beza en las manos, con el brazo reclinado en la silla, vi que de
repente cafa un rayo de luz en mi regazo, como si brillara el sol.
Alcé la cabeza para buscar la fuente de luz y descubri tres damas
coronadas, de apariencia muy noble, que estaban ante mi.»
Las «tres damas coronadas» se Ilaman Razén, Rectitud y
Justicia. Para representar conceptos abstractos de forma ma-
nifiesta y hacerlos mas accesibles, Christine de Pizan elige como
estilo la alegoria. No es un hecho inusual en la Edad Media,
pues es una forma de representacién muy apreciada. De este
modo, se pueden ver la raz6n, la rectitud y la justicia personi-
ficadas. Son de carne y hueso y, por lo tanto, interlocutoras
accesibles.
Las tres damas quieren ayudar a Christine de Pizan a edificar
su pensamiento sobre s{ misma, de manera independiente. Jun-
tas, emprenden la dificil tarea de construir una ciudad en la que
dominen las tres virtudes. Primero habla la dama Razén: «De
comun acuerdo, hemos decidido las tres que yo habré de ser la
encargada de comenzar y abastecerte de mortero auténtico y du-
radero para que pongas una base sdlida, para después levantar
fuertes muros a su alrededor, altos, anchos, equipados con fuer-
tes torres y castillos de defensa con fosos, bastiones de verdad,
con todo lo que corresponde a una ciudad fuerte y permanente-
mente fortificada.» La dama Razén es la responsable de la base
sobre la que debe asentarse la ciudad. Es lo mds importante, ya
que sin esta base nada posee consistencia. La dama Razén sostie-
ne un espejo con una mano en el que cada uno puede reconocer
claramente su esencia. La segunda dama es la Rectitud. Debe
cuidar de que las personas practiquen la justicia, se preocupen de
los pobres y fomenten el bien en todos los 4mbitos. «Esta linea
centelleante que me ves llevar en la mano derecha en lugar de un
cetro es la justa medida que separa la justicia de la injusticia y
sefiala la diferencia entre el bien y el mal: quien la sigue, no se
equivoca nunca.» Con la ayuda de la dama Rectitud, Christine
debe crear las casas, las calles y las plazas. Como dama tercera, se
presenta la Justicia. «Mi tinica tarea consiste en juzgar, mediar y
restablecer la paz segiin lo que justamente merezca cada uno.»
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