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NCEE LINCO GI ANGUTITE ACER aul Historia dela histoviograti GOntemporaned (de 1960 a nuestros dias COMPILADOR Luis Gerardo Morales Moreno Instituto INSTITUTO DE INVESTIGACIONES Dr. JOSE MARIA LUIS MORA. , Santiago Portilla Gil de Partearroyo Director General José Guillermo Hernandez Alvarado Secretario General Monica Toussaint Ribot Directora Académica Marcela Rivero Weber Directora de Vinculacién Cristina Sacristan Coordinadora de Investigacion Martha Elena Orozco Vazquez Coordinadora de Publicaciones Ernest Sanchez Santiré Coordinador de la coleccién Traducciones revisadas por Luis Gerardo Morales M. Primera edicién 2005 D. R. © Instituto de Investigaciones Dr. José Marfa Luis Mora Plaza Valentin Gomez Farias 12, San Juan Mixcoac, 03730, México, D, R Conozca nuestro catdélogo en ISBN 970-684- 125-3 Impreso en México Printed in Mexico ‘INDICE Introduccién. Luis Gerardo Morales Moreno CONOCIMIENTO HISTORIOGRAFICO Y COMPLEJIDAD NARRATIVA Historiografia y posmodernismo ER. Ankersmit {Un futuro sin historia? Un debate entre Perez Zagorin. y Keith Jenkins (1999-2000) Luis Vergara Introduccién. La historiograffa, entre la teorfa y la investigacién histérica Guillermo Zermerio El posmodernismo y la crisis de la modernidad Joyce Appleby, Lynn Hunt y Margaret Jacob El arte de la narracién histérica Frangois Hartog * Apertura: Zen qué piensan los historiadores? Jean Boutier y Dominique Julia Lawrence Stone y “The Revival of Narrative” Georg G. Iggers 45 47 73 86 108 149 160 208 El “giro lingiifstico”; iel fin de la historia como disciplina académica? Georg G. legers Desde la perspéctiva de los afios noventa Georg G. Iggers Del historicismo al posmodernismo: la historiograffa enel siglo xx Richard J. Evans Una critica al giro posmoderno en la historiografia occidental Keith Windschuttle DIALOGOS CON LA FILOSOFIA Y LA SEMIOTICA Filosoffa e historia: un didlogo Roger Chartier Ideologfa, semistica y Clifford Geertz: algunas reflexiones rusas Andrey Zorin Los peligros del geertzismo Giovanni Levi LATINOAMERICA, UNA PERPLEJIDAD TEORICA Y SUBALTERNA iPor qué Gramsci en América Latina? José Aricé Campesinado y nacién Tulio Halperin Donghi 213 234 257 279 281 305 333 345 347 401 En busca de una nueva historiograffa latinoamericana: un didlogo con Tutino y Halperin Florencia E. Mallon DE LA EXPERIENCIA AFECTIVA Escritura de la historia, escritura del trauma Dominick LaCapra Acerca de los usos decentes de la historia Hans Ulrich Gumbrecht TEORIA SOCIAL Y HERMENEUTICA El giro historiografico: la observacién de observaciones del pasado Alfonso Mendiola Bibliografia complementaria 425 441 443 491 507 509 539 ESCRITURA DE LA HISTORIA, ESCRITURA DEL TRAUMA Dominick LACApRA* Para iniciar, me gustarfa distinguir entre dos enfoques de la historio- grafia. El primero es lo que yo calificarfa como un modelo de investi- gacién documental 0 autosuficiente, el cual tiene como forma extre- ma al positivismo. Dentro de este primer enfoque, reunir la evidencia y hacer aseveraciones referenciales bajo la forma de proposiciones verdaderas que se basan en dicha evidencia constituyen condiciones necesarias y suficientes para la historiografia. El segundo enfoque, que es el reflejo negativo del primero, es el constructivismo radical. Por esta raz6n, las aseveraciones referenciales que dan forma a las propo- siciones verdaderas, en el mejor de los casos, sélo conciernen a los acontecimientos y son de una trascendencia restringida, incluso mar- ginal. Por el contrario, resultan esenciales los factores performativos, figurativos, estéticos, retdricos, ideoldgicos y polfticos que “constru- yen” estructuras —historias, tramas, argumentos, interpretaciones, ex- plicaciones— en donde las aseveraciones referenciales se arraigan y cobran significado e importancia. Como se podré notar, mi vision per- sonal no se inclina hacia ninguno de los extremos que representan * Titulo original “Writing History, Writing Trauma”, publicado en Dominick LaCapra, Writing History, Writing Trauma, Baltimore, Maryland, The Johns Hopkins University Press, 2001. [Traduccién de Demetri Ibarra Hernéndez.] 443 444 estos enfoques. Sin embargo, tampoco se trata simplemente de punto medio entre los extremes; més bien, intenta vincular los p blemas y las relaciones de una manera significativamente distinta, resumen, sostengo que las afirmaciones referenciales que dan for las proposiciones verdaderas que se basan en la evidencia, se manj fiestan en la historiograffa en los niveles (problematicos) de estruct ras y de acontecimientos. Ademis, las proposiciones verdadera: interrogante crucial es c6mo interacttian o deberfan interactuar chas condiciones con otros factores 0 fuerzas dentro de la historiogr: fia, en otros géneros y en otras formas 0 modos hibridos.! Un modelo de investigacién documental 0 autosuficiente fue pecialmente dominante hacia finales del siglo xIx y principios del quiza se hizo defendible al profesionalizar la historia bajo el estanda de la objetividad, separandola de la literatura, principalmente en. forma de las belles-lettres.? Desde entonces, ese modelo tiene un cance significativo en la historiograffa profesional, pero su valot més cuestionable, aunque se volvié mas sofisticado a partir de s cuentro con una posicién radicalmente constructivista.} "Yo ditfa que un modelo de investigacién autosuficiente y el construeti radical constituyen polos opuestes, probablemente ninguno de éstos caracte manera adecuada el enfoque de ciertos historiadotes, pero ambos han jugado un significativo tanto en la disciplina como en sus andlisis. ? Para més sobre este tema, véase Novick, Noble, 1988. Para conocer el de sobre el libro de Novick en el que participaron J. H. Hexter, Linda Gordon, Hollinges, Allan Megill, Peter Novick y Dorothy Ross, basado en un panel de la vencién anual de la American Historical Association, véase American Historical Revi tim. 96, 1991, pp. 673-708. Para un debate que incluya un intento por replantear ¢ problema de la objetividad en términos normativos, véase Haskell, “Objectivity”, pp. 299-319; también el perspicaz ensayo de Chris Lorenz “Historical”, en ell m volumen, pp. 342-376. Esta obra, a la cual me refiero con frecuencia, es una de mejores fuentes de las visiones contempordneas de la historiograffa por parte de filésofos y los historiadores. Ademis de los ensayos de este volumen, véase los de Jenkins, Postmodem, 1997. En un pasado reciente, la afirmacién de la objetividad pudo incluso cone en lo que Hans Kellner ha denominado “un tipo de literalismo posmoderno, Un literalismo autocritico (0 autodeconstructivo, si se quiere) que senale quejumbro mente su propia imposibilidad” —lo que quiz4 también se ha visto estilisticams como una variante del minimalismo, se hace evidente, por ejemplo, en el trabaj Berel Lang. Véase Kellner, “Never”, p, 235. El debate de Kellner sobre la nocién d voz media de Hayden White en la representacion del Holocausto quizé se pueda com parar con lo que escribo més adelante. Dominick LaCapra 445 En un modelo de investigacién documental 0 autosuficiente, a me- nudo se otorga prioridad a la investigacién basada en las fuentes pri- arias (preferentemente de archivos) que permitan derivar hechos del pasado cuyo recuento sea puesto en una narrativa (el enfoque mas “artistico”) o se pueda emplear un anilisis que presente hipdtesis comprobables (el enfoque més “cientifico-social”).* En este modelo existe la idea de que el relato no es un problema. El relato esta subordinado a conformar, a manera de hechos, su narra- cién o su anilisis. Por lo tanto, esto se reduce a actualizar los resulta- dos de la investigacién y el estilo se limita a una nocién restringida de + El enfoque “cientifico-social” es importante para muchos historiadores, pero actualmente no es muy discutido por los filésofos que tratan la historiografia (por ejemplo, Chris Lorenz en la tradici6n analitica y Paul Ricouer en a tradici6n conti- nental), los cuales tienden a seguir a Hayden White, aun cuando lo critican, por enfocarse en la narrativa, A pesar de que la concepcién de las teorfas y los tedricos cientifico-sociales relevantes cambie con el paso del tiempo, el interés en la relacién de la historia con las ciencias sociales, en ocasiones correlacionada con una subesti- macién de la importancia de la narrativa, ha sido un sello de la Escuela de Bielefeld en Alemania y de la Escuela de los Annales en Francia. La preocupacién de la relacién entre la histotia y las ciencias sociales es etucial; sin embargo, una orientacién principal, aunque no exclusiva, de la direccién de las ciencias sociales, implica con frecuencia una devaluacién de los estudios literarios, de la retérica y (en menor grado) de la filosoffa, ya que esta tltima es relevante para el autoentendimiento 0 conduccién de la investigacién histérica (asf como para los filé- sofos y los tedricos literarios, pues son interlocutores adecuados para los historiado- tes), y ademas dicha orientacién concibe ampliamente a la filosofia y a la literatura como objetos del andlisis cientifico-social e histérico. El resultado, a menudo desafor- tunado, se debe a una visién limitada dentro del trabajo y la obra de los textos filos6- ficos y literarios o a la manera en que éstos responden —por momentos de manera critica— a las categorfas sociales y a los postulados; sin embargo, quizé sea inquisitive y complejo el anilisis de su insercién social en una representacidn, estructura, campo 0 red colectivos. (La mutua dependencia entre la historia y las ciencias sociales se acen- ttio de cierta manera en 1994 con el cambio del titulo de la publicacién Annales ESC [Economies Sociétés Civilisations] por Annales HSS [Histories, Sciences Sociales].) Esta orientacién quizé esté cambiando recientemente con la intencién de dar paso a una concepcin mas amplia de inter e intradisciplinariedad en la que exista una apertura critica y discriminatoria hacia el papel de la teorfa filoséfica y literaria como espacios que, junto con las ciencias sociales, son relevantes para un replanteamiento (0 “rumbo ctitico”) de la historia. Para conocer el intento del editor por replantear la tendencia de la revista, véase “Histoire”, 1988, pp. 291-293 y “Tentons”, 1989, pp. 1317-1323. Véase también Annales HSS, 1994, Liteérature et Histoire. Para una severa critica sobre cual- quier tendencia de la Escuela de los Annales que podria reforzar la reflexi6n teérica 0 el anilisis del discurso -y en menor grado una mutua interaccién estimulante entre la filosofia y los estudios literarios-, véase Noiriel, Sur, 1996.

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