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MARCO HISTORICO ae 1 MARCO HISTORICO DE LA RELIGIOSIDAD POPULAR Prof. ALBERTO METHOL FERRE os eve a querer ahondar en ella? ,Cuil es nuestra situacin hisirica al fegjeto? zDesie qué proveupaciones nuesirss, actuales, 1a abordamos? {Desde dénde y cémo nos legen las formas aetuales de roligiosidad popular? {Gudles su genesis? ,Qué porveni? spesde dénde miramos hoy la religiosidad popular? rqué es lo que | | | Bole conn de prunes, demasiado vats, nos indies yao mov: pit esrcal de ompoiin dl mareohstic. dec basque) marco istic, ange do suyo moverse cniaziene deste probemas {hin ecalitd hale i Motori y Geo la historia aca nertea actuals fad urd un vaiven constant Pues nos importa exlarecr Gitocin acl, desde nde pensamnoe estas cusones cles son sis Gorldononts provnts, ala Yer que nos romiines a as fee Hsiies | tue gzncreislamente tutta stuslin sal. | En esta reflexién eatin involucrados grandes problemas referentes @ reain y mito, concepio e Imagen, rito y simbolo, mistiea, ete. Bstén im: plietas las mas graves euestiones teoldgicas y antropolégieas. Pero todo esto ser aqui solo supuesto, no abordado nunca directamente. No entramos asf fn el fondo mismo de los problemas esenciales, pero este marco histérico Puede sofalar modos de acceso a esas cuestiones fundamentales. Puede plantear un orden de intorrogantes posible. No se estudiaré tampoco la evangelizacién en si misma, sino en relacién fs ineidencia en la formacién 0 destruceién de formas de religiosidad popular. Nos detendremos sélo en esquemas histérieos bésicos, que sirvan de marco a la reflexin de esta semana. En el curso de la reflexién comin { Dueden ser revisedos y ajustados. Son entonces s6lo una propuesta de orde- nacién, un punto de partida provisoria y global 1. UNA SEGUNDA ETAPA POSCONCILIAR, SOBRE EL EJE DE LA RELIGIOSIDAD POPULAR ‘A una década de Ja clausura del Coneio Vaticano Ul, s© present, todos los signos de apertura de una segunda etapa posconcliar, donde ap de ss elementos bésics os una nueva slid ante las formas de rebgig dad popular eatélica, 0 mejor, un redeseubrimiento de la riqueza de sentidos, ca A psa de la obviated de feshar el momen del “god sos ijerloaproximadamente eat el Tecor Sind de los Ope eal Santo yl eatin anton Evangel Nutland Je Pablo VE Por me conventin,adptaremes como fecha el ao 175 La primers cope none ela comionaa a, sin paradia signs, case a apatare il seas eee clo, Esta primera lap, extremadamente ica, (unde, eteadcoriy tumioss, ings amis. lanes ris de reason ec patallo anterior, més gue co es llemps del Concibe de Tres y forma Presta, Hn cambio esta soginda tap sgn ws mr pas Jee nln conta dol relormas conclave hac “normale? Sis, gu momento de azenamieno, la Ilsa dla paatnenate estar en “esiado fei yw andar va recobrande mors bates ta ay 20 sls en cx plano gets polos mass prongs rate qu la primera saps fue de “our pra hacer loge mera siembra, de remocin era ) Panacea tute oe aca aoa parece Lene el soiege de ls nteras udu ea ane ee voluntad auiectniea" ui decor “psn” mo dans a eta dninain acepein resinga, sno mpi. El prin elo do la cra’) nro abstea al Conelio sl pastConto te ln dada sign Lo som ue se ha empleat “poole” 0 “postoncilas” pare nomi a mee Apleacin de as refrmas cnelasn, © desizar as 2 cn partes tn ol “capita” del Conca, 0 queneserlanproegato He tne eee ein muy Smplilcadrs, Hl Concho y ss sformas astern mr ta ee das interelacines dai, restos © amplifestves ¢ detemeng entvenmanisios de nuevos pibleas, ee. Nana sti na lorena ura y simple del Cintio en alge, como si le vealided fuera ee indica defuetva de un slogemo” El Coc y sus retonee ee ae ts sip el mis deci de ewe pao de ers y renova Yoo ae Ciclo abarce mucho més que ef propio Oma toms Sle thcna tress en todas sus dimensiones, se ieracona can tio | cién, pero no se altora ese hecho central. A través de innumerables varia. ciones, ese hecho central sigue en pie, sin interrupeién hasta nuestros diag, ‘Tanto a nivel de las vigencias mundiales, como a nivel interno de Américy Latina Al nivel-de-las-vigencias mundiales, digamos. que desde el. siglo XVI Jas potencias-determinantes de la historia, de una historia cada vex mp controlada por una Europa metropaitana, han sido “potencias protestantes"y Holanda, Inglaterra, Alemania, y hoy, euando Europa deja de ser metrépolis, esto ha sido heredado por otra gran potencia “>protestante” que son los Este dos-Unidos: Ellos realizan y escriben la historia, generan las vigencias. Ash las primeras potenelas europeas que inielaron la expansién mundial del sigle XVI, Espatia y Portugal, las que formaron a América Latina, eayeron en lq jnfamia do 1a dorrota, 'y sus actos fueron vistos interpretados por sug enemigos competidores, Bajo otras modalidades la Iglesia padeelé el mismo tormento. Y hoy, la gran diarquia que genera vigencias, Wstados Unidos y Rusia, profesan ideologias, hermenéutieas socularizantes. De tal- modo,-noeo- tros estamos atenaceades y penetrados, incitados, por las vigencias del- pro. festantismo liberal y del marxismo.muliformes. Es muy difell ast desbro zar los eaminos propios, es muy dificil superar la tentaeién del encogimiente defensivo 0 del dejarse arrastrar sin més, miméticamente, por los predo: ‘minantes. Pues la leyenda negra es siempre el sudario de los derrotados, y a tal punto que los penetra en su propia intimidad. La Iglesia en el mundo no so escapa a esa ley inexorable. Los embstes de las vigeneias dominantes Ja desgarran en-su-seno, y-como ‘‘dependiente”™no Te-es facil mantener si identidad, No le es sencillo mirar la historia desde su propio punto-de vista, Mirar la historia no silo en cuanto a la seleccién y peso de la factualidad, sino que también de su significado. Por eso es comin ver hoy catélicos ‘que de algin modo estin “para” una de las dos ideologies dominantes mun. ales, Y-esto indica quo muchos valores vividos.y-sostenides por la Iglesia son vistos como ‘‘des-valores" desde esas vigencias, Aunque, por supuesto, ‘como hemos aclarado al principio, nunca totalmente. Pero si en la légica ‘general de su dinémica, En una tierra unficada, que configura de més en més un solo y apretado sistema mundial de relacianes, esta situacién penetra a fondo en América Latina, HI norteamericano Martin Stabb eseribia hace poco uma obra, exce- lente por otra parte, titulada “América Latina: en bisqueda de su ‘identi dad’. Los vencedores no buscan la identidad, por el contrario, la otorgan, Asi, es do sofalar que las historias de América Latina han sido escritas hhasta hoy desde perspectivas por lo comin contrarias a la Iglesia. Esto nos ‘mpregna faltamente..Pensar desde un punto de vista no-vigente, es tarea denodada. No se accade a eso “naturalmente”, pues hay que nadar contra las corrientos. Por eso lo es diffe a la Iglesia una concienela histérica ade ‘cuada de su vida en América Latina, Por eso apenas se han escrito historias de las Iglesias locales, apenas ahora nos estamos asomando a Ia historia global de la Iglesia en América Latina. En ese sentido, el proyecto dal CCehila para eseribir una vasta historia eclesial de América Latina es signo 50 Squeva situacién, més dindmica y emprendedora, pone a la Telesia en eon de energies no domesticadas por las vigencias hegeménicas. Veremos, cuan do salga, hasta qué punto es creadora, hasta qué punto es penetrada por los projuicios dominantes, ‘Se comprende la dificultad doble —por América Latina y por la Tglesta— que existe para ser autoconsclentes de nuestra propia historia eclesial latino fmerieana. Pues se reiinen dos formas de dopendencie. Una historia eclesial Talinoamerieana apenas podia asumirse hasta hace poco, en una Iglesia siivada a la defensiva, acosada, erispada en la polémiea spologétiea. Pare- tora que desde Medellin, una nueva atmésfera, una nueva actitud, una ams avoabes para tlbcatiehliiemmenia. Su petrt © is Ginis revlea en apatur sire xi misma, Por en, eae gues srpdan fa gers recon nomena su ead: popular Yona de Tics aii a Sowalad un compreainyloncloar dos Polini! poe, an corns a-une mers compen finer de isa, To cnge-un honiaminten lo igi Poodle Se Bis, Pero estamos so en lo primers pane de eta gan tare, por Io Sin sltemente convcinte emprenira con Te conskncla ‘dos ae sales Por lo comin, las historias de la Iglesia no estn tomadas desde la vida religiosa del pueblo. De los distintos pueblos en que se insert6 la Iglesia y ‘alos que fecunds evangélicamente, No disponemes, por lo pronto, de una Historia de la Iglesia en Bspafia y Portugal, que nos seria indispensable, Debemos apelar en sustituelin a distintas fuentes, historias generales, de la litoratura, del arte, etc. In especial, sin el conaelmiento de las literaturas hispanolusitanas se reciente todo acceso al eanocimiento de la formacién de las Iglesias latinoamericanas. También, es obvio, de la posterior literatura Jalinoamericana. Allf esté presente lo més existencial de los pueblos. Y esa no es via habitual de nuestros seminarios, ni de nuestra eduicacién en gene- tal, $6lo se proveen cabos sueltos o insoportables catélogos. Por otra parte, sles 6plimo que ahora se haga una mejor formacién bibliea, por qué no una actitud semojante ante la experiencia histérica de nuestros pueblos lati- toamerieanos? Ya se van abriendo brechas, Por doquler asoma esa necesi- dad de autoconciencia histérica. En pocos afios mucho se ha recorrido. Cuan- dio surgi la teologia de 1a liberacién latinoamericana, salvo.on_alguna ‘excepeién como Dussol, era notoria su ignorancia de la historia eclesial lat oamericana. Era fatal, la primera teologia latinoamericana seria muy poco Tafinosmericana, aunque abria caminos para irlo siendo. En nuestra situacién es fécil, incurrir aiin contra la yoluntad expresa en lugares comunes acuflados por las vigencias vencedoras, sin mucho recur- sp erilico ante ellas. Pero es monoster confianza, de tanto querer, vendré el saber Si las dos ideologias dominantes de nuestro tiempo son por igual here- eras" de-ta-Tlustraci6n, se comprende quo para ambas las formas de la ‘eligiosidad popular-denoten-lo-nogativo por excelencla. Y que en la Tglesi, bajo la presién de la herencia de la Tustracién, para hacerse potable a lay Vigeneias, se tenga a veces la tentacion de renunciar a las formas de la religisidad popular. Poro eso, hasta qué punto no seria renunciar a sf mis: ma? Por otra parte, la Iglesia, si quiere decir su palabra 2 mucstro tiempo, esta obligada a usumir y superar a la lustracién, S6lo se supera-lo que 88 asimila, Sélo se deroga lo que, en clorto sentido, se sabe heredar. Slo si la Iglesia asume a Ja Tlustraci6n, podré derogar a la Tustracién. Tal un aspec- to-esenclal'de nuestra problematica actual. Pero a su ver, debe saber oir y recoger todo ese movimiento interno de Ia crisis de las ideologias dominan- tes, que en los illimos afos estén socavadas y con sus valores problemati. adios, Debe oir ¥ recager todo ese movimiento de los pueblos dependientes, ‘que estén a la vex Imantados y contrariados por la Tustracién dominante, En verdad, la Iustracion, no dej6-de-ser-nunea eontrariada desde su emer- fencia, pero sus marcos fundamentales nunca fueron roles. Claro puntual- ‘cemos, que asumir para derogar no significa dejerse dominar por la Ilustra- clon, EL-receso de la “religiosidad popular” en la primera etapa posconeiian, ppateclé en algunos momentos signifiear 1a victoria-de la-lustracion-dentro de la Iglesia, ;Como para no sentir pérdida de identidad! Pero atin do esto, Dios sabe sacar el bien. ‘Toda esta reflexién introductoria es ya parte del marco histérieo para una comprensién de las vieisitudes de la religiosidad popular. Todo este ‘momento reflexivo, aparentemente distante, es apuntar las condiciones mig ‘generales de nuestra situacién. Nos ubiea el punto de partida y las tensionos ‘que lo atraviesan, No olvidemos nunca la presién de las vigencias actuales, en el curso de los momentos siguientes de esta reflexin, 3, EL ENCUENTRO CONSTITUYENTE DE AMERICA LATINA [El mestizaje; en su-acepelén-més amplia de “mercla”, es carécter actual de Amériea Latina Un pensador catilico mexieano, José Vasconcelos, pre: ‘deeia hace algunas décadas el surgimiento de una nueva raza, ““hocha con dl tesoro de todas las razas, la raza final, césmica”. De facto, América Latina se configura como lugar de encuentro de Asia, Europa y Africa Digamos, sin incurrir en los entusiasmos de Vasconcelos, que en América Latina confluyen las tres razas principales: la india-mongololde, Ia nogra africana, la blanca europea. Ellas son los tres componentes bésicos de nues: tro mundo, Actualmente hay zonas con distintas predominanelas, El negra cn algunas zonas costeras atlinticas y earibefias. El eaueésico en gran parte del Cono Sur. El indio sobre el Pacifico, en siorras y zonas tropicales. La mayor parle es mestiza, en distinios grados {A su ver, ests tres componentes son muy complejos. No son homogéneot y serla indispensable, para nuestro asunto, un preciso discernimiento, so pend de generalidad peligrosa. Aqui, empero, no tenemos més remedio que pet: 32 rmaeceren la genealded,seland slo certo elementos, par avsen Go sobre su catrmo esqiematismo, Nos lteresan hora a hates ee gus, Por lr parte, nos rata de dacernnielns fie, si eae feigooon Cuando se ce “indo” pe alude agus blen m tea de Siuciones calles. to mismo con “negro No hay cultura ase s Biguna "rn, ninguna "nog 0 "ndlandad” Caan ad dence indo 0 negro csiomos desghando Inpropiamente un momen" clea y relgiso de ingenas y neprs, sin orlender alo on determina se Ga inmbvil de idle regoesoeural Lo eroncal esse Is matches Fumana que se ealza stceamene, en dveroas modaldade, seme camblants y gue ersalsa sempre provsriamente en Siitasy varus tusllacinesreligsas 9 cultures, ero na mirada aul oe omppamis ates remade Bis ac ecg concep se net, 7s role, At ass nda oy Hc see a [ease tl mort te Rate ee Bm csenns us tegig tetma ox souk eee tent “en clr afar aot Fone it ose a is rinlras Pena ey Twas rns oe tae ee esos ce a a Set meas roy, ereatn eae Es0s origenes de 1a historia universal religiasa son objeto de miltiples Investigaciones, bajo el rétulo de antropologia, etnologia, prehistoria, etc. Si bien en la investigacion del pasado americano y africana se ha progresado extraordinariamente en nuestro siglo, hay iniumerables zonas osetras, Henas de polémica enize los investigadores. Pero no se trata sélo de cusstiones feticas, sino de filosofias”implfeltas”que conducen los derroteres de las “ciencias humanas”, Aqui reaparece para los catélicos el espinoso problema lle las vigencias. Pues las elencias humanas no son inocentes, neutras, estén argadas de presupuestos, Un cristiano no las puede asumir sin el mayor espiritu erica, Aqui es hecesaria una gran eautola, Bastan dos ejemplos. Tanto la etnologia 0 Iantropologia como la “‘ciencia de las religiones" se consttuyen en discipl- tas més © menos sisteméticas a partir de mediados del siglo XIX. ¥ lo hacen desde presupuestos naturalistas positivistas, En un clima de animad- vorsién a la Iglesia, Principalmente, comenzé por ser obra de protestantes lerales y judios secularizados. Basta recordar a Muller, Spencer, Durkheim, Lery-Brhul, Plazer, etc. La religion era ilusién, supersticién, reductible per- fectamente'a factores sicoldgicas o sociales. Este elima —Incluso virulento— se ha modificado en nuestro siglo, és que cambios sustanciales, hay una ‘motificacién de actitud, ahora més indlferente, menes pasional, Ei eminente Jvestigador Evans Pritchard, en un articulo “Los antropélogos y la reli- in” (snsayos de Antropologia Social. Ea, Siglo XXI pag. 43) sefiala: “hoy dia la situacién es en general la misma que en el pasado, excepto una cosa: Ja mayoria de los autrop6logos son indiferentes, si no hostiles, a la religién 3 | = —ateos, agnosticos © simplemente nada— y una minoria son cristianos. Lg fexcepclén a que me referfa es que de los eristianos una proporcién consi. erable son catéeos. De hecho Ja situacién es mas o menos esta: de un ado, los indiferentes, y de otro, los catilicos, con muy poco en el media, Una vez més, creo que no hay nada en la naturaleza de la antropologia que haya dado origen a esta siluacidn, sino que aparece como una tendencig general de la vida intelectual de’ nuestro tempo”. Esta obsorvaciin de vans Pritchard sobre la situacion inglesa, puode universalizarse con varian. tes no demasiado importantes. A su vez, debe indicarse que otras corrientes de campos afines, en cuanto sl andllsis de las formas religiosas como por ejemplo la “fenomenologia de Ia religién” sofiala una inversin do la situa ciin antes expuesta, sea que la mayoria de los fenomendlogos religiosos son cristianos. Son protestantes 0 catélics. Queile esto como advertencia para el uso critico de las “‘clencias hu rmanas” en estos campos, que tanto afectan Ia interpretaciin de Ia religiosk ad indigena y africana amerieanas, que inciden en muchos modos de Ia religiosidad popular Iatinoamericana. Adveriencia basica, dado el enfusiasm tun poco indiseriminado de sectores clericales, que se han sumergido en alegre batahola con las “ciencias humana”. Las accesos intolectuales. lag formas de religiosidad popular no son féciles, estén penetrados por vigencias predominantes, En este émbito, del acceso a las formas religiosas de dos componentas fundamentales del sustrato Iatinoamericano, el indio y el negro, nos inclina ‘mos a sostener la validez de los enfoques de la escuela del mélodo historeg cultural de Koppers y ol Padre Guillermo Schmidt, que ha repereutido en diversas corrientes en América Latina, en O. Menghin, Imbelloni, o con la escuela de Barcelona, con Bosch Gimpera y Canals Frau. Estas tendencias, ccompartidas eon limitaciones por americanistas como Boas, Lowie, Kroeber yy més recientemente por un Evans Pritchard (disefpulo de Malinowski), hacia Iavunificacién de 1a historia con elnologia, antropologia y prehistoria en un solo saber, ha encontrado «ma primera sistematizacién universal muy mad en Pia Laviosa, en su admirable “Origen y Difusién de la Civiizacion”. Ys no son los “‘frculos culturales” estéticos de Schmidt, sino la dinémica de sucesivos ““eentros motores” primaries, secundarios, ete. en derivaciones romifieadas de una unidad monogenétiea de la historia universal. Se esta blece la unidad mévil de Ia historia universal, sus jalones do difusién y encuentro ‘Si retomamos Ia perspectiva de Laviosa, el proceso istérico puede sintetizarso asf: hay una sucesin de cuatro “centres motores primarias de Ia callura’’. 1.—El foco de los neandertholenses del Paleolitico medio, dese: bierto en el Medio Oriente; 2—E! foco de los cazadores franco-cantébricos el Paleolitico superior, unos clento sesenta mil afios después; 3—B1 foea de Jos agricultores sedentarios del Présimo Oriente, unos treinta mil ais después; 4.—El foco de la sociedad industrial en Ia Europa moderna, unot ocho mil alos después. Desde estos faces sucesivas vastes ondas de “dif 4 sign", en um proceso muy complejo y variado, se han ido extendiendo por ta Hotmene. Puede observarse cGmo la distancia entre los centros motores peimarios disminuye progresivamente, es decir, aumenta la velocidad histé- fica de Ia interaccién. Asi, los puoblos indios de América, ramales eulturales tardios de los tres primeros centros, donde el tereero (agrario) estaba en sus primeras fases, se encontrarén desnivelados con espatioles y_portugue ses, que ya estén en las iltimas fases del mundo agrario-rbano, encaminado jya hacia 1a revolucién industrial La Iglesia catéliea nace en el punto més dinimico, Medio Oriente y Mediterrineo, ya avanzada la tercera etapa agraria, entre los dos centros originatios irradiantes, que son el mesopotémico y al egipelo. Ast las mile- arias experiencias saeras del hombre, de algiin modo gon asumidas y tras. tendidas en ol Isracl que desemboca en la Iglesia Catélice. Esta visién histirica es importante, pues nos da una perspeetiva tanto genética como ‘structural de las formas religiosas, e impide “funcionalismos” ahistéricos, ‘camo los de Durkheim, Lovy-Brul y Malinowski, El acento genético importa, pues asi, en.el.encuentro dela Iglesia-con-los-mundos.americanos y africa. nos, no sélo debemos establecer una Ley de correlaciones estricturaleé entre formas religiosas analogas, lo-que-permite-la.comunicacién entre las formas fstianas y las paganas indias y negras. (par dénde entroncat~sino-por Io ‘semefante?), sino incluso plantearse sus parenteseus hisléricas remotes pero presentes. Conviene-indiesr-que en la Iglesia Catdliea estaban ya asumidos eede Ia historia de Israel en el Modio Crionte y do Ia Tglesia en los Amabitos hilenisticos, romanos,celtas, germanos ¥ eslavos, innumerables formas que fandensan de algiin modo toda 1a experiencia religiosa de la humanided, (que tenian asi facil intercomunicacién con las experiencias y formas indige- nas y afticanas sin desmedro de Ia radical novedad que implica Cristo en la historia. La Iglesia trasciende, pero asume, las formas bésicas de los sim- bolos, mitos y ritos que son Jos “'Semina Verbs” eseneiales al eonjunto de las religiones paganas, De tal modo, no es que Ia Iglesia. ea. absolulamente heterogénea con os mundos paganos indios y negros: el encuentro no sélo araece en la zona de “‘correspondencias” estrueturales, sino. en comunes tafces histéricas. La Iglesia leva en su sono, aun eobrepasados, innumera- bles vestigios, formas @ incluso gestas, que se van no silo a encontrar, sino @ “reencontrar" al-ponerse-en- contacto, Aunque esto no lo supieran los protagonistas tematicamente, si bion muchos lo sospecharon, El encuentro ‘es también reencuentro, un reoncucntro de patientes que se desconocfan y (ie se anudan otra vez, pero con dislintos niveles. Por es0, por ejemplo, e Padre Acosta escribe con sorpresa: “De cémo el demonio remeda a Dios en Sacramento, religiones y sacrficios” Afirmamos asi el doble principio de correspondencias genéticas y estruc- lurales para el estudio del sustrato religioso indio y negro en relacién con Ia Iglesia. Si no se juzgara vélido nuestro enfoque difusionista, permaneceria en pie el enfoque estructural y el principio de analogfa para el andlisis eom- Parativo y para la comprensién de los modes de insereién de la evangeliza- 55 — Gi6n en las susttaiosculturtesindgenas y negro. No olvdemms Tecepcién se hace al modo del recipiente, como dice Santo Tomés, “— fat norte adeuadameno ol sgitcds de os smb y ta religous de ln relgosidad poplar dnde eile esl agers 9 cr no, ben dscrtare,fnalmente, ds prejics demasialo comune na parla apes du riled htrgehlda dt ar ei alganesy I Ilsa Ge Cristo ain dentro de su ea! vei de cate vitaliad. La radea!heterogenidad-c una. stutlenhastoete tana, desis Later a Kar Barth Slo deste ee apn iets ea minnie ‘puede “acusarse apivsteamnto ules oma de coe american coldeas como "resiuos”.“conaminacenes" pagers a raleal beterogencidalprenperia inpie eda compra anesta rompe con todo peasamienla aaligice, Legén We retin hechas desde ea base ertéea, gue les Iva a dnuncaysovoesen auier presencia indigena o africana comin “desvacén” de In vgion gh Ca, Por. contsario, debe discerirs en cada cao const haste os a are de vig ght tetra ana avalon Scan ‘¢Cual es Ja afinidad que la funda? ae ee For ofra parte, opera un segundo peje itr ono menos aitreoy tam bien my comin, yo el de tomar un mower hain dela le Cath lea clevaro a arguetiy Inmévil-congdaey enters: cites aca de vida catealevarlas a modelo intangible inglterable dal so eins Ash, desde ese cilrio chiséricgse-linan como deatiactn 6 connie clin toda forma que so apart de exe model, yas ain ai de on Gla pagans, Ese ow poslad iacial« ineenble. st fo sia una idea patnic, ajena a toda verdad real” Es ighrae see Gag de sus pasta fundamentaes, a gles en sv vivir hitOse Inepoe e ‘mas religiosas de fodos Ios gushog en quo igerta,AalTo hao he he Medio Oriente, con griegos, latins, ella, Germania le, {Por aus oa bs intloso negros americans? Les prefs entra otay fe Sagas Popular americanas son una congelacin etroctnirca, Por ls dense sat plican negara pra hasta Ta poabidad de una invesigaion Pen ton etiqueta de tal, bastara para desalifear toda prestrie indore a cnt en Ia Iglesia como eapirea. Esta poscin demina un pres cmos, 0» qe. teegs al cid Tos sie hist veligosn sae ole eines luge. ns aut as ames deed en evsonespeves, de ile hie ca y metiaigica, no on el sdlie mismo dees estan Ray "cra, Nos ha parecio camino rds il para moses toes pee ot de los components inne. egrs desordara talon Sees al Sern vaio en ta expen aso brvsina leet Serene abién una cert justifesli,¥ ol hecho auc lc fee ie rer Popular caicasltnoamercanas Henn el slo heguninee de eek Ge relgsied popular medevalesHispanolataas saws ccc irae 56 eso concentraremos nuestra atencién-en_Ia_génesis-hispano-lusitana, ore abora, Pasemes a una noticia de indios y negros 4, COMPONENTES INDIGENAS ¥ NEGROS cis caleceeniens sickle he Seep eter bee en ero ey ae a Te ee ee {Schmidt ubiea ante todo el cfreulo “primitivo", de recolectores y cana ores psrasitarios de su entorno, Esta fase originaria, hasta donde alcanzan nuestros conocimientos y proyecciones probables, tiene la religién del Ser Sipremo celeste, providente y benefactor, Dios escondido, lejano, inaccosible, tid quo no hay representacién, poro que sin embargo ea destino y padre, instancia supetior. Pero no es un monoteismo estricio, pues hay tina serie te flguras intermedias 0 secundarias, més cereanas al trato humano y que tcnforman la vida religiosa de modo més inmedialo y presente que ese Dios excandido ~D Sobre este trasfondo més primitivo se lovantan tres eireulos culturales, fen continua interpenctracién, de distintos grados: el de los cazadores toté micos, y el de los agricultores matriarcales y el més tardio de los pastores patrlarcales (més monotefstas). Este iltimo folté en nuestra América ind gana, dada 1a ausencia de ganaderias. Todas las formas de vida del indio famericano son primitivas, de cazadores tolémicos palriarcales de fases ‘agrarias primaries, que no legan al arado, pero que no obsta para Ia inten ‘ava produceién del maiz y los grandes desarrollos calturales en los mayas, nahuas, quechias, ote. Asi, las formas existontes son mixturas de tres sireulos culturales (excluyendo el cuarto de los pastores). Las altas culturas indias son también mezclas sofisticadas de cazadores totémicos patriareales (calto al sol) y agrario matriareales (cultos de la fertlidad, a la madre tierra o luna, sacrificiales), De més en més, el Ser Supremo_primitivo queda lejano. “Dios. ocioso” como se Je ha. llamado, y el pantedn. se puebla de més y més de_multitud de deldades, con Jas que. el hombre. conyive.en Si cotidianoidad, Es_un_universo. rebosante de_hierofanias..patticipativo, ciclco, mitico,. magico. Todos estos muncios son muy complejos. Ei. “indio, como de.modo.harto simplista. condensé.el espafal,abarca. mundas. extraordinarlamente. dspaves, 1 diferentes. niveles.de.culiura.y.formas.religisas. Presenta también una Aigantesca prolferacién de lenguas. Es una verdadera, “babel” como recor ddaban los misioneros. Reunfa més lenguas que todo el ‘viejo mundo” Lo ‘que indica también el abigarramiento de usos religiosos. ¥ todo esto enorme- 37 = mente disperso en el espacio americano, con escasas comunicaciones, gq ‘modios de transportes més que precarios. Todo recorrido era a. pie, pay tanto muy lento. ¥ se sabe que el desarrollo do las altas culturas est ig, mamente ligado a la inlensided de la interacelin de grupas humanos dive, 05, A més interaceién més densidad, mayor despliegue cultural. Junie mente, en esos puntos, Mosoamérica y Peri fue dande se levantaron las ali calturas. Pero la poblacién, al momento de la irrupeién hispano-lusitang, fen sit conjunto, estaba atemizada en los espacios amerieanos. Las enorme, cifras de Simpson, Borah y Cook parecen inaceptables, pues atribuyen a Méjico central 1a misma poblacién que tiene ahora, con su gigantesca dle rencia en técnica, indusirlalizaclin y urbanizacién. Se reeiben por Io eomiy las cifras de Ronsenblat, que evalia Ia poblacién total en unos trece mille: nes, algo superior al total de la peninsula ibérica al momento del descubsy miento. Y aproximadamente la misma, aunque con diversa composiién, aque tenfa América Latina al tiempo de Ia independencia, aunque es abvig con una red de interacciones extraordinariamente mAs intensa, Los mismos enunciades para Ia comprensién del mundo indigena, de proveniencia asidtiea y esporsdicamente polinesia, valen para el estudio de os aportes negtos africanos, importados por el tréfico esclavista hasta el sigle XIX, En vez de concentrarse en Ja zona del Pacifico, como los indios, estén sobre la zona Atlintiea, salvo algunos enclaves. El nivel tecnolégics, eully ral y politico de los negros era sensiblemente mayor que el de las poblacio nes indias sobre el Atléntico, aunque no sobre las altas culturas meso amerieanas 0 andinas. Aunque también, en relacién a éstas, en algunos aspectos estén més avanzados. Por ejemplo, ya estaben en la “edad del hierro", conoefan la rueda, etc. Bajo varias aspectos eran més “modernos Los negros se expanden on Afriea desde l soxto milenio antes de Cristo desde el sur del Sahara antes de su total desecacién, Vienen a América dog clnias fundamentales, que son més bien lingistieas: la sudanesa (yoruba y fon) y la bantd, proveniente mas del Congo y Angola. Esta iltima fue més Permeable a la cristianizacién. Con los sudaneses vinieron también musik ‘manes, Las culturas negras dependen primordialmente del centro motot egipcio. Cuando Ia expansién musulmana, en esa vastisima frontera entre el Aftica negra y el mundo hereber de Africa del Norte, que se extiende entre el Magred y el Sudén, muchos negros fueron islamlzados, Incluso muchos participan en las dos oleadas de almohades y almordvides sobre Espafa, tltimos empujes musulmanes en el gran ciclo de la Reconquista secular del mundo cristiano peninsular, y a cuyo término se inicia la aver ura americana. En América Latina el Tslamlento deja pocos rastras, ea tanto que pervive en Estados Unidos, Casius Clay no es una casualidad, tiene larga filiaién De modo general; puede decirse que, a pesar de miltiples variantes, a contextura religiosa africana, de los siglos XVI al XIX, legada a América no era esencialmente diferente, en sus motivos fundamentales, a los tipos cexistentes de formas religiosas paganas indias (salvo el caso peculiar y marginalizado, recesivo, del Islam), més alla de las modalidades de no 58 ees 2 ae oe ee eee ae forces cas & apa poe oe eae ee | See aes er reas re ene toa na ny ee eee ee ee eee En suma, traténdose aqul de un mareo histérieo general, no podemos’ alrar & particularizar. Pero seria absolutamente indispensable, para un ‘studio sistemético de las formas de la religiosidad popular (tanto las catéli as, como las predominantemente paganas) hacer-un-allas-histérieo, que siferenciaré-claramente-los-distintos-tipos-do-culturas-y-religiosidad.indige- fas y nogras africans. Do este- modo tondrfamos una_geografia_religiosa e los sustratos sobre los que se asiontan las formas de-religisidad-popular aciuales. De lo contrario, permaneceriamos en referencias demasiado genér\- as 0 en una anarquia-de.estudios,-qua-Impedirian toda-pastoral-concretay responsable. El CELAM podrfa impulsar una serie de investigaciones siste smiticas con estos fines. Prestaria asf un gran servicio, En cuanto al aporte hispanolusitano, que es en conjunto el predo ante, corresponde un anélisis aparte, Entremos pues en el tercer compo- rente bésico, 5. GENESIS MEDIEVAL 3 comin que se hable de “Iglesia” de modo abstracto, intemporal, lo que lleva a juicios faltos de toda realidad histOriea, Hay grandes diferencias fire la Tgiesia que evangeliza al Imperio Romano, la de los bérbaros ‘ermanos, la que llega “a América o la que se expande en Africa negra desde el siglo XIX. Es preciso no perder de vista Io concreto histérico, fochar y localizar a la Iglesia. Debemos asi ser conscientes de los rasgos do la iglesia hispanolusitana para percibir no sélo las bases de nuestra 59 _ cvangelizecin original, sino también los ragos principales de nuestras fgg mas de religiosided popular. ‘ “$> Aqui se nos presenta la diffcultad, ya evocada, de una ignorancia mig © menos generalizada de la historia medieval de Espaiia y Portugal, que q justamente la base para la comprensién de nuestra formacién original, especialmente de las formas de religiosided popular. Es el precio def arginalizacién histériea de Espaiia y Portugal desde la Independencia, 4 iniios del siglo XIX. Sahemos asi més del feudalismo francés que di} cspafol, de la Carta Magna inglesa que de las Partidas de Alfonso el Saba, de Descartes més que de la escoléstica renacentista y barroca hispanieg, ‘inseparable de nuestros origenes, ete., ete. Esto es un desfasaje propio de nuestros pafses dependientes, que pletden con facilidad su propio pasadg, imantados por sucesivas Iuces metropolitanas. Y con la Iglesia, se multihy ca la dificultad. No tonemos familiaridad con nuestres raices histticas, ppara esto se roquiere un esfuerzo a contramano de las vigencias. Claro, ly situecién admite distinlas gradaciones segiin los palses latinoamericanos, Veamos 1a configuracién fundamental de las formas de religiosidad que Ilegan a Amética en el siglo XVI. Los pueblos espatiol y porlugués se acuta, en rigor, durante el medio milenio anterior al descubrimiento de Amétia, n ese lapso se configura la idiosinerasia de los que Hlegan, surgen las lene guas nacionales, castellano. y_portugués, que so-harén nuestras, Lengua romances, es decir, vida-aelual dol latin.-Con_gran simplificaelén, podemos ‘decir que todo-comenz6 por el-Camino a Santiago de Compostela Alla por el siglo XI, con Sancho el Mayor, que iniela 1a europeizacién de los risticos reinos eristianos del Norte. Es la gran eclosion eristiana del mundo germénico-omano, principalmente a través de las érdenes de Cluny ¥ luego de Cister. Los afios mil son significatives pues sefialan el fin de la Cultura visigética: los monasteries dejan las reglas de San Istdoro y San | Leandro, y pasan a la benedictina. El rito moaérabe es sustituido por ¢ (0 latino y ol Antiguo Testamento es desplazado por el Nuevo. Las Igiesics de la peninsula adoptan las normas del Concilio de Letrén, tan decisive, Cluny enlaza directamente con el Papado, por encima de dependencies feudales y opiscopales. Hs ala ver la romanizaclén y la originalidad ger- ménica cristiana, A partir de ese momento puede hablarse-de la configura, {én de un nuevo mundo cristiano, que aleanza nuevas expresiones y eres ‘ones. Lo propiamente. medieval, Quizé sea conveniente recordar un estrato previo, de gran vigencia por siglos, de la evangelizacion de los bérbaros, relativo al gran impulso celta, que penetré a toda la gestaciéa do la eristiandad europea. Con los monjes inlandeses viene un “‘catolicismo penitencial”, segin lo designa Mirgeler, ‘Los monjes irlandeses heredan la tradieiéa oriental de Basilio, pero no 9& apartan del pueblo, sino que se insertan profndamente en el pueblo. Son Jos democratizadores de la “aseétiea” monéstica, Su cristianismo es’ rgo rista, con la moral de la ley, de gran raigambre veterotestamentaria, Ds hecho, 1a Penitoncia so conviette en lo fundamental, S6lo en nuestro tiempo 0 ge he revisado esa impronta, con. el- sentido del “sacramento. de-la_recon Shiacién”. Pero el mundo_germénico alearzaria su sintesis catdlica a partir (feClany, en wx “catolicismo do lo maravilloso’ ‘La.experiencia primordial de lo “‘sagrado” os la del Gumo pode?) Dios » Jo divino todopoderoso. Hn los gormanos osta experiencia se liga a su (ior guerrero. Las hierdfanias son manilestaeléa del poder de Dios. El frilagro continuo” que es Ia creaciin, desharda en multitud de milagros tan- fbles. Una Providencia divina alienta en todo agontecimiento, La Iglesia les Fevela que lo santo todopoderoso es la\Fadicalidad del Amory Pero Dios es un thismo inaccesible. Por tanto, las mediaciones son indispensables, para algo fils proporcionado con la creatura, con el hombre. Asi, Io supremo es el fiagro Evcaristico, Es la presencia de Cristo en la Eucaristia, Seré luego la faoracidn del Santisimo Sacramento, luego las procesianes de Corpus Christ Bi In presencia maravillosa y cotidiana de la encarnacién. Pero ella esté fodeada, envuelta, por la constelacién que forman Maria, Madre de Dios y fog santos. I culto de los santos comenzé por ser el culto de los mértives, En el tristianismo~primitivorlos-martires se elevaron a modelo de vida cristiana perfeeta, de patticipacién en la Pasion de Cristo. Pasada la época de las persecuciones, “‘martir” se extendié a toda forma de vida ejemplar, partici paciin de la vida de Cristo. Bn el mundo germénico, lo ejemplat se hizo fausa ejemplar, irradiacién aclual del Poder Amoroso de Dios. Y por ello nilagroso. Se produce Ia tendencia do convertir a los santos en taumatur gis. Es Cluny la quo da orden a la proliferacién de ese mundo de santos, Incorpora a Comunién de los Santos a la liturgls. Promueve los santos patronos de cada comunidad. Patrén significa modelo, defensor, intercesor [a comunicacién de Ia historia y la metahistoria se entrelaza en la eotidia. seidad del pueblo. Al punto que se introduce la misa de difuntos. Establece la gran solldaridad del Cuerpo Mistico, de 1a Tglesia visible e invisible, el elelo yla Uorra. ‘ransfiguca el ancestral culto de las antepasados en direceién {la Comunién de los Santos, a 1a unidad total de la historia de la human dad, profana y sagrada. Tan. inmediata es la presencia del poder de Dios, que se descibujan las “‘esusas segundas”, Llegard luego, con la modernidad, eberigir-a-las eatisay sogundas en tinicas, opacando @ Dios, convirtiéndolo fn algo semejante al “Dios ocioso” de los primitives, en un defsmo, o en ta presencia puramente subjetiva, ajena a toda manifestacién mundana, Tanto el culto de los. Santos como el de Maria. vienen_de-Bizancio. Se ‘nen. en_ el. segundo. Coneilio. de. Nicea,.que. dirime-Ia~‘querella” da” las imégenes”, on reacoién contra la iconoclastia monofista. Es bueno relener que Maria,-los-Santos-y_las_imégenes formarén_una_sola.constelacién. en, fu vicisitudes histérieas.-Toda iconoclastia ha afectado siempre a Mati. 4 Jos Santos ¢ incluso a la Cristologia, puos ha tendido siempre a_la ‘desencarnaciOn”-de-Cristo: La Tglesia distinguiré siempre, con firmeza, el callo de Tatria yet de dulia a _ También a Cluny, aunque més ain a Cser, quel sigue de era, gg Ja difisdadeL clo mariano, Ea ese medio milenlo previo al desea mlento de América, se exten el call marane en el Orcdeno europa Y de movo my protand en Espata y Portugal, Toma innumerabls exe Siones en himnas,anlifonas secundaria, responsorio, et. y prtepalmeg | las fetas de la Asuncion, la més antigua, y dela Inmactlada cong Clin. Es sintomatico que el primer posta en iogua castllana, Gonzalo Berceo, benedtino, haya esto vides de sane, tres ebras decades Virgen’ Maria: Loores de Nuestra Sera, Duco de la Virgen ened delg Pasi do st Hijo y Milagros, as! como poemas eligoss, marti gp San Lorenc, Bl saerlliio de ia Misa y los slgnos que aparecerdn deol Gel Juco. Toda esta conselacin slattiza ef esralo radial. de Muesag formas de religoslded poplar latinoamerleans. Este_universo medieval. germanoomano, tan estético y ltieo, esta pletérico de imagenes y canciones. Proliferan santuarios, romerias, festany Desde la iglesia, a través de los misierios, de los-autes sacramentales) vuelve el teatro. La fiesta incluye todo, desde la danza a la burla, Harfamey tuna omisién si no recordéramos que por el Camino de Santiago legé la poesia amorosa provenzal, que bajé en Espana y Portupal de las altag damas a pastoras y aldoanas. Del mundo gélico-portugués nacié la primera poesia lirica, las cantigas al amigo, de melancolia suave, con saudades qua se han transmitido a la poétiea popular brasilera, ‘También vale recordar que Cluny esta en los arigenes del reino de Portugal. [No ¢s necesario, en este mareo, seguir paso a paso el proceso religioss hispanoportugués y'sus formas populares. No basta en esie pantallezo de sus primeras configuraciones, tan persistentes. Por otra parte, no es nece: sario abundar con la posterior emergencia y difusién de las érdenes men dicantes, franciscanos y dominicos, que abren las 6rdenes terciarias laicas y el pueblo se organiza on inginidad de cofradias con fines de comuniéa cultural y obras de misericordia. Las representaciones de Cristo toman un acento mas dramético, més humano, se centran principalmente en la. pasién- EL espirita franciscano popular recrea las circunstanelas humildes de la familia. del Sefor, de su nacimiento en un pesebre, Los dominicos difundi ran el Rosario, que surgiera no por azar en las luehas contra el maniqueis ‘mo albigense. Los franciseanos, en el fragor de las. guerras contra los mi sulmanes, vuelven a poner énfasis on 1 misién pacifiea, como la planeaba el mallorquin Raimundo Lulio, Justamente, esa vocacién misionera, mesiént | ca, casi milenarisia, de Ios franciscanos dara amparo a Colén en el convento de la Rébida. Y_sordn las dos-érdenes-mendicantes, franciscanos y domink 0s, las que indicardn la evangelizacién en América Letina a 6, SINTESIS BARROCA {| encuentro. constituyente de. Amériea: Latina estuva.dominado-por una tensa dialéctica do conquista y evangclizacin, la ertz y la espada) Este reso milliple y contradictorio escapa a nuestro abordajé, cenirado en la feesis de 1as formas de la religiosidad popular, pues nos Hevaria una im- Enxble extension. Sélo nos limitomos a una referencia ala “lucha por la Justicla” que desplegaron desde un principio una pléyade de obispos y reli- Foss, desde Montesinos y Fray Bartolomé de las Casas hasta Vasco Quiro- Santo Toribio de Mogrovejo. Lucha que no fue por cierto inétil y que two profundos reflojos on la Legislacién Indiana, las mayoros experiencias se realizaron en las altas culturas indigenas o Mesoamérica y los Andes, donde luego de la etapa misional heroica tan la expansién de Ja catequesis en lenguas indigenas, con la mayor con. prensién de las culturas, como lo muestran Olmos, Sahagun, Accsta, ete, se pas6 a una etapa de asentamiento. Por otra parte, In evangelizacién se ligd lntimamente a To que hoy lamarfamos “promecién social” del indigena, desde Jos “pueblos hospitales” en Méjico, a las misiones franciscanas y Jesuits. Y serén las misiones jesultieas del Paraguay, las repiblicas eris- flaas de los guaranies, donde Ia evangelizscién aleanzaré plenitud en raaén do su unidad con una praxis social de justicia y participacin, El choquo do religion y culturas de niveles-tan distintas fue tan intenso, ‘que las religiones paganas se refugiaron en la clandestinidad, lo que suscité fandes-campafias para le-extirpaciin dela “idolatria, donde el teatro Tealizado por los propios indlos fue vehleulo pedagégico principal. A partir ie Felipe IT ya estaba todo consumado, y se pasaré a una segunda y larga lapa de asentamiento, sllencioso pero profundo, que_algunds~denominardn ‘erréneamente “Ia siesta colonial. Alli acaece la transeulturscién mas radi tal, all se gesta realmente 1a nueva Amériea Latina. Alli toman sus rostros 6 _ definidos nuestras formas de religiosidad popular. Ya entrado el siglo Xypp el asentamiento era-general....la-expresién més intima de esa fusién fuy | reslizada por el Barroco. De abi que para tantos, como por ejemplo yy ‘Lezama Lima, el Barroco es la primera gran expresién constituyente de jg novedosa emergencia hisiérica de América Latina Con el Barroco nace Amériea Latina. O sea, bajo ol Coneilio de ‘Trent EBes muesiro susrato orginal, la conjunciin de ls tres componente, Bj Barroco aport6 nuevas formas religiosa, pero sin derogar a las anteriorag Iedlevales. Se establece en continidad, Una eontinuidad conselente alg ‘nfatizads, pues las formas de religisidad popular modeveles habion sidy conlestadas. La primera eontostacton a las formas de religiosided popular vino del humanisto catslico renacentista,prinepalmente a través del Iraq tismo, eon su acento bibico y moraista. Fue una contestacin de él, burlona, pero no exenta do eordlalidad. La segunda gran contestacion a formas de religiosidad popular vino de 1a Reforma Protestant, all i con tran virulenela. Por esp, el Coneilio de Trento a la vex que ratifiea la valley Ge las formas traicionales de piedad popula, sdviere contra sus abusos y esviaciones, Ast, el Barroco trasciende y revitaliza al medievalismo popula, con nuevas formas de piedad provenientes de la modems", még misticas, més sontimentales, abriendo caminos do “intrioridad”. Hay’ coma ‘una “democratizaién” de la mistica. Es cuando Santa Teresa se eleve a modelo, en competencia con el espiritu épico sintetizado en el culto a Santia: 0, Sanls Rosa de Lima seré arquetipo de esa vida aseéties, misericordasa ¥ contemplative. EL_Barreco-Americana seri tanto.tna.afirmacion exhube: ante de la naturalezs, como de.su_vocacién scbrenatural, en movimieniay incesante, Implica-una rupiura con la geometria clésiea dal Renacimiettog ‘cn sus proporciones humanistas,y.se lanaa a la desmesura y el color, eon ‘eepiritu comprometdo, militante, propogandistcs, persuasivo, dramético y slorfcedar, deta. ereacién, de 1a Iglesia, y del Creador y' Salvador. ae pledad. mariana esta en su apageo, y es profundamente Trinitaria, A pesar 4e Ia prohbicin tridentina de reprosentar a la Trinidad, son numetoses las pinluras americanas de la Trinidad con Marfa, Cuando la vigencia de lag formas barrocas decae en el siglo XVITT en los sectores altos de la socieda todavia siguen expreséndose en el medio popular y ol brasilero Aleljadiaho ) aleanzaré sus més-draméticas-y originales expresiones 7, ILUSTRACION CATOLICA Y RESTAURACION ROMANTICA, No sélo existi6 en el siglo XVIII una “ustraeiéa' deista y materialist, acversa a la Iglesia, quo es 1a més importante y conocida, sino también Ia hhubo catélica. Ya Espafia y Portugal estaban en franca decadencia, y brill: ba la potencia emergente de la Inglaterra protestante, que impregneba ldeol6gicamente a Europa. Es el tiempo de las monarquiss absolutas, de los “4 geptasinstredos” y también de Ia méxima sujeién de ln Iglesia a Jos Sires del Estado. En Espata y Portugal compea un expla neolsio, Hotetgo dol Baroco. ste habia agotado su perido ereadar, eatba ex: ta As la Thstraciin Catéica tuo un inlento de “puesta’ al dia, de Heeaacién de TExpala y Portugal con hombres como Poibal, Felon, ‘Peels, el. Ha relacin & Jas Tornis de teisidad popular, a Unsta: Ui catlica fue adversa, Preferia la sobridad, era movalista ‘Ta larga eral del “janenismo” en Eepeie. Auque vale sear que ee "jens iso” poeo tenia que ver con el original, de Jansenio y de Port Royal, mis que so ligaba a fases pestriores, muy distintas, do Quesnel. Revind San las lenguas verndeulas, airman Ios Iglesias naclonaes, son eplscopali fap sliroranos, on estrcha dependencia con los pores del Esta, De fulmodo se meacla lo bueno y Io malo de modo tay estresha, Por eta fir, enol siglo XVIII, el Papado est on su moyor impotncia, marginal Fejeocoralao por las manarquss attics, que prelenden el viceriato ree" SP il antecedento de In Tustracin Cation os Erasmo, en cuanto procuraba or vlla a Tas fuentes evanglicas, Biblleas, pero ntendidas en sentido fraralizante.Incorporan la “historia sagrada"a la catoqesi. Torres Amat frafucrd Ia biblia al expaGol. Como el selo XVII significa también el fin de las gucrros de reign, la Istracién Caléica ya es mAs ecuménics, fies millante en relaclén al proestantismo. La telacn de Ia Tstracion Callie eve disolver el mister do la realidad, de lo sagrado, en étca, en poral del deber y la utidad, en eonvertir la Hfurgia en pedogogia. Por’ eso ship araig6 en las class alas, y Ia asistencia al culo fue en ellas nds de tmijeres barrocas qoo de varonesiustrados. La Thstracion Catdlic, aunque flantsplea, fuo ajena al pueblo. Todo para ol pucla, pero sin el puch ¢) “pueblo siguid en sts entgoos cauces sin relimontaién intelectual omens} elganyor esmn entre tltes'y puck que an no esd certo en Aims Latin La vigencia de 1a Husirecién Caidlica entre nosotros puede fijarse entre iH y 160 aproximadamente. Durante ese siglo acaecieron Jas refarmas botbinicas y las guerras.de la Indepondoncia. La mayoria de nuestro clero televante era “ilustrado”, lector de Febronio, de Van Espen, etc. Los Bor- bones reivindican a los eoncilios toledanos visigétieas, en direceién aun “galicanismo" a la espafiola. Qui24 de esa literatura haya surgido ol mote 4o “gods”, con nuova significacién, Los elementos anticlericales y ain anti- ristianos de esta Tustractén se fueron acentuando hacia su acaso, Recorde- ‘mos nombres como el del abate Pradt, Llorente, Villanueva, Dean Funes, Rivadavia, efe. Todos ellos tuvieron importancia en: la reivindicacién del Patronato Regio para las nuevas repdblicas, contra fa resistencia del Papado, El hecho a registrar. es quo.cn las\primoras, décadas-del siglo. XIX la Iglesia Catélica quedé desmantalada en toda América Latina. Quedé sin Ohispos, sir seminarios, dlezmada por las guerras dela Independencia y Gives. La Tlustraciin Catdliea persiguié a las érdenes teligiosas, y eontri- 6 5 Reisostua popular buyé ala destruccin instucional de la Iglesia Latinoamericana. Cir, algunos listrados como Bolivar pertbien que esto conribuia a la desan tulacién de nuestros pucblos, que Ia Iglesia era esencial para una taea dg. fecenstruccifn, y a0 volveron hecia Roma para faclitar la roorganizci dela Iglesia, £1 Papado entraba ahora drectamente en la escena de Ami a Latina, Nonea habia podidoestablecer anes relaiones inmedias Cong Tglesian loale latinoamericanas pues la monarguia expafola lo habia Ime pedo siempre. + En verdad no existe ain una literatura que estudie a fondo a 1a Tse, cién en América Latina desde Ia perspectiva eclesial. Las obras que conoaig padecen de una gran fala de discernimiento eritico. toda la Tustracig Catdliea es mala, o toda es excelente, 1o que configura dos ingemuidady ‘rréneas, esqueméticas y anacrénicas. Sorfa indisponsable penotrar més q fondo en ese periodo, tan capital en la historia de la Iglesia latinoamericang {¥ que tiene profundas consecuencias hasta nuestros dias A parti de la consumecién de la Independencia, comienza. una leg reconstrucclén de las Iglesias ltinoamericanas, Estas np estaban en cond clones, por sf mismas, de realizar esa recontrucein, dado el estado do pag tracién-en-qis€-encontrabaf, Solo el Papado podla emprender lan veda laren a. escala continental, cuando Jes Iglesias estén también alomizadap ‘en los nuevos Estados. Poco podian aportar nuestras Iglesias. para ell como al decir antiguo “de Roma vieue lo que a Roma va", vino la inevit ble “romanizacién” de-nuestras iglesias, Romaninacién, es cierto salvador 2 pesar-de-s-desarraiga- de ia-realdad lainoamerieana, Roma no_podit fengefar_sobre_nosotres, 10-que_los_caldieslalinoamericanos na sablan ensefiarle, Es el periodo de ln ésfauracién roméntica”; una especie dl eobarroco, Su eulminackin sera eC Concllo Valleano D'y el Cone La americano de Roma de 16) Ali no Se introducen eambios con relacién aI religiosdad popular, que prosigue en sus antiguos cauces tradicionales sn Tenovarse profundamente. Slo aparecen nuevas devociones, La presencia de Cristo es prinelpalmenie en el Sagrado Corauin. Se renuevan los congre 08 euearistios. Pero no hubo un gran arte roméntio, como el barrocy en a Iglesia, Més bien dria que la calequesis comenzi a separarse de lt artes, comerab a alslarse de la vida aristien de su contexte, de su puebl, Es que la Iglesia habla perdido gran parte de las Alites intelectuales 1 ‘artistieas Talinoamericanas,-eran los. tiempos de un liberalismo.antcleical, | del postivismo,-ete.-La-Igiesia-se-reorganizaba, so defendia, se manteni pero-no-tenfa-nueva-dinémica_crosdora. Quizé las dos cosas no_pudieran hhacerse-juntas. La formacién del clero en la neoescoléstica, entonces tam cconceptualista, era poco apta para penetrar a la religosidad popular. establecid una “‘coexistoncia pacifica” entre la religiosidad_popular_y_Ias| jucvas élites clericales, pero sin fecundacién mutua, Lo que significa us cempobrecimiento de ambos. a pesar del esfuerzo tan extraordinario.de re: onstruccidn del clero y-las-mevas-érdenee-religiosas que volvian. Se he sefalado que en Brasil, esta “romanizacién” que reafirmaba a la jerarqui, 66 que reslablecfa a les Iglesias, eoncentrS la vida eolesial en el clero, o que soc desgranarse prograsiva dela inmensa red de cofradias laicaes ie ffbian sido 1 trame de sobrevivencia de la Iglesia en los tiempos del desman ionta-insttuelonal-Qulzd-esta-eleviealizacién de Ia Iglesia fuera ineyila fhe, postive, dadas las condiciones existentes. Luogo, en nuestro siglo. bajo (Goss formas, vlver4 el leicado a tener-un tol mas patticipante, pero.eslo mineipalmenie desde sectores. medias urbanes,-sin-abarcar a. gran parte Fal pueblo. Quiza hoy, Ia emergencia de las comunidades de-baso. soa una fanoracioo, con of0s caracteres, do. la tradicién de las cofzadias en_vavios interesanles aspectos, Pero esta émergencia ain no-ha aleanzao, 1 remota- frunfe, la difusin que habian tenido las eofradias, Hs algo que. merece sdecuado estudio 'Bn resumen, la_restauracién roméntiea, un neobirroco_empobreeido, se establece en coniinuidad con of barroco, pero est4 lejos. de_suenergia readora, y su labor os mas de mantenimiento, La religiosidad_popular {eda en un inmovilisino, 8 DE VUELTA A LA CRISIS ACTUAL Estamos ya de retorno a nuestro punto de partida. Cerramos el efreulo Por tanto, no vamos a incurrir en repeticiones. Haremos sélo unas anota- jones finales. E1_Conciia Vaticano II inauguro un nuevo tiempo eclesial, eonmovié profindamente_a_lasIgiosias locales Iatinoamericanas, En el (Conclio-Vaticano-IT_se_asumi6, en-nuevo contexio, enlze otros elementos, Jo mejor de las relvindieaciones de la Reforma Protestante’y de La Ilustr iin Catélica.en un. proceso indispensable y alentador de. renovacién. Por ejemplo, la liturgia. en-lengua vernéeula, 0 el acento en la colegialidad episcopal. Pero su-modo de-ensamble en la vida eclesial es ya muy distinto al previsto por Febronfo o Quesnel, que sujetaban por esa via a la Iglesia bajo el poder de los Estedos. Sin embargo, paradéjicamente, esos elementos, or lasire histrico, se contaminaron de cierto antl-romanismo, por cierto frdgil y meramente episédico, que en la segunda etapa posconciliar ya esta aventado y sin destino, También so euostionaron.las_formas-de-religioidad popular. Hubo confusiones, por inrupeién de teologias-y- sociologias. secular antes. Pero Ta conmociin fue tan- grande, la-actitudieonoelasta. tan exten- dida, que Ta Iglesia fue removida en sus profundidades. Se deseneaden6-una inamiea vertiginosa_enlas_ Iglesias latinoamericanas, que-podian-haeee ahora. su propia. aventurereeftica, dada la soider-de-las bases romanas. que ahora las_sostenian,-No-es esto. lugar para-un-andlisis pormenorizado de este proceso, que es el. quo ostamos viviendo. Pero sf ya es. comprobable lan mievo_eambio: el pueblo latinoamerieano- yuelve~a~ocupar-Ia- escena, resurge de sus cenizas, & [No hay pueblo sin historia) Y_por eso, la reflexién nueva sobre Ia rel siodidad-popular nos impulsa a recuperar la-historia-de Ia Iglesia en_ Ams, ca Latina, La Tglesia de la resteuracién. roménticn fue abistéricn, la Iga sia latinoamericana de la primera etapa posconcliar también fue ahistrleg Pero sus, remociones reabrieron a i, Iglesia.a su historia, y-a lahistoria de ‘América Latina. As, la Iglesia Jatinoamericana se.eleva. ahora, por-primera | yet, hacia. su-propia-autoconciencia-istirica, de modo dinémico. Se. pone en condiciones de volver a ser protagonista 7 Envesta segunda etapa posconciliar, ya no se trata de repetir_nl al arroco-ni-a la restauracién romdntica, Es erftica respecto a los_simplis, ‘mos de 1a neo-lustracién, pero no puede ignorara la Ilustracién,_en_e sentido que antes hemos expuesto. Ya la hemos asimilado lo suficienle, ‘como para emprender la tarea de superarla, Ahora emerge-en_Amérlea [Latina una nueva conciencia histériea de la. Iglesia. como. Pueblo de Dios Una Iglesia que busea avanzsr nuevamente apoyéndose en sus ralces—pron fundas, populares, Ya comenzamos a renovarnes “desde dentro” y no solo “desde fuera’, Ahora la infeligencia teoléglea Tatinoamericana_redescubre su pueblo, y estén puostas las bases para una fecundaclon muta, ereadora y dinémica, ¥ esto con Ia mirada puosta en ol horizonte de nuestros graves problemas de industralizacién, urbanizacién, liberacién de los_oprimldos, Tucha por Ia justicin, impulso a las ciencias y a las téenicas, Seremos capa ‘ees de una nueva sintesis que transfigure a ia vez al Barroco y a la Tlustre Cy DISCUSION II P, POBLETE 2Cémo se presenta cl mestiao como personaje y protagonista central de fa religiosidad popular en el cual se ha asumido el mundo indigena que, a si ver, es clarficado 0 fecundado por Ia catequesis? Dr. METHOL FERRE Mi 4nimo fundamental es hacer un matco sin entrar en particularidades. Un remontar inicial, para dar el esquema més genético de las mezclas pairlareales y matriarcales de los mundos indigenas. Propongo como conveniente que el CELAM o alguna insttucién que im- pulse cl CELAM, haga un “atlas histérico-geogréfieo” de los distntos mun- os indigenas de Amériea Latina, porque no podemos hablar de uno solo: son mundos miltiples, aunque empareniados. Bn la historia lo que vale es 1 pecullaridad y no un mero cancepto genérieo. No est& hecho el estudio sistemétleo de cada zona de América Latina eon sus respeetivos sustratos jenas distintos, muy distintos. Hay muchos mundos, no los podemos unificar, y por supuesto, desearté {otalmente todo analisis concreto, porque eso no era Io que se soicitaba sino silo un marco general para ubicar los modos del Encuentro, Y un elemento que tiene que salir como una necesidad vital de esta reunién es el impulsar tales anilisis concretos. El estudio sistemitico, histérieo, geogrético de los istintos sustratos indigenas de América Latina, de sus estructuras rei- Bosas, sus custumbres, etc., etc, ¥ ver efmo en cada una de ellas se insert [a evangelizacién, Integrarlo ademés, con las zonas “negras”. EL mundo indigona esta fundamentalmente sobre el oeéano Pacifico, y el mundo de Ia influencia negra sobre el océano Atléntico: nordeste braslieto, el Caribe, y solo algin enclave en el Pacifico C)

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