You are on page 1of 12
a La SawipuRin & te Encciones Sod = Norberto kvy ( Delgtridto. Bvenos Aires. \ ba Dieni oan ole KEDS , Sb undo A une valinitine feel edn au ran dea fac pres lo ata fe eo tefl oy le Aecenaarn ofr Ge cain. tara fas renstotste. Len encloancga mais o . ce, fo lean Comparer, & yerees | o Oyue dala Gee think nod El miedo es fa sensacién de angustia que se produce ante la petcepcién de una amenaza. Fs importante aclarar que no existe algo que sea en si ‘mismo una amenaza. Siempre lo es para alguien, y depende de los recursos que ese alguien tenga para enfrentarla. Un mar bravin, por ejemplo, puede ser una terrible amenaze para quien no sabe nadat, y deja de serlo para un experto nadador en aguas turbulentas. Esta observacién, que puede parecer obvia ¢ irelevante, alcanza toda su significacién cuando se intenta comprender y curar el miedo, La reaccién en cadena Una respuesta interesante que los seres humanos produ- Cimos en relacién con las emociones en general —y al mie- do en particular— es que no sélo las sentimos, sino que ademas reaccionamos interiormente ante ellas. ¥ esto gene- ra una segunda emacién, Solemos sentir miedo por algiin motivo y, a continuacién del miedo, podemos expetimentar vergtienza, humillacién, 16 _Lasabiduria de las emociones rabia, impotencia, etc., portener miedo. Fs deci, siempre tenemos una doble reaccién, El miedo, por lo tanto, no €s algo equiparable a una fotografie, a un instante estitico, Sino que se parece més a un filme en et cual la secuencia es: a registo de una amenaza, b)reaccién de miedo, y o) la respuesta interior a esa reaccién de miedo... Ta respuesta interior al miedo es de gran impostancia, porque segin sea su calidad acuard atenvando oagravando ‘el miedo original ‘Veamos un ejemplo que ilustra mejor esta idea: Miguel se consult6 porque experimentaba un miedo muy antiguo a nostarse en piblico y participar en grupos, lo cual le pro- ducfa un gran dolor. Lo invité a que se conectara con ese as pecto temeroso, y que luego To imaginara como si estuviers ehirente de él. Dijo: sLo imagino seatado en una grada, en tre otras personas, escondiéndose para que nadie lo vea tenso, pido y cen un sutor rio en la Cara..2 Lego le pregunté qué sentia al vera su aspecto temeroso de esa manera, y tespondi6: «Me produce mucha impoten- cia y desesperacidn... Me dan ganas de sacudirlo y decitle * Por qué te escondes?... Por qué no te muestra y cuentas Jo que tienes que conta. jEstoy harto de verte en la dltims ‘lal... ;Te obligaré a ponerte en primer lugar para que te des cuenta de que puedes hacerlo. Lina vez que fe comunicé a su aspecto temeroso To que sentia hacia él, se le dio al aspecto tereroso la oportunidad de responder, para lo cval lo invité @ que ocupara el lugar donde habia imaginado a su aspecto temeroso; le propuse que adoptara su postura corporal, su actitud tensa, contra da, seustada... una vez que asumié ese papel, que ingres® ‘ena piel del aspecto temeraso, le pregunté qué sentia al es- Ccuchar lo que se le acababa de decir. Responds: «Me sien La dignidad del miedo 17 to muy mal. Tengo mucho mas miedo que antes. Ahora ten- 0 dos problemas: el miedo que me despierta la gente, y el miedo que me produces td cuando quieres obligarme a ha- cer algo que no puedo hacer... ‘Como pademos abservar, aquf se desplegaron las tres fa- ces de la secuenciat a) la amenaza (el piblico), b) la res- puesta de miedo (el aspecto temeroso} y ¢) la reaccién inte- rior hacia ese miedo, que gn este caso actuaba claramente wand ginal. Quizé resulte extrafio describir un diélogo interior en el que los protagonistas se hablan como si fueran dos personas. En el ejemplo de Miguel, en lugar de hablar acerca de cémo percibe a cada una de esas dos partes, vive una experiencia en la que cada parte se expresa a si misma otra de un modo directo v sin intermediatios ste recurso se estd utilizando cada vez mas en psicolo gia porque la experiencia clinica muestra que lo que una persona puede descubrir de cualquier aspecto de si misma, silo encama, sise convierte en él por unos instantes y desde ahi se expresa, es mucho més profundo y esencial que lo que puede registrar si meramente habla acerca de él Fs por ello que empleo esta técnica desde hace mas de veinticinco afos. Tanto en el miedo como en el resto de las emociones que se incluyen en el presente libro, esta forma psicodramitica de abordaje se halla presente como un com- ponente muy valioso de todo el proceso de descubrimiento, aprendizaje y transformacion. De hecho, si Miguel pudo percibir con claridad lo que su aspecto temeroso sentia fue porque se convirtié en él y asu- mié temporatiamente esa identidad. Sino hubiera realizado La sabiduria de las emociones 1 con el dinero suficiente para idos del afecto de quie- mer ser golpeads, no predomina, y los recursos requeridos son relacionados con tados fos componentes de la amenaza. {vere la indole del peligro, si le amenaza a la Je —y todos sabemos que s uien la da— es necesario lamente el tema del cual voy a hablar y, naginar que el lacién que yo jozco adecuad: Ladignidad del miedo 21 luz es un aliado extraordinario que nos informa de que hay poco combustible y necesitaros resolver ese problema, Por cuando ciende, agradecemos la informacién que nda y tratamos de resolver la situacién que nos mues- tra: detenemos el coche en la primera gasolinera y reposta- mos. Aprovechamos fa luz roja; no la acusamos ni la des- imos en el problema, sino que la blema. Imaginemos que al- ra cuando se enciende la luz: «Estoy harto de esta luz roja que cada dos por tres se enciende y no me deja via- 1e dejaré amedrentar por el famos con el coche detenide a ritad de camino por falta de combustible. Y aunque este ejemplo parezca casi risuefio por lo absurdo, es, sin embargo, lo que nos de esta observacién es es que se nos ha ex- plicado, y hemos aprendido, qué particular carencia sefiala la luz raja del tablero de mandos, y qué hacer para resol- verla icoldgico, en cambio_n Es necesario, pues, realizar un aprendizaje a fin de aprovechar [a emocién de misdo del L frecuentes que impiden el aprovechamiento de esta sefal. 22__La sabidurla de las emociones LBxiste la cobardia? supuesto equivocado: La idea de la cobardia nace di que todos disponemos de los mismos recursos para enfren- tar los peligios, y que algunos, a pesar de contar con ellos, no los enfrentan, A és0s se los llama cobardes. Esta denominacién, ademés de ofensiva, es falsa. Como también lo es su opuesta 5 ofensiva sino elogiosa, pero igualmente equivacada Tarzan —arquetipo clasico del hombre valeroso— puede hacer frente a un ledn sin vacilar, sencillamente porque dis pone de los instrumentos para hacerlo, El mismo Tarzén, ante dos o diez leones enfurecidos, inevitablemente sentira miedo. Puede lisponer de recursos de un valor mil, y si estoy 10- deado continuamente por peligras de valor cinco mil, vivieé continuamente con miedo, Por el contrario, puedo contar con recursos de un valor diez, y si estoy expuesto regul mente a peligros de un valor cinco, précticamente no cono- ceré el miedo. Dénde quedan la cobardiao la valentia ante i anterior?: se disuelven como conceptos pues cesan en su valisdez. personas que disponen, 0 no, de recursos para enfrentarse a Je amenaza que se les presenta, También comprende que lien se retiré desarrolla los recursas necesarios, inevi- ese enfrentacé a la amenaza de la cual se ale no hubiera tenido Y su opuesto: si quien se enfrenté a el La dignidad del miedo 23, los recursos de que dispuso, habria sentido miedo y se ha bria tetirado, Es importante alcanzar esta comprensién porque q es tachado de cobarde, sobre todo si se trata de un nifo, queda injustamente estigmatizado, la valoracién de si mi 'mo se ve seriamente dafiada y se perturba en gran medida Su forma de relacionarse consigo mismo y con los demas iYo no tengo miedo! Puede ocurrir que uno, efectivamente, no sienta miedo Porque no experimenta situaciones en las que existe una des Proporcisn entre a amenaza ylos recursos. Es una postbilidad ‘absolutamente plausible. Pero también puede ocurtir que si pPorsentir miedo uno ha sidorechazado, desealificado, tildado de cobarde, etc.,poco.a poco vaya anestesiando la percepcién desu miedo, Ya nolo registra y frecuentemente desemboca en el: «No tengo miedol» Al no contar con esa sefal, atremete Contra el desafio que tiene delante sin reconocer qué recursos son necesarios para hacerlo. Quien asi actia es quien mejor Conoce el resultado final més frecuente: acabar esirellado Contra los desaffos, con mas heridas que logros. ‘Anestesiar el miedo es como cubrir la luz roja del tablera de mandos, para que no se vea iYo podia... y ctefa que no podia! «Durante mucho tiempo tenia miedo de cantar en pibli- C0 porque pensaba que no podia, hasta que lo hice y me di ‘cuenta que tenfa los recursos para hacerlo.» 24 La sabidurfa de las emociones Este ejemplo mu cos, sino que ademas es necesario saber que une Tos tens. ‘Debajo de mi casa puede existir un enorme pozo de pe- tréleo, pero sino s€ que estd, es como sino estuviela ELreconocer que uno cuenta con | forma Je los recursos necesarios ¢Hay miedos injustificados? A menudo oi te miedo es injustificado.» Yo primero que es necesario afirmar es que no-hay-¢nisclo njustificada. Puede ocurrir que sea un miedo cuyas razones Sr ado. Es como si nos: «Tu ado porque @ mi una cucarac no puede hacerte nada...r. Sia mos con los recur a cucara sustan es porque pare se explora con mayor deteni aque la persona que lo padece, lo que frecuentem tia al ver una cucaracha es la manera que ésta tiene de hur yescond 1a esa velocidad que su misma Gesesperacién le imprime. Esa imagen suele evocar arrectotemarosoy su anes desesperads de hu del mundo fe indefenso. Y lo que en realidad le da miedo es percibir a su aspecto temeroso, porque NO sabe qué hacer con él. La-cucatacha es.un simbolo.que le recuerda ese aspecto, Entonces, el piobl ‘que la cucaracha es, sino en lo-que Je cecuerda. fste es, Por 1. CON eS La dignidad del miedo 25 10 que subyace a todas las fobias, y idad del miedo y su apa- lecer su «aspecto cucarai resonar con la cualidad de ese insecto y su miedo cesa. lar acurre con los otros miedos aparentemente ‘ados, Por esta razén, cuando digo que tal o cual miedo es icado, en realidad estoy estrechando el Universo al tamafio de mi univer inju Para hacer las cosas no debo escuchar al miedo, porque si lo escucho no harfa nada... Se trata de una creencia completamente errénea que tanto, deja sus chamos», pero él sigue ahi, cada vez més descalificado y asustado porque le sucede lo peor que puede ocurrirle al as- pecto miedoso: no ser escuchado, Al no escucharlo se pone en marcha un ci ss mas cata pero lo hace, en el fondo, para ser yy es0 mismo es lo que hace que lo escuche menos y pierda credibilidad como consecuencia de sus propias ex- geraciones, (28 _La sabidurfa dels emociones Qué es curar el miedo que m ntamos y los recursos de que 26 _ La sabiduria de las emociones Cuando este circulo vicioso se instala quedan sentadas las bases para que el miedo se haga crénico y se agrave pro- gyesivamente. Mientras nos hallamos en ese contexto funcionamos en lucha con nosotras mismos, cargando sobre los hombros nuestro propio aspecto temeroso, declarandolo un incl, un do pesado y tratando de mantenerlo «clormido» para que roleste lo menos posible. En las pequefias tareas de la viela imitaciones, funcionar as catiliana se puede, con algun pero cuando nos enfrentamos a situaciones de mayor enver- gadura que requieren nuestra completa participacian para i6n y nuestra encararlas, es cuando se nota més nuestra jucha interior. La voz na escuchada del aspecto temeraso adquiere mas peso, sentimos el miedo con mayor intensidad yy ya no podemos anestesiarlo, Es entonces cuando se pro- duce la retraccién. Esto confirma nuestra creencia de que ‘cuando escuchamos la voz del aspecto temeroso no hace- mos nada y el circulo vicioso cece. ‘Actualmente se producen, cada vez con mayor frecuen- cia, ataques de panico, de modo que vale Ia pena recordar que ese cuadro intenso y dramatico es el resultado de este tipo de circulo vicioso que amplifica y agrava el miedo has- ta la vivencia de catdstrofe y desorganizactén. ELmiedo psicolégico comienza siendo pequefi. Cua do uno no ha aprendido a escuchatlo y asistirlo, trata de su- primirlo como sea. En ese marco es donde el miedo crece y se transforma, 0 bien en el ataque de panico que acabamos de mencionar o bien en el miedo encapsulado alrededor de tun tema, que es lo que llamamos faba. idad del miedo 27 Como dice el refrén: «EI miedo no es tonto.» Esté detectan {do una desproporcién entre a magnitud de la amenaza y los recursos con que contamos ELaspecto miedoso se calma cuando es \do.con espeto, y cuando siente que lo que dice es genuinamente tenido en cuenta. No es ci 1e el aspecto mi as{ por naturaleza. Puede estar funcionando asi desde hace mucho tiempo y creer que no hay otras posibilidades, lo cual es muy posible y también muy frecuente. Es entonces cuando parece que ya se ha instalada en esa modalidad te- metosa como su forma habitual de set, como su identidad misma, Pero todo eso es superficial. Cuando se ingresa mas hondo en él se comprueba inequivocamente que el aspecto miedoso no quiere vivir con miedo. Profundamente, lo que mas quiere es que se lo ayude a desarrollar sus capacidades potenciales, y cunto més lo logra y més puede, mas expan- de los desatios que desea. Si escuchamos lo que dice, tomamos en cuenta en qué estado se encuentra y de qué modo pademos ayudarlo a equilibrar la relaci6n recursos-amenaza, transformamos un lastre desahuciado en un colaborador activo y vital. Nos in- tegramos, nos unificamos. Restablecemos la sociedad inte- rior en la que existe colaboracién. Pasamas del «para hacer necesito no escuchar» al «porque escuché todas las voces y asist/a quien lo necesitaba es que mi accidn fue disefiada a la medida de mis posi fades reales y, por lo tanto, actué ‘cada vez con més tranquilidad y confianzas. 30 _Lasabiduria de las emociones Esta es la razén por la cual se le atribuye tanta imps cia al papel de evaluador interno, que es quien lleva a cabo mente mencionamos también, con el ejemplo de Miguel, que es u ahora con més po de respuesta inadecuado, Veamos le en qué consiste una reacci6n adecua- dda: en general es aquella que escucha y respeta al aspecto temeroso, je econoce que en su reaccién esté poniendo sio un desequilibrio entre la amenaza que entren- ta y los recursos con que cuenta y que sabe que si brinda al aspecto lemeroso un trata propicio crecerd y se fortaleceré hasta aleanzar la pleni En varias partes de este capitulo hemos hablado de escu: char y respetar al aspecto temeroso. Vale la pena destiner nos pérrafos para aclarar en qué consiste esa actitud cuan- 5 dirigida a algo que se rechaza, como en este caso es el aspecto temeraso. Escucharlo y respetarlo no significa consentir en todo 10 que el aspecto temeroso diga o haga. Escucharlo quiere decir reconocer que existe y tratar de de que nos guste no conocerlo la mejor posibl lo que percibimos. Respetarlo significa reconocerle el derecho a estar como esta, Saber que, dado el entorno psicolégico en que existe y los recursos con que cuenta, la respuesta que est produ- ciendo el aspecto miedaso es su mejor respuesta posible, in- dependi que tenemos el derecho de expresarle todos nuestros desa- ccuerdos pero sin imposiciones. Si queremos que modifique algo de si, todo cuanto podemos hacer es proponérselo, ex- ‘carle por quése lo proponemos y disponernos a escuchar indo que es ef juez iltimo que evaluara lemente de cuanto nos agrade. Saber también su respuesta, admit 31 ‘qué es lo més adecuado para él en ese momento. Sabiendo asimismo que tanto el aspecto temeroso come nosotros (en este caso su evaluador intemo} podemos equivocarnos mu chas veces, pero que si mantenemos ambas partes la actitud de una esaciedad de aprendices», crearemos las condicio- nes més favorables para producir acciones consensuadas, en las que cada uno se 5 también, cada vez més resolutivas y satisacl Por supuesto que esta actitud implica un cambio mental muy importante: de percibitlo como un pesado laste, pura regatividad, al cual es mejor que venga de él complicard las cosas mas y més, a conce- bilo como la fuente de donde provendré buena parte de I informacién necesaria para producit la solucién anhelada, momento a momento, Se trata de un cambio radical en fa manera de evaluar al aspecto temeroso. Y ese mismo cambio es el que comienza a crear nuevas condiciones para que él también transforme su propia evaluaciGn.de sf. Veamos cémo ocurre este prace- so.en la practica a través de la experiencia de Miguel Una vez que el aspecto temeroso descubrié cémo se sen- tfa al escuchar a su evaluador interno, le propuse lo siguien- te: Ya que lo que te dijo te asusta todavia mas, jqué neces tarias recibir para sentite genuinamente ayudado por él?» ¥ el aspecto temeroso respondié, habléndole a su eva- luador interno: «Necesito que no me fuerces, que te sientes a mi lado, que no me grites porque tengo miedo, que me acompates, que me preguntes si estoy en condiciones de cocupar el primer lugar, y, si puedo avanzar una sola fila, que me acompaiies en esa fila, y si necesito retroceder que me acompafies también sin retarme ni humillarme, y que no de- cidas por mi sin consultarme...» presentado, y que serén is. escuchar porque todo to de las emociones EL ENOJO QUE RESUELVE Elenojo es, en esencia, unt remanente de energia que est destinado a anmentar nuestros recursos para resolver el problema que nos produce enojo. $1 ovpyp ay aj oust | ropenjena ja anb o] 1ey>nosa je alusts a6 owip> ea | osaiaiy a1 opade jap jald 2] va ‘aiueIsuj un sod ‘asiouod apand anb ‘au/Sew jaded aso apsap opesaidxa ey as anb zan eu (p ‘osopaiu o1zade [ap ows Jopenjer9 jap jaded |p op -uewe2us gve2 opaDe4 jy “OBojgip un exeD4UI 1s OWOD o}aseH “ip Ac19@p euldo pnb ( ojas je auay jeuo120u9 uors9ea ab ‘9uaego 4 paysn ap ajuejap gise oizadse ase anb ouiBew (> ‘osopanu 01200 se ns op se2qs9j00109 5 solaw sjqyo10d e poepnAe 0} asa ‘af -ayei 0] soleus anb euewiny ein ej ‘siuauujeyuaw o jaded un figs velngyp apand ig “osoiauiay o7redse ns se OWgD ‘Z0p 59 “opayw asa aus anb ofns orpedse [9 52 o1199 2.10590 (9 1/319 Ing ‘ouopUEge 9 ‘OZeyPeL [2 "VOISNIDNS #| EP! | -05 e) e1anse 9) anb uoisioaid § pepuep> uoo anbynuepl ie | sauaindis oasis 9 21]21 ed 4 egsnue oj anb ‘Jeuorounysip opais in 29/5 parsT § ‘TWNOSwad NODVOVANE sip 62 ‘owe O83NN PL ‘co]up49 jeuo2unystp opaw je axe4qns anb os013 in ojnou9 [ap uoronjosos ap 0522014 ja 52 wg senso ered ojeuiafa ap oan € adnpout 9} 019s ynbyy “afezipuside 259 3p se\ewarpe Se} sepoy ap uorsdunsap eun oquaseiel ,tor9;U) ajuaisse (3 01g {Ww ua ‘Opesasayu 10199) [2 esey “EDU: A esuaqul ‘epider ue) uprewiojsues eun sonpo.d owaiul sopenjena je aidurois ou anb se2e\sap ouvesanau 88 ‘janiyy EE Opa ap PEPE ET ap ofegen [e opuatajen 4 ‘pepantes nis vo aquosep oj exauiew eunSuiu ap anb orad “cpipa2ns o| ‘ap 29p1 eun sep euaquanb ‘911020 anb o} ap 028 ouels] uN 53 aGnj2u} as jnbe anb 07 “ewioysues so] anb afezipusice 2 zezijeas {soni ‘sopeysa soypip e Japaaze s9 owatusi2eped tun gino A so1sanuy oiqiued un eanpox! ano} ‘e1>ueIsUL ew yp ug “uetaunuoud as sesgeyed s2j@ apuop apsop opunyoud jeuorowe opers ja “elunsip aquawyeusige ‘eno £ (sernq tse9 A sajduiys swuowjevoua8) seii2se seiceyed Se] 110s e502 feun anb seue|3e ouesa2au eyjnse: u9|s9s euN UD ezH}e22 EUS “ied eun anb 521010} soBojgip So] uaquasep a5 opuER Lugineseo ns eysey oAmumLUsIp 024u9.9 AK sopesm sO ay as9 ‘awapuniuos ‘spuwiape “ent e21u)19 eDUAPIA? EY ceypad aj X eqeusanau jg anb o| 2110U -eanpaya apepung e upiatsodsip e| { oradsas 4 ezueyuo> ap prinoe exanu eun erenne as anbe gXnqynu99 s2)0%924 2p ‘uun{uo> 959 -ajlepulig wjpod [9 29% ns @ anb ‘o2w)oadsa A opencape ojen un eqese0u opeifo| Jepod exec anb ora sagan euianb ugiquie) anb uaindje ‘opelje un e12 anb ous euinie| apieosng ered ye eqerse anb oBuaua un z13 ou cred “se oypip anb owskuse s@20u0323 opng “ewu Ue}De4 a] 3D seno (-uaig ue}sey 2} anb operen ap seuuios exqey an 194125 upap 9 ‘solawi 01220u09 opnd anBiyy osoiatuar cyradse te pepias ap seqonase je anb s9 o4pay jp o#ad 'OuOENH OM spt un 0 eajsaaxa uorneayduts eun Ja2aved apand or {ugisas e| ap osunosuen Jo ua OzIy anb o| 50.952 ‘e"ojauigp # Aon anb oxsanedns sod ‘seuysa3au anb O} Aauinoo ay anb oj 53 059 1s “[ezOI}Os e ¥zLIBWHOD) J0N8) 10d ‘uiedyposigyf"s0ad ejuod a ey9ey 2) anb oj anb ees cu. copuarsaped oBuan ay anb sove aiules aoe} "tu ap Secs -aoau ani oj 219 0189 nb Jsy» -OpInowto> ‘Olyp “OUIAIUL IOP “enena jap 28h] fo s0WWO) B giafen OpUEND “O58 BTS U eys2H “pepe 3Suo;S0US Fe] ap E}NPIGES E1.

You might also like