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Be Senta abi ‘Pgines mersadas. Ite ¢treinp. -Cindad Autdnoma de Buenos Aires Cathe, 2018. 98 2x1 2em. (La movie) 9B 078 50.891.222.6 2. Narratvaangentina tule con ase Director de cleesin: Peblo De Santis Diseio de colecién y de tape: Juan Manuel Lima Tustracion de tapa: Max Cachimba aa pcactnmopeceaerepoausds taalopacabos. me 1 edicién / rirpresin (© Fdiciones Calihue SILL. Ay. Diaz Veer 5125 (C1405DCG) Buenos Aires - Argentina vworwcolibue.com. ar ccolihwelthue com ar LSB. 976-950-581-222-6 “acho et depésito que marca i ley 1.723 EL dfa que cumplf 25 afios mi padre me llamé por teléfono y me dijo que tenfamos que conversar de algo muy importante, Fui hasta su easa; él esperé que mi madre me diera los regalos (una eamisa, cuatro talles mas grande, un einturén que me daba os vueltas) y me hizo pasar después a su estudio, enel primer piso, donde casi nunca dejaba entrar a nadie. Como para subrayar que acabébamos de en- trar en un mundo que no era del todo real, sirvi6 dos vasos de whisky (yo no tomaba, él tarpoco). Entonces me pregunté si habia ofdo hablar de la ‘editorial del tio Luis. Luis era su hermano, y habia ‘muerto cuatro meses atrés de un ataque al cora- z6n. Le respond{ que alguna vex habia visitado la editorial, pero yo era un chico en ese entonees, ya no recordaba ni siquiera en qué barrio estaba, —Todavia existe. Luis dejé varias deudas y la editorial a punto de cerrar. A menos que alguien se ‘ocupe de sacarla.a flote, nos vamos a tener que ha- cer cargo de las deudas... yo le salf de garante en 1 dos negocios... —buse6 la palabra exacta que lo sal- vara de dar explicaciones— desafortunados. Que esto quede entre nosotros: tu mamé no sabe nada. Imaging los reproches de mamé: “Yo te lo habia advertido, exe loco de tu hermano no hace més que ieterse en problemas”, Las familias, igual que las series de television, tienen dos o tres modelos de guién, que repiten con algunas variantes. Laceditorial se Ilamaba “E! fuselaje”, misterioso nombre cuyo origen cl tio Luis nunca se habta mo- Testado en explicar. Por el tono de mi padre, supe ‘que habia sido yo el elegido para la tarea. Mi padre se acereé hasta mf, me mir( con la emoci6n y elali- vio con que se mira alos martires,y apoy6 su mano en mi hombro. Por el significado del gesto, senti como si tuviera el peso de una columna de marmol. —Bn vos confiamos —Ia primera persons del plu- zal parecia no referrse s6lo a mi madre y al, sino aladifusa Humanided. ‘Al dfa siguiente fui a conocer Ia casa que ocupa- ba laeditorial. En la puerta habia un cartel de cha- pe, un poco oxidado (Eiiciones El fuselajo) y cl tor- ppe dibujo de un avién antiguo. Mi padre me habia dado un aro de metal con casi veinte llaves de dis- ‘tintas épocas: probé una por una hasta dar con la correcta. Entréa un garaje que servia de depésito, Enel suelo se amontonaban paquetes de libros ata- dos con hilo sisal; los estantes soportahan bros de horéscopos y novelas policiales con mujeres a me- dio vestir en la portada, siempre a punto de ser Daleadas o acuchilladas No esperaba encontrar a nadie en la casa, que parocia llevar aos desirta, Pero en la primera sala descubri a un hombre de unos cincuenta afos in- clinado sobre un enorme libro de contabilidad. Lle- vaba dos pares de anteojos y acercaba su nariz ala pagina hasta casi rozarla. Levanté la cabeza pesa- damente y me mir6 a través de los eristales super- uestes. —Si viene con intenciones de cobrar, le aviso que Jnempresacstd por el momentoen cesacién de pags. ‘Cuando le conté que era Dario, el sobrino de Luis ‘Leni, suspiréaliviado, se puso de pio, hizo una es- pecie de saludo ceremonial, y se prasent6. —Soy el contador Vilches, /Sab{a que la edito- rial esta en rojo? —iHoay algo que se pueda hacer? —Voy a conseguirle un hombre quele haga unas cobranzas,asial menos podré. pagar las doudas més urgentes, Su tio no se molestaba mucho en cobrar Jas deudas ajenas ni en pagar las propias. Si usted vaa hacerse cargo, empiece a buscar hoy mismo algo para editar ‘Vilehos miré con piedad mi cara ce desconcierto ‘y demosteé que ademas de contador podia servir como asesor literario. —Para esta época del ato, su tio mandaba al cir- cuito de los quioscos sus predieciones astrolégicas. ° La editorial ee mantenia con eso. Son libros que se venden répido. Hl licenciado Baume una firma re conocida. Vilehes guardé el ibro de contabilided en un maletin con la promesa de devolvérmelo en unos dias, Quise retenerlo para preguntarle eémo fun- conabe ln editorial, pero me explis que estaba muy apurado, y que si se habia aceceado para ver cémo andaban jas cocas, era sélo porque habia sido muy amigo de mi tio. Nombré a varios intograntes de tuna barra que se reunia todas las tardes en un bar con billares,e hizo alguna mencin a la fama de _mujeriego de mi tf (“Yo no podia seguir en todas ‘sus aventuras: soy un hombre casado”). También ccont6 algunas anéedotas que ponian en relieve el ingenio de mi tio (como yo no habia heredado ese Ingenio, no las entend®. Vilches se fue dejéndome tan montén de papeles para consultar: correspon- deneia comercial atrasada, cuentas impagas,cartas de lectores, folletos viejs. Al final dela tarde ya tenfa una idea aproximada de la Linea editorial de “El fuselaje” y estaba en condiciones de hacer un catélogo provisorio de sus libros més importantes: —Predicciones astroligicas. Por el Liceneiado Baum. —El Cabaret Negro, Perdicién de la carne, La vampiresa descalza: novelas er6ticas firmadas por Nelly Champagnat. =El manuscrto de Ephrom. Por Bara Ephrom. Libro péstumo trasmitido por el espiritu de Ephroma su espose através de une médium.) » —Hablale a tu éngel. Por Mauricio Fenta. —Elajo, alimento sagrado. Dra. Fuentes. —Espiritismo sin intermediarios. Profesor Habermas y equipo. Lalista soguia con algunos libros de divulgacién ciontifica, consejos conyugales, y una serie de no- ‘volasde terror firmadas porun tal Lamberto Lacruz de las cuales s6lo recuerdo una invasién de babo- sas gigantes carnfvoras y un enanito de jardin que cobraba vida. En mi segundo dia como director de la editorial fantasma me dediqué a ordenar un poco los cajones ‘mientras buscaba los nimeros de teléfono de los ‘autores, para ver si alguno estaba dispuesto a es- cxibir otro libro, Me interesaba especialmente el cenciado Baum, autor de los horéscopos. ‘Llaméa Vilches para ver si sabiadonde ubicar a cesta gente. El contador empez6 a reirse apenas le mencion6 tres 0 cuatro nombres del catalog. ‘—Pero Dario, efimo va a creer un hombre culto ‘como usted en esas cosas... Baum, Nelly Cham- ‘pagnat, la doctora Fuentes, Ezra Ephrom son im- posibles de encontrar. Ninguno existe. —iMurieron? Ni siquiera nacieron. Su tfo Luis escribi6 to- dos los bros de la editorial. ‘Recordé un suefio recurrente que tenia desde los n tiempos del secundario: se crganizaba en ol mun- do un camptonato de estipicos, y llegabaa mi casa, un telegrama con la noticia de que me habian dado el primer premio, —Entonces se termine le editorial, —No desespere. Siga el ejemplo de su tio, que siempre decia: “Nada me deprime, ni siquiera la dopresién”. Su dilema os el siguiente: contrata a alguien para hacer el trabajo o se dedica a escribir usted mismo. ‘Como no habia plata para pagarlea nadie, comen- céyo. En algiin momento habia tanido ambiciones literarias, y me imaginaba convertido en un nove- lista famoso, autor de novelas graves, lontas y pro fandas, que hablaran de la condicion humana; en ‘cambio, me esperaba un futuro de libros sobre es- piritismo, alimentos milagrosos, interpretaciones caprichosas de las profecias de Nostradamus, ‘Me tomé unos dias de licencia en el colegio don- de daba clases de filosofia para dedicarme a la re- ‘dacei6n dol primer libro. Llevé algunos viveres ala ‘editorial y me propuse no abandonar la casa hasta ‘que no tuviera al menos cineuenta paginas eseri- ‘tas, Segui el consejo de Vilchos y elogi como primer ppaso las prediceiones astroldgicas. Leila obra maes- tra del tio Luis y traté de imprognarme de su esti lo, No era ficil reproducir Ia musica verbal del li- cenciado Baum, que envolvia cada frase en un aura de misterio, como si escribiera en una habitacion envuelta en niebla, Hice lugar en el escritorio para una pesada mé- 2 quina de eseribir y tecleé Ins primeras Iineas de la introduecién, Ei licenciado Baum era astronomo ademas de astrélogo ¥ comenzaba cada uno de sus bros mirando las estrellas en su cbservatorio per- sonal, instalado en la terraza de su casa de La Pla- ta, Primero meditaba sobre las estrellas, luego £0- bre la infiuencia de los astros sobre el destino de Jos hombres. “El macrocosmosy el microcosmos pa- recen alejados, pero estén tan cerea como los lados do un guanto” era uno de sus pensamientos mis frecuentes. La inspiracién se corté cuando soné el timbre. Afuera habia una chica de aspecto frégil, empapa- fla, que anstenia vine holes de naiton lana de pape. les y un paraguas averiado, Temblaba. Perdido en la dimensién estelar, no me habia dado cuenta que haefa horas que llovia. Soy Greta, la correctora —se present mien- tras hacfa un gran esfuerzo para que sus dientes nocastafetearan, Le conté que era el sobrino de Luis. Greta puso ‘su impermeable a secar junto a la estufa, El para: sguas, que de tan poco le habia servido, no cerraba bien. Por alguna razén que desconozeo, los para- guas rotos dan a sus duefios un aspect que des- pierta conmiseracién, y que aplasta todo intento de elegancia. Greta miré a su paraguas con tristeza, pero después, en un ataque de imprevista violen- cia, comenzé a retorcerlo ya golpeario hasta que lo cerr6, Bl aire de pobre chica desaparecié de golpe. Tenia este trabajo para corregir —me explicd ry ‘mientras sacaba de la bolsa de nailon la mitad de los papeles—, Habia quedado en entregarselo hace tiempo a su tio, pero como no me pagé el trabajo anterior, Ie avisé que no se lo tba a devolver. Des- ués me enteré que murié. Lo siento mucho. Interrampié la ceremonia de entrega de los pa- peles para darme la mano en sefial de pésame. —Leagradezco que haya traido ese original, pero ‘no sé exando habré plata para pagérselo, Me aca- bo de hacer eargo de Ia editorial, —sent{ una pun- tada en mi corazén: era mi instinto de editor que ‘estaba despertando— iqué es? Un manual de cocina. Lo hojeé. Mi tio no sabia nada de cocina; debia haber escrito el libro copiando recetas de diarios y revistas. En algunos casos habia preferido innovax —No pruebe el flan “El fuselaje”, quo leva hue- vos de codorniz con céscara —advirtié la correcto- ra— Tuve que alterar algunas recetas, como las que inciuyen moldes de metal para hacer en el micro- ondas, ‘Miré por encima el original mecanografiado Butiuelos hechos con tal exeeso de levadura que saldrian volando, Mulitaa la cazadora, con instruc- ciones para fabricar un charango con los restos. Cabeza de vaca al jerez. El estilo del tio Luis me recordaba alos manuales de medicina forense. Sen- tinduseas, —Estay escribiendo un libro de astrologia. Creo aiie en un par de dias lo termaino, {Cuénto cobra, por pagina? “ Nomorespondié, porque estaba buscando en su bolsa de nailon otros papeles... Mis recetas? —No, una novela —2émo sellama? ‘Me mostré la primera carilla: Ev exicma ne Panis (soveta pouiciaL) —Me la dio tu tio para ordenar y corregir —ha- bia decidido tutearme—. Me dijo que esta vez la novela no la habia escrito él. Se le habian. ae péinas y se habian mezclado. Yo empocs a traba jar, pero como no me pagaba... estan todas as pat- ‘nat mereiadas, tall eomo me la entregé Miré las pginas sin numerar. Hahia correccio- nes a mano, dbujitos, manchas, achadures, ma- pas... Pareeia més un borradar que unaedicién de- Finitiva, Desordenado o no era el tnio libro que tenia, Greta, ete va ser nuestro primer trabajo jun- tos. No sé de dinde voy a sacar plata para pagarte, pero algo voy a conseguir. Hagamos una reunién el Thnes para poner en arden estos papeles yjusgar si es publcable etme tengo clase de gramdtia. algo ls cineoy vengo para aqut Elparaguas que tanto habia costado coras, mi- lagrosamente se abrié. Desde la ventana, segui el pavo de Greta hacia la esquina, donde habia una parada de colectivo. Asisti al ultimo combate de la 6 fetrectora con su paraguas, mientras una niga so ‘ensatiaba con ella hasta arrancérselo de las manos ‘Tuvimos que posponer Ia cita porque Greta me llamé pata avisarme que estaba en eama, El mien, coles leg puntual con wna docena de medialunae Yun par de antegjos de marco de carey: Me paresis. més bonita que la primera vez, como si se tratars Ge una hermana gemela ligeramente mas sarees, de ojos més grandes, mas dificil de reducir a veg ‘anéedota, aunparaguas roto, a una tarde de lhwvie ‘Yo estaba combatiendo con el signo de ibracuen

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