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gearesando ahora al problema de la conciencia de clase, que es lo que gefinitiva dio lugar a las anteriores consideraciones, reitero que aquel en des” -que curiosamente emplean Shaft y Thompson, pese a su mani- “on epancia respecto de la existencia de la “clase en si" resulta fest oes inaceptable, en la medida que conlleva la idea de un punto serleeada sin regreso posible. No se trata, entonces, de ser mas 0 menos mists pesimistas, sno demo cerar 10s ojos a la evidencia y en cierto sve a conocida formula gramsciana y ser “optimistas en la inte- tigencia” y “pesimistas en la voluntad”. Esto es, no cabe menos que acep- tnrque la historia tiene sus corsi ericorsi, como afirmara el viejo Vico. El n duda da para més, porque concieme a “la lucha de hegemonias modi tema si e : polices”, segin citabamos antes Gramsci, Luchas que se agudizan 0 Berecen al compas de las cambiantes circunstancias por la que airaviesa ia sociedad capitalista~en conjunto y las sociedades nacionales en su caso paricular-, con sus momentos de crisis y amesentamientos. Pero, es obvio que no podemos extendemos aqui sobre esta cuestién sin alejamos més deo debido del asunto central de este trabajo. Sélo queria dejar sentada mn objecién a aquellas afirmaciones de Schaft-y también de Thompson, porque eso si guarda relacién con el tema que nos ocupa. 4. Clase, hegemonia, lucha y conciencia de clase La indudable relacion entre las categorias conceptuales presentes en el titulo de este pardgrafo me hizo dudar respecto de su ordenamiento. Es por demas evidente que el concepto de hegemonia -en el marco del paradigma critico, naturalmente— supone a los otros tres. Lo cual en un primer momento me Hevé a colocarlo en el inicio de la frase; pero, luego, parafraseando a Luciano Gruppi,** me dije, “todo comenzé con la propie~ ad privada”, y ello me llevé a encabezar el titulo con la categoria “clase social”, puesto que el origen de las Clases del “necesario” con- Alico econdmico social -con todas sus consecuencias de orden politico y cultural/ideoldgico- est en la aparicién de-la propiedad privada en la historia, Esto se encuentra claramente expresado en las siguientes pala- bras de Marx: tal vez podrian apregarse -aunque fueron procesos muy distintos, en los que mediaron acciones armadas- los del MNR en Bolivia (1952) y el de Nicaragua de 1979. Me refiero al breve pero sustancioso trabajo de L. Gruppi, Todo comenzé con Maquia- ‘elo. que fuera publicado en Brasil (San Pablo) por la Ed. LXPM en elafio 1987, yen ©! que comenta las concepciones de Estado en el pensamiento critico marxista. 56 93 a son contrarios, y forman un solo Conjunto, “Proletariado y riquezé rele ‘mundo de I Dentro de en dra a ambos el 0 ct er pane pope pad es &iproletariado efideteuctor.. el proletariado desaparece del mismy = que desaparece el contrario que lo determina: WER ps ae en Mészaros, 1973: 123; mias las cursivas) Como vemos, lap opiedad privada e privada engendra cases sociales pol io y burguesia~ ci jaciones son antagénicas. Pero, en real, fai gue as con la propiedad privada es la desigualdad social, consecuentemente el conflicto social. La “clase” en el sentido modemy del término tal como es mencionada por A. Smith en La riqueza de las naciones, obra fundante de la economia politica liberal, publicada por vez primera en 1776- es un fendmeno propio de la sociedad capitalist, yg ella se refiere especificamente Marx en el texto citado. Es claro, por oa parte, que aqui Marx opera con el concepto de’clase “en si”, puesto que la misma existencia de las clases es consecuencia directa de la propiedad privada que “las engendra” y, vale subrayarlo para evitar malos entendi- dos, junto con las clases “antagénicas” aparece inevitablemente el conflcto _ social, la“ se8”. El concepto de hegemonia y la teoria politica El concepto de hegemonia se inscribe en este marco, es decir, en el reconocimiento enmette de las clases y de su antagonismo intrinseco: “el lado conservador” y “el lado destructor”. Gramisci, obvia- mente, no ignora el cardcter desigual de esta relacién contradictoria, una de las dos “clases fundamentales” domina, la otra es dominada, Estaféli- manifiesta en | los campos de las practicas, pero el “tedrico de las superestructuras” su pre~ ocupacién en el andlisis de I ociedad politica) y ogi (sociedad civil). Por cierto no digo nada nuevo si destaco la superlativa importancia de los aportes de Gramsci a la teoria marxista referida a los campos mencionados. Pero, si observamos con algin detenimiento el aporte de Gramsci ala teoria politica critica, se puede apreciar que todos.los.conceptos que son de su exclusiva autorfa y que de hecho hhan.enriquecido el pensamien'0 57 Unbreve trabajo de J. Texier, que fue publicado por Ediciones de Cultura Popul & México en el afio 1975, y en el que se analiza el concepto de sociedad civil, se tituls Precisamente, Gramsci, tedvico de las superestructuran ee 94 ritieo critico, estan directamente ligados a la problematica de la hege- oli y ‘a y, mas aun, pierden sentido si no se los interpreta a la luz de este me , Los priticipales son, @ mi entender, los tres siguientes: Estado seo, logue historico y crisis organica. Utiizaré textos del propio (Gramsci para racer una breve presentacion de cada uno, seguidos de un comero comentario: Estado ampliado “EI Estado es todo el conjunto de actividades pricticas y tedricas con las cuales la clase dirigente no sélo justifica y mantiene sti dominio, sino que llega a obtener el consensovde los gobernados.” (Gramsci, en Buci- Glucksmann, 1978: 123) «en realidad todo elemento social homogéneo es ‘Estado’, representa al Estado, en cuanto se adhiere a su programa; de otra manera se confunde al Estado con la burocracia estatal. Cis lanaauncionaeisien Ii vida social es activo en la direccién trazada por el estatutogobierno y es tanto mis ‘funcionario’ cuanto mas se adhiere al programa estatal y lo labora inteligentemente.” (Gramsci, 1972: 193) En ambas citas he puesto cursivas para resaltar la referencia al con- senso activo tanto de individuos como de organizaciones e instituciones sociales respecto de una determinada situacién de dominacién, a la que Gramsci alude con las expresiones “estatuto-gobierno” y “programa esta- tal”, Por otra parte, para despejar toda duda, vale recordar que en ocasio- nes Gramsci sintetiza el concepto presentandolo de la siguiente forma: ‘Esa hegemonia + dominacidn”; y también, “hegemonia acorazada de coercién”. Bloque histérico gi la relacion entre los intelectuales y el pueblo-naci6n, entre dirigentes y itigidos, entre gobernantesy gobernados, es dada por una adhesin orgénica on [a qi el sentimiento-pasion se convierte en comprensién y por lo tanto momento no habia sido detectado. No se trata de una cueg: restore vocabulario, de cambiar un nombre por otro alg yun in te un estipido afin de pretendida originalidad, sing hace en gataba alli” pero cuya presencia nadie habia anec adver ae Ae admitir la validez de la formula de Nietzsche supone Situ, en las antipodas de todo pensamiento positivis A lo que no me Produce, digamos de paso, ningiin conflicto de concienca. F0, Teconocer tal arse ter al nicleo gramsciano da la medida dela diferencia entre los coneug que estamos comparando. . En efecto, Gramsci cree “ver” en los sujetos de las clases subaltema “aquello” que constituye el “nticleo” de sus conciencias Y entonces, partir de ali, se interroga acerca de su particularidad, de su incidenceg efectos sobre la conducta de la clase. Ese primer “vislumbre”, produy de su experiencia de vida, no se aprecia en los individuos pertenecienty ala clase media, en razén, precisamente, de que dicha experiencia dfere de modo sustancial en una y otra clase social. A este respecto conviene dejar en claro que en ningtin momento Gramsci alude a la clase mediao Pequefia burguesia cuando se interroga acerca del “niicleo”. Su preocipa ci6n se centra en la conciencia social y la conducta de las clases subale- nas y, en consecuencia, se esfuerza por alcanzar un mayor conocimiento ¥ comprensién de aquel “buen sentido” social y politico que tiene su of- Sen en una experiencia de clase singular; pero no se detiene a considerar cl tema de “a distancia” que media entre las “dos conciencias”, cosa que si hace Lukacs, De este tiltimo rescatamos particularmente sus interrogantes que, como ued expresado més arriba, abren un interesante espacio para la espect- lncion y la investigacién empitica, Recordemos que Lukacs se pregunta si te distancia es cualitativamente distinta para las diversas clases -doni- ins ae on de ello resultan diferencias en las “pric trabajo, dado que la cuestign 4 aia Fistor importante par a has clases dominadas y no im le distancia involucra al conjunto ee obstante, la Preocupacién a. Prot etariado © a las clases subalternas. \ piciOn de Lukacs gir6 siempre en torno a la problemé Seclarismo de tos ange oe x8ETA en lo més minimo Asume haber practicas “Bl eee oh &8t0 se hace justicia al sefalar su aiteene inicos y wépicos, gaa Ae los alos veint, por el contain ticas”.A propre feos "e¥elaban tendencias bisicas Pésito de la necesariadistineidn entre ls 60% 312 refacio 210 segunda edicién de Historia y consciencia de clase (1969), Br aque! lejano 1923 rela ver la proximidad de la revolucién protetaria sreompés del derrumbe del sisterna capitalista, Esta cuasi certidumbre pizo que sus reflexiones virtualmente se circunscribieran al andlisis de la fonducta de 1a clase obrera y ala necesidad imperiosa de acortar la dis- tancia entre la conciencia “ ‘psicol6gica’ ” y la que se requeria para producir elhecho historico de transformar radicalmente la sociedad fundada en la propiedad privada de 10s medios de produccién. Partia, claro, de la con- gion de que “Ia historia la hacen los hombres” y que el cambio revolu- tionario no seria posible sin la decidida accién politica del proletariado; es decir, rechazaba de plano la posibilidad de que la revolucién pudiera serobra del acontecer “objetivo”, no reconocia ninguna “teleologia” his- tirica inmanente. De alli su preocupacién por la cuestién de /a distancia entre una y otra conciencia. En suma, creo que las proposiciones de Gramsci y Lukacs que se aca- ban de exponer, y a los efectos del tema central de este trabajo -la con- ducta y la funci6n ideoldgico-politica de la clase media en la sociedad contempordnea-, resultan en cierto modo complementarias, y tanto unas como otras serén utilizadas para “iluminar” nuestro andlisis. Pero creo que también puede resultar provechoso poner atencidn en lo que apunta L. Goldmann respecto de esos “momentos” o “estados” de la conciencia social. En linea con las preocupaciones de Gramsci y Lukacs, se interesa por destacar el caracter de proceso de ese eventual pasaje de uno a otro “estado”; mas, al hacerlo, advierte que ello es propio “de toda accion humana” y que por ende no puede ser definida “por su realidad actual sin referencia ala realidad potencial”. Es precisamente en este punto cuando apela al concepto de conciencia “real”, el que “debe completarse con el {... maximo de conciencia posible”, cuyo referente necesario es el de con- Ciencia “potencial”.” Como se ve, con este ultimo término reemplaza lisa 7 sefala To siguiente: “Esta dulidad no se respeta enbistoria y Consciencia de Clase. De aqui la falsedad y la torpeza desu concept histrico-flosifea fandamental”, Hay mucha més "autocitca” sin ls menor Dene, Volencia hacia si mismo, pero agrego esta iltima muestra de elo: al reed dl libcomas de cuarenta aos despues, me eonsidero obligado a deci algo principa mete Aeaea de esas tndencias negativas, poniendo en guard ‘al lector contra las rads decisions que entonces ean, sn dud, difies de evar, pete. a Aaja desea ace mucho tempo" (Lakass, 1969: Prefacio ala segunda edicion; pags. XTV+ ¥ XXIX,respectivamente; en todos los casos, mias las cusivas) ; concepto de concieneia ral debe completarse con et de Bezogenes BOs, {Be hemos traducido por ‘maxima de conciencia posible’, asad ene cone manent otencial que bra sobre la realidad y esting su campo de Va "bles" (L. Goldmann en I. Mészéros, 1973: 102). Ae “objetificacion” y “extrafacion 413 y llanamente al “atribuida” que propone Lukes. Pero, lo mis important de su formulacién es el interés que pone Goldmann en sefialar Ia Necesj. dad ~aunque no lo exprese ast~ de reparar en ese otro “momento”, yan, de la conciencia de los sujetos sino del propio “ser social”, a la hora de indagar 0 evaluar la conciencia presente y “real” dela clase, En sntsi, to que Goldmann nos esté diciendo es que toda vez que uno se disponge a analizar la conciencia “reat” de la clase en cuestién ~aquella en la que estemos interesados-, seré preciso tener en cuenta dos referents no uno, a saber: el “ser social historico” -es decir, tiempo, lugar y iradicién espe, cifica-, y la conciencia “potencial”. No se nos escapa que a este tiltimo respecto se han de presentar dificultades para aplicar el concepto al caso de las clases medias; de todos modos el tema sera abordado en la segunda parte de nuestro trabajo. 114

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