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at Jae) |) Odd \ VS URN Des bo bs) Bec Pye P UCU ete Lm LLe 0) MUNDO rata po fae ee Tl ase R.13-579 4 A sumario PORTADA | s Elhombre y el nimero tacnrasroraiobe a 6 Qué es un ntimero? polar acne Hosa aan | te espeiista en espacosanaieo historido cone ee fh ls ener teas ls msl ee tetarofoa la noc de nmer- Ween een * Le n_ El nacimiento del numero Seen ae ee por Catherine Goldstein igi abajo teint Para ooo fase dat nan enc on actopoa 14 El teorema de Fermat 24 32 12. El nacimiento del nimero Tablila de contabilidad de raciones (Uruk, hacia 3000 ‘a.C). Marcas impresas en arcill a 24. {Existen los numeros infinitos? {Puede ser un nito mayor que otro? Tiene realidad el Infinito, 0 es una simple sficcion itil del caleulo, ‘como pensaba Leibniz? a7 54 Por Catherine Goldstein En 1995, Andrew Wiles consiguié que cediera tuna importante conjetura de las matematicas actuales, | Ia conjetura de / Shimura. Taniyama-Weil. zExisten los nimeros infinitos? por Hourya Sinaceur cTiene realidad el infinito, o es una simple «ficcién itil» del calculo, como pensaba Leibniz? David Hilbert, rigor y simplicidad por Hubert Reeves, Houya Sinaceur y Jean-Pierre Bourguignon Las investig del matematico aleman David Hilbert versaron sobre casi todas las ramas de las matematicas, en particular la teoria de nameros. Los numeros p-adicos por Daniel Barsky y Gilles Christol nes A principios del siglo xx, el matematico Kurt Hensel, invento los ndmeros p-idicos. ¢Qué designa este curioso vocablo? Imprevisibilidad de los numeros por Gragory J. Chaitin Las matematicas pasan por ser la encarnacién del rigor logico y de la exactitud. La intriga de los nimeros primos por Henri Cohen Los niimeros primos seran esta vez los ultimos que entraran en el paraiso del conocimiento matematico. Moco cennen/3 Todo lo que se puede conocer tiene tun ndmero, zPodria ser que ol ndimero fuese una realidad en ciarta manera superior, que no sdlo preexistiria ala escritura, sino también al hombre @ incluso a los elementos. 61. La doble Los turbocédigos se uitlizarén en las futuras misiones remotas de las agencias NASA Gnorteamericana) y ESA (europea. 72. Los eédigas correctores Uno de los digas binarios mas antiguos es sin duda el cconstituido. por los 64 hexagramas dol ¥i-King chino, 87. La primera cifra significativa La cifras significativas de los precios del petréleo, Mun Gienitica| 61 La doble correccién or Claude Berrou y colaboradores Dos pequerios cédigos combinados valen mas que | uno grande. 6s Los grandes numeros por Jean-Pilippe Bouchaud Los comportamientos erraticos a gran escala. 72 Los cédigos correctores por Gilles Lauchaud y Serge Viadut Actualmente, representar la informacion en forma de una sucesidn de niimeros se ha convertido en algo totalmente cortiente. 78 Calculo simbélico y automatizacion por Dominique Duval La informatica acometié Ia automatizacion de ‘operaciones matematicas mas abstractas s7 La primera cifra_ significativa por Ted Hill eAparecen las cifras del 1 al 9 con la misma probabilidad? 92 Ordenadores en busca de aritmética por Jean-Michel ntuller Debido a errores de redondeo, un ordenador potente es susceptible de dar un resultado completamente falso en cilculo de «coma flotante» 100 Los numeros, esencia de las cosas oO Fy 1-090%2. 70942 por Bernard d’Espagnat Como bien dicen los informaticos, vivimos en una época totalmente numérica, 104 Zoologia de los nimeros por Maurice Mashaal Los nimeros que han constituldo los matemiticos. 18 Buscar, jugar, encontrar por Elisabeth Busser, Francis Casio, les Cohen, Benoit Rittaud Toda una fauna se ha reunido aqui para jugar. hHReahoah hh GB hKGhR HR HK DO HG hR HH HOEK A A DBD ah eo obo Geka Director de arte sacha rehe Director de Publicidad Directors generals: Fxg, Distribucion: Yes, To 91 > Imprestonencuadernacion TDITORIAL [ Whundo Cientifice El hombre y el numero Desde el Antiguo Egipto, bastante antes que China,el atimero ha fascinado a los que piensan. Al pri n los aiimeros enteros, la medida de ipio © las eantidades simples, de las distancias, de Ia edad y del tiempo que pasa, y el registra de las rellas del cielo, Pero bien pronto hicieron su aparicién los turbadores ndmeras irracionales En la Grecia del lo Vila escuela pitagérica basaba su reflexién sobre los, ntimeros en un nuevo simbolismo que explicaba, como en China, todo el Uni verso, pasando por la misica y la estructura de las constelaciones. Un muigico, nacia la 0 9 mis tarde, con Séerates, enem 0 irreductible del pensamiento jente racional propiamente dicha, primer mi scuela de Alejandria, que conducirta, dos siglos mas tarde, al desarrollo de la Es con Euclides, Arquimedes y hasta Diotanto, ematicas oceidentales jo de las cifras Compas de espera, Durante siete siglos, las permurtecen estancadas. Los subios siguen pegados al ¢ ‘omanas y de Un los jerarcas de la ndo milagro tendrfa lugar a finales del siglo x1,en el sur Europa, sia tradueen los (ratados drabes inspirados en la tradicidn india. Siguen luego Fibonacci y Pacioli; mas tarde, la explosion conceptual del Renacimiento, seguida de Keplér, Descartes, Fermat, Leib- nitz, Newton, A pesar de los reproches de Descartes, ¢ incluso en ét mismo, el pensamien- to racional y el pensa niento magico permanecen mezclados, pero el prime- Jamorosa, que, en el siglo xvii, termina por invadir todo el ambito siguiente, Galois descubr (go inventa?) el concepto de grupo y Cantor la teoria de los conjuntos, Bl z00 de los ntimeros y de las tearias al, que trastorna las condiciones se enriquece de manera casi exponen Otro inform: y lus posibilidades del eaiteulo, Los dmbitos de exploracién matematica contintian diversifiedndose y haciéndose mis complejos. hasta el punto de que ya no basta con ser un matemiitico profesional para comprender lé en los multiples sectores de su propia disciplina, El ntimero, ademits, es explotade por Ins administractones y las empresas para afirmar su poder, y, en el mismo seno de In comunidad los mateméticos, comtinia suseitando interrogantes, Ios mismos que ya se formutaban los fldsofo {Podria ser que el ndmero fuese una realidad en cierta manera superior, que no sélo preesistiria a la eseritura, sino también al hombre € incluso dQuées un numero? Christian Houzel Especialista en espacios analiticos e historiador de las matemiaticas, Christian Houzel nos relata las multiples metamorfosis de la nocién de numero, desde los primeros sistemas de contar de los sumerios hasta las ultimas especies numéricas inventadas por los matemiaticos. La vieja pregunta es: écabe definir un numero? Mundo Cientifico: 2&s posible iden- tificar historicamente el momento en que emerge la nocién abstracta de numero? Christian Houzel: Si, tenemos esta suerte. En la antigua Mesopotamia, los sumetios disponian de notaciones di letentes sean que se tratara de obje- tos que se podfan contar uno a uno, co. molas eabezas de ganado, de medidas de volumen para liquids, para grano, y asi sucesivamente. ¥ Iuego, hacia fi- nales del ITT milenio, los escribas su- ‘merios inventaron un sistema destina doa aplicarse a cualquier cosa susceptible de ser contada. Aqui es donde vemos formarse nniimero abstracio en la notacisn escri= ta. Los sumerios unificaron todus las notaciones existentes en base sesenta, éPor qué sesenta? Este miimero viene de uno de los sis temas metroldgicos anteriores, en el que los multiplicadores, para pasar de tuna unidad al grupo de la eseata sw perior, eran alternativamente seis y diez. Se procedié pues a una reagra pacién, Los babilonios heredaron es- ta notacién en base sesenta, que nos- otros hemos heredado también en ‘nuestra manera de contar las horas, los minutos y los segundos. éConocian los babilonios los nd- meros racionales? No,como tampoco los egipeios. Es ver dad que ambos disponfan de cierias formas de tracciones Pero fraeciones de pumerador 1. Con su sistema de ba sesesenta,los babilonios eseriban de la ‘misma manera lo que hoy son las cifras que van después de Ia coma, El clavo vertical que designaba ta unidad lo mis- elconcepto de 8/1hso Coabes mo podia designar sesenta unidades (que una seseniava parte Las fracciones. peins son toques ve~ ‘cesse conoee como «cuantésimos=:an teun problema como el de repartir na racién entre varios obreros, cuando ef Fesultado no es exacto, las partes frac- cionarias se expresaban como combi- fnaciones de fraceiones de tipo un cuat- oyun octavo, un eatorceavo, ete. Sélo en el siglo xix se funds la nocién de numero real de un modo puramente aritmético, Prescindiendo de la geometria Hubo que esperar pues ala Grecia antigua para que aparecieran los racionales... En realidad tampoco se puede decit esto, porque para los mateméticos ariegos los unieos nimeros identifica dos como tales eran los enteros, Fue In cescucla pilagbrica, no sabemos exac- en qué época, 1o mas tarde cen el siglo V antes de nuestra era, la que descubrié realmente la irraciona Tidad de ciertas razones de magnitt des. En particular,la diagonal Grado guarda una velacién irracional lament con el lado, lo cual signifien que este no puede ser igual al de dos niimeros enteros Pero ante el proble- ‘ma planteado los griegos no inventa- ron up nuevo tipo de niimeros sino tuna teoria de las proporeiones entre magoiludes geométricas completa mente independiente de Jos mtimeros fibro V de lementos de Euelides: na teorin que permite manefar proporciones en- tre magnitudes geométricas, as ‘magnitudes nunea se consideran como ‘medidas por mimeros. Por tanto, no se Puede decir que 12 existe en la mate imatica griegs. Lo que existe son m nitudes zeométricas y cocientes entre magnitudes geométricas, que no nece- sariamente son racionales, CTampoco = era un nimero? No. Enel libro xit de los Elementos de Euclides hay una proposicidn que dice Que el drea de un efrculo es proporcio- nna al cuadradlo dol radio del eel. Se puede pues concebir,en el marca dela eometria griega, el co Eslo que se encuentra en el es ente entre el fea delete y el cuadrado del radio, Es lo que llamarfamos 2, Pero este ti po de razén no se contempla como un objeto matematico, Se trata de relacio- nes entre magnitudes. Aungue Arqut ‘medes calcul6 una aproximacidn de todavia no babi admero 7 en la ma: temitica grey éPero fue en la Grecia clasica donde surgi la primera reflexion sobre la identidad del numero? Indudablemente, pero no sabemos cuindo ni cémo. El primer texto mate imiltico que poseemos, estos famosos Elementos de Euclides, datan del 300 antes de nuestra era, una fecha ya tar dia respecto a a Grecia clisiea, No co. rnocemos con exactitud la génesis de las concepeiones que alls expresan, Eu clides define un numero como una ‘multiplicidad de unidades, siendo la tunidad un concepto primitive no deft niido, que ya estd ahi. ¥ en virtud de la ®AAfAARR Ber RA RARAARAHAANANRAARAAARAA AA RA ARA FR AAP VvUUUUUUUUUUUYMUUUVvueveuseuewe 2 las proporciones, la geom to de las mateméticas. Cuando E meros, en sus libros VIL,VIIL y XIX, iclides trata la teorfa de m segmentos, lo que le permite razonar sobre niimeros no especificados, abs- tractos, Ni siquiera dice si se trata de rimero y nedio de u iento. Y aplica Cuando Arquimedes calcula su aproximacién de 7, ésigue tratan dose, para él, de expresar una ra- 26n geométrica, no numérica? Pe- ro entonces, Zcudndo se opera la fusién entre las dos concepciones? Se hace muy tarde, hacia fines d Newton y Leibniz, al término de una duracién. Tiene su origen en Ia bes, que introdujeron el concepto én, Ecuacién sion a fundamental de ecuai en el sentido de exp un pr blema. En la intencisn de sus fundadores, sencialmente al Khawarizmi 0 1x, un cierto ro de problemas m: os podian ‘presarse en forma canSnica: lo que hoy Hlamarfamos ecuacidn de segundo grado, Estaba la incégnita, que al Kha wariami lamaba fa cosa, y luego el suadrado de | n) —porqui ste tipo todo a problemas de reparto de herencia Una ecuaci6n era pues una relacién que combinaba la inedgnita, su cua drado ¥ un niimero, Se trataba de ha lar la incégnita, Pero esta dlgebra se utiliz6 también, desde el principio, pa a resolver problemas de tipo numé ico en un contexto geométrico, para ca, Después de lo cual los matemsti- cos arabes desarrollaron un céleculo d polinomios, introdujeron otras po tencias, el cubo, la cuarta potencia, ¢ incluso poteneias negativas. Pero de ita pendiendo del problema la inc podia ser una m: tun niimero, Esto indujo una reaccién ‘en sentido contrario:los érabes se die ‘on cuenta de que podian trat modo calculatorio las propias magni pretaron a deun tudes geométricas, Reinte Ja manera aritmética el libro X de Elementos de Euclides, que presen taba toda una teorfa sobre la clasfi nde las magnitudes irracionales {que se encuentran en las construce nes geométricas. Luego, a partir del siglo x1 jaron cileulos aproximados e los algebristas arabes efec cin decimal con cifras detrés de la conta, unos céleulos muy elaborados con raices de orden cualquiera Pero todavia en el siglo XVII, cuan- do Pascal escribio: «La geometria no puede definir los numeros, el movimiento ni el espacio», 2consi- deraba que por un lado habia los, HISTORIA [ue ean nimaro7] ndmeros y por el otro lo que lla- maba «espacio», es decir, lo que Hamamos hoy «geometriay? Indudablemente. La matemética eu ropea vivid hasta el siglo xvn sobre esta teoria de las proporciones eucl- deas. Por lo demés,sélo en este época se adoptaron los nimeros decimales con cifras después de la coma, que pa saron a ser de uso corriente en los cél- culos astron6micos. También a princi- pios del Togaritmos, lo cual indicaba ya una es pecie de concepcién de un continuo numérico, pero aparecieron por razo- nes pric lpano teérico por Newton y Leibri quienes al fundar el eélculo diferencial ¢ integral impusieron esta concepcién XVit_ se inventaron_ los santes de ser aceptados en del continua numérico analizado por medio de nimeros. Las razones que uelides consideraba entre magnitudes geométricas se habfan conve! altimo en nuimeros, ese a lo cual ni siquiera entonces se formulé realmente el concepto de numero real? No, se consideraba necesaria todavia una base geométrica, Newton conside~ ral ndimero como ut cantidades homogéneas de misma na- turaleza, Concebia las razone tricas como niimeros, pero esta con- cepeién se basaba todavia en la ometria, Muy poco a poco, ya en el siglo xix,se fue advirtiendo que se po- dfan fundar los ntimeros reales en con- sideraciones puramente aritméticas, prescindiendo de la geometria. El pri- mero en tener la idea fue Bolzano, un fildsofo matematico checo, perosu ten- tativa no culmin6. El primero en reali- zar las construcciones aritméticas de ido por raz6n entre des los niimeros reales fue Dedekind en 1858, al que luego Cantor en 1872 Se puede considerar que a partir de entonces, a fines del siglo x0x, ‘quedaba establecido el concepto de nuimero tal como lo conocemos y practicamos hoy en dia? Si, pero con matices ligados a la natu- las distintos tipos de ieron W irass y leza atribuida nimeros, Habia en particular los n= ‘meros imaginatios ycomplejos,que era ngcesario usar para estudiar los ente- jnarios aparecer por primera ver.en un libro de algebra de Girolamo Cardano, un matemstico del norte de Halia,en el siglo Xvi. Pero ‘6 partido, El primer texto en el que vemos realmente en aceidn aes. tos alimeras es un poco posterior. Es de otto italiano, Bombelien 1572, Se trata simplemente de raices cuadradas de niimeros 1 ativos, Hay una regla de signos conocida desde hace mucho tiempo que dice que si se multiplic: ds por mis, 0 menos por menos, se mis, Por tanto, un cus drado de un niimero en sentido ordi nario es necesariamente positivo, Bom: desarrollo, aritmético de la teorfa de los irraciona- les, que tiene su origen en el dlgebra rabe. Bombelli le da mayor extension; belli se enmarcaba Fragmento de un Cédice det siglo XIV que representa a las siete Actos Liberales bictecs Amorcoana de dice haber descubierto un nuevo tipo de irracional, le da unas reglas de cf culo y demuestra que dichos ntimeros para estudiar Ia ecuacl tercer grado, Era una especia de edlew son titi lo formal, que no era en absoluto in- terpretable geométricamente. Masta de, en el siglo XVUl, Albert Girard en 1629 y luego René ron que una ecuacién algebraica tiene Descartes enunc! antas raices, o soluciones, como gra- dos. Una ecuacién de segundo grado tiene dos rafces, una de tere tres, ete. En su Geometria de 1637, apéndice del famoso Discurso def mé= ssqué ). Imaginacio, decir, que cabe imaginar un nimero de soluciones igual al grado, Cabe imagi- arlos, es decir, representarlos por le sas, ya que se esté en el marco de un Algebra literal, y manipularlos como si fueran niimeros, aunque a los ojos de Girard y Descartes no lo fuesen real mente, Los consideraban como meros intermediaries formales del céleulo muy ditiles porque permitian tratar de tun modo general los problemas de al gebra, Sin ellos era preciso distinguir ran cantidad de casos. Albert Girard lo dice explicitamente:se los introduce para disponer de reglas 2Y cémo se pasé a la nocién de nd. ‘mero complejo? Se empezé demostran ‘odo, Descartes,como Girard an trodujo el 0 en el siglo XVIII que estos imaginarios, estos in termediarios formales —pues no se sabia muy bien qué eran— eran uti lizables para el edleulo integra Pero entonces ya no se podia decir simplemente que eran meros objetos formales, puesto que habia que eseri- bir, por ejemplo, el logaritmo de un imaginario, Habia que tratar pretar qué podian ser. En la practica, el mimero imaginario interven siempre en un par de niimeros reales Es este par lo que llamamos niimero complejo, Un ntimero complejo com prende una cantidad real, digamos p, yootra cantidad tiplicada por ¥-1. La tiniea interven- cidn de la imposibilidad es Ia intro- duceién de Y-1. Fueron los nit ccomplejos los que permitieron a dA. lembert, en 1746, emprender la de damental del algebra, D’Alember precisé atin el cual una ecuacién tiene tantas rafees como grados demostrando que inter llamado teorema fun: ‘enunciado de Descartes s Ins taices imaginarias introducidas por el filésofo-matemético son todas, dela forma p +q-.-1-L ign completa se debe n Gauss (1799). EPor qué los nimeros complejos son indispensables para estudiar los ntimeros enteros? demostra Eleaso tipico es el del timo teorema de Fermat, un contemporaineo de Pas. cal, demostrada hace s6lo cinco atios (véase el articulo de Catherine Golds- tein en este niimero). Elteorema dice {que cuando n es un entero mayor que 2 no hay enteros positivos a,b yc que verifiquen la ecuacién at + b*= ¢'. El caso més simple es que una suma de dos cubos no puede ser un cubo. Aho- rabien,este caso ya exige la interven cién de ntimeros complejos. La suma de dos cubos puede descomponerse cen Factores. x°+ 9" y. El cociente es x°- xy + y* Esta for mula puede volver a factorizarse, pe ro hay que usar nimeros complejos, divisible por x + pues se obtiene una ecuacién de s indo grado que no tiene raices rei ‘Aparecen aqut las tres raices ct de la unidad, Como demostré Para el gran matematico aleman Leopold Kronecker, la nica realidad eran los nuimeros enteros; el resto era el resultado de construcciones Euler en el siglo Xvut también es ne cesariointroducir nimeros complejos para estudiar la sucesidn de los nti meros primos.Todavia hoy,uuno de los remiti- cas consiste en saber cémo estan dis- tribuidos los ntimeros primos en a su cesién de los enteros. Estos nimeros aparecen de manera inesperada. Sa- bemos que son cada vez menos nu problemas contrales de la merosos a medida que se avanza en la sucesidn de los enteros, pero no lo gramos determinar la regla que presi de su apaticién, El primer teorema que dio una informacion sobre el mo- do como estos niimeros se van ha ciendo cada vez menos numerosos fue dada hace un siglo, en 18%, inde pendientemente por el francés Hada mard y el belga La Vallée-Poussin. Pa ra obtenerlo, hubo que utilizar las propiedades analiticas de una cierta funeidn, la llamada funcidn zeta de Riemann, que ya habfa sido introdu- cida por Buler en et siglo Xvi y que Nose puede decir, por tanto, que un nimero imaginario tenga menos realidad que un nlimero entero. No. Pero de todos modos subsisten puntos de vista diferentes sobre el ‘ngimeros complejos, srado de realidad de los distintos ti pos de nimeros. Estas divergencias vienen de lejos. La matemética clisi ca, de la Antigdedad a principios del iglo XIX, tenia una base ontoldgica, (que era situada en d segtin los matematicos. Para Euclides, los objetos matematicos eran proba. blemente ideas platonicas. En la filo- sofia de Platén, las ideas son las ver- daderas realidades y lo que nos rodea rno es més que un reflejo de las verda eras realidades. Para los fil6sofos de la Hustracién como d'Alembert, los bjetos matemiticos eran considera- dos mids bien como poseedores de una base empirica,como abstracciones sa cadas del mundo sensible, del mundo fisico que nos rodea. Pero en cual- tintos lugares quier caso habia siempre una base on- toldgica. Esta tendid a disolverse cuando en el siglo pasado se descu brié Ia existencia de geom ceuclideas, Hay varias geometrias po: sibles y ningiin medio para decidir si tuna es més real que otra, Desde aque~ lla época, por tanto, para la mayoria de los mateméticos el lugar de la ver- dad de las matemétioas laidea de una base ontold realidad subyacente, que en la cohe- rencia de la econstruccidn. Pero depende de los autores. Para Kronec: kker, uno de los grandes te6ricos de los rmimeros en e] siglo XIX, la nica rea- lidad eran los niimeros enteros. Todo el resto era resultado de construccio- ti menos en ica,de una to realizadas por los matemiticos. Ineluso hoy, para un matemstico co- mo René Thom la tinica realidad es el continuo, y por tanto los numeros re- ales, Para él los n”imeros enteros vie nen en ar, pues estan sa cados del continuo. Es el punto de vista inverso al de Kronecker. Estos posicionamientos tienen siempre una ‘carga ideol6gica ligada a la trayecto- ria del matematico, Alexander Gro- thendieck, geémetra como Thom pe- ro de otra tendencia, fundo ta geometria algebraica sobre bases completamente distintas, donde los inimeros reales carecen de verdadero Iugar, No lo digo para minimizar el punto de vista de Thom, que es muy interesante, Bs verdad que no se pue~ ar los ntimeros enteros ha~ ciendo abstraccién del continuo. Cuando se cuenta se cuenta en el tiempo y hay necesariamente un con- tinuo en alguna parte ECusl es la aportacién de la teoria de conjuntos a la identidad de los, numeros? ‘Yon Neuman dio una definicién, que sin embargo no puede satisfacer aun te6rico de los nlimeros La definicion tiene en cuenta los nuimeros ordina- les, no sélo los ordinates usuales sino también los ordinales transfinitos, que ceuentan los conjuntos infinitos, y lue- 0 los cardinales, que son unos ordi- rales esp sas alld de lo finito y transfinito los ordinales son muy es- peciales, hay muchisimos que el mismo cardinal, la situa pletamente diferente. En cualquier caso, se trata de niimeros en el senti do disereto del término; sirven para contar. Los niimeros reales no tienen cabida aqui. Los ntimeros de la teria de niimeros tampoco son exactamen- te los mismos, pues trabajamos con niimeros racionales irracionales,irra- ionales complejos...y ain otros irra: cionales recientemente introducidos, como los llamados nimeros p-édicos. Los niimeros p-dicos son unos nue vyosirracionales inventados para com pletar los racionales usuales. Tienen ‘ata no propiedades de proxi- rmidad como los reales (se pasa de los racionales a los reales llenando agu- jeros) sino de divisibilidad por los ni rmeros primos Es otra manera de lle- nar agujeros, una magnifica idea (véase el articulo de Daniel Barsky y Gilles Christol en este nimero). éSe enriqueceré todavia mas el z00 de las especies numéricas? Sin duda alguna. Hay unos nuevos ni ‘meros, muy interesantes,lamados su rreales, que han sido inventados por el inglés John Conway. Conway partié de Ia idea que tuvo Dedekind para HISTORIA” [ZQué es un ndmero? La «Perla fi ss6fica~ de Gregor Reisch (Freiburg, 1503). La aritmética alegérica arbitra en favor del cdlculo por cifras construir los mimeros reales. Para De~ equivale infinidad de ctdngulos de Indos ente- a raiz de esta cuestidn sobre Fermat advirtié que en cambio no ha- in cubo que fuera suma di dos cubos o ninguna cuarta potencia {que fuera suma de dos cuartas poten- cias. Por lo demas, la idea de esta ge neralizacién no era nueva, El caso de bos, por lo menos, era famoso ya entre los matemiticos de lengua firabe. El médico y gran cientifico Avi- cena lo menciona incluso en el siglo x’ en un tratado de filosofia.® Para su autor, el teorema, lejos de ser un fin en si mismo, no era sino un ejemplo que permitia ilustrar la potencia del método Para Fermat, este tipo de enunciados no tenian un interés aislado; forma- ban parte de un programa y estaban destinados a ilustrar la potencia de tun método. Las Ariméticas de Dio- fanto, en efecto, aparecen en nume- rosas biblio del Re- nhacimiento como una reserva de tests destinada a probar la efile gebra,elaborada en los patses iskim cos, que los mati les empezaban entonces a asimilar y desarrollar, Las condiciones sobre miimeros desconocidos que alli se en cuentran se traducen fécilment a del dl fticos occidenta- ciones algebraicas. Competian arias maneras de tratar las ecuacio- nes e incluso varios simbolismos; ca- da autor alababa las ventajas tedricas prtieticas de los suyos Pero [as manipulaciones alget dependen poco, y en esto consiste su generalidad, del cardcter particular de los nuimeros sobre los que se ejer- co dijo haber utilizado para los expo- cen, [gual valen los ndimeros enteros _nentes3 y 4 (sélo disponemos de pis- que los irracionales y las notaciones tas para el caso de 4), Lejos de sor un no distinguen unos de otros. Fermat fin en si mismo, el que serfa el teore: ‘queria sacar partido de la potenciade ma mais famoso de Fermat no parecia estas téenicas y ala vex garantizar la para su autor otra cosa que un ejem- especificidad de la teoria de los mi- plo de su programa, que no fue pro- ‘meros,que para Fermat era la teoria —_seguid tal cual, Pero los enunciados de los enteros. Utilizé atalfinun mé- de Fermat (con la excepeidn que sa- todo Hamado de descenso infinito, hemos) serfan demostrados antes del que consistia en crear.a partir de una siglo XIX integrados a otras preecu= solucién entera de un problema,otra _paciones. Asi ocurri6, por ejemplo, solucién formada por enteros estric- con la representacidn de los nmeros tamente mas pequefios, por mediode como sumas de cuadrados y de po- transfermaciones algebraicas. tencias diversas!” Fuc este método el qu: elmatemiti- En aquella época, dos siglos después Principios de demostraci6én Teorema d coeur de Shimura Tanja ‘arash curaselipicas (semisabes) cura elpieas € Fepresenaciones represenaciba de Galois ) e Galois rmodiares | | Este esquera resume, en su estado actual os principios de la demostracién del toorema de Fermat.En 1986, K.Riber demostré que el teorema de Fer- mac deriva dela conjetura de Shimura-Taniyama-Weil (STW) para la curva liptica de ecuacion y! = x(x - 2°)(x + b'). Los nlimeros enteros a,b yn (n> 2) son las que intervienen en la relacin 2° + b' =e", abjeto del teorema de Fer- mat Ribet demostré que de existir dichos nameros enteros la correspon dente curva eliptica violaria Ia conjetura STW; por tanto, si ésta es verdadera, dichos nimeros no existen y el enunciado de Fermat es verdadero. La corje- tura STW predice la existencia de una correspondencia precisa entre el con- junto de las curvas elipticas y el conjunto de ls funciones o cformasy llama- das modulares. En 1993 Wiles dio un esquema de demostractén de la cconjetura STW para el caso de las llamadas curvas elipticas semiestables, caso particular que basta para establecer el principio de Fermat, Su método con- slste en establecer una correspondencia entre unos objetos matemiticos asociados alas curvas elipticas (las erepresentaciones de Galois elipicas») y tunos objetos asociados a las formas modulares (las urepresentaciones de Ga lois madulares»).Para ello, Wiles se basa en los trabajos de numerasisimos mateméticos contemporineos. de la lectura por Fermat de las Ari. méticas, la tearia de niimeros se transforms eseneialmente, a la vez cen su temética y en su estatuto, Dejé de ser marginal y empez6 a ocupar tun lugar privilegiado en las universi ddades alemanas, Enteros ciclotémicos. Fue parcial ‘mente responsable de este viraje una autonomla creciente de los profeso. {que contrastaba por ejemplo con el caso de la Escuela politéeniea de Francia, donde la presién de los inge- nieros orientaba las investigaciones hacia disciplinas mas directamente aplicadas! Apareci6 una nueva linea de investigaci6n: Ia extensién 0 la aadaptacién de las propiedades de los, enteros usuales —tales como su fac- torizacién en producto de nimeras primos o su representacidn ma de determinadas potencias— 108, Algunos fe- menos relativos alos enteros usta les podian comprenderse mejor am= pliando el campo de trabajo, En este ‘marco hay que ubicarlos importantes articulos que Kummer dedic6 al te rema de Fermat eatre los afios 1847 y 1857, que le valieron un premio de la Academia de ciencias de Pacis, fotras clases de iim El gran hallazgo de Kummer consistié en introducir unos nuevos «ntimeros ideales» en los cuales vuelven a descomponerse los enteras ciclotémicos Kummer, que llegacia a ser una de tas grandes autoridades de la Universi- dad de Berlin, se interesaba entonces, por los niimeros que actualmente denominan enteros ciclotimicos trata de nimeros enteros formados por sumas de enteros usuales y de ra ices enésimas de 1, siendo estas GIti- ‘mas los ntimeros complejos que satis focen { verifica {* = 1. Pertenecen a ‘esta categoria los wentoros de Gauss miimeros de ta forma @ + ib, donde a yb son enteros e é= vel, Los enteros de Gauss son ciclotimicos, pues i es tuna aie euatta de la unidad: (i = 1), Uno de los objetivos de Kumme! continuador de CF. Gauss 0 C.GiJ, Jacobi, consistia aco Ceres? HISTORIA | Eiteorema de Format | en poner de manifiesto feyes de reci- = cos(2nlp) + i sen(2nip)). Para _zacién proporcionada por los nimeros procidad entre niimeros primos. La quien esté interesado en las distintas _ideales, fue capaz de demostrar el teo- ms simple de estas leyes afirma que _tentativas de demostrarelteoremade _rema de Fermat para todos los expo- sip y q son dos nlimeros primos dis- Fermat hay quedecir que Kummerno _nentes p que verificaban determinadas tintos, de los cuales al menos uno es fue el primerc en utilizar los nimeros condiciones técnicas ligadas a la es igual a 4m + 1, (como 5,13, 17,etc,), _ complejosa titulo auxiliar. Lamé yAu- _tructuras de los enteros ciclot6micos y entonces pes un cuadrado salvo un gustin Cauchy legaron incluso a abor-_de sus ndmeros ideales. En particular, miltiplo de q exactamente cuando g —_darel problema, aproximadamente en Kummer verifies la condicién para to es un cuadrado salvo un maltiplo de la misma época, por medio de estas _dos los nmeros primos inferiores a p. Este tipo de leyes tienen interés mismas rafees p-ésimas de la unidad. 100, excepto tres (37,99 y 67). prictico —el céleulo de cuadrades Pero Kummer, basiindase en el cono- Estas condiciones sobre p fueron mo: salvo multiplos enteros intervien por ejemplo, en problemas de actist cay te6rica, ya que establecen Ins relaciones entre los nimeros primas, elementos de construccién de los nd- meros enteras. Se sabia ya que los en- teros de Gauss proporcionaban un marco adecuado para discutir algunas de estas leyes, por lo que Kummer emprendié un estudio de los enteros ciclotémicos generales para acceder a potencias distintas de los cuadrados. Sus trabajos y los archives con ellos relacionados han sido prolijamente analizados por el historindor estadou ridense Harold Edwards" cimiento general de los enteras ciclo- difieadas més tarde, al precio de im témicos y en In unicidad de Ia factori-_portantes trabajos teéricos que tam: El trabajo de Wiles se basa en resultados publicados en mas de sesenta articulos y libros que datan de hace menos de treinta ahos Los enteros ciclotémicos tienen mu- chas propiedades en comtin con los centeros usuales. Se suman y multipli can entre sfe incluso se descomponen en producto de enteros cielotémicos La demostracion del teorema de Fermat pasa por la demostracién de indescomponibles, que desempefian la conjetura de Shimura-Taniyama-Weil, que a su vez hace intervenir unas tun papel andlogo a los ntimeros pri curvas llamadas elipticas. Es posible detinir una asuma» entre los puntos mos de Ia aritmética usual, Despu de dicha curva. La figura muestra el ejemplo de la curva eliptica € de de realizar cAlculos extensivos, Kum- | ecuacién y'=°-x + 1/4, Pertenece a € el punto de coordenadas racionales mer constaté sin embargo que esta | P= (0, 1/2), lamado aqul simplemente 1 (por 1.P). La tangente en dicho descomposieién no era en general punta vuelve a cortar la curva en el punto llamado -2. Su simétrico con nica, contrariamente al caso ordina- respecto al eje Ox es, por definicién, el resultado de sumar P+ Py rio. Su gran hallazgo fue Ia introdue- se representa aqui por 2 (por 2P). Mas generalmente, la suma P, +P> de cidn de unos nuevos nimeros, lama- {os puntos distintos se define asi: se prolonga la secante que une Picon dos «ntimeros ideales», en los cuales P2.y se toma el simétrico del tercer punto de interseccion de la curva vyuelven a descomponerse los ntime~ con esta secante. El cero de esta suma es el punto del infinito llamado Ow. ros ciclotémicos, y la recuperacién, Se han irdicado en el esquema los primeros maltiplos (2P. 3P, 4P, etc) por esta via, de la unicidad de la des {del punto P anterlormente definido, Se puede demostrar que todos compasicién, La posibilidad de apl los puntos de coordenadas racionales de la curva son miitiplos de P. Hay car estas nuevas ideas al problema de tres puntos Q no nulos que verifican 2Q = 0, aquellos para los cuales y Fermat procede de las descomposicisn es nuloy xes solucion de x’ -x-+ 1/4 = 0. Se trata de los tres puntos a +b" =(a+b) (a+Xb) (a+0b)...(a+ | de interseccion de E con el eje Ox (en rojo). Con el punto Om forman wb), donde £ 2 Les una raiz.compleja el conjurto E[2] mencionado en el articulo. (Tomado de R. Hartshorne, eésima de la unidad, es deci, un iii Algebraic geometry, Springer, 1977) ‘mero que verifica t= 1 (por ejemplo, |__ a = > ign tacittaron su verifcacién mu tante de fos cuales, que desempena De una conjetura a a otra. Supon- 4 mérica los ordenadores extendieron un papel fundamental en sus argu- _gamos qu Ete sea falso,es decir que > GTeampo de los exponentes acesi- meno tiene menos de diez afos. La existan enters positvos a,b y co 4 bles Hasta los itis aos este en-impresionante lista de personas cu-_nulos que cumplana?+ b= paraun foque siguid siendo fundamental para cexplorar concretamente nuevos ex- ponentes. Es curioso que Kummer ‘considerara el teorema de Fermat co- mo una «curiosidad» (sic), mientras que las leyes de reciprocidad le pare- cian el pingeulo de la teorfa de nime- ros. La exploracién de estas timas,y yos resultados ha utilizado directa ‘mente o le han servido de inspiracién barca decenas de especalistas de to- do el mundo. Por supuesto, semejan- te movilizacién técnica no tenia por Uinieo objetivo probar el teorema de Fermat, aunque las conexiones con este tiltimo fueran al final un acicate ‘nimero primo p mayor 0 igual a 2 ‘Consideremos entonces la curva pla- na E, de ecuacin (en xe y, elegidas como coordenadas del plano) y*=.x¢x sat) (x + bt) =.0 + (ba) (ab)'x Esta curvaes una curva eliptica cuyos coeficientes estin definidos a partir de la ecuacién de Fermat. Se demues- . , ‘més generalmente la transferencia de —_—individual. Como hemos dicho al tra entonces que su existencia es in- 9 _lsspropedadesaritmsicasaditintos principio, te que Wiles explics en ju- compatible con In conetura de Shi- campos mucho més generales que los nio de 1993 fue una estrategia para mura-Tanfyama-Weil. En otros wm _entetos cictotémicos, constituyen to- _probar un caso importante de la Ua- _t€rminos, el establecimiento de esta Gavia un campo de investigacién muy mada conjetura de Shimura-Taniya- ultima implica que la curva asociada a » activo cuyas ramificaciones se han ma-Weilque llamaremo: de ahora en __dichos coeficientes no puede exist y > ultipicado (teoriaalgebraica de ni- adelante StW para abreviar (véase el que por tantoel teorema de Fermat es 4» eros y cuerpos de funciones,teorfa _recuadro ePrincipios de demostra- verdadero. Un argumento similar per- - K, estructuras algebraicas, légica, etc.) cién»), Esta conjetura se remonta a mitiria tratar gran cantidad de situa- 2 los afios 1960 y predice entre ciertas cones anslogas a Ia de Fermat. Por ~~ Movilizacién. Pero aunque el paisa: curvas definidas por una ecuacién de _ejemplo,se demuestra también que la a je aritmético de finales del siglo xx tercer grado, las «curvas elipticas» y _ecuaciOn a+ 1Tb"= ccarece de solu- ~~ “ha heredado algunos rasgos institu- unas funciones especificas, amadas _ciones enteras no nulas para p * 17, a cionales y matematicos de Ia teoria _«modulares», una relacién ansloga a asf como otros resultados del mismo ~ de niimeros alemana del siglo ante- la del citculo con las furciones eircu-_ tipo. Esta relacidn entre la conjetura a rior,otros son mucho més recientes, _lares,coseno.o seno. Volveremos ala STW y la ecuacién de Fermat no se = Asi, Wiles cita en su trabajo mas de conjetura y al trabajo de Wiles pero _debe a Wiles; las curvas E,, fueron es- 4 —_ssentaartculosy bros dehace me- _expicaemos en primer lugar e6mo _tuindas en os afos 1970 por Y. He- ros de treinta aflos, una parte impor- implica el teorema de Farmat egouarch, entonces en la Universi FUNCIONES MODULARES La conjetura de Shimura-Taniyama-weil ‘establece una correspondencia entre curvas elipticas y funciones modulares», Las funciones modulares g de «nivel» N estan caracterizadas por ciertas pro- ppledades de invariancia. Debe verificarse {9(2) = gl2) para todo ndmero complejo 2. donde 2° = (az + bjigz + d), y ello para fenteros a, b, gd tales que ad - bg = 1 y tales que g sea un miltiplo de N. La figura ‘muestra el plano complejo de z; la zona amarilla representa el «dominio fun- damentals de las funciones modulares de nivel N= 1, Cada regién delimitada se deduce de este dominio llamado «1» por ‘una transformacién especial de tipo z—(az ‘+ bylgz +d), con ad-bg=1.Por ejemplo et ‘dominio T se obtiene por traslacién de 1 (es decir, 2» 2 1), €1 dominio S, por z-+ = 1/2, TS por 2 Iz, ete. Agotando todas las transformaciones se recubriria todo el semiplano superior. Dado que las funciones modulares de nivel N= 1 son invariantes por estas transformaciones, estan ‘completamente determinadas por sus valores en la regién 1, Para los demas valores del nivel N hay menos transformaciones. permitidas (pues N ha de ser un divisor de g) y la funcién queda determinada por sus valores en una reunidn finita de dichas regiones llamada xdominio fundamental» del conjunto de transformaciones. Para N = 2, este dominio comprende tres regiones (por ejemplo 1,5 y ST") para N= 4, seis regiones; para N =p primo, p+ 1 regiones. seo consent HISTORIA | Eiteorema de Fermat) dad de Besancon.” G. Frey, de la Uni- versidad de Sarrebruck, las devolvié a un primer plano al sugerir que estas curvas no verificaban la conjetura STW." La prueba completa, en modo alguno evidente, esté ligada a otras conjeturas y a los trabajos de J.P Se- rre, del Collége de France. La de- mostracién del vinculo entre la conje~ tura STW y la conjetura de Fermat fue {dada en 1986 por K. Ribet, en la Uni- versidad de California, en Berkeley, lo que le valié el premio Fermat de 1989, concedido por Ia Universidad Paul-Sabatier de Toulouse.” Las recientes aproximaciones al teorema estaban marcadas por una fuerte interacci6n entre teoria de numeros y geometria algebraica No es paradéjico sustituir una conje- tura aparentemente imposible de pro- bar (en este caso el «tearema» de Fer- ‘mat) por otra, ta de Shimura-Taniyama- ‘Weil, mas «fuerte» y por tanto en prin- cipio mas dificil de domostrar. En ‘mer lugar, los especialistas tenfan ma- yor confianza en la conjetura stW, ‘conectada a otros muchos resultados de las mateméticas, que en un teore- ma aislado como el de Fermat, por fa ‘moso que fuera, ‘Ademds, el cardcter muy téenico de la conjetura STW constituye una baza, ya {que suministra de entrada unas herra- ‘mientas con que trabajar. Las recientes aproximaciones al eorema de Fermat tienen en mayor © menor grado este cardcter técnico,"” Tambien estén mat- ccadas por la fuerte interaccién entre teorfa de niimeros y geometria alge- braica que caracteriza algunos temas aritméticos, sobre todo desde los afios 1960. La «geometria» en cuestidn fue desarrollada en los trabajos de A. Gro- thendieck (medalla Fields 1966) y de sus sucesores Al precio del despliegue de nuevos instrumentos,dicha geome Ufa es eapaz de captar los dominios donde se definen sus abjetos familia. res,curvas, superficies y las generaliza- ciones de éstas, y tratarlas uniforme- mente. Existe asi una geometria «aritmética»,que permite trabajar con los enteros, mientras que la geomettia 1/taco Canes Representacién de Galois La ecuacién 2! = I tiene cinco soluciones, entre las cuales figura la solucién racional z= |. otras cuatro raices son el nimero complejo { = exp (2/5) = cos(2m/5) + i sen(27/5) y sus potencias (2, {', ue corresponden a los Angulos 47/5, 67/5 y Br5, respectivamente. Existen a priori 120 permuta- ciones posibles entre estas cinco raices, pero muchas menos que respeten sus relaciones algebraicas.Para tales permutaciones, 2 = | es necesariamen- ‘te flo y las otras cuatro raices deben ser permutadas entre siademis,el efec- {0 de la permutacién sobre { de- termina ef de las otras raices por ‘levacién a a correspondiente po- tencia. Quedan séle, por tanto,cua- tro posibilidades, segtin que { que- de fjo 0 sea transformado en (,<) © (Por ejemplo, si ¢ se transforma en @ se obtiene la permutacién (Madea =E CE), La arepresentacién de Galois» ind ‘aria, para cada transformacién a- gebraica, la permutacion corres- pondiente a su accién sobre las ‘aices.La conjugacién compleja,por ejemplo, cambia {en € Este efecto puede codificarse simplemente mediante un niimero comprendido entre | YA que es la potencia en fa que queda transformado {la representacion de Galois es la familia constituida por estos cédigos. El caso de las curvas eliptcas y de las representaciones de Galois asociadas. + idéntica, con los puntos de E{n] sustiuyendo las raices dea unidad. La d- ferencia estriba en que hace falta entonces un cuadro de cuatro nimeros pa- ra codificar cada transformacion, cldsica privilegia los nimeros reales 0. —eventualmente con la ayuda de un complejos.Lo veremos con mayor cla- cambio de variables— poner en la for: ridad al examinar la conjetura stwyla ma: (1) y° <1 +apx° + age + dg donde demostracién sugerida por Wiles para a, y ag son ndmeros racionales. La ‘una amplia familia de curvas elipticas _exigencia de que la eurva sea lisa im- (que incluyen las paraddjicas curvas pone una cierta condicidn sobre los E,)-Hay tres protagonists en esta his-_coeficientes; para las curvas Ep esta toria: las curvas elipticas las formas (o _eondividn es precisamente que los ni- funciones) modulares y las representa- _ meros a,b, Sean no nulos. Un punto iones de Galois. Tal era por lo demas _P del plano esta sobre la curva E site eltitulo, sugestivo pero equivoco,de lane por coordenadas dos niimeros (re- conferencia de Wilesen el coloquio de ales o complejos) xe y que cumplen la Cambridge de junio de 1993 donde _relacién (1). Las curvas elipticas, pro present6 su trabajo por primera vez. _jamente estudiadas, intervienen en La relaci6n entre las dos primeras es __contextos tan variados como el eéleu objeto de la conjetura stw, mientras lo de Ia Jongitud de un arco de elipse ‘que las representaciones de Galois,cri-__ —y de ahi su nombre—o la criptogra sol donde se comparan curvas y fun- fia (la ciencia de la codificacién). ciones, constituyen un instrumento El rasgo més caracteristco de las cur- crucial de las demostraciones. vas elipticas y el més itl, es la posibi- lidad de definir una suma entre sus ‘Suma de puntos. Empecemos pues puntos (véase recuadro «Suma de pun- ppor las curvas elipticas, al menos por tos de una curva eliptica>). Este nota- aquellas que aqui nos conciemnen, Se ble fenémeno tiene su origen en a la trata de curvas planas E lisas (es decir, mada «construccién de secantes y sin nudos ni picos) definidas por una tangentesw:siP, y Py son dos puntos de ecuaciGn en.xe y de terver gradocon una curva, I recta secante que pasa coeficientes racionales que podemos por ambos corta en general a la curva ARRRARRRARRRRPARARA RAR ARARRARARRRRRARARARARKRRARADPL cnotro punto P3,Asimismo, la tangen- tealacurvaen un punto P la vuelve a cortaren un nuevo punto P’. La curva es simétrica con respecto al eje de abscisas y se define simplemen. teel opuesto de un punto P (0 -P) co: ‘mo el simétrico de P con respecto adi cho eje. La suma de dos puntos distintos P, y P,P, + Py se define co- mol opuesto (esto esl simétrico con respecto al eje Ox) del punto P3; por consiguiente, tres puntos de la curva tienen una suma nula cuando estén ali- neados. Se define también la suma de ddos puntos coincidentes P + P.llamada 2P,como el opuesto de P”.Es fécilcal- cular las coordenadas de la suma de dos puntos (iguales o distintos) a par- tir de las coordenadas de los puntos. Para evitar excepciones (en particular, la tangente en un punto, ies vertical, no corta la curva) se aflade a los pun- tos de la curva un punto en el infinito, cl punto de fuga de las verticales. Di- cho punto hace las veces de «cero» pa rala suma y lo lamaremos 0 0, Aunque hace intervenir objetos geométricos 0 analiticos, la conjetura STW expresa un comportamiento aritmético Esta «suma» de puntos tiene propie ddades inesperadas: se pueden sumar Jos puntos en cualquier orden y agru parlos arbitrariamente para efectuar la suma paso a paso. En otras palabras, los puntos de E tienen una estructura de grupo conmutativo, Contrariamente a la suma usual de en- teros sin embargo, un muiltplo (no nu Jo) de un punto puede ser nulo.Asi,los puntos de la curva situados sobre el eje Ox son sus propios simétricas; verifi- ‘can pues P = -P,es decir, P = 0. Hay tres puntos de esta clase; sus abscisas x son las tres soluciones de 0 =.x°+ azx? + aye + a, El conjunto de estos tres puntos y del punto Ox» se llama tradi cionalmente B[2] ;esestable por la su- ma: la suma de dos de tales puntos, et ‘puesto de uno de ellos pertenecen, también a E2] (fig. 4), Parametrizacién de una curva. Mas generalmente,cabe definir para la cur- va unas subestructuras finitas Ef] for- madas por puntos tales que nP=P+P un aspecto particular, con ventajas tot P(nveces) =0;{n] contiene n-I _propias,y Wiles las utiliza todas, Men elementos, a los que se afiade el punto cionemos aguf tres, La primera es la O,py también esestable bajo la suma, mas simple de enunciar, la segunda se Obviamente, a mayoria de los puntos _presta bien a enunciados explicitos y de Eno pertenecen a ningunode estos la tercera,en la que intervienen las re- subeonjuntos Bln]. Pero éstosjuegan _presentaciones de Galois es el punto un papel importante, ya que el estudio de partida del trabajo de Wiles. de algunas de sus simetrias bastan pa- En su forma mAs simple, la conjetura ra reconstruir casi toda la curvaelipti- STW predice que los puntos de una ca, Como veremos éste es el camino _curvaeliptica cuya ecuacién contenga, que toma Wiles para abordar la de coeficientes racionales pueden ser pa- mostraci6n, rametrizados por funciones modula- Pasemos ahora al segundo ingrediente res. En otras palabras, las eoordena- fundamental las nciones modulares. das (xy) de un punto P de la curva se Como ya hemos di- cho, estas funciones tienen rasgos en co smuin con las funcio- nes seno y coseno. La funcion cost: esta definida pa- ra todo ndme- 0 complejo tyes regular (por ejem- plo, des- arrollable cen serie de potencias| deny perisdl ca de periodo. 1. Las funciones modulares g admiten también desarrollos en series, peroso- (donde g y h lo estén definidas en la mitad superior son funciones modulares de «nivel» N del plano complejo,es decir,parar=1 bien determinado. # ily, con 150 (véase recuadro eFun- Esta relacién es més sutil de lo que pa- ciones modulares»); en cambio, sus rece, En efecto, siempre es posible pa- propiedades de periodicidad son més rametrizarlos puntos de una curva pla- fuertes. En el cnso mas simple, deben na lisa, definida por una ecuacién de riffear, para un entero N> I fijado _tereer grado de coeficientes complejos, llamado «nivel» de la funci6n: g((a+ mediante funciones periddicas Pero el By (yt +8)) = g(e) para todos losente- hecho de que aqué convengan funcio- ros<,8,%,5—con y divisible por N— nes modulares est ligado al hecho de tales que aff aque los coeficientes de In ecuacin Paraw=B= 8=1yy=Oseencuen+ son racionalcs Pese a hacer interenit traporejemplola periodcidad Lig(¢+ _objetos geometricos (las curvas epi D=st. cas) 0 analitioos (las funciones modu- A finales de los aos 1950, el mate-_lares),lacoajetura Stw expresa, pues, riético japonés Yutaka Taniyama ha- un eomportamiento aritmético. fa vislumbrado una relacidn entre ta- les funcionesy fs eurvas lpi La tercera protagonista, Las fan relacién que fve precisada, estrctu-_ciones fy g dependen de Ins coorde- rada ydifindida en lacominidad ma- _nndas elegidas para represeatar Ia temitica de los fos 1960 gracisava- curva y es interesante disponer de rios trabajos, en particular las del una formulacin més cémoda para japonés Goro Shimura y el francés las verificaciones; esta segunda for- ‘André Weil. Hay varias formulacio- _mulacién es una version diferencial nes de laconjetira de Shimura-Tani- de la anterior. Afirma que cabe aso- yama-Weil. Cada una pone énfasisen ciara la curva E una serie: Maso Conrco/t! HISTORIA] El teorema de Fermat rales y, reefprocament nejor un grupo compli tind: comprender ado i olo como un grupo de simetrias tonces mds bien de representacione del grupo. Consideremos,por ejemplo, D. Cabe inter po de determi- imetrias del cubo, Basta para lo designar cada una de las dia tras A, B,C, D y suponer que cada permutacion nde a uni rransformacién geométrica del cubo. Por ejemplo, In pormutacién que transforma A en B,B en C,Cen A, y deja invariante D corresponde a una rotacién espacial de éngulo 27/3 en torno a represemtacin de S, e1 de el grupo 8, cuatro letras A, B, pretado como rales del cubo con Ins a recta D. Se obtiene asf una tes dimensiones, Grupo de Galois absoluto. El grupo mportante para nosotros es el lama. upo de Galois absoluto, conjun to de las permutaciones de nim mplejos so lucién de ecuaciones polinémicas de ¥ cocticientes enteros) que conservan algebraicos (niimeros Superficies en 4 D asociadas con las ecuaciones de Format N N= 4, Center for Innovative Computer Applications: «Project Fermat Images (www. cica.indiana.edu/projects/Fermat/images.htmD s entre ellos. Por ejemplo, un nt =e + eet + definida mimero es igual a0 paraN< 100 N mero fraccionario. x = min (con m y n el semiplano complejo superi = 12 (en otros términos, no hay for- 1 enteros) verifica Ia ecuaciGn mx — fon costicientes cj enteros talque lamas modulares adecuadas para estos = 0 y el grupo de Galois slo puede {oema diferencialf()drseainvariante valores N), que vale 1 paraN= 11, permutarlocon un niimero que sats bajo las mismas transformaciones,li- 14, 19,..,que vale 2 para N = 37, ete a siempre esta relacién, es decir das al entero N,que antes. Estas se- Elo permite precisar un poco por qué conel propio x:todos los nimmeros ra. Tiessellaman formas modulares deni- la conjetura Stw implica el teorema _cionales permanecen inalterados be, "el Na terminologia exacta, que de Fermat. Las curvaselipticas E,,de jo permutaciones del grupo de G, Poco nos importa aqut, es «forma existiry verificarlaconjetura stW,de- lois. Otro ejemplo: el nilmers 1 Modular parabslica de peso 2 y nivel berian tener como nivel N de las for- _solucién de la ecuacidn x" 2-2-0 delasericfesigual ap menosel née mosalpequRosubconjuntoE,[p] de Ll gears te Galo dsoluto es er tidos entre Oy p-1 tales que el el nivel N de las funciones formas progiedadeonaheelee a nea ir de yi -# at age ag sea un modulares necesarias puede reducie- _ susrepresentaciones es un importer iiltiplo de pel nivel N se e partir d se hasta 2. Pero, como acabamos de te tema le investigacién. Es posible cuaeiGn de la curva. Por decir, no hay forma adecuada para el definirreprese sjemplo, para ta curva y'=."-x+1y nivel 2,de donde Ia contradiccion en- Galois esociadas a una curv P= 5, hay sels pares (xy) de esta clax tre la existencia de las curvas Ep y lay también representaciones d que son (0,1),(0,2).(1,1),(1,2),(2, _conjetura STW. Nuestra tercera for- po de Galois asociadas a una forme ps(2.2). Elcosticiente ¢yde la forma mulacién dela conjeturaSTW permite modular. La conjetura St preve. co, / asociada es, por tanto, 3 Por otra parte, todas introducir tas terceras protagonistas mo es de esperar, que ambas deben lares de nivel N com Ins anteriores se Galois (véase recuadro, pég. 22). En En lotocante alas formas modulares, btienen como combinacién lineal de muchas ramas de las mateméticas yde la definicion exacta dela represen un numero finito calculable de ellas la fisica, es habitual estudiar un espa- _ciones de Galois es demasiado téeni fambién se puede demostrar que este cio a partir de sus simetrias estructu- ca para que podamos darla aqut, Di, ‘gamos simplemente que cada permu- tacién del grupo de Galois da lugar a tuna «simetria> que puede describirse cen forma de matriz (una tabla) 2 * 2: para alguna de estas permutaciones, a suma de dos elementos diagenales dela correspondiente matriz es un co- cficiente cp del desarrollo de la forma modular Dejando aparte la aventura humana que representa, el teorema de Fermat es también un espectacular reflejo del estado actual de la aritmética En las formas elipticas, son los con- juntos finitos En] quienes sirven de recepticulo para las representaciones, Recordemos que un punto P(x,y) esta en Ef] sie y satisfacen la ecuacién (1) de la curva y si nP = 0, lo cual se traduce en ecuaciones polinémicas en- tesus coordenadas. Una permutacién del grupo de Galois sobre las coorde- nnadas xe ylas transforma en ntimeros, ue satisfacen las mismas relaciones, y por tanto en otro punto P’ de E[n].No. Sabemos reconstruir Ia curva eliptica E a partir de una sola de estas repre sentaciones.No obstante, un resultado ‘mas general, conjeturado por el nor twamericano J. Tate y demostrado por Faltings en 1982 dentro de un marco mucho mas general, establece que basta el conocimiento de las repre sentaciones E(k], E[(],Elf',etc.(pa- ra un aiimero primo k convenient), Esta informacién puede agruparse en tuna sola representacidn del grupo de Galois llamada k-idiea,en un espacio {que engloba la torre de Tos E[k']. La cconjetura STW equivale entonces a de- cir que esta representacién coincide con una representacién «modular». Ultimos pasos. in Ios afos 1980 se dlisponfa ya de estos ingredients, pe- ro lograr constuir, para toda eurva eliptiea F, 1a forma o la representa- cién modvlar correspondiente — demostrar que la serie 0 representa- cin de que se dispone naturalmente son madislares—pareeta algo inacee- sibje Esto fue precisimente lo que se propuso consceuir Wiles para todas Ins curvas elpticas E llamadas «se~ miestables», aquellas para las cuales elnivel N que debe asocidrseles no es divisible por ningdin cuadrado. El punto de partida de Wiles fue el miimero & = 3. Gracias a los trabajos del estadounidense J. Langlands," completados por su compatriota J. ‘Tunnell en 1981," sabfamos construir tuna representacién modular que coincide con la representacidn de Ga lois sobre E[3]. Pero pareciamos to- davia muy lejos del objetivo, porque ‘era preciso establecer la conjetura stw de una representacion que coi cidiera también con las de E[9), E(27], E[81]etc. Wiles uiliz6 a tal fin una te~ ria algebraica de las «deformacio- nes» de las representaciones de Ga- lois desarrallada por el japonés H. Hida, el estadounidense B, Mazur y el franeés J. Tilouine durante el wltimo decenio***#' Wiles construy6 una representacidn de Galois «universal» sobre un nuevo espacio que contiene tanto las representaciones modulares como las que proceden de las curvas elipticas, En 1993, en una primera vyersiGn desu trabajo, Wiles habia tra- tado de realizar un célculo explicito ‘de la eventual diferencia entre los dos tipos de representaciones;el proyec- to, muy complicado, no pudo levarse 1a buen puerto y durante unos meses se creyG incluso que habia una lagu- na definitiva en la prueba, En otoao de 1994,con la ayuda de RichardTay- lor, ensefiante investigador del Insti- tuto Newton de Cambridge (GB), Wiles logré establecer un teorema de estructura mds fino para estas defor- maciones"” que le permitié no te- ret que recurrir a construcciones ex- plicitas y completar la demostracisn de un modo totalmente satisfactorio. ‘Andrew Wiles ha sido galardonado con numerosos premios: ademas del premio Fermat, el premio Schock Prize in Mathematics de la Academia real de ciencias de Suecia y una me- dalla especial del congreso inter- nacional de mateméticos de Berlin en 1998 (al tener Wiles un poco més de cuarenta afios no podfa recibir la fa- mosa medalla Fields). Dejando apar- te la aventura humana —que el bri- ante trabajo de Wiles encarna perfectamente— el teorema de Fer- ‘mat constituye también un especta~ cular reflejo del estado actual de la aritmética. La conjetura st ejempli fica muy bien un conjunto de conje~ tras que inervan todas las matemé= ticas. Esti ligada, entre otras cosas, al programa de Langlands que busca re lacionar, a través de sus representa ciones, objetos geométricos (aqui cur- vas elipticns) y funciones especiales (como las funciones modulares), Desde 1995, se han hecho importan- tes progresos en torno a la conjetura sstWen general (para otros niveles N) yen otras situaciones ligadas al pro- grama de Langlands, La demostra- cidn del teorema de Fermat no ha si- do pues el punto final de la teoria de mimeros.st ‘CATHERINE GOLDSTEIN «eg Se nest (ulin dl CARS y Waban abratoo de ate free y oma gerade a Usersced de Pts, Ha metgago earns dels cures they atunente eden als toro del feore de nimere ne Ozedarteosamo (0) 1a ew ie 2 8.21, 1948. (eh tad os, BR, 93, 197. (Be, clea in threo oma ts foun ov Sonor, 8, [ei Bon Mennene Sebi Soo mianyoF oie Contry Mthamat, Bette 18 peed en Hc ers "ealgoonch, CR Aca Pay 273, Sie | (hese A, i Sea, Math, 11,1986 (Glicr se, bute hem, 4, 173 187 (GLA Rt or hy 100, 31,1890, y A, oe Se Tob 5, 1950. (ho) outer im, Sorat 9419877088. (1 argon don Mth stud 36, rican Umessy a, 1980 (02) tone Bu, AUS 5,173, 08 (S3)H. ts oon, 85,345, 1868 (69) 8. halos Coup oe Oo Matha Se a, 1 sarge Vg, 1988 TS) Mazury J Tide, Pub S71, 1 thee, ss of e722, 108. Fin} atpary kes, Aono eas, 791.853, Col err sab dunes ste desc, B88 SC hemo enon opr ag feconsianase 88 ‘Piereconeatintiqn, rut 37 | i cose mowers pte cane Sad | Tis Fam: Cn Spe Shorea cipoetorecaT pige, | ise sg tte Theor tn apse of anon senge Rb Moduler elit Cunes and Fermat's ast Theoreme, 1993, casete de eo rt 014 disponible en a American Mathematical | Socety, 70 Bor 590, Boston, MA02205, UL. "iHelagouieh, tation aux tmathématiques do Feat, Yes, Nason, 1987 S, singh, Le Dee Theorbme de Ferma, 1986, 1 Coals, Andradas, Cuatrcients aos en toro alo teorama de Fermat Complutense, Mal, 1888 Maso Coates 2s HISTORIA | Mundo Genco | Hourya Sinaceur 4Existen los meros infinitos? cTiene realidad el infinito, o es una simple aficcin util» del cdlculo, como pensaba Leibniz? La teoria de conjuntos ha definido y cuantificado rigurosamente esta noci6n. No obstante, dos tendencias filosdficas persisten entre los matematicos: la que consiste en hacer un uso esencial del infinito y la que prefiere prescindir de él, esde siempre, la cuestion del infinito es Ia que mds ha atormentado fa sensibitidad de los hombres; fa idea de infinito, la que mas ha solicitado y fe cundado su inteligencia; es ef concepio de infinito es el més necesitado de di ucidacién.» ast se expresaba, en 1925, David Hilbert, uno de los mas grandes miatemiticos de todos los tiempos (ve: ase clarticulo de Hourya Sinaceury Je an-Pierre Bourguignon en el presente niimero). Hoy en dia, no se pueden considerar zanjadas todas las cuest nes, ni siquiera las puramente mat ticas, suscitadas por el infinito, Una de las principales caracteristicas de este ‘concepto es el hecho de haber atrave- sado toda la historia de las matemsti- cas, desde sus origenes hasta los des- arrollos més actuales. En el siglo tercero antes de Cristo, el matematico sriego Arquimedes dedies un largo tra bajo.a contabilizar los granos de arena que Henan la superficie de la Tierra Como la totalidad de los granos de are na era inagotable y la enumeracién i acabable, Arquimedes llegé a la con= clusion de que la suc ntimeros enteros no tenfa fin y podta set prolongada hasta el infinite. El infinito se presentaba asi por su lax do aritmético, haciéndose patente al matemiitico deseoso de contar més alld de los miimeros familiares. Este aspec- to atitmético del infinito apareeis tar~ famente, Elinfinito ‘manifestado muy pronto bajo otras for- ‘mas Los pitagoricos (siglo xt a.C.),Ze- 1nGn de Elea (siglo v a.C.), Eudoxo de Cnido (principios del siglo tv a.C,) y dn de los encfecto,se habia Euclides, por no citar sino unos pocos nombres embleméticos, ya lo habian experimentado, El infinito aparecia, por ejemplo, cuando se inteataba asignar un nimero a cualquier mag~ nitud fisica 0 geométrica, Los pitags- ricos, al tratar de determinar median- te un mimero (entero o racional) el ccociente entre la longitud de la diago- nal y a del lado, supuesto igual a 1,de tun cuadrado, descubrieron que estas dos magnitudes eran ineonmensura bles (Io que, en términos modernos, equivate a afirmar que la raiz cuadea. da de 2¢s irracional) Aristételes admitia la necesidad de pensar el infinito, pero negaba a esta nocién toda existencia fisica 0 matematica El infinito aparecta también al pensar jtud continua es divisible hhasta el infinito. Asi oeurvia en las pa- radojas, como la de la liebre y la tortu- 2a, con las que Zenén pretendia d mostrar que el movimiento era imposible: para aleanzar un punto, un ‘mévil iene que recorrer primero la mi- tad de la distancia, pero antes la mitad de la mitad y asf sueesivamente divie diendo el camino hasta el infinito. O% ilustracién de infinito la dio Arquit des al mostrar eémo medit un arco de pardbola aproximéindolo en infinitos pasos mediante arcos de parabola cada vez mds pequetios El callej6n sin salida de los griegos. Asf, los matematicos griegos tropeza- bban con el infnito al tratar de contar sin fin, de medir magnitudes, eomo la diagonal del cuadrado o el arco de pa: rabola,y de definir las propiedades del ‘continuo, Para Aristoteles, primer teo- rico del infinito y det continuo, el infi- nito era «lo que no se deja recorrer y ceatece de limite». Al carecer de limite, no puede ser «determinado» y no exis- (e en sf mismo. En efecto, si una cosa fuera infinita,habria que decir también ‘que sus partes son infinitas, Pero en tonces habia que reconocer que un in- Finito —el del todo— es mayor que otro —el de una de sus partes— Aparecen aqut los dos principios que impidieron a los gri infinito en sfo,como dice Aristételes, un infinito «en acto»: el axioma, enun- ciado por Buclides, de que el todo es ‘mayor que cualquiera de sus p Ja tesis de que no pueden existi inf nitos mayores que otros, Por ello, la visi6n «positivay de Arquimedes, se- la idea del infinito es geo- me demostrable y esta fi Jos concebir un Gn la cu: métricam sicamente realizada en el ntimero de sgranos de arena existentes en la Tie~ 1ra,no resistid al andlisis de Arist6re. Linfinito como una pura negacidn de lo finito, Aristoteles admitia la necesidad de pensar el infinito, pero le negaba toda fisica 0 matematica, Para él ico tiene necesidad de con. les, que concebia nitudes mayores,o mis pe- queitas, que toda magnitud dada, pero 1o totalidades infinitas en acto, ‘minadas aunque no limitadas Elinini- tomatemético est indudablemente te lacionado con la categorfa de cantidad, pero sdlo como infinito potencial, can tidad que puede hacerse mds grande 0 ‘més pequeia sin que dicho devenir le gue a transformarse en ser. Esta vieto- ria conceptual del infinito potencial so bre el infinito actual ha recortido los siglos y ha legado hasta nosotros pese al etroceso siglo xix con la teoria de conjun finitos elaborada por el alemsin Georg, Cantor (1829-1920). nitivo que sulrié en el Matematicas y teologia. No es pos! ble hacer una lista exhaustiva de quienes, en la Edad Media, discutie ron 0 modificaron Ia concepeiGn ais totélica, referencia universal de fil sofos, tedlogos y cientiticos: Epicuro, Papo, Proclo, Filopon, Al Kindi, Al Nayriei, Thabit ibn Qurra, Avicena, Unos pensaban que el infinito 1no podia ser objeto de inteligencia o de medida; como decfa el filosoto jogo Proclo (412-485),e! infinito no podia ser admitido por sf mismo sino sélo «eon vistas a lo finito». Otros, en bio, eran infinitistas y aceptaban que un infinito pudie ser mayor que otrorel conjunto de los riimeros enteras positivos, por ejem plo, contenia muchos mis elementos {que el de los enteros pares. El cienté fico drabe Thabit iba Qurra (836-901), que sostenfa esto, observé también ca wencidos que el conjunto de los enteros pares y cl de los enteros impares constitufan uualdad de infinitos. Des. de el punto de vista matemitico, las ‘cuestiones debatidas se reducfan a las siguientes: ghay un solo infinito 0 va rios?;en caso de que haya varios, ,e6- tun caso de mo distinguirlos y compararlos? {Cusindo es posi arar iguales parte de infinito? En todas estas cues: tiones no dejaron de florecer las pa: radojas. Dichas paradojas lastrarfan durante mucho tiempo la ma zacién del infinito,mientras que el te ‘ma de la infinitud divina introducivia, ie la Edad Media, la concepeién teolégica de un infinito custitativo co mo modo de ser (en acto) de un Dios perfecto y omnipotente. La perfec dos infinitos? {Es finita o infil cién del Ser supremo se oponia a la idea aristotélica de un infinite inde- terminado y potencial. Pero el hecho de que esta perteccién fuera cualitati- vva doblé la oposieién tradicional can- tidad/eualidad con una separacion entre el infinito ontoteolégico y el in-_despreciable ante um infinito de orden finito matemético. Asi, B. Spinoza superior (por ejemplo, x es desprecia (1632-1677) opuso todavia el «verda- ble ante x* cuando x tiende a infinito) dero infinitor,el de la sustancia indi- _asimismo, un infinitésimo es despr ble, al «falso infinito», el infinito ble ante otro infinitoésimo de orden fin el ndmero, objeto imaginario. inferior (por ejemplo, 1/«? es despre En lo que a las mateméticas se refie- _ciable ante 1/x cuando x tiende a inf re,el nacimiento de lafisica galileana nto). Una jerarqufa operaioria, basa relanzé el interés por el tema. Lane- dan la rapidez-de crecimiento de las cesidad de definir los conceptos de _funciones que representan a los inini velocidad instantinea y de acelera- tos, permitig dar respuesta a algunas cién, asi como de formular las leyes de las cuestiones planteadas més arr del movimiento y de generalizar el ba, Peron todas las dificultades esta- concepto de curva, desembocs en la ban veneidas. Galileo habia conside- de los enteros elaboracién de los conceptos de fun- ado la coleccién ciga y diferencial positivos (1, 2,3,..) y la de sus cua ‘Withelm Gotfried Leibniz e isaac Newton El célculo infinitesimal, la nueva «ciencia del infinitor inventada simulténeamenta por I. Neviton (1642-1727) y W. G. Leibniz (1646-1710) La paradoja de Galileo. El finitesimal, la nueva «ck culoin- dads (1,4,9,..). Constatando que to jenciadelinfini- doentero ‘un cuadrado, reefpro to» inventada simulténeamente por camente que todo cuadrado proced Isaac Newton (1642-1727) y Wilhelm de un entero positivo, habia llegado ala Gottiried Leibniz (1646-1716), intro-_conclusién de que las relaciones de dujo los «elementos infnitesimales»,0_igualdad y desigualdad no son validas infinitésimes,que representancantida- ene infinito. Li des infinitamente pequeias Se distin- ado reglas de igualdad y desigualdad guian ali distintos Grdenesde infinitoy para el infinito, no podia aceptar esta baz, que habia elabd se establecian las reglas que permitian _conclusidn. Su Analisi de los infiniios compararlos entre s{y con Jo inito: un _-mostraba precisamente «una nuev infinitésimo sumado o restado a una manera de sumar, estar, multiplier, di ccantidad finita es despreciable porque extraer raices propia de las can- es «incomparablemente» mas peque-_tidades incomparables, es decir, de Ins fio que ella; no se eambia el orden de que son infnitamente grandes o infin un infinito afiadiéndole una cantidad —tamente pequefias con r finita (por ejemplo x es del mismo or- otras»! Pero Leibniz no puso den que x + L00cuando x tiende a infi- _tredichoavalidez del axioma euclideo nito); un infinito de orden inferior es segin el cual el todo es mayor que las ows Cotes as xisten los nlmerosinfinitos? Desde el punto de vista matematico, e! Por ejemplo, gpuede ser un infinito mayor parte de un infinite? zCémo comparar la infinito suscita multiples cuestiones, luo otros? Es finita 0 infinita una infinidad de los puntos de una recta con la infinidad de los puntos de un plano? Al tratar de responder a estas preguntas, os cientificos topaban a meni udo con paradojas. Sélo a fines del siglo xX, con la aparicion de la teoria de conjuntos, se pudo precisar satisfactoriamente la nocién de infinito. Pero no por ello quedé cerrado el debate sobre ol papel que el infnito debe de: partes: por el contario, traté de demos Fo, Se pre unt6, pues, por la posib- dad de que la paradoja de Galileo se debiera a la consideraeién d ones como todos acabacos, eRealidad o ficci6n? Leibniz, cantidades auxi- es destinatlas a facilitar efleulos c ¥os resultados finales se expresabun ¢ términos de cantidades finitas, per tencia. En el fondo seguia en la 6pt sdefinida por Pr teles del infinito considerado tas. lo finito: lo a partir de Aist- Un infinitésimo era una npefiar en matematicas ccantidad evanescente qu nada (comparada tidad finita) den un infinito tidad asinistica que nunca alcanzaba el limite infinito hacia el on un infinitésimo de or- formada con la ayuda del conc ncepciGn aristotsl acto. En tales condiciones era dificil all alidad» ma: temética, ya que no les correspondia raeleélculo,que abreviaban el razon: miento,andlogas, pore El ctl setrata de aplicar la le Ast pues, Leibniz, com n que ello supu- siera admitir la existencia del infinito actual. No obstante, como Leibniz no v cidn de sustancia afin de adu Soy tan partidar Leibniz ¢ 1. que en vez de carta a Foi aque la natur ro que lo exhibe universalmente par perfecciones de su Aut Cémo concitiar esta audacia on la prudencia matemati de distinciones concep. ca? Por m tuales Leibniz sostuvo que incluso en el mente existen en forma de clementos separados, como los famosos sranos de 8 por Ar no hay partes en acto, Por otra par mplica su composicion a par lementos atémicos. En ultimo nilisis «mo hay miimeros i por verd fos» En sw ma, elinfinito en acto existe pero no es numerable. De abi dedujo que las ope- ican s6lo al infinito potencial, Pes infinitista, el Leibniz matemstico, en

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