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I. ILICITO CIVIL TIPICO A. CONCEPTUALIZACION: La caracterizaci6n del ilicito civil nos ha Ievado al estudio de cada uno de sus elementos: un acto del hombre, la imputabili- dad, la antijuridicidad, el daio y la relacién causal. De la con- currencia de todos estos elementos nace la responsabilidad por delito o cuasidelito civil. Se ata, por lo mismo, de una figura abierta, capaz de encuadrar todas las conductas que retinan las exigencias analizadas. Pero la responsabilidad extracontractual tiene otra fuente, que se satisface formalmente con la simple ejecucién de la conducta tipificada en la ley. Por lo mismo, se trata de casos en que el ilfcito se transforma en una figura tipica, en la cual surge la responsabilidad de la sola presencia de los presupues- tos contenidos en la hipétesis definida en la norma juridica. Hay en este supuesto una clara aproximacién al ilicito penal, que, como se dijo, existe como figura tipica, vale decir, definida detalladamente en la ley. Los ilicitos civiles tipicos no requieren, entonces, de la re- unién de todos los elementos analizados en lo precedente. Para hacer nacer la responsabilidad es suficiente con la capacidad del sujeto que incurre en la infraccién legal y la existencia de un perjuicio. Los demas presupuestos de la responsabilidad delictual y cuasidelictual deben darse por establecidos con el solo quebrantamiento de la norma que tipifica el ilicito. El andlisis, por tanto, debe limitarse a la constatacién de que se ha desplegado la conducta descrita en la ley por parte de una 455 456 RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL persona capaz de responsabilidad extracontractual, y que se ha irrogado un perjuicio como consecuencia de aquel comporta- miento. Hemos senalado que existe responsabilidad siempre que se haya quebrantado una obligacién preexistente. En este evento, la obligacién puede extraerse -en cada hipstesis— del mandato legal expreso que ordena la reparacion. Asimismo, el factor de imputacion (dolo, culpa, riesgo) esta implicito en el incumpli- miento de la norma. Lo propio ocurre a propésito de la antiju- ridicidad, la cual se satisface plenamente con la tipicidad del hecho. Respecto de la relacién causal, ella subsiste, a juicio nuestro, de manera muy atenuada. Basta para darla por esta- blecida con la comprobacién de que el dato -que si debe acreditarse- deriva del hecho descrito en la ley, asi sea necesa- ria la intervencién de otras concausas que, para estos efectos, quedaran absorbidas por el hecho basal en que consiste el ilici- to tipico. En otros términos, se trata de una figura tipica en la cual la responsabilidad nace, fundamentalmente, de un mandato ex- preso contenido en la ley civil. Son numerosos los ilicitos tipicos contenidos en el Cédigo Civil. Para aclarar esta figura analizaremos algunos de ellos, que nos parecen mas relevantes, sin la mas minima intencién de agotar su anilisis. El articulo 631 del Cédigo Civil expresa que: “La persona que haya omitido las diligencias aqui ordenadas, perdera su porcién en favor de la municipalidad, y aun quedara sujeta a la accién de perjuicios, y segtin las circunstancias, a la pena de hurto”. Las diligencias a que se refiere la ley tienen por objeto hacer posible que el duefio recupere las especies denominadas “al parecer perdidas”. Como es sabido, todas ellas deben po- nerse a disposicién de su dueno, en defecto de lo cual seran entregadas a la autoridad competente, la cual publicara tres avisos para poner en noticia del propietario el hallazgo. En caso que el dueno, después de los tramites ordenados en la ley, no se presentara, las especies se venden en ptiblica subas deduciéndose del producto “las expensas de aprensién, con- servacién y demas que incidieren; y el remanente se dividira por partes iguales entre la persona que encontré la especie y la ILICITO CIVIL TIPICO 457 municipalidad respectiva”. Agrega la ley que si el dueiio apare- ciere antes de la subasta, debera pagarse al que encontré la especie, a titulo de salvamento, lo que adjudicare la autoridad. Cabe agregar que el articulo 448 del Codigo Penal sanciona como delito de hurto al “que hallandose una especie mueble al parecer perdida, cuyo valor exceda de medio sueldo vital, no la entregare a la autoridad o a su duefio, siempre que le conste quién sea éste por hechos coexistentes o posteriores al hallaz- go”. Por su parte, el articulo 494 del mismo Codigo sanciona con la pena de falta al que ejecutare el hecho penado en el articulo 448, “siempre que el delito se refiera a valores que no excedan de medio suelto vital”. En sintesis, la sola circunstancia de no proceder de la ma- nera ordenada en la ley, trataéndose de especies al parecer per- didas, hace responsable civilmente al autor de todos los perjui- cios que se irroguen para su dueno, sin que sea necesario acreditar la existencia de dolo o culpa de su parte, factores de imputacion que quedan, como se dijo, absorbidos por la tipici- dad de la conducta incriminada en la norma. Se trata, por ende, de un ilicito civil tipico, en que la res- ponsabilidad surge de la sola concurrencia de los hechos aludi- dos en la norma, sin que sea necesaria la presencia de los demas elementos antes estudiados. El articulo 667 del Cédigo Civil, ubicado a propésito de la reglamentacion de la especificacién, sefiala: “El que haya he- cho uso de una materia ajena sin conocimiento del dueiio, y sin justa causa de error, estara sujeto en todos los casos a perder lo suyo, y a pagar lo que mas de esto valieren los perjuicios irroga- dos al duefio; fuera de Ja accién criminal a que haya lugar, cuando ha procedido a sabiendas. Si el valor de la obra exce- diere notablemente al de la materia, no tendr4 lugar lo preveni- do en el precedente inciso; salvo que haya procedido a sabien- das”. Para que pueda hacerse valer la responsabilidad civil, es necesario, en este caso, acreditar que se ha hecho uso de un material ajeno sin conocimiento del duejio y sin justa causa de error (sin una excusa razonable y verosimil), quedando el au- tor obligado a reparar todos los danos que ha causado, sin perjuicio de perder la propiedad de la obra ejecutada. Pero si la obra valiere considerablemente mas que la materia, el autor 458 RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL quedara sujeto a la reparacién de los perjuicios sin perder la propiedad de la obra ejecutada. Nuevamente la responsabili- dad surge, con independencia de los elementos analizados, de la sola circunstancia que se desarrolle la conducta incriminada en la ley. La parte perjudicada no esta obligada a acreditar ni dolo ni culpa, sino sélo los presupuestos de hecho contenidos en la descripcién legal. Podra pensarse que la “justa causa de error” nos aproxima a la nocién de culpa. Aun cuando asi sea, la noci6n es mas precisa, ya que pondra en manos del juez la decisién de si el error invocado es verosimil e induce a un comportamiento justo. No se puede, por lo mismo, confundir con la culpa, factor de imputacién ya estudiado. E] articulo 926 del Cédigo Civil contempla otro caso muy semejante. “El que injustamente ha sido privado de la pose- sion, tendra derecho para pedir que se le restituya, con indem- nizacién de perjuicios”. La expresién “injustamente” esta, in- dudablemente, referida a aquello contrario a derecho, en oposicién a la legalidad vigente. Basta, por lo tanto, con acredi- tar que se ha sido privado de la posesién contra derecho para que el causante sea responsable de todos los perjuicios causa- dos, al margen de los demas requisitos generales estudiados. Particularmente importante resulta esta disposici6n en materia de posesion de los bienes inmuebles, atendido el rol que en ellos juega la inscripci6n como requisito, prueba y garantia de posesion (articulos 686, 724 y 728 del Cédigo Civil). Aquel que contra derecho priva a una persona de la posesién queda, auto- maticamente, obligado a reparar los perjuicios que su conducta causa. En las paginas precedentes analizamos lo previsto en el arti- culo 934 del Cédigo Civil, especialmente a proposito de la in- terpretacién del articulo 2323 del mismo Cédigo, que regla- menta los danos que ocasiona la ruina de un edificio. Ahora bien, esta norma constituye, sin duda, otro caso de un ilicito civil tipico. Interpuesta que sea una querella posesoria de obra ruinosa, la ley insta al actor a notificar la demanda y dar curso progresivo a los autos, con el fin evidente de atajar los dafios que pueden sobrevenir a los propietarios de los inmuebles veci- nos. “Si notificada la querella, cayere el edificio por efecto de su mala condicién, se indemnizara de todo perjuicio a los veci- ILICITO CIVIL TIPICO 459 nos; pero si cayere por caso fortuito, como avenida, rayo 0 terremoto, no habra lugar a indemnizaci6n; a menos de probar- se que el caso fortuito, sin el mal estado del edificio, no lo hubiera derribado”. Para hacer valer la responsabilidad del due- fo del inmueble ruinoso, basta, entonces, con notificar la que- rella posesoria, sin que sea necesario ningtin otro presupuesto. Es el duefio del inmueble que cae el llamado a excepcionarse acreditando que el derribamiento ha sobrevenido por un caso fortuito. En este tiltimo supuesto los afectados por los darios, a su vez, pueden acreditar que el caso fortuito no habria derriba- do el inmueble si éste no se hubiere hallado en mal estado. La responsabilidad, también en esta hipétesis, nace de la sola con- currencia de los elementos establecidos en el tipo civil, facili- tando considerablemente a las victimas la reparacién de los perjuicios sufridos. Al reglamentar los Ilamados ejecutores testamentarios, la ley ha puesto bajo su responsabilidad la obligacién de dar noti- cia de la apertura de la sucesi6n (cuestidn trascendental para quienes tienen derechos que hacer vyaler en contra del causan- te) y de pagar sus deudas (deudas hereditarias). Para este tlti- mo evento, se impone al albacea el deber de “exigir que en la particion de los bienes se sefiale un lote o hijuela suficiente para cubrir las deudas conocidas”. Los articulos 1285 y 1286, por lo tanto, dan cuenta de obligaciones perfectamente defini- das. El incumplimiento de estas obligaciones configura un ilici- to civil tipico. En efecto, el articulo 1287 ordena que “la omi- sién de las diligencias prevenidas en los dos articulos anteriores, hard responsable a el albacea de todo perjuicio que ella irrogue a los acreedores”. Agrega la misma disposicién que esta obliga- ci6n pesa por igual sobre los herederos presentes que tengan la libre administraci6n de sus bienes, o sobre los respectivos tuto- res o curadores, y el marido de la mujer heredera, que no esta separada de bienes. En todos los casos indicados la responsabilidad se deriva de la sola ocurrencia de la hipotesis descrita en la ley (tipificada). Bastard que el perjuicio que se reclama se siga de la ausencia de noticias sobre la apertura de la sucesién, o del no pago oportuno de las deudas del causante, o del hecho de no haber- se formado en el proceso particional hijuela pagadora de deu- 460 RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL das, para que automaticamente proceda la responsabilidad del albacea, cualquiera que sea el grado de diligencia que alegue haber desplegado. Por ultimo, intimamente vinculado al caso anterior, se halla el articulo 1336 del Codigo Civil, que impone al partidor velar por la formacién de la hijuela pagadora de deudas. “El parti- dor, aun en el caso del articulo 1318, y aunque no sea requeri- do a ello por el albacea o los herederos, estara obligado a formar el lote e hijuela que se expresa en el articulo 1286, y la omisién de este deber le har responsable de todo perjuicio respecto de los acreedores”. ‘También en esta hipstesis la res- ponsabilidad surge del solo hecho de quebrantar lo ordenado en el articulo 1286, que dispone la formacién de una hijuela o lote destinado al pago de las deudas de la sucesién, con inde- pendencia del dolo o culpa que pueda explicar la omisién. A los casos anteriores deberia agregarse, por la originalidad de la disposicién, lo previsto en el articulo 423 del Cédigo Civil, a proposito de las obligaciones de los tutores y curadores. Como es sabido, todos ellos deben rendir cuenta de su gestidn, con los antecedentes justificativos de la misma. F articulo cita- do sefiala: “Contra el tutor o curador que no dé verdadera cuenta de su administracién, exhibiendo a Ja vez el inventario y las existencias, o que en su administraci6n fuere convencido de dolo o culpa grave, habra por parte del pupilo el derecho de apreciar y jurar la cuantia del perjuicio recibido, comprendien- do el lucro cesante; y se condenar4 al tutor o curador en la cuantia apreciada y jurada; salvo que el juez haya tenido a bien moderarla”. Se aprecian en esta norma varias cosas importan- tes. Desde luego, la regulacién anotada comprende dos situa- ciones: cuando el tutor 0 curador no da cuenta verdadera de su administracién, exhibiendo el inventario y existencias; y cuan- do éste ha obrado con dolo o culpa grave. En cualquiera de estos supuestos sera el pupilo quien aprecie y jure la cuantia del perjuicio en el que debe comprenderse el lucro cesante. Sera éste el monto que debe mandarse pagar, salvo que el juez decida moderar la cuantia de la reparacién, pero no excusarla del todo. Creemos que en el andlisis del articulo 423 resulta absoluta- mente claro que una cosa es la responsabilidad por dolo o ILIGITO CIVIL TIPICO 461 culpa, y otra muy diversa por el hecho de que no se dé cumpli- miento al deber de rendir cuenta fidedigna y documentada de lo obrado por cuenta del pupilo. Refuerza lo dicho la circuns- tancia que la ley entregue al pretensor -el pupilo— la facultad de establecer la cuantia de la reparacién, pudiendo el juez sdlo rebajarla. Los casos de ilicitos civiles tipicos se encuentran también en leyes especiales, pudiendo citarse, como ejemplo, el artfculo 20 de la Ley N’ 19.496, de 7 de marzo de 1997, que establece normas sobre la proteccién de los derechos de los consumido- res. Dicha norma contiene siete hipétesis de responsabilidad legal. B. ELEMENTOS DEL ILICITO CIVIL TIPICO Conviene precisar qué elementos de la responsabilidad extracontrac- tual deben concurrir en los casos de ilicitos civiles tipicos. 1. NORMA EXPRESA QUE DESCRIBA Y DEFINA OBJETIVAMENTE LA CONDUCTA DE LA CUAL SE SIGUE LA RESPONSABILIDAD Para situarnos en este campo de la responsabilidad, es indis- pensable la existencia de una norma juridica que describa una conducta en términos de contener todos y cada uno de los elementos de la misma. En todos los casos citados se puede comprobar que la ley hace una relacién precisa de la acci6n de la cual surge la responsabilidad. Se trata, entonces, de un caso de tipicidad civil, en todo semejante a la tipicidad penal. No hay responsabilidad sino cuando concurren los elementos indi- cados, sin perjuicio de aplicar a esta conducta las normas gene- rales sobre responsabilidad. Por lo tanto, el juez debera exigir que la conducta de la cual derive la responsabilidad se ajuste estrictamente a las exigencias legales. Este elemento es, sin duda, esencial, ya que los demas son comunes con los ilicitos civiles atipicos. 462 RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL 2. CAPACIDAD DEL RESPONSABLE PARA SER SUJETO PASIVO DE UN ILICITO CIVIL Si hablamos de un ilicito civil, es obvio que éste no puede ser imputado a una persona incapaz de delito o cuasidelito civil. Por aquéllas responden las personas bajo cuyo cuidado se en- cuentran, pero en este evento se responde, como ya se dijo, del hecho propio, vale decir, de la falta de diligencia en el cuidado del incapaz. Lo anterior no obsta a que en ciertas hipdtesis pueda imputarse a un incapaz una conducta descrita expresa- mente como ilicita en la ley, pero la responsabilidad se fundara siempre en la falta del deber de cuidado que pesa sobre el cuidador, lo cual nos hard volver a la construcci6n de un delito o cuasidelito atipico, en que sera necesario probar la culpa o el dolo del encargado de la custodia del incapaz. 3. DANO La responsabilidad por un ilfcito civil tipico supone la existen- cia de un dajio susceptible de repararse. Sin dafio no hay res- ponsabilidad extracontractual, como quiera que la conducta incriminada esté sancionada o descrita en Ia ley. 4, RELACION CAUSAL ENTRE LA CONDUCTA DESCRITA EN LA LEYY EL DANO PRODUCIDO Finalmente, la responsabilidad por dafios parte de un supuesto basico: el dafio proviene de la accién que se reprocha, como consecuencia directa y necesaria de la misma. Para reclamar la reparacion de los danos que provienen de un ilicito civil tipico no basta, entonces, con invocar la ley (tipicidad de la conduc- ta), sera necesario unir a ella el menoscabo patrimonial 0 ex- trapatrimonial que conforma el perjuicio. Como puede desprenderse de nuestros andlisis, tratandose de esta figura no es necesario acreditar la existencia genérica de un hecho humano, bastando que se despliegue la conducta que la ley especificamente reprocha, tampoco ser necesario ILIGITO CIVIL TIPICO 463 acreditar un factor de imputacién (dolo o culpa), ya que él quedara absorbido por la tipicidad de la figura civil. La antijuri- dicidad de esta conducta no tiene como antecedente el incum- plimiento de una obligacién genérica de no causar dano con imprudencia o dolosamente a nadie (alterwm non laedere), sino una norma expresa en que la contradiccién de la conducta con el ordenamiento normativo arranca de la deduccién de una norma primaria a partir de la norma secundaria expresada en la ley. Lo anterior, creemos nosotros, nos autoriza para sostener la autonomia de esta figura que hemos denominado ilicito civil tipico, precisamente a partir de una antijuridicidad especifica consignada en cada caso. La teoria del ilicito civil no queda reducida al estudio de los presupuestos del delito o cuasidelito civil genérico, reglamenta- do en los articulos 2314 y siguientes del Codigo Civil. Esta teorfa debe considerar, ademés, los ilfcitos que el legislador ha ido configurando en las diversas disposiciones de la ley comun y especial. C. RESPONSABILIDAD OBJETIVA Y DELITO CIVIL TIPICO Aun cuando puede reconocerse que ambas figuras tienen un parentesco estrecho, no es lo mismo la responsabilidad objetiva y el ilfcito civil tipico. La responsabilidad legal objetiva esta fundada, como se examiné en lo precedente, en el riesgo crea- do. Se trata de situaciones calificadas por el legislador en las cuales la responsabilidad se impone como respuesta a la crea- cién de una situacién de peligro que, al activarse, decimos no- sotros, generaré un dafio resarcible. La obligacién de reparar nace de la existencia de un riesgo que desencadena un dano. El articulo 2327 del Cédigo Civil es un ejemplo tipico, como quedé de manifiesto al desarrollar este tema. Lo propio ocurre en toda la normativa relacionada con el derecho aéreo, en que predomina la presencia del riesgo, dando lugar a una regula- cién excepcional. En los casos de ilicito civil tipico la cuestién no es igual. Al margen del riesgo, la ley describe detalladamente una conduc- 464 RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL ta, atribuyendo a su ejecutor responsabilidad por el solo hecho de desplegarla, si de ella se sigue un dajio. Si bien el supuesto esencial de la obligacién reparatoria es la existencia de una norma juridica que la ordena, en un caso el deber de indemni- zar tiene como tinico antecedente la relacién causal material o fisica que determina el daiio (responsabilidad objetiva), en tan- to en el otro es la ejecucién de una conducta descrita en la ley, como queda de manifiesto en los ejemplos citados. Por lo tan- to, no es descaminado sostener que en ambos supuestos existe una responsabilidad legal, vale decir, impuesta directamente en la ley, haciendo abstraccidn del elemento subjetivo de imputa- cidn (dolo o culpa). Creemos posible, en consecuencia, distinguir entre un ili- cito civil genérico (concurrencia de los elementos propios del delito o cuasidelito civil), de un ilicito civil tipico (conducta descrita en la norma de la cual surge la responsabilidad) y la responsabilidad objetiva (fundada en el riesgo y en una dispo- sicién legal expresa que ordena la reparaci6n sobre la base de la relacion causal material que liga un hecho con un resulta- do nocivo). De la manera indicada se completa el esquema de la responsabilidad y se dilucidan los elementos que habran de concurrir en cada caso para los efectos de imponer a una persona el deber de indemnizar los perjuicios que se han causado. Sin duda, en la medida que las relaciones sociales sigan haciéndose cada vez mds complejas, como resultado del prodi- gioso desarrollo tecnolégico, abundaran los casos de ilicitos civiles tipicos, como respuesta a la necesidad de asegurar que en gran parte de ellos se responda de los perjuicios causados, sin necesidad de probar el elemento subjetivo de imputacién. Réstanos por resolver un problema importante desde el pun- to de vista practico. zFs posible dar una interpretaci6n extensi- va a las hipotesis legales de delitos civiles tipicos? Si se conside- ra que la regla general en materia de responsabilidad extracontractual es la imputacién subjetiva, y la excepcién la imputacién objetiva, forzoso resulta concluir que ello no es posible y que no existe ilicito civil tipico mas que en los casos expresamente sejialados en la ley. Estimamos que esta cuestién no tiene otra posible soluci6n. ILIGITO CIVIL TIPICO 465 Tratandose de la responsabilidad objetiva, creemos que un paso importante para el progreso del derecho de dafios, es dar al riesgo una fisonomia mas amplia, entendiendo que él corres- ponde a una nueva especie de culpa, materia que abordaremos con més latitud en las paginas siguientes, sin perjuicio de lo que se ha dejado consignado al respecto. Para concluir estas ideas conviene poner acento en el he- cho de que tanto en las hipétesis de responsabilidad objetiva como de responsabilidad emanada de un ilicito civil tipico, lo que més interesa es descartar la prueba del elemento subjetivo (dolo o culpa) que constituye el escollo mas significativo para lograr la reparaci6n de los perjuicios. No podemos cerrar estas observaciones sin reparar en un hecho interesante. Para muchos autores —la mayoria— las nor- mas de la responsabilidad contractual constituyen la regla ge- neral, aduciendo, por lo mismo, que al incumplimiento de las obligaciones legales debe aplic4rsele las normas de aquel géne- ro de responsabilidad. Por nuestra parte, discrepamos de dicho aserto, afirmando que las obligaciones legales estan sujetas al estatuto de la responsabilidad extracontractual, sin perjuicio de las excepciones expresamente consagradas en la ley a este res- pecto. Ahora bien, admitiendo la existencia de los ilicitos civi- les tipicos, resulta forzoso admitir, paralelamente, que se trata del quebrantamiento de obligaciones legales (que resultan de- ducibles de la consecuencia que la norma atribuye a la conduc- ta tipica). Nadie podria, en este contexto, sostener que esta responsabilidad se rige por las normas de la responsabilidad contractual, si se trata de los efectos que se siguen de la infrac- cién de un deber impuesto en la ley referido a una figura tipica. Refuerza, por consiguiente, nuestra posicién la admision de los llamados ilicitos civiles tipicos, casos en los cuales el respon- sable ha vulnerado una obligacién legal, debiendo sus conse- cuencias ajustarse a las normas de Ja responsabilidad extracon- tractual. De més est4 agregar que el incumplimiento de la ley (lo que sucede cuando se quebranta una obligaci6n expresada en ella) no requiere probar la culpa del infractor, ella esta com- prendida y subsumida en la violacién legal misma. El infractor 465 RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL de la ley, salvo disposicién expresa en contrario, respondera de todo grado de culpa, el cual, a mayor abundamiento, se presu- mira, puesto que el acatamiento a la ley es uno de los pilares en que se sostiene la juridicidad vigente. Esta figura tipica, por lo tanto, constituye una comproba- cién de que el incumplimiento de las obligaciones legales se regula por las normas de la responsabilidad extracontractual, salvo las reglas especiales consignadas en la misma ley en casos especiales.

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