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Maria Ligia Coelho Prado América Latina en el siglo XIX texturas, cuadros y textos julie Blestot Nitiez Espinoza & Ana Patrone @ Capitulo 1 de fo mismo qu ‘Sor [ANA Inés "Arguye de inconsecuente el gusto de los ho . y sus héroes, pensados ituyeron en el objeto pi ere Se See ‘Marla Ligla Coelho Prado fa Luis Mora (1794-1848) eseribi6 amplia Varnhagen publicé su historia vendencia, destacando especialmente la figura de don Pedro I, via guiado por la mano de Ia Divina Providencia, Conctaia el ibro. ssrmninamos, pues, saludando con veneracién y reverencia la princi )ADOR DEL. IMPERIO". . ene Daa de los héroes nacionales en la produecién de ° fadores se vineula, por un lado, alas cuestiones politicas de ta mn y, por otro, ala perspectiva dominante en ta época fundamentalmente a los “grandes hombres" la realizacion de rien el campo de lo simbélico, los héroes nacionales solo raidos después de luchas de representacign que determina: ¥ exclusiones particulares en cada pafs* fn Venezuela, la ‘de Simén Bolivar como héroe maximo es ejem- fe dedicado la vida a la causa de la Independencia, reco- nes de América del Sury perdiendo salud y fortuna ilio, en Santa Marta, criticado y despreciado Pero en Ja década de 1840, cuando Venezuela vi- as politicas que amenazaban su cohesién rar camibiaron radicalmente y 10 tar de los heroes que hhacional, Sus restos mortales fueron trasladados a iciando un verdadero culto a su persona, las fronteras venezolanas, colocandolo es en las luchas por la indepen excomulgé a Hidalgo y Morelos— continu representando a Hidalgo como ‘un demonio que engaftaba al pueblo creyente, Muchas piezas populares de no traicionero que tenia vinculos con el do Cuando la Iglesia fue derro- 6n de los héroes nacionales hubo lugar para todos, desde Hidalgo y Morelos, los lideres populares, hasta José de Iturbide, el artifice conservador de la Independencia, Posteriormente, con la revolucién mexicana de 1910 y su propuesta de wnidad nacion: les rinden homenaje, incorporando inclusive a aquellos que otrora fueron considerados “poligrosos" lideres populares. tado como el principal héroe de la Emancipac 0 Jos io de Andrada ¢ Silva, consejero del joven después nombrado Patriarca de la Independencia, compart responsabilidad por el “acto glorioso’. Luego de la legada de la Rept otros héroes ganaron espacio, como Tiradentes, considerado martir de la Independencia.” Corriendo paralela a la ' principales de las luchas por la Independen a —obras de una serie de autores menos valorados que eseribieron gvafias sobre las herainas de ese movimiento, Existe un repertorio com- sto por libros sobre "mujeres célebres’, “mujeres patriétt: jograficos que incluyen la historia de hombres y mujeres. En ese —que es nuestra fuente de investigaci —, es posible descubrir loro, proceso ieoléigico de a rvo- / la partielpacién de las uchas porlaindependencia politiea 33 ce alios, y que hizo emerger aspiraciones sociales diversas y en conflic- regiOn estuvo expuesta a una hicha incierta, en que la victoria de uno s lados no era evidente y donde la suerte cambié a menudo de ruta. El edo y la inseguridad configuraron una situacién como esa; sin embargo, s acompafiaban la esperanza y la certidumbre de un cambio para mej lores Galindo nos habla de varios murales limefios, de comienzo del siglo XIX, que retrataban la imagen del mundo. el rey aparecia esperanda juez, el usurero ejerciendo la caridad, los toros arremetiendo contra los 1a. Otros textos interesantes son las narraciones noveladas sobre la de esas mujeres, que ofrecen el misma esti ‘ional y las mismas idades patridticas.” 1.a historiogratia contemporénea —no s ntré otros caminos tedricos y metodolégi necesario afirmarlo— en- 5 para trabajar sus objetos inos de estudio, como el de extraordinarios en la mane- tratar los temas histéricos, Sin embargo, si tomamos un tema tradi- ja Independencia, notamos que la presencia de la mujer ia. Los libros de sintesis sobre la historia de la casi no se refieren ala ica de las mujeres en esos acontecimientos. La casi des: Gn de este grupo y ese silencio en torno a su actuacién nos hacen ala imagen prevaleciente de la mujer como persona poco inte absoluto participe en los temas politicos." de lo expuesto, este ensayo pretende, en primer lugar —va ie de las numerosas biografias tradicionales producidas en la segun- 1d del siglo XIX comienzo del siglo XX—, indicar que la participacion de las mujeres en las luchas por la Independencia en las di ativa de lo que se supone, ‘oncepto de que la mujer carecia de interés por los asuntos pil indo lugar, pretende analizar el discurso de esos biégrafos, en contribu otlo, imaginamos siempre hom- marchando a pie 0 @ caballo, luchando. Olvidamos que las mujeres, has veces con hijos, acompaiiaban a sus maridos-soldados; ademds, no habia abastecimiento regular de las tropas, muchas trabajaban lavando 0 cosiendo— a cambio de un poco de dinero. Las en- 9s ejércitos campesinos de Hidalgo y Morelos, as{ como, un después, en las fotografias de los ejércitos zapatistas de la rev ‘icana de 1910. Expuestas a la dureza de las campaiias y a los peligros, 'sbatallas, enfrentaban valientemente el infortunio de las guerras."* tanme avanaar alguitos aiios —después de haberse conguistado pendencia— para recordar la leyenda creada en Argentina en torno mujer que quedé conocida como Difunta Correa. Era la joven mu- dado que ingresé en las filas de Facundo Quiroga, en la época 's luchas entre federalistas y unitarios que dividieron el pafs. Acompa- marido y Hevaba consigo un hijo pequefio que atin amamantaba. jeultades de la catmpafia por las tierras secas del noroeste argentino le comida la levaron a la muerte, Cuenta la leyenda que cuando la raron, Ya muerta, alin sala leche de sus senos y el nifio continwaba nando. A partir de ese "milagro’ * Difunta Correa se transfarmé en ta popular, cuya devocién se propagé por la regién, Jas biografias anteriormente citadas indican la presencia no solo de 's que seguian al lado de sus companeros, sino de ve joven bahiana iché contra las pa, dems de la mftica herof- pornea también se rogistré Latina, Otros textos interesan ia de esas mujeres, que ofrecen el finalidades patridticas."* La historiogratfa contemporanea — contré otros caminos teéricos y metodolégicos para trabajar sus objetos de investigacién. Abrié, también, nuevos camninas de estudio, como el de la historia de Ja mujer, que supuso cambios extraordinarios en la mane- ra de tratar los temas histéricos. Sin embargo, si tomamos un tema tradi ional como el de ina bastante ec Independencia de América Latina, por ejemplo, casi no se refieren a la participacién politica de las mujeres en esos acontecimientos. La casi des- aparicién de este grupo y ese silencio en torno a su actuacién nos hacen retroceder a la imagen prevaleciente de la mujer como persona poco inte- ‘A partir de lo expuesto, este ensayo pretende, en primer lugar —va- ndose de las numerasas biogratas tradicionales producidas en la segun: la Independencia en las diversas ativa de lo que se supone, cos. En segundo lugar, pretende ani su mayoria masculinos, mostrando cémo su visién contribuy6 a eli ‘memoria de las mujeres militantes rebeldes. Para comenzar, es preciso recordar que, en las colontas espaiiolas, al contrario de Brasil, hubo una guerra prolongada que duré entre diez y ao. ancy del mo pretendemos de i biogréfico amertcano, Pa ros arremetiendo Cuando se habla de e imaginamos siemp: es marchando a pie 0 a caballo, luchando. Olvidamos que las m uuchas veces con hijos, acompaftaban a sus maridos-soldados; ‘como no habia abastecimiento regular de las tropas, muchas u —cocinando, lavando 0 cosiendo— a cambio de un poco de di ontramos en los ejércitos campesinos de Hidalgo y Morelos, siglo después, en las fotogratias de los ejércitos zapatistas de la reve fexicana de 1910. Sxpuestas a la dureza de las campafias y a los 5, enfrentaban valientemente e! infortunio de las gui Permftanme avanzar algunos afios —después de haberse co la Independencia— para recordar Ia leyenda creada en Argentin: ida como Difunta Correa, Bra la jer de un soldado que ingresé en las filas de Facundo Quiroga, de las luchas entre federalistas y unitarios que dividieron el pais. faba al marido y levaba consigo un hijo pequefio que atin amam Las dificultades de la campafa por las tierras secas del noroeste a yllafalta de comida ve. Cuenta la leyenda que c encontraron, ya muert sche de sus senos y el nifio com vivo, mamando. A partir de ese “milagro’, Difunta Correa se transfor janta popular, cuya devoci6n se propagé por la region. Las biografias anterlormente citadas indican la presencia no dados que se levantaron en ‘conocida figura de Maria Quité la, vestida orgullosamente de hombre, que luché cont fuerzas del general Madeira, no result6 ser una excepcidn en el amplio es cio de América Latina. Por otrs parte, en Europa, ademas de la mitica he na francesa, Juana de Atco, en la época contempordnea también se registr 13, En México sonllamadas las soldaderas" véase el 1 usin, University of Toss Pras, 1990, Siglo XIX, existieron entraron en el ejérc volucién Francesa, tanto del ido francés cuanto del alemén, Mosse cita un “las heroinas alemanas’ de las guerras entre autor documenta la presencia de 17 mujeres ves. razaron la “eausa patridtica’ jendo a América Latina, las biografias rec mite de mujeres lefensoras de la Independencia, La ov. Quiteria de Jesus de adherirse ala causa de la Indep i leer ni escribir, pero escuch dad de su padre, en texto, publicado en 1912, sobre 1807 y 1815, en el cual , como solda- ida por Maria \dencla es ejemplar atridtico. Participé en algunas batallas, se ia por el emperador, en agosto condecoré con la orden del Cruzeiro y la promovi a aiféree tr6 con la viajera inglesa, Maria Graham, !presiones: las siguientes . sangre fri dar que el retrato “oficial” de Maria Qu ne de uno de los batallon audacia, a5 ss mujeres en las hichas por la independencia p irg0, si Maria Quitéria de Jesus necesit6 disfrazarse de hom re, en los casos que vamos a citar a conti kadas a esconder su sexo para participar en fas en 1815; se cuenta que Manuela, al ver aproximarse cludad, notando cierta vacilaclén por parte del pequefio gra dos, habria afirmado: "Si ya tarnos al enemigo, y mé portefta, formaba parte d Martin en el Perit y participé en muchas batallas." En Boyacé, en 1819, Evangelista Tamayo, natural de Tu! rdenes de Bolivar, muriendo en 1821, con el grado de n embargo, la figura paradigmatica de mujer-s 's armadas, algunas bajo su comando, perdiend itamientos todos sus bienes. Gané fama por s legando a obtener el grado de teniente-coronel. H: llamado “las amazonas’, que la acompafiaba en in perioda de continuas derrotas de las fuerzas es dect, ella y el marido, el coronel Manuel dos del capellan y de sus ayudantes de campo er, uniformada como ella— estaban en retirada, 6 escapar, pues nte de campo, inmediatamente ¢ marido, Juana continud participando en Después de Ja tinica hija que habia sobrevivido, recibié una pequefia pensid el gobierno de Antonio José de Pero luego dejé de recil pobre y olvidad: Bolivar dej6 un testimonio de la participacién efectiva de las mujeres ’@ proclama al ejér- elogié no solo a los soldados hom- en Ia guerra por la independencia cito que liberto e Venezuela. En fharon sangre; hi (es, porque concibi su época. Me refiero a Manuela Séenz, hija ileg espatiol, para acompaitar a Bol dismi su independencia, inteligenci far durante su estadia en Pert ar, a quien conocié en 1822, e escribié cartas que Nueva Impzessora, 1966, of siglo xe cots para su e pak, ob. cit, p 257, «ra los candldos y fem rar a muchas designio de guerrillera, pese a que las dificultades iban en aumento. Después de la Independencia, viviendo con ma. La pasion no hasta la muerte de Bolivar, en 1830. Mucho se ha escrito sobre sagacidad e iniciativa. Cuid6 los archivos de ictaba y lo salvé, n diversos testimonios, de dos intentos de asesinato. Después de la os Andes Juana Azurduy i, 12 vols, durante la ciudad 4. Recibié buena edu sus padres, a los 18 afios, tuvo ido del virretnato. Conoci6 en su irés Quintana Roo, joven poeta yucateco partidario de la Inde- de quien se enamoré. Sin embargo, ] pedido de matrimonio ruchazado por el tio, Poco después, Quintana partié para unirse a las ie Morelos en Oaxaca. Leona permanecié en la ciudad, pero man- 1 contactos con su novio y de diversas maneras trataba de aux surgentes, con dinero e informaciones; se afirma que hasta compré mprenta y la envié a su novio, Sus actividades denunciaban que se ia adheride a la causa de la Independencia y comenzaron a Jevantar ‘olegio de Belén, Larego de diversas pe- ias, fue liberada por tres oficiales insurgentes pudiendo, finalmente, ir suentra de Quintana Roo, con quien se cas6. A partir de ese momento, 1u6 al lado de su marido, huyendo de los realistas y escondiéndose; ias, nacié su primera hija. Luego de algunos episodios 9s dos acabaron entregindose a las ‘sas eircunsta S, haciendo reivindicaciones, luchando por recuperar parte de la fortuna scada en los alios de guerra, visitando al presidente de la repiblica, istasio Bustamante, para denunciar las amenazas que su marido v endo, siendo objeto de criticas en los periddicos de opo stancia, actuando como una figura publica. Cuando mu 0s politicos le rindieron homenaje y los periédicos le dedicaron articulos. Jos Maria de Bustamante dice que ella fue “el ornato de su sexo y la glo- de su patria” Hay relatos diferentes sobre otro tipo de part ejemplo, las que trabajaban como mensajera para los insurgentes. Su condicién de mujer st paciGn de Jas mujeres, Mevando informacio- sstamente levantaba ites, 1945, Gabriel Garcia Marquee. se Jas novelas El general on slaberintay Echanove, 1945, levata infor: dos, es sin duda la mas co- a sencilla, trabafaba como costurera, Nacida en la pequeita eiudad de Guaduas, desde muy joven formé parte de los insurrecton Pre Su sapacidad de enviar informaciones alos rebeldes sobre los realistas, fue vials Por un grupo de patriotas a Santa Fe de Bogota. Por la propin pro. habitualmente frecuentaba casas de familias de fortuna —rmuchos tas— recogiendo, de esa manera, informac ‘. Ya que se hablaba libremente delante de aqu rerita’. Estuvo cerca de los lideres de la resistencia er ®, como Ios hermanos Almeyda. Su participacién fue tan importante io un grupo de rebeldes cayé prisionero —entre ellos, leo Sabaccin, ‘4 biografia novelada seitala como su gran amor—, habla documentos Compromettan directamente. En ellos constaban listas de nombres patizantes de la Independencia en Bogota, al lado de informacio. {a cantidad de armas y municiones de las tropas realistas, Presa y ue condenada a muerte, junto con otros ocho hombres, entre ello 51 fusllamienta ocurrié en la plaza principal de Bogota, el 14 de npacto sobre a poblacién. Su valentia Nia ¥ la virulencia de sus palabras contra la opresi6n de los espaito- jomento final, fueron registradas por testigos y recuperadas a “mensajera” mas famosa es Josefa Ortiz de Domingue: corregidor de Querétaro, Miguel! Domfnguez. Era de familia io de las Vizeatnas, de donde salié para inculos con los conspiradores que pre~ iar la rebelién por la Independencia; al saber que esta rebelion ‘a y que los conspiradores irfan presos, hizo que la noticia tasta ellos, precipitando la decisién del “Grito de Dolores" Sin em. Pareja fue capturada, aunque él en seguida fue perdonado, Elia, 0, tuvo que pasar largos periodos como prisionera en diversos €n Querétaro y en la Ciuciad de México, Conquistada la Inde ‘ continué mantenlendo sus intereses y actividades politicas, licarpaSalavorrieta, Bo- a reciente, véase james Latin America, Chieago, ventanas fueron selladas; sin embargo, los vecinos er Ipod ve tua cas ua ou eal, Ano Sanne, e Socorro, en Nueva Granada, que financié a las tropas rebeldes y les pa- informacién, tuvo el mis : . por haberse negado a habl lan, sur de Chile, destacé por su gran hab cdo discursos sobre la libertad en v: , lca, Amonestada por los realistas, continué con s in, tuvo la cabeza rasuradla y, como ca ergilenza publica’, en la plaza prin: disc Monasterio de : casada con un oficial francés que habia ser we era defensor de la Independencia, En s 195 de los que compartian las ideas de liboraci jo en Argentina con Linters modesta sala se reunfan mu- de las colonias, Su hi por la causa. Escribfan cartas a los emigrados, pasaban informacl {n estuvo en Mendoza, le enviaron Jos insurgentes; cuando San Martin estu cis sobre la stein de los realists, Descubtrt, fue capturada y 6 todo tipo de presin para delatar a otros involucrados. Negi fue condenada a la horca, debiendo presenciar antes el sup a la cual le cortaron la mano derecha, por haber escrito cartas informes consideradossubversivos. Fue perdonadasitima hor, pero urié poco después, victima de una enfermedad contraida en la prisién, Aunque las bio res que venian de fa por income Meccoy ae ru 1950, tne p28 1 Jue Domingo Cots oc 60. re Las mujeres ta Independent, Sania sno Cortés, of. city J, L. Trenti segunda edict "Tronti Rocemora, ob. norizado que encontré hal a, na az, en 1770, Bra artesana y se cas6 con un mestizo de la mista pi que mutié algiin tempo después. En 1809, en Is rebelién de La Paz por Ja Independencia, Simona Josefa desempeié un activo papel, reuniendo y organizando a los vecinos de su barrio que se dirigieron armados a la pla- za de Armas, donde se exigia el cabildo abierto. Derrotado el movimiento, sus lideres fueron ejecutados y muchos fueron presos. Ella consiguié hui escondiéndose en un pueblo del interior Sin embargo, en 1814, en oca- sin de la rebelién de los hermanos Angulo (iniciada en Cusco y que llegs hasta el Alto Peri), volvié a desempefiar sus actividades revolucionarias Derrotados nuevamente, fue denunciada y Hlevada a la prisi6n; buscaban también a su hijo, quien no fue encontrado y del cual se perdié el rastro, Luego de capturada, fue sometida a juicio sumatio, teniendo una muerte atroz; se le afeit6 la cabeza y, desnuda, fue exhibida en las calles montada en un burro, flagelada y fusilada por la espalda en la plaza publica, Este castigo deshonroso est probablemente relacionado con su condicién de mestiza y pobre.” sas son apenas algunas indicaciones del elevado niimero de registros sobre las actividades politicas de las mujeres en el periodo de la Indeper dencia, Tales blografias, como ya dije, tenian objetivos patriéticos y de exal- tacion de las figuras femeninas que se involucraron en las luchas por la Independencia.” importancia de la “causa patridtica’, ¢La In- dependencia era, en Ia concepcién de los contemporaneos, un asunto de hombres del cual las mujeres debfan mantenerse apartadas? Aunque la respuesta, de manera general, deba ser afirmativa, no es tan absoluta cuan- la Vega, Simone fossfa Manzaneda, La Paz, Libreria Editorial Juve oft. tes textos: Manuel de Jess An sus nombres con elgunos bo- imento, 1940; Angel Mancera Gal cas, s.ed_s.C;.D. Monsalve, Mujeres de al, 1926, y Carlos Hernande2, Mujeres célebres Casa Editorial Lazano, 1916, mma en fa enc, Bagot, ade México, San Ax leceln de panfetos del period de a independencia, nCarter Brown, jase de. lependencia. in Je prom jese a las nuevas estar entonces al lado de su hermano. En otro panfleto, el entre Paulino y Rosa, abordando el tema mas complejo de la de usar la violencia para alcanzar la libertad, Nuevamente logra cera su hermana, Por un lado, aparece el hombre, como el duefio de ‘onvenciendo a la mujer, inmersa en el mundo de los sentimientos os. Por otro lado, él le conferfa una dimensién mas amplia que la stica, ya que estaba interesado en persuadirla de la importancia de su ica de la Independencia. ‘sos panfletos traen a Ja memoria la actitud de Javiera Carrera, her- de los lideres de la independencta chilena, José Miguel, Luis y Juan jue acompaié entusiastamente la lucha de los hermanos y los siguié argentino, donde acabaron siendo asesinados, Ella también fue jente perseguida y tomada prisionera por algiin tiempo. Se cuenta sala de su casa, en Santiago de Chile, era punto de encuentro de los evolucionarios. mitad club y mitad asamblea, que certanoche se desplegé a la vista de los presentes emocionados el nuevo estandarte de la patria, que debia colocarse en el ugar del espaol. Un breve comentario sobre el lenguaje de nuestro autor —regresaré a ceste tema mas adelante— ind! de la narracién y la inv lad de la figura de la mu) sala fuese de Javiera, que organizaba esas sesiones y a quien se le atribuyé la concepeién de la bandera, él afirma que alli se reunian “todos los hombres e ideas de la época’, sin mencionar su nombre. La importancia que tenia convencer a las mujeres puede apreciarse también en México, donde se encuentran maniffestos en periédicos, don- de las mujeres eran convocadas a participar en el movimiento por la Inde- pendencia, £1 Semanario Patristico Americano, de los domningos 22 y 29 de 3% Vicente Gres, ob. cp. 38. 42 Maria Ligla Coelho Prado noviembre de 1812, publicé un manifiesto titulado “A las damas de México” taba la necesidad de Ia “dulce ayuda de jeres" para ufo revolucionarte. ad de la patria et y hacer que los de México se decidiesen a tomar las armas contra el déspota europeo [..] Que era tiempa de demostrar a la d mas mexicanas sa- bian pacticipar de las gra p toda la energia cuando cin [..] Que felizmente ya se contaban con pesar del esplonaje y de las jucios, se habia a prestarie ala nacion servicios de fa mayo; | momento feliz de la libertad, y que entonces nombres de esas damas y de sus heroicos actos, y con admiracion.* les empresas y luc! por lo tanto, que algunos de los protagonistas masculinos les confiriesen a las mujeres un rol, aunque secundario, en las luchas porla Independencia, Analicemos, ahora, los conceptos sobre las mujeres rebeldes subya- contes en las ya referidas biograffas, en general escritas por hombres. En esos relatos, el lenguaje empleado evidencia los objetivos edificantes de los textos y nos presenta un retrato de mui do como ejemplo para las generaciones contempordneas y futuras, Las mujeres eran modes- tas, dedicadas, altruistas, generosas y abnegadas. En to 5, se mol dearon normas de respetabilidad a partir de las cuales sus vidas ganaban un lugar digno en la galeria de las figuras nacionales. George Mosse traz6, para Europa, las intrincadas relaciones entre n: cionalismo y respetabilidad, término este que, a partir del inicio del siglo XIX, comenzé a indicar modos y moral decentes y correctes, juntamente a una actitud sobria con relacién a la sexualidad. Desde el fin del siglo XV ujeres retrata- “adecuadas y correctas posteriores las transformaron en heroinas respetables, ficaban por el “amora la patria’ articipacién de las mujeres en las luchas por aa ‘independencl \s actos respondian exclusivamente a las demandas del corazén. {tro punto importante. En las biograffas, las mu} insurreccién, No aparecfan como seres dotai 1, después de un balance cuidadoso de las partes. A \vo oportunidad de "dar a conocer los admirables dotes de su cw vexicana Rita Pérez de Moreno, “matrona que era un ngel de \das por fuertes s De esta manera, el circuito de la mujer 0 el campo en que se le las emociones. De acuerdo con esa idea, su retrato a do la imagen del sacrificio y del sufrimiento; todas estab portar las mas duras penas, si ellas resultasen en el rosas, falta continuar, porque crefan que la recomper serfa alcanzada. ssas blografias enfatiz storia, era laudable que ellas est tica para luchar por la “causa justa P ado. La biografia de ‘ivamente por la Independencia, termina asi cia], dofia Rita lloré la muerte de su espos » de su hogar en la ciudad de Lagos, donde na e 82 afios y dejando un recuerdo eterno'®* Naturalmente, son también presentadas como ‘sposa, Aunque la blografia muestre que la mujer estw hhuit, dejando muchas veces a los hijos con otros nsisten en mostrarlas como abnegadas y dedicad sstaban impregnadas de una fe extraordinati y de los quehaceres dom: 46 Maria Ligia Coelho Prado. Sin embargo, es posible encontrar vestigios concretos que recuerdan la actuacion de esas mujeres. El nvés destacado, en este particular, parece ser el homenaje ala boliviana Juana Azurduy de Padilla. El aeropuerto de Sucre leva su nombre y alla también se encuentra una estatua que la representa ‘montada a caballo, amenazando a los realistas con aire desafiante. Su reco- ocimiento oficial se torna mas evidente cuando recordamos que Azurduy €s el nombre tanto de una provincia del departamento de Chuquisaca como de su capital. Poemas y piezas de teatro popular fueron y continéan siendo escritos en su La Pola también se gané una estatua en Bogota que la muestra sentada, eon los ojos vendados, antes de que los realistas la ejecutasen. Su efigie aparece en el billete de dos pesos colombianos. Tam- in fue protagonista de poemas, piezas teatrales y novelas que cantaban su valentia, En Bahia, el reconocimiento de la actuacién de Maria Quitéria se hace particularmente en las escuelas puiblicas. En la plaza de Santo Do- mingo, en el centro de la ciudad de Méx: Ja historia de su vida. Finalment observacién sobre la cuestién del comportamionto Politico femenino. Lo que mas me llamé la atencién fue la transfor de esas mujeres rebeldes, que desafiaron a las instituciones més poderosas sia—, en modelos ejemplares de “buen compor- ez, 0 La Corregidora, por ejemplo, “desobede- 16” a su esposo, que la habfa encerrado en casa —temeroso de que el Comprometiese atin més con los realistas-—, y cons @ Hidalgo, Allende y Aldama que la conspiracién habia sido descubierta, Leona Vicario huyé del convento donde estaba presa, auxiliada por tres off. para encontrarse con su novio, Quintana Roo, con quien ain no se habia casado, Maria Quitéria huyé de su fa hombre y luchar como soldado, en una decisi Fueron mujeres rebeldes, insubordinadas, actuando fuera de las reglas y de las normas, que ganaron respetabilidad, transformadas en modelos de esposa y madre, glorificadas por todas las virtudes cristianas intimamente entrelazadas con las virtudes patridticas. En definitiva, biograffas domesti cadas, descarnadas y liberadas de cualquier dimensién de contflicto qu sea aquel entre el bien mayor —Ia patria— y el mal absoluto — canzaron en esas biografias el altar de las santas rafos ls retiraron del espacio piblico, donde efectiva politica, y las confinaron al espacio privado, ya ido como “el lugar dela En una palabra, fue olvidado u ocultado que las mujeres que partic ron en los movimientos por l endencia actuaron en un circuito ent identiiado con el dea politics, tivadas por ideas se y creencias que las llevaron a romper con los cénones sociales y vigentes. Su notable coraje —especialmente en los momentos lca que estaban preparadas para aceptai laprisién y condena— secuencias de su eleccién.

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