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GC Ke SENADO DE LA REPUBLICA RED DE HISTORIADORES DE LA PRENSA Y EL. PERIODISMO EN IBEROAMERICA LOS PERIODICOS OFICIALES DECIMONONICOS APUNTES PARA UNA DISCUSION CONCEPTUAL Y METODOLOGICA* Fausta Gantis cere —— A Elisa Cardenas Ayala Ero LA itstoRIA de los periddicos oficiales en México, cualquiera sea el espacio geogréfico al que remitan, obliga, necesariamente, a pensar en varias aristas que el tema supone, a pensar en diversos asuntos que son intrin- secos a la expectativa de su conocimiento y que exigen su atencién si quere- mos construir una reflexién en torno a ellos, su devenir y sentido —sentidos—, que permita un acercamiento més allé de una narrativa constrefiida a (aq@BU mos la importancia de estudiar todos estos aspectos, pero es necesario hacerlo desde una perspectiva analitica y no simplemente descriptiva. Esto es, pensar ¢* Ja prensa oficial implica @nalizam(lasieondiciones|deysuyorigentiylevolucion) aitendiendo,suypresenciatenselespacioypublicogdesde varios lancos y diversas aristas que permitan comprenderla en todo su complejidad. Sin duda, tratan- dose de un campo poco explorado hasta ahora, debemos empezar por plan- tearnos una serie de cuestionamientos para los que probablemente no hay respuestas inmediatas pero que servirén para construir caminos que, eventual- mente, permitan encontrarlas. Parte de las reflexiones que se elaboran a lo largo de este texto, encuentran un referente importante en la observacién de los periddicos oficiales que se produjeron en Campeche y en la Ciudad de México, que son materiales con los que he trabajado en diversos momentos de mi quchacer historiogréfico, asf como de una mirada general a algunos otros impresos del género.? El acerca- miento a esos periddicos ha tenido como objetivo principal sulGSS]eORONRIEHD @aadg, De esta forma, el conocimiento de la produccién de periddicos ofi- cele resulta fundamental para plantear algunas rutas para pensar ese tipo de periodismo, en el marco del esfuerzo conjunto que se emprende en esta oca- vran, y me parece que por vez primera, 4ERAESa&TEsei ia aA cc forma abarcadora ese importante, pero descuidado, segmento del periodismo mexicano.’ La obligacién de difundir las disposiciones oficiales ees a remonta a la etapa colonial. Precede, y sin duda seamen origen, a la existencia de los periédicos del género, baste pensar en las alocuciones en los espacios pui- blicos, en los recortidos de comitivas integradas por funcionarios voceando determinadas noticias —préctica que, por cierto sobrevivié durante todo el a are a XIX, en especial para algunos asuntos como (@iGSnWOeatOHalaICIeCCIORESTOD (QURIRBISANASASCSHSTCIOHESpor cjemplo—, o en los dipRSOSTCISEATSD en sitios publicos y edifcios gubernamentales para sr leds en alta y baja vor por los vecinos. Recursos todos ellos que, en el caso mexicano, formaron parte de la vida cotidiana de las poblaciones de Nueva Espafia, Yucatan y las Californias, desde el artibo de las autoridades espafiolas. Disposicién similar se plasmarfa tam bién en la Constitucién centralista de 1836, en la cual, se consignaria la obliga~ cién presidencial de publicar las leyes debidamente sancionadas. En esa constitucién, a diferencia de la de 1824, se especificaba que (@publiGidadisep (@Garaqenpeadayparaje’, pero también se sefialaba el hecho de que en los casos de decretos que interesaran tinicamente a ciertas personas 0 corporaciones la publicacién se haria en ‘Wos_periédicostdelygobierna}.* En 1842-1843, bajo la administracién conservadora de Antonio Lépez de Santa Anna, en las Bases de Organizacién Politica de la Reptiblica Mexicana también se estipuld la obligacidn del presidente de publicar las leyes y decre- tos sefialando que se harfa “en la forma acostumbrada’, sin precisar cudl era esta.’ Sin embargo, dadas las précticas que habfan prevalecido en las décadas anteriores, podemos suponer que se referfan a la publicidad principalmente en las calles, a través del pregén y fijacién de escritos, y que también se aludia a la difusién por medio de los periédicos —siempre que los hubiera en circulacin—. CAUCORBTENEIOAIAMBS7, a diferencia de las que le precedicron, no consig- 16 nada respecto a la forma de dar a conocer a la poblacién las leyes y dispo- siciones oficiales, sin embargo, @nelfarkfeuloyeransitGrio(SeTestabIEGiSTGUEED 1Los Peniopicos OntcIALES DECIMONONICOS urnado a la presidencia de la Republica, el primer mandatario, Ignacio Comonfort, dispuso que se imprimiera, publicara y circulara.’ Du- rante la etapa correspondiente al Segundo Imperio, 1863-1867, ademas de este decreto, se emitieron diversas disposiciones para definir y ordenar las publicaciones oficiales. En las cuales se establecié que las leyes, decretos, circulares y providencias generales que expidiera el Supremo Poder Ejecutivo Provisional y la Regencia del Imperio constarfan en el periddico.? También instruiria el emperador Maximiliano quet@losyperiodicosjoficialesmdenlosyDe; Ppartamentos reproducirén con prontitud y sin alterarlos en nada, todos los actos del gobierno y todas las comunicaciones emanadas de mi persona’.”” En nuestra opinién, fue durante este breve periodo gubernamental cuando la impresién de periédicos oficiales tendié a generalizarse en toda la Reptiblica. Sin duda, el Emperador tenfa una visién muy clara sobre la importancia de este tipo de prensa y los fines para los que servia. bicn servia para afiancardajeentralizacidelpoderiysconsolidarjas|basesfdel (GBB. Si bien antes del Segundo Imperio muchas entidades y el propio gobierno federal contaban con impresos oficiales, consideramos que fue el gobierno de Maximiliano el que mostré a los politicos liberales la verdadera importancia de los periddicos oficiales en la tarea de unificar al pais al tiempo quie fortalecer la autoridad gubernamental. Como se puede observar, (GSIBEHSUICOSTORGIAIED tienen larga data en Méxi- co y han cumplido un papel clave en las tareas administrativas para los tres (Cerleren==BjecutivowLegislarivoysfudicial—." Tanco en el caso del gobierno federal como en lo que corresponde a los de los Estados, la publicacién de ese tipo de impresos marcé —salvo excepciones— el inicio de la actividad perio- distica. Desde su fundacién, los periddicos oficiales han sido y son el medio que sirve de enlace entre la ciudadanfa y las autoridades, pero, especialmente, entre las diferentes instancias de la administracién, EObjevONin@amEnEA, el que motivé su creacién, STMT ainiSOHTaaS disposiciones jaregao bién tenia la intencién de difundirlas entre la sociedad, asi como la de iif (GraARISIMCGSEROSETEOLIER yen algunas etapa, también persiguieron adquirieron matices diferentes seguin el lugar y el momento, por lo que en_ muchas ocasiones las publicaciones oficiales tuvieron un cardcter més bien miscelineo —como veremos en un apartado posterior—, pues lo mismo se be ‘Los Perion100s OFICIALES EN MEXICO. DOCE RECUENTOS HISTORIOOS que se con- de dafeenta esos seES68 nacional ese ARERR Ca ea jad que las generaba y.€@nalgunmosyeasos> virtieron en portavoz de la autorid: ’ del gobernador en turno.! ivo hace importante al periddico oficial, nte el hecho de que las disposiciones rian cardcter obligatorio justamente a smo. Asf, al menos desde la etapa Pero no sdlo el sentido informat sino, particularmente, lo hace relevant oficiales —leyes, decretos, etc— adqui partir de su inclusién en las paginas del mi als d imperial, se consignaria que “en este periédico [el Periddico Oficial del Imperio Mexicano] constarin todas las leyes, decretos, circulares y providencias gene- rales que hubiere expedido el Supremo Poder Ejecutivo Provisional, y los que en lo sucesivo expida la Regencia del Imperio, los que por sdlo este hecho se considerarén en toda y fuerza y vigor”." Un afio mds tarde, el periddico se transformaria, debido a su periodicidad,!* en el Diario del Imperio, y el Empe- radot Maximiliano, decretarfa también que con su insercién en el impreso todas las “leyes, decretos, drdenes y circulares” cobrarian carécter de obligato- rias, “sin necesidad de otra promulgacién’."6 Pocos afios mds tarde, restableci- da 1a Repiibhieasbajorelonégimensliberalgrenm8675 Ia presidencia estableceria cambizn hy obligatoriedad de las leyes y decretos una ver que fueran publica: ‘Por tiltimo,@laj@onsticuciénedem97 sefiald, clara y expresamente, que el (&maras?® Resulta interesante observar que con respecto a apace le dar a conoce! (GHpiies, citctilara y /publicara “por bando solemne y pregén en toda la Reptiblica’. Observamos la pervivencia de lo que pareciera una antigua forma de difusién para divulgar la informacién oficial pero, en realidad, lo que revela la vigencia de la misma es el arraigo de la cultura oral en el pais. El el carécter de la sociedad mexicana; por ello GGG disposicién gubernamental también es un indicativo de que la circulacién de periédicos, pese al cambio de siglo y una revolucién politico- social, continuaba siendo restringida, por eso, se hacfa necesario la publicidad en las calles a través del recurso doble: el impreso y el pregén. Aunque tam- bién, como en ocasiones anteriores, la imprenta sitvié para su difusién, de tal suerte que la (@edAGHMEn 1a misma fecha de su promulgacién: cl 5 de febrero de 1917.” En e Sis tals los Estados integrantes de la federacién y sus gobernantes casi todas las Constituci ; igaci cat todas las Constiuciones, desde la de 1824, sefialaban la obligacién del " “Ponsable del cjecutivo de publicar las constituciones locales, as{ como leyes lecretos tanto estatale i id or s como federales. En el mismo sentido, las Bases de ganizacién de 1842 sefialaban que los gobernad tena Ls obligation de eattban au los gobemadores de los Departamentos ig © publicar las leyes y decretos emitidos por el congreso Los Pertonicos Ortcints DECRIONONICOS nacional y por el Presidente asf como las producidas por las asambleas depar- tamentales, De igual forma, la Constitucién de 1917 sefialaba también la obligacién de los gobernadores de hacer cumplir las leyes federales y de publi- carlas.” Lo que muestran todas esas disposiciones constitucionales respecto a la difusién de informacién oficial, en todo caso, es que la publicidad exitosa, Ia que buscaba Hlegar a amplios sectores de la poblacién exigia el uso de la calle y de los espacios ptiblicos de la ciudad y exhibe los limites de un medio que como el de los periddicos oficiales = impresos en sitios de trénsito popular. Esa situacién revela algo sugerente sobre los periédicos oficiales, y quiza sobre los periédicos en general: que su circulacién era restringida.”* Esto es @@Iimipresoyonicial-legabayamuyypoca (@EMEBeguramente por varios motivos, entre ellos el costo, pero también, y principalmente, los contenidos que, enfocados principalmente a la adminis- tracién —aunque en ocasiones los periédicos tuvieron también un marcado cardcter polémico a pesar de ser oficiales— faRMNPSbIAGSALENEgENeral En efecto, si bien al impreso podia acceder cualquiera que dispusiera de la suma necesaria para su adquisicién, resulta evidente que el grueso de los vecinos ni lo compraba ni lo lefa, y que sdlo lo buscaria aquél que tuviera un interés claramente nos sirve para establecer un supuesto respecto a los periddicos oficiales y es ese el de su limitada capacidad de circulacién y penetracién. Con la finalidad de subsanar esa deficiencia J4S)SUtOH¢A¢eSICCURHERORIANED ado. Esta informacién ‘con lo que se pretendia romper la estrecha érbita de su circulacién y llegar a sectores mds amplios de la poblacién. Al respecto, resulta ilustrativa la circu- lar emitida el 28 de mayo de 1856 por José Marfa Lafragua, en su calidad de ministro de gobernacién, turnada a los gobernadores de los Estados, en la que daba cuenta de las instrucciones del presidente Ignacio Comonfort. En la circular se asentaba expresamente la necesidad de dar publicidad a los perié- dicos oficiales a través de su exhibicién en lugares de trénsito popular. En esa circular se insistfa en la importancia de que J6S{abitantesNelimpusicramldellay ini asi como en la necesidad de uniformar la opinién del pueblo y encauzar sus ideas. Se sefialaba como tuna estrategia fundamental para lograr tales objetivos la lectura de los perié- dicos oficiales, para lo cual, ordenaba el Presidente se instruyera a los gober- nadores para que ellos, a su vez, dispusieran en las entidades bajo su mando que el periédico, aunque se tratara de un semanario, se exhibiera diariamente en cada uno de los poblados que conformaran la geografia estatal.” Esta circular resulta interesante por dos razones, Porque(GSiW@SePalapReoCuD Los Periopicos OFICIALES EN Mfxico. Doce RECUENTOS HISTORICOS ones: sat Pero tambié , expone una paradoja clave: la de los limites de la circulacion a Tee presa que para llegar a amplio grupos de poblacin requeria de su exhikicn, en lugares piiblicos. " En sintesis, los impresos que tenfan mayor posibilidad de legar a publics un poco més amplios, al menos hasta princpios del siglo vigsimo, rtm aque llos que, ademés de vocearse, se distribufan por la ciudad colocindose en ke sitios y establecimientos con mayor afluencia de poblacién como mercadoe hospicales y edificios de gobierno. Al parecer, la lectura individual era aun poco comtin y las posibilidades de acceder al periddico limitadas Una discusién de época 1° {Qué forma debe tener un periédico oficial? 2° ;Dicho periddico debe contener solamente los documentos oficiales del Gobierno de Estado y del Gobierno Federal? 3e gDebe contener una seccién de informacién? 4e ;En la seccién de informacién debe darse cabida solamente a noticias relacionadas con las funciones oficiales del Gobierno, o también, a las que se refieren al adelantamiento industrial mercantil, moral ¢ intelec- tual del Estad 5° El drgano de un gobierno que publica noticias sensacionales y oportu- nistas, crénicas de festividades privadas, revistas extranjeras, gacetillas de interés personal, versos y obras de un género puramente literati zesté fuera de su carécter? 6 :El redactor de un periddico oficial tiene derecho de emitir opiniones propias, en asuntos filosdficos, politicos 0 sociales, en los que tenga alguna relacidn la cosa piiblica, 0 debe sujetarse a las instrucciones del Gobierno?”* El debate no era, en si mismo, nuevo, en realidad cruza toda la centuria, pero en el ocaso del siglo, con los avances en materia de prensa, tanto tecnoldgicos —el paso al sistema de-rotativas como uno de los mds importantes pues permitié la masificacién de los tirajes— como de contenidos y la transformacién en el perfil del personal que participaba en ellos —Ia aparicién de la figura del reportero, por ejemplo—, la discusién con Lbs Prat6pic0s Onciatss DEGMONONICOS respecto al papel que en ese contexto debfan desempefiar los periddicos ofi- ciales adquirié un cardcter central y sirvié para redefinir los pardmetros, o al menos, intentar clarificarlos. ro oficial, en la misma circular la Secretaria de Relaciones daba cuenta del tipo de documentos, y las caracteristicas de la presentacién, que era de interés incluir en las paginas del impreso oficial, Se dispuso que el mismo contuviera los documentos de las secretarfas del despacho y de los tribunales, esto es: “las providencias del gobierno, las discusiones y resoluciones del congreso y los fallos mds notables del poder judicial” con la finalidad de que las mismas tuvieran “toda la publicidad posible por medio de un periddico oficial”. Pero también se insertarfan en él Y precisaban que se incluirfan los “extractos concisos de los documentos ¥ noticias que no exijan una redaccién literal”. El periédico se distribuiria de manera gratuita “a rodos los ministerios y a las autoridades respectivas.” Para dar cumplimiento a esta disposicién se ordenaba también que cada una de las instancias remiticra diariamente su informacién. Como podemos observar se consideraba que el periddico oficial debfa contener desde documentos com- pletos hasta las noticas “dignas de publicarsc”, sin que se especificara clara- mente cudles podian ser consideras como tales. sin especificar qué tipo de noticias.” En ese mismo afio, sin embargo, se emitirfa el Reglamento para Morelia, Baers 10 de ARGO. Num. 4. PORIODICG SEHUQPICHNL BEL. USTAN DL AHA, Adore ee “ ia “Los Priuspicos OFICUALs EN MEXICO DOCE RECUENTOS HISTORICOS la impresiones del gobierno, documento en el cual, se consigné que el perié- dico oficial serfa mensual y se llamarfa n otro articulo del =" también se incluirfan las (R@etifieaionesmdenhwechosyoficias, mismo Reglamento se hacfa alusidn a los “autores de articulos insertos en el periddico”, lo que supone que el periédico contenia articu- los de opinién.” El contenido del ioe oficial era, pues, ain y variado, Neen Toe a aCe es, por ejemplo, zqué debia entenderse por una noticia o uun suceso “digno de publicarse? ;Cudles de todas las noticias con carécter oficial debfan llegar a las paginas de los periédicos? Qué tipo de “rectificacio- nes” de los hechos oficiales debfan discutirse en el impreso? Quiénes eran los autores facultados para publicar en las paginas del periédico oficial y qué tipo de articulos podfan incluirse? Estos pardmetros de limites difusos fueron los que abrieron el espacio para las dudas y con ello, para Ja insercién_en los periddicos oficiales de los temas més es durante la segunda mitad del siglo predominé pues la confusién:@lipeniedieo) lo lesde asumir la posibilité que al periddico oficial se le dieran diversos usos, defensa del gobierno hasta convertirse en “plataforma politica’, y se tradujo en una gran variedad de formas y tipos de periodismo oficial. ~ En ese contexto, en 1893 el Periddico Oficial de Chihuahua desde sus co- lumnas propuso la discusién sobre varios puntos referentes a cuestiones cuya definicién sus redactores consideraban fundamental para precisar la labor de los periddicos oficiales de ese momento. Las inquietudes lanzadas a la discu- sién por este impreso no eran gratuitas, partian de las criticas elaboradas por algunos periédicos capitalinos —como El Combate y El Monitor Republicano, por ejemplo— respecto a la incapacidad de los periddicos oficiales de los Estados de cumplir con su objeto. Pero el objeto mismo de los periédicos no estaba suficientemente claro, al menos no para todos. Los mismos redactores del periddico de Chihuahua sefialaban la variedad de formulas empleadas por la prensa oficial, desde algunos que précticamente ni siquiera inclufan en su contenido la documentacién emanada de las autoridades, hasta aquellos que daban cabida a los materiales mds diversos, algunos de los cuales se estimaban Tomo 1. NUMERO 93. PAGINA lee. Bb PANAL DE GUINTANTA. MARTES DE JUNIO DE 1838. propios de la prensa particular pero inadecuados para la oficial. Con su invi- tacién a la reflexién sobre el tema pretendian lograr “trabajar en el sentido de uniformar los periédicos oficiales para bien local y general”.*° Desde tiempo atrés, y sobre todo al mediar el siglo, la pertinencia de que se publicaran periddicos oficiales no se ponfa en duda, era expresada y reconoci- da tanto por las autoridades como por los integrantes de la prensa, En este tenor, la mayorfa de los gobiernos contaban con un érgano de prensa que los representara y sirviera de vocero de sus actividades.” Pero, si bien se afirmaba su existencia como indispensable ello no suponfa que hubiera claridad y mu- cho menos uniformidad respecto a las caracteristicas que debfan definirlos. Las dudas sobre su estructura y constitucién continuaban formando parte de una discusién abierta pero no resuelta. En lo que se refiere a la labor de incluir en sus paginas In documentacién oficial exista entre los miembros de la prensa acuerdo y lo contrario era criti- cado como una falta en el cumplimiento de su principal objeto. Esto es, aunque al parecer algunos impresos estatales no satisfacian cabalmente esta fancién, lo cierto es que, para las propias autoridades y para la mayor parte de los periodistas, estaba claro que i tanto de cardcter federal como estatales, con la finalidad de que se normara la vida en sociedad.” Pero la forma del periddico implicaba més que sélo Ia inclusién de comuni- caciones, leyes y demas documentos emanados de la autoridad. Ast que la pregunta ain era valida, zqué forma debfa tener un petiédico oficial? Ya en 1856 la discusién publica en torno al tema tenia relevancia. dlyOmmibuss > 54 Ahora bien, gcémo lograr la os Pavovicos Ontcss ex MisI60, DOCERECUENTOS HSTORIOS 10s Pesopicos ORCI ‘fasion de esos procedimientos? :Podia realmente alcanzarse tal propésito ap a reproduccién de la documentacién oficial? Si bien ese tipo de me . . =e e wracidn or sf misma una discurso, la inclusién de @iaq56e pues en ella podrian incluirse otro tipo de comunicados y noticias oficiales. Pero, zque trebia contener esa seccién de informacién? ¢Qué tipo de noticias debian incorporarse en la misma? Como sefialaba El Omnibus, los gobiernos debian - ? dar cuenta de sus actos, pero la pregunta era gcémo hacerlo? Fl asunto no era de ficil resolucién. CSORDRRURAREAGA peviscico oficial de Querétaro, con documentacién produce P' @ntidady como ‘inica alternativa para que las cuestiones locales trascendleran las fronteras que los delimitaban.2 Sobre el mismo tema anotaba que de no hacerlo, esto es, de no incluir las noticias de los acontecimientos cotidianos, el omitirlos, podia ser considerado como “mutismo” y los periddicos oficiales serfan ast objeto de censura por parte de otros integrantes del periodismo y de la sociedad en su conjunto. Asi, los redactores juzgaban que era indispensable que este tipo de impresos incluyerai -titufa un derecho del ptiblico.” En la postura contraria, GiEGHSAIN)ER consideraba que (OSTPEHSCEDS - oficiales también podfan contener una seccién de informacién pero con la condicién de que las noticias consignadas ahf guardaran alguna relacién con (G@SHeHOSTANBOBINHO 0 con el “adelanto industrial, mercantil e intelectual del Estado”. Para el periodista, “las gacetillas sensacionales, las crdnicas de fiestas privadas, los articulos literarios, los versos” eran innecesarios. En igual sentido, consideraba que no debfan incluirse criticas literarias que pudieran causar enemistades al gobierno, ni articulos poco serios que se tornaran contrarios al propio director de la publicacién.** Sin embargo, los redactores de La Sombra de Arteaga con cl mismo argumento expuesto antes —Ia falta de impresos locales—, sefialaban que se debfa tener una seccién literaria y dar cabida también a los “sucesos de cardcter personal” Y algo més, ese periédico in- | cluia también una seccién considerada “no oficial” con Ia finalidad expresa de poder insertar ahi colaboraciones y articulos sobre temas diversos y de esa manera dar voz a diferentes actores, ] En general, ciertos impresos oficiales inclufan en sus paginas noticias loca- es y nacionales, pero también internacionales. Esto ultimo, motivs, en ocasiones, les, estatal dcidas criticas en contra de los periédicos oficiales, como la de descuida- Los PeRiopicos Oniciatss Decisonontcos ban, en cambio, lo relativo a lo que ocurrfa en las entidades que los produ- cfan. La misma critica, pero en tono formal, Ia encontramos unos pocos afios mas adelante, en 1883, proveniente de un periédico de provincia y retomada por uno de Ia capital del pais. Asi, tanto ) llamaban | atencidn sobre Ia pobre informacién que respecto a sus localidades y Esta- dos contenfan la mayoria de los periddicos oficiales." {Qué motivaba que periddicos oficiales se ocuparan de temas tan ajenos 2 sus realidades y descuidaran lo relativo a la propia? La inclusién de noticias internacionales pudo obedecer, simplemente, a la pretensién de mostrarse como periédicos modernos y preocupados por el acontecer mundial; esto cs, En el mismo sentido, tal vez, pueda ser leida la falta de atencién sobre las cuestiones locales. Pero, también, jou bilidades son variadas, pero lo cierto es que no habia acuerdo sobre la ~ pertinencia 0 no de incluir ese tipo de informacién y, sobre todo, del espacio que debfa ocupar en las publicaciones oficiales. alnformar u opinar? Redactores y periédicos en la discusién priblica El otro tema sobre el que vale la pena detenerse es el de quién 0 quiénes redactaban los periédicos oficiales y el papel que desempefiaban en la publi- cacién, asi como el lugar que ocupaban en el contexto del periodismo. El Omnibus, en 1856, expresaba las dificultades que ese tipo de impresos habjan tenido que afrontar, como el que sus paginas sirvieran para protagoni- zat agrias disputas con los opositores politicos provocadas por Ia “imprudencia de sus redactores” y, por ello, consideraba como una necesidad el cuidar la tendrfan a su cargo para evitar que algunos los aprove- eleccién de quienes lo tudados en “la sombra del poder”, charan para atacar esc Por su parte Mente, ponia énfasis en que no debfan expresar nada relacionado con la cosa publica para lo que no contaran con autorizacién expresa de las autoridades. Bin este punt, sostefa que habia que CESHGUKER EEE BETSZOT PEO ara lo cual era una exigencia “que su drgano oficial sen de carcter netamente serio”. Evitar Ia polémica y la controversia segiin el periodista, fundamentales, para proporcionar al periédi- eran, pues, fc ir con sus funciones. co oficial su cardcter y permitirle cump! 23 En cambio, en el extremo contrario, Hipdlito A. Vieytez, quien tenia a sy cargo el periddico oficial de Querétaro, La ee de Arteag » Opinaba que en fo referente a la cuestiones administrativas ¢ tedactor se cifiera a las disposi. ciones ¢ instrucciones del gobierno, pero no asi en otras materias, como las flpsdficos o sociales, en las cuales tenia “derecho a emitir opiniones propiag’ Como se puede observar las posturas sobre cémo debian conducirse y ¢ papel que debian desempenar los redactores de los periddicos oficiales eran variadas, pero motivadas porque la figura misma tenfa un carécter relevante, La definicién de su comportamiento y capacidad de expresar opiniones no en un asunte menor, sDebla por ejemplo, un redactor de periddico oficat Gero sqsen com iin evitar la polémica cue los periédicos oficiales eran, en muchas ocasiones, interpelados por otros miem- bros del periodismo? Sobre el tema, de nuevo @UGGERAINE, apuntaba que el petiddico oficial debfa responder de manera parca y limitarse a demostrar valiéndose de datos las falsedades de las inculpaciones, si fuere el caso. Y, agregaba que ‘lfaciGndelyperi¢dicovoficialonovesplaydeysatisfacerscuriosidae (G@egunilaideqentrarienqluchasyperiodisticasyy si por condescendencia responde hoy a un periddico que intetroga y mafiana a otro, se verd obligado luego a dar contestacién cumplida a todos, so pena de que le sefialen sus preferencias y le acusen de remisas.”* Pero, entonces, si el periddico oficial no debfa polemizar ni entrar en la defensa de las autoridades, j6mo se preservarfan éstas de los ataques de otros miembros de la prensa?. En opinién del escritor esa labor correspondia a los amigos que dentro del mundo del periodismo se contaran a favor del gobierno y fueran capaces de argumentar en su defensa.“* Las exposiciones, argumen- taciones y defensa del gobierno debian hacerse s6lo en términos legales y constitucionales en los espacios destinados para ello: a través de documentos oficiales; con la emisién de decretos y leyes; 0 con la presentacién ante el “Parlamento”, para responder a los cuestionamientos de los representantes del pueblo. Segiin apuntaba Gutiérrez Najera, esa era la forma de proceder en los a a . libertad y de libertad de expresién como Pero el anculo daborato por Gudéen ee i ie 7 orado Por Gutiérrez Najera parece expresar no lo que Periodismo, lo que debiera se “Hticos del gobierno, sefialal t Ast, al referirse al papel de los periodistas nas correspondiente de ba que los mismos debian informarse en las ofici lanzarse a formular materia sobre la que tenian inquietudes antes de Bae’ © denuncias. En esa brisqueda de informacién, el Los Prsvopicos Orrcanies becimongytcos Slo habiendo constatado Ia pertinencia de sus dudas, o habiendo recibido informacién parcial o insuficiente por parte de las autoridades, debfa entonces proceder a hacer ptiblico el “acto injusto” o las “prescripcién gubernativa deficient” 0 la “falta de equidad”. Asi pues, de- bian ser los érganos de la prensa libre" quienes asumieran la responsabilidad de denunciar y enjuiciar las acciones y actuaciones de los representantes y de los funcionarios. Unos y otros, opositores y amigos, debfan fundamentar su ataque o su defensa y debfan hacerlo también con base en la razén. Pero, cémo conciliar la posicién de Gutiérrez Najera con la de los redacto- res de El Omnibus cuando estos tiltimos hacfan una dlgida critica del periodis- mo que alrededor de los gobiernos se dedicaba a la lisonja y de los periodistas que pretendian erigirse en “pedagogos” de la autoridades. También desde las paginas del impreso queretano se sefialaba la dificultad del gobierno para enfrentar a los “periddicos revolucionarios” que sélo “atizan{ban] con vigor la sangrienta tea de la discordia”.* En realidad el asunto de definir el papel y las capacidad de argumentacién que debfa concederse a Jos redactores de los periddicos oficiales no era sencillo. Sobre todo, Las opiniones vertidas por unos y por otros miembros de la prensa, traen al centro de Ia escena un (@@BIEEHB, otros, la consideraban parte fundamental de la tarea periodistica. Y es este asunto un problema fundamental para comprender la prensa decimonénica y los vinculos entre ella y las autoridades gubernamentales. Desde el presente: una reflexién impostergable ° La reconstruc- cin deberé claborarse atendiendo a las regulaciones y disposiciones para su emisién y funcionamiento consignadas en leyes 0 decretos, tanto como a las discusiones de época, de épocas, si se prefiere, que expresan y revelan las diversas formas en que los contemporineos de las mismas, publicistas y hu- manistas, entendieron el concepto. Porque a lo que aludia, a lo que remitia el término oficial, en lo que a la prensa refiere, no necesariamente estuvo claro ni desde el principio ni, casi podemos afirmar, a lo largo del siglo xxx, porque suis significados y definiciones variaron de un lugar a otro, de un estado 2 otro, 25 | nil eeeeeeanaae HE PSPIRITE PEBLICO | SATAN gene say . dle un tiempo a otro y, también, en algunos casos, de un poder a otto —recuér- dese que también los podetes judicial y legislative generaron sus impresos iales propios—. a sfidl lo define el actual diccionario de la Real Academia de Ia Lengua como “aquello que emana de la autoridad derivada del Estado”, por tanto, refiere a todo lo que la misma produce. Pero eso no siempre fue asi, los diccio- narios de época dan cuenta de los diferentes significados del concepto. Entre las definiciones dC(HiMeipiOSt€lISiglOlxixenconerainiosq ue TenureHMINOSIEES ‘ChIMMERAsenpetanenEoeegabimay” Cs rcron no coo ganas variaciones durante la primera mitad de la centuria, pero en 1852, el diccio- nario incorporé en tiltimo lugar un nuevo sentido: “lo que es de oficio y no particular 0 privados como documento OriciaL, noticia Oriciat”’" En la dé- cada de los setenta ese se habfa convertido en el primero de los significados del término. Otro aspecto que sobresale es la clara alusién a Ja produccién de informacién que emana de las autoridades.* Hacia el final del siglo, en 1899, en la definicién del término “oficioso” aparecia como ultimo significado: “Aplicase al periddico ministerial a quien se atribuye cierto cardcter oficial”; destaca aqui la alusién directa a la exis- tencia de los impresos y su imbricacién con el mundo de la politica guberna- mental, Pero una asociacién de ese tipo la encontramos desde tiempo atrés, en la propia definicién de “ministerial”, que como una de sus acepciones, en 1884, sefialaba que tal cardcter tenfan las personas que en las Cortes o a través de la prensa apoyaban a un ministerio.°> Estas inclusiones paulatinas van dando cuenta del proceso de afianzamiento de la produccién periodistica y de las relaciones que se iban tejiendo entre el gobierno y la prensa, al tiempo que permite entrever la pluralidad de tipos de asociaciones que las caracteri- zaron. Una diferencia entre lo ministerial y lo oficioso Jo encontramos en el matiz. que a la tiltima da el “cierto cardcter oficial”. Esto es, ya no se trata de la vinculacién entre individuos del mundo de la prensa y del gobierno, que podemos suponer estaban cruzadas por nexos a nivel personal, sino de un econocimiento de la institucionalizacién de esa relacién. En ese contexto surgirfa la prensa designada oficial, aunque sin que existiera claridad y menos uuniformidad en su concepcidn, sentidos y contenidos. Los Prnispicos Orcas DECIIONONICOS Volviendo a la definicién actual que brinda el diccionario, y situdndonos en el ambiro de la prensa podemos establecer que Lo oficial «emitiiayranroraelan reproduccion de documentos que emiten las autoridades como al dar cuenta, mediante la descripcién 0 narracién, de los actos, decisiones, discursos y noti- ue deben ser difundidos para conoci- miento de los funcionarios —encargados de su aplicacién— y de la sociedad a la que afectan, sobre la que actian. Pero debemos estar conscientes que tal cardcter se fue definiendo sélo con el correr del tiempo. En tal sentido, proponemos que en términos de la prensa decimonénica el concepto debe entenderse traspasando los mérgenes del significado estricto, pues como es ficil observar al asomarse a los periddicos oficiales, los mismos no se circunscribieron a cumplir con tales funciones. Esto es, los periddicos oficiales no se constrifieron a la reproduccién de documentos 0 noticias ema- nados de las autoridades sino que, las més de las veces, siempre, o casi siem- pre, dieron cuenta de otras informaciones, lo mismo de noticias locales y nacionales que extranjeras; que incluyeron, en algunos casos 0 momentos, secciones cientificas, artisticas, literarias 0 histéricas; que resefiaron diversos actos como inauguraciones o aniversarios de instituciones diversas; que dieron cuenta del artibo o partida tanto de ciertos personajes destacados como del movimiento de pasajeros en los barcos y ferrocarriles; que relataron también actos cfvicos conmemorativos de fechas clave; que incluyeron notas 0 articu- los necrolégicos y registros de nacimientos y defunciones; que reprodujeron discursos pronunciados no sélo por las autoridades sino por otros oradores en el marco de diversos eventos; que incorporaron avisos de particulares, socieda- des y empresas asi como anuncios comerciales, entre otros varios asuntos y temas. Y, sobre todo, que dieron cabida en sus paginas a articulos de opinién que versaban sobre diversos asuntos de la vida politica. Vale la pena destacar esta particularidad, porque la misma les confirié a los periédicos oficiales durante la centuria decimonénica la posibilidad de ser participes de las discu- siones y las polémicas, lo que los hacfa agentes protagénicos del y en el espacio piblico.” En lo que refiere a este ihtimo punto, el de los articulos de opinién, pode- mos asumir que (osiperisdicosjoficialessfurcronyelespacioNdevexpresionGeloD (GOMBFESTERLENBOLIEHO 1a voz que desde la oficialidad situaba los términos de la discusién de los problemas 0 asuntos del espacio piblico que interesa- ban a las autoridades estableciendo su posicién. Pero en ese mismo contexto, no debemos descuidar la posibilidad de observar los matices, no debemos dejar de considerar la existencia de momentos precisos, de ciertas coyunturas politicas en que el enfrentamiento de los actores que encabezaban fuerzas locales 0 nacionales, reunidos en grupos y partidos que se disputaban el con- trol, se hayan apropiado de manera circunstancial de las columnas de esos ‘Los Periop1cos OFICIALES EN MEXICO. DOcE RECUENTOS HISTORICOS impresos, a ravés de sus aliados dentro de la propia estructura gubernamen- tal, Esto es, nos es dado suponer que los periédicos oficiales no siempre estu- ajo el control total de los gobernantes pues en ellos, es posible encontrar vieron bi g : s ; jonalmente situaciones de conflicto, habidas entre las propias plasmadas 0 i futoridades y sus opositores, que dan cuenta de las tensiones que marcaron el espacio puiblico y que, en ocasiones, revelan la presencia de actores fuera del Ambito oficial que perseguian hacerse del gobierno.* Pensamos, pues, y en ello es necesario insistit, que reflexionar sobre los limites del término oficial requiere revisar lo que desde el presente se le ha atribuido como funcién primigenia, intentado una caracterizaron uniforme y generalizada, que pierde de vista las variantes y variaciones que marcaron el devenir de los mismos. Dicho de otra forma, en algtin momento de la centi- ria pasada, en consonancia con los intereses politicos dominantes, ¢€fa@Fon | Los supuestos sobre los fines y propésitos que caracterizaban a los periddicos oficiales fueron asumidos por los estudiosos de la prensa que, de por si, poca importancia le daban a ese tipo de periodismo decimonénico. Pensamos que es momento ya, de detenerse a reflexionar sobre Ia prensa oficial atendiendo a las caracteristicas propias de su produccién considerando para ello las épocas y los lugares que la produjeron. Proponemos, pues, que daphistoriagdeslos En este sentido, debemos preguntarnos gcusl es el concepto de oficial que se encuentra implicito en cada periddico o por lo menos en cada época y lugar?, gpara qué sirvieron los periddicos oficiales?, ¢qué funciones cumplieron esos periédicos, més alld de la simple reproduccién para su difusién de docu- mentos gubernamentales y administrativos? Y, ga quién sirvieron, a quiénes sirvieron?, zqué intereses representaron? ;Qué causas abanderaron, si es que lo hicieron? Y si en ciertas coyunturas, grepresentaron intereses més alld de los estrictamente oficiales? Algunas cuestiones complementarias Si la discusién de lo oficial no fuera ya suficientemente compleja, considera- mos que a la misma es necesario sumar otras cuestiones que, aunque de mane- ne " t ” 2 tomers, dejamos apuntadas como lineas de investigacién que deben Plorarse en futuros estudios sobre la historia de la prensa oficial. Los Persopicos Ortcints DECIMONONICOS Un primer aspecto que hay que considerar, es la inclusién del debate sobre la existencia y significados de la prensa y el concepto de “semioficial”, que era de uso frecuente cn la época, tanto entre periddicos para calificar tendencias entre ellos, como por los propios impresos para definirse a si mismos.” El término estuvo presente durante parte del siglo, en el cual, se produjeron impresos con ese cardcter de forma sincrénica y/o diacrénica en diferentes espacios del territorio nacional, y que constituyé un recurso del que se valic- ron gobiernos locales, estatales y nacionales en diversas etapas. Esto es, consi- deramos que la prensa semioficial fue, por un lad, una forma de periodismo @©lgs, que en algunos casos, se hizo presente en el espacio puiblico antes de que los periddicos gubernamentales adquirieran cardcter de oficiales; y, por otro lado, fue una forma de periodismo alterno 0 paralelo a los propios periddicos oficiales. Al respecto vale la pena intentar responder zqué fue lo que caracteri- 26 a ese tipo de prensa?, zen dénde radican sus particularidades y por qué se recurrié a ella como una estrategia de accién simulténea a la del periodismo oficial? Esto es, spor qué en ocasiones antecedieron los periédicos semioficiales a los oficiales en tanto en otras muchas convivieron con ellos? ¢Cual fue su importancia y sentido y de qué formas se relacionaron con el poder, en parti- cular con el poder estatal? Como parte de Ia discusién, tendriamos que estimar otro aspecto, el del andlisis de la prensa “oficialista” y “oficiosa’,® estrechamente asociada a los intereses gubernamentales y, en més de una forma, cercana y dependiente de los personajes que detentaban el poder, de los grupos y redes politicas. Pero, qué fue lo que caracterizé y definié a ese tipo de periodismo? ;Acaso todos los periddicos de esas posiciones fueron iguales, actuaron bajo las mismas légicas, tuvieron el mismo tipo y nivel de compromiso, obtuvieron beneficios? Y si asumimos, aunque también habria que revisar estos supuestos al respecto, que el motivo de la existencia de ese periodismo eran las prebendas que recibfan, entonces debemos ser capaces de establecer en qué consistian y cudles eran esas, Si bien suele darse por sentado que se trata de periddicos que contaron con subvenciones provenientes del erario piblico habrfa que revisar si ello fue ast y si lo fue en todos los casos, si no existe la posibilidad de que lo oficialista y oficioso proviniera también de grupos aliados a las autoridades pero inde- pendientes de ellas. i “cio de época hacia ese tipo de periodismo y la manera en que éste se traslads Un asunto fee relevante en relacién a ese tipo de prensa, es el hecho de que dificilmente los propios peridicos se reconocfan en ral cardcter por tanto, se hace necesatio indagar sobre ;quién 0 quignes establecieron tales categorias, desde dénde y con qué bases? O, si eran los propios periddicos los 29 Oe de Marzo 16 Hhafie dugvos 24 1 el mundo oficial, enronces habria que saber en Tes eran y emo se tejfan esos vinculos y qué significado: jén, tratar de precisar mediante qué mecanismos ae rascribid en esa caregoria 0 se les asignd ese cardcter a determinados miem- prensa. Algo mis, en este context0, tendrfamos también que re- vv esta prensa, atin més que 2 Ja propiamente oficial, se gue evidenciaban sus Tigas 08 qué términos lo hacfan, cu s tenfan, Y tambi bros de | flexionar en el por qué Taismo tiempo también de forma paralela a esta discu- Ie oficial, Io semioficial, lo oficialista y 10 oficioso en la jas que miren a todo Derivado, pero a sidn y estudio sobre cesario abrir rutas de andlisis mds ampli der las dindmicas que carac- pues, estimamos, resulta prensa, se hace ne UL escenatio periodistico para empezar a compren ensa decimonénica en su conjunto, entender una forma de periodismo si no tene- acién entre todas las formas del mismo que determinados espacios y tiempos. Sin terizaron a la pr dificil, cuando no imposible, mos claros los patrones de rel estuvieron presentes y convivieron en duda, Pensar la prensa oficial nos obliga también a someter @ revision las catego- rias de andlisis, los conceptos, con los que hemos venido trabajando el univer- so de la prensa, no digo que para desecharlos sino sélo, quiz4, para redefinirlos vevitalinrlos, Se hace imprescindible establecer una tipologia que parta del estudio de la evolucidn del vocabulario de época entendiendo eet SOR vendo: com orn oficial, semioficial, oficialista, oficiosa, a poeaue ie independiente, republicana, oposicionista, revolucio- , critica, satirica, electoral y confesional, por mencionar algunos de los significados en los contextos que lo fueron generando Los Penopicos Oriciaues DeCIMONONICOS conceptos mds socorridos. Se hace pues imprescindible, establecer criterios que permitan precisar esas categorfas y que nos ayuden a una mejor compren- sién de la vida mexicana decimonénica desde, en y a partir de la prensa. Hay que pensar, igualmente, si gbasta con situar el momento fundacional de la prensa oficial para entenderla2, y si ;su nacimiento significa, como reac- cién inmediata, el surgimiento de una prensa independiente?” ;Son formas de periodismo que corren de manera paralela? Esto es, en qué momento, podemos considerar 0 establecer, inicia la bifurcacién de la prensa en dos grandes contingentes: la prensa oficial y la independiente y si, y por qué, y de qué formas, las misma marcharon juntas una veces al un{sono y otras, més bien, ejecutando notas disonantes. Complejicemos el escenario un poco més. Si bien, se ha supuesto que la prensa independiente constituye la contraparte de la oficial, en realidad lo que podemos observar, y proponer a partir de nuestra observacién, (GosapFuc ésva la que con el paso del tiempo, y conforme se fueron definiendo las caracteristicas constitutivas de los diferentes tipos de periodismo, se encar- garia de asumir y representar los intereses y opiniones gubernamentales, toda vez, que los periédicos oficiales fueron excluidos del debate piiblico y vieron constrefiida su labor a la reproduccién de la documentacién oficial. Asf, en- tendiendo que la confrontacién se tejia entre la prensa independiente y la (Gente, parecieran compartir més de una posici6n y de una conviccién, coincidir en sus supuestos y fundamentos ideoldgicos, estar de acuerdo en sus opinio- nes politicas, abanderar las mismas causas y defender los mismos principios?, entre otras variantes. ;O acaso eso era imposible? Pensar en la prensa libre nos obliga también a cuestionarnos si ;@B1USTUC Entonces, :qué entendemos y cémo debemos entender el concepto independiente? ¢Qué sucede, cémo debemos reaccionar, cuando nos encontramos con periddicos independientes que avalan las acciones del gobierno 0 sus autoridades? ;Debemos acaso, por eso sélo hecho, deslegitimarla, descalificarla, trasladéndola al espacio de la prensa oficialista u oficiosa? Se hace pues necesario deslindar, diferenciar, matizar el escenario y sus protagonistas. Preguntémonos, en este contexto, a cerca de cules son los facrores que dan pie a que se piense que hay una prensa libre que se contrapone a otra que deberd ser estimada como sometida, equiparan- do una y otra a la independiente y a la oficialista u oficiosa? Y pensemos también, zindependiente de qué o respecto a qué? Acaso no es la prensa siempre dependiente de quienes la producen y facturan? Andependiente es GQRMABLD ,Qué significa en realidad independiente y dénde reside esa independencia? Lost sac cares a, esc anennton ISTO J que debemos situar li min asunto en " periodistico oficial, quid ou onstiuye el diseurso Ir ficial, quidn es el sujeto que lo construye s, por tiltimo, sobre a de como se € Algo 1 _y es el y quién debe produc produce desde dénde. entendido como un nto, encargado de difundie amental Ys Por : mental analizar las ligas del periodismo entender su sentido y no s6lo para Jexionar zen qué momen- 5 en descrédito, 0 si nunca rga negativa, o al prensa indepen- especie de portaver de lo. gubern xa opinidn oficial, Se hace pues fund oficial con el oficialista u oficioso, p: denostarlo. En tal sentido, debemos detenermnos to, a lo largo del siglo xix, la opinién oficialista cayé cuindo se le atribuy6 una c menos peyorativa? ¥ habrfa que pensar también por qué la “ ddiemtellibre, 0 lo que reconocemos como tal, y que en todo caso siempre stavo, asociada, vinculada, y en general fue producida por individuos o gru- pos con determinados interés, pudo erigirse como una voz auténoma, critica y ia daa és de qué mecanismo lo logr6. jue, de alguna forma, perdura lo tuvo?, gpor qué, cémo y hasta nuestros dias, mientras la prensa independiente logré mantenerse me- dianamente a salvo. :Cémo acercarnos a la prensa? Esimportante reconocer el esfterzo emprendido en este sentido por Adriana Pineda, quien se dio ala tarea de convocara un grupo de estudiosos para pensar estudiar juntos el tema de los periédicos oficiales que, al menos en el caso mexicano, ha sufido el despreci sistematico por Ptejuicios —académicos y politicos— que han marcado los acercamiencos de ls historiadores al uuniverso de la prensa. Fl presente libro reine las aportaciones resultado de una primera etapa de trabajo. Sobre el tema, la misma autora ha publicado Pineda, “Periddicos”, 2013, pp. 415-437. “ Arciculos 55, 56 y 60 comprendidos en la Seccién sexta: “De la formacidn de las leyes”, Constitucién de los Estados Unidos Mexicanos, 1824; en Dublin y Lozano, Legilaciin, 1876, T.1, pp. 725-726. ‘Un acercamienco las disposcionesconstacio-nales se encuenratambitn en Pineda, “Pe- iédicos’ 420-424 ere esieGy ie y 39 del apartado “De la formacién de las leyes”, comprendido en la Seccin rercera “Del pode legislatvo, de sus miembros de cuanto dice elacionado aa fooma- cin de eyes, Leyes consttucioales, 1836; en Dublin y Lovano, Lega, 1876,7, tp. 239. 6 Articulos 40, 41 y 42, Leyes constitucionales, 1836; en Dublin y Lozano, Legilacién, 1876-7. 1, p.239. También, e eflab pontvalmenela ful medantela cual toda com nicacién oficial —leyes y decretos— debia ser publicada, siendo esta: “El presidente de la Rept bles mexicana los habitames deel, sabe que! cones general a decretado fo siguiente (agutl texte). Porta, mando simprima, publique, cic sele dl debidocumplimient. a rviculos 59 y 60 del Tieulo Cuarto “Del Poder Legisativo", en el apartado “Formaciga de lasleyes”. Bases de Onganizacin Politica dela Republica Mexicana, 1842; en Dublin y Lozano, in, 1876, 7. Iv, p. 433. ¥ en el Articulo 65 también sefialaba la formula bajo la cual, ETN (aqui el nombre y apellido del presidente), presidente de a Repiiblica Seo a ees all, ebeds Que el congreso nacional ka decrerado,yelejecuive ‘ancionado| a {aqut el rexo)./ Por tanto, mando se imprima, publique, circuley se le é i imiento.” ; - 7 cea ee de la Reptiblica Mexicana, 1857, en Dublan y Lozano, Legislacién, engulfed ia simplemente de una omisién ; isi encia simplemente de un: : recisién al respecto pudo ser consecu! ‘ ; cea Se ae suponer que no se estipuld nada porque se daba por sentado la aml involuntaria, Los Peniop1cos OFciaLes EN México. DOCE RECUENTOS HIsTORICOS stalada tiempo atrés en el ritual guberna- de su difusién como parte de una practi ees idades y un derecho de los ciudadanos ty eransformada en una obligacidn de las autoridades y un derech 308 Se eo eatablece Juan N. Almonte, Decreto, 16 de julio de 1863, en Arillga, Recopilacién, 1863, "1 pp. 97-98 tceuint-cAnso, Carta impresa de Maximiliano a Joaquin Velézquez de Leén, México, 3 de oviembre de 1864. Nombre del fondo: Impresos de Reforma, Intervencién ¢ Imperio, 1853- arta al Ministro de Estado e Instruccién a los Prefectos Politicos. Fondo xxvii- 1873. Asunto: 1, Carpeta 6-7, Documento 459, 1 foja. a . " La Gaceta del Gobierno de México, impresa y difundida en 1810, es reconocida como la publicacién fundadora del género; sin embargo, ya en 1722, se habfa publicado la primera Gace- 1a de México, de la que sélo apatecieron seis nimeros. Posteriormente, a lo largo del siglo xvi vieron la luz otras del mismo género. Entre 1810 y 1830 se publicaron varios impresos que daban cuenta de la vida del gobierno y sus disposiciones —tales como la Gaceta de México, la Gacera del Gobierno de México, la Gacesa del Gobierno Imperial de México, nombre que tuvo bajo el breve “reinado” de Agustin de Iturbide; la Gaceta del Supremo Gobierno de la Federacién Mexicana, la Gaceta Diaria de México, entre otros—, fue en 1830 cuando el término oficial se incorporé como parte del titulo de la publicacién: Registro Oficial del Gobierno de los Estados Unidas Mexicanos. ¥ en 1833, se llamé El Telégrafo. Periddico Oficial del Gobierno de los Estados Unidos Mexicanos. Sobre el tema véase Coudart, “En torno”, 2004 y Vargas, “Breve”, 1976, pp. 249-251. Respecto a la historia del Diario Oficial remitimos a Vargas quien presenta un amplio y detallado panorama, que sigue siendo iitil a pesar de los afios transcurtidos desde la publicacién de su estudio, Vargas, “Breve”, 1976. Un libro interesante sobre México y las publicaciones oficiales generadas por los tres poderes —ejecutivo, legislativo y judicial—a través de sus principales instituciones o dependencias lo constituye el de Melville Ker, Mexican, 1940. Del tema de los periddicos oficiales se ocupa también Fernandez, “Publicaciones”, 1988. "En 1830 la Secretaria de Relaciones emitié una circular en la que daba cuenta de la creacién de un nuevo periddico oficial que llevaria por nombre Registro oficial y que sustituiria lo que hasta entonces habia sido la Gaceta. En la misma circular dejaba en claro, que la finalidad de este impreso era que a través de él ruvieran “toda la publicidad posible” las “providencias del gobier- no, las discusiones y resoluciones del congreso y los fallos mds notables del poder judicial”. Enero 16 de 1830. Circular de la Secretaria de Relaciones. Noticias y documentos que para el Peridico oficial han de dar a la secretarfa de relaciones las oficinas que se expresan. En Dublin y Lozano, Legislacién, 1876, T. 1, pp. 215-216, Afios mds tarde, en 1848, una circular del Ministerio de Relaciones consignaba: “que los Periddicos oficiales que se dirigen de su redaccién alas autoridades, corpotaciones y otras ofici- ca a Por objeto ave se forme a © dos colecciones exactas [..] y conste siempre en el ae - Sobre periddicos oficiales. En Dublén y Lozano, Legislacién, 1876," 0 Coudart propone que en el caso de los gobernadores del estado de Morelos, durante el Porfiriato, la administracién hizo del peri f pa ae Cauda "Prose an pereicn oficial su plataforma politica. Sobre el tema 1 “Julio 16de 1863, Decreto (dela Regencia del I imperio Mexicano, en Arvillaga, Recopilacién, ve, ba petiodicidad y el significado que la mi ‘ituyen otro tema que requiere un estudio an, Imperio) que establece el Periddico Oficial del 1863, T.1, pp. 97-98, El resaltado es nuestro. sma supone para las publicaciones oficiales cons- altico particular. Los Pridnicos OniciALis rcIMONONICOS, “Diciembre 31 de 1864. Decteto del emperador Maximilian sobre el Periddico Oficial del Imperio Mexicano que cambia su titulo por el de Diario del Imperio. Ein Boletin, 1865," i, pp. 302-303. ” “Comunico a ud. por acu do del ciudadano presidente de la Re decretos y dems disposiciones de las autoridades federales, son obligatorias por el hecho de publicarse en el periddico oficial del gobierno supremo.” Agosto 16 de 1867. Ministerio de Relaciones. Circular. Las leyes son obligatorias por el hecho de publicarseen el Diario Oficial. En Dublin y Lozano, Legislacién, 1873, r.%, p. 57. Esta circular fue difundida en el Diario Ofcial del Gobierno Supremo de la Repriblica, 20 de agosto de 1867, segiin lo consigna Vargas, “Breve”, 1976, p. 252. " Articulo 72, fraccién ‘a’, del Titulo Tercero, Capitulo it: “Del poder legislativo”, Seccién tt: “De la iniciativa y formacién de las Leyes”. Constitucidn Politica de los Estados Unidos Mexica- nos, 1917; en linea en el Instituto de Investigaciones Juridicas, fecha de consulta: 20 septiembre de 2013. DE: http://wwwjuridicas.unam.mx/infjut/leg/conshist/pdfl 1917 pdf. °° Diario Oficial de la Federacién, 5 de febrero de 1917. ® Articulo 161, fraccién it, Constitucién de os Estados Unidos Mexicanos, 1824. En Dublin y Lozano, Legislacién, 1876, t. 1, p. 735. Articulo 140, fracciones iy i Bases de Organizacién Politica de la Reptblica Mexicana, 1842. En Dublin y Lozano, Legislacién, 1876, 7.1, p. 443. Articulo 120, Constitucién Politica de los Estados Unidos Mexicanos, 1917. * El voceo de periddicos fue constantemente, a lo largo del siglo, una preocupacién de las autoridades, y de los propios miembros de la prensa, Reiteradamente diferentes administracio- nes trataron de prohibitlo, o al menos, de limitarlo, El voceo eta muy importante, sin duda, en elcontexto de una poblacién con alto grado de analfabetismo, que se enteraba de las noticias por su difusién oral, ® Nos referimos a la circulacién directa entre la poblacién, porque tenemos claro que los periédicos oficiales, ademss de llegar a las oficinas de gobierno, se intercambiaban con los dem: imptesos y que estos servfan también como canales de difusién de aquellos contenidos oficiales iblica, que las leyes, que podfan interesar a ptiblicos amplios. ® “Secretaria de Estado y del despacho de gobernacién.- Seccién segunda.- Circular nximero 8.- Exmo. Sr.- El Exmo. Sr. presidente sustituto, que considera como uno de sus mas importan- tes deberes el de promover la instruccién del pueblo por cuantos medias estén a su alcané considerando asimismo que es de suma necesidad y conveniente que todos los habitantes de repiiblica estén impuestos de la marcha que sigue su administracién y de las providencias que el gobierno dicta para afianzar la paz, el orden y la tranquilidad piblica: descando igualmente que Ia opinién se uniforme y que las ideas del pueblo no sean extraviadas por las falsas especies que intencionalmente esparcen los enemigos dela libertad, y que la moralidad se defienda por todas las clases; y considerando, por iltimo, que uno de los medios mas eficaces para conseguir estos fines, es el de hacer que el pueblo lea los periédicos; que en todos los paises civil deran como un poderoso agente para generalizar la ilustracién y formar el espiritu publico, me ordena S. E, digaa V. E. gue el periddico oficial de se Estado se ije de una manera ostensible en el ‘paraje mas priblico de todas las ciudades, villas y lugares de su mando, a.cuyo fin remitirs V. E. el ntimero suficiente de ejemplares a las prefecturas, para que estas los circulen a las sub-prefecturas ya todas las municipalidades del Estado. El periddico debe quitarse al concluir el dfa y ponerse en el siguiente, cuidando de que aunque éste sea semanario se fije diariamente. ‘También me encarga S. E. recomiende a V. E., que puesto que de este modo va a tener el periddico oficial de ese gobierno una publicidad, si puedo expresarme ast, mas popular, cuide V. E, de que contenga articulos que contribuyan eficazmente al fin que el gobierno se propone al dictar la presente disposicién. 37 Loss Prmsonicos Onnciatss EN MEXICO. DOCE RECUENTOS IST Protesto a V. E. mi distinguida consideraci6n. Dios y libertad, Méjico, mayo 28 de 1856. — Lafragua. no, Sr. gobernador del Estado de. . oe Per italic oficiales, Se manda fijarlos en parajes visibles para que los lea el puiblico”, [Jose Mari : 1 sua, Circular del 28 de mayo de 1856, en Legislacién Mexicana, 1856, pp. 530. 52. Las cursivas son nucstras. 2 Ast lo muestra la prctica de dstribuir y pegat las convocarorias y reS0 S08 os priblicos que instrumentaban los ayuntamientos para los comicios presidenciales y del que rrnertos segs, por ejemplo, para el caso de Ia ciudad de México; al respecto véase Fausta as Wee te 1884, una mirada ala vida politica dela ciudad de México”, ando Aguayo (coords.), Justantdneas de la ciudad de México. Un ico, Instituto Mora, UAM-Cuajimalpa, Banamex, CMCH, 2013, y resultados electorales en Ganuiis, “Las elecciones fe cn Alicia Salmerén y Fe album de 1883-1884, M 1.1, pp: 173-195, ; ; Publicado en el Periddico Oficial de Chibuabua y reproducido en El Partido Liberal, 18 de enero de 1893, p. 1: “Los periddicos oficiales.” Enero 16 de 1830. Circular de la Secretaria de Relaciones. Noticias y documentos que para hhan dedara la secretarfa de relaciones las oficinas que se expresan. En Dublén el periddico of y Lozano, Legislacién, 1876,"r. 1, pp. 215-216. a »7 Agosto 24 de 1852. Decreto del gobierno. Reglamento y planta de los Ministerios de Relaciones y Justicia. En Dublin y Lozano, Legislacién, 1877, 7. vit, p. 241. % Agosto 28 de 1852. Decreto del gobierno. Reglamento para las impresiones del mismo. En Dubbin y Lozano, Legislacién, 1877, r. vil, pp. 248-254. ” Coudart, “Prensa’, 2011, pp. 289-304. ” Publicado en el Periddico Oficial de Chihuahua y reproducido en El Partido Liberal, 18 de encro de 1893, p. I: “Los periddicos oficiales.” “| En 1856, por ejemplo, £! Omnibus ponia énfasis en la conveniencia de que ese tipo de impresos fueran publicados, lo que consideraba como “provechoso y necesario” para el bien de los pueblos y también, veia en ello el medio a través del cual, las autoridades pod: icias auténticas y orientar asia los demés miembros de la prensa. El tema de las noticias ciertas fa relevancia frente a la idea de que los periédicos opositores difundfan noticias falsas con id de perjudicar la adecuada marcha del gobierno. José Sebastian Segura, El Omnibus,7 de enero de 1856, p. 2: “El Periédico Oficial”. ” [Ll Monitor Republicano, 31 de agosto de 1883, p. 4: “Los periédicos oficiales.” |. ..] la forma del periddico oficial debe relacionarse con la importancia de cada Estado, y por lo mismo, con la cantidad de documentos a que haya de dar publicidad oportuna.” M. Gutiérrex Najera, El Partido Liberal, 18 de enero de 1893, p. 1: “Los periédicos oficiales”; La Sombra de Arteaga, 17 de enero de 1893, p. 3: “Al Periédico Oficial de Chihuahua”. »*[..,] narrar todos aquellos sucesos que dan idea del modo de ser de un pueblo, de sus diatios acontecimientos locales y de todo aquello que merece publicidad.” José Sebastién Segura, HOmnibus,7 de enero de 1856, p. 2: “El Periédico Oficial”. »*[...] un gobierno que se precia de eminente republicano, debe dar cuenta de sus actos en un documento auténtico, por decirlo asf, donde no se desfiguren los hechos [...]” José Sebastién Segura, Ll Omnibus, 7 de eneto de 1856, p. 2: “El Petiédico Oficial”, °*La Sombra de Arteaga, 17 de enero de 1893, p. 3: “Al Periédico Oficial de Chihuahua’. 51a Sombra de Arteaga, 17 de enero de 1893, p. 3: “Al Periédico Oficial de Chihuahua”. : ‘ steno a dies Liberal 18 de enero de 1893, p. 1: “Los periédicos oficiales.” : iclufa en sus paginas, ademés de secciones dedicadas a los asunt0s wey a cae le hina e estadistica, cientifica, literaria, de industria, mineria, , s0s of r, 1953p 3°Al Pein Ofdel de CHR Gene meet docu | Los Persopicos OriciaLes DECIIONONICOS “A semejanza del que con tanto tino redacta en esta capital Dario Balandrano, consignan los de los Estados noticias de China y Africa, de los vedas y los budistas, de manera que siempre que Jos leemos quedamos completamente instruidos del estado que guardan los asuntos de dichos Estados.” £! Combate, 14 de mayo de 1876, p. 3: “Los periédicos oficiales.” “Dice el Reproductor de Orizaba que es intitil mantener cambio con los periédicos oficiales delos Estados, supuesto que no traen una sola noticia de importancia referente ala localidad y a veces ni siquiera publican los decretos y demas disposiciones del gobierno. Noe falta razén al Reproductor de Orizaba.” El Monitor Republicano, 31 de agosto de 1883, p- 4: “Los periédicos oficiales.” En el contexto de esta discusién, un par de afios mas tarde, se hacia saber que para atendlet la critica de la prensa a los periédicos oficiales, estos, al menos algunos de ellos, trataban de hacerlos mis atractivos incluyendo noticias locales que pudieran ser de interés, “[...] la mayor parte de las, Publicaciones oficiales de los Estados, en vista delos dicho por la prensa, han procurado en estos liltimos tiempos, dar alguna novedad a las mencionadas hojas, insertando en ellas las noticias locales de algiin interés. Tan slo el Periddico Oficial del Estado de Durango sigue tan insipido como de costumbre”. £7 Nacional, 28 de agosto de 1885, p. 3: “El Periédico Oficial del Estado de Durango”, *® José Sebastian Segura, El Omnibus, 7 de enero de 1856, p. 2: “El Periddico Oficial”. ‘© M, Guticerez Najera, El Partido Liberal, 18 de enero de 1893, p. 1: “Los periddicos oficiales.” “La Sombra de Arteaga, 17 de enero de 1893, p. 3: “Al Periddico Oficial de Chihuahua” © M, Gutiérrez Najera, El Pertido Liberal, 18 de enero de 1893, p. 1: “Los periddicos oficial “Para defender en sus Iineas generales un sistema politico, un plan administrativos para sondear, en determinadas materias la opinién publica, con el honrado fin de atenderla y ajustar a ella su conducta, cuenta el gobierno con sus amigos, con los que en otros petiddicos escriben y conformes con la marcha gubernativa, persiguen leal y francamente los mismos ideales que él Aestos toca, siempre que sea de justicia, nunca de otro modo ni por lucro indebido, entrar en minucias administrativas, recoger datos fidedignos para mostrar la injusticia de una acusacién, y seguir las polémicas que se susciten, aceptando ellos la propia y exclusiva de cuanto escriben,” M. Gutiérrez Najera, El Partido Liberal, 18 de enero de 1893, p. 1: “Los periédicos oficiales.” © Bl eérmino aparece en algunos periédicos mexicanos desde 1827, para refetirse a la prensa francesa. E1 Sof, 2 de agosto de 1827. En ese mismo periddico, unos afios mas tarde, se reprodu- ciria el “Prospecto” del periédico La Palanca, en el cual, se utiliza la expresién aplicada al caso mexicano, El Sof, 8 de mayo de 1831. A partir de entonces, el uso se multiplicaria y generalizarfa, En 1838 el Diario del Gobierno sefialarta que una de las dos grandes bases de todos los derechos politicos que posefa el pafs era la “prensa libre”, y la “tepresentacién popular” la otra. Diario del Gobierno de la Repuiblica Mexicana, 31 de enero de 1838. La expresién formé también, parte del vocabulario oficial desde la primera mitad del siglo, como consta, por ejemplo, en un decreto oficial de 1841. Decreto del Gobierno, Sobre amortizacién de la moneda de cobre y acufiacién de una nueva, Noviembre 24 de 1841, Publicado en Dublin y Lozano, Legislacién, 1876, t.1v, pp- 57-58. “ José Sebastidn Segura, E! Omnibus, 7 de enero de 1856, p. 2: “El Periédico Oficial”. ® Preocupados también por la cuestién de la definicién de conceptos utilizados en la prensa y en los estudios de prensa, especialmente, un grupo de estudios del tema se dio a la tarea de pensar algunas categorias en particular que vale la pena revisar y conocer. Los trabajos se encuen- tran reunidos en Lombardo, Impresos, 2014. ® Diccionario, 1803, pp. 594-595. Ya en el Diccionario de autoridades de 1737, se definia como oficial a quien tenia plaza con sueldo y estaba sujeto a las érdenes de sus superiores en alguna secretaria. Diccionario, T. V, 1737, Los Prmonicos Ons EN MEXICO, DOCH HECUEESEOS HISTORICOS revisado en linea en el Nuevo diccionario histérico del espanol, DE: hutp://web.ftl.es/DA.huml, consultado el 1 de enero de 2015. ™'Piecionaria, 1852, pp. 485-486. * “Lo que es de oficio y no particu: Diccionario Universal, 1878, pp. 66. ; Como podemos observar, en el contexto del uso del concepto, destaca la separacién entre los Aimbitos privado y oficial, quedando este titimo, aunque no se haya expresado explicitamente, s puiblico y, por tanto, de cardcter 0 6 privado: como: documento oficial noticia oficial” iludiendo as como la contraparte de lo particula interés general, oo “Que es de oficio, y no particular 6 privado. Docu-mento, noticia, Ove.” Diccionario, 1881, p. 754. * Aunque la autoridad es aqui entendida en su s Jo amplio y no exclusivamente como aquellas que tienen bajo sit mando los asuntos de gobierno, de Estado. “Diccionario, 1899, p. 708. Mapa de diccionarios académicos, DE: hutp://web.fiLes/nille/SrvkGUILoginNuletPub, consultado el 1 de enero de 2015. Desde 1825, en la Guceta del gobierno de México se dejaba en claro que, “ademds de los articulos de oficio que ha contenido hasta ahora, publicars en extracto las sesiones de las cdmaras. Contendri las noticias extranjeras interesantes,... Dedicard también algu os articulosa las artes y ciencias... No se excluirin del plan de la gaceta los datos estadisticos que se adquieran sobre los diferentes Estados de la Rept Dblica y los dems paises americanos, Bajo el de Variedades, publi én algunos articulos literarios”; en Melville, Mesican, 1940, p. 4. Actualizamos la orto- graffa que no afecta el sentido literal. © Quiad, aunque no es materia de esta reflexién, constituye también, una particularidad del so mexicano frente a los usos y sentidos quie tuvo ese cjemplo, en lo que respecta a Argenti difusién de informacién y rd tambi 10 de periodismo en otras latitudes Por les se constriferon tinicamente a la a reproduccidn de documentos y disposiciones oficiales, Agradezco a Maria Celia Bravo las conversaciones ¢ informacidn sobre este tema para el caso argen * Por ejemplo, en ef caso de Campeche, en la década del s enfrentamientos entre quienes estaban en el poder, el partido encabezado por Pablo Garcia, ¥ quienes hichaban por accedera dl los del paride derado por los hetmanos Pedro y Joaquin Baranda en el periddico oficial, La Discusién, se deja sentit la influenc ® Por ejemplo, el caso de El Espiritu Piblico, Per Campeche (1860- 1863). De discutir este tema, aunque Rayén, México, 2001, pp. 40-46. ® Denu nto a este tema, pero centrado en el caso encuentra en Pérez-Rayén, México, 2001, pp. 46-51. ® Enel caso mexicano los periédicos, y posteriormente d xvin, en tanto la prensa independiente a, los diarios ofic no. nta yen el marco de los a de los opositores al. gobierno. vriddico Semioficial del Gobierno del Entado de nirada en el caso de El Imparcial, se ha ocupado Pérer- fo, un acercami del Diario del Hogar, se ios, oficiales iniciaron en el siglo Seconsolidé hasta mediados del siglo xix.

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