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V. EXTINCION DE LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL Establecidos todos y cada uno de los presupuestos que conforman el ilicito civil, surgen un derecho y una obligacién correlativa. El primero para obtener la reparacidn mediante el ejercicio de la accion respectiva. La segunda determina la imposicién de un de- ber de conducta que consiste en satisfacer el interés del sujeto activo (conseguir el resarcimiento de los perjuicios sufridos). Este derecho tiene caracter personal, mueble y patrimonial. Interesa establecer en qué casos se extingue la responsabilidad sin que medie la reparacién, puesto que los demas casos estén regidos por las normas juridicas generales (pago, novaci6n, tran- sacci6n, etc.). La responsabilidad se extingue, sin que medie resarcimien- to alguno, por renuncia y por descripcién del derecho a ser indemnizado. A. RENUNCIA La renuncia del derecho a obtener la reparaci6n -y con ello a la acci6n respectiva- s6lo puede operar cuando el delito 0 cua- sidelito civil se halle consumado, vale decir, concurran todos los elementos antes citados para que se configure. Owa solu- cién conduce a la renuncia anticipada que, como qued6é dicho, contraviene nuestro ordenamiento juridico, al extender el po- der de la voluntad en contravencién de normas de orden pibli- co. Lo que sefialamos puede ser importante en ciertos casos. Asi, por ejemplo, si la renuncia se formula ejecutado el hecho 481 492 RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL del cual deriva el daiio; pero antes de que éste se produzca, ella no producira efecto alguno, en raz6n de que el derecho aun no existe. Por consiguiente, se estaria renunciando a una mera expectativa, siempre que el dano sea incierto y no futuro. La renuncia no requiere de formalidad alguna. Pero no puede dejar de sefialarse que para acreditarla existe una limi- tante importante consagrada en los articulos 1708 y 1709 del Cédigo Civil. En consecuencia, para fines practicos, deberd cons- tar por escrito o existir, alo menos, un principio de prueba por escrito que, como la ley sefiala, haga verosimil el hecho litigio- so (articulo 1711). S6lo de ese modo es posible adicionar éste con la declaracién de testigos. Pero si la renuncia se realiza en sede judicial, el desistimiento es solemne y debe constar por escrito. No lo dice la ley en estos términos, pero ello resulta obvio, atendiendo a las normas y principios que informan el derecho procesal. Como es obvio, si la renuncia esta condicionada a una pres- tacion de cualquier orden, habra una transacci6n, ya que existi- ran concesiones reciprocas (articulo 2446 del Cédigo Civil). No hay duda de que este derecho es renunciable, en pre- sencia de lo preyisto en el articulo 12 del Codigo Civil, puesto que él mira el interés individual del renunciante y la ley no lo prohibe en disposicién alguna. Tampoco cabe duda sobre que la renuncia puede hacerse en cualquier tiempo, con la sola condicién de que efectivamente el derecho exista, lo que signi- fica, como se dijo, que concurran todos los presupuestos del ilfcito. Es indiferente, por lo mismo, que se haya o no pronun- ciado una declaracién judicial que reconozca el derecho. Tampoco observamos reparo ninguno a que el perjudicado, tratandose de un ilicito cometido por dos o mas personas, re- nuncie a la solidaridad, persiguiendo la responsabilidad de cada uno de los responsables por la parte 0 cuota que soberanamen- te le asigne. Quien puede lo mas, puede lo menos. Si se puede renunciar a la responsabilidad, con mayor raz6n puede renun- ciarse a la solidaridad instituida en el articulo 2417 del Cédigo Civil. Asimismo, puede renunciarse parcialmente al derecho de obtener resarcimiento, rebajandose el monto de la indemniza- cidn, asi ella sea la pretendida o la establecida por el wibunal competente. EXTINGION DE LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL 483 En general, el titular de este derecho tiene amplias faculta- des para administrar y disponer del mismo. B. PRESCRIPCION Por ultimo, la responsabilidad extracontractual puede extinguir- se por prescripcién. Escuetamente el articulo 2332 dispone que “las acciones que concede este titulo por dao o dolo, prescri- ben en cuatro afios contados desde la perpetracién del acto”. Como es sabido, la vieja concepcién de la accién, que sin duda subyace en esta norma, definfa la accidn como el derecho puesto en movimiento. Hoy predominan otras ideas. Pero lo concreto es que la ley entiende que el derecho se extingue por la inactividad del titular que se mantiene pasivo durante un lapso de cuatro aios. Esta pasividad s6lo puede romperse con efectos juridicos, cuando se deduce demanda (interrupcién ci- vil) 0 cuando existe un reconocimiento expreso o tacito de la obligacién por parte del deudor (dafiador). Precisaremos varias cosas a propésito de esta instituci6n: a) La prescripcién extintiva de que trata el articulo 2332 del Cédigo Civil es de corto tiempo y esta sujeta al estatuto especial consagrado en el Parrafo 4 del Titulo XLII del mencio- nado cuerpo de leyes; b) El plazo de cuatro afios se cuenta desde la perpetracion del acto. Como se ha sefialado en las paginas precedentes, ello ocurre cuando concurren todos y cada uno de los presupuestos que conforman el ilicito civil (un hecho activo o pasivo del hombre, que sea imputable, antijuridico, que cause daiio y siem- pre que exista relacién de causalidad entre el hecho y el dafio). No cabe duda de que asi debe interpretarse la ley, si se conside- ra que ella se refiere al derecho a ser indemnizado, y éste sdlo surge cuando el ilfcito se ha consumado, no antes. La norma, ademas, alude a la perpetracién (consumaci6n) del acto y éste supone que se retinen los requisitos consagrados en la ley. Por ultimo, malamente podria sostenerse otra cosa, ya que ello im- plicaria suponer que la prescripcién comienza a correr antes que el derecho nazca. 494 RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL Diversa es la opinion del profesor Alessandri, quien expresa sobre este particular: “La acci6n para obtener la reparacién del dafio causado por el delito o cuasidelito se extingue por pres- cripci6n de cuatro ahos contados desde la perpetracion del acto, es decir, desde el dia en que se cometié el hecho doloso o culpable (se citan algunos fallos muy antiguos) y no desde que aquél produjo el dafo, si éste y el hecho no son coetaneos (articulo 2332). Nuestro Cédigo puso fin asi a las discusiones suscitadas sobre el particular en el derecho francés. La Corte Suprema ha fallado, por eso, que la accién de perjuicios contra el conservador de bienes raices por haber otorgado un certifi- cado inexacto o por haber inscrito una hipoteca constituida por quien no era duefo del inmueble, prescribe en cuatro anos contados desde la fecha en que se otorgé el certificado o se practicé la inscripcién y no desde que se consumé el daiio.?” Hemos citado en sentido contrario la sentencia de la Corte Suprema de 1° de agosto de 1967,?" en la cual se consignan varios argumentos que conviene reproducir: “5°. Que dicho lo anterior, no resulta dificil llegar a la conclusi6n que el articulo 2332 del Cédigo Civil, que establece un plazo de prescripcién de corto tiempo para las acciones que concede el correspon- diente titulo, al referirse al momento inicial, diciendo ‘conta- dos desde la perpetraci6n del acto’, ha aludido al acto dafioso, pues no se puede suponer una absurda inconsecuencia de la ley en orden a exigir, para el nacimiento de la obligacién de indemnizar, la produccién de un daiio, y, en cambio, prescin- dir de ese elemento fundamental para que empiece a correr el plazo especial de prescripcion, pues —como bien se sostiene en el recurso- ello implicaria el que comenzara el término de la extincion de la obligacién antes de que ella hubiera nacido; 6°. Que si bien es cierto que en numerosos casos el tiempo que transcurre entre la realizacion de la accién u omision y la pro- duccién del dajio es casi inapreciable, ello no autoriza al intér prete para transformar una regla de experiencia en una regla absoluta y resolver que ambas fases del hecho coinciden siem- *® Arturo Alessandri Rodriguez. Obra citada. Pags. 522 y 523. ° Revista de Derecho y Jurisprudencia, Tomo 64. 2* Parte. Secc. *, Pag. 265. EXTINGION DE LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL 485, pre en el suceder cronolégico, pues se trata de momentos que juridicamente tienen una propia autonomia, como especial- mente puede apreciarse en materia penal, en que hay delitos de mera actividad, que no requicren de un efecto dafioso de- terminado, y en que se castiga la tentativa y frustracién, aun cuando el hecho tipico no llegue a consumarse. Que, por lo dems, el propio uso del vocablo ‘perpetracién’, que implica la accién y efecto de ‘perpetrar’, lleva a la conclusion de que el Cédigo se ha referido precisamente al hecho complejo —consti- tuido por una acci6n u omisién, un dafo y una relacién cau- sal-, pues el verbo ‘perpetrar’, que segtin el léxico se aplica s6lo a delitos 0 culpa grave, significa ‘cometer’ 0 ‘consumar’, y no es posible sostener que se puede ‘cometer’ o ‘consumar’ un hecho dafioso sin que se produzca ningiin dafio; 7°. Que, como consecuencia de lo dicho anteriormente, debe entenderse que el momento inicial, desde el cual comienza a correr la prescrip- cién especial de corto tiempo establecida en el articulo 2332 del Codigo Civil, es aquel en que se produjo el daiio conse- cuencial a la realizacion, por parte del autor, de un delito o cuasidelito, pues la expresién ‘perpetracidn del acto’, usada en él, tiene el significado amplio de realizaci6n de una accién que provoca causalmente un dafio indemnizable y no -como lo ha entendido la sentencia recurrida- el significado restringido de s6lo la accién, prescindiendo del resultado danoso”. Firman este fallo los Ministros Eduardo Varas Videla, Eduardo Ortiz Sandoval, Israel Bérquez Montero, Rafael Retamal Lépez, y los abogados integrantes Dario Benavente Gorrofio y Luis Cousino Mac-Iver (redactor). Justo es reconocer que se trata de una sentencia excepcional, redactada por uno de los profesores y abogados més brillantes de su generacién, que abunda en el examen de la sociedad conyugal, los derechos de la mujer du- rante su vigencia y el dafio que integra el ilicito civil. c) En conformidad a lo previsto en el articulo 2524 del Cédigo Civil, esta prescripcion corre contra toda persona y no se suspende en favor de las personas mencionadas en el articu- lo 2509. Gonviene precisar que, a nuestro juicio, sin embargo, prevalece a este respecto lo ordenado en el inciso final de este precepto, suspendiéndose dicha prescripcién entre cényuges. Tal predicamento obedece al hecho de que, atendido el vincu- 495 RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL lo matrimonial, jams puede correr prescripcién alguna entre personas ligadas por este tipo de lazos. De alli que la ley diga categéricamente que “la prescripcién se suspende siempre en- tre conyuges”. Reafirma lo que senalamos lo que dispone el articulo 1771 del Cédigo Civil, que al regular la disolucién de la sociedad conyugal y la participacién de los gananciales, régi- men de derecho en nuestro ordenamiento, expresa que “las pérdidas o deterioros ocurridos en dichas especies 0 cuerpos ciertos (alude a aquellos que son de dominio exclusivo de cada cényuge) deberd sufrirlos el duefio, salvo que se deban a dolo o culpa grave del otro cényuge, en cuyo caso debera éste resar cirlos”. En el mismo sentido el artfculo 1748 se refiere a los delitos y cuasidelitos perpetrados por cualquiera de los cényu- ges y que causen dano a la sociedad conyugal: “cada conyuge debera asimismo recompensa a la sociedad por los perjuicios que le hubiere causado con dolo o culpa grave, y por el pago que ella hiciere de las multas y reparaciones pecuniarias a que fuere condenado por algtin delito o cuasidelito”. Como puede observarse, todas estas normas son coherentes y excluyen la prescripcién entre cényuges 0, por lo menos, no mencionan esta hipotesis. Por ultimo, contraviene los valores amparados en la ley colocar a los cényuges en situacién confrontacional, obligando a cualquiera de ellos, durante el matrimonio, a ini- ciar demanda para interrumpir las prescripciones que pudie- ren estar corriendo. Lo anterior es contrario al espiritu que prevalece en la vida comin y la unidad de la familia. 1. SITUACION CUANDO EXISTE JUICIO CRIMINAL Puede suceder que la accién civil nazca de la comisién de un hecho constitutivo de delito o cuasidelito penal. En tal caso, como lo sejiala el articulo 10 del Cédigo de Procedimiento Penal, nace una accin penal para los efectos de aplicar la pena que corresponda al autor, complice o encubridor, y una acci6n civil para que los autores del dafio causado indemnicen a la victima. La accién civil, en esta hipdtesis, puede hacerse valer ante el tribunal del crimen o ante el tribunal civil. En el primer EXTINGION DE LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL 487 supuesto, la demanda respectiva puede deducirse durante el sumario o en plenario (articulo 428 del Codigo de Procedi- miento Penal). La prescripcién sdlo puede interrumpirse civil- mente mediante la interposicion de la respectiva demanda. El articulo 41 del Cédigo de Enjuiciamiento Penal ordena que: “Sin perjuicio de lo dispuesto en el presente Titulo, la extin- cién de la responsabilidad penal, la prescripcién de la accion civil y de la penal, y la prescripcién de la pena, se regiran respectivamente por las reglas establecidas en el articulo 2332 del Cédigo Civil, y el Titulo V del Libro I del Cédigo Penal. En cuanto a la prescripci6n de la accién civil, se estara ademas a lo dispuesto en los articulos 103 bis y 450 bis.”. El articulo 103 bis, por su parte, autoriza el ejercicio de la accién civil durante el sumario (lo cual no ocurria antes de la modificacién de este cuerpo legal por la Ley N° 18.857, de 6 de diciembre de 1989), precisamente con el objeto de que pueda interrumpirse la pres- cripcién cuando el proceso penal se extiende por mas de cua- tro anos. “El ejercicio de la accién civil durante el sumario, debidamente cursada, interrumpe la prescripcién. No obstan- te, si dicha accién no se formalizare en conformidad a lo pres- crito en el articulo 428, continuard la prescripcién como si no se hubiere interrumpido”. De lo anterior se sigue que el ejerci- cio de la acci6n civil durante el sumario tiene por objeto, tinica y exclusivamente, interrumpir la prescripcion, debiendo forma- lizarse esta demanda en el plenario en el plazo de que se dispo- ne para adherirse a la acusacién. El articulo 428 del cuerpo legal citado expresa: “El ejercicio de las acciones civiles en el plenario se efecttta por medio de una demanda que debera cumplir los requisitos exigidos por el articulo 254 del Codigo de Procedimiento Civil’. El inciso segundo agrega: “El quere- llante deberd interponer su demanda civil conjuntamente con su acusaci6n o adhesién, en el mismo escrito. Podra también abandonar la accién penal e interponer, dentro del plazo del articulo 425 (diez dias, que se aumenta en un dia por cada doscientas fojas de que consten los autos, no pudiendo exceder de veinte dias), tinicamente demanda civil”. Finalmente, el in- ciso tercero concluye: “La falta de ejercicio de la accion civil en el proceso penal, sea que se abandone la accién penal o no, no obsta a su ejercicio ante el juez civil competente”. 498 RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL De las normas examinadas se desprende, entonces, que la acci6n civil que nace del delito para la reparacién del dafio causado, esta regida por el articulo 2332 del Cédigo Civil, de- biendo el pretensor ejercerla en el término de cuatro afos desde perpetrado el ilicito, sea en sede penal o civil. Lo anterior no se aplica a la extincion de otras acciones que concede el ordenamiento para reparar los dafios que se siguen del delito. Asi, por ejemplo, como consecuencia de la apropia- cin de una cosa mueble o inmueble, puede surgir la acci6n reivindicatoria (del duefio no poseedor contra el poseedor no dueno), la cual prescribe junto con el derecho de dominio sobre la misma cosa. De aqui que el inciso segundo del articulo 10 del Cédigo de Procedimiento Penal disponga que “en el proceso penal podran deducirse también, con arreglo a las prescripciones de este Cédigo, las acciones civiles que tengan por objeto reparar los efectos civiles del hecho punible, como son, entre otras, las que persigan la restitucién de la cosa o su valor, 0 la indemnizacion de los perjuicios causados”. Resulta claro que la prescripcién del articulo 2332 del Codigo Civil solo se refiere a la acci6n mediante la cual se reclama la indem- nizacién de los perjuicios causados, mas no a otras acciones encaminadas a reparar otros efectos civiles del delito. 2. OTRAS LEYES ESPECIALES QUE RIGEN LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL Conviene recordar, aun cuando sea de manera circunstancial, que otras leyes especiales establecen plazos de prescripci6n es- pecial diferentes del contenido en el articulo 2332 del Cédigo Civil. La Ley N° 16.643, sobre Abuso de Publicidad, en el articulo 48 contiene varias reglas excepcionales. Desde luego, la acci6n civil y penal que provienen de los delitos previstos en esa ley “prescriben en el plazo de tres meses contados desde la fecha en que se haya difundido, por cualquiera de los medios senala- dos en el articulo 16, la produccién abusiva. Pero si ésta fuere un libro, la acci6n prescribira en un aio”. La ley considera, EXTINGION DE LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL 489 ademas, que la produccién abusiva haya sido dada a la publici- dad en el extranjero, en cuyo caso estos plazos se cuentan desde la fecha de su introduccién en territorio nacional. Agre- ga la misma norma una regla bien especial, al senalar que “el ejercicio de la accion penal interrumpe el plazo de prescrip- cién de la accién civil y, en tal caso, la prescripcién comenzara nueyamente a correr una vez ejecutoriada la sentencia que se dicte en el juicio criminal”. Lo anterior es diametralmente di- verso de lo que ocurre en el proceso penal comin, como pue- de observarse de lo analizado en el parrafo anterior. Finalmen- te, el mismo articulo en el tiltimo inciso dispone: “Se entendera ejercitada la accién penal por el solo hecho de la presentacion de la querella correspondiente”. Esta regla zanjé el problema que se habia planteado sobre que la interrupcién de la pres- cripcidn sélo podia operar desde que se notificaba la demanda o requerimiento judicial. Recordemos, ademas, que esta ley se aparta de varios princi pios contenidos en el Codigo Civil a propésito de la indemniza- cién proveniente de imputaciones injuriosas contra el honor o el crédito de una persona (articulo 2331), extendiendo la repa- raci6n a los dafios morales que se causan. Otra normativa especial la constituye el Cédigo Aeronduti- co. En efecto, el transportista y el explotador responden por la muerte 0 lesiones causadas a los pasajeros; por el retardo en la ejecucidn del transporte de pasajeros; por “la destrucci6n, pér- dida o averia del equipaje que se produjere durante el trans- porte aéreo de éste o el retardo en su transporte”; y por “la destrucci6n, pérdida 0 averia de la mercaderia que se produje- re durante el transporte aéreo de ella o por retardo en su trasporte”. El articulo 175 establece un plazo de prescripcion especial de un aio. “Las acciones establecidas en este titulo prescribiran en el plazo de un ano contado desde el dia del hecho, desde el dia en que la aeronave llegé a su destino o desde que el transporte fue interrumpido, segtin el caso”. Asimismo, la Ley N° 19.300, sobre Bases Generales del Medio Ambiente, consagra el principio de que “todo el que culposa o dolosamente causa dano ambiental respondera del mismo en con- formidad a la presente ley. No obstante, las normas sobre respon- sabilidad por datio al medio ambiente contenidas en leyes especia- 490 RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL les prevaleceran sobre las de la presente ley. Sin perjuicio de lo anterior, en lo no previsto por esta ley o por leyes especiales, se aplicardn las disposiciones del Titulo XXXV del Libro IV del Cédi- go Civil” (articulo 51). La misma normativa crea una accion espe- cial -accién ambiental- destinada a perseguir los dafios de esta naturaleza, la cual no obsta al ejercicio de las acciones indemniza- torias ordinarias. E] articulo 54 dispone que “son titulares de la accién ambiental, sefialada en el articulo anterior, y con el solo objeto de obtener la reparacion del medio ambiente datiado, las personas naturales 0 juridicas, puiblicas o privadas, que hayan su- frido el dano o perjuicio, las municipalidades, por los hechos acaecidos en sus respectivas comunas, y el Estado, por intermedio del Consejo de Defensa del Estado”. Fl articulo 63, regulando expresamente el plazo de prescripcion de las acciones encamina- das a reclamar los dafios ambientales, ordena: “La accién ambien- tal y las acciones civiles emanadas del dafio ambiental prescribiran en el plazo de cinco aiios, contado desde la manifestacién eviden- te del daiio”. Como puede comprobarse, el plazo corresponde al de la accién ordinaria, lo cual plantea el problema de si ella se suspende, puesto que, en principio, no parece posible invocar el articulo 2524 del Cédigo Civil, que alude a “las prescripciones de corto tiempo”. Admitiendo que la cuestién es discutible, nosotros nos inclinamos porque esta prescripcién no se suspende, ya que prevalece el articulo 51 de la Ley N° 19.300, que en su inciso final, como se dijo, ordena que en lo no previsto en esta ley se aplican las disposiciones del Titulo XXXV del Libro IV del Cédigo Civil. De consiguiente, la intencién de la ley parece ser, simplemente, la de sustituir el plazo de prescripci6n consignado en el articulo 2832 de cuatro afios, por el plazo de cinco aiios, pero sin alterar el sistema de responsabilidad contenido en él. La Ley N° 19.496, que establece normas sobre protecci6n de los derechos de los consumidores, publicada en el Diario Oficial del dia 7 de marzo de 1997, establece, en el articulo 19, que el consumidor tiene derecho a reclamar “la devolucién del precio pagado en exceso”, respecto del precio exhibido, infor- mado o publicitado, o bien “cuando la cantidad o el contenido neto de un producto sea inferior al indicado en el envase 0 empaque”. Se trata, sin duda, de una reparacién del perjuicio causado y, por lo mismo, una indemnizacién extracontractual EXTINGION DE LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL 491 en el caso de pago excesivo del precio, ya que sobre la materia no hay contrato que ampare dicho pago. No asi en caso que la cantidad o contenido neto del producto sea inferior al que se senala en el envase. Ahora bien, para reclamar del exceso del precio -suma que no esta cubierta con lo estipulado en Ia con- vencién- el articulo 21 concede un plazo de sélo tres meses siguientes a la fecha en que se haya recibido el producto. La Ley N° 19.472, publicada en el Diario Oficial del dia 16 de septiembre de 1996, que modifico la Ley General de Urba- nismo y Construcciones, estableciendo normas relativas a la calidad de la construccién, consagra, en el nuevo articulo 18, un caso de responsabilidad extracontractual. En ella se hace responsable al primer vendedor de una construccién “por to- dos los dafios y perjuicios que provengan de fallas o defectos en ella, sea durante la ejecuci6n o después de terminada, sin per- juicio de repetir en contra de quienes sean responsables de las fallas o defectos de construccién que hayan dado origen a los danos y perjuicios”. Agrega esta disposici6n que “los proyectis- tas seran responsables por los errores en que hayan incurrido, si de éstos se han derivado daios o perjuicios”. En el inciso tercero se sefala que “sin perjuicio de lo establecido en el N° 3 del articulo 2003 del Cédigo Civil, los constructores seran res- ponsables por las fallas, errores o defectos en la construcci6n, incluyendo las obras ejecutadas por subcontratistas y el uso de materiales o insumos defectuosos, sin perjuicio de las acciones legales que puedan interponer a su vez en contra de los provee- dores, fabricantes y subcontratistas”. Se trata, creemos nosotros, de una regla que regula responsabilidad extracontractual, por- que el tercero, cuarto, quinto, etc., comprador del inmueble, puede dirigirse en contra del primer vendedor, con el cual, por cierto, no esté ligado por contrato alguno. Pues bien, el mismo articulo senala que “las acciones para hacer efectivas las respon- sabilidades a que se refiere este articulo prescribiran en cinco afios, contados desde la fecha de la recepcién definitiva de la obra por parte de la Direcci6n de Obras Municipales”. Como puede apreciarse, son muchas las leyes especiales que alteran la regla general del articulo 2332 del Codigo Civil, sea extendiendo o acortando el plazo de cuatro afos contenido en el Cédigo Civil.

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