INTRODUCCION
El anilisis de la responsabilidad extracontractual, tanto en la
doctrina nacional como internacional, se ha desarrollado sobre
la base de estudiar la estructura del ilicito civil. Entre nosotros se
afirma tradicionalmente que el delito y cuasidelito civil estan
integrados por tres elementos (el hecho u omisién dolosa o
culpable, el daio y la relacién causal de ambos elementos), deli-
mitandose el examen a cada uno de ellos. Esta f6rmula, clara-
mente simplista, en medida nada despreciable ha empobrecido
la concepcion del ilicito civil y dejado de lado aspectos importan-
tisimos para su conceptualizacién y aplicacién practica.
Creemos nosotros que todo ilicito civil, genéricamente con-
cebido, acusa la concurrencia de cinco elementos: un hecho
del hombre (asf sea positivo -accién- 0 negative -omisién), la
antijuridicidad del mismo, la imputabilidad a persona determi-
nada, el dajio y la relacién causal. Esta nomenclatura nos con-
duce a varios problemas de indiscutible actualidad. Desde lue-
go, es necesario definir claramente cudndo se incurre en una
omisién que haga responsable a su autor de los dafos que de
ella se siguen. Nuestra doctrina no ha aportado sobre el parti-
cular un criterio que sirva para despejar esta situacién de ordi-
naria ocurrencia. Asimismo, la antijuridicidad determina que
no todas las conductas dolosas y culpables pueden ser el ante-
cedente de la responsabilidad civil, lo cual conduce a estable-
cer de qué manera se construye este elemento en el derecho
chileno, tanto en su aspecto formal como material, y c6mo se
reglamentan las causales de justificacién, precisamente a partir
de la supresién del reproche juridico de la conducta de que8 INTRODUCCION
nace la responsabilidad. Cabe destacar que esta materia ha sido
objeto de largos debates en la doctrina, de los cuales han per-
manecido ausentes los autores nacionales. Especial atencién
hemos puesto en lo relativo al dano extrapatrimonial. FI llama-
do dafio moral es objeto cada dia de comentarios y discusiones,
que, unidos a la importancia practica de la materia, transfor
man el tema en uno de los aspectos mas sensibles del nuevo
derecho de dams. A juicio nuestro, esta cuestién merece una
preocupacion preponderante, ya que son evidentes las falen-
vias de la doctrina nacional y de la jurisprudencia, arrastrando-
nos a situaciones que no deben perdurar en el tiempo.
La capacidad delictual y cuasidelictual, que como se sabe
tiene reglas especiales en Ia legislacién civil, todas las cuales
deben coordinarse con otras ramas del derecho, la tratamos
como condicién previa de imputabilidad. Esta materia se com-
plementa con el estudio de los factores de imputacién (dolo,
culpa y riesgo). Este ultimo se examina también en el capitulo
primero, ya que es la base de una importante innovacién en el
derecho de dajios, especialmente a partir de la revolucién in-
dustrial. Finalmente, tratamos la relaci6n causal, materia que si
bien ha experimentado avances en los estudios modernos, si-
gue en sus rasgos generales sujeta a los principios tradicionales.
No puede dejarse de reconocer, por otro lado, que en el cam-
po civil no se ha abordado este problema con la profundidad
que se ha hecho en el derecho penal.
Creemos nosotros que junto al ilicito civil genérico (delito y
cuasidelito) debe considerarse un ilicito especifico, que surge
siempre que la infraccién legal causa dafio. La sola violacién de
la ley, unida a un menoscabo patrimonial o extrapatrimonial
de persona diversa del infractor, determina la obligacién de
reparar, lo cual no puede ser sino consecuencia de la existencia
de un hecho ilicito (de antijuridicidad formal). En este caso, la
victima queda exonerada de probar el factor de imputacién,
puesto que éste se presume (quien infringe la ley causando un
perjuicio se presume culpable).
En oto orden de cosas, postulamos la posibilidad de consi-
derar el riesgo como una nueva forma de culpa e intentamos
demostrar que en nuestro Cédigo Civil esta posicién puede
sustentarse, atendiendo a la amplitud con que se hallan conce-INTRODUCCION 9
bidas muchas de las disposiciones del Titulo XXXV del Libro
IV. Facil resulta comprender que ello implica, como se exami-
na en este trabajo, retroceder en la cadena causal, abandonan-
do el principio de que el dano debe provenir de manera direc-
ta e inmediata del hecho que causa el daiio. Nos parece evidente
que en la sociedad moderna los dafios surgen de complejas
situaciones, integradas, la mayor parte de las veces, por una
serie de causas que se concatenan y atan de modo que es dificil
apreciarlas por separado. Por lo mismo, estimamos que la acep-
tacién de esta idea importaria un avance significativo en el
derecho de dais.
El panorama que ofrece la jurisprudencia nos exige impera-
tivamente realizar un gran esfuerzo para hacer progresar esta
rama de la responsabilidad y aportar los elementos que permi-
tan innovar en las decisiones judiciales en un area tan impor-
tante del derecho moderno. Los estudios juridicos en este cam-
po han evolucionado considerablemente en casi todas las
latitudes, observandose un claro estagnamiento entre nosotros.
Dejar atrds este subdesarrollo es responsabilidad de todos quie-
nes se dedican al desempeno de la judicatura, la cétedra uni-
versitaria y el ejercicio de la profesién de abogado.
En éstas como en otras materias la influencia de los autores
franceses y de una pléyade de ilustres tratadistas nacionales de
comienzos del siglo veinte contribuy6 a congelar la interpretacion,
provocando un vacio que hoy dia se hace més ostensible. Tanto
éste como varios otros trabajos nuestros realizados en los tiltimos
aitos tienen como objeto preferente romper la inercia que se ha
ido apoderando de los juristas chilenos, alentandolos para que
planteen nuevas teorias y concepciones, convencidos, como esta-
mos, de que en ninguna otra rama de las ciencias sociales la
creatividad tiene un papel mds importante, y que es ella la tinica
herramienta capaz de mantener renovado el derecho.
EL AUTOR