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Centro de ce Mariano Ferreyra Estudiantes , | ‘ M4 ¢ de Psicologia it eseviles DAD DE i BUENOS AIRES Facultad de Psicologia Materia: Hetodologia de la investigacion psicoldgica Catedra: Ynoub Apunte: El lado oscuro te fa Raz Cap. 4y2 (Seleccidn de a Cétedra) Autor: Samaija.J Cédigo; 62-10 | NI CIERRE, NI VACIAMIENTO Hojas: 28 | DEL HOSPITAL BORDA JUAN SAMAJA gl LADO OSCURO DELARAZON CAPITULO! TRES VERSIONES DEL PRINCIPIO DE LA EXPERIENCIA + LA CONTRADICCION INTERNA DE LA CIENCIA 16n e inquietud. jones funciona ion que organiza pectos del fenémeno y. principal”. Aplicando estas ni voy a presentar con el titulo de «La contradjccién interna de la ciencia» lo que considero que ce ia principal contradiceion —y paradoja— que presenta el tonocimiento cientifico, Si, en efecto, ella taviese ol puesto que Te estoy asignando, se comprende, entonces, la importancia que tondra su adecuado tratamiento. Fists, en efecto, una contradiccién entre dos requisites esenciales del conocimiento cientifico: la exigencia de la uni- verealidad (0 necesariedad,) de un lado, y la exigencia de la srobabilidad, de otro lado? “Por qué es posible sostoner que hay una relacién de con- tradiccién entre estos dos atributos de la Ciencia? Ambos son, sin duda, constitutivos del eonocimiento cientffico: si falta al- JUAN SAMAJA uno de ellos no hay conocimiento cientifico, sin embargo, si ae puisieva tomar cualquiera de los dos, de modo r suresh Et cae eapetando todas las consecuencias que de ellos s¢ deri- van, nos verfamos obligados a negar ct otro término. Esto sig- viiea que si quisiéramos afirmar que el conocimiento cientifi- vives wn conoeimiento universal y necesario nos ver"annos obli- frados 2 rechazar que sea comprobsble. Y ei, Pov el contrario, ee etferramnos ala comprobabifidad como atributo inherent 8 ee afiemaciones cientsficas nos veremos obligados a rechazat la posibilidad de sostener de manera valida su aleanee universal. ‘Desde un punto de vista seméntico esta situacién es fécil- mente justificable y eomprensible: Io universal eso contrario Te Jo particular, pero elo lo particular es decidible, 26 decir, constatable mediante una secvencia finita de pasos de com- probacién. Bn cambio, los eonjuntos universales, puesto que prtan integrados por un némero infinite de elementos, 59° decidibles: no hay ninguna secuencia de pasos due puedan ser flados realmente para decidir sabre su valor de verdad? Por tjemplo, es posible comprobar el enunciado: “St caliento esta coer de metal, se va a dilatar”; pero, no es posible verificar ite enunciado; “Todas las muestras de metales se dilatan si son calentadat: i ponemos los términos anteriores en los lugares de un quadvado semejante al caadtado logicot que represento la logi- cormal_—y que A.J. Greimas aplicé a sus estudios en Semié- tica— tendriamos Jo siguiente: si universal particular | | | \ No-decidible pecidible (no-particulax) -s1 (no-universal) ‘Ala lun de esta estructura légico-seméntica, queda claro quehay aes una eontradiesn:ne puede haber un.conesinient? 16 2 EL LADO OSCURO DE LA RAZON ‘in la historia de la teorfa de la ciencia ha habido ciertas tradiciones que se caracterizaron por sus diferentes modos de intentar una solucién a esta A ci sta paradoja. Las mas reconoci- coe reconoci a. Li que también vamos a lamar Apriorista, Innatista, o “Burekaista’® cu ; ta, i 1yo representante mé célebre fue R. Descartes (1596-1650), y eee be ~ Ta tesis kantiana no se refiere a los contenidos de las expe- Flenciag, sino alas formas de las experiencias. So trata de ae lag preticaciones que on "traseentent ale” en un sentido my prézimo ala acepeion clisen del termino: nosotros no pads mos prever que tipo de cualidades tendr4 el nesrimo objeto que observe, pero st puedo iri, de manera absolatamente necesaria, que tend alguna cualidad. Yo ne puedo saber qué fora espacial tends, oro sf fonda “alguna forma expat! tridimensional”. No puedo saber en que cantidades se da pore au on algu catia e dar. No puedo saber cu a, pero af que alguna cause tndré.. Beeétera, Bi decison eels abolutamente nnpresindbles de I expe riencia human ol que euleuier fenomeno que se presente se presenta en el espacio yen el temper con euoldades cant ja jones y modalidades, “ates gp puedo cst que esto ae porte tala os she tos del mundo gon espacio-Lemporales, 0 eualitativos, ete? Bs seria dar un salto en eb abismo. Me levaria a afirmar que yo puedo conocer mas alla de lo que es accesible por me os emp Fits, Decir que ‘el mda 8 especio-temporal” queria dese aue,tndependionterente de que yo le experimenta @ no, 6s espacio-enporal. Pero eso no Jo puedo decir Lo nico que yo puedo dovr esque! ise me da un fendmeno,¢l vase espa cio-temporal. Yo percibo a condieién de espacializar y de tem poralizar mis experiencias.” + La causalidad para Kant : ‘Vayamos al tema del ejemplo de Hume, del cual partimos: 65 _AUAN SAMAIA Hume dice “Yo veo el rayo y luego escucho el trueno”. Del es- pectaculo reiterado de esta relacién me atrevo a desbordar los limites de la experiencia y sostener que esta relacién de “suce- sién” es en verdad una relacién de “eausacién.” (Tl “post-hoc” se transforma en “propter-hoc”; es decir, el “después de...” se transforma en “a causa de...") Esta relacion —va a decir Hume— es una relacién que no puedo predicar validamente. No ia pnedo predicar sencillamente porque nunea voy a poder verificarla en ia experiencia. En consccuencia, la causalidad -e) principio de causalidad-, es un principio invalido, Es una propo- sicién sin sostén empfrico suficiente y que no se puede afirmar. Sabemos que Descartes dice otra cosa. Para él, la nocién de causa encierra un conocimiento verdadero: el hombre ha sido dotado por Dios de esa nocién, expresada por el principio de causalidad. De modo que cuando nosotros afirmamos que “Todas las cosas del universo tienen una causa”, lo estamos haciendo porque hemos “heredado” un saber divino. Kant va a decir que ni la causalidad es falsa, ni In causalidad es verda- dera... No es ni una cosa ni la otra, sencillamente porque ella no es un conocimiento, No siendo un conocimiento no se puede decir de ella que sen verdadera o sea false. Veamos un ejemplo simple: si digo “la luz de esta habita- cién esta encendida”, este es un enunciado que supone un co- nocimiento que puede ser falso 0 puede ser verdadero; en este ‘aso —estando la laz prendida— el conocimiento es verdadero porque segtin el testimonio de nuestros sentidos, y el didilogo que podemos tener en torno del fendmeno, hay consenso fun- dado en pruebas o evidencias, para afirmar que la luz esta prendida. Pero si yo digo “el ultimo que sale de la pieza apaga Ia luz”, esto, ges verdadero o es falso? No es ni verdadero ni falso, Inclusive atin si no hubiese nadie para obedecerla o para desobedecerla esta regla no se vuelve ni verdadera ni falsa. Sencillamente porque no es un conocimiento; no esté descri- biendo el mundo, Esta expresando una regla: esté diciendo “el Ultimo que sale de la pieza apaga la luz”, pero no esté afir- mando que haya alguien que vaya hacer o vaya a dejar de hacer eso. 66 ELLADO OSCURO DE LA RAZON. Pues bien, ld causalided para Kant no es un conocimiento: es una regla. No dice “todo tiene una causa”, Dice: “si usted presencia un fenémeno, bisquele una causa.” Ahora, la mente fumana corriente (como el sujeto del juego anterior) intenta~ nf explicar esto, pensando que esta regla es una regia valida porque los hombres saben que iodo tiene tuna causa, Pero veto Kant contrapone su tesis critica, sosteniendo que esa con, Glusién es un error: no se puede afirmar algo sobre Ta cosa en sit adlo podemos afirmar la regia como regla de toda experien- tia posible: regla que sirve para determinar al fenémeno (es feeir, a Jo que es, pero en tanto se nos manifiesta), y no al notimenos (es decir, a la cosa en si) ‘Vamos a tomar un ejemplo simple; hubo un tiempo en que se ereyé que el paludismo —enfermedad que eonsiste en ava fiebre muy elevada, intermitente, con cierta sintomatolo- gia caracterfstica que en algin momento significaba la muer- fe era causado por el ambiente malsano. La tesis era: “La causa del paludismo es el aire malsano (el mal aire: de allf la palabra «malaria>).” Pero luego se vio que podta haber palu- dismo en zonas no hémedas, en zonas no pantanosas, en Z0- ad con buen ambiente, y se advirtié que en el fondo lo que importaba era la presencia de un insecto, de un mosquito que picaba y producia 1a malaria. Se concluyé: “Bl zancudo (anépheles) es causa del paludismo”. Posteriormente también ge creyé averiguar que el mosquito no era 1a causa, sino que era un vector, es decir, un intermediario, que levaba un proto- goario de la sangre del enfermo a la sangre de un sano. “Bue- no, hay acd un microorganismo que ¢s la causa de la malaria. “UY en el fuluro, se podré seguir discutiendo y podrén apare- Jar nuevas propuestas de causas; cadenas causales, redes cau- sales, ete, Todo eso es materia discutible. Sin embargo; hay algo que no se discute: no se diseute que el Paludismo tiene alguna causa. Esto es lo que no se discute. Bs decir, yo puedo discutir cudl es la causa de un fenémeno, y acd puede haber cerrores de generalizacién; yo puedo ir a un congreso de Bpide- miologia del paludismo y decir “Sefiores he descubierto que la 6 JUAN SAMAIA causa cs tal y tal”, y los congresistas me podrén aplaudir 0 abuchear. Eso es contingente. Pero hay algo seguro, necesario: en ningtin congreso me van a aplaudir si yo Negara a decir: “Settores he descubierto que el Paludismo no tiene cast- sa,” (= El paludismo es un fenémeno ineausado). Creo que si eso Hegara a suceder, el estupor seria seguido por la furia de quienes se sienten burlacos y, posteriormente, por la expulsion, Seria la reaccién l6gica, sencillamente por que estoy rompiendo las reglas del juego de las comunidades cientificas. Algo semejante a lo que sucederfa si un fatbolista pretendiera hacer un gol tomando la pelota con-las manos. ‘Todas las personas que asisten a un congreso cientifico asu. men, por asf decirlo, el “modo epistémico” de razonamiento. Y si yo acepto incorporarme a ese evento cientifico, a esas comu- nidades cientificas, entonces, estoy obligado a emplear, de manera “militante”, las condiciones basicas de la raz6n cient{- fica. ¢Cudles son esas condiciones basicas que Kant llama “tras- cendentales”? Son: 1.- dos formas “puras” de la sensibilidad: tiempo y espacio; y 2.- doce categorias “puras” del intelecto, ‘Tanto las formas como las eategorfas no proceden de la ex- periencia, sino que son las condiciones bisicas para organizar Ja experiencias. Son, entonces, a priori de la experiencia, por eso Kant las denomina “puras”: formas puras y categorias pu- ras. Debe leerse: “no empfricas”, porque no proceden de la ex- periencia sino que la anteceden, como sus condiciones de posi- bilidad. Pero, podrfamos preguntarnos, estas condiciones ¢no rigen, caso, todo tipo de conocimiento humano? En este punto debe- mos ser cautelosos: Kant se est refiriendo particularmente al conocimiento cientifico, Pero hay otras formas de conciencia que no responden a los mandatos epistémicos, y Kant los cono- cfa perfectamente bien, omen ustedes, por ejemplo, a los gran- des misticos, A estar con sus expresiones, ellos parecieran po- der “habitar” fuera del tiempo y del espacio que conoce la Cien- cia Fisica o nuestra experiencia corriente en el Mercado. Ac- 68. EL LADO OSCURO DE LA RAZ fi rotagonizan experiencia que no tienen nada que ver sian 0 protagonizan experiencis ver vets Comporalidad y la espacialidad, tal como nos la repre ‘ntamos nosotros en nuestra vida ciudadana; ellos Hegan a afrmar que experimentan en el corazén mismo de la eterni- afi dad, Cuando por ejemplo San Juan de la Cruz dice “..¥ quedéme no sabiendo toda ciencia trascendiendo” esti afirmando que hay un saber que no se rige por las caLego- aw del intelecto, (Me refiero al pocma que se llama: Coplas un éxtasis de alta contemplaciony aac una ocasién en que trabaj4bamos con los abori- genes tobas en Formosa en el ao 71/72, un integrante del aio, un estudianteavanzado de Sociologa,lcomenta aun int 5 na gran novedad, que astronautas Shard, como si faera una gran novedad, que s hortenericanos hb tegadoe Ja Lana. BI Shamén nose sorprendis en lo ms minim yTe coment a swe “Nuesto hermanos “piogonal’s” hace mucho tiempo que estén yendo a oe ar * ‘Bu efecto, para ciertas culturas el tiempo que nosotros co- noceinos como tiempo fisieooel espacio Bulideo como rocep- tfcalo de tos euerpos fisios no tienen valor. Las religiones, de manera universal, distinguen otra dimensign de le realidad que cooxiste de manera misteriosa con esta realidad profamna: la de lo Sagrado. En la religién, los entes sagrados ia tas un espacio y un tiempo diferentes, aunque comunicados de varias maneras con el tiempo y el espacio “profanos’, Bl propio espa cio real, en la mentalidad migieo-eligiogs, no socomparta como el espacio de la mevéniea newloniana. 11 que un echicore queme un mufieco de cera, provisto de un mechén de i bello de su «etima» sin quo tenga conciencia suficiente de la opis- temologia que subyace en esa aecién, no implica que dich ae- cion no tenga una epistemotogta de base, y que debamoo acw dira ella para poder comprender el sentido profundo de lo que hace “Lo que es importante pare comprender esta magn —ice M- Eliade es saber que somejante acto sélo ha sido posible desde 0 II AMI el momento en que ciertas individuos se eonvencieron (por via experimental) -0 lo afirmaron (por via tedriea} de que las ufias, Jos eabellos o los objetos evades por un ser humano conservi relaciones initimas eon ésto d = 15 con éste después de su separacion. Semejan- te croencia supone Ja existen ; a de un vespacio-red» que une a tia dirigida por leyes especificas (la coexistencia or ica, la ana- Jogia formal o simbélica, las simetrias funcionales). El hechice- " ue actiia come mago) no puede creer en Ia eficacia de (1986:33 y 34), ” ocx Bs preciso recohocer que In mentalidad mégico-religiosa posee otros supuestos trascendentales. La experiencia misma de lo sagrado no es posible con las formas puras de la sensibi- lidad y las categorias del intelecto, De modo que en principio poremos sostener que lo que die Kant tiene validez para el modo epistémico de conocimiento, no para otros modes. Cuando Ja Cosa en Sf (0 notimenon) afecta mis sentidos esti poniendo de manifiesto que existe, que es real, pero yo no la puedo detorminar en sf misma, La determino por referencia ami experiencia de ella. Cuando esta cosa en si “golpea” real- mente mi ser® y yo acuso ese golpe mediante la impresién sen- sorial que me produce, la configuro como fenémeno. De mane- ra que todo fenémeno (la visién de una montafia, de una nube, de tna reaccién quimica, del movimiento de un planeta, del desplazamiento de un cuerpo luminoso en el cielo, pero tam- bién un sentimiento placentero; o la vivencia de un recuerdo, te), cualquier cosa que se constituya como un fenémeno para mf, tiene dos componentes: tiene uria materia, que est dada por las impresiones sensoriales o vivenciales que proceden de las afecciones que las cosas en sf producen en mi facultad sen- sorial (sin que pueda decir nada més respecto de ese origen), ¥ una forma. Bsa forma es la espacialidad y la temporalidad y de ella es que hablo. Lo que puedo hablar de los fenémenos, con aleanee universal, os de su forma; no de su materia. ¥ esta 70 BE EAD OSCURO DE forma, esta configuracién del componente material es un aporte regular” (no arbitrario) de nuestra subjetividad: de esa “ins- tancia” que hemos llamado Sujeto Trascendental, y que opera en cada uno de nosotros sin que lo advirtamos. Es un aporte de esa instancia que est4 en cada uno de nosotros y que es la que nos permite tener “experiencias cientificas” (es decir, ¢o- Spunicables mediante “el e6digo” de la comunidad cientifica). ‘A partir de-disponer de fenémenos espacio-temporales, nuestro. intelecto pude ahora determinarlos conforme a cier~ tas pautas intelectuales. ;Qué hacen Ios cientifieos? {Qué van a hacer ustedes cuando hagan una investigacién? ¢Qué hacen pstedes cuando se comportan como sujetos cognitivo-episté- micos frente al. mundo? Las operaciones normales consisten, por ejemplo, en cualificar Io que se observa. Se dice “esto es @uro, esto es blando, esto es azul, esto es rojo, esto es sinuoso, ete.’ Bs decir, se le otorgan eualidades. La informacién més simple que yo puedo dar de las cosas es otorgarles eualidades Esto es lo que hace cualquier sujeto cognitivo en actitud cien- tifica: cualifica. Pero ademés después hace comparaciones: mas alto, més bajo, més largo, més rojo, menos rojo, comienza a ‘euantificar primero de esta manera gradual, luego de manera extensiva; y luego métricamente: 18 unidades de tal tipo; 25... 44... es decir comienzan a emplear las categorfas de cantidad ‘También se establecen distinciones acerca de lo que es prima- tio 0 secundario: “esto es mas importante que esto otro”; “esto es esencial”; “oato es accidental”; “esto es secundario, esto es principal’; esto es tal sustancia o tal otra, esto es un atributo Ge tal cosa o de tal otra; esto es efecto de esto otro”, ete... Final- mente se expresan ciertas modalidades de las experiencias que estamos teniendo: “sucedi6 esto pero podria no haber sucedido (es ‘ontingente); si sucede esto, sucederd necesariamente esto otro; ete, + Los componentes del “aparato cognitivo” segiin Kant Insistamos en la descripcién anterior: el conocimiento se produce porque algo externo a nosotros nos afecta. iso presu- u JUAN SAMAsA one que tenemos la eapacidad de ser impresionado por las fuerzas externas, las cuales al actuar sobre nosotros provocan nuestras “reacciones” ante e| Estas reacciones se traducen en percepciones que contienen tanto la sensacién de lo real externo, cuanto el ordenamiento ideal 0 aspectual que intro- duce nuestra re-accién. El tiempo y el espacio, como determi naciones inherentes a los fendmenos, no son substancias 0 co- sas externas sino los plexos de relaciones subjetivas que se derivan de nuestra capacidad de re-accién a las acciones de las cosas externas. Dicho de otra manera: el tiempo y el espa- cio no se conocen de manera pasiva como “hechos” que estan allé, delante nuestro, sino que son formas de nuestra eapaci- dad de re-actuar ante los estimulos de los procesos y las cosas Kant reconoce que el tiempo y el espacio tienen realidad emp‘ rica (es decir, tienen cardcter objetivo e intersubjetivo en nues. tras experiencias) pero no son entidades independientes de nuestra subjetividad sino constraidas y representadas por no- sotros: son idealidades trascondentales, lo que quiere decir que son “aspectos para nosotros” y “condiciones de posihilidad de experienciar” cosas como fenémenos. En ese “escenario” témporo-espacial” en el que se nos pre- sentan los fonémenos progresa nuestra capacidad de conoci. miento, avanzando en Ia busqueda y establecimiento del or- den relevante de las cosas. A esa tarea de descubrir-instaurar el orden de los fenémenos denominamos “categorizar”, y esta capacidad genérica de categorizar se la conoce como “Facultad Intelectiva”. Categorizar es *seleccionar lo relevante” y “agra- par lo semejante”, “Reflexionanclo un poco nos daremos cuenta de que nuestras primerae noeiones de orden dependen de nuestra habilidad para percibic similitudes y diferencias.” D. Bohm. Ciencia, orden y creatividad, pig. 129, Eso que lamamos “una diferencia” es lo que se denomina en la vida corriente: “una cualidad” o “una determinacién”, Y todo lo que es una diferencia, lo es sobre un fondo de aquello de lo cual se diferencia. Por eso sostiene Kant que toda cuali- DR EL LADO OSCURODELARAZON psaean 10s aquello que existeen ef nite entre lo queen yl que no ae ro las sitilitudes ¥ diferencias no sélo son eualtativas a i Ia estrella brilla sobre é tivas. No s6lo a Cee te a otra estrella, sino que el cielo oscuro y es semejante a sino que ae de dos diferencias se contrapone a un conjunto “ tree diferencias y es similar a otro conjuento de dos, no impor a ie eualidad tenga. Miis todavia: podemos seleccionar y ner var seqiin relaciones de diferencias y conjuntos,sagsn au lee spués de... sra con regularidad junto a o después orf, la eapacidad del Sujeto de seleccionarlo diferente y , ° funcién biisica de la capacidad de agrupar lo semejante es una ‘ Soe erences crea wa tiene realidad empiri omo capacidad subjetiva a ecin, Jionen cardeter objetivo e intersubjetivo en nuest is experien- fas) pero no son ordenamientos independientes de nuestra gubjetividad sino reglas de ordenaci6n, representadas or no otros’ relacionos ideales,trascendentales, lo que quiere dee fque son “seglas de nuestra operacién cognitiva’, que gonatin son Ins “condiciones de posibilidad de exporienciar” los fené no Naturaleza, oe saeietos operaciones de la facultad del intelecto pueden agru funciones de “seleccién y agrupa- san cuatro tipo de funeiones do “seleosion y agrupa eyento” que son las lamnadas “eategorsas puras del intelecto”, {que también son ‘puras’, es decir, no empiricas. sont. se intone, los principales eomponentes del aparato engi tivo de la suhjetividad humana son -como sail ae F jlidad (‘Tiempo y Ex 5 mas puras de la sensibi Yempo ¥ Espacio) y 2. las Be puras del intelecto (Cantidad, Cualidad, Relacisn y dad). ® ees ae ea yaliza cada uno de estos tipos o géneros de eatago Anticas: tres especies o dimensiones seméntiens: vies lo eantidnd: ea i. unidad; i: pluralidad; - tofalidad, y Jidad: en i. realidad; ii, negaci6n; iii, ; a ia telacién: i sustancia/accidenta; i cavsalefete iii, a iproci te y paciente); ¥ idad (0 reeiprocidad entre agente y paciente); y Lala nodal posibilidad/imposibilidad; ii. existen- cia/inexistencia; iii. necesidad /eontingencia. B Wo _AYAN SAMAIA Podriamos visualizar estas funciones cognitivas ogn en el si: ae Sensibilidad Intelecto [ cantidad [ cualidad También d le las categort Tan as deci nocimient is nino resgas mae : nocimientos de la cosas mismas, sino eee ae | experiencing que efeetuamos en la Naturaleza 5 1 a, ton imple: yo ne sé si en el mundo hay cosas perma: tes 0 n, pro como Suto de experiencias on la Naturaleza yo rmanencia, i m porque sin permanencia Bh EL.LADO OSCURO DE LA RAZON Je “lo mismo”, en cada eaeo, no puedo ‘comprender el cambio. {Como podrfa decir que el agua tomenz6 a hervir si no presu- Congo que es la misma agua cue segundos antes no estaba pot jendo es0? Si todo cambiase no podria expo jenciar el cam- fio. Para poder tener la experiencia del ‘cambio necesito de lo Javariante, Sélo si hay este elemento invariante puedo com- prender la variacién; este es 5m presupuesto del intelecto: el Pretecto funciona asi, B] Intelecto regula Ia e-penener posi- Hie, y la noci6n de substancia es una ref “dado un cambio, bueque el invariante”, Ast como decimos “Gado un fenémeno pusque una causa”...”Dada une transformacién busque una invarianeia”. Bsta es una regia del faneionamiento del inte- ecto humano al realizar sus experiencias posibles. "Adviertan una dltima cosa: Kant podria ser ‘confundido con un apriorista, porque To aug ests diciendo 6s ae el sujeto tiene conceptos a priori in los euales la ‘experiencia no funcio- vom gn embargo,,confandir ta tesis de Kant fe la tesis, priorista serfa una muestra de que no s¢ ha captado lo esen- apie Kant. Kant no esté diciendo que tengames conoci- cetmnto a priori, porque ni el espacio, mi ol tempos ni las cate- fporias conatituyen conociinientos. Siyoquisier hablar de ellos aot conocimnientos eaeria en 1a vieja matafisica, ¥ cometeria come or de ereer que puedo conocer por meras Meat del ee del inte: Teeto; esas ideaciones me producen 1a fusion de que conozco gp; pero yo no puedo conocer el tiempo en St mismo, 0 el es patio en sf mismo. Lo que puedo conocer 6s A serie temporal pas: lo que puedo conocer es una topogratia dada 0 cuerpos vilas on lugares del espacio dados. A ellos tos describo; a ellos Tos conozco como siendo espaciales. ‘Tampoco puedo saber que todo tiene una cause”, Lo que yo puedo hacer $5 5 cada fené- wrote de mi experiencia, busoarie una saisa, Dado el paludis- iho, como fenémeno de la realidad, puedo busearle una causa; poro, a la causa misma, como wna relacisn de las cosas en eh ee No puedo aacaee ina investigaci6n cientéfica de “Ia causa” como fendme- iesreal, puesto que ella no es un fenémeno, sino una condicién, 15 de posibilidad de conoeimiento de los fenémenos. La puedo tudiar como nocién de mi espititu. Podria preqantarme ingle 0, cudles son las causss de que la novién de causalided so forme en el espiritu de los niios, pero no puedo evitar que al Hacer semejante estudio, ya la esté presuponiendo... De esta causa presupuesta -de esta eauen como categoria trascenden, tal- no cabe mas que la siguiente alternativa: a.-la eoneibo de acuerdo con la vieja metafisiea como una verdad de las cosas en sf; 0 b.- In concibo como una condicién a apriori de toda experiencia posible; es decir, la examino relrospectivamente, mediante este examen trascendental. “mm De ninguna manere Ia tesis de Kant es Ia de Descartes, Descartes afirmaba un conocimiento a priori, un conoeimicnt heredado del patrimonio racional de Dios. En cambio Kant dies, coneediendo en esto la razén al Empirismo: “No tenemos nin’ gun conocimiento innate; venimos al mundo desnudos de todo conocimiento.” Ahora bien, dado el conocimiento cientifico coms un hecho, y dado el sujeto de ese conocimiento, lo tinieo que podemos presuponer es una cierta forma de funcionar, elertas roglas de operacién. Bl Sujeto 2 Tous de, eracion, Bl Sujeto que Kant llama trascendental 1 sistema o plexo de opera ci acto mismo de conocer. peresones en el *Unir y Consagrar (un lad y continuldad): los dos lados del proceso) «Bl derecho y la propiedad k edad son como la cabeza de Yano, de doble rostro: éstos no pueden ver mis que uno de tos lados, aquéllos ef otro, y de aht resulta el diferente juicio que forman det objeto» R. von Ihering : Ahora bien, la nocién mas importante que Kant pone en ‘a base misma de este mecanismo cognitivo es la del Sujeto como un “Yo" doble: un Yo empiric, es deci, actual y sinteti- zante; pero también, un Yo trascendental, es decir, potencial y ya sintetizado, Sintesis a posteriori y Sintesi: ri eee y Sintesis a priori, (Bs de- 16 Las formas y categorias del sujeto humano como sintesis a priori son componentes tan esenciales del Yo como su propia actividad de enfrent a las experiencias actuales. Ambas dimensiones se derivan de esta nocién fundamental que es nocisn emblematica de la modernidad Mostré anteriormente que el "principio de la experiencia” que constitufa el luger comin” de la Modernidad— tuvo dos interpretaciones contrapuestas: la experiencia intelectiva, de un lado, ¥ la experiencia observante, del otro lado. Kant va a intentar unir estas dos versiones recuperando tanto la activi- dad cognitiva del sujeto actualmente observante, como la acti- vidad cognitiva de sujeto pensante (es decir, potencialmente observante). Pero, a diferencia de Descartes, Kant va a justifi- car el valor de las formas y categorias del sujeto, mostrando que ellas se derivan o soni consecuencia obligada de la unidad de un “Yo", que remite necesariamente a una actividad originaria. Voy a insistir una vez nds sobre el interés argumentativ retérico de la nocidn que estamos analizando: la nocién de “YO Antes que nada: {qué es argumentar? Veamos esto de ma- nera simple: si yo quiero convencer a alguien sobre una tesis mia, la mejor estrategia consistira en mostrarle a mi interlo- cutor que la tesis en cuestién coincide exactamente con algo que él cree fervientemente. Aquello en Io cual todos creen 0 consideran como algo obvio se denomina “lugar comtin”, Pues bien, en las sociedades europeas de los siglos XVI, XVI y XVII las grandes transformaciones sociales y econémicas tuvieron tun comén denominador: la reciente liberacién de las atadu- ras sociales respecto de la posibilidad de apropiarse de las co- sas e intercambiarlag; la creciente autonomia de los indivi- duos para comportarse como agentes econémicos auténomos. Me explico: {qué significa, en el uso corriente, ser “mayor de edad’? Significa poder casarse sin que el padre tenga que autorizarlo. Significa poder comprar y vender sin autorizacion de nadie; moverse de un pais a otro, ete., ete. Los vinculos s0- ciales caracterfsticos de la Hdad Media, no contemplaban esa autonomfa a todos los individuos, porque la naturaleza de la vida econémica misma no la presuponia. En cambio, el de 1 ce PHAN AMAIA rrollo de la actividad comercial y el ereciente desarrollo de manufactura, hasta arribar ala Gran Revolucion Indust se asentaba precisamente en esa autonosnia del “actor econd- mico”, La autonomta individual comenzé a ser algo valioso, de hecho y de derecho, para un numero cada vez mayor de perso- nas, hasta transformarse en algo «obviamente valioso» Ahora bien, esto que lleg6 a ser “obviamente valioso” en el siglo XVII no lo era antes (al menos en Ja Europa Feudal del Medioevo) y fue introduciéndose gradualmente en la repre- sentacion de las gentes a través de mitos que narraban los grandes males que padecerfan quienes aquellus que se atro- viese a negarlo, Veamos uno de esos Mitos consagratarios de la necién de “persona individual auténoma” (= “YO"): el “mito” artistico de Romeo y Julieta, Se trata de una pieza teatral que expone las desventuras de dos jévenes enamorados que siguiendo el man- dato de sus propios sentimientos, contrario a la yoluntad de sus respectivos clanes familiares, se casan clandestinamente. La familia de Julieta (los Capuleto), ejerciendo la autorida que poseen sobre sts miembros, pretenden obligar a aquella a casarse con otra persona, El mismo sacerdote que los ha casa- do en secreto, para evitar que Julicta se quite la vida, idea una artimafia para hacerla pasar por muerta y facilitar su fuga, con Romeo a otra ciudad. Pero el truco fracasa porque no llega a tiempo la informacién a Romeo. Finalmente ambos se qui- tan la vida: Romeo so envenena, porque cree que Julieta esté realmente muerta; y cuando Julieta despierta, hace lo mismo porque comprueba que Romeo esta efectivamente muerto. Pero, Zqué es lo decisivo de esta narracién? Es la leccién que deben extraer los “narratarios’, es decir, los espectadores de esta pieza teatral. Shakespeare pone esa leccién en boca dei Principe, quien dirige, de manera significativa, un sermén aleccionador a los dos jefes de familia, es decir, a quienes ejercieron su auto- ridad en contra de la autonoméa individual: Principe: «~4Dénde estén esos enemigos? ;Capuleto! (Monteseo! {Mi- rad que castigo ha eaido sobre vuestro odia! jLos cieloshan halla- B ad EL LADO OSCURO PELARAZON ae ‘1 amor! i¥ yo, modo de destruir vuestras alegrias por medio del amor! j¥ yo, se ieipor tolerada vuestras discordias, perdf a dos de mis pa- by por . Hentes! {Todos hemos sido castigados!+ ‘Alo que responden arhbos Patriarcas Capuleto: . ; der bermano Montesco! Dame ta roan Bites la vided ide mi hijo, pues nada mas puedo pedir. jontesco: . ; sre ean ao puedo ofrecerte més. Porque erigiré una estatua de ropuro, para que, en tanto Verone se llame asi, ninguna efigie sea tenido un tan alto precio como la de la fie y constante Julieta» Creo que es fil ver que este drama es un mito ane entra, niza ala autonomfa individual como sagrada, elevéndola ala Condicion de algo Santo, y amenazando con tragedias semo-, antes a quien ose negarla en el futuro, El “todos hemos sido tostigados” del tiempo teatral, 6e lee en el tiempo = como: “Tor dos seremos castigados si negamos la autonomia de las persona’ Se ha erefdo ver en “los amantes de Verona” un eanto al amor, cuando en verdad es un canto a la “autonomfa”: el amor es sélo el medio o instrumento de esa sacralizacién de la per- sona individual. El Principe lo afirma taxativamente: «Los cielos han hallado modo de destruir vuestras alegrfas por medio del amor!» [Anteriormente, a rafz del “Tuicio del Rey Salomén” sostu- ve que en ese texto se pone en juego wna doble oporacion: a una operacién de identificacién de lo que es verdadero, y, al mismo tiempo b.- una manera de instaurar 0 entronizar lo que lAcbe ser concebido como verdadero, concluyendo que To que ‘ealmente esta en juego es esto: ; Fe omo constraimos las condiciones de posibilidad de una imagen tinica, valida para todos, cuando hay disputa de imé- snes entre sujetos diversos. ; ; vein tragedia de Romeo y Julieta, con el Juicio condenatorio ‘a Montesco y Capuleto, que pronuncia el Principe, debe ser analizado de la misma manera. 0 Bsta es la nocién central que he querido remarear con el titulo de este paragrafo: “Unir y Consagrar”. Aunque no que- da todo dicho, si no se advierte que lo que ha quedado conga. @rado ya no se presenta como resultado de un acto previo de tir, sine que se presenta como lo que es, ha sido y siempre sera algo Unico. “Unix” signifiea que algo era dos, y que mar- cha a la unidad. Consagrar significa borrar esa Bénesi: ar ese peeado y transformar la unidad producida en una unidad criginaria. No producida. Es decir, consagrar es borrar Ia pro- duceién para instaurar al producto como algo ingénito.2 Cuando R. Descartes cree descubrir en 1615 la suprema evidencia en el “Yo Pienso, luego Yo soy”, ya existia en la Euro. pa Renacentista estos mitos que hacian det “Yo" algo tan sa. grado y evidente, como la piedad maternal por el hijo, en tiem. pos del rey Salomén, En este sentido se puede afirmar que el “Yo" (que designa al individuo auténomo) es el modelo, el gran Mito inaugural de la Modernidad, aunque, como veremos, es un mito del cual Kant podré dar cuenta y fundar en él la tniea racionalidad posible: la Racionalidad del ser humano como una apuesta pascaliana, es decir, como Proyecto y Realizacién histérica. Cuando anteriormente dije que la tesis de Descartes no tiene “nada que ver” con la tesis de Kant”, en verdad comett una exageracién, aunque lo hice conscientemente, Quise’ de- Girles que Kant da pasos decididos en la "terrenalizaci6n’” del Xo y de las supuestas ideas innatns (o “ideas consagradas’) Sin embargo, es preciso ver que las ideas kantianas no son folalmente ajenas a sus grandes antecesores -a Descartes, de un lado y a Hume, de otro lado-. La idea de “Yo” que maneja Descartes, expres mas el lado de las “pasividades” que de les “actividades” del Sujeto Hamano. La idea del yo que cultiva el empirismo expresan el lado de la pura actividad de sintesis, de trabajo formador, pero sin tradicién; sin presupuestos. En cambio el concepto del “yo” kantiano es més parecido a “ viceano: un “yo" que es aceién pero también “tradicién”, es de- cit, estructura, Es importante reconocer que “accién” y “pasi- 80 yidad” son opuestos, pero, también, i “Todo hombre —dice el jesuita francés . Chardin— porfectamente los momentos en que actiia de a ahjeto de aecién.” (1967:35 y 36) parables: Cada vex que actuamos, por una parte obramos con espon- taneidad, pero también somos conducidos por aquello que 80 mos. Ese ser que ya somos y aS el que! ae a ercia: es la pasividad it re = sao a esntaneidad, Sse quire entender mejor lo dicho, In ox Fontaneidad del presente la conseguimos admitiendo nuestra pasividad de lo que heredamos del pasado: “Cuando, al parecer obranios con mxima espontaneidad y fuer- to estamos conducidos por Ins cosas que ereemoe do- Chardin (1967:35). ‘sas fuerzas que creemos dominar somos nosotros mismos, on tanto deudores de una historia evolutivay social que nos ha formado, Bu tanto ‘herederor’. Hato ea lo que quise deci cuando afirmé que el “Yo” eartesiano de las ideas innatas Yo visto desde sus pasividades, queriondo decir quo ora a 39 que tenia ya en si Ins trazas de una accion ya consagrada (i- mese “Dios"), Un Yo que “hereda un patrimonio”. El Yo op rista (aunque en otro sentido ha sido consid rado pasivo) os un Yo que se pretande forjador de au patrimoni, Un conguis: tador, sin herenciasprevigs El Yo kantiano, en eambio, es un Yoexpresamente biffonte: un yo que engendra un saber, unas nuevas sintesis a posteriori, pero en unién con unas sfntesis pasa (heredadas, es des unas sintesis a prior. Mostrars mds adelante que Ia sintesis de esta contradiecién (Yo activo Yo pasivo} lo puso a Kant direstamente en condisiones de con- cebir In historia ormativa del Yo Te6rieo desde ot Yo préctico, al mismo tiempo que poder comprender al Yo Priictico como nseparable del Yo tedrico. Gi quisiéramos Siar todo esto mediante una imagen o un esquema, podrfamos comparar la triada “pasivo - activo - organizado” 81 con la triada: “goce - trabajo - propiedad” ‘Asi como en el campo de la economia y el derecho se han confrontado las dos tesis: “la propiedad es el goce” vs. “la propiedad es el trabajo” as{ también, en la Epistemologia Moderna confrontaron estas dos tesis: “el saber esta dado (del apriorismo)” ver: “el saber se consigue (del empirismo} AUAN AMAIA El objetivo de Kant es el pensamiento de la s{ntesis entre estas dos tesis, y eso, necesariamente, nos lleva a investigar el transito entre uno y otro: entre la paz y la guerra; entre lo dado y el producir; entre el goce y el trabajo; entre lo pasivo y Jo activo come dimensiones constitutivas del Sujeto. El “yo” kantiano es un “yo” cuya forja —ya cumplida y siempre reac- tualizada— contiene pre-dadas las condiciones de posibilidad de cada nueva experiencia, En Kant, el trabajo del sujeto es una funcién de sintesis sobre lo divers¢ actual que se entreteje ‘con una sintesis que ya ha absorbido una diversidad pasada, Lo que se designa como unidad originaria constituye una acti- vidad originaria, por Ja cual se organiza Ja apropiacién del mundo por ei Sujeto, O, la apropiacién del mundo que Heva a cabo el Sujeto no es una apropiacién arbitraria, antojadiza, sino organizada, intersubjetiva, OBJETIVA. + La hazafia de Kant Recién ahora estoy en condiciones de presentar el nticleo de lo que considero la hazafia filos6fica de Kant e intentar mostrarles a ustedes cudl es la raz6n de fondo por la que pien- so que Kant aporta una visién de la teoria de la ciencia de valor inmarcesible. La ciencia pretende ser un fenémeno cultural con ciertas 82 {si s asombrosas: es una expresion nifestacion est ee gblerente pared ea, pOrgse, Por Fe a aivce presenta come un saber que conoce al objeto tal tuna par gueta la realidad actual, », por otra parte, desborda cor vine particulares en los cuales el hombre existe, elcan- tos ri eaber del objeto que vale para todo Lugar 9 todo tem 2a yo une elarameonte: 1a cieneia es,un sistema de repre- aos ecpnes del sujeto que a pretence “coineilin” con el obi sera condo Les actualmente en la realidad, y b= no s6lo sabe" toa tbjeta particular que ests aqui y ahora delante, ino ae er umiversal al que pertenece este ejemplar eonereto: Je tad os eoapos del tipo A fe tad Tos procera lp " ir, sub specie eternitatis. be ee ceo lela Psicologia es la subjetividad, 9 al gran tema dela eioncin evel conocimiento dela objotividad y de su tar ce universal, entonces, averiguar si lx subjetividad pue, sean tmnente aleanza Ia objtividad y fa aniversalidad 98 om tema picolgco de gran enverzaduray 1 Bplstem logia de- i anera solidaria. bers tena oe oe amagrate entero, el diseuro cence express pensamiontos sobre cantidades, sabre eualidadss, 60 ox eraciones'y modatidades de tos fendmonos. Habla de cau ore ryotos,v extrac conclusiones acerca de Yo que es neces wre eau os contingent; do Yo que es posible o imposible ot Bs decir, segvin Kant, las categorias de cualidad, cantidad, eB sae nodalidad, siemypre estan en juego eada ver aue Yo etendo avanzar en la determinacion de Tos objetos epi cos, Y no se podrfa avanzar en la determinacién je ee bjeto, por ejemplo de lo que le pasa a un paciente 0 pie reaccién quimica, etc., si no hago esto: cualificar, cuantificar, modalizar™ ei antedes aicvean toque ba ido haciendo el sueto cosns- cente, sequin mi exposicién anterior, concluirdn que ha ido inte fizanio; ha ido uniendo. {Cul es a fuente o punto originario fie ona operacign de sintesis; de levar ala unidad? La fuente 0 punto original do esa sintesis es el “Yo", al que Kant va a Ta- 83 | mar “Unidad Originaria”. Fl Yo es la unidad fundante de toda operacién de sintesis, y es mucho mas que Ia categoria de uni- dad (la que forma parte de la categoria de cantidad), La Cate. Borla de “unidad” es un tipo de sintesis, entre otros tipos de sintesis. En cambio esta Unidad Ori, inaria no es una catego- fa, no es un tipo de sintesis, sino la fuente misma de toda actividad de sintesis. Es la operacién que constituye a la cate. gorfa de unidad y que sostiene a todas las actividades de cate. gorizacién. La Unidad Originaria no es una eategoria, sino la pura actividad de un centro de aecién (un sujeto) cuyo nombre en la cultura ha sido el “Yo”, Nosotros nos referimos a este sujeto que somos cada uno de nosotros -en la forma més pro- referirnos a él- con el nombre de “Yo", y eada uno de nosotros usa para s{ mismo ese nombre sin que se produzca ninguna confusién; todos entendemos qué es lo que estamos haciendo cuando cada quien dice “Yo pienso”, “Yo soy”, “Yo creo” EL, en tanto sistema de actividades de sintesis, cuya orga. nizaci6n se patentiza en las dos formas de la sensibilidad y en las doce categorias del Intelecto, puede ser denominado “Yo Organizado”, porque ya dispone, por ast decirlo, de tales priori. Pero el fundamento de esa organicidad es, a su ver, una acci6n originaria tendiente a una incesante actividad de auto- afirmacién y por ella, de apropiacién de lo que no es él (de todo no-Yo): en este tiltimo sentido, el yo es organizante. Salta ala vista que no es lo mismo organizar que ser-organizado. En el primer caso, el Yo es activo; en el segundo es pasivo, Es muy importante distinguir estos dos momentos del Yo como unidad originaria (0 “Yo originario”) del Yo como comple. Jo organizado de actividades de categorizacién (o “Yo organiza- do”}, porque un tema central que estard en juego en lo que viene es c6mo se coneibe el paso del “Yo originario” al “Yo orga: nizado”. Dicho con otras palabras, del Yo como puro centro de aecién egocentrada, al yo como aceién socializada, 0 sea, con tvado en el sistema de las reciprocidades con los otros centros de accion (es decir, con los otros “Yos”), Creo que recién en el siglo XX, B. Benveniste ha permitido 84 Be EL LADO OSCURO DE LA RAZON. - sclarecer, cientificamente, el aleance de « se nae one aria, en el campo formal, Hste genial Diet rane ral 16 los aportes decisivos para comprender el “a eran de ty enunciacién”. Con el término “enunciacién” Benveni tp vesen demarear ese proceso por el cual un sujeto hablante pono » proceso se Pvaneionar la lengua en un momento dado, Fn ese proceso se Sueden distinguir tres aspectos: i. los hechos de vocal icin ee Tos que el sujeto.c sonidos de ana lengua dada); rs | one $e hethes de significa u eto traspone Io que quiere significar a palabras), y il, los presupuests for al i dl de la enunciacién; es decir, ales o condiciones de posibilidar te tos i seupueatos necenarion qv deben darse pare qe eeu -_ B . acto de la cid ste ultimo s el acto de enunciacién. Ba es el acta de enanciaci6n constituye un acto de pees on de aaa oe do los indicio I de la lengua, producien ins, on gus condiciones de posibilidad, Entre tal inns se onsen 1 re (Yo, tu y él o eso); los indi- ‘an: los indicios de personas y cosa (¥ - rane alvon (aut, cte..)y Toe indicios temporales (presen cios : jure...) ; a acl punto al que quesa Hagar os sterol Yo, desde ol punto de vista del “aparato forme de Ja entncincisn” es I maren 9 indicio que sefiala cual 0 quién es el eentro en toro del ual fancionaré el aparato de Ta lengua. Dicho de otro modo, indica quien es el propietario del discurso. al de la lengua y enun- *“ lacutor se apropia del aparato formal de {le lengua inéroduee sl que habla ens habla. Ho agut un dato ent Pero lo que hay que remarcar a todo esto es a oe dad de estos lngares 0 mareas: Yo TH. Andlogament Pada mos decir que “el acto de apropiacion de os fueras de la perso- introduce al que actia en su acto", Pere, entonces, 1a no- ciém desigada por el trmino “Yo" noes una cosa o un so lapalabra que hace referencia ala indica centro prot ‘én. ‘Todo lo que es roferido o significado, er tan rferide a ose contro de acién (Igo), peo, po lo 85

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