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INTRODUCCION (QUE ES EL DECRECIMIENTO? ‘CORNELIUS CasTORADI! ‘pasados.« C parecida no tiene eqitivalencia»,” La quinta extincion, que se p go. Peto, a diferencia de las pr 1, Cornelius Castordiars,Bézclogisconteles marchandss, en Une ent le dirive, Seal), Pari, 2003, p. 237. ‘ Ahad tly 9 Roger Ulin Le alttme Rel alr ne 1 Pee nmion a i7) A tel, Wits eoden que aon spoil xt to de : dpsed 27.0002 65000 spots, Tr ney of, Haka Pes sta, 159 Remade, Le Grind Massacre, Lavenit des spies vivantes, res, Parts, 1999. Besset, Comment ne plus dare progresiste.. sans devenir riactiannaire, Paysrd, Paes, 2008, p. 3. moe i fi podrfa muy bien sersu victime... Si cteemosen el informe del pro- asf como posibles pandemias, sin mencionat las previsibles catas- tofes biogenéticas, Todos sabemos queen lo sucssivo vamos ditce- tosal precipicio. Lo que queda es determinar a qué velocidad nos precipitaremosy cudndo se produci lacalde, Segiin Peter Barret director del Centro de Invest a ‘Cuando nvestioshijostengan sesenta fos, tedavla exis cl mundo seré muy diferente Sabesnos tambie wo est0 es nuestro modo de vida basado en un Ysinem- burgo, el término wdecrecimiento» suen: ‘una pro- vocacién, La imposicién on nuestro imaginatio de la religién del 6. E159 de las enfermedcks respratorzsagudas, dl 854% de es enfermedades diac y el 22% de los ednceres son stibuible, sega dl profsr Belporames¢ Factores ambiental, Cs maladies cr¢es par Chane, Abin Miche, Parts, 2004, 7. Vandana Shira, La Guerre de lea. Parangon Paris, 2008 La isco considera que entre 2 (hipétis bao) 7 (pote ala) mil nilones de pero ‘as suircdn la falta Ge agus en 2050. Bl informe Camdesius, elaborado pore) Antiguo ditecor del tay un gree experts a socal del Consejo nun] Ae! agua, avanca la ifs «4.000 millones, 8, Australian Associated Press, 18 de noviembre de 2008, crecimiento y de la economia es tal, que hablar de decrecimiento necesario esiteralmente blasfemo, yaquel que searriesga es tratado como mimo de iconoclast, Por qué Sencilanent porque vv Oir residente Chirac declararen Ta lista de las cacdstrofes ecoldgicas presents y anuncladas ya ‘std hecha, La conocemos bien, pero no la asminor, No poderos imaginar la magnitud del choque hasta que na se haya producidc. Sabemos asimismo muy bien lo que se tendrfa que hacer, es dec cambiarde orientaci6n, pero no hacemosprécticamente nada més, ‘«Miramos pata otto lado...» mientras fa casa se acaba de quemar. ‘Tenemos que deren nusr defense cue los sesponsibe» can fe pal or cdg 9, Al piclpio se uataba deeatlogar evalua y autriza les 100,000 mor cular quimicas de bise uelizadar en le industia, Sabemos que a final ota ‘medida ce precaucidn elemental fue cetroced endo hate a msm sion, Redueido en principio 1 30,000, el nimeyo de sustancastelacionads an sla seria unas 12,000. con posible: derogaciones 10, Mouremone des Entreprises de Fiance (Movimieneo de las Empress francesss) equivalenteen Espana la CHOE, [Nowa de l Teducora) 11 Yoes Cocker y Ageés Sinai Sonver lt Tore, Fayar, Paes, 2008, 9.132 v ‘ims bidones de peirbleo) en el fuego, ala vez.queclamana vozea cello que esa Unica manera de apsgatlo, En un libro premonito: ReaD Ue 987 Ha pregunta GPs el crecimiento la tinica salida 2 la ciisis del erecimien Fismativol, responde el director general de nuestra aldea glo balyel jefede los bomberos-piromanos; George ba, en efecto, el 14 de febrero de 2002 en Silver Spring, ante la adininistaclns noreameticana de Meteorologla, que «Por st la «que permite inyertir cn toenologlas limpias, el crecimiento es lk soluei6n, no elpproblemas.” Alinvocar de manerahipnStica qCre- cimiento, crecimiento, crecimiento!» durante susdesensparaclaho 2006,el presidente Chirac no se quedé atrds, Es verdad que est posicidn se encuentra conformea la més estricta ortodonia econd mica, «Es evidente, segiin el economicts Wilfred Beckerman, qué alingue el crecimiento econémico condurca habitualmen ses de tener un medio ambiente decente Esta posicién «procrecimiento» es, en el fondo, largamente ‘compartida, El anuncio deaceleracién econémicaamericana china en las diarins siempre reviste un aire tiunfatista. ¥ los planes de recuperaci6n (francoalemmdn, italiano 0 earop¢o) se basan invatta- bblemente en grandes obras (infraestructuras de transports), queno hacen mds que deteriorae lt siuuacidn, especialmente lr climstica Frente a ello, nos encontramos conel silicio, de Ia izquierda, de los socialist, de los eonunistas, de les verdes, de la extrema iz- quierda... incluso de los «altermundialistass. Fstos, ademds, consi« deran que el crecimiento, al crear empleos y favorecer un reparto més equitativo, es también La solucién al problema social, Jean Gadrey. resume muy bien cia posicibies que el crecimiento no loarregle todo, éste representa para muchos, 12, Jaques Godbout, Le Démoratie de ssegers Borésl, Montecal 1987; 13, Le Monde, 16 de febrero, 4, Wilfied Beckerman sEconcmic grow and the environment: whose cenvironiment?> Warld Development, vol. 20, n. 4, 1992, p. 482. ¥/cot justica, la posibilidad de pocer mis margen de maniobra cic (J, esquivanda c tu contenido :ualitativo (qu dido.), porno hablar de certo: problemas de medida que son, sin embargo, péligrosos y que debilizarfan a la ereligién» del fndice de {efevimniento™si se eonoclerany.” Solo algunas pequeftas voces discordantes (Jean Marie Harsibey, Alain Lipietsy los responsa- bles de Attac) proponen uns edesaceleracisn del crecimiento». Pro- posicion desaforcunada ya que, aunque parte de un buen senti- Infenco, nos priv ea ezcle las ventajas relativas del erecimiento y cde Jas ventajas del decrecimiento... Michel Series compara ha ecologt reformista ea la figuta de uina embarcecién que navega a 20 nucos hacia una barrera rocosa contra lacual, invariablemente, cision y x pasurela el oficial de guardia recomiends reducir la © Esto es, de manera muy exacta, en lo que consiste la desaceleracién, En 2004, el eomentarista poltico de la revista Politi, tras haber ‘eargedbo las tintas contra Ja débil oposicién politia, fue forzado a dimitit, El debate que siguié es revelador del malestar de la taquier- da, La verdadera razdn del conflicts, eseribe ua letor dela revista, e+ sin dude, wctseverse a ir contra una especie de petsattititoiinico, ccomiin 2 asf toda la clase poled francesa, que af eruestra felicidad debe pasar imperadvamente por el aurtento del ct P- a numento del consumo», Coma subreya Hervé Kemp aque telataelnidente: «Fs posble que esi inquienda acepte proce ‘mar lanccesidad de reduc l conssmo material, un imperativo que se encuenira en d centro dal enfoque eeologista?.” Hay que reconacer que desde hace paco el tems del decrec- :iento se a convertido en sujeto de debate paralos Verdes'!* evi 15; Jean Gadicyy Porence Jany Catree, Ls vowseaus ndisteus devices, La Découverte, Pits, 2005, p. 7. 16, Mickel Serres, Le Contrae nate, Flammarion, Iaris, 1992, p56 17, Le Monde, 19 de junio de 2003, 18, Ths a publicacén en Monde Diplpmatique, en noviembre de 2003, de ami articule «Pour une socideé de décroisances. Vésse ola Déccoissance pourquoi: Yrr conc, n, 709, abl de 2004 B dentemente, en el seno dela Confédésation Paysanne/? —lo que hho es muy sorprendente—, en el del movimiento llamado saltermundialista»"* y también entre un piiblico més amplio. Fl Tanzatniento por la asociacién Casieurs de pub de le revista La Déeroisance también contribuyé en gran medida? Muchas per- sonas se manifestaron a favor 9 en contra, sin informarse antes y deformando los escasos andlisis disponibles. Al haber sido puesto en duda basrantea menudo en tanto.cue stedtico del decrecimien- to» (incluso en el Monde Diplomatique)3 es mi deber hacer las puntualizaciones necesarias para disipar un cierto ntimero de malentendidosy poner los puntes sebces las «i», Se traca de demos- trar que siun cambio radical es una necesidad abscluta, la eleceibn voluntaria de una sociedad de decrecimiento es una apuesta que vale la pena intentar para evitar un retroceso brutal y dramdtico, Este esel objetivo de esta obra. Asi pues, el términa «decrecimienta es usada muy reciente- ments en el debare econémico, politica y social, aunque las ideas sobre las que se apoya tengan una historia bastante antigua, Efec- tivamente, el proyecto de ina sociedad autSnoma y ahorrative no nacié ayer, Sin remontaznos 2 algunas utopfas del primer socials. ‘mo, nia la tradicién anarquista renovada por clsicuacionismo, éste fue formnlado en téeminos parecidos a los nuestros desde finales de los afios sesenta por I Ps Comelitus Castoriadis TD Sie ari efoto te terrain ord nd ee ne oe Tepes sala ps ascot linea Pattee en vache EN eee sige, i ao aad DC te ec eerste Cleese ote (cits el deafened 200% ee Toit de ibe e200 me shed dcrecton 21. Vl Ply 1 december 22: Arico Pace ur tae co sje poet aces sea den aces lasosedad denim. [ec Bopanna in Oboes ride pubs ple Coteau 8001, bn, Be Nhl a darren fe oceasee ee ey 4 sa de referencias en el Norte han Llevadlo a muchos pensadores a replanteatse la sociedad de consumo y sus bases imaginarias, el pprogreso, lacienciay la técnica, A st.ver la concenciacién sobre la crisis ambiental que vivimos aporta una nueva dimensién, La idea de decrecimiento tiene también una doble afliacibn, ya que se ha formado por una parte en laconcienciacién sobre a crisisecolégica y por otra, al hilo de la crtica ala técnica y el desarrollo,** Sin embargo, hasta estos tlkimos afios, la propia palabra wde- c1ecimiensow no figuraba en ningiin diccionario econémico 0 so- cial, mientras que sf encontramos algunas entradas sobre sus correlates ncreeimiento ecror, wesarrollo sostenibles y por supues- to «estado estacionario».® El rérmino, no obstense, ya posee una historia relativamente compleja y una indudable ttascendencia analfcica y politica en economia, Sin embargo, atin hay dudas so- bre su significado, Los comentadores y crfticos mds 0 menos malintencionados subrayan la antigiiedad del «concepro» para li dquidar mas fécilmente la dimension subversiva de las proposicio- cores del crecimicnto».”” pitulos VIiT yIX.d trata ni del estado estaciona 1 de regresion, de recesién ni 25, Véave el reeualeo de les piginss 22 a la 32 26, Wéase por ejemplo Akin Beitone ot al. Levigec de sciolgia Dello Pas, 2005. 27. Lhmoas{alos miembros del nacan (Réseu desobjecrrrsde coisance pour un aprtidérctoppement ~ Red de objecores de crecimiento part un Doscesollo), wwwapresdeveloppement.org. 28. BrangoirVatin, Thee ernie ur agree a pence wcilogiguesplitigun pisimicogis, cosmolegte, La Déaouvece, Pls, 2005, p. 101 A causa dela publicidad, los medios de comunicacién llaman scancepto» alos proyectos que son las bases para el lanzamicnto de ‘cualquier cosa nueva, incluso las cultusales. Asi pues, no es extra fRo que me hayan preguntado sobre el contenido de ese «nuevo conceptor de decrecimiento, rh Nit». No se trata de la wsimétrica» del creci- miento. Fs un eslogan politico con implicactones reéticas, una spalabra-obyis, dice Paul Ariés, que tiene como objetivo romper el lenguaje estereotipado de las adictos al productivismo, Ast pues, le consigna de decrecimicnto ts hablar de eacrecimiento», ral como hablamos de «atelsmor, que de sdecrecimiento», Es, por otto lado, precisamente, deabandono de una fe o de una religidn de lo que se trata: dela religidn de la eco- nomfa, del crecimiento, del progreso y det desarrollo, EB] dectecimiento es simplemente in estandarte tras el cual se egrupan aquellos que han procedido a une critica radical del desa- rrollo y que quieten disefiar los contornos de un proyecto alter- nativo para una politica del posdesarrollo,” Es, en consecuencia, ‘una proposicidn niecesaria para reabrt el espacio de a inventiva y de la erestividad del imaginario, bloyucado por el roxaizarigno sonomicista, desarrollista y progresista, Los limites: i Durante mucho tiempo, en la mayoria de las sociedades, estos recur. 29, Vésse ni arfculo «En fini ne fois pour toutes avecte dveloppements Le Monde Diplomatigne, ayo 2001, 30. Véase Christian Comelia (diz), Bronilon pour Pavoni: cemvibntons sam dobassur es abernatve, WEEIIUE, GinebralPars, 2005: SB ses se mantenfan fundamentalmente como bicnes comunes (los commons). sos bienes, 021 menos la mayoriade ellos, no ean propio del ck nadie, Cada persona podta aprovecharlos sein los limites de ‘as reglas de uso de Ia comunidad, Esto era asi pare los recursos reno- ‘ables el ate, el agua, la fauna y la flora salvaje, los peces de los ovda- ncsy/los ros, yscon ciertas restieciones, lospastizales, la maderamustta y has talas de drboles. Los recursos no renovables, los minerales del Suelo (entre los cuales elaceite de pied, el petrdlec), pura see someti= dos aun régimen més reglamentido, eran puestos baja el control del Principe o del estado para extrac de ellos una rena sobre le estasez (Con mayor fiecuencia I ausencia de comercializacidn sitematica de los bienes anaturales las eensumbesslimiaban lis extrcciones a tun nivel que no comprometia su reproduceidn, La rapacidad de la economfamodema yl desparicién de as obligacienes comunitarias, Jo que Orvell llama ela decencia comin», han transformado las ex. cracciones en depi is pequetia: Ie baller azul, el rorcual, ys por iltimo, ef cachalore. La puesta a pinto de materias grasa de susttueidn lega demasiado tarde, Seguin la Comisién ba Hlenerainternacional, quecaban, antes de las recientes prohibiciones de pesca, menos de 1,000 ballenas azul, 2.000 roreuales comunes y 3.000 cachalotes en Ja Antértida. Muchas especies ce ballenas se extinguieron, cuando priacipios del siglo xx exstian centenates de miles de r 31. Bntte 1700 y 1845, no menos de 4.000 leyesRueron promalgaday en Tnglaerr pace permits I clausura de vetrs y a impedir ialquiee uso coee- tivo de esis, Vase Sila Péter-Vitoria, Tee paysenn wnt de ntaur, Nets Sud Ales, 2005, p22 twuvcidn, La comperencia y el mercado, que nos proporcionan la comida en las mejores condiciones, tienen efectos desistrosos sobre Ia biosfera. Nada puede limitar el pillje de las siquezas naturales, cuya gratuidad permite bajer los costes, El onen nacural no ha sal- vyado ni a los dodo de las Iblas Mauricio, nia las ballenas azules, come tampoco lo hizo con los indios fueguinos de Tierra del Fucgo. Sélo la ineretble ecundidad natural de los bacalaos podré tal ver ahorratles el destino de la ballenas. ;¥ ya veremos! Ya que es posible que Ia contaminacién de los ceéanos afecte a esta legendacie feeun: didad, HI pillaje de los fondos marinos y de los reeursos pesqueros parece irreversible, El despilfatro delosminerales contintia de mane- ta ittesponsable, Los buscadores de oro individusles, como los garimpeicor del Amazonas, o las grandes sociedades australianas en. Nueva Guinea no retroceden ante nade para procurarse el objeto de este del Canadé (los Kwakiud, Haida, Tsimshian, Tlingie, ec), nos frecen un buen ejemplo de relacién armoniosaentte el hombre y la bicsfera. Pensiban que los salmones eran seres hum: ellos, que vivian en el fondo del mar donde cenian sus tipi, que, ado, Avila coexistencia y la simbiosisentce lossalmo- nes y los hombres se perperunba de maners satisfactoris, Con la lle- gada de losblancos y la instalcién de na conserveria.en cada estsa- tio, la busqueda de un mayor beneficio provocs Ia substraccién «busiva. Losindios dedujeron quelos salmones habian desaparccido porque los blancos no habfan respetado el ritual. gQuign les ditd que esteban equivocades? Ese comportamiento relacionado con la 32, Hyde Lewis, The Gift Imagination andthe Broce Lif of Propeip Vnsage books, Nueva York, 1983, p. 26, 18 naturaleza, que encontramos en la mayorfa de sociedades, se basa en Ia inclusién del ser humano en el cosmos. En Siberia se va a morir a se offeceaclos. Al negar Ia capacidad de regencracién de a nawa- Jeza, al reducir los recursos naturales a una materia prima a explotar en lugar de considerarla como una postilidad de wuelta alos orige- nies, Ja modetnidad ha climinado esta rclacion de sceiprocidad, Volver a esta disposiciSn de espiritu preatistotélico essin dude la condicidn de nuestra supervivencia. Mac Millan, ecologists american del siglo XIX que querfa salvar a los céndores, decia: “Fay q ed sitaremos para salvarnos a nosotros ratuided y belleza, precisa Jean-Marie Pelt. Sin cine argo, tenemos que constatar que, a pesar del gran desplieguc rea- lizado en torno a la ecologfa y las importantes medidas de prorec- ida edopradas, no acabamos de deciditnos a emprenderla marcha, Pese al optimismo del fldsofo Michel Seire en su libro Le Contrat naturel, los arboles dotados de la capacidad cle promover acciones judiciales no deben exconder al bosque amenazado."* La jurisp dencia americana mas reciente va dirigida a refotzar una apropia- ci6n jurfdice mucho mds acentuada de los procesos naturales por parte del hombre," A esto se afiade el hecho de que, por rutina 0 Por inconseiencia, las instituciones tenden a fomentar toda clase de contaminacién (pesticidas, abonos quimicos) por medio de exonetaciones fscales y 4 financier prayectos destnuctores del me= dio ambiente en les paises del sur bajo la cobertura de la Iucha contra la pobreza. Hemos llegado, incluso, a pensar que el tinico remedio a la twagedia dell desapuricidn de numerosos commonsera su ertadica- 433, Jean-Marie Pe, Allene, enero de 2006, p 7, 34, Michel Series, Le Conért naturel, Frangols Bouti/Julliard, Park 1990. 55. Vease Norbert Rowland, Aux confine de doit Anthopoleie juridique de lr madernith Odile Joab, Paty 1991, 253. 19 ign total, {S610 el interés privado y le rapacidad de los individuos, piensan los libertarianos, podré limitar su desmesual Se tendria ‘ue privatizar el agua y el aire (y también los peces de los o:Canos yy las bactcrias de los bosques tropicales) para salvarlos de un uso, depredador Eslo que hacen la firmasmultinacionales, con elapoyo de los estados y de organizaciones internacionales, y contra lo que sexebela la gente un poco en todos lados. La gestién de los limites el crecimiento selha convertide en una apueste intelectual y pol tica, La investigacin tedrica sobre el dececimiento se inscribe, pues, en un movimiento més amplio de reflexién sobre la biveconom{a, postdesarrolloy el ecrecimiento, Dectecimiento y bioeconomia Ta Conferencia de Estacolmo, en 1972, marcé por primera ver el interés voficials de los gobiernos del plancta por el medio ambiente, Hl mismo afi, Sieco Mansholt en ese entonees vicepresidente de la Comisién Europes eseribié una carta pablica a su presidente, Fran- ‘co Maria Maifatsi, en la que le recomendaba reflexionar en un esce- ratio de ecrecimiento negativo», Al convertite en presidente de la Comisibn, Sicco Mensholeretomé su alegcto ¢ intent6 ciaducir sus ‘onvicciones en actos, ¢ incliso encontr6 una cesta comprensién, ‘Ast, fue sin agresividad que Valéry Giscatd 'staing, en ese mo- ncnto ministro deeconomia, eplicé que,en cuanto, no sexfa un sobjetor de crecimientos. En una entrevista publicada en el Nowvel Observateur a lapregunta eSe ha dicho incluso que usted estaba por d crecimiento cero», Mansholt respond: «He sido muy mal inser pretado en eve punts. [1] vec la sociedad? Al estudiar hic uc la respuesta ¢s no. syemos que no se de crecimiento cero, sino de crecimiento incluso bajo oslo francamente: hay que rediacir nuestro ‘aecimiento econémico y sustituirlo por la nocisn de otra culcuray dell felicidad, del bienestar»2°Y vuelve « a carga en una obra pos- 536, «Le chemin du bonheur, entievistade Joseue Alia von Sice> Marsh, Le Nonvel Oberatear, 12-18 de junio de 1972, pp. 71-88. Véase tambien Ecologist, ». 8, octubre de 2002, terior para estar seguro de haber sido bien entendido: «Para noso nivel marerial denues inmediato que sirve alos intereses de La intuicién de los limites del crecimiento econémico remonta sin dda a Malthus, aunque encuentra su base cientifica con S: Carnotyysu segunda ley dela termodinémica, En efecto slas ta Tormaciones de la energla y sus diferentes formas (alo, moyimien- 10, ete.) noson totalmente reversibles, si tropezamos con el fendme- no dela entropfa, na es posible queesto no tenga consecuencias sobre a economia, que se basa en estas transformaciones, Entre los pione- 103 dela eplicacién de las leyes dela termodindmicaen la economia, es conveniente siruar en un lugar destacada @ Serguei Povloinsky, autorde una economia energética quebusca concillarelsocialismo y Ja ccologia.* Sin embargo, hasta los afi setenta no se desarrlls el tema ecoldgico en el sero della econom/a, sobre redo gracias al gran sabio y economists rumano, Nicholas Georgescu-Roegen. Al edop- lésica newioniana, subraya el ls ceo y lidad del tiempo. Ignora, pues la entropia, es decir la no reversibilidad de las transformaciones dela energiay dels materia. Asf pues, los residuosy la contaminacién, que son in 37, Sieea Marshole, La Crist, Comerations asec Jenine Delaunay, Stock, Pails 1974, pp. 166.167. 38, Sergi! Todolinsky (1830-1881), arstbcataucranago exllindo ca ean a, que intents sin ésito sensiilzar a Marz en la erica ecaégics quimica y de la fitica, especialmente lade la termodinamica».” Es tin sinsentido ccoldgico. «Una pepitade oto puro contiene més energl libre queel mismo nmero de &tomos de oro diluidos uno a uno en él agua del mars. En resumen, el proceso econdmico real a dife- ‘encia del modelo teérico, no es un proceso puramente mecinico y reversible; es pues de naturaleza entrdpica, Seclesarrllaal amparo de tuna biosfera que funciona en un tiempo delimitado, De ahf se des- prende, segiin Nicholas Georgesca-Roegen, la imposiilidad de un crecimiento infinito en un mundo con limites y la ncvesidad de ha- cer una Bioccenomia, es decis, de penser le econom(a en el seno biosfera. La palabra adecrecimiento» ha sido sada en estos tétmi- nos para definir una recopilacidn de esos ensayos."" Decrecimiento y posdesarrollo Por otro lado, desde hace mds de cuarenta afios, una poquefia sIn- tctnacional® enti o posdesarrolista, en filiacién con Wan Illich Jacques Ellul y Francois Partant, analiza y denunca los perjuicios del desarrollo en los pafses del Sur. Dicha critica descmbocs, al principio, en la alfernativa histdrica, es decir la autoorgenizacién de las sociedadesleconomias vernéculas. También se interesaban, desde Iuego, por las iniciativas alternativas del Nozte (las micro- expetiencias dela economfa social y solidara, el tercer sector etc) pero no pot una alternativa telacionada con la sociedad, que no estaba al orden del dia. £l repentino (y muy telativo) éxito de esta 3. Wes Cochen, Perolespocuyps, Payard, Pats p. 147. “4. Tid. p. 153, 41. sNo perlenos, csrive Nichalis Georgez-Roeger, produir never, automérilesoaviones 4 reacion emjors ¥ mas grandes sin produci tesduos mejores y mis grnvdets, Nicholas Georgesci-Roegen Demat la Décroisance, Sang de le Tere, Fontenay-Le Fleury, 1995 p. “42, A parte de les eres sliders» cindos, podemos mencionan, Wolfgang Sachs, Helen Nowerg Hodge, Fréderique Anplel-Marglin, Marie-Dominique Pertot, Gustavo Esteve, Auto Hscobar Ashis Nandy, Vandana Shiv, Claude Alvates, Majid Rahrnera, Emmanuel Ndone, Gilbert Rist. La mayoria de esos autores han consibuide a The Development Dietionnary A Guide to Knowledge 4s Power, Zeal Books, Londres, 1992. Vease ambien mi bro Sobreier al De taerafe, Teaduesién al espafo, Teale, 2007. crftica, sobre todo a causa de la crisis ambiental, pero también del surgimicnio de la globalizaciéa, ha llevado a profundizar en sus implicaciones para la economia y para la sociedad de los pafses desarcollados. En efecto, el desarrollo, una vez que ha side recali- ficado de ssostenibler, concierme tanto al norte como al sur y el peligro del crecimiento se vuelve global a partir de ese momento, Como seslogan», el término dectecimiento es un feliz hallezgo te- {érico en [as lenguas latinas, Su connotacién no es totalmente ne- gativas as{ pues, el decrecimienco de un rfo devastador es una bue- na cosa, Bn cambio, a traduccién de dicho tétmino en las lenguas igerminicas plantee un espinoso problema. 7a pied enone par ac emis ln gis sty slr docs dens sal del enone yo ead fo de dune manera poems deri ecesinintr 0 desl en pene ayn een say teen ichous Geopous Roce, dering i Ves verdesneneta queen dos por edctecniaton, fo mehot qi ene propa pot Agila peo. ba Ls neoprene diapers cto ht poe) wa ftulctro. Foleo! proponer sn emg equaleats bomeoméess de SEeccinzsy ile come Sehnmpfingen sen dowsing esos inlets hala abl) ea lil, Hace lida por alge pelos IDsimpletdad luna rive bun el ado bye. Castro, po cede Geared cue dled Genet weal nea Ecinienbe no sco problemas seg qu Ue nant wre ona prof dupa pardignit Fl nto mi gt Teas eee anes Mite! Sil pee Cun pm aracapronr onion kel decker of ra nan ae van aio el pei dl dcctenle, Derenee tse eto demasido extn 7 encarta mes qe proce) pts FE airingivire crsenkar tenn ne aie mnie no poitan er guow not srw = tthe qurson’ Modrenteodeairg geen alianonsinglenens Soe weannce td te, con una noe cpa a pl de pig, Me peg sik md i andeldecrcrton oe ae reg race enclave dese ada deen responder su prove de soled mor, ed dao proyecto de soled Si auf pede ace ce fora norsna the epee ioe ee scent pero express hagas bln Toque ye ue deity Sn ise Aepndda on kre lls Wiley Hooge beled unser dhaers evi del eccinlento economic a wis os eins rating y Irikage (The Emanic Ration Yves SrainaeBter by tng te Bonen fom Honey Matas catia Hola eal, 1951) B| decrecimiento provoca dos grandes preguntas: por qué y como, Ciertamente, laraz6n principal, ya eshovada, es que el cre- cimiento engendra problemas sin solucién (primer capitulo). Sin embargo, se puede objetar que es suficiente con cambiar los indicadotes y contar de otra manera « otra coss, sin renunciar, no ‘obstante, ale idea de crecimiento (capitulo 2). ‘Tambicn podemsos preguntarnos sel decrecimiento no noshace volver atrés y nos condena a restricciones insoportables (capitulo 3). ELaitrompibler desarrollo sostenible ;serfa una buena solucién © por lo menos no ser‘a otro eafificativo mds simpdtico para desig- nar el mismo objetivo? (capitulo 4). Y, por ultimo, oe plantea la pregunta sobre si no seta el crecimiento geométrica de la pobls igi le verdadera fuence de todos los problemas (capitulo 5). Tias tefutar todas estas objeciones y admitir la nccesidad del deerecimiento, queda lo més dificil: edmo constrair una sociedad sostenible, también en el Sur; Hay que explictar las diferentes eta- pas: cambiar de valores y de conceptos (capitulo 6), cambiar de estmicruras, ¢s decir de sistema (capitulo 7), relocalizar la econo- mia y la vida (capitulo 8), revisar nuestros mados de uso de los productos (capitulo 9), responder al reto espectfico de los pafses dol Sur (capttulo 10). Y, por dltimo, hay que asegurat la trensicign de nuestra sociedad de crecimiento ala sociedad de decrecimiento por medio de medidas apropiacas (cap(tulo 11), REPRODUCCION SOSTENIGLE, ESTADO ESTACIONARIO Y CRECIMIENTO CERO Si, como lo veremos mas adolante con detalle, & desarrollo sos- tenible o duradero es una misticacion, | estado estacionario y el crecimiento cero pueden aparecer como respuesias sersatas para remediar la sitvacién y poner un término a la dastruceién te la biosfera y de nuesira medo ambiente. Se trata, en efecto. {de proposicicnes de compromiso ya antiguas que intentan con- «ila a preservacibn del mecio arrbiente con las cadquisciones de la dominacion econdmica, El hecho de que ‘ods las socieda- des humenas que dureron haste el siglo XVtl Naan funcionado «con |arepioduccién sostonible porece reafrmar ese punto de vista, Es pues necesario precisar en qué se distingue una sociedad de dectecimionto do esas ciferentes posicones para captar la espe- Gticdad y la relativa novedad, El catdcter duradeto 0 sostenible que le expresion «desarrollo sostenible» (sustainable development ha pueste de croda no re- mite al desarrilo erealmente exstente» sino a la reproduccién. La reproduccion sostenbie ha ‘egido en el planeta hasta aproxima- damente el siglo XVI, todavia es posible encontrar en ancianos dal tercer mundo (lo que hemos llamado en cro lado «autodindmicas),® sino le 43. Ih, p. 297 49, Labsen Abcelmalki y Patrick Mundle, citados por France Dmoinigue Vivien sJalons pour une histoire de In netion de develop ppement durable, Monde en développement 3. 121, 20031, ps ‘0. Thi. 51, Serge Latouche, Fail refiser kdeveloppemene? Esa sar ane ‘econsmigue du ters monde, WF, Pats, 1986, ‘de un principio exogeno: le escasez de la tera 0, para WS. Jevons, la dol carbon. Para les clscos, excepto para Malthus, el oganisrro eccnd- mice cesa de crecer en un marmento dado, pero sigue funcionan- do y viendo sin problemas, bajo eljuego de sus fuerzas nternas. Al aleanzar la madurer, su corazén continia lationdo. La compe- ‘encia asegura semore al buen funcionameento de sus fuerzas vi- tales, sin necesidad de intervancion. E| bloqueo del crecimiento, cdeciaria manera, viene impuesio desde el externr, perola dini- ‘mica cel funcionariento es autematica. Para nosots, la repro duccén de fora tice al sistema ya es problematica, ya que la economia no 9s Fi un organismo ni un mecanismo, Sélo puede sobrelavar su entropia huyendo hacia delante. fs la fuente de ‘nuestra adiccin al credimiento, Les Intervenciones «exogenase,, ppaticularmente las policas, son requeridas periSdicamente para evita crisis 0 temedharas y volver a poner en marcha la maquina (que, como un cidista que stla se mantiene en equiltrio peda leando contnusments, se mantiene en marche quemando cor- burante no cenovable, reserva dal patrimonio natural Enlos dlésccs, en cambio, jo que es de natutaleza exogena esl bloqueo del cecimiento de! orgenismo economic, En efecto, et dinamismo de la vida econémica tropleza con el principio de los rendimientos decrecientes, que noon otra cosa que la firitud de la wpatuialeza la insulicenda de sucks fll, el aguiamento de las ‘minas, les limites del planeta, Les neoclisicos, al ccntaro, isisten en la esustitubildady del capital atiical y del capital natural Al epovalse, por otro lado, en la evidencla hstorica de a invalidez de la ley de los rendimientos decrecientes, al menos en la industia y durante igo tiempo (dos 0 tes sigs), haidn salar esa cerradura contraia a progresismo(vtalsmio de base de le economia profesa- da ya ertonces por los discos, Segin la hipstesis dela asustitu- 52, William Stanley Jevons, The Ceal Question. Au Iiguicy concerning the progres of the Naren and the Probable Exhausion of sr Coal Mizes, Macmillan and Co, Londres, 1865, 30 bilidad» de los factores, una cantidad creciente de equipamientos, de conocimiantesy de competencies debe poder tomar elevo de ‘cantidades menoies de capital natural pala asegurar el manteni- imiento, en el tiempo, de las capacidedes de produccon y de sats- facci6n del bieneste de los indviduos. De pronto, la economia no reconoce fmites a su crecimiento ni a su desarolo, El estancacion'smo Tras la crisis de 1929, se vieron resurgl teorlas comparables a las de los vigjos elsticos; las calficaron de estancaconistas. El princi ppal fepresentante de esta corriente fue al profesor Alvin # Hansen, que deserrolG le idea sequin la cua el capitaisro habla Hlegado a la madurez Esta tesis la plantean también Paul ‘weezy y Rerjamin Higgins. Fl propia Keynes fue consicerado. ‘eflun clerto sentido como estancacionist En el conjunto de sus ‘obras, evace efectivamente segtn Schumpeter «la respuesta de- reciente de la naturaleza al exfuerzo humano».= Para todos es0s autores, las ocasiones de invertr iran dsm nuyendo en el futuro. Asistitemos, 0 bien a ura desaceletacion. progresiva del crecimiento (stagnanting economics, segin Higgins), o bien a un cese rotund de cualquier dinamica(stagnant ‘econornicy) El crigen de este estancamientono eselayoterniento dela naturaleza, sino la dieminucién del crecimiento demograit- coyeletivejecimientode la poblacién, la desaparcion de las «fron ‘eras de inversion» (Hanser), es dec, de las zonas vrgenes en el planeta, © més ain, la insuficienca de innovaciones tecnolégl- ‘as, Aunque host a los estancacionistas, ¢| propio Schurmpster en Capitaine, sociatsme et democratie™ sostione una tess que 93, Alvin Hi. Hansen, Fall eavery or Sagnatin®, WW. Norton, Nueva York, 1938, 54, Taal Swecen ‘Scalar wagnatione cn Seymour E, Hanis Posaeer Eeonamies Problems, McGraw Hill Company, Nueva York, 1943, 35, Joreph Scharmpeter Hioir de amahueconorigi TILL Ldge dela science de 1870 4 JM. Keynes, , Gallirard, Parts, 1983, p. 547. 56, Joseph Schampeter Capitaleme,sialome er démoerstr Payot, Pauls, 1990, se podria interpretar come una forma de estancacionismo. Sin embargo, para él, siel capitalisino tiende al estancamiento es porque el estado moderno aplastay paraizasus fuerzes motrices, fen cambio para Keynes la intervencién dol estzdo os el nico medio de volver a cinamizar un sistema que tiene naturalmen- ‘2 haca el estanicamiento. En la concepcion keynesiané, éste 6, por consigulente, s6lo una amenaze @ corto plazo. Si todos les espiitus supertiiales y «coxnuconianos» Citeral ‘mente: quen cree en el cuerno de la abundancia) puderan poner en e! mismo saco a tedos los «pesimistas», es deci, aquellos que hhan analzado los wimitas» del crecimiento, so varia claro que los poartidarios del decrecimiento tienen una vision profundamente diferente, ya que, para els, si los limites del crecimiento se drcunsetiben también « b fiitud del planeta, poner en duda el ‘crecimiento sblo pueda ser benética para la humanidad. El crecimiento cero El éxito de (Alto af crecimiento, el primer informe del Club de oma, fundado por iniciativa de Aurelio Pecce,, aopulatiz6 por tn tiempo la idea de un cese del crecimiento a causa del previsi- ble agotamiznta de os recursos. Incliso se denonind «zegistas» Ge zero growth) a los particarics del crecimiento cero.” Herman Daly, antiguo responsable dimisionano del Banco Murdial y clsipulo rebelde de Nicholas Georgescu-Roeyen, inx tents modelar una ecenomia sin crecimiento para aGn inscrta en) paradigms den desarrollo vista y corregid. «El desarrolo sostenible, escrbe, une exoresion que tiene conncteciones ces| magicas, es, de hecho, contradictoria, La expresén es utizeda ‘en nuestros dias como sinénimo de ‘crecimiento sosteniola!, un conceptn que, cuando se aplica a nuestra vida e:onomica, pue- de llevar a Jos 1esponsables poltcos en materia de medio am- 57, Se pusds encontrar ina extensabibliognafia de los trabajos y libros parceides soe esecera ras el famoso informe del Cub deRoina a Andeea Masi, I planers di titi. Vivre nei lina perc ls tra sbbia en future, EM], Boles, 1998, 31 biente y de desarrollo a una via sin salida, En dos palabras, no podemos continuar crecienda indefinidemente: el crecimiento sosterible es una imposiblidad, y las poltices que se basan en ese concepio son irreales, incluso polgrosas. [L.l Por consiguiente, la expresion ‘desarrollo sostenible’ es correcta’ s@ aplicaa le economia, pero Gnicarnente si sela inter prata como ‘dezarrolo sin ciecimiente!, es dec, como una me- jora cualitativa de una base economica fica que es mantenida niu estado estable definido por oslimitesfsicos del ewosistema. load Es decir cel crecimiento cero? Cada dia tomamos conscien- cia del impact negativo de la economia sobie el ecosistema, que prueba que lncluse el rio actual no puece durar, El actual ‘aumento del uso de os recursos naturales parece aurentar los costes ecologicos més répidamente que las ventajas de la pro- duccion, lo que nos hace mas pobres en lugar de mas ricos. El desarrollo sostenible debe ser un desarcolo sin crecimiento». Esia posicién casulstica subsstima la desmesura propia de rnuestro sistema. No renunciamos ni al moda de produccion, ni al de consumo, nial estilo de vida engendrado por el crecinien- to aniotier. Nos resignamos razonablemente 2 un inmovlismo conservado, pero sin replanteainos los valores y las loaicas del ddesarrolismo y el economicistmo. fr consecuencia, nos privamnos de los aportes rositivos de un decrecimiento convivendal en tér ‘mings de feliciad colectva, La proposcion de desaceferacion del crecimiento lanzada por Jean-Marc Harebey y retomada por Attac bajo su auspicio con- ‘ra ol decrecimignte £2 le asemoja, Sin embarco, ésta es mas bien eros pertinente ya que su xtealismo» aparente gculta en el fondo una ineherencia. As), une politica de decrecimiento se ‘raduciria en un primer momenta, indudablemente, por una son- cilla dsminucén del crecimiento de! FIB y no necesariamente en un retroceso, es deci, una tasa negaliva, porque se trata de un Indice puramerte cuantitativo y macccecondmico. Eso resulta Pep Fiestas Day aioed arvigle ke rea a Satna Development, Bowen, Beacon Pres, 1996, pp. 10-11. do, que podria pasar pot una desaceleracion, esconde, de he- cho, en l plano micioeconémico, egresiones més 0 menos fuer- tes do actividades nocivas (aucleares @ incluso eutemavilsticas), ‘un mantenimiento (crecimiento cero), de ja mayor de las act- vidades materiales «cities» (alinentacion, viviendo, text) y un ‘aumenta de la produccién de bienes rolacionales mercantiles y sabre toda no mercanties, Siguiendo el peso de la parte comer al de las bienes inmateriales, el PB podria continua’ creciendo ‘durante cierto tiempo, parslelamente a la reduccibn Gola hella ‘ecoldgica. Estarlamas en una fase transitoria excepcional ce ca- pitaisma ecocompatible, perp fueta de Una logica y de un ima~ inatio de crecimiento, ‘Algunes consideran qua, de este modo, Ia tess del estado ‘stacionario pasa por una segunda juventud. Los autores del or- er informe del Cluti de flora (Meadows et al) sefelen que, ‘como ko hacia John Stuar Mil: «La poblacién y el capital son los tinicas incrementos que deben ser constantes en un mundo en equilbrio. Todas las actividades humanas que no comportan un consumo irracionel de materiales iremplazables ni dogracan of medio ambiente de manera reversible podifan desairallarse in- efinidamente, En particular, ese5 actividedles que muchos con- sideran como las mis deseables y més satisfactoris: se podifen esarrollarla educacién, el atte, la religion, la investigaci6n fun- ‘camental, los deportes ¥ las relaciones humanasx.” Fara Frenk- Dominique Vivien, la diferencia con el andlsis de tl reside en el ‘arlcter voluntarista de la politica que se tendria que desarrollar, Porque la intenci6n de los autores de ese informe —ese «lio 62 los limites», sega la expresion de Armand Petitjean— vs mas ald del crecimiento cero y ya anticipa un poco las propuestas dol ecreciiento, como lo cenjirma a cerrespandencia entra Dennos Meadons y Nicholas Georgescu-Koegen. Su analsspretendia cear larma «Tenemos la conviccion, escriven, que tomar conscenca 59, DA. Meudows,JRaness, W.chesenn, The isto Grows, A Repore for the Clsb of Bones Project on the Pedicamest of Mankind, Universe Bock, Nucra Yor 19 34 Soore los limites materales del medio ambiente mundial y sobre las régicas consecvencias de una explotaciénirracional de los te cursos terresties, 2s indispensable en el resurgirde nuevos meds de pensamiento que conduciran a una revision fundamental dl comportamiento humano y, en consecuerca, da estructura de la'seciedad actual en su conjunto».® En esa epoca las reactions de rechazo fueron casi unanmes. En Francia, el representante de Ja CNFF® deciaro que un crecimiento soldo era indispensable, For su lado, el secretaro general del Partido Cornunista francis do: hhuncié el «programa monstiuoso» de los cirigentes de fa CEES Raymond Barre, entonces miembro de la Comision Europea, ex re36 pablicmente su desecuerdo con ei presidenie desta, Sicco Manhole, que avslaba dichas tess, Al final so corwino en cue era necesario hacer el crecimiento mas humano y equillxedoy. Ye sabernos en qué quedo ese proyecto. indudablemenie, a concepcién de una socedad de decrect miento recuerda también a la del estado estacionario de Mill o a las aspraciones de clertos partdarios del deseriolo sosteibe, Sin emborgo, para Ml a teoria del extado estacionaro traduce la idea de que al enverecer, por su propia dinarica, el capitals: mo p0c9 a poco dara origen a un tipo de sociedad cuyos valores eran més respeeluosos con el ser humane y la naturaleza, Por nuestro lad, pensames que eso no ocutiréy que Gricamente la ruptura con @! sistema capitalista, con su consumismo y su producitvismo, puede evita la catésticte. (0. Ibid. pp. 273.274. Gt, Coasil Nacional da Patrynat Feangass Consejo Nacional de los Empresaios Fancests (N. de la.) (6, Véaee Franck: Dominique Vien Le DévdlapperoestSnsenablr, La Deerouverte, Pais 2005, p10. PRIMERA PARTE gPOR QUE EL DECRECIMIENTO? Habia algo siniestramente grotesco en esa currera desenfrenada hacia ol lucro en el mismo momen- to en gue el mundo se m RICHARD MATHESON! Para entender lo que podria ser una sociedad de deerecimiento, es conveniente, primero, definirlo que esa sociedad de crecimiento. ‘Ta idea moderna de crecimiento, escribe Henry Teune, fue for mulada hace aproximadamente evatto sigios en Europa, cuando la economia y la sociedad comenzalvan a separarse» Pero, atalejus- tamente Takis Fotopulos, «la econorata ee crecimiento propiarnente (definida como el sistema de organizacién econdmica arientado, sea objetivamente, sea deliberadamente, hacia la maximizacién del cre ») aparecid bastante despues del nacimiento dela econom(a de mereado de principios del siglo 1X y no sedesa- troll hasta despuds de la Segunda Guerra Mundiale.* Es decir, en el momento en que Occidente {a través del presidenteTrumen...) lanzaba la consigaa y emprendia el desarrollo, La sociedad de crecimiento puede ser definida como una socie~ dad dominada por una economia de crecimiento y que tiende & cjarseabsorber por ella, El crecimiento por el ereetniento se con. vierteas{en el objetivo primordial, yen tal vez delavida Recordemos por otto lado que, segiin la definicioa de Joseph Schumacher, «el crecimiento es producir mds, sin tenct en cuenta Ja naruraleza de las produccioness. jento econd) 1 Richard Matheson, Je svt ane gerd (1954), Gelliman. Pris, 2001 pis ‘ 2. Henry Teune, Growth, Sage Publications, Londkes, 1988, p13. 3, Takis Foropoulas, Vers use dimoratie géndnle. Une démecrtie diate consign, Eologiqne et vclale, Seu, Pals, 2002, p31 Podemos decir que la eglobalizacién», que marca el paseje de tuna economfa mundial con mercado a una economia y & uria so- ciedad de mercado sin fronterass consticuye ol triunfo absolute de la religién del crecimiento, Una sociedad asf no es sostenible por- {quesiperallacapacidad de carga del planeta, porque seestella contra fos limites de a finicud de la biosfera y porcuc roclos los argumen- tos y attficios para remediarlo son insuficientes 0 falaces. I. EL INFIERNO DEL CRECIMIENTO, Sélo tenemos una canvidad limitada de bosques, deagua, de tera Siles transfoaman todos en ai es acondicionados, en patatas fritas, en coches, llegard el momenco en que no Gndidn nada. ‘ARONDATHY Rov Nuestra sociedad ha unio su destino @ una organizacidn basada en la acumulacién ilimitada, Ese sistema esté condenado al creci- miento. Cuando el crecimiento disminuye se para, hay crisis, incluso panico, Esta necesidad hace del crecimiento un circulo vi- civso, El empleo, el pago de las jubilaciones, la renovacidn del gas- to ptilico (educacién, seguridad, justicla, cultura, transportes,sa- Jud, etc.) saponen el aumento constante del producto interior, Por otro lado, el uso dela moneda y sobre todo del crédito, que permi- ‘te consumir a aquellos cuyos ingresos no son suficientes e invertir sin disponer del capital requerido, son poderosos «dictadores> de crecimiento, en particular para el Sur, «La celacién de crédito, se- ‘hala pertinentemente Rolf Steppacher, crea la obligacin de devol- ver la deuda con interés, y as{ prochcir mis delo que se ha tecibi- do, La devolucidn con interés introcuce la necesidad del crecimiento as{ como toda una sevie de obligaciones correspondicntes. Es con: venieate primero ser solvente para devolver el erédiro segin una temporalidad definida; es necesario luego producir, en principio de manera exponencial, para pagar los intereses c« la deuda y asi cevaluar necescriamente todas las actividades correspondientes ha~ viendo un anéliss del sipo coste-benefcios J. Lo que «obliga» 2 crecer indefinidamente es sta combinacién de exigencies.’ Willem Hoogendij, no sin fandamento, ve en ese mecanismo el origen de 1 Arundathy Roy, «Défirel développement sauver le limatn 2Zeolagite, 1. G.invieina de 2001, p. 7 2. Rolf Scppacher in Christian Comelinu (di) Brule pour Usvenir oneibusons au debar tut bs akematives, Op. cit, Pp. 184 85 Ja eompulsidn por el crecimiento. Colonirada por li Kégica finan- Ciera, [a economia es como un gigante desequilibrado que sdlo si- gue en pie gracias a una carrera perpetua que lo arcasa todo a su paso.) ea tinica solucidn para un grupo como el nuestro, declaran Tos tesponsables de Procter and Gamble, es lanzar nuevos produc- tos cada ano», Los gobiernos y Tos estado tienen cambicn nccesi dad del crecimiento para realizar la cuadratura del efrculo fiscal cubrir los gistos necesarios sin hacer usb de impuescos impopula- tes. Este imperativo es todavia mds categérico con el delirior neoliberal que con la regulacién keynesianc-fordista, Como el cre- iento beneficia sobre todo a los ricos, las reca(das «positivasy slo se producen (cuando se producen...) con {adices cada vez ms elevailos, Respecto al empleo, sabemos ehora que hace falta un cre cimiento anual de més del 2% para que se tradurca, no en un crecimiento, sino en un descenso del paco, Esta dictaclura de! fadi- ce del crecimiento fuerza a las sociedades desarrollidas a vivie en régimen de «sobrecrscimientor, es decir, a producit y 2 consumir fuera de toda necesidad wrazonables, Las contradicciones sociales «que engendrac! crecimiento ylos Iimites del planetahacen nuesteo modo de vida insostenible, tanto ceoldgica como socialmente, Sin ‘embargo, inchiso si pudiers perdurar indefinidamente, éste no se- ria menos insoportable y seguirfa siendo deseable un cambio, La sociedad de crecimiento no es sostenible Nuestro sobrecrecimienta econémico se esticlla contra la finitud de Ia biosfera. Sobrepasa largamente la copacidad de carga de la terra ‘Un crecimiento infinito es incompatible con un planeta finito, Es verdad que la primera ley dela termodindmica nosensefia que nada se piercle, nada se erea, Sin embargo, el extractdinario proceso de regeneracién esponitineo dela biosfera, incluso asistido porel hom- bre, no puede funcionar a un ritmo forzado. De ninguna man puede restituir idéaticamemte la toualidad de los productos degra dades por Ia actividad industrial, Los procesos de transformacioa J, Willem Hoogendiik, The conemte Revolution, op. cit, y Let Seep Tarnamis, Esth Foundation, Uszecht, 2005, 38 de la energfa no son reversibles (segunde ley de la termodinémica) ys ea la prdética, pasa lo mismo con la materia; adiferencia de le enerpla, éia es recielable, pero nunca integralmente: «Podemos re- ciclar las monedas metdlicas usadas, escribe Nicholas Georgescu- Roegen, pero no las moléculas de cobre disipadas por el usos.* Este Fendmeno que él ha bautieado como «le euaste ley de la termodi- micas, puede ser discutibleen ceorfs, pero no desde el punto de vista de la economia concreta, No sabemos coagular los flujos de 4vomos dispersos en el cosmos para hacer nuevos yacimientes mi- neros explotables, trabajo que se ha realizado en lanaturaleza en el espacio de miles de millones de afios de evolucién, La consecuen- cia segiin él, dela imposibilidad de un crecimiento ilimitado no es tun programa de crecimiento ceto, sino de decrecimiento neces Tio, El desarrollo econémico, lejos de ser el remedio 2 los proble- mas sociales y ecoldgicos que desgarran el planeta, es el origen del mal, Debe ser analizado y denunciado como tal, Ineluso la repro- duccién duradera de nuestro sistema depredadot no es ya posible. Si todos los ciudaclanos del mundo consumieran vomo los noree- americanos, o les europeos medics, loslimitesfisicns del plancta se habrfan sobrepasado ampliamente Los hechos Sitomamos como indicadlor del «peso» ambiental de nuestro modo de vida la shuellav ecologica de éste en superficie textestre, 0 en cspacio bioproductive necesario, obenemes resultados insostenibles tanto desde el punto de vista dela equidad en los derechos deen sign sobre [a naturaleza como desde el punto de vista de Ia capaci- dad de regeneracién de la biosfera, El espacio disponible sobre el planeta Tierra es limitado: 51,000 millones de he:tireas. Sin em- bargo, el espacio sbioproductivor, es decir, itl para nuestra tepro- duccidn, solo representa una fiaccién de aproximadamente 12.000 millones de heeréreas.* Dividido por la poblacién mundial actuel, dda como resultado unas 1,8 hectéreas por persora. Teniendo en 4, Chad en Mauro Bonaluc, La seria Dieconerice La nora eonomie> i Nicholas Geargessu Roegen, Carsec, Roma, 20(1,p. 140, 5.Mathis Wackernagly ll nose planta sist eoaurrdom in Andrea Masullo (Gz), Heanorniae Ambiente, La fide cel tza mille, wii, Boron, 2005. cuenta las necesidades en materiales y energia, lo necesarto para absorber residuos y vertidos de os productos y del consumo (jada ‘yer gue quemamos un litro de gasolina, necesitames 5 m? de bos- aque para absorber el CO,!) y afiadiendo el impacto del habitaty de les infiaescructuras, los investigadores que crabajan para el inscitu- (o californiano Redefining Progress y para el World Wild Fund (eWE] han ealculedo que el espacio bioproduetive que consume fa humanidad por habitante es de 2,2 hectéreas de media, Los seres humancs, por consiguiente, han abandonado el camino hacia un imiodo de civilizacién sostenible que exigirialimirase 2 1,8 heecé- reas, admitiendo que la poblacién actual permaneciera estable, For otto lado, esta huella media esconde grandesdisparidades. Un ciu- dadano de Estados Unidos consume 9,6 heeidreas, un cana 7.2; un europeo, 4,53 mn franc’, 5,26; un italiano, 3,8. Aunque existan importantes diferencias en ! espacio bioproductive dispo- nible cn cada pais, estamos muy lejos de la igualdad planetaria.® Se pueden discutir las cilras, pero son desgraciadamente con- firmadas por un niimero considerable de indicadores (que tam bidn han servido para establecerlos).” Ast pucs, para que la gana- detfa intensiva funcione en Ruropa, hace falta que una superficie equivalente a 7 veces cl continente sea empleada en ottos pulses para producir la alimentacién que reclaman los animales eriados de exte modo industrial es lo que se llama ecultivo encubierto»’ Segiin William Rees, los Raises Bajos utilizan 0 importan un te- rritorio de aproximadamente 100,000 km? en el mundo, pri palmente procedente del Sun, es decir de 5 «7 veces la superficie de las tierras productivas del pais, y eso s6lo para la alimenta- 6, Glanfianco Bologna (di), alia capace di futur, WOWE-ENI, Bolonis, 2000, pp. 86-83 7. Para Yrs Cochety Agnés Sina ol método dela huelaecoldgica subest- rma cl impacts «clégico dels hamanidad cabre la bovfra, excuyendo de sus ‘ilaulbs, por «jemplo, la toxicidad de los residuos (Go coma en cuenta ct yolu= men) el agotaniento de les recursos no roves, los risgos dela ener au- leary dels organism: modifiada: gendicaments (Suave I Tes ope, . 55), Fata Hanel-Dominique Visen, al contro, li hula ecologies sobresina ‘ste impacto al privilege el ecicaje del co, en el cflalo de is superficies 8, Vanilant Shiva, Le Zrvorioe alimentaire. Comment es mulrinationales affine le vers monde, Kaya, Pals, 2001, p. 97 40. cién.? En 1992, el ciudadano del Norte consumia de media 3 veces md cereales y agua potable, 5 veces més abono, 10 veces mis madera y energla, 14 veces mds papel, 19 veces més alumi nio que el ciuidadano del Sur. Las comparaciones sobre consumo de energia y tesiduos de gas de efecto inyemadeto son todavia ds flagiantes.” El plancta ye no es suficiente para nosottos, hracfan falta de 3 2 6 ms para generalizar nuestro modo de vida occidental. «Si hacemos los calculos, sefiala Francois Schneider, esto significa que nos harian falta doce plancias si los queremos viables a lazgo plazos! y mds de ezeinta en el horizonce de 2050 sicontinuamos con un indice de crecimiento de! 2% teniendoen cuenta el previsible crecimiento dela poblaci6n!«L.a mitad delos recursos del planeta han sido neeesarios a Gran Bretafia para ser Jo que es actualmente, ;Cadntos planetas serfan necesarios para tenis se interrogsbs Ghana son su gran sbi. Nosottos fen diesen Ntneeanaeinceatrenetoe Hod crecimiento econémico, el hombre occidental he rnunciadoa toda mesura, Con un alzadel3,5.% anual (progresién media para Francia entre 1949 y 1959), el PIB por cabeza se multiplica por 31 ea un siglo y por 961 en dos siglos. Con un indice de crecimiento del 10% —el de China hoy—, jse multiplica por 736 en un siglo!” ¢Creemos verdaderamente que un crecimiento infinito es posible sobre un planeta finito? Bl hubris a desmeciida del dueho y sehor dela nacuraleza, ha substituido a la antigua sabiduria que consistia en establecerse en un entorno explorado de manere racional, El 8. Grado por Jean Gadtey y Florence fany-Catrce,Leswowsenus indicates de sichete, op. cit, 9.72 10, La cantdal media de co, emitida por cada hab ante del plnets actualmente de 4 toneladis por afto, peo e: ée 11,5 ioneladas para la quinta ppartedy ls poblacién mundlal que vive on los pals indusilizados (con una [pana de 20,5 para los Estados Unidos), contra 2coneladas para las custo quit- ts pares (con justo uns dé de conelada para once xtidos, en su mayoria alicancs). Vea Hervé Rend Marin, Le Mondlluation ricanide coms gua subisent, vol. 2, La Febrigue du diable, Chats, Pars, 2003p. 131 11 Franole Schaeider, cada en ibid, p. 225 12, Besuand de Jowetel Areadle, ut sur fe mieus ore, Pusaibles, Pe 1, 1968, a delitio cuantitativo ha hecho bascular de golpe la situacién, con formc a lo que yo llamo el teorema del alga verde, variante de la paradoja del nentifar de Albert Jacquard.” Un dia, una pequena alga se implanta en un estanque muy grande, Aunque su eiceimiento anual es répido, siguiendo la pro gresi6n geométrica ¢ razén de dos, nadie se preocupa, hasta que no hha colonizadb la mitad de la superficie, provocando desde ese mo- ‘mento la amenaza de eutrofizacion, es devi, de asfixia de la vida subacudtica, Ademds, si el alga ha tardado muchas décadis en He gar a ese puinto, fan s6lo haré falta un afo para provocar la muerte irremediable del ecosistema lacustre. «Predomina, sin embargo, a idea de continuar en ol mismo camino, seficla Jean-Peul Besset. Para asegutar el bienestar del conjunto de la poblacién, el Banco’ ‘mundial ha calculado quel produccién de riquezas sea cuatro veces ‘mds importante en 2050. Con un crecimiento mediode 3% anual, cs posible, afirma. Serf suficiente reunir las condiciones politicas —buen gobiemo, ayuda al desarrollo, cooperacién técnica, inter- cambios comerciales — para que todo vaya dela mejor manera en cl mejor de los mundos, Aflrmacién rigurosamente exacta desde el punto de vista del razonamiento econémico, Perspectiva totalmente irreal desde el punto de vista de las capacidades del ser vivo. Por consiguiente, estafa intelectual, €CSmo se puede imaginar que el PIR mundial, que era cle 6,000 millones de délares en 1950, que ppasé 2 43,000 millones en 2000, pueda aumentar, en 2050, a 172,000 millones de ddlares sin trastornar atin més los equilibrios naturales, como si esto fuera una mecdniea virtuosa?'* Hemos lle- gado al momento en el que el alga verde ha colonizado la mitad de nuestro cstanque. Si no actuamos spido y concundentemente, pronto nos espera la muerte por esfixia, El debate Esta situacidn es bien conocida, al menos por los responsables po- Iiticos y econémicos. Y sin embargo, todo se hace pata no hacer 3, Albert Jacquard, LByuation dc néauphar Les pair de la sine, Calmann-Léry, Pars, 1998, 4, Jean-Paul Besset, Comment ne plu: ire progres reationnaite, op. cles p. 147. sans drvonir nada, Para conciliar los dos imperativos contradictories del er ‘miento y del respero por el medio ambiente, y rechazar la necesi dad del decrecimiento, los expertos ylos indusiriales han puesto-en ‘marcha una argumentacién de tres puntos: 1, Lasubsticubilidad 2. Lo inmaterial 3, Ta ecoeficiencia. Je los Factores. Tedlo basado en la certeza de que el futuro progreso del cien- cia resolverd todos los problemas Tal como hemos mencionedo (xéase la p. 14), la hiptesis de la substitubilidad de los Factores significa que una cantidad creciente de equipamientos, conocimientos y competencias debe poder t0- rar el relevo de cantidades menoses de capital nacural para ascgu- sarel mantenimiento, en el tiempo, de las capacidades de produc- cidn y satisfaccién del bienestar de los individuos, En efecto, hasta ciertos limites, estd permitido reemplazar al ser humano por la ‘midquina (es decir el factor trabajo por el factor capital), pero no el flujo de materias primas (inputs) por un aumento de las teservas, Hace falta toda la fe de los economistas ortodoxos para pensar que cs concebible li ilimitada substitubilidad de la narureleza por el artificio. Tal eomo sefiala Mauro Bonainti, no se podré janis ob- tener el mismo nimero de pizzas disminuyendo la cantidad de hharina, aunque se aumenten los hornos o los cocineros. Fs, desde luego, el segundo argumento, la enneva economia», basada en los servicios y la virtualidad, relativamente fnraaterial «Casi dos individuos sobre tres han dejado de usar sus misculos para participar en la incendencia de los signos y de los seres [.], luna magamquina de la comunicacién cuyos sersidores se llaman empleados»."* Esas{ como en Franciael sector cetiario, si ‘tansportes, slo consume cl 16% de la energta utllizada, s6lo emi te el 11% del gas carbénico, aunque representa el 70% del em- 15. Mauro Bonaintl, Nicholas Georgie Roeen. Bloeromia, ero uni economia ecoloismentecsecitbnenteotonbl, Bolle Borighier Ta p. 38-40, 16, lsin Cots, clade por Abin Gras, Frgilid dee puicance, Fayard, Paris, 2005, p64.

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