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La historia como mecanismo y motor al servicio de las multiplicidades

Pedro José Mariblanca Corrales


University of Brighton
pedrojmariblancacorrales@hotmail.com

Abstract
The one who draws with words the dreams way, overcomes
Guindilla Bunda

Current official History, which generally dominates the great research and reflection
spaces to be published and transmitted to the peoples then, is an institutional history that
has become biopolitical because it regulates life from its interior, reinterpreting,
absorbing and rearticulating in its own way.

Despite of the different critical paradigms that have appeared against it, the becoming of
this history which strongly dominates in reflection has been set as the circle that opens
and closes itself in what German Romanticism established, that is: a methodological
proposal more or less similar to the initial one, methodology which objectifies bodies –
depriving them of their subject– and commercialises them.

It is altogether an unique fictitious order which does not tolerate anything that comes
from the outsides which surround it. Its explanation creates a vacuum where the
multiple sensitivities which generate, relate and collect it are expelled from its absolute
domination.

For this reason, the opposition to this historiographical construction is needed.


Opposition in which populations –through the vindication of the space which belongs to
them– take a seat and decide how it must be. To achieve it, there is need for critique,
deconstruction and a new onto-epistemological structuration of the historical discipline’
superstructure; not to patch the problem of the Past, but to re-understand it, and to feel it
not how it comes from above, but how it is experienced from below.

By means of a series of aphorisms, I will try to analyse what I think is a problem and I
will also attempt to present some ideas to overcome it.
¿Cuántos cuadros a medias?
¿Cuántas vidas sin contar?
¿Cuántos bocetos en el cajón?
¿Cuántas luchas silenciadas?
¿Cuánto material destruido?
¿Cuántas horas de vigilia?
¿Cuántos cuerpos bajo la cuneta, el mar o el campo de batalla?
¿Cuánta proximidad alejada?
¿Cuántos homenajes innecesarios?
¿Cuánta la cantidad de tiempo que seguiremos aguantando?

I
Hay una máquina de guerra abstracta que ha fragmentado lo sensible para crear un
orden. Este orden viene determinado por una genealogía en la cual hay un principio y un
fin. Este orden cuenta además con un adentro y un afuera. Aquél que siga el orden
disfrutará de las verdades absolutas; quienes lo nieguen se verán condenados al
ostracismo.

II
El espacio es el lugar donde tienen presencia las formas-de-vida. Territorializarlo es
esencial para controlarlo. Aquello que no tenga cabida en el territorio, no existe.

III
Las temporalidades en/de la Historia son múltiples. Sin embargo hay una que busca el
control sobre las otras: la temporalidad de la dominación. Esta temporalidad ayuda en la
fragmentación de lo sensible y en la territorialización de espacios. La existencia de un
consenso ficticio en torno a ella es el mejor mecanismo para expandirla.

IV
La explicación sobre el presente siempre será sencilla. De lo contrario, podría haber
demasiadas interpretaciones sobre ella.

V
En la Historia no hay exclusión, ella opera a través de la inclusión. Así se asegura mejor
la territorialidad de la que hablábamos antes. Sin embargo, en esta inclusión hay una
exclusión enmascarada, pues no todos los seres-en-el-mundo comparten lo mismo.
Unos tienen más, otros tienen menos. Es por ello que Occidente manda, Oriente se
somete y el Sur se hunde. No hay Norte.

VI
Muchos historiadores no trabajan la Historia, hacen crecer sus currículums vitae. Cada
uno vale lo que ha escrito, reseñado o publicado. Participaciones en congresos y
conferencias también dan prestigio.

VII
La historiografía es una ciencia. Y como tal, debe cumplir lo que se espera de ella. Se
estudian espacios, no lugares. Los tiempos están insertos en una tabla cronológica fija
que nos sitúa. No hay multiplicidades, sino pueblos o culturas. Puede haber diferentes
lecturas con respecto a un tema, pero si son pocas mejor, para no caer en el relativismo.

VIII
La disciplina historiográfica está bastante reñida con la filosofía, la política, las ciencias
sociales, la antropología, el derecho o cualquier otra disciplina. Hay una historia de
todas ellas, pero el agenciamiento de sus métodos, o propuestas, brilla por su ausencia.

IX
La Historia no enseña, explica. En ella no hay derecho a no conocer, pues todo está
dicho. Sólo hay que ir a las fuentes.

X
La objetividad es uno de los grandes propósitos de la historiografía. Por eso existen las
citas, los cuadros y las gráficas. Sin embargo, toda ella está impregnada de moralidad,
moralidad acorde a los estándares establecidos en cada época y cada lugar.

XI
El ángel de la historia que Walter Benjamin vio reflejado en el Angelus Novus de Paul
Klee continúa mirando a sus pies la catástrofe de una ruina que no deja de acumularse.
Igualmente continúa siendo arrastrado hacia el futuro, pues el fin de la Historia ha
llegado y ya nada se puede hacer.
XII
Bajo el paradigma de la estabilidad, la Historia no es otra cosa que el relato de uno o
muchos órdenes. Dichos órdenes se han visto contestados continuamente, pero siempre
resurgen. Y la historiografía ha ayudado a ese resurgir, pues la superestructura adquiere
una gran relevancia en su hacer.

XIII
Activismo e historiografía no son buenos amigos. Los historiadores hablan del pasado,
se someten a él. Hablan de política, sociedad, economía; incluso la elección de su objeto
de estudio implica una forma de tomar partido, pero siempre aparece una renuncia, la
renuncia de hacer la Historia presente para trabajar el presente. El historiador no critica,
se encierra en su despacho, se contenta con que el sistema imperante le deje seguir
publicando y dando conferencias.

XIV
La Historia es un dispositivo biopolítico en el sentido de que reorganiza el pensamiento
en torno al pasado para manejar el presente y no hablar mucho sobre un futuro del que
no sabe nada. La Historia es un elemento más en la organización del caos que es este
mundo-no mundo. Todo esto, lo ha hecho siempre sin la aprobación del sujeto de la
Historia.

XV
La Historia de Villafranca de los Caballeros, la de Toledo, la Historia de Castilla la-
Mancha, la Historia de España, la Historia de Europa, la Historia Universal, en
resumidas cuentas, la Historia, han suspendido el tiempo y el espacio para bloomificar
las formas-de-vida e instaurar sólo una. Despojadas las comunidades primitivas de su
ser-en-el-mundo, territorializados los espacios que habitan bajo uno sólo, desposeído
todo, se han creado comunes en los que no existe nada de común.

XVI
La Historia es una fuerza reactiva en el sentido de que no da cabida a pensar otros
mundos. Lo que nos ha llegado es lo que hay, y reflexionar que pudo haber otros
mundos es perder el tiempo. Lo que existe, es lo que prevalece. Por ello, sólo hay que
RE-colocarlo y RE-unirlo, para que pueda hablarnos.
XVII
La historia de la Historia es la historia de una cabeza y un cuerpo. La cabeza representa
unidad, el cuerpo multiplicidades. La cabeza busca la parálisis del cuerpo, el cuerpo será
educado en torno a esa parálisis. Por eso, el hábitat de los historiadores está en las
instituciones públicas y privadas, cabezas que manejan cuerpos. Se puede salir de este
juego para investigar, pero siempre hay que volver a casa.

XVIII
El pensamiento que impera en los círculos que beben del jugo de la Historia es
unidimensional en el sentido de que rechaza todas aquellas ideas, aspiraciones y
objetivos que trascienden lo establecido, y las reduce hasta el punto de poder
contenerlas en el universo categorial existente.

XIX
Existe un sistema monopolístico en torno a la Historia. Todo el mundo no puede ser
historiador, al igual que no todo es historia. Véase para ello la gran batalla existente en
torno a la memoria y su papel activo en la conformación de la Historia.

XX
La Historia y sus relatos conforman una metanarrativa totalizante sin contingencias
posibles. Es por ello que la Historia tiene una explicación para todo,
independientemente del lado en que ésta sea llevada a cabo. Explicarlo todo para no
explicar nada. Si no es así, miremos nuestro presente.

XXI
La Historia es a la fuente lo que el Espectáculo a la imagen. Si el Espectáculo concierne
a lo no-viviente y sirve como instrumento de unificación, la Historia no hará sino lo
mismo. La relación entre formas-de-vida, seres-en-el-mundo y lugares se lleva a cabo a
través de un discurso más o menos ya delineado en el que el método genealógico de
investigación es arborescente en el sentido de que no deja espacio a la búsqueda de
líneas de fuga.

XXII
Si la presencia de la Historia en nuestra realidad es sólo anecdótica, ello se debe a la
simpatía que guarda con el sistema dominante, que ha absorbido su potencia para evitar
los agenciamientos y el encuentro con otros saberes para desposeerla de su fuerza y
evitar los peligros que pueda suponer su existencia.

XXIII
En el reino de la historiografía, la complacencia no viene dada por sacar a la luz cosas
que diferentes poderes han querido mantener en el desconocimiento, sino por
comprobar que el poder lo permite.

XXIV
El hecho de que la Historia haya sido mercantilizada no se debe a lo que en ella SE
relata, sino al cómo se relata. A la policía del pensamiento histórico, que llama a la
objetividad científica, objetualiza los sujetos históricos, cuantifica, mide, etc.; se une la
policía biopolítica que, a través de la publicidad, los medios de comunicación o las
instituciones, difunde qué es la Historia, quiénes son sus sujetos y cuáles son los
terrenos principales en los que tiene haber.

XXV
La Historia ha estudiado muchas guerras civiles, sin embargo nunca ha atendido a la
Guerra Civil, el libre juego de las formas-de-vida, el principio de su co-existencia.
Como un dispositivo más llamado a asentar el consenso total en un territorio
determinado, la Historia ha jugado siempre a la dialéctica entre lo bueno y lo malo, la
izquierda y la derecha, el norte y el sur, la estructura y la superestructura, lo avanzado y
lo primitivo, etc. con el fin de enfrentar el orden al desorden, la paz al caos, el héroe al
villano, etc.

XXVI
Hablando en términos rancièreanos, podemos afirmar que, frente al orden policial
impuesto por la historiografía, existe toda una política que viene a irrumpir en la
fragmentación de lo sensible que es la Historia. El silencio ha hecho invisible muchas
cosas, pero hay un grito desgarrador. Lo Múltiple se ha levantado, lo Uno se tambalea,
los que no tienen parte llaman a la puerta. Son muertos y vivos, y no exigen, sino que
actúan.

XXVII
Vence quien dibuja con palabras el camino de los sueños. No se trata ni de poner
nombre a las cosas ni de relatarlas, sino de tomar parte activa en su creación.
XXVIII
Hay una historia que permanece sin escribir, la de las multiplicidades; una historia del
encuentro, el agenciamiento y los nodos entre los múltiples puntos que componen el
rizoma de la Historia. La dificultad de esta empresa ha hecho que se renuncie a ello. Sin
embargo, el pensamiento se está desplazando de la Universidad.

XXIX
Los presupuestos ontológicos y epistemológicos con que la Historia ha sido abordada se
están viendo asediados por una vorágine insurreccional compuesta por los comunes, que
no quieren tomar o asaltar nada, sino aprender, conocer, entablar relaciones con sus
Otros, descubrir, propagar un saber en el que haya hueco para todo.

XXX
La cuestión histórica es una cuestión política. La Historia no parte de un origen ni es
una genealogía; es el resultado de la confrontación entre espacios donde diferentes inter-
subjetividades se inter-conectan mediante sensibilidades y necesidades que dan lugar a
un proceso no de identificación, sino de des-identificación, proceso de confluencia entre
todos los Otros que conforman un lugar.

XXXI
Frente a la cartografía total –en diferentes escalas de totalización– en que ha devenido la
Historia, han emergido desterritorializaciones que no sitúan a los sujetos, pues son los
sujetos mismos quienes conforman y dan vida a esos procesos desterritorializadores.
Estos sujetos buscan una reterritorialización de la inmanencia, reterritorialización de los
posibles.

XXXII
La historia hegemónica y sus narrativas están en retirada. Su discurso se ha quedado
vacío y, aunque continúan siendo fuertes, sus defensores saben del problema. A los
conservadores ya sólo les quedan sus pequeños círculos. También cuentan con ciertas
instituciones, pero éstas son sólo fachada. Todo en ellos es vacío, por eso no conectan
su presente con el pasado que han construido, un pasado construido sólo para ser
admirado. Los progresistas se están quedando sin marxismo para seguir exprimiendo
sus teorías, están en tierra de nadie, aunque con muchos seguidores –que idealizan aún
con el comunismo que predominó sobre el resto de comunismos, el comunismo
burocrático-institucional basado en un juego de partidos y militantes, pocos
representantes y muchos representados.

XXXIII
Una Historia de las multiplicidades es una Historia de los de abajo. Es una historia que
no infantiliza la Antigüedad; una historia que re-piensa todo lo que se ha dicho en torno
al Poder; una historia que no atiende a grandes figuras o nombres; una historia a la que
no le importan los castillos, las catedrales o los grandes feudos señoriales de la Edad
Media; una historia que mira más allá de Occidente; una historia que no habla de
nobleza moderna sino de campesinos, herreros, artesanos, comunes; una historia de lo
que no está escrito, sino de lo que se ha transmitido oralmente; una historia de los
nodos, no de las raíces; en definitiva, una Historia de las Historias.

XXXIV
Una batalla ha de librarse, la batalla de la Historia, la batalla de lo que aún no se ha
dicho, la batalla de los imaginarios, la batalla de los que están por hablar en un mundo
que los ha reprimido y los ha exiliado al ostracismo.

XXXV
¿Y dónde comienza la batalla? Ya ha empezado, es invisible; lo cual no quiere decir que
no se esté llevando a cabo activamente. De lo que se trata es de hacerla irreversible, de
enfrentarla al vacío que es gran parte de la Historia.

XXXVI
No vale con la desarticulación del problema. Tampoco se trata de reformarlo para
reconstruirlo. Las ruinas deben ser totalmente destrozadas. De lo contrario, siempre
puede reaparecer el fantasma que nos ha traído hasta aquí.

XXXVII
Los hay que buscan atacar al sistema creado desde dentro. Otros, simplemente lo
obvian. Los hay que no saben absolutamente nada y continúan bajo la alienación de la
jerarquía becaria. No proponemos una solución, pero anunciamos que a la destrucción
siempre le sigue la creación. Si esa creación es hecha sin vanguardias, si es llevada a
cabo desde abajo de una forma transversal y horizontal, si es en desacuerdo, algo
interesante puede desatarse: la magia, la inmanencia, lo común del Todos frente al Uno
totalizador.

XXXVIII
El método de la dominación y el miedo empieza a perder sentido cuando se dice NO.
Muchas veces, decir NO supone entrar en la esfera de la incertidumbre, pero en la
incertidumbre es donde habita la potencia. Enfrentado el sistema, sólo queda actuar, no
para crear otro, sino para hacer una Historia habitable.

XXXIX
Aviso a los que lo tenéis todo tomado. No pararemos. Sabemos cuál es la correlación de
fuerzas, sabemos qué tenéis, qué manejáis. Pero nosotros tenemos algo de lo que no
sabéis nada: amistad para con nuestros iguales.

XL
Salud y rebeldía, magia y comunismo. El día es nuestro, la noche también.

Frente a las barreras que se han puesto, existe un volcán, el volcán de la


desindividualización por multiplicación y desplazamiento para la experimentación de
nuevas formas de agenciamiento colectivo. No habrá parches, rellenos o recambios,
sino decisión, camino, acción, circulación, red, MULTIPLICIDAD.

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