You are on page 1of 4
El encuentro con el amor y la alegria en el aula ‘No es fci hablar de amos, aunque es un tema que ha dado letra fecunda a poetas, misicos y escritores. ELERTORESSIEMPES quien hinoconeo) Como ya dijimos, do y recibido por alguien que, con amor, se have cargo de la crianza, que exige tiempo y presencia gozosa. Hoy la hipero- a sin tiempo y la desocupacién nos quita lo el mejor inicio de la vida es ser desea- cupaci6n nos de gozoso del encuentro. SSabemos de la soledad de muchos nifios en su hogar, con Ja exclusiva compafia de las pantallas, que no hacen mas que jaquear los tiempos del amor robando miradas y palabras que son los condimentos mis fuertes dela experiencia amorosa. Y enclgula {EL AMOR se ace preserye? sefiante y aprendiente con el conocimiento,y la familia con la escuela, No siempre es asi y cada docente lo vive de particular ma- nera. Algunos no pueden construir buenos vinculos, otros perdieron el deseo de ensefiar 0 no se sienten respetados por padres y/o alumnos. El docente no se para en el aula para ser amado como un padre ni como un amigo. El amor que all circula 0 (GGieREOTomamos el concepto de transferencia del psicoandli- sisy es desde ese marco te6rico que reconocemos sus aspectos El lugar del inconsciente en la relacién pedagégica es ha- bitualmente conocido y negado en forma simulténea. Los fenémenos transferenciales se presentan siempre, son ne- cesarios ¢ ineludibles. Mientras conscientemente transmi- timos el conocimiento, usamos estrategias didécticas 0 eva- luamos, el inconsciente esti trabajando, establece redes, vinculos con nuestros alumnos, quienes a su vez trasladan ala figura del docente emociones o conflictos que vienen de otra cescena o de las rlaciones con sus adultos sigificativos. La relacién docente-alumno no es dual; hay més perso- najes en juego, lo que problematiza la red vincular que all se teje. El nifio y el adolescente entran al aula Ilevando incons- cientemente a sus padres y sus mandatos en relaci6n con la ‘escuela, Cuando el alumno esté resolviendo una prueba, por cjemplo, aparecerdn sin dudas las imagenes y las voces de sus padres en torno a las consecuencias de tna nota: no irks a fit- bol, te suspendo la Play 0 no vendrén tus amigos. ‘Cuando el docente entra al aula, tampoco lo hace en sole- dad. Su historia, su actualidad como hombre o mujer, la rela- cién con directives y colegas dian presente. jCémo no hablar entonces de red vincular compleja! Cémo no atender el clima emocional del aula! ‘Aldocente se le pide que en el encuentro con el alumno sea Jo mas neutral posible, que sostenga una division entre saber y emocién. Pero, al mismo tiempo, se le demanda amor por sus alumnos, pasién por su oficio y compromiso. Los alumnos, a su vez, valoran al docente capaz y con “buena onda”. Esa transferencia positiva es el mejor vehiculo irae sin ella para tramitar los contenidos. No hay apres ‘Como ya dijimos, los nios pequefios aprenden por amor los padres. Se dan cuenta de la alegrfa que les producen los primeros pasos, las palabras que se precipitan en salir, la pri ‘mera wuelta en bicicleta, las buenas notas 0 el informe positivo de su maestra. Después, en la escuela, la transferencia puede instalarse con el docente y/o con la asignatura Por ejemplo, si le gustan las matematicas aprenderé, cual- aquiera sea el docente que la dicte, Si siente aversién por los jente empatia con niimeros, solo aprender sin dificultades cl docente y reconoce que a un profesor respetable, apasiona~ do y cereano, hay que responderle. Enel texto Psicologia del colegial Sigmund Freud sostuvo ‘que, en los recuerdos de los aos escolares, prevalecen los vinculos positivos 0 negativos con los profesores por sobre loscontenidos. iacordamos conesto, los docentes deberfamos Coat preguntarnos si somos conscientes de que se pueden abrir 0 cerrar caminos de acceso a determinadas éreas de la ciencia en funcién del vinculo transferencial. Cualquiera de nosotros puede dar cuenta de profesores que nos hicieron amar algunas materias y detestar otras. Entonces, no da lo mismo entrar molesto, angustiado 0 desprest como hombre o mujer, mejor serd su entrega y su relacién con los alumnos. - fo al aula. Mientras mas pleno esté el docente del docent 3 50, agresivo, tierno, afectuoso, dependiendo del encuentro con el otzo y lo que en él despierta. inconsciente y “Me tiene entre ojos, jamés aprobaré”. “Me dijo delante de todos que voy a repetir”. Los alumnos son hablados y mirados y esas actividades no son inocuas. Lo que sis factible es trabajar sobre los propios sentires, a sabiendas de que es imposible tomar nota acerea de qué afectos esté despertando el docente en sus alumnos mien- tras enseia,evalia, habla o mira. En tanto mas sepa el docente de sf mismo, mejor podré re- gular as emociones que un trabajo como este ineludiblemen- te despierta, ya que, como venimos diciendo, se trata de un encuentro subjetiv. Al decir de Horacio Maldonado: “En la 6 relacin docente-alumno no hay neutralidad posible, aunque dlebemos procurar la neutralidad a toda costa”. Mientras mis sepa de sus alumnos, pode atender esa diversidad que dice presente en el aula. Es imposible educar/ensefia si miro al otro con extrafeza por no conocerlo. Es cierto que el docente no es psicdlogo ni asistente social para conocer la realidad material y psiquica de cada aprendiente, Pero tenemos que utilizar estrategias diné- ‘micas y creativas, donde aparezcan talentos, capacidades, dif cultades de cada quien que no surgen en el formato tradicional de la clase expositiva y Ia evaluacién por cuestionario escrito, Ali deben aparecer las ferias de ciencias, el teatro las olim- padas, los proyectos interdsciplinarios y la jornadas de con- viivencia, Y aqui surge siempre la pregunta: ¢Cémo evaluamos cstas instancias creativas? Y quizds la respuesta sea otra pre- sgunta: {Todo debe ser evaluado? Sacando el “fantasma” de la nota y sus consecuencias en Ja familia aparece la verdad de lo aprendido y la esencia de nuestros alumnos. Grave deuda tendré la escuela con las nuevas generacio- nes i en tiempos donde nadie discute las mips formas de inteligencia, los alunos pasan largos afios all sin descubrir cuales son sus potencialidades ni permitiéndose sofiar con su lugar en algunos de los inmensos mundos posibles. No es una tare sencilla, Por algo Freud proponia el psi- coandlisis de los educadores como profilaxs de la edu: Encontrar un lugar donde poner en palabras las razones de la 108 y los sentimientos negati ‘vos. Se tata, entonces, de profesionalizar la funcién que in- cluye la capacitacién y la ética del bien hacer y del bien decir. cleccién, el malestar, los con 66 Y, volviendo al tema principal, lo que hay que dejar fuera del aula es el amor nar ista y romantico, ya que es impen- sable, por ejemplo, que un docente replegado en sf mismo les diga a sus alunos “Lo.que les espera cl aio que viene cuando cambien de maestra”, ¢Es que no habré otro docente como ella? “No me imagino la vida sin ustedes”, Los hard re- pete? “Ustedes son todo en mi vida". :Los adoptard? “Me gustarfa detener el tiempo para estar més con ustedes”. Los dejari sin recreo? “Miren qué alumnos tengo... ;todos con 10!” gEs que es una profesora 10? ‘© mojones en el camino del ipeectooeni de si mismos. ae lo lograremos desde la escuela memoristica y enciclopédica. Si desde la escuela de la sorpresa, la del aula como un lugar donde nos podamos sorprender con los conocimientos de los alum- rnos y donde el no saber del docente (nadie o sabe todo) no sea un obstéculo, sino la posibilidad de una bisqueda compartida. Estamos convencidos de que la buena ensefianza implica la habilidad de un docente que al hablar provoca, conmueve, hace vibrar, despierta enigmas y mantiene vivo el deseo de sa- ber. Apoyarse demasiado en la teenologfa ayer las diaposi- tivas, hoy el PowerPoint o YouTube es perderse el evento impredecible de la palabra. Si mientras hablamos todo aparece ‘escrito en una pantalla que invita a ser lida, la transmisiOn se -vuelve prevsible, burocritica, con riesgo de ser aburrida, Yel amor y el aburrimiento son incompatibles. Solemos escuchar en el final de algunas pareja: “Nos de- jamos... no la pasabamos bien... dejamos de sorprendernos... nos aburriamos... ‘La transmisin del conocimiento sin deseo apaga el amor por el saber. Imaginemos una eseuela robética con docentes reemplazados por ordenadores perfectos que sunca se equi- vocan. El tropiezo, el erro, ausentes. La tecnologizacién de Ia escuela cultiva la ilusién de una ‘ensefianza descarnada, sin cuerpos, sin trasferencia, sin amor, sin errores, sin obstéculos. No hay didéctica sin encuentro hhumano. ¥ no hay encuentro human donde el amor 0 st ‘contracara (odio, indiferencia) no se hagan presentes. Permitir que surja el humor en el aula es una excelente estrategia parala creacién de un buen clima transferencial. Sil docente va con alegra al aula, es porque esté haciendo, lo que es. Hace de docente y es docente. La alegria se acompa- ade la verdad. La docencia no acepta simulaeros o maquilla- jes. De verdad tengo ganas de encontrarme con mis akumnos? De ser asi, la alegria surge sin imposturas. Silos queremos de ‘verdad sesentrin queridos y asi encontrarin sentido al “estar” endl aula, oe Ser un docente con “buena onda” aumenta la posi del respeto y la confianza. Es imprescindible cuidar el clima ‘emocional del aula. Cuando la alegria se retia, la convivencia se hace més dificil te logre que sus alumnos asocien el aprendizaje con valores ‘como la autora, la ciudadaniay la libertad responsable. Enorme es la misién de los maestros y profesores que tie- nen la oportunidad de convencer a sus alumnos de que el fu turo es de ellos, y que en sus manos esti armar un proyecto de vida que los hard més flices mientras més se acerque asus -6-

You might also like