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I. DE LA RESPONSABILIDAD A. NATURALEZA DE LA RESPONSABILIDAD La responsabilidad, como es sabido, puede presentarse en diver- sas dreas del derecho con caracteres particulares. Asi la responsa- bilidad penal se identificara con la pena, la responsabilidad poli- tica con la privacién de una funci6n ptiblica, la responsabilidad administrativa con la exclusién o suspensién de una tarea de la misma indole, etc. La responsabilidad civil se identifica con la reparacién de los perjuicios que se causan cuando ellos derivan del incumplimiento de una obligaci6n, pudiendo concurrir con cualquier otro tipo de responsabilidad. En consecuencia, la res- ponsabilidad civil, materia de nuestro estudio, podria definirse diciendo que consiste en el deber juridico de reparar los danos 0 perjuicios que se producen con ocasién del incumplimiento de una obligaci6n. Por su parte, la obligacién es un “deber de con- ducta tipificado en la ley”. Toda obligacién civil, por lo mismo, importa la imposicién de una conducta que el destinatario de la norma debe realizar, asi sea positiva (accién) 0 negativa (omi- sién). Si dicha conducta no se despliega, quien la infringe debe indemnizar los perjuicios que de ello se siguen. Decimos que obligacién es un deber de conducta tipificado en la ley, porque siempre, invariablemente, es la ley la que describe la diligencia, cuidado y actividad que se impone al obligado, asi sea directamente o remitiéndose a la voluntad de las partes que gestaron el contrato, cuando la obligacién tiene este origen, o bien en funcién de ciertos estandares generales, como cuando se trata del deber de no causar dano a nadie. 2 RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL La obligaci6n cuyo incumplimiento acarrea responsabilidad puede estar establecida en el contrato —vale decir, haber sido asumida voluntariamente por el deudor de dicha conducta-, en cuyo caso hablaremos de responsabilidad contractual. Si la obligacién esta establecida en la ley, hablaremos, entonces, de responsabilidad extracontractual (al margen del contrato). En este ultimo caso la responsabilidad podra ser legal (si es la ley la que directamente asigna el deber de conducta), delictual o cuasidelictual (si la responsabilidad deriva de la obligacion de no causar dolosa o negligentemente dafio a nadie), o cuasicon- tractual (si la responsabilidad tiene como antecedente una obli- gaci6n contemplada a propdsito de un hecho voluntario y no convencional) Por consiguiente, s6lo hay dos grandes tipos de responsabi- lidad civil: CONTRACTUAL y EXTRACONTRACTUAL, consagrandose un estatuto juridico diverso para cada una de ellas. No faltan quienes sostienen que la responsabilidad extra- contractual es legal, ya que nace de una disposicién de la ley. En verdad, no hay obligacién alguna que no tenga su tiltimo sustento en la ley. En otras palabras, no hay obligaciones en contravenci6n a la ley, cualquiera que sea su naturaleza. ;Dén- de est, entonces, la diferencia? Nosotros creemos que sélo es dable hablar de obligaciones legales en aquellos casos en que la norma directamente y sin intermediacién alguna impone un determinado deber de conducta. En los demas casos (delito y cuasidelito civil) hay una actividad humana juridicamente rele- vante, que describe una hipétesis normativa que desencadena una consecuencia, la cual consistird, precisamente, en el surgi- miento de una obligacién. Lo propio ocurre tratandose de la celebracién de un contrato (fuente de responsabilidad contrac- tual), pero con la salvedad de que en este caso la hipétesis que se describe da lugar a una situacion juridica intersubjetiva espe- cialmente reglamentada en la ley, tanto respecto de su génesis como de sus efectos y consecuencias. Generalizando, podemos sostener que la responsabilidad, en cuanto deber juridico reparatorio, surge siempre que la conducta humana describe una hip6tesis consagrada en la ley. Esta hipotesis, a su vez, consistira siempre en el incumplimien- to de una obligacin preexistente, a causa de lo cual resultaré DE LA RESPONSABILIDAD Is un dano para el titular del derecho a quien el infractor debia satisfacer. El fundamento de la distincién entre responsabilidad con- tractual y extracontractual apunta a la naturaleza de aquella obligacién preexistente. Si ella emana de un contrato nos en- contraremos en el ambito de la responsabilidad contractual; si la obligacién emana de la comisién de un delito o cuasidelito civil, o de la ejecucién de un hecho voluntario no convencio- nal, o de la mera disposicion de la ley, estaremos en el ambito de la responsabilidad extracontractual. Para que surja juridicamente responsabilidad civil es nece- sario, entonces, que se desarrolle la siguiente secuencia: accién u omisidn descrita como hipotesis en la ley; surgimiento de una obligacién civil; incumplimiento de esta obligacién; dafio pro- veniente del incumplimiento; y, finalmente, deber juridico (obli- gacién) de reparacion del datio causado. Asi las cosas, podria decirse, en tiltimo término, que la responsabilidad es el medio de que se vale el derecho para compensar el incumplimiento de una obligacién, o bien una forma particular de cumplimien- to por equivalencia cuando el obligado no lo hace en especie (desplegando la conducta debida). La responsabilidad es, por lo tanto, una saneién destinada a restaurar el orden juridico cuando éste se ha alterado como consecuencia de que un sujeto ha dejado de dar cumplimiento a sus obligaciones, como quiera que ellas se hayan configurado. De aqui la utilidad de reconocer una teoria unitaria de la res- ponsabilidad, ya que ésta, como se examinard mas adelante, es idéntica en lo medular y sustantivo. Sehalemos, desde ya, que la responsabilidad es una sancién civil que sobreviene como consecuencia del incumplimiento de una obligacién cuyo obje- tivo es restaurar un equilibrio, originalmente instituido en el ordenamiento, entre quien es titular de un derecho y quien lo quebranta. Nadie discute que la nulidad es otra sanci6n civil. Si se observa la finalidad de esta Ultima, se Negara a Ja conclusi6n de que ella restablece una situaci6n juridica anterior al acto invalidado. Lo propio ocurre tratandose de la responsabilidad. Con intervencion del Estado (a través de sus Grganos jurisdic- cionales), se restaura la situacién original, procediéndose al cumplimiento de la obligacién por equivalencia. No otra natu- u RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL raleza tiene la indemnizacion de perjuicios. Por consiguiente, la responsabilidad civil, en todas las areas en que tiene cabida, es una sancién impuesta por una infracci6n (incumplimiento de una obligaci6n preexistente), cuya raz6n es sustituir el cum- plimiento en especie por un cumplimiento equivalente. En tltimo término, frente al incumplimiento de un deber de conducta impuesto o reconocido por la ley, la reaccién so- cial se manifiesta concediendo al perjudicado el derecho de exigir la reparaci6n de los darios sufridos, lo cual se concreta a través de una acci6n indemnizatoria que tiene por fin conferir un beneficio congruente con la satisfacci6n de la obligacién incumplida. Como lo hemos sostenido en otros trabajos, la res- ponsabilidad tiene como meta final restaurar el orden juridico quebrantado, recomponiendo la interrelaci6n de los intereses afectados, como si aquélla hubiere sido efectivamente satisfe- cha en especie. Se observard que la responsabilidad civil tiene un elemento propio que no coincide con los demas tipos de responsabili- dad: el perjuicio patrimonial. Asi, pueden darse varias hipdtesis de ilicitos penales en que no existe daiio patrimonial -caso en el cual no concurrira jamas la responsabilidad civil-, o de ilici- tos politicos 6 administrativos sin dafio patrimonial. Sélo cuan- do la infracci6n de la obligaci6n penal, politica o administrati- va causa perjuicios patrimoniales, ella estara4 acompafiada de responsabilidad civil. Lo anterior significa que existe un solo medio para reparar el menoscabo patrimonial y recuperar el equilibrio de los intereses previstos en el derecho: la responsa- bilidad civil, que bien puede presentarse aisladamente 0 unida a oto tipo de responsabilidad. De aqui resulta que la comisi6n de un delito o de una infraccién administrativa 0 politica puede estar acompaiiada de responsabilidad civil, siempre que aquélla vaya unida a perjui- cios patrimoniales que sea necesario reparar. Creemos nosotros que la responsabilidad civil, en conse- cuencia, debe estar invariablemente ligada al restablecimiento del equilibrio patrimonial, no pudiendo ella ser fuente de enri- quecimiento ni de empobrecimiento. La responsabilidad, por lo mismo, sera siempre un sustituto del cumplimiento y su legi- timidad quedara condicionada por el hecho de que con ella se DE LA RESPONSABILIDAD 16 alcance el beneficio que podia reclamar la victima del incum- plimiento. Si la responsabilidad excediere los efectos del cum- plimiento o no alcanzara a cubrir los beneficios que correspon- den al perjudicado, se generaria un caso de enriquecimiento sin causa (enriquecimiento ilfcito), toda vez que a pretexto de la reparacién o se consigue mas 0 se obtiene menos de lo que corresponde. De aqui la importancia de que la indemnizacion sea expresién de un equilibrio de intereses que est4 contenido en los términos de la obligacion. Lo anterior debe entenderse sin perjuicio de las Ilamadas penas privadas, respecto de las cuales nuestra legislacién es muy reacia. De lo que llevamos dicho hasta aqui se desprende que la responsabilidad civil es una verdadera sustituci6n de una obli- gaci6n (incumplida) por otra (indemnizatoria), razén por la cual ambas habran de fundarse en la articulacién y realizaci6n de los mismos intereses. Si la indemnizacion equivale al cum- plimiento total y oportuno de la obligacién, el Grgano jurisdic- cional debera velar porque la compensaci6n patrimonial no sea superior ni inferior al beneficio legitimo y proyectado del acreedor, puesto que slo en esa medida sera posible recompo- ner el orden social alterado por el incumplimiento. Lo anterior no constituye un mero enunciado teérico. Ello redundara, como se analizara mas adelante, en la delimitaci6n de las facultades de los organismos jurisdiccionales llamados a fijar la cuantia de las indemnizaciones. Los autores creen ver en la sancién penal (pena) la repara- cién de un dano social que afecta a toda la comunidad, y en la sancion civil (indemnizacién) la reparacién de un dafio particu- lar que no trasciende al ambito colectivo. “Muy distinta es la responsabilidad civil; supone no ya un perjuicio social, sino un dano privado; la victima no es ya toda la sociedad, sino un particular. Por eso, las consecuencias de la responsabilidad son muy diferentes en uno y otro caso”.' No es ésta nuestra opinion. Tanto se altera la vida social como consecuencia de la comisi6n ‘ Henri y Leon Mazeaud y André Tunc. Tratado Tedrico Préctico de la Respon- sabilidad Civil Delictual y Contractual. Tomo Primero. Volumen I. Ediciones Juridi- cas Europa-América. Buenos Aires. 1961. Pag. 7. 16 RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL de un delito como del incumplimiento de una obligacién, pues- to que ambas conductas alteran el orden juridico establecido. Tan evidente es lo que decimos que muchos delitos s6lo perju- dican a una persona 0 a un niimero limitado de personas (parti- cularmente tratandose de los delitos de accién privada), y lo propio ocurre tratandose del incumplimiento de una obiiga- cidn. ¢ Henri y Len Mazeaud y André Tunc. Obra citada, Tomo I. Volumen I. Paigs.119 y 120 20 RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL similitud hallaremos entre la responsabilidad civil delictual y cuasidelictual y la responsabilidad penal propiamente tal. Lo concerniente a la responsabilidad legal y cuasicontractual ofre- ce particularidades especiales. La responsabilidad, como queda dicho, es una sola. Ella supone el incumplimiento de un mandato revestido juridica- mente de los medios necesarios para poner al servicio de su cumplimiento la fuerza (coercitividad) que administra y es mo- nopolio del Estado. Cuando nos encontramos en el ambito de la responsabilidad civil, ella se traduce en la sustitucién de una obligacién incumplida por una nueva obligaci6n resarcitoria de los perjuicios patrimoniales provocados. Sélo surge la res- ponsabilidad civil cuando del incumplimiento se sigue un daiio material o moral (ambos quedan comprendidos en el concep- to dao patrimonial). La responsabilidad civil es al incumpli- miento lo que la pena al delito penal, vale decir, su consecuen- cia juridica. Hasta aqui nuestras reflexiones sobre la responsabilidad en general. B. RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL Y RESPONSABILIDAD DELICTUAL O CUASIDELICTUAL Sin desconocer que la responsabilidad civil es una sola, y que consiste en el efecto que conlleva el incumplimiento de una obligacién cuando de ello se sigue daio patrimonial, adverti- mos importantes diferencias entre cada una de sus especies. Nos abocaremos, en primer lugar, a Ja responsabilidad contrac- tual y sus diferencias con la responsabilidad civil delictual y cuasidelictual: 1. La diferencia mas importante, sin duda, radica en el ori- gen de la obligaci6n incumplida. Si la obligaci6n que se deja de satisfacer deriva de un contrato (0 convencién, en el lenguaje del articulo 1438 del Cédigo Civil), lo cual supone el acuerdo de voluntades del acreedor y del deudor, estamos frente a la responsabilidad contractual. Si la obligacién corresponde al de- ber de comportarse prudentemente sin causar dafio a nadie (obligacién general instituida en la ley), estamos en el ambito DE LA RESPONSABILIDAD a1 de la responsabilidad delictual o cuasidelictual. Como puede apreciarse, el fundamento ultimo es el mismo: incumplimiento de una obligacién o ejecucién de una conducta contraria u opuesta a la debida (de aqui que sostengamos que tras el in- cumplimiento subyace una prohibicién juridica). Se ha sosteni- do por algunos doctrinadores que las obligaciones nacen del contrato o nacen de la ley. Lo anterior no nos parece muy preciso. En verdad hay obligaciones que nacen directamente de la ley (obligaciones legales), en tanto otras nacen de la ejecucién de hechos descritos en la ley (hipGtesis) como presu- puestos de la obligacién, y atin otras, del concurso real de voluntades en el marco establecido en la misma ley. De aqui que insistamos que, en el fondo, toda obligacién, como vinculo capaz de imponer un deber de conducta, tiene como antece- dente tiltimo una disposicién legal. Lo anterior no podria ser de otra manera. En efecto, nadie puede imponer a nadie una servidumbre o arbitrariamente el deber de comportarse de una determinada forma. Ello es atributo de la norma juridica san- cionada por los poderes ptiblicos. Es precisamente por esto que la voluntad de las partes, manifestada en la forma y con los requisitos dispuestos en la ley, es capaz de crear la obligacién en cuanto deber de conducta a cuyo servicio se pone la fuerza que administra y monopoliza el Estado. 2. La obligacién que nace del contrato difiere sustancial- mente de la obligacion genérica de comportarse prudentemen- te sin causar dano a nadie. La primera impone un determinado grado de diligencia y cuidado, que se mide en funcién de la culpa de que responde el deudor. Los contratantes son los lamados a fijar de qué manera debe comportarse el deudor para el cumplimiento de la obligacién (autonomia privada). En subsidio, la ley establece que el deudor responde de culpa grave si el contrato por su naturaleza slo beneficia al acreedor, de culpa leve si el contrato beneficia a ambos, y de culpa levisi ma si el beneficio sdlo lo reporta el deudor (articulo 1547 inciso 1° del Gédigo Civil). La obligaci6n genérica de compor- tarse prudentemente sin perjudicar a nadie no admite gradua- ci6n, es una sola, y comprende, a juicio nuestro, cualquier gra- do de negligencia 0 descuido conforme los estandares generales 22 RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL prevalecientes en la sociedad civil. Creemos que en materia contractual existe una tendencia errada, que confunde la obli- gacién con la prestacién proyectada por quienes celebran el contrato. Varios comentaristas miden la diligencia del deudor en funcién de la consecucién u obtencién del objetivo previsto y querido por los contratantes. De ese modo se ha objetivizado la obligaci6n, alterandose el sistema establecido en la ley civil, que condiciona el cumplimiento de la obligacion no a la reali- zaci6n objetiva de la prestacién, sino al desarrollo de la con- ducta debida. Salta a la vista en este caso que los contratantes, en este aspecto, describen la prestacién, que constituye el fin iltimo del contrato, y, paralelamente, la conducta que debe observar el deudor para lograr aquélla. ;Qué sucede si con la conducta comprometida no se logra alcanzar la prestacién con- venida? Nos parece obvio que esta disfuncién opera en contra del acreedor, el cual convino que el deudor desplegaria una conducta insuficiente para lograr la satisfaccién de la presta- cién. Asi, ademas, lo dispone la ley, cuando frente al incumpli miento impone al deudor acreditar que ha obrado con la “dili- gencia debida”. Otra solucion nos resultarfa aberrante, ya que mediria el cumplimiento de la obligacién no en funcién del deber de conducta impuesto al deudor, sino de la consecucién del objetivo perseguido en el contrato. Volveremos mas adelan- te sobre este tema. 3. Producido el incumplimiento de una obligacién contrac- tual, el infractor respondera de todos los perjuicios directos (que sean consecuencia inmediata y necesaria del incumplimiento), pero con una diferencia importante. Si el incumplimiento es cul- pable (se produce por falta de la diligencia y cuidado que debid poner el deudor en la ejecucion del contrato), respondera s6lo de los perjuicios que se previeron o pudieron preverse al tiempo del contrato; pero si el incumplimiento es doloso, respondera de los perjuicios previstos e imprevistos (de todos los perjuicios que fueron una consecuencia inmediata y directa de no haberse cum- plido la obligaci6n 0 de haberse demorado su cumplimiento, segtin dispone el articulo 1558 del Codigo Civil). La ley brinda un tratamiento benévolo al deudor culpable y severo al deudor doloso, puesto que no es lo mismo la desidia que la mala fe. Tratandose de la responsabilidad delictual y cuasidelictual, la ley DE LA RESPONSABILIDAD 23 no distingue la naturaleza de los dafios indemnizables. Deberan repararse todos los perjuicios directos, previstos e imprevistos. Mas claro atin. La previsibilidad de los daiios no tiene cabida en la responsabilidad delictual o cuasidelictual, puesto que al ejecu- tarse el hecho daiioso no existe un vinculo juridico previo que ligue al dafiador con la victima. Este lazo surge, precisamente, con ocasién del dafio que tipifica el ilicito civil. 4, El elemento subjetivo que configura la responsabilidad contractual (dolo o culpa) y la responsabilidad delictual y cua- sidelictual tiene reglas diferentes en lo que dice relacién con la prueba. Mientras Ia culpa contractual se presume por el solo hecho de que la prestaci6n no sea satisfecha, la culpa y el dolo que conforman el delito o cuasidelito civil deben ser probados. En otras palabras, quien contrae una obligacidn mediante la celebracién de un contrato se presumiré culpable si su conduc- ta no satisface la prestacién proyectada, cualquiera que sea la conducta desarrollada. Pero el deudor puede acreditar que ha desplegado el cuidado y diligencia debidos, en cuyo caso estara exonerado de responsabilidad. :Qué ha sucedido en este even- to? Que al contratar se ha convenido en una conducta insufi- ciente 0 incapaz de lograr el objetivo proyectado, circunstancia que libera al deudor de toda reparacién posible. Pero subsiste, todavia, una cuesti6n importante. Tanto en la responsabilidad contractual como delictual y cuasidelictual, el dolo debe ser probado y no se presume, salvo en los casos expresamente esta- blecidos en la ley. El articulo 1459 del Cédigo Civil, de aplica- cién general, establece que “El dolo no se presume sino en los casos especialmente previstos por la ley. En los demas debe probarse”. Nuevamente surge, a propésito de esta cuestién, el rol que juega la prestaci6n en la obligaci6n contractual. Insista- mos en que si el deudor acredita que ha obrado con la diligen- cia debida, queda liberado de responsabilidad. La prestacion, entonces, no es mas que la expresién de un proyecto o referen- cia que servira para presumir la responsabilidad civil, pero no para imponerla. El derecho regula conducta humana, de aqui nuestra afirmacién en el sentido de que no existen obligacio- nes de resultado, sino sdlo obligaciones de medio. La distin- cin indicada sélo sirve para imponer a una de las partes el peso de la prueba, mas no para efectos sustantivos. 2 RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL 5. La responsabilidad contractual supone que el deudor ha sido constituido en mora, lo cual equivale a colocarlo en situa- cién de rebeldia actual respecto del cumplimiento de la obliga- cion. De alli que el articulo 1551 del Codigo Civil describa tres hip6tesis distintas, en cada una de las cuales se evidencia que el deudor debiendo haber cumplido no lo ha hecho. Tal ocurrira cuando el deudor no ha realizado la prestacién en el tiempo estipulado (convenido); cuando debiendo cumplir en un espa- cio de tiempo, en atencién a la naturaleza de la prestacién, no lo ha hecho; o cuando ha sido interpelado judicialmente. No cabe duda de que en estas tres hipétesis el deudor se encuentra en estado de incumplimiento, porque ha transcurrido el plazo de que disponia para satisfacer la prestacién y ello no ha suce- dido. Como es obvio, la indemnizaci6n supone que el deudor esté en mora, vale decir, que ha dejado pasar el lapso de que disponia para cumplir sin hacerlo. En la responsabilidad delic- tual y cuasidelictual esta exigencia carece de sentido, porque ella tiene origen en la produccion del perjuicio, y a partir de éste adviene la obligacién de indemnizar. El articulo 1557 del Cédigo Civil dispone que “Se debe la indemnizacién de perjui- cios desde que el deudor se ha constituido en mora”. Pero no se requiere de este requisito cuando la obligacién es no hacer, pues en tal caso el incumplimiento queda en evidencia desde que se produce la contravencién. Es por esto que la misma norma agrega: “...0 sila obligacién es de no hacer (la indemni- zacién se debe), desde el momento de la contravencién”. 6. En materia de capacidad hay también diferencias impor tantes, pero siempre en funcion de la obligacién subyacente en toda responsabilidad. En el caso de la responsabilidad contrac- tual, el deudor que contrajo la obligacién debera tener plena capacidad en conformidad a las reglas generales. Si el obligado es absolutamente incapaz, el acto en que éste interviene no producir4 ni siquiera una obligacién natural (articulo 1447 del Cédigo Civil), pero si es relativamente incapaz, su responsabili- dad estara atenuada en los términos del articulo 1688 del mis- mo cuerpo legal, conforme el cual quien contrat6 con un in paz “no puede pedir restitucion o reembolso de lo que gasté o pag6é en virtud del contrato, sino en cuanto probare haberse hecho ms rica con ello la persona incapaz”. En la responsabili- DE LA RESPONSABILIDAD 5 dad delictual y cuasidelictual las reglas son otras: son incapaces de delito y cuasidelito civil los menores de siete afos (infantes) y los dementes. Los primeros porque su voluntad es inmadura y se encuentra en formaci6n, y los segundos porque su voluntad est4 enferma. Respecto de los mayores de siete afios y menores de dieciséis anos, “queda a la prudencia del juez determinar si el menor de dieciséis aios ha cometido delito o cuasidelito sin discernimiento”, pero deben responder de los danos causados por ellos las personas “a cuyo cargo estén, si pudiere imputar- seles negligencia” (articulo 2319 del Codigo Civil). Puede ob- servarse que en esta ultima regla la responsabilidad se extiende y no surge directamente del hecho mismo que causa daiio, sino de la falta de diligencia y cuidado de la persona que tiene a su cargo al incapaz. No se responde s6lo en raz6n del acto daiio- so, sino de un hecho causalmente anterior que hizo posible que el incapaz provocara el perjuicio indemnizable. Esta causa- lidad puede, aun, distanciarse mucho mas, si se considera la posibilidad de que la persona encargada del cuidado del inca- paz lo haya colocado bajo la tuicién de un establecimiento educacional (escuela o colegio), caso en el cual la responsabili- dad se desplazara del padre, madre, tutor 0 curador, a dicho establecimiento. Indudablemente, la relacién de causalidad -entre el acto ejecutado y el daiio producido- se va alejando, hasta comprometer la responsabilidad de quienes, en Ultima instancia, tenfan la obligaci6n de velar por el cuidado del inca- paz. Creemos nosotros que en esta hipétesis el delito o cuaside- lito no lo comete el incapaz, sino la persona que incumple la obligacion de custodia y cuidado. Tampoco podemos desenten- dernos de que en este caso puede coexistir un caso de respon- sabilidad contractual (que compromete al establecimiento con el cual se conviene el cuidado del incapaz) y de responsabili- dad delictual o cuasidelictual (que compromete al custodio con el sujeto que sufre el dafio). 7. La responsabilidad que nace del contrato bilateral es indirecta. Esto implica que ella no puede hacerse valer mien- tras no se resuelva o se decrete la ejecucion forzosa del contra- to. El articulo 1489 del Cédigo Civil dispone que en todo con- trato bilateral (esto es, que impone obligaciones reciprocas a las partes que intervienen en él), va enyuelta la condicién reso- 26 RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL lutoria de no cumplirse por una de las partes contratantes lo pactado, en tal caso podra el otro contratante pedir a su arbi- trio o la resoluci6n o el cumplimiento del contrato, con indem- nizaci6n de perjuicios. Esta indemnizaci6n (responsabilidad ci- vil) puede ser, por lo mismo, moratoria (cuando sdlo repara el retardo en el cumplimiento) y compensatoria (cuando sustitu- ye el cumplimiento y representa un cumplimiento por equiva- lencia). Ahora bien, en los contratos unilaterales (que s6lo im- ponen obligaciones a una de las partes) no se requiere de resoluci6n o decreto de cumplimiento previo, basta alegar el incumplimiento para demandar directamente la reparacién in- demnizatoria. Asf en el contrato de comodato, si la cosa ha perecido o experimentado un dafio, podrd el comodante recla- mar la correspondiente indemnizaci6n compensatoria (articu- los 2177 y siguientes del Cédigo Civil) sin necesidad de deman- dar previamente la resolucién del contrato. Lo propio ocurre en los contratos de mutuo y depdsito, especialmente regulados en la ley civil. Conviene preguntarse a qué obedece esta dife- rencia. La explicacién es facil. Cuando el contrato es bilateral, hay una interrelaci6n de obligaciones, en términos que la obli- gaci6n asumida por uno de los contratantes es la causa de la obligacién asumida por el otro (articulo 1467 del Cédigo Ci- vil). En consecuencia, para desligar a las partes se requiere una decisién judicial o un nuevo acuerdo de voluntades (rescilia- ci6n o mutuo disenso), del cual se derivara el derecho a de- mandar la respectiva indemnizacién. No ocurre lo mismo cuan- do el contrato no implica una correlacién de obligaciones y el deudor no es simulténeamente acreedor. En este ultimo evento puede reclamarse directamente la indemnizacién, porque no quedara pendiente una obligacion contraria, que, como se dijo, condiciona el cumplimiento de la otra. Recuérdese que, preci- samente por las razones senaladas, en los contratos bilaterales ninguno de los contratantes est4 en mora dejando de cumplir lo pactado, mientras el otro no lo cumple por su parte o no se allana a cumplirlo en tiempo y forma debidos (articulo 1552 del Cédigo Civil), y que ello se traduce en la excepcién del contrato no cumplido. La responsabilidad delictual y cuaside- lictual es siempre directa y surge del dafio producido causal- mente por el hecho (accién u omisién) doloso 0 culpable.

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