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ami de eto ‘DECRETO LEGISLATION Au «apc elt sho vag ee, o pee sl trina ide en bce cio, aoe oh sy ‘Stet goa Sen br ce re Shire Hearse beemees Sao FUENTE: CAMINO DE SERVIDUMBRE Autor: Friedrich A. Hayek ‘fio: 2011 Eaitoia: Alianza Ecitrial Pals: Espana Pp: 81-93 1, El camino abandonado Un progr ce tei fndamenial mo esrb em que el sistema de abr empress, orentade hacia el benef, beya fracisdo en eta generacin, sin on que wo ba sido todas intertade FD. Roosevelt, Cuando el curso de la civilizacion toma un giro insospe- chado, cuando, en ugar del progreso continuo que espe bbamos, nos vemos amenazados por males que asocidba- ‘mos con las pasadas edades de barbacie, culpamos, naturalmente,« cualquiera menos a nosotros mismos, .No hemos trabsfado todos de acuerdo con nuestras mejores ucesy no han trabsjado incesantemente muchas de nues- ‘rasfinasintligencias pata hacer de &te un mundo mejor? Nose han dirgido todos nuestros efuerzs yesperanzas Faia una mayor libertad, jstci y prosperidad? Si el re- sultado estan diferente de nuestros propésitos, sien ugar se disfrutar libertad y prosperidad nos enfrentamos con ‘scavinud y miseria, 2no ex evidente que unas fuerza si nests deben haber frustrado nuestra intenciones, que somos las vctimas de alguna potencia maligna, la cual ha de se vencida antes de reanudar el camino hacia cosas me- jores? Por mucho que podamos disentir cuando seila- cia deine mos el culpable, séalo el inicuo capitalism o el espn rmalvado de un particular pas, la estupidez de nuestros an- tepasados oun sistema social no derrumbado por comple to, nue venimos lichando contra él durante medio si- lo, todos estamos, © porlo menos lo estibamos hasta hace poco, certs de una cost: que las ideas direetoras que du: ‘ante la kina generacin hap ganado a la mayor parte de las genes de buena voluntad y han determinado los mayo- res cambios en nuestra via social no pueden see falas. Es. tamos dispuestor a aceptar cualquier explicaci dela pre- sente cis de nuestra civlizacién, excepto una: que actual estado del mundo pueda proceder de nuestro pro- pio erory que el inteto de alcanzar algunos de nuestros ‘nds caros ideales haya, al parecer, producide resultados ‘que difieren por completo de los esperads. Mientras todas nuestras energis se drigen a conduct ‘esta guerra a un final victorioso, resulta a veces dificil re- ‘cordar que ya antes de la guerra se minaban aqut y se sestruian al los valores por los cuales ahora luchamos. ‘Aungue de momento los diferentes ideales estén repre sentados por naciones hesiles que luchan por su exis: tencia, es preciso no olvidar que este conilieto ha surgido cdeuna pugna de ideas dentro deo que, no bace ain av cho, era una civlizacién europea comin; y que las ter , en este sentido, era liberalismo y ‘democracia, capitalise e individualism, librecambio y ‘cualquier forma de internacionalismo o amor ala paz. ‘Mas, a pesar de este mal disttazado desprecio de un cierto niimero, cada vez mayor, de alemanes hacia aque- los «rivolos» ideales occidentale, o quizd a causa de ello, los pueblos de Occidente continuaron importando ‘ideas alemanas y hasta se vieron Ilevados a ereet que us propias convicciones anteriores eran simples racional ‘aciones de sus intereses egostas; que el ibrecambio era tuna doctrina inventada para extender los intereses brit nicos y que los ideaes politicos que Inglatera dio al ‘mundo habian pasado de moda irremediablemente eran cosa de vergienza 9 2. Lagran utopia Logue ha tech sempre del Estado un Inferno sobre a oraspreciamente qu aie ba intent baer de part, Holden Que el socalsmo haya desplazado al liberalismo, como cloctrina sosenida por la gran mayoria de los «progresis- ‘as, no significa simplemente que as gents hayanolvida- dolas advertenciasdelos grandes pensadoresliberales del pasado acerca de las consecuencias del colecivismo. Ha sucedido por su convencimiento de ser cierto lo contratio 11lo que aquellos hombres predecian. Lo extraordinario es que el mismo socialismo que no sélo se considers pri- meramente como el ataque ms grave coatra la libertad, sino que comenz6 por ser abiertamente una reaccién con- tracl lberaismo dela Revalucign Francesa, ganda acep tacién general bajo la bandera de libertad. Rara ver recuerda ahora que el socasmo fue, en sus comien20s, Francamente autritario. Los excritores franceses que constrayeron los fundamentos det socialismo modemno sabia, sin lugar a duds, que susideas slo podian llevar. sea la prictica mediante un fuerte Gobiemo dictatorial, 2 Lapeer Pana ellos el socilsmo significaba un intento de «termi. nar la revolucié» con una reorganizacin deliberada de 1s sociedad sobre lines jerdrquicasy la imposicin de un ‘poder espritual»coerctiv, En lo que ala libertad sere. feria, los fundadores dl socialsmo no ocultaban sus in- tenciones. Consideraban a libertad de pensamiento como , sn la cual a ya ganada libertad politica «no te nia valor», Sélo el socialismo era capaz de realizar la ‘consumacién de la vieja lucha por la libertad, en a cual ellogzo de la libertad politica fue slo el primer paso. El sutl cambio de significado a que fue sometida la pa labrs liberad para que esta argumentacin se recibiese «con aplauso es importante. Para los grandes apéstoles de Ia libertad politica la palabra habia significado libertad frente ala coercion libertad frente al poder arbitrario de ‘otros hombres, supresin de ls lzos que impiden al in- dividuo toda clecein ye obligan a obedecer ls Srdenes cde un superior a quien esté sujeto. La nueva liberad ‘prometida era, en cambio, iberad frente ala indigenca, supresin del apremio de as circunstancias, qu, inevta ‘lemente, nos limitan a todos el eampo de eleccién, aun. «que # algunos mucho mis que a otros. Antes de que el ‘hombre pudiers ser verdaderamente libre habia que des: tmuir wel despotismo dela indigencia fice», habia que boli as «trabas del sistema econémico» En este sentido, la libertad no es més que otro nombre parael poder! o ia riqueza. Y, sin embargo, aunque las ‘rfreneremos tina y ote ents dncr, cua ts demain tame pr per cacao eet. a i canoe pop Sioa cad on atechanen econ dlouc aceasta 0 Dpromesas de ests nueva libertad se combinaton a menu: do con izresponsubles promesas de un gran incremento dela riqueza material en una sociedad socialist, no era de uns victoria tan absoluta sobre la miezquindad de la naturaleza de donde se esperabs ls libertad econdmica ‘Alo quese reduciarealmentela promesa era ala desapa scion de las grandes disparidades existentes en la capa cidad de eleccion de ls diferentes personas, La aspira cia ala nueva libertad era, pues, tan sélo otro nombre ‘paca la vieja aspiraci6n a una distrbucion igualitaria de In riquezs. Pero el nuevo nombre dio «los socialistas cotta palabra en comin com lo liberales, y aquellos la ex plotaron a fondo. ¥ aunque la palabra fue usada en dife. rente sentido por los dos grupos, pocas genes lo advir- tieron, y todavia menos se preguntaron asi mismas sila dos clases de libertad prometidas podian en realidad combinase, No puede dudarse quela promesa de una mayor liber tad se ha convertido en una de las armas més efcaces de |a propaganda socislista, y que la creencia en que el so ialismo traeri la lbercad es auténtica y sincera. Pero ‘sto no haria més que agrandar la tragedia si se probase que lo que se nos prometié como el Camino de la Liber- tad seria de hecho la Via de la Esclavitud, Indiscutibe settee at cd an oi nmin vo Sie iris eas Sea sa Spe it ea etka SE SD Eames amin de eine mente a promesa de una mayor libertad es responsable cdehaber atraido mis y mis liberales al camino socialist, cde cegatlos para el conlito de principios que exist en- ‘reel socialismo yelliberalismo,y de permitir que os so- cialstas usurpen a menudo el nombre propio de viejo partido de la libertad. Fl socialismo fue abrazado por la ‘mayor parce de los intelectules como el heredero pre- sunto de ls tradicién liberal, No es, pues, de extra {que para clos resultase inconcebible a idea de un socia- Tismo conducente « lo opuesto dela libertad. Ea los ihimos afios, sin embargo, los vieos temores acerca de las imprevstas consecuencias del socialsmo se ‘han declarado enérgicamente, una vez mis, desde los li ares mis insospechados, Observador tras observador, pesar de las opusstasintenciones con que se acercaban a su tema, se han visto impresionados por la extrordina- ta semejanza, en muchos aspectos, entre las condiciones dll fascism» ye «comunismno», Mientras los «progre- sistas, en Inglaterra y en los demas pases, se forjaban todavia la ilusién de que comunismo y fascsmo repre- ‘sentaban los polos opuestos, eran mis y més las personas ‘que comenzaban a preguntarse si estas nuevas tranias 1o proceden de las mismas tendencias Inluso comunis- tas han tenido que vailar un poco ante testimonios tales como el de Mr. Max Eastman, viejo amigo de Lenin, en se vio obligado a admitir que, wen verde ser mejor, eleestalinismo es peor que el fascisrmo, més cruel, bisbe- 1, injusto,inmoral y antidemoeritico, incapaz de reden ida por una esperanaa o un escripuld»,y que es «meor describrlo como superiascistan; y cuando vemos que el a 2 Lagat ‘mismo autor reconoce que «el estalnismo es socialism, en el sentido de ser el acompatiamiento politico inevta bie, aunque imprevisto, de la nacionalizacicn y a colect- Vieacién que ha adoptado como parte de su plan para crigir una sociedad sin clases’, su conclusidn alcanza Indi yen ‘competencia necesita, tanto como cualquier otro, una ‘structuta legal inteligentemente teazada y sustada con- tinuamente, Slo el requisito més esencial para su buen funcionamiento, la prevencin del fraude y el abuso (in- ‘luida en éste la explocacién de la ignorancia), propor ciona un gran objetivo ~nunea, sin embargo, plenamente realizado- pura la actividad lepisladora. Latarea de crear una estructura adecuada para una ope- *acidn beneficiosa dela competencia no habia avanzado todavia mucho cuando los Estados laabandonaron afin yl dire- ‘in centralizada. Nada, por lo dems, parece a primera vista mis plausible, o tiene més probablidades de atracr ‘la gente razonable, que a idea de que nuestro objetivo no debe ser ni a descentralizacién extrema de la libre competenca nila centralzacién complete de un plan ‘iico, sino alguna prudente mezcla de los dos métodos. Pero el simple sentido comtin se revela como un engaio- so gu en este campo. Aunque la competencia puede - porta ciera mezcls de intervencin, no puede combi- narse con Ia planificacién en cualquier grado que descemos si ha de spur operando como una guia eicar ‘dela actividad productiva.Tampoco ela planifcaién» ‘una medicina que, tomada en desis pequefias, pueda pro- Abc ls efectos que abe esperar des apicacin pena Competencia y direceién centaizada resulan instru rmentos pobres inefcientes son incompletos; son pin- cipios alternatives para la resolucién de! mismo proble- ma, y una mezela de los dos significa que ninguno ‘opera verdaderament,y el resultado sera peor que si se hubiese confiado sélo en uno de ambos sistemas ©, para expresarlo de otro modo, Ia planficacin y la competencia sélo pueden combinarse para planifcar la competencia, pro no para planer contra la compe: Es de la mayor importancia paa la compreasion de este libro que el lector no olvie que toda nuestra critica aiaca solamente «la planificacién conta la competency al planfcacién encaminada a sustiuir ala competen 3. Indio yc

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