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  • Bares, Mauricio - Adios Al Hombre y Rave La Primera Ceremonia Posthumana (Posthumano)

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    Bares, Mauricio - Adios al hombre y Rave la primera ceremonia posthumana (Posthumano)

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    wae POSTHUMANO la vida después del hombre MAURICIO BARES ih Oaxaca de Judrez, Ooxaca Colonia Centro C. P. 68000 Oaxaca de Judrez, Ouxaca, México, Direccién fiscal: Calle 5 de Mayo 16-A, Santa Marla Ixcotel, Santa Lucia del Camino CP 68100, Oaxaca de Jusren, Oaxaca. Tuscracién de portadas Hécror Ballesteros ustraciones de interiors: Lilia Barajas Martinez wwwalmedia.com.mx Primera edicidn: junio de 2007 ISBN: 970 985 427-5, ‘Quedan rigucosamente prohibides, sin ibn de los tinulares del ‘expprighs, bajo las sanciones esablecias p , a eproduccién toral © parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos ta reprografay el tratamiento informicn, asl come a dstibucién de ejem- plarer de Is misma mediante alquiler @ présame plows Imprsoy becho en México A Lilie pr todo. Ya Breno, gue vind como postnumans, ADIOS AL HOMBRE U de las experiencias mds fascinantes de nuestra infancia provenia de la literarura y del cine; que nos hacfan imagi- naz furutos posible, Al cabo de muchos afios y muchos cam- bios en nuestra existencia, el misterio de tal fascinacién parece esvelarse, sin necesidad de que seams expertos en el tema. Quizd lo fascinante de dichas.obras no estriba del todo en su calidad estética -duramente cuestionada, en ocasiones hasta la descalificacién-, sino en su habilidad pata idear sociedades estructuradas bajo sistemas de valores distintos a los de nuestra cotidianidad, su propuesta para mirarnos-en-un espejo deforme, que de inmediato nos hacia cuestionar sila deformidad no es- tarla en este lado del reflejo. En aquellas obras, el ser humano podia no ocupar el cen- {0 del cosmos ~lo cual sacudia nuestto entendimiento- como sucedia en La guerra de los mtendos 0 en El planeta de los simios También podfa ser que el hombre continuase como ¢je del tunivers0, pero haber murado hasta separatse en dos especies distintas, como en La maquina del tiempo. O haber perdido cl contacto con su narutaleza esencial, ala manera de Un mundo (plixy Fahrenheit 451. Bt hombre también podia, bajo cl influjo ‘nc6pico, degenerarse hasta convertizse en lo opuesto asu ideal uropista, como lo expuso Orwell en 1984. Sin embargo, en el fondo, el elemento mas contundente de tales creaciones no lo constitufa su habilidad para presentarnos 9 luna imagen bizarra de nuestros actos, sino su ineludible eslabn on la imagen original: la nuestra. Esa deformaciOn era el timo paso; el primero consistia en que se articulase comn una poo sibilidad basada en el modo en que nos conductamos histé- ticamente. Mas que deformaciones: resultaban proyecciones, Estas proyecciones se debfan a.que resulta imposible mirar al hombre como se mira a otro ser vivo, bajo un patrin de cone ducta tinico y definitive, Bl horkbre modifica su entorno to al- tera, Io crea, Jo destruye~ mientras se modifica crea, altera, destruye—a si mismo. Un resultado de estas constantes modifi.

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