccién hacia el mundo dela realizacién fantasmitica, basta el sueBio mérbido»™. Bn tanto que Lue Fraisse describe que ul relato onfrico nutre en primer lager el proyecto anti realista que subyace en laestétca del Proust novelista» y la ranera en que «il universe del relato del suefio se eproxima al de un universo novelado»®. El célebre neurélogo y neurofisidlogo marsellés Henri Gastaut, habia escrito: «Proust, para quien los corsponentesactivos del suefo no tenfan ningtin Feereto[..} describié magnificamente la ensofiacion y le fanta- sia hipnagégicas»", Mas aim, en La Prisionera, podemas en- tontrar una descripeién de los movimientos gestuales, 1a Ssomniloquia y las apneas que se presentan durante el dormir, ‘cuando el natrador quiere descubrir «viendo dormira Albertina, ‘el scereto que ella guarda y que enciende sus celos. ‘De ese estudio del dormir y del soviar sélo mencionsré algo- nos ejemplos: Pero estas palabras, penetrando en las ondas del sweifo en el {que Swann estaba stimergido no hablan llegado hasta su con iencia mas que suffiendio esta desviacién que hace que en el onda del agua un rayo parezca tn so, del mismo mode que un ‘momento antes el ruido de la campanilla al tomar en el fondo do estos abismos una sonoridad de campana habla dato a luz el episodio del incendion. (bid) De golpe me adormeci, cal en ese sueto pesado en el que se dleveln para nosotros el retorno ala jventud, la reposicién de tos aos pasados, de los sentimientos peridos, la descarnacién, Ia trasmigracién de las almas, Ia evocacién de ls muertos, tas iusiones de la locura, la regresién hacia los reinos més ele smentales de a naturaleza (porque se dice que vemos freee femente animales en suet, pero se olvida que casi siempre u a psiQuiAaTRia. VOL 21 No. 2 Mayo-Agosto 2005 asotros mismos somos ali sos animal, privado de esta razén fue proyecta sobre Tas cses una claridad de certezt wo afi sees ali par el contrario al especticulo de fa vida mds ave srt visi duds ya cra minuto anonadadt por le olvido te realidad precedente sé desvanece frente a aguella que le ‘micode, como una proyeceién de linterna mglea frente a la Siguienle cuando se ha cambiado el vidrio). (a rombre des jeunes fils en flrs) “ei es verdad queef mar fucen tro tempo nuestro medio vit wo gu es nacesariosumergir de nuevo muestra sangre para oo acvnar nucsras eras, ocwre 10 misino con el oli, oovvade mental, uno parece entoncesausente det tempo dix er aadtgunes horas; pero tos fuerzas que se han ardonado vee eséempo sin ser gestadas, 1 iden por su canted der arvctamante como e peso del el ols escuridios mon tor daa la arena, Porto demas no se sale ms fécilmente de aes que de la vigilia prolongade, pues fodas [as cosas sorta duran y ses verfad que clertos narciticos hacen anny dormir Targo tempo es un narcatica mas poderoso to pave cual seine mucha cifuled par despetarse. CAombre des jeunes files en flew) «A parts de que logré adormecerme, en esta hora, mds veride sre la que mis ofos se cerraron a las coscs de afuera, se nd del sueto (sabre el uma del cual la inteligencia y la voltmtad momenténeamente paralizadas ya no podian dispu= vere a ta crueldad de mis impresiones verdaderas) refed, teffacts la dolorosa siness de la superviveneta y de la nad, a profindidad orgénica y welta transhicide de las visce, on ie vigtosamente ihaninadas. Mundo del sueto en el ue el omocimienta interno, colocado bajo la dependencia de los spastomos de nuestros arganos, acelera el ritmo del corazon 0 tae a respiracién, porque una misma dosis de toror, de tise ‘a, deremordimientos, acta por una potencia centuplicad st is astinyectada en nuestra venas: a partir de que pare reco- rer en al las arterias de ta ciudad subterrdénea nos hemos vmbarcedo sobre lax negras ondas cle nuestra propia sangre emo sobre un Letea interior de séxtuples repliegues, grandes “paras solennes nos aparecer, nos abordan y nos abando- ‘nan, dejénddonos en Kigrimas». (Sodome et Gomorrhe I) ‘eBntonces de esos suetios profundos uno se despierta dentro vie una aurora no sabiendo quién se es, no siendo nadie, nue~ se, listo para todo, quedando el cerebro vacio de ese pasado tp eral astaentonces. Y tl vez esto es més bello idavia cuando el acerrizaje del despertar se hace brutalmen- te y que mesiros pensamients del dormir, sustaidos por una ‘cape de alvido, no tenen el tienpo de regresar progresina- mente, antes de que cese el suefion. (Sodome et Gomorrke 11) 2 éetor Pérea-Rinedn «Parece que los suefios eshvieran heckas no obstante con la smateria aveces més grosera dela vida, pero esta materia es en ‘alos tretada, mezclada de tal manera, con vo estiramiento ebido al hecho de que ninguno ce los limites horarios de! credo de vgilia le impiden deshilarse hasta auras enormes, aque no se le reconace?. (Sodome et Gomorrhe I) ‘eB sueto es divino pero poco estable, el més ligero chogue 1o oma volanil. Amigo de las hdbites, estas lo requieren cada noche, mis fos que él, en su lugar consagrado y [0 preservan MWe todo choque. Pero si uno los desplaza, siya no est sujeto a tos, se desvanece como uit vapor Bs semefante a la juventud ‘ya los amores, yg no se le encuentra (La Prisonniére) “esos periodos pasojeros de locura que son nuesios sueias (La Fugitive) [Més de ochenta aos después, J Allan Hobson preset ett idea en «El sueiio como delirion como st fuera una novedad). opresetmas ara al esenaincial dela novela al epso- dio dete Linterna Magica en donde el maradornifo observa 2 sip sposicén de a ingen de una historia medieval pinada en sae errSatos del aparato, sob los maros desu abitacidn, sas irnagenes misteriosasy Bellas desilan sobre los abjetescolo- arnre oni realidad de sa ambiente yse combinan con ellos, ast saree gon la atméafera emocional que llenaba este espacio de co ato sign inmginacion y suet coineden en else rinses simon ve en él: «un modelo inaugural de Te 1 lmpresign en todos os planos (inicio dela novel, deseo ‘primi de incesto y eedismo infantis, eablecimiento de eerrmnicacién de épocas y de espacios diferentes al etme a tamiento onic]... Bstemnodelo prefigra Iacrea- cen atien que genera ota realidad paraela, no solo igual Sion ends real ain, Dero también a una vealidad virtual que se sli frente a a mrad gracias aa petubacin de os me- anisinos dl sveno y de Ia pereepeion visu SL instrumento ptico al que hace alusiénel texto de Proust (qotecedent del einentigefo ie invetadoenel siglo XVTT (CONST emit alemdn Athanasius Kitchet, ypocos as des mee ea Nuova Espa, lo fiz na mene poeta nuide de ciencia para describir las imigenes hipnopompicas del des- tere de manera skcnatora ce proyectn igs a rere muro antes de dsolverseen az ivma Ast linterna magica, pintadas representa fingidas cata blanca pared varias figuras, “ie la sombra no menos ayudadas que dela le: que en rrémulos reflejos Tas componentes lejos MARCEL PROUST, EXPLORADOR DE LA PSIQUE uardanto de la docta perspective, nus eleriasmensuras de varias experiencias aprobades, la ‘combra fugit, que en el mismo esplendor se desvanece, cuerpo finge formado, ite todas dimensiones adornado, Gque cain ser superficie no merece (Primero Sueiio) * El arquetipo se repite sorprendentemente dos silos después en cel novelisia que nunca ln ley: «era como si hublera visto proyectado frente a ini en wna “lucinacién mbvil y didbélica, estancada de manera perma sonte, un poco del suetio enemigo y no obstante apasionada wants codiciado que todavia en el insiante previo, no exist ‘mas que en mi cerebro» (A ombre des jeunes filles en lew) «Esta creencia sobrevivié algunos segundos @ mi desperiar: sro-e opusa con mi raz6n pero pesaba como escamas sobre mis (jos y Tor impedia darse cuenta que la veladra ya no estaba crembrade, Después ela comenzé a volvérseme ininteligible, domo después de ta metempsicosis los pensamientos de una cexistencia anterior» (Du Cété de chez Swann) “Amibos ejemplos liters fisioldgicos ala vez, no dejan de quovaral einio la alucinacin visual wcinematogrfica» del Sindvome de Charles Bonet, en el que un enfermo oftalmépata saisteenelereplsculo, aa vz sorprendido y divetid, al des- file descabellado de unas figuras liliptienses, o incluso las fanteidotias€idolo-alucinsieas de Henri Ey, en as que el en- fermo ve fentea lal igual que en cl episodio de Ya linterna rpica- ua imagen ouna eri de imigenes escenicasinsbitas, ‘como fiagmentos oniticos, que enlran en interaccién con Tos Gbjetos reales que se encuentran on su habtecion, y cua Tenomenologia, sewin este autor, cesté constituida esenci hone porla iberacién dea actividad onic al consol de wna caneleneia todavia normalmente constituida o en proceso de Stterarse (com en la fase hipnagspica) 0 al control qu I inte~ fracion (e arousal sensorial) erce a nivel de los sistemas perceptivosftente a los fantasmas virtales>" La deseripetén literaria se enlaza a Ia deseripeién psicopatelgica a partir den método que Proust propone en EI Tempo recobrado: re verdad slo comencartien el momento en ef que él escritor tomaré dos objetos diferentes, planteard su relacion, tandloge en el mundo del arte «fo que es la relacin inca de Ta ey causal enel mundo dela cencia» PSIQUIATRIA VOL 21 No, 2 Mayo-Agosto 2005 BB papel del sue y Jos suefos en Is obra proustians tiene ‘un modelo que recién hemos descubierto y que hay que agregar a los ottos ya descritos. Junto a La Divina Comedia, Las Mil y Una Noches, La Comedia Humana de Balzac, las erénicas del aque de Saint-Simon, Tay una obra largo tiempo inaccesible (Freud no pudo consulterla) en In que podemot descubnic el igermen de st interés por ese tema y los mnodos de abordarlo: Loe suedios y los medios para dirigirlos», del marqnés Jean Marie Léon Le Coq d’Hervey de Saint-Denys™, Este autor ha sido califieado por J. Allan Hobson como eel més grande de los futoexperimentadores de la historia de la investigecion sobre el suet y los sueiios»™, La flisién intelectual de Proust respec to de este original personaje incorpora su obra novelistica dentro de un universo médico y onitolbgico, independiente del freudismo, que esti por explor=rse”, ial final de su ecortido literario, cuando el narrador pereibe cl seereto que liga los diversos momentos de su vida y encuen- tra por fin su vocacin, y el lector deseubte que Marcel va a oeribir la novela que aquel acaba de leer, Proust brinda el secre fo de su arte por medio de una mnetéfora que es el eco de la interna Magica: La obra del escritor no es ms que una especie de instrument de dption que ofrece al lector con el finde permitre discermir taquelo que sin este libro no habria tal vez visto en st mismo» (Le Temps retrowvé) esta es, al mismo tiempo, la mejor definicién que podemos cencontrar de lo que es la psicoterapis. BIBLIOGRAFIA 1. 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