You are on page 1of 22
practica psicoanalitica reciente desoubre “nue- vos pacientes”. Mas alld de las apariencias ola sicas, histeria 0 neurosis obsesiva, las heridas narcisistas, los riesgos de la psicosis, los sintomas. psicosomaticos muestran todos una particular dificul- tad de representacién. El espacio psiquico, ese cuarlo oscuro de nuestra identidad donde se reflejan a la vez la angustia de vivir, la alegria y la libertad del hombre occidental, zest, tal vez, a punto de desaparecer? Este conjunto de estudios plantea una cuestion alar- mante que revela no s6lo una urgencia terapéutica, sino también un problema de civilizacion. zCémo no ver, por ejemplo, que “el regreso de las _ religiones" entrafia una relectura de la Biblia y de los Evangelios? 2Qué el arte y Ja literatura se iluminan con nueva luz? Qué la inquietud sexual y metafisica res én Europa es indice de una profunda el coraz6n de las ideologias en quiebra en el viejo continente? Estas “nuevas enfermedades del alma” son pro- mosas de creatividad? Quiza, pero a condicion de en- tenderlas, de analizarlas, de escribirlas. Coleccién TEOREMA serie mayor ° LAS NUEVAS ENFERMEDADES DEL ALMA julia Kristeva Coleccién Teorema ie mayor Julia Kristeva Las nuevas enfermedades del alma CATEDRA "TBOREMA, El alma y la imagen Es iis importante pa lego dl ala que Dewocurro, B 187 {iene usted un alma? Le pregunta, filos6fica, teol6gica o simple- 1a adquitido ua nuevo valor hoy en dia. Frente a 1 aerobic y el 2apeo, gsigue existiendo el alma? EMEDICINA 0 FILOSOFIA? a poigue griege ha conocido vasiantes exquistas,aprovechando el cafreniamiento entre los médicos y los Fl6sofos, antes de desembocar en el wanimay de los estoicos latinos. Volviendo a la distincién rmetafisica entre el cuerpo y el alma, los médicos de le Antigiiedad cons- truyeron una verdadera analogia que prefigura la psiquiatria moderna: existen unas wenfermedades del alma» comparables a las enfermedades somaticas. Las pasiones, de la tristeza al podtian ser algunas de ellas. Este paralelismo condujo entre algunos de ellos a una concepeién «monistay del ser humano, Para la mayor parte, sin embargo, la idea de una copeeseacia, de un isomorfismo in- claso, entre los dos émbitos separados, el psiquico y el somatico, con- firemaba su diferencia radical. Los dualismos triunfan desde la Antigtie- ad, unos pensados como dinimicas de flujos complemeatarios, otros u obleméticas. Mis alli de las avan: tratan de reabsorberla en el soma, Ia psiqu usca en vano (zen el coraz6n?, zlos humores?, gel cexebro?) jo un enigma ireductible, Estructura de sentido, representa los los del ser que se dirige a otro ser. Asi obtiene un valor terapéutico al mismo tiempo que moral. Al garantizar la responsabilidad del indi duo animado respecto a su cuerpo, lo sustrae asi de la fatalidad bi como antinon Tenios la vida 3. Consagrados al absoluto, a Dios 0 a Jess, los excesos pasionales dejan de ser patolégi- cos y marcan el ‘mistico del alma hacia el Ultimo. Pata que la ‘mental se reconstruya, tvo que fisurarse la daléetica de la apropiarse del cuerpo y los humores en objetos de observacion y de con Ia condiciéa de homologerla ct enfermo?. Hay que recordar no obstante que este gesto se re ‘monta a mucho antes de la época clisica. Podemos detectarlo incluso en las raices de la filosofia y de la medicina griegas, que dieron forma a la diferencia y la analogia entre las enfermedades del cuerpo y las enferme- dades del alma. La psiquiatrla moderna, especialmente en Ph. Pinel’, it aes fre enc lacs dele argue dl iad mdi lara ot eels, tadoceon de fos Jose Use Mic, Fe 985; ¢ Historia de ie Calera Bo a neocon mantl mani, Madsid, Nev, Sin de Be Sire Pang, Madd de forma pa wis aN ‘que denom ERSTE de un «aparato psigh ‘cuerpo, sometida a a, pero tributar vertido en eaparato psiquicos, produce unos sintomas (palquicos o so maticos) y se modifica en Ia trunsferencia No obstante, el invento del inconsciente y de la transferencia se ‘mite a reactualizar el antiguo mediante el deseo sexual, y hast la inscripeid cara en la transferencia entendida como resctualizacion de psicosensoriales anteriores, son algunos de los sis que cruzan las fronteras cuerpojalma y trabajan sobre objetos traas- versales a esta dicotomia. Queda no obstante la palanca ling 1 signiffeante, cl habla del analizando y la del anslista fquicas, en el ictibles a los sustratos biol6gicos més a menos identifi- lo actual de a ciencia de «psiquen, reconoce las sing ficacién y reabsorbe Ia patoloj nnociGn misma de enfermedad dentro de unas logicas especificas. La iquica tiende, si no a desaparecer, a iden. se con una de las potencialidades l6gicas iamanentes a todo «apa- ato psiquicon (Freud), a todo «pariétrey [parler = hablar; éire = set] (Lacan), Si bien se cuestionan también la «normay y Ia «anomalia», el vigor del psicoandlisis no se limita a esta subversion en la que se reco ‘nocen los espiritus libertarios desde hace ya casi un siglo. La insistencia en cl sentido, la utilizacion del habla erotizada en la transferencia, son an ayy salvo que se rt Cornple, en Noeva, 1810 Del Proyecto de wns pute pare mardgye (1988), 4a ntrpreacin dele nie hy fobre me signo de reconocimiento esencial en esta aventura singular que es el descubrimiento freudiano Fiel a la éviea de In petsona que Occidente tia’ eatioredo) en tos intersticios de su filosofia, de su religion y de-su cieneia, el psivoantlisis pela a la vide del ser patlante, consolidando y explotando su rida ‘pein. Pstamos con vida vaicimente si tenemos ua vida psiquiet: Intolerable, dolorosa, mortifera o jubilosa, esta vida psiquica —-que combina unos sistemas de representacién transversal al lenguyje-~ da Seceso al cuerpo y 2 los demis. A través del alma somos capaces'de serionce. (Ea vida peiguica ex un diseusso en acto, perjudicial o-tlva- for, en el que somos el sujeto:]Estamos juntos para analizatlo: park disclverlo y empezar de noevo, Nunca en la’ historia fos efectos sus- tanciales de representaciones signifcantes se reconocieron’y utilizaron con tanta precisién y tanta fuerza. Con Preud, lx prigie vive me nueva por la plaralidad judaica de las interpretaciones, el Ta etransustan- euerpo vivo. Estamos que realizé Freud con las tradiciones que le precedieron. De la valo- Hizacién del alma extrajo un medio de accién indistintamente terapéu- ‘ico y moral ‘Los avances de las ciencias, especialmente de la biologia y de la ne robiologia, podian hacer esperar la muerte del alma. Efectivamente, iguimos necesitando esta quimera milenaria cuando los secretos de las nneuronas, sus humores y su electricidad estén cada vex. mas descodifica dos? 2No sirven los mismos esquemas cognitivos, tanto para los co portamientos celulates como pata los de los individuos? Si el sujeto con su alma, que crelamos expulsado de la «werdadera» ‘vuelve al galope en Its teorias biologicas mis sofisticadas baj ra del cognitivismo, «La imagen esté presente en el cerebro antes que él 11 «Bs Ia ted nerviosa Ia que es penetra ‘da por ia actividad cognitiva que en ella se desarrolla, y no la arquitee~ ‘ura cognitiva la que sufre los condicionamientos de Ia red nerviosa* «No podemos tratar de prescindir de la teleonomia»?, «No veo mo concebir un fuancionamiento mental sia reptesentacién de objetivo, rdhmann y Matk Jesnnerot, Eri, ol ru? Pasha of ar foundation of eo sy M, Jeanne pt pig 129. cs decir, sin sujeto que trate de representarse a si mismo y al objetivo perseguidos", Imagen antes que el objeto, tleonomia, representacin.. Alma, Zes- tis ahi? Si el cognitivismo no debe conducie a la bi cespirivualisca, ha | momento de preguntarse de qué esté hecha un alma, . Brida en rencgar de la citracion mater na, esta economia antena i omnipotencn de le made y del hi des ‘cad com el, Esta omnipo et conslidabal fantasia de Bisexslidad en el pacionte clot, que madre filica y (ellas) lo eran ‘No obstante, esta omnipotencia autoerdtica le hacia renegar de to- dos los componentes de este sistema cerrado. La fantasia de omnipoten. cia se invertia como impotencia. Impotencia de la madre, pues al consteuirse como cera un mero soporte decora- do fet Timpoteacia del ica y el cafentado ome ser co talents ext impotenca crc sn objeto no hay seo) fable oe Contr ss aan ene pension de Dies adecurdanene coe trad de acuerdo con lt vormas dela grade te pes yas serton socal, n aparcieexpeciiad seb Tego hae a ate el Fel pulione innombables, fd, Didier habia rcaedo en I rect de ua vendadera ssractrn pervena, Sin embucgo, con lh enegtebn ys sneonaon ie aj cn on nn economia prvers ees prio actos De modo tal que la simbollzacion en el paciene ne peda tnieun eal protector cate los access pulsionle:Entonee spacey its somtiztlone La cape de watoeratam se fase paste cao afectos y las creado una dis- au «ino de metfor, alos sintoinas de uaa dematosis, Calpabilided 2a amo indie de una fngilidad dela denidad saris cya aa eerie ca a piel La enermedads de a piel aumentaron fare de ts mucte de su made : tn oases pen mo a eno conn ce we Pa funclonamlentosimbalico, por otra. Esta no conexion dab Bpeley al descublerto,expucso fx somatzacioncs. E-antouioti- Pkt anita eran un intenco de pale ex Fractuas m rey contin, no de uaa Mena inode wn wot v0 es uaconadny astedigiene, sdcouna sn eaenens yin Tee eee enmcear co fancion defeniva arn enontts, «sss Fee dese un scan as pins ja ore, de los. du iguaente Fe eae ocaon de la misnn ova, Sélo entonces ee peable aera elf snumness del edipo: en prime gat pr reconstsi, seer ls Itoi predipcas que balan quedado seprsd, et Gilat, ates de labora tani como ta mo y [BL SUENO «OPERATIVOn DE.UNA IDENTIDAD CATASTROMICA de Didier adoptaban un aspecto defen- este suefio se slats de sefios de D sivo, neutralizados, «aperativor!s. Como tantos otro ato estenogrifico y de asoeia Didies ett asomado ala ventana ce a casa fan ‘tra mal o alguien le empuje y cae al vacio. Momento de angustia {que le arranca un grito, al menos ¢s0 le parece. En todo caso ces mudo, De tepente, se da cuenta de que esté delante de un ¢3 tefleja el rostro de su hesmana, La turbaci6n no es menor y le despierta, Didier habla de wgtito» y de «tarbacion» con la nentralidad que le carac- tetiza, No hay ningin devalle en la casa, la ventana, el espejo. Tl suet suciio congelado, Pienso en Ia angustia ante el abis- jet, de la hermana. Quizé tam- presenta en forma de congela el vacto. mo: angustia ante la castracion de Ia m sha dele pass Liectsmente, ‘éeico ato y fo gue 80 se Ps gu rors i commtizacio, nm tepio, et ie alg den peseson, de a somataccn, el lf in obvi de Die ue ai tia entomno habria despertado el miedo a no ser? Inubiera podido no nacer si su padre no hubiera abandonado a la , 0 si su madre hubiere arrojado (j#) y no s6lo rechazado nfo, tan decepcionante que lo habia disfrazado de nia. An- del no ser de esta ventana abierta de par en par: agujeso negro del naxcisismo, condena « muerte de si, que me sevelaba regiones no estructaradas ea la psique de Didies. Al no haber encontra- es cadtieasintensas y agresivas inscribian el vaio en la libido y'en la mente del paciente Si mi hipétesis de un «agujero negro arcisista» fuera ciesta, enton ces verse como una hermana, una hembra, un doble de a madse, podria servir para taponar este «agujero acgto». Sin embargo, Didice no se habia confundido con su hermana, babia «congelado» este disfeaz posi- ble, como habia congelado Ia angustia de su aniquilacién. Los haba «zellejado». Su hermana no le interesa ni a su padre ni'a su madre. Ser tuna mujer no es ninguna perspectiva excitante. No hay perspectivas, nada que haces: quedarse impotente. El fs que wna mujer teaduce el hecho de que este hombre corse el peligro de la faniss. Batre el abismo al pie de la ventana y el espejo con de la hermana, Didier elige... el espejo. Es decir, que proyecta sobre su _30 los contlictos pulsionales soldados a su objeto, inaccesibles, congela dos. Feiamente,elige ser el objeto fetiche ce su madse, niio-niia de la ‘masturbaciéa materaa. Imagino que este mujer compensabs, en una clausura autoertica, casi autista, los celos que debia despertar en ella el, recuerdo de la extranjera, ada del padre. aa su angustia de per- dice su identidad sexual, suger! tambiéa que ésta podia ocultar una angusia carastrofien de auilacién total de jo, «No creo, ego apitico. Inego el silencio. Cortina. Rechavo. Hasta aqui hemos llegado. Bfectivamente, Didier me habia confesado que nunca se arfojaia «pot esta ventana» y que «no provocaria el nacimiento de nace». Quiri queria también que no naciese nada de auestro trabajo, Traté de vinea- Jar esta opacidad con el piso cerrado con siete llaves de la madee: Didier o quiere mostrarme nada de su vida interior, pues ala madres se lo ha llevado todo con ella. Didier tiene miedo de que su madse descubra sus pasiones, sus miedos, sus odios; se-tranquiliza pensando que «ella no «ta especialistan. Tenta miedo de que lo dejase caer por la ventana si se mostraba mais o de que le presentase un expejo del que estariaausente su imagen de hombre? jedo de no set 2B [EN EA CONTRATRANSFERENCIA El recurso «la teorizacién eflotantes es, en definitivay el terter ofdo —-distante, pero implicito © indispensable— que modula ait dato de contratransferencia como iaterpretacién analitica:pertinente: Mivesei~ ‘cha de Didier y lo que habia estructurado a partir de ella me eeéordaban las observaciones de Gillepsic sobre la omnipotencia del perverso; que I economia de la perversién con la de-ta psicosis (el perver~ so se siti entre la defensa reprimida y el caracter esquizoide o escin do'9, Desde una perspectiva similar, B, Glover habia considétado ta perversin como una neutralizacién de la agresividad infantil y un eom- promiso para presetvar la sensacién de, realidad! La inayot parte te fos autores modernos, influides por los trabajos'de’ Wirinicote sobre la relacin madre-bebé y el objeto transicional", insisten en ii latencia pie cética de la perversién. Joyce McDougall establece una relacién entire la personalidad perversa y desorganizaciones arcaicas prec yo". Estos trastornos, en los que lz perversién aparece como talla defensiva y el «self falso» como su cristalizacién, remiten a Ia sinto- matologia narcisista analizada por A. Green®. Por otta parte, mi traba- relacion: © WH. Gilles of Pybacnaiys, 3, PE Clover, The relation of perversion form sensen, cn On the Eels Delpmett Mind, Landes, WW Winnieor, El proven de madaraién esarrloescional, 9 1 on the analysis of seal perversions, etraatonal Journal nao, 1936. Wd ko etude pare ana teria ded re I catia psiguis ensure inales prscncesn, Joyce MeDougal ha descubereaconficos preeaipens en lt perver. Sion (Plan ont rte anormal, Gallraré 1978), antes de pos ‘que. pos cate ene ongen de las cegresiones Tile que stu ver funcloman como defenas contra experience mowers, is de un actus perveroo (es Thiderer de fe, Gallimard 1982, 537), des iin de M. Mahler eb no forma de iene se oculs, 90 obstaste, une identidad jee (te. J. MeDou Reoneedsand "en lnretionel Journal of Prybaenit, 1986, 1, 19, iii andthe Vie of Iden, Pret, 1968) {que lama snarcisiamo negativos, nacidn negativa, pcos Blanes Ito sue deja hell 24 ee ee jo con Didier sigue de cerca algunas propuestas de J. Lacan relativas a Ja perversién: el fetichismo perverso no borra la funci6n paterna. Al preservar su. valor del que se ha renegado, la provoca («pére-ver sion). re el lengusje y el fu rmiento psiquico me llevaron a cuestionaeme sobre la stuacién pasticu- asi como sobre las formaciones imaginarias (suefios, 5) en el perverso. Dentro de este contexto clinico y tebrico, he observaco que los dni cos momentos qe pareian sa Didier de su eneuraldads no de imasiado «benévola» eran aquellos en los que me hablaba de su pintura Elantndo de vu dncorso, muy eespecilzadon y efeicos, me peda imaginar sus cuadzos. No obstante, la 17g se aaimaba, lo vela enrojeces, Ja emocién afforaba. La pintura era aparentemente ta parte oculta del iceberg que construie con su diseurso. Decir aver» no le «decia» nada, Sus pasiones no estaban admitidas en el habla. Didier «signifieaba» de forms diferente. Los sustitutos de las representaciones de las cosas (sus cuadros) ocupaban el lugar de la relacida entre representaciones de co- ‘sas y representaciones de palabras, con el fin de garantizar Ia identidad psiquica que su yo narcisista no conseguia crear. Al imbricar signifiea- trapartida, los signos iados de los actos y dos, vacios, abstractos. Ienguaje quedaban aligerados de sentido, diso desprovistos de afectos. Signos rita : strunpen en prveion, ane qu oo tins ee de ann inp ce ly ech gu ve ls acon, ach Silene comms aston, Repco alo tai un padre del, sa pervecelon so gue dese veri hacia F vi is Spe teeny 175, spar pce proce ever coc Gtr yal 1 cma de 67) cs Proud (Ormcer, 11,1 de matzo de 1976). ee 25 PINTURA Y EXHIBICION: NOMBRAR NO ES AGTUAR. Asi se ote6 en mi la econviceién contratransfereneisly de que ellen: deseo de Didier era mis In pintara que ta tun camino equivoeado al apostar “inicamente por su habla defens incluie en la cura fanbien 1 durante nn tiempo los medios de expresién en los que habia codifieado, © al menos asi lo suponia, sus traumas y sus deseos. Me trajo fotos de Sus obras que coment6 una a una. Las obras de Didier eran merelas'de colleges y de pinturas, Me impact6 la violencia de este «discurso> peti: co sobre todo por la diferencia que establecta con ln'newsralidht ia-ab~ solata cortesia y la abstraccién del diseusso que me habia dirigido*hasta dos, como surgidos de"uns aeni= ceria, sexes dife cbr del arias stitufan una nueva identided. Y todo ello sin que-una imagen abarcase los restos de personas despedazadas, principalmente femeninas, _ que revelaban sus aspectos irisorios, su fealdad insospechada. Asi pues, ca en la pintura donde habia encontrado su lenguaje el «agujero negro» del trauma de identidad, Sin el recurso aislante det habla obsesiva, la ppulsién sédica de Didier tenfa libre curso. Estaba apareciendo un placer ‘que necesitaba fragmentos de los otros para alimentar unas fantasias perversas, inaccesibles incluso en el momento del acto masturbatorio. Yo habia ocupado el lugar de la madre muesta que acogia Ins obras de su hijo con com y sin comentarios. Con una sola diferencia cesencial, y €s que af nombrar las fantasias sidicas me disociaba de la posi- cién materna y tenia la impresion de realizar un verdadero «injerto fan- taseado» en este paciente. Bfectivamente, cuando el contenido erético ims atrevidas no se nombra y se cas, cestamos en presencia de una , hasta tal punto las «imagenes» (que pera mf representaban sus fantasfas) pa- recian aisladas de su discurso consciente, impermeables a todo trabajo asociativo susceptible de llegar a Ia fantasia inconsciente. Me puse en= tonces a nombrar las fantasias sepultadas en cllas (sisladas o realmente escindidas) y su sentido sexual. Exteaéa interpretacién donde las hays, ‘cayo componente contratransferencial es bastante evidente, Estaba dan- do a Didier mis Fantasias, las que evocaban para mi sus cuadtos. Y sin embargo, por este camino, se establecié entre nosotros un contacto ima ginario y simbélico. Aunque encontraba mi discusso wreductor» y «it: plista», Didier se puso a aceptar o a rectificar, a precisar, a rechazar mi | incrpretaciones desu olla. Conse fants, subyacentes en su técnica congelada, A cootiuacion we dieon tres acontciientospskuico, que me patecenun git importante en anilisis de Di 7 . : ' «ROMPER LA CARAD Me rata una dicusén con su mujer, ue habia nacido y haba vi vic pcan, Data ie gre emp tn Cxtranjera, Didier rechazn ean Inerpretacion, weguradome que, pers 1, a extrajera soy yo. Parece df considerar a sa mujer come un abjeto perverse, hasta tal punto las actividades sexoles de mi pelente soltaras. Els epaticipa» no obeante en el placer masturbatoro de der como soperyo ino complaints al mao pet plea en su matdo ua ordade gresiidad ino una fan iat I ateis del acto sexal con el pens por tanto, cet no vale la pena) y excndi rosin cri degrada dl placer masturbatoro. La sexttanjtin de fu mujer acta como una garatia contra el miedo a set engull Gevorado por la satisfcctn dada por y ala madres ea viene de fact J no puede ser como ea» madre, extant y destructor Por lo tanto, diet y su mujer, en medio de las cuales me sigue bi mente de su sexualidad, de su masturbacién filica y anal. El intenso jibilo mezclado con vergiienza era un cambio respecto a su pudor habi tual. Memoria de una experiencia total, de una excitacién polimorfa, la era ef actuar de un cuerpo sadomasoquista wwertido todo él en sexo, apresusado por descargar una ten rir en palabras 0 en contacto con alga otro. Incluso la boca se habia quedado cerrada con «La Madres, intocable en la memoria de Didies, que el piso cerrado simbolizaba tan ° smo tempo que desapateee I de pacer (en En cto a eprrtin,exoccon an de, Didier guardaba el-secreto de esta 0 a fijado en las zonas anal y falica enguaje, que qued6, como Ia otalidad, neutralizado durante mucho tiempo, mecinico. [BL SURRO DE SIMBIOSIS BIFOCAL Mientras que se iba realizando lo que llamatia el trabajo de desiglas ciacién» de las pulsiones y de las palabras de Didier, me conté i-se~ saado suefi. aeeDidies ent en Ia cama de sus padtcs. Botin haciendo:el-eindt:No sti simplemente entre ellos, es ambos a la vez, simultifiéamente vagina y pene. Es el hombre y la mujer al mismo tiempo, el padre y la ma- ce indiscernibles en el coito, hasta experimentar la sensacién de placer vaginal ph. Greenacre sefalé que el peeverso une la necesidad del nitio ccon la sensibilidad de los padres. En Didies, la unién parece producirse con la seasibilidad de ambas padres, lo que me lleva a hablar en este cas0 de una simbiosis bifocal. Durante el acto mastusbatorio, el yo trata su vo en el que se opera una por la Fantasia de una sexi 1a representacién detallada y comunicable? La fantasia de bisexualidad puede interprgtarse como un obsticulo para la comunicacién verbal [para otto, pues supone la sexuacién, es decir, la divisién, Seria mis exac- fo, en el caso de Didier, hablar de una ext | sexualidad, en la medida en que excluye el vinculo con el otro, que es Lt a autosatisfacciéa y la desi- ropongo legs, por ‘mt Inerogtton el lonisde guct Smigel ha yehonoague in y exponen el I recuperar sus fantasias y sus ‘oprescncia, una espera de res- puesta sustituyen cada vez mis 2 los soliloquios. Al volver de vacacio- nes, Didier me anuncia que su dermatosis ha desaparecido, «

You might also like