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Gedisa ofrece es tStulos sobre ANTROPOLOGIA Y ETNOGRAFIA Janms Cuurvoeo, Dilemas de la cultura. Antropologtt, literatura y arte en Ta perspectira posmoderna Jacx Goony Cocina, euisine y close Micasst Taessic Un gigante en convulsionss. El mundo humano como sistema icia permanente nervioso en emi Deuta Waris La baada de homini Un safari eientifico origen dal hom Pave Suuvan Conversaciones ineonclusas C. Gesnz, J. Cuumron> El surgimiento de Te Yy ornos antropologta posmode7na Francors Eartawmne Las tres voces de la jmaginacién colectiva Frangots Laramie La emopsiquiatria Prmnan Cuastaes Investigacl ‘eniropologta politica Mansuaut Sams Cultura y razén préctica Marsuatt Sanus Islas de historia Curvonn Gener: La interpretacién de los culturas Pascat Dinse Einologia de la aleoba LA INTERPRETACION DE LAS CULTURAS Clifford Geertz Hc 4 0000 co0s6s10 5 gedisa ‘editorial cons ne recep cables reflexiones que hacen los fildsofos profesionales sobr ‘falacia ah 2) eet ns ei ema Sn es te presa del anal sntifico de los valores, las discusiones filosdficas s adquirirén probablemente ds peso. No se trata; pas eS ee ral por una ética descriptiva, sino zs ii Se Te ae andlisis de los valores ¢s, 10. ‘reemplazar la in- Ritual y cambio social: un ejemplo javanés as sobre el papel de lareligién en la sociedad, Procediendo orig te de Las formas elementales de ta vi sa de Durkheim y de Lectures on the Religion of the Semites de Robertson Smith, el enfogue sociol6gico (0, como pre- fieren lamario los antropélogos britinicos, el enfoque antropoldgica social) pone éniasis en la manera en que las creenci ritos refuerzan los tra- ciopsicolégico, del cual Frazer y Tylor fueron quizé pero que en- Contr6 su enunciacién més clara en la obra cldsica de Malinowski, Magic, Science ‘and Religion, pone de manifiesto lo que la religién hace en favor del individuo: sadis- face sus exigencias tanto cognitivas como afectivas de un mundo estable y compren- sible y permiirle conservar una seguridad interior frente a las contingencias natura- les? Juntos, los dos enfoques nos procuraron una comprension cada vez. mayor y més detallada de, las “funciones” sociales y psicolégicas de la religion en muchas sociedades. Sin embargo, donde el enfoque funcional result6 menos eficaz fue en el terre- no del cambio social. Como lo han observado numerosos autores, el énfasis puesto sobre sistemas en equilibrio, sobre una homeostasis social y sobre cuadros estructu- rales atemporales conduce a una tendencia en favor de sociedades “bien integradas”, io estable, y a una tendencia 2 asignar importancia a los aspectos funci usanzas y costumbres sociales de un pueblo antes que a sus im nes disfuncionales? En los andliss de la religi6n, este enfoque estétioo y ‘condujo a una concepcisn algrin tanto ultraconservadora del papel de los ritos y las ‘reencias en la vida social. A pesar de los cautelosos comentarios Ge Kluckhohit! so- 1B, Dutkheim, The Elementary Forms of the Religions Life Glencoe, I, 1987) (hay tae ccisa espaol: Formar Elemeniales de ls Via Religiosa, Boeacs Airs, Schapire, 1968 W. Robertson Sith, Lectures onthe Religion of the Seraes Edenbargo, 1694). 2B, Malinowski, Magi, Scizce ond Religion (Bost, 1948) (lay taduceiin espa + Vease Cl Kluckhohn, Navaho Witchoraf, Peabody Museum Papers, N® 22 (Cambridge, Matty 131 bre tns “‘ganancias y pérdidas” d ria, prevaleci6 la tendencia le diversas précticas religiosas, tales como ner el acento en los aspecios de armonizack 16 principalmente como una progresiva desintegracié ‘que en Yucatin se manifiestan acompafando un menor 10 y homogeneidad ‘tren javanés, segs la costumbretmdiciona, que aquél ea un slamztan en Teonese Ge in guar de Paidjan, Sudjoko, el dirigente perma, inmediatamente lo interrare sencia] viniera y 0s preguni Jo supierais. (No 0s averg ‘Continué hablando en ese estilo y explicando los principios de Ja actual estruc- tra polftica nacional basdindose en una interpretacién mistica de 1os “Cinco Puntos” del presidente Sukamo (monotefsmo, justicia social, humanismo, democracia y na- cionalismo) que constituyen el fundamento ‘Ayudado por Karman y otros, elabors cosmo y del macrocosmo, en la tan sélo una pequefia jo una imagen ampliada luo. Si cl estado ha de ividuo debe también ser ordenado, plica al ott. 38 del presidente estén en la base del estado, asi también los cinco sentidos estén en la base de! individuo. El proceso de armonizar ambos es cel mismo y tenemos que estar seguros de con: una media hora y en ella se tocaron cuestiones cluso, evidentemente para mi beneficio, st hicieron consideraciones sobre Ia ejecu- cin de Rosenberg). Estdbamos en una pausa para beber café, y cuando Sudjoko se disponfa tomar de nuevo la palabra, el padre de Paidjan, que habia estado sentado wanquilo einexare- sivo, comenz6 de pronto a hablar suavemente y con una falta de tono que sonaba cu- riosimente mecénica, casi como si estuvicra hablando consigo mism: grandes esperanzas de persuadirse. “Deploro mi tosco acento dela ciudad’ ro deseo profundamente decir algo.” Esperaba que lo perdonaran y que an continuar su discusiGn después de un rato. “He tratado de ignado”] en cuanto a la muerte de Paid 70 por él todo cuanto podia hacerse y que su muerte fue un hecho que sencillame ‘curtis. Dijo que todavia se encontraba en Modjokuto porque no deseaba atin afron- tara las personas del lugar en que vivia, pues no se sentia capaz de decirle acada una de ellas lo que habia ocurrido. Dijo que su mujer estaba un poquito mas iklas ahora, ‘Aunque todo era muy duro. No dojaba de decirse que aquélla era la voluntad de Dios pero asf y todo era duro, pues hoy en dia las gents y in de acuerdo sobre na- da una persona dice una cosa y otra nos dice otra. Es saber en qué creer. Dijo que apreciaba a todas las personas acudido al funeral y que lamentaba que se bubiera producido aquella confusién. ‘mismo no soy muy religioso, no soy masjumi ni permai, pero queria gue el mucha- cho fuera sepultado de la manera antigua. Espero que nadie se sienta herido en sus sentimientos.” Dijo de nuevo que tralaria de estar iklas, que pensaba que aquélia era Ja voluniad de Dios, pero que sas eran muy confusas. Era di Este género de expres ara —inica en mi experiencia— en los javanes ralizado no hay lugar para semejantes expresiones (ni para discusir ‘politicas). Los presentes se sentfan chocados por las palabras del pat lun penoso silencio, Por iltimo Sudjoko comenz6 a hablar de nuevo, pero estz vez describi6 con detalles la muerte del chico. Paidjan habla comenzado por tener fiebre yy Karman fue a verlo a 61, a Sudjoko, para que se llegara hasta la casa alen- fermo un ensalmo permai. El muchacho sin embargo no reaceion6. Terminaron por Uevarlo a un enfermero del hospital que le dio wna inyoccidn, El estado empeord. El muchacho vomité sangre mientras se agitaba en convalsiones, que Sudjoko deseri- bi6 muy grificamente, y luego murié. *No sé por qué el ensalio permai no dio re- sultado", dijo; “antes habia dado buenos resultados. Esta vez no. No sé por qué: uno ro puede explicarse estas cosas por mAs que piense cn elias. A veces produce efecto fa sobre la correspondencia del micro- Ms abanganes en el kampong bial rivia la proxima vez que se pr Analisis va para asegurar el dominio de la voluntad de vivir sobre la tenden- junerarios conservan la continuidad dela vida huma- 146 parecia que el rto estaba dividiendo a la sociedad en lugar de integrarla, parecta que 8 personas antes que curarlas. El funcionalista tiene una le dos formas segtin que cado de la socieded campesina tradicional se reflejaba en el slametan unificado, la so- ciedad quebrantada del kampong esti reflejada enel slametan quebrantado del ritual fu- perario que hemos descrito, Para decitlo en otras palabras, la decadencia cultural deter- 16 que se debilitaran os vinculos morales entre los indi ‘Me parece que hay dos errores en esta argumentac {os dos vocabularios se la formule: identifica conflicto soc sgracién social (0 cultural); y nicga sus roles independientes tanto a la cultura como a la estructura social, pues considera una de ellas como mero epifenémeno de la otra, En primer lugar, la vida del kampong no es simplemente andmica, Aunque es- 16 carecterizada por intensos conflictos sociales, lo mismo que en nuestra propia so- 10 obstante con bastante efectividad en la mayor parte is gubernamentales, econémicas, familiares y de con- ficazmemte como en el funeral de Paidjan, un kam- como por ejemplo el aumento del Juego, pequetis latrocinios y la in— estén presentes hasta cierto punto, ta vida social del kampong no te a punto de sueumbir, la interaccién social cotidiana no claudica ante el encono profundo y la incertidumbre que. vimos al- rededor de aquel entierro. Para la mayor parte de sus miembros, el vecindario semiur- bbano de Mokjokuto ofrece un modo tolerable de vida, a pesar de sus desventajas ma- terlales y de su cardoter de transicién; y a pesar de todo el sentimentalismo que se ha prodigado en las descripciones de la vida rural de Java, esto es probablemente todo cuanto se pueda deciren favor de la vida aldeana, En realidad, es alrededor de las cre- encias y précticas religiosas —slametanes, dias de fiesta, curaciones, hechiceria, gra- pos de culto, etc— donde parecen darse los hechas més seriamente desorganizado- res. Aquf la religiGn es de alguna manera el centro y Ia fuente de tensiones, y no tan s6lo el reflejo de tensiones de otros sectores de la sociedad. Pero ia religién no es una fuente de tensiones porque se hayan debilitado las adhesiones acreencias y rites heredados. Elconflictosuscitado alrededor de la muertz de Paidjan se produjo sencillamente porque todos los habitantes del kampong com- ‘prtian una tradicién cultural comiin, en alto grado integrada, relativa a los funera- Jes, Nadie discutia sobre si la estructura del slametan representaba el rio correcto, 30- bre si los vecinos tenfan la obligacién de acudir o sobre si eran vilidos los concep- tos sobrenaturales en los que se basaba el ritual. Tanto para los santris como para los abanganes de los kampongs, el slamentan conserva su fuerza como genuino sim- toto sagrado y suministra un marco significativo para afrontar la muerte, el nico marco significativo para la mayor parte de la gente. No podemos atribui {el ritual al proceso de secularizacién o al aumento del escepiicismo o al desinterés por las tradicionales “creencias de salvacién’, asi como no podemos atribuirlo a la anomia, Creo que mAs bien debemos atribuirlo a una discontinuidad entre la forma de 147

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