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168 ESTIVILGIAS EN HSICUTEIA A escuchando atentamente fo que élla dice y animandola a que siga hablando, En estas circunstancias no surgen solamen- te problemas de coalicién entre los tres personajes, sino que el psicoterapeuta establece san modelo a seguir por los otros dos. El psicoterapeuta puede evitar también que la mujer 0 el marido le manejen con las maniobras que habi- tualmente utilizan para provocar a su pareja, Comentando, por ejémplo, Ia forma en que se le intenta manejar, puede sentar in) modelo para tratar con tales provocaciones. La dificultad de Ja pareja para acepiar una relacién cor plementatia entre si es profundamente afectada por el he- cho de gue, al soticitar los servicios de un psicoterapeuta, se colocan individual y conjuntamente en una relacién com: plementaria con él. Cuando el psicoterapeuta colabora en esta relacién haciéndose cargo de la misma, como tienden a hacer la mayor parte de psicoterapeutas ‘matrimonials, acepta este tipo de relacién, Aunque no es necesario que el psicolerapeuta sea declaradamente autoritario, lo que en verdad no es posible ni prudente salvo en circunstancias es- peciales, si desea escuchar y conocer los problemas y ofre: cer las instrucciones que se esperan de él, como experto que es, Para que la pareja le preste atencion tiene que ser una figura autor tan omnipotenteque “aquélla neces is desu pedestal: La acepta. mn por parte dé tina'y offo cOnyuge de tal figura autoi | tariay y por lo tanto la aceptacion de una relacioa comple. | mentaria, forma_p parte del | proceso dé elaborar tipos difs- 4, Definicién de tas reglas Adems de miediar en el matrimonio con su_mera_pre- |_psicoterapeiita_interviene_activameiiie_redefinien- ion_de las dos personas entre sf, En las pri- nes tienden a ser permisivos mientras estitnula a los esposos a que se expresen en un contexto en el que cada uno de jellos puede contar con una atencign imparcial. Una forma ide _estimular 1a discusién abierta ‘es_definir_el_consultorio ecial, una tierra de nadie, donde Tas ie las que rigen las situaciones ordina- diseutirse .cuestiones que cada pero due siempre han, procaridé PSICOLERAIIA DE MATRINONIOS. 169 Aunque esta presentacin_de la situacién_terapéutica es I geramente directiva, las parejas aceptan con frecuencia la 8, A'veces | indicaci jue_en este lugar se protejan a eI psicoterapeuta prohibe incluso que ciertos temas se tra- ten fuera de las sesiones, para que se discutan tan sélo en este lugar especial. Conforme la pareja va expresando sus ideas y sentimien nicién que los esposos dafi_de ella. ~“EI énifasis én lo positive se realiza tipicamente cuando el psicoterapeuta redefine los motivoso_propositos de la pareja. Si, por ejemplo, ef marido protesta de las continuias\, Fegafiinas de su mujer, el terapeuta comentaré que tal vez ) ella intenta acercarse a su marido y conseguir mas intimi- dad con él. Si la mujer protesta de que su marido se aparta. constantemente de ella, definird al marido como una perso- na que quiere evitar discordias y busca una relacién afa- sularmente_definidas como Tespuestas a la frustracién y 6 como una conducta “+ groseia. En general, siempre que resulta posible, el psice feripéuta define la’ situacidH conto Sntentara conseguir_una_intimidad_con 2s _equive a se Hevar_por_fuerzas mas alla de su control. También el reirato que cada uno de los cOnyuges hacé’del ofro Se Te fine We" tne forma positives Siet-marido. presenta a Ta miu. jer como persona” irresponsable y desorganizada, el psico- erapenta puede definir tales caracteristicas como femeni nas. Si el marido es pasivo e inactivo, puede calificarsele como estable y paciente. Cuando el psicoterapeut: los conivuges, no se. trat jo aie dificulta el que 1a pareja coi con_su_sistema_usual de _clasificacion. Ademés, ‘el terapé se_califica_a_si mismo como aqué! que clasifica la pareja; | ~4 indletiendo ea To postive, 1) hace de tal_modo que no es | facil_oponérsele. EL otro tipo de comentarios del psicoterapeuta consiste——— en poner de mani cont Yo.que.la pareja dice, ~1p Simaridé y mujer insisten en_gue permanecen juntos por- que estén obligados_a_cllo_por-razones religiosas o por el bien de los hijos, el psicoterapeuta habla de los aspectos voluntarios de su relacién. Remarcando que se escogievon el uno al otro y que han permanecido unidos durante mu- a) PSTRATEGIAS EN ry chas alos, testa importancia al aspecto compulsive deta pista, Cuiando marido y musjer inanifiestan que su relacién es estrictamente voluntaria y que podrian separarse en cual- quicr momento, el psicoterapeuta pone de relieve que han permanecido tanto tiempo juntos a pesar de sus dificultades y que es evidente que no desean en lo hondo terminar su union. El psicoterapeuta redefine. sanbien_el tipo te relneuin de la pareja. Si Ja mujer dice que_ella es la. tnica persona FespORsABTe en [a familia y que se ve obligada a vigilar a su marido, no se limita a compadecerla por las privaciones @ que se’somete al aceptar este estado de cosas, sino qué co: menta también los actos responsables del marido_y, ademas, puede sugerir que quizd éste dispone Ja situacion de tal for- ma que ella, Sea Ia responsable, con lo que pone.en duda Guin ¢s el que vigila a quien, Igualménte, si el marido dice que su mujer es una intitil, el psicoterapeuta le ayuda’a des. cubrir que no lo es tanto como parece. Insistiendo sutilmen- te en el aspecto opuesto o diferente de una relat tog medios que Ullizan os cOnyutes para definir la felacion ‘de forma dis y les obliga a definir i £: exberimentar iin ‘cambio Otro resultado de estimular a la pareja a que cada uno habie délotfo es hacer explicitas muchas de las reglas_ina- > trimoniales implicitas o disimuladas. Una vez consegaido St, Son Tas dificiles de seguir. Si existe, por ejemplo, un acuerdo implicito de visitar a los parientes del marido pero { no a los de la mujer, el psicoterapeuta puede preguntar el porgué de esta preferencia; si el tema no habia sido trata- do explicitamente, queda entonces sobre el tapete y es po- ‘sible tomar una decisién, También puede darse el caso, por ejemplo, de un acuerdo implicito segun el.cual_la mujer no deja hablar nunca al inarid6. Cuando él psicoterapeuta sefala qué li iiujer”pakece interrumpir al marido_ antes que pueda decir nada, a aquélla le,resultara més_dificil ha- cerlo, aun cuando el primero no esté_sugiriendo un cambio sino simplemente, comentado lo que sucede. También es po- sible restar eficacia_a los mecanismos de proteccién mutua nediante un comentario; Sugiriendo al marido, por ejemplo, jie su Sposa parece tratarle como una planta delicada, s¢ | Provoca una discusién mas directa. Los conflictos sobre las \reglas a seguir pueden resolverse_animando a Ta pareja a a< | discutir_su vida en comitin_y elaborar_compromisos conn / psicoterapeuta que temarca los aspectos positivos. En cam- PSICOTPRAMIA DR MATRIMONTOS: im bio, lu requierei § conflictos acerea de quién ha_d Saar aa pa Problemas relativos a quién ha de dictar reglas A pesar que los conflictos principales de un_matrimonio giran alrededor de Ta cussion de quign ha de decir a quién~ Jo_que se ha_de hacer en_determinadas_cmcunstancas, él. icoterapeuta no debe discutir_nunca explicitamente este ~: ‘GGniflicto con la pareja. Si el marido manifiesta que se enoja porque Tamm TE siempre lo que quiere y le vigila cons- tantemente, el psicoterapeuta no pondré de manifiesto la pugna por el control, sino que insistiré en los sentimientos propios de la situacién. Referirse explicitamente al proble- ma_del control puede agravarlo. Sin embargo, lax instrutcio- nes especilicas que da el psicoterapeuta alcanzan.sic maxima eficacia Glianido_estéitericaminadas.a._resolver_Ja.pugna_so- bre_quién ha de dictar Jas reglas de la_relgcion. wwalquier comentario que haga un psicoterapeuta tiene aspectos directivos, aun cuando se limite a lamar la aten: cién del paciente sobre determinado punto, pero en Ia pi coterapia de matrimonios es frecuente dirigir especificamen- te_a la pareja para que se comporte segun ciertas lineas, Para’ su estudio es conveniente clasificar las indicaciones ~~ directivas del terapeuta_en_dos tipos: Tas que sugieren que Ja pareja cambie de conducta y las que sugieren que cont- ] Be iin conv Ta misma conducts. que hasta entonees zal Elpsitoterapeuta de matrimonios no indicard a_un es oso que cambiede con: no en aguéllos casos en que eLconflicia ti Teve 0 en los gue parece probable ave US to. das formas va a seguir Ia conducta_aconse; jada_y_no busca, wmas_que ua ¢ ‘excuse pari para Tacerlo asi, Si un-marido no sale nunca con su esposa, se le puede acons¢jar que 1a levé a comer fuera de casa, pero por lo general, tan slo cuando el-marido, indica. ya’ un cierto deseo de brar asi. Este consejo permite a \ pareja salir juntos sii que ninguno de Sllos tenga qué -admitir que poE desea propio. El ‘mero coiIsejO Ue que se"traten de forma més razonable re- ramente es atendido y, si lo es, no suele dar buenos resul- todos, La pareia, al-igual_que-el_paciente individual. sélo_ admite que se le indique una diteccién mas“productiva y no. a ambos cén- que se intente camb rla_por completo. Det 12 ESTRAIEGIAS EN PSICUTERAPIA yuges que deben_tratarse con.mas consideracién no les pro- inguna_informacién_nueva.niles_da_oport Consejo. Es més, si un psicoterapeuta indica a lia pareja que cambie de conducta, es muchas veces por- gue aquélla lo ha pedido asf y, por 10 tanto, est siguiendo a direccién que le ha sefalsdo la propia pareja. General- mente el matrimonio que tiene conflictos ha movido ya a mucha gente a darles consejos de’ este tipo, que solamente utilizan para emostrar que los demas .no_saben compren: derlos y perpetuar la situacién conflictiva. En general, cuan- do se provocan los consejos de! terapeuta, éstos siguen Ta imea propuesta por quienes los provocan y, por lo tanto, perpetiian cl_cOnflicto. Si una mtujer dice al terapeuta ~ «gNo Te parece a usted que mi marido debiera quedarse en casa en ves de salir todas las noches?» y éste se muestra de acuerdo,.se deja llevar por el camino que aquélla seftala Si,_en lugar de elo, el terapeuta responde: «Creo que importante comprender mejor este punto», no se limita so: lamente a estimular la comprensién, sina que deja en claro que Gnteam consejos cuando a él le paréte cotive. niente y 19. gan a ello. Esto no quier® decir, sin embargo, rapéuta no deba dar consejos'o instrucciones. El enfoque psicoanalitico de los problemas matrimoniales se limita a escuchar, procedimiento con el que’se evita el ser dirigido por la pareja." Aunque puedan existir razones teéricas para permanecer silencioso, como es facilitar el afloramiento de capas mds profundas’ de los conflicts intrapsiquicos, la_funcién_principal_del_silencio ‘es eludir el comportarse_segiin los términos_del_propio pa- ciente, Sin émbarg ~ tisfactoria Guardar Stet! se_siente_provoca ( do Bor Ia pareja pllede ser necesario, perocs_una pérdida de~tiermpo citando eI_psicoterapenfa_podria dar instruccio- fies que facilViarfan a la pareja la consecucién del cambio. ~~Para-comnsequir”que wid’ pareja se comporte diferente. mente hay que dafle_instruccione: ignifi- +4 cante, con él fin de que sus implicaciones no sé manifiesten de inmediato. ASi, por ejemplo, puede pedirse a un mi: Que asiente siempre y deja que su mujer haga lo que quie ra, que, una vez ala semana, diga no.a.su mujer. Al pedirse Jo en presencia de esta, se deja cl terreno abonado para que Ja indicaciéu sea mas\{icil de seguir, sobre todo si se la PSICOTERAPIA DE MATRIMDNIOS "3 puede justificar_con alguna _racionalizacién, como es la de qiie toda mujer debe sentirsé libre de hacer lo que le-plaz- ca évla conhanza de que su maric amo cuando vaya ewaaslad Tos: Una vee dado este conse]o, la pareja bode tratarlo al principio a Ia ligera, pero, si lo aplica aun tema “Ta Tigera, pei a Sigue durante varias semanas, tendrd Espemausiones on Ia felacion entre ambos. Ce do fuera el_acuerdo previo de que la mujer podia hacer 1o qué quisiera, mayor sera la respuesta de los dos conyuges cuando é diga no y defina por lo tanto la relacion de forma diferente “El hecho We que'lo-haga siguicndo 1 instrucciones,| Yo que significa que acepta todavia una relacién compleme! tarfa, hard més fécil la situacién, a pesar de lo cual, pues:| to que el mensaje proviene del mrrido, la mujer reacciona-| ra. Siguiendo la misma orientacién, puede pedirsele a una’ mujer muy responsable que cometa algtin pequeno acto | irresponsable durante la semana, como comprar algo que no necesita. Si el acuerdo previo sentaba que ella era la responsable y él el irresponsable, este tipo de consejo soca- va la definicién de la relacién. Aun cuando la irresponsabi- lidad de la mujer obedezca a instrucciones terapéuticas, por lo que cumple con su deber haciendo lo que el terapeuta dice, no deja de gastarse dinero en algo que no necesita y actuar por tanto irresponsablemente, A pesar de todo, © do se instruye al marido oa la.mujer para que-cambie de condutta, faltando_asf_a Tas reglas mabtimoniales_quetenian establecidas, la instruccién_debe ser tan minima que pa- ) rezca trivial. En realidad es extremadamente dificil hallar el modo de dirigir a la pareja hacia un cambio de sus formas habltua- les de condacta cuando €stas son conmictivas, La mujer que insiste en ser Ia persona responsable en él matrimonio sue- le ser irresponsable en otro nivel. Es posible, por ejemplo, que se responsabilice hasta tal punto del presupuesto que se comporte de una forma irresponsable atormentando con este tema a su marido y a sus hijos. Pedirle que cometa algiin_acto_irresponsable_na_supone_neces: nte pédirle algo nuevo. Igualmente, el marido que nunca dice no direc- tamente a su mujer suele ser un hombre que esta diciendo continuamente no con su resistencia pasiva. Pedirle que diga no es solicitarle que cambie su conducta tan sdlo parcial- mente, Incluso pedir a un marido que trata friamente a. su mujer que se mui lerado con ella no equiva. le sicinpre a solicitarie un cambio de conducta, porque el \ 174 ESTRATEGIS EN PSICOTERATIA trato frio puede resultar considerado para cierto tipo de mu- Jer. De hecho, si el marido la tratara mas afablemente po- aria temer que se le iba a exigir demasiado o verse abru- mada por tales sentimientos de culpabilidad que la conduc- ta stibitamente afable de él seria en realidad una falta de consideracién. Es frecuente que un consejo directive parezca una soli- citud de conducta diferente cuando en realidad no-10 ts. aso, por ejemplo, de un marido que durante mu- chos afios habia intentado por todos los medios que su mu- Jer disfrutara de un orgasmo sexual. Llegé a dar tal impor- tancia a esta cuestién y se enojaba y desesperaba de tal modo con ella que el tema adquirié 1as caracteristicas de un conflicto grave. El terapeuta le dijo a la mujer, en presen- cia del marido,. que uno de aquellos dias disfrutaria del pla- cer sexual y que, en tal ocasién, tenfa que decitle al maridd que no habia disfrutado. Perseguia asf varios propésitos, entre ellos el de crear un ambiente de incertidumbre y libe- rar as{ al marido (qué sufria de eyaculacién precoz) de su, excesiva preocupacién por el placer de su mujer. No obs- tante, también habia en lo dicho cierta indicacién de que Ia. mujer podia disfrutar sexualmente y negarlo, con lo que en realidad el consejo equivalia a estimular su conducta ha- bitual. /-~ Estimular_a una pareja_a seguir su_conducta habitual es, paradéficamente, una de Tas formas mas rapidas de pro- ducir un_cambio. Esta linea de accién puede ser premedi- tada Bien ser la consecuencia natural del hecho de estimu- lar a Ia pareja a expresarse por si solos. Una mujer, por ejemplo, puede decir que su marido deberia dejar de ser tan ineficaz y el terapeuta responderle que quiza necesita comportarse de esa forma en ocasiones y que convendria que intentaran comprender las razones de ello. Con esta in- tervencién el terapeuta permite, si no estimula, que el ma- tido continte siendo ineficaz. La_mayoria de las técnicas lue_insisten ostensiblemente en la importancia de la com- ole BreisiOn pueden considerarse Jambiea como usa estimula ™ cion sutil_ de la conducta habitual. Obsérvese que este pro- cedimiento difiere fotalmente_de Ia forma en que los éspo- s0§_manejan habitualmente_el_ problema; fe ellos pide al otro que abandone.cjerta conducta y_el xesultado_es. i , Cuando el psicoterapeuta per. mile niducta_ habitus: Ie persona-en Cues SY tign tiende_a-abandonarla. PSICOLFRAMA DE SUTRIMONTOS 175 EL _psicoterapeuta, empieza_a_hacerse con ¢ ta_inmediatamente en” ef centro del pro’ si son equign Fa de dictar las regias dela relacion? Aunque a la pareja "no fee fill GpOnEHseaY tipo de TelaciOn qua el psicoterapeuta prescribe, si ya es la que mantienen, pueden responder a la idea ajena definiendo 1a relacién por si mismos, con lo que se produce un cambio. Si, por ejemplo, una mujer domina a su_marido alardeando continuamente de su espiritu. de sacrificio y calificdndose a sf misma como sacrificada. por el bien de los demés, el marido no puede oponérsele facil- mente, aun cuando no desee ocupar la posicién secundaria en una relacién complementaria con ella, Esta mujer ten- derd a manejar al terapeuta de la misma forma. No obsta te, si éste la anima a sacrificarse, se encontrara en una si- tuacion dificil; su maniobra no le sirve ya para manejar al terapeuta si es ésfe quien le estimula a emplearla. Si con- conducta habitual, admite ‘que-es manejada fa mas alld y anima a la mujer a; ‘sacrificarse y al m§rido a que intente oponerse a ella v fra- case, la pareja tendré que cambiar Ia relacién entre si para no ser manejada por el terapeuta. Veamos un ejemplo tiplco. Sel peicoterapeuta aconseja matrimonio que se esté pelesndo continua ue a aE Y eno tarpaz entre ellos, & {ae beleen, ia pelea Gue-tendrin serd de una naturalezs dic tinta. Esta, 1a pelea. que “puede consistir_meramente_en_el Ti ‘ho. de que ahora_se_pelean bajo Ta dffeccién_de.otra perso- na es posible que el terapeuta haya redefinido sus peleas, de tal forma que séan Ya diferentes. Por ejemplo, el marido tal vez. explique que {as peleas continuas obedecen a que su mujer lo encuentra todo mal y ésta crea que la causa’ es que su marido no la comprende y no hace nunca lo que | ella le pide. EI psicoterapeuta dispone de diversos medios | para redefinir Ias peleas: puede sugerir al matrimonio que sus peleas no tienen fin porque no expresan lo que real mente piensan;iexplicarle que son una forma de provocar mutuamente uni respuesta emocional que ambos necesitan, decirle que cuando uno y otro empiezan a sentirse intima. mente unidos'se asustan y se pelean o explicarles a ambos glié‘se“pelean” porque sienten en su interior que ninguno de ellos se merece tm matrimonio feliz, Con una nueva expli 176 ESTRUTEGIAS BN PSICOLLRATIA cacidn_de sus luchas y el consejo de que vayan a casa cuentvan su conilicto redefinido de_ial forma qie-Ies es dificil continuar_su_conducta hab ual, Sienten_una_especial_inclinacién hacia Ia paz hogare- fia si el psicoterapeuta les dice que flenen gue pelearse y que Fan_de hacerlo as(-por razones @ agradables para ellos. La pareja so1o_puede des psissterapeuta_peledndose menos Cuando; el psicoterapeuta estiraula al matrimonio a com- é la_for iia), obtiene cfevig_ con- cta del mismo porque todo [9 que-haga_que- da deifaido comio Hecho bajo su direcci6n, Ea este momen- co Te es posible cunbar-de_ cia pala_ provacas on cam bio, que puede. consistir en una expansi el tipo de relacisn de la pareja_o en el paso una relacion de Un ejempio de extensién de los limites del tipo de rela cid e5 eT cas0- Clasico” de-MUTOH_ Erickson, a quien acudio le qué ella y sa marido iban por fin a comprar una casa, Io que habia sido la ilusién de toda su vida de casados. No obstante, el marido era tirinico y no le daba opcién alguna en la eleccién de la casa o de los muc~ bles. Insistia en que todo lo referente a la nueva casa era cuestién suya y que ella no tenfa voz ni voto en el asunto. La’ mujer se sentia muy desgraciada por esta versiOn extre- mada de una relacién complementaria. Erickson manifesté su deseo de ver al marido y, cuando éste acudié a la cita, hablo con él insistiendo en que el marido debia ser el jefe absoluto de la casa, con lo que el‘hombre se mosiré total- mente de acuerdo. También se pusieron de acuerdo en que el cabeza de familia tenfa todo el derecho a escoger la case y los muebles. Después de un rato de charla, Erickson paso 2 hablar del tipo-de hombre que rhandaba realmente en su casa. Cuando el marido expresé su curiosidad por saber cudl era este tipo de hombre, Erickson le explicd que el ver- dadero jefe ‘era aquel cuya autoridad indiscutida le permi- tia dejar gue sus inferiores opinaran en cuestiones de me- nor importancia. Este hombre lo controlaba todo, pero. per- mitia ciertas decisiones a quienes estaban por debajo de él \Siguiendo esta linea, Erickson convencié al tirénico marido ‘para que hiciera veinte proyectos de casa y otros veinte de ) mobiliario y luego permitiera a su mujer que escogiera uno \de sus proysctos. Naturalmente, la mujer escogid la casa y los muebles que le gustaban. De este modo el marido siguid PSICOTLRAPIA DE MATRIMONIOS 117 teniendo el control de cuanto a la casa hacia referencia, ero la mujer eligid To quequeria. Los-innites de Ta rel tin _complemadttasia fvernn_ealeadidae hasta Saisfa0er Tas necesidac “~ También puede _ yrovocarse un cambio en la relacién acepiando 16 que Ta paieja offece-o cstimulando a ambos conyuges a “eantpar arse_de Ta forma hal “ene de ellos para_sug: aide una variacién. Tal es él caso de un matrimonio en él qué la Tiujer protestaba de que el marido la rehuia y de que, cuando estaban comien- do todos, se levantaba para sentarse solo en Ja sala de es- tar y luego se preparaba él mismo algo de comer. Aunque el marido indicé al principio que no sabia por qué obraba asi, también dijo que su mujer no dejaba de regafiar a los nifios y a él durante toda la comida, a lo que la mujer res- pondié en seguida que tenia que corregir a los nifios por- que él no se ocupaba de ello. El marido protesté manifes- tando que, siempre que lo intentaba, ella le desautorizaba y entonces se iba porque no queria crear mds conilictos. El psicoterapeuta pidid a la mujer que corrigiera a los nifos en la mesa durante toda la semana siguiente y que observara el efecto de esto sobre su marido. A éste le ordend: que observara la forma en que su mujer trataba a los nifos yrque, si le desagradaba mucho se levantara de ja mesa. En realived peda simplemente a uno ¥ otro ane cc tinwaran con misma conducta, No obstante, marido y mujer en- contraron diffoll séguir su comportamiento habitual por- que se convirtié desde aquel momento en algo deliberado y hecho por obligacién. Al cabo de la semana prevista, el te- rapeuta pidié a la pareja que cambiara de conducta: duran- te una semana més la mujer tenfa que estar libre de toda responsabilidad por la disciplina de la mesa y disfrutar de la comida, mientras que el marido habria de vigilar a los nifios. El que esta conducta fuera definida como una orden del terapeuta y no como algo espontineo en la pareja, per- mitié a ésta folerar este cambio en su relacién durante la comida con la consiguiente modificacién de otros aspectos de su vida en comin. . Una _estimulacién similar de la conducta habitual es la que ocurre cuando él psicoterapeuta instruye a dos cony gee-que estan alejados el uno del otro para que mantensin Gierta distancia entre sf y no se arriesguen_a aproximarse demasiado durante un tempo; cuando ordena a una pareja pasiva que eviten el pelearse pero que busc en ent sit pe 178 FSTRATEGIAS EN rSICoTRA: samiento qué es lo que les gustaria decirse el r¢ cuando pide al esposo que siempre. cede que contimic _ce- aiendo durante algun tiempo, etc,, etc. Esta técnica, ademas de dar al-terapeuta certs control sobre Io -que Ta pareja hace y-sentar los Tundamentos de_un_posterior_cambio,_uti- _Su_ liza Tas fuerzas de rebeldia latentes en la pareja. {Eg Trecuente gue Tas Insirucciones dadas @ un esposo en presencia del otro tenga electo sobre AS(, por ejem- plo, si una pareja se pelea constantemente y la mujer hace alarde de sus relaciones extramatrimoniales ante el marido, es probable que ambos vean su pugna desde un particular punto de vista concebido en términos de venganza. Si el psicoterapeuta, desde su ventajoso puesto de experto, ex- plica a Ja mujer que sus relaciones con otros hombres pro- tegen en realidad a su marido, que tiene dificultades en el terreno de lo séxital, s@ encuentra enearada con un-punto de vista difercnté. AI calificar dé protectora la conducta que ella cree_verigativa, sé le hace més dificil mantenerla, p: ticularmente si ef terapeuta le ‘sugiere que és hecésario que continiie ayudand6 a su miatido ‘de esta forma: Cassia est comentario se hacé en presencia del marido, éste se siente obligado a demostrar que no necesita tal proteccTon-inten- tando lacion m5 inti er. Natu la pareja no estard de acuerdo con ef psicoterapéuta, pero In idea de este continuara ejerciendo su efecto sobre ellos. Sivel~desacusrdo es Manihestd, ef terapeuta puede sagerir que prueben a mantener una relacién més intima y com- Probar que les angustia, Para demostrar que no es asi, ten: dran que relacionarse més {ntimamente. Si se angustian ~ al intentarlo, aceptan Ja interpretacién del terapeuta y, por lo tanto, le aceptan a él como alguien capaz de conseguir un cambio; si no se angustian, su relacién se hace mas inti ma, que es Ia finalidad del terapeuta. : Cuando el terapeuta dispone una situacién encaminada a provocar un cambio y, dentro de este contexto, anima a la pargja_a-que continiie como habitualmente, ésta se_en- quentra en Una sitvacion-aIlcll-de-mraneay si no €3 €xpe- Himentando el cambio _déveado, Ademas, el problema se_le complica a Ta pareja siel térapeuta consigue que la conduc ta_habitual se_convierta en algo penoso, y es muy frecuente que, al redefinirla de una forma diferente, se haga realmen- DAC FI penosa para la_pareja. Esta forma diferente consiste en oo") | redelinircomo~algopositivo un comportamiento_negat |e viceversa. EI terapeuta puede, por ejemplo, detinir Ia con- PSICOTHRAPIA DE MATREMONEOS 179 ducta protectora tomo verdaderamente egoista porque sa- tisface las necesidades de la persona protectora. Otro méto- do consiste en preguntar a los cényuges cémo suelen casti- -garse el uno al otro, Generalmente dicen que no lo hacen, pero, cuandé se define’ el castigo como un tipo de conducta {que ¢l otro siente punitivo, se vuelven mas locuaces y definen entonces Ja conducta en términos de apartamiento, discu- sién, negativa a hacer lo que se pide, etc. Asi se explicitan muchas de las maniobras que usan el uno, contra el otro y se llega también a una nueva definicién ‘de: estas maniobras. Incluso es posible apuntar la idea de que la conducta sin- tomatica es punitiva. Puesto que los sintomas de uno de los cényuges resultan siempre periosos) sugerir que el siatoma es wr 10. El éspos0 Ghe wults obesiind erfilelgins, siniomes Histerteos u cbse siones prefiere definir su sintoma como algo que sucede independiente del otro esposo, por lo que definir tal sintoma como una forma de castigo di siones sé Ie"pide ala mujer oa ade“un sintoma, le ‘provoca—un ina inhibicion dé la ¢ emejante a este i presencia del otro, que escoja algunos momentos en que el sintoma sea mas leve y diga que esté peor, con lo que se consigue crear una incertidumbre sobre la gravedad del sin- toma y se posibilita el cambio. : _ Una_variedad del guir sit on esposos que estimule al otro a mo idueta sints. mdtica. Generalmente™ ef marido”o" la” mujer” Se -Ops Conducta sintomética de su cényuge, pero_ta trehendo dob en Tos ojos siempre que intentaba sali cola de casa. Este problema duraba ya ails y su marido estaba siempre aseguranilole que podia salir sola y que estaba per- fectamente sana, a pesar de lo cual la ayudaba a quedarse en casa haciéndole la compra, la acompfiaba siempre que tenia que salir y se mostraba inquieto cuando ella intentaba s: Ur sola, Tras varias sesiones de tratamiento del matrimoni se pidié al marido, en presencia de su mujer, que hiciera algo aparentemente tonto; que cada dia, al salir hacia el tra- 180 USTIEATHGESS EAv PSTCOTERAPIA (bajo, le dijera a su mujer que tenta que quedasse en casa y no salir sola, lo que podia decir seriamente, en tono joco- [so 0 como quisiera. Al tercer dia de decirle que se quedara |en casa, Ja mujer se fue sola de compras por primera vez | en ocho afos. Sin embargo, la sesidn siguiente se dedicd a Jas preocupaciones del marido acerca de lo que su mujer podia hacer saliendo sola, dénde irfa, a quién encontraria y Si no podria ser que se buscara incluso un empleo y se hicie- ra tan independiente que le abandonara. EI hecho de pedir al marido que le dijera a su mujer que se quedara en casa era en realidad una forma de estimu- lar_doblemente la conducta habigual: el marido habia “de animar a la mujer'a que se quedara en casa, como habia ve- nido haciendo encubiertamente, y la mujer era estimulada por su marido a quedarse, como también habia venido su- cediendo. El resultado de esta orden fue un cambio en el tipo de relacién, Aunque la mujer habia manifestado siem- pre la conducta de una persona desvalida, era ella quien escogia esia conducta insistiendo en quedarse en casa. Al Sconsejarie el marido que mo saliera, se ponia en duda quién era el que habia de dictar las reglas que regian la relacién entre ellos. La mujer respondié con una maniobra simétri- a, salir de casa, que era el unico medio que tenia de con- teoar ta sitwscidn, Aunave no parece tener gran importancia que el terapeuta ordene a un esp0so que es ésposo que gstimule sl ot stimmule at O17 a manifestarsit_conductahabitwal, sé_produce siempre un (ristorno inteaso en el matrimonio, poraue esta orden hace bianco en el problema crucial del mismo: quien ha de de- | finir el tipo de relacio entre Tos conyuges. Modificacién de ta estabilidad de un sistema, Resumen., La_pareja que_tiene dificultades tiende_a_perpetuar_su conflicto intentado” resol forma que continia.-EI io sropdsito del terapeuta no es tani solo cambiar o ampliat los tipos-de-relasion deta paca sino” tambien provoca-u cambio en. sus formas de mantener la estabilidad del sistema matrimonial. Para ello es preciso modificar las variables co- “del sistema, a fin de que_este misino pueda cambiar de una pareja al psicoterapeuta dé nios es en esencia un intento por su parte de enc medios mds satisfactorios de perpetuar su relacién. coteripeuta tiene diversos medios de proporcion: psi Tuna opor PSLOTERAPIA DE MATRIMONIOS 181 tunidad para el cambio: estim ver el _conflicto, hace de _conséjero_y_j ti a_a [a pafeja_a ano estar conscientes, explicita muchas manio- br: ioriio y de este modo las dificulta, y eng iratar los oe te de“la discusién, la estimulacién de la comprension y los nucVOS puntos-de- vista que $€ ofrecen en el curso de 1a psi- coterapia de matrimonios, existe otra causa de cambio en a que. Tasituaciin paradéjica en qué Se coloca a Ia paréja sLcontinéa su conducta conflictiva en ae a fel tratamiento. Las as as parad s del psi ja’ $é encuentra ante una paradoja, 9 conflicto entre mensajes a diferentes niveles, cuando el ayuda benévola en tna situa: “prucba_penosa qué hai de sentir como “punitiva: matrimonio exponer sus problema conllictos y menos si se tiene en cuenta que los temas mds delicados para ellos son los que suelen explorarse mas a fondo. Todavia se presenta una nueva dimensién parad6ji ca cuando el terapeuta [és estinitila a contindar’ su conflic mientras les comunica a otro nivel que les est ayudan- Superarlo. Por otra parte, se situa en la posicién pro. de un experto y renuncia muchas veces a aconsejar directamente a la pareja, como seria de esperar de aquél. La cuestidn de por qué son evidentes las situaciones pa radgjicas en psicoterapia esta relacionada con la de cémo se produce el cambio y por qué es éste tan dificil para la paieja sino recibe ayuda. Pareceria légico que, si la pare- ja est complicando manifiestamente sus dificultades con su conducta, deberian abandonarla, tanto mas si se les ha aconsejado prudentemente en este sentido. Sin embargo, no. es corriente dar consejos en_psicoterapia y, si_se dan, Tio” suelen obedécerse. Es posible postular causas psicodindmi- cas profundas para explicar la dificultad del cambio en una relacién matrimonial, pero también puede enfocarse el pro- blema desde el punto de vista de la relacién mas que des- de el individual. Cada_una de las personas que_participan en_una relacién tiende a gobernar Ja conducta del otro y ina de ellas da-sefiales de friictar un cambio, ta @_reaccionar sufrimicnto subjetivo. Como se dice a 182 TSTRATEGIAS EN PSICOTFRATIA, hho desea que su marido camhi a reformarlo, La pareja, como el individuo, tiende a reaccionar de igual fort en su relacién con el terapeuta y, cuando se le pi directamente que cambie, responde persistiendo en la mi nada mejor que dedicarse puesto que aquél cambio sin pedir que ocurra. De hecho, cuando estimula \ paradéiieanmente un aumento en la conducta confictiva, sf \eLeontexto de_una situacién encaminada a curatla, 'do_mas probabilidades tiene de provocar el cambio deseado. _' "Aunque es_tipico_que el_psicoterapeuta_remarque_a—la parela a hecedldad Gs Ik aMOconSrensIoh, son. poces Ins pruebas de que ésta sea causa del cambio en ja rélacin_m: irimonial. Mas parece que el psicoterapeuta dis stiuacién en la que las, parejas, pueden aprender_of mas de Conducta mientras se las fuerza a abandonar los métodos antiguos que -onflictos. Mediante_ad- vertencias; consejos y ejemplos el Terapeuta ofrece métodos ‘de tesolver el conflicto, Mediante_la. imposicidn. de paraclo~ jas_terapéuticas fuerza_a la pareja_a_d ad a layer |

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