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Cane A aie PERE PER ce) Dawe em RE iy Pe Re em eat Pee ety Tan mee aay rey eee ge eta Tezuman esencialismes nacionalistas? :Par qué unas misicas se codean eph Oe rer ere eer kan ide misa, los chatos baratos 0 la titrona? Se trata de cuestiones que mas de Pee ee nee ee ede ice SS eee en ae ae sr Pry rake pee ite eee eer ey er Todos estos interrogantes planteados, a pesar de su diversificacion aparenta, cere trae rte eee ee eter er Pe eer er Mie eM es eh ne ng eee reg yr Este os preclsamente el tema central del libro Mads alld del orte. La musica como generadora de renidades socioles. Se trata de un estuo elaborado desde eee eer Seer erie Pee Aree MR Sanne eeteneto |) cultural y social. ee ea eet coer con ree ea te a Rey St eee ee a a One ene ree nner ss a las clisicas perspectivas de la estética o-de la historia, UMN oN aRcRr obi 296 Are | Laimusica atl rn Mas allé del arte Josep Marti Mas alla del arte La misica como generadora de realidades sociales Los 7 mares, 2 DERIVA EDITORIAL. ‘© Joep Mane Indice 1. Introduccién. Ls myisica: un interrogante abierta II. Musicologias : IU, La mésiea: algo mas que mero sonido. zi IV, Lamdsica came cultura . ¥ iva visidn global de! fendm VI. Musicologia y relevancia social... n VIL. Misicas rechoxadas ssi VIL, Masica y ctnicidad 7 esse XI. La pl XI Ser hombre oser mujer en la iculturalidad a cravés de Ia MUbsiCa ner cnnnnncnel 7S ica a 187 XIII, Mitsica y génere entre los jévenes bareeloneses 201 XIV, Miisicas cultas, miisicas tradicionales, mudsicas popubires area 22 XV. Mi sis populares actuales, Problemas de definicion .. 235 1. Qué miisica es necesario ensef en las eseuclas? XVII La musicologia coma crttien evltural vo 285 Nowas - = 295 Dibfiografia eieada a 325 Indice tnatttico ednneiceasniea aS I. Introduceién. sisica: un interrogaate ab nucho mejor cuando cayé en mis manos un extensa articule periodistico que ent cosas hablaba ia mas ni nada menos que de asic afienigena, mil radas en niiestras aventuras espaciales.* n poder de la mitsica. Puede hablar de todo sin decir nada. es precisa que sea portdora d para que sepamos a qué se esth tomo es el caso de la estética m exprosados a tarés de repertorios tradi con Monteverdi o la acién y rev aires ockeras joy a la ve suefias coleetivos, Siempre ha habido misica, y no conocemosa ana sociedad que, de una w ata nie desarralle algiin tipo de actividad que pueda ser calificada de muricad. Una soci dad sin musica nos resulta inimaginable, Sus ercencias, sus su ncaa, sus manetas de ent | mu enttoncarse en él toman forma a cravés de esce omnipresente magma x00 Por qui age, sentimicntos n vionales; mistic cieetos lor de la baterla o se dediquen al jazz? gPor ¢ etna jo de la exiscencia de miisicas que rez nas méisicas se cadean con el whisky de 16 Se press an esencialismos cionalistas? {Por q} 9 importacién mienttas otras lo hacen preferentemente con el vine de misa, las chatos baratos 0 la litrona? Greo que san cucstiones quc mis de un melémano, sin que tenga que considerarse forza samente musicdlago, antropélogo 0 socidlogo se habsi hecho alguna vez. ¥, en realidad, son cuestiones que sin duda eoncier nen a la musicologia, a fa antropelogia ya ta sociologta. $i por una arte parece claro que part todo aquel que s¢ interese par Ja miisica como fenémeno sociocultural resulea pertinente plante- arse ests problemiticas, no siempre se es conscience de que las {es euestiones mencionadas, a pesar de su diversificacién apa- frente, tienen una base comin: los procesos de crencién de cate- orias sociales a partir de las cuales entendemos nuestm reali- dad, y que entre otros importantes cometidas tienen ta funci6n de regular las relaciones entre individuos El fenémeno de la mtisiea puede observarse: destle pers pectivas muy diferenecs. La mis habitual es la de considerar la misiea como arte, y por tanta se Ia intenca entender bisieamen- fe en téminos de estética, establecienda al misma tiempo las diferentes corrientes cstillsticas que se van configurando a través de Ia historia. La mdsica es el “arte de combinar ritmicamer {os sonidos con el fin de expresar emociones 0 sentimicntos”: es |a “sucesidn de sonidos modulades para recrear el ofa", nos dice cl Diccionario Idbotégica ile da Lengua Espaitola de Julio Casares.*No obstante, cuando centramas nuestra atenci6n cn las significaciones, usos y funciones que recibe la musica, abser Imente que ésta puede ser también muchas mis cos: ‘ve son al fin y al eabo las que nos cxplican su innegable impor taneia social La mtisica, en cuanto media de comunicaci6a, contibuye también a Ia canstruccién social de fa realidad, La miisica, por ejemplo, mmbign tiene alga que ver con sexismo, ctnicidad 9 clasismo. A través de nuestra prictica musical contribaimos al mantenimienco de las estructuras sexistas de la sociedad, eontei- buimos a fa existencia de la etnicidad y cantribuimos también a fh diferenciacién clasisea. Esto ya lo expresd cliramente hace 10 eo algunos alos Otto Brusarti en un trabajo sobre misiea y nacio~ te descontextualizado sino que es una prictica artstica que cum- iempre funciones muy conereras dentro de la sociedad. De 1 no refleja cam s6lo el espfricu de ‘una época, i c guraci6n de este espiritu, y va mucho mds alli por tanto, de an ica musicolégica que !n consideraba solamen= aqui isi lis nde la éps te como cxpre f " “ ‘Cuonds hablamos de la produccién simbélica implicita en ef fendmeno musical estamos hablanda de comunica subemos que In comuinicacién, sea a través del lenguaje u otros simbélicos, es episeémica, es decis, ex un medio por el fe de conocimiento. ¥ esa través sistem teal conncemas cosas; es fue 5 también de estos fergnajes que construimos nuestra realidad socials! in dar forma, orde- sédigos comunicativos nos perm nar nuestra consciencin. Desde ella pode conocer recanocer el mundo (intemo y externo), y con ella orientamos nuestra condueta, nuestra experiencia vital. Experiencia que, correlati ser comuniada, tras- ladada a la conscicneia, tiene la virtud de alterarla yfo refor- ae Ue nied ooo ms nn ct jars de a 5 percibin, da como tal, Acunir sobre la funcién medi dimensién comunicativa de la realidad social es actuar sobre los mecanismos nueleares de la construpcidn social de ta realidad."* La miisica, a través de sus productos, de su prdctica y de las ideas que conlleva nos remite a una cierta realidad. Pero no es tan sélo que ln misica signifique algo; también lo puede scr. Un concierto es tin acto musical, pero cn segiin qué coatextas puede ser también un acto de afitmacién de clase, étnica 0 de géncro, De ahi la importancia de ta m para conocernos a u ftosotros mismos como sociedad: “Hay que aprender a juzgar a una sociedad por sus ruides, por su arte ¥ por su fiesta mis que por sus estadlistica ‘A menudo asociamas a la milsica un cierto componente ristico, de manera que se la considera dencro de una esfera espi- ritual y mds bien alejads de los ajetreos de la vida material, “La misica cs algo misteriosa”, eseribié algin psicéloga."Quirs sea por ello que nuestra sociedad le asigna una importancia mu relativa, Sin duda eseuchamos musica, hablamas de muisica, y los poderosos medi wunicacién figuranin siempre como su temo aliado, Pero, en realidad, la imporeancia que le ocomgamos €s apenas comparable a fs enorme trascendencia social del mundo de la politica o de la economia, Seeoncibe bésicamente la musica como diversién o, en ocasiones, rambign incluso como algo cieramenteelevado pero que al fin y al cabo constituye: un lujo social del cual, cuando convienc, es facil preseindit. Asi, por ejemplo, en la televisién pablica se considera perfectumente rmal interrumpir sin previa avisa un programs musical para tansmitir un mensaje en directo de nuestros politicos. En 1997 7 articulism del periddien E/Afunda se qucjaba de esta manera de la intermupeién sin previo aviso de un programa de “Tel paiiola sobre fa historia del rock para dar paso un discurso en directo del Rey y del enconces presidente de! pals: 5 de cor “En TVE to ho se han enterado de que fa Historia de | segunda parte del sigla xx no puede entendetse, anali- warse, sentirla, sin csa intrascendente cosim llamada rock and roll.’ En las escuclas, a misica posce entre los alumnos el rango de aquellas asignaciiras que reciben peyorativamente el apelati vo de “Maria”, No nos tiene que extrafiar. Todos conocemos Ja ‘posa importancia que nuestro sistema educative cradicionalmen- te ha ororgado a esta asignatura, En el ambieo de las denomin das actividades culturales, sc concede 9 la musica indudable | all protagonismo, pero la importancia que nuestra sociedad conce- ve a estas actividades se pone elaramence de manifiesca en los petlodas de recesidn econdémics en los que se tats de dismninuir Ins gastos superfivas 0 mis prescindibles, ; "Todas estas actitudes nos remiten a la idea de ta mésica como algo que poco tiene: que ver con Ia dura realidad cotidiana. Pero csto no es cierta, La mdsica est por doquier, es omnipre: sente, Su espacio nacural no se limita ni mucho menas a Vencionales salas de cancicreos. Su presencia invade nuestras casas, los largos corredores del mecro, cl interior de nuestro auto ndvil, las iglesias, los grandes almacenes.." ¥ la mdsica quicr tipo de miisica— es portadora de mensajes, a pesir de que tno siempre vaya acompaiada de palabras. ¥ can ello, la misica no es tan sélo estética sino que también es éciea La milsia no es, pues, an inocente 0 inofensiva como puede parecer en ocasiones. En el mes de febrero de 1994, fi asesinado en el centro de Argel un libreto francés de arigen espafiol que regentaba un negocio de libros y discos Anteriormente, ef grupo armado integrista denominado Kjercita lskdwica de Saloaciéa habla amenazada de muerte a través de un panfleto distribuido clandestinamente a code comerciante que vendiese discos de musica occidental. En el documento, los integtistas consideraban que Is musica occidental incica “s los mis bajos instintas de los j6venes y los aleja de: Dios". Con ello y segin decfa el panfleto, se pretendia “purificar el Islam de escorias”.""Tampoco ef mi =producto del mestizaje cultural y bandera de muchos jvenes magrebies— se salva de las iras del Ejércita Islimico de Salvacién, Sus comunicados son contundences y van dirigidos a “quienes propaguen Ia fo Al cin por media de la venta de canciones profanas meses después del asesinato del librera de Amel ¢ fulminado en su casa de Orin Chel Khaled, una de las mayores s del pop rai, y al af siguiente, Rachib Baba, uno de los productores discogeificos mds comprometides en a difwsién de este mismo estilo musical. Lami cs, algo ica no cs siempre, pi B inocuo y, evidentemente, no edo rechaze a una misica implica solamente consecuencias infrfusecaurente musicales. La importancia social de la masica ¢s un hecho bien eve dente. Los, entre otris muchas cosas, porque fa miisica, can su gran poder de convocatoria, cs capaz de expresar mancras de pensar, es capaz de articular eoleetivos humanos. Pademos escar Seguros de que no son tan sélo razones estétieas las que mueven a los jévenes a escuchar a Sting, a Sergio Dalma oa El Ultimo de la Fila, 2Por qué hay unos géneres 9 estilos musicales que les atracn més que otras? No es tan sélo por razones de excelencia musical, por cuestiones de mantering, de wadicién o forma de tifusién. ‘Todos estos fuctores mencionados san, sin lugar dudas, importantes, Pero otra razéa en Ia cual no se pi pre €3 que hay determinados géneres y estilos musicales que dan fespuestas a ciertos tipos de cuestiones propias de una edad, como también hay mdsicas que, por ejemplo, ofrecen respuescas 4 los intertogantes que nos plantesmos sobre ta propia perte- nencia a una clase social o 1 un grupo énico. Encre fos jévenes, esta necesidad de hallar su_propia poder cntenderse como generacidn diferenciada de la de los progenitores debers jugar un papel muy importante en Ia eonfiguracién de sus gustos musicales, La milsica, coma prictica cultural, conttibuye claramente a fortalecer Ins c ‘ructos sociales tendentes a satisfacer la necesidad de la diferen. cia, Para decirlo de una manera sencilla, en oeasiones, no es tan sélo que se escuche cierta miisica porque se sea joven, sino que también se es joven porque se escuicha wna dcterminada misica Parcel joven, la miisica es tremendamente importante porque le abre-el camino de entrada a la sociedad: le explics e! mundo en cl cual vive, le mares fos roles que ha de desempefar en ka soci dad, como adolescente. primero, y come adulte después. Le da sentido del tiempo, del espacio, de genera cidad, de género, La miisies da ab joven sentido del tiempa porque le marca Ins €pocas en fas que vivimns. No es ninguna casualidad que los sa siem, dn, de clase, de etni- = flempos vayan marcados por las misicas que se practican y se escuichan en ellos. Basta que nos fijemos en cualquier tipo de documcntal einematognifico sobre nuestra historia reciente. pars damnos cuenta de que Is musica de su banda sono constituye ‘conjuncamente con otras importantes. elementos coma Ia indu- ‘mentatia, el peinado o los modelos auromovilistieas la mejor eti- queta temporal, Flablamos de-ta mifsica de los afios 20, de los 64, de los 70, ete. Cada generacin tiene su musica. La maisica da también sencide del espacio en el cu sentimos circundados. Las denominadas ruisicas tradiciouates constituyen uno de les tipices reeurses para expresar music mente la idea de una localidad concreta, Cuando se habla de Andalucia resultari ficil identificarla con aires flamencos, de la ‘misma manera que lo serd identificar Galicia can el sanido de las gaitas 0 Cacalufia con sus sardanas. La evidencis de estes ejem: qhier I nos plas los hace sinceramente triviales, Pero, de hech tipo de maisiea puede ejercer en principio esta funcién, Mozart nos puede sefialar Salzburg o Viena y Sibelius, Finlandia, Y tam- bién las misicas populares actuales dan a los jovenes puntos de referencia de su cspacio, Estd claro que, actualmente, el espacio vivencial de cualquier persona joven espafiala no es el mismo que ef que tenia un joven de B Valencia o Sevilla hace cicn o doscientos afas. Hoy vivimos en fo que accrtadamente se ha denaminado ata gfebal. A través de los medios de comuni- cacin que tanto han evolucionado a to largo del siglo, ia prensa eserita, la radio, ta tclevisién o Internet, nuestro espacio viven- cial no es ni mucho menos tan sélo aquello que es tangible, ‘calles o camings por Jos que transitamas dia a dia, sino también cada aquetlo de fo cual obtenemos conocimicnto de manera directa o indirecta, de manera real o virtual. Nueva York, Berlin, ce! Bagdad de Sadam Hussein o ls malparada Bosnia percenecen hoy también 4 nuestro mundo, y estas nuevas referencias espa- ciales son también vehiculadas por las nuevas misieas popu I América de Bob Dylan o Joan los lugares det tes: la Inglaterra de los Beatle: Bacz, la Italia de Paolo Gonte, 0 todos aqui 15 mundo que actualmence nos Hlegan representadas a través de la denominada #orld music. EI conjunco de mitsicas populares ae- twales dicen a los jévenes cudl es en realidad su mundo: la aldea global. La milsica les marca el espacic, La musica da también sentido generacional. Hay re- pertorios y géneros que podemas calfiear de infantiles, juves les ode gente mayor. Estas misicas incorporan rasgos que noso- tos consideramas caracteristicos para los diferentes grupos de edad. Las misicas infanciles nos sugieren aparentemente senci- Hee ¢ ingenuidad. Las muisicas jévenes adoprin a menudo acti tudes rebeldes como bandera. Las que adscribimas a la pobla- cién mis madura, refugiindose en estilos melédicos, expresan tranquilidad, un velndo deseo de no querer complica la puesto que la vida les ha enseflado que, en este mundo, todo ya €3 por nacuraleza suficientemence complicado Hoy quizds se habla mucha menos que antes de clase, pero nadie puede dudar de que este tipo de diferenciacién atin sigue siendo una sealidad. También la miisica da a la poblacidn senti- do de clase. A algunas mésicas las relacionamos con las butacas aterciopelidas de lujosos tears, mientras que otras prefieren las destartaladas vicjas naves de una fibrica en desuso. Hay misicas elitistas y barriobajeras, Hay muisicas que exigen la corbata y cl abrigo de piles mientras que otras se sentiedn més a gusto con los jeans remendados. De edmo Ix milsica puede dar sentido de exnicidad y de Réncra nos ocuparemos con detenimiento en diversos eapitulos de exte libre, La etnicidad constituye todavia hay dia un impor tune factor de adscripeién grupal, y son muchos -jévenes y no tan jévenes~ los que experimentan esce sentimiento de pert rencia social a un grupo que va mds-alld de la familia, del clan, 0 de los vecinos de nuestro lugar de resideneia a través precisa- mente de Ia musica. Y fo mismo pademas decir en cuanto al género, es decir, en cusnto a los diferentes roles relacionados con el sexo de hambres y mujeres de nuestra sociedad, Por qué, si na, existen instrumentos #fpicautente femeninos o tipicamente 16 all masculinos? Todos saboms de la existencia de famosas sopranos tr expertis profesoras de piana, Pero tenemos que hacer alardes ile memoria cuando buscamos nombres de directoras de orques~ tao de compasiveras. Se habla del barcy como de un estilo tipi ‘co para muchachos, mientras que reservamos las tieenas balndas para las mujeres, Esti claro que esto no-coincide siempre con la ‘ealidad. Pero todo ello forma parce de una sélida idealogia que manifestada a través de nuestras pricticas rmusicales contiibuye icruras sexistas de In so~ mantenimicato de las cst raumbil iedid. De manera muy cio, clase, ctnicidad y géncro, como también podfamos haber hablado de muchos otros aspectos que asimisme-san importantes para la idencidad de Ia persona: religién, adscripcién profesional, formacién académica, ete. Con toda esta tampoco pretendo decir que cualquier persona tenga que encontrar estos sentidas en las misicas que escucha y por las cuales se desvive. La rmisiea da spucstas sobre toda a quien le hace preguntas, aunque tam. bién, al escuchar una decerminada musica, es posible que ésta nos sugicra la necesidad de formulamos ciertas euestiones que, si no la ubiésemos escuchado, quizds no nos habriamos formutado, De aqui también ta gran fuerza social de fa miisiea y cl deseo de contro! por las estructuras de poder: “Con Ia miisica nacié el poder y su contrarior la subversidn” Ya sabemos que la misica, y especialmente la popular para los jovenes, es una ventana abierta al mundo, y vino de las obje- tivos de las estructums de poder cs colocar una cortina mis 0 menos opaca, y de acuerdo a sus intcreses, a esta ventana Sistemas politicos y religiosos, por ejemplo, na dudlan en ejercer poderosos intentos de concrol sclective para fa musica de su poblaciéa o de sus adeptos. Lo hemos visto con especial viru- lencia en los regimenes tatalitarios europeas, en Ia China comu- nisea.0 cn cicrias Ambitos del mundo musulmin, {No lo.expresd ya de manera muy clara ef Ayatollah Khomeini? ucinta, hemos hablado de # po, espa wy “La miisica es una de las cosas que droga el corchro de los jévenes. La mdsica vuelve inactive el cerebro [a Si quie res la Independencia para tu pals, rienes que convertir a In radio y isién en institueiones educativas:y elimi har la 0s grupos de eristianos Fundamentalistas han expresa do un rechaza rotunda a decerminados tipos de rock como ta bign la hacen los integristas islimicas en relacién a la mdsica occidental, Todos estos sistemas no tienen tan sélo sus miisi preferidas, sino también sus misicas rechazadas. Pero los masi cos también pueden resultar incémodos para el sistema incluso coh nucstras nctuales democracias occidentale: La miisica de Springsteen, con sus mensajes poco acortes con et nacionalismo de Ronald Reagan, resultaba desafinada para el patiocerismo estadounidense; en Gran Brecafia, algunas canciones rockeras que aludfan ala Guerra del Golfo micneras ésta sc producta fue- ron simplemente censuradas,"” Una de las earietcristicas de las miisicas vivas de amplia i6n por parte de la sociedad es su inmediatez en relacién co social en el cual se producen. Es deci, el hecho:de que no hayan infranqueables distancias entre las expericneias sociales expresadas a través de la miisica y las expe piiblico. Esto se refleja a la perfeccitn, por ejemple, en Ios temas y letras de las canciones de las miisicas populates ca los que se habla de todo aquelle que interesa o forma parte de Ia vida eati- diana de cualquice joven, Par tanto, «la fucrza tenemos que pen~ sar que tad cambio que se praduzca en la sociedad se reflejart también en fa produccién musical. ¥ todavia mis. Que muchos luso-anunciadlas cambios que s€ prodiucen en la sociedad son i por ls masicx antes de que éstos se produzcan, seneillamente porque la misica es portadora de ideas y sentimientas que en un futuro préxima provocarin cambios sociales. Argelia ain dependia de Francia, cl mi aparecta ligade a ta subversi¢n del movimiento independentisia de aque! pals norteafricana; ka 18 al rnisica popular suda(ticana anuncié la caida del apartheid aos ives de que esta sc produjese: los movimicntas afergranad Srriculades en Checoslovaquis alrededor de determinados geu- vos de sock fueron el embrién de [a denominada revolucién de rereiopelo de 1989. Y por lo que respecta al Estado espatol, sdlo tx necesario pensar ef tantos cancautores del pas eriticos con el 10 0 incluso ef Los primeros momentos de la recepeiGin franquist del rock: “_¥ entonces comprendt que ser éeatdénane supanta com- ati lo que los grises eran, y que el rock no consistfa sélo, en milsica, sino también en intentar imaginar un mundo diferente.’ Hace algunos afios, Clifford Geertz escribid que “Hegat a sec humano ¢s llegar a ser un individuo y llegamos a ser indi duos uindos por esquemas eulturales, por sistemas de signifiea- cidn histéticamente creados en virtud de los cuales formamos, igimos nuestras vidas” La idea ordenamos, sustentamas y d fundamental que swbyace en este libro se basa preeisamente en ‘el convencimiente de que la musica tiene asimismo mucho que ver con estos sistemas de significacién histéricamente eteados, sin los cuales diffeilmente nos podriamos entender. En principin, este libro ha side concebide desde las pers- pectivas de |i moderia etnomusicologta, Hay que decir sin em bango que, tal y-como lo razonaré en cl siguiente capitulo, somos ‘ead vez mis las profesionales que nos sentimos realmente incé= modos con este ténmino y preferimos, por tanto, hablar sencilla- mente de smasicologie, De hecho, el contenido del libra noes tan sélo musicoligico sino que también puede ser cntendido como ‘una aporcaci6n antopolégiea o también socialdgica al conoci- micnto de nuestras pricticas musicales, En este sentide, pode- mos tener muy presente Ia justificada animadversion de: Bour- dieu contra las fronteras arbitrarias que: se establecen tan a me- nude entre deverminadas disciplinas académicas, unas fronceras 19 que son muchss veces pura conscciencia de In reproduccién adémica ¥ que carecen de sdlides fundam, cos." La tarea de conocer lo que es Ia milsies ‘empresa sencilla; no forzosain ye una te por la mucha o poca cample jidad del fendmeno en sf, sino sobre todo porque muchos de los recursos humanos dle que dispanemos para hacer y concebit Ia no son en su nacuralezs tan difercites a los que tenemos ar sobre cla o intentar enter La piedia que se para p ruta en nuestra camino y que apattamos con un cerrero golpe de pic es ficiimente analizable en su consistencia fisica de manera objetiva en ef faboratoria, La mils no abstante, y eMpre que la queramos entender como alge que va mds alld. de sus intrinseeas propiedades acistieas, ha surpide de nuestras estructuras de pensamienta, las mismas al fin y al cabo con las ue intencamos analizarla. Por ella no resulta siempre ficil el Prerender conocer este medio en el eval nas movemes, y por fanto, na nos tiene que extrafiar én absoluto que sea.a través de ‘una 6priex interdiseiplinaria la manera mds indieada de hacerlo, 20 ee lusicolagias” Hace pocos afios, Bruno Newt! y Philip ¥, Bobiman e ron una publicacion bajo el titulo de Afusicofogia comparada y ‘antropolenta de la musica, Ensepos sobre he historia de fa etuomusico- Jogia.™ fibro recoge bisicamente las aportciones presentadas cen un simposin sobre ifeas, conceptos y persomalidiedes en la historia de ta eimommsitotegir sealizada en 1988 en la localidad norteame- ricana de Urbana. Tal como podemas apreciar, en el titulo de este libro se mezelan sin demasiado rubor tres diferentes deno- minaciones académicas que en realidad forman pare de un mismo conglomerado de pricticas y saberes relacionados con el estudio de Ia musiea, El término de musicologte comparade pet- tenece hoy dia ya pricticamente a la historia habiendo sida reemplazado por el de euomusicalogia que, de hecho, convive también con el de aurepologta ded musica, Este Gttima concep to posce, en realidad, una doble valencia, Cuando nos servimos de él dentra del dmbito antropolégica tiene un valor neutro: de la misma manera que se habla de auirepologta de fa alimentacion ode Ia medicine, por ejemplo, se habla también de aacropologia de fa musica, En estos casos las términos hicen teferencia a una canerceién cle émbicas sin nis implicaciones, [| hecho es dife rente; en cambio, cuando hablames de axtropologia cle le asia dentro de la esfera musicoldgica. EI término hace referencia a tuna visién oa una percepet6n diferenciada del hecho mus ‘eién del cérmino por parte de algunas musieélogos cs sencilla- mente un reflcjo de la neeesidad de superar una visién diseipli- naria del fenémeno musical que resultaba insatisfaccaria: aquel ipo de investigacién etnomusicoldgica que bisicamente conce- ba la mdsica como ua sisterta cerrado y explicable por sf misma, Dando mucha mis importancia al producto musical que a los process, a ac se basaba en muy buena recoger canciones, transcribirlas, clasificarlas, derermini ‘sus cscalas, publicar canciancros y llevar a cabo cornparaciones centre las diferentes culturas segiin cl esp! jal de la mus cologia comparada, En la antropologia de la misica, en cambi sc toman cn cucnta todos aquellos factores de orden sociocultu- ral sin los cuales serfa imposible entender euslquier tipo de manifestacién musical, Pero nada impide que esta concepcién ens culturalista del hiccho musical se refieje asimismo en ciertas eras de entender li moderna ctnomusicolagis, denomina- clée de use habitual y mayoritaria hoy dia. El término eftomusieologia ewenea ya eon una tradicién de algo mis de medio siglo. Es dificil poder decir quién lo usé per primera vez. El musicéloge polaco Lucian Kamienski, por ejem- plo, ya se habla servido de él (einamayhologia}" en los afis trein. 2, aunque fue sobre todo Jaap Kunst quicn con su libro Exo smcsicotag® contribuyé decididamente a difunditia. Can este sérmino se sustituys Ia vieja denominacién de muive/ogra camp. ‘oda, disciplina sabre ta que, considered como pame: integrance de la musicologia, sc definicron en el afio 1885 sus abjetives como la comparacién con propésitos etnogeificos de las obras musicales “especialmente las canciones tridicionales~ de las diferentes pueblos de Ia tierra, y ti clasifieacién segin sus diversas formas. Pero el términa de musicologin comparnda fue pronto ticado. EI mismo Robert Lach, en el libra que publics en 1924 sobre los métodas y problemas de In disciplina, lo decta clara- ‘mente; el términe resulta, a la vez, demasiado amplio y dema- 22 -_ isiado amplio porque son muchas otras las méto- sindo estrecho, Den disciplinas que también sc valen de la comparaci6n c ido; demasiado estrecho porque no es el dnica mcedo de inves- ign del que s¢ sieve la musicologfa comparada." La susticucién det viejo término por el de etvonusicologin en Ios afios cincuenta no fue debids ran sdlo a las criticas al epi- teto de companaca por su escaso valor definitoria sino que era asi- mismo sintomitica por la pérdida relativa de relevancia de las métodas musicoligicos mis formalistas-a favor de la importancia siempre mayor que iba adquiriendo la orientacién mecodolégica ural, 9. No fie hasta hace pricsicamence dos décadas aris que el término-efuemusicologia pasé a see de uso habitual dentro de la prictica cientifica de la musicologta del pats. Josep Crivillé hablaba explicitamente de “etnomusicalogia" en los aflos setenta,* aunque en algunos medios, como en los cansct- vatorios, no se adaptaria oficialmenre esta denominacién hasta el afio 1995 cn el que reemplazaria el término de foltlore mien? No obstante, el gran desarrofio que han experimentado los estudios ctnomusicoldgicos en las dlsimas décadas hace que os tengamas qué cuestionar seriamente el valor que atin pasee el cdsmino de cinomusicologie, No es tan solo debido a las conno- taciones claramente ctnocéntricas que sugiere y que ya han sido denunciadss por diverses especialistas, sino sobre todo porquc tanto sus actuales objetivos como el cuadro conceptual y meto- doldgico han perdide la unidad que en un principio presentabs la musicologia comparada de ta cual es heretlera, Por todas cstas razones, la cucstién hoy no es ya si debemos reemplazar la denominacién eémasicalogi: por otra més adecuada sino resulta realmente pertinente queer aunar bajo una misma cc quera diferente a la de musicofogia un conjunto de provederes clentifieas que lo dnico que poscen en comin es cl estudio de las pricticas musicales de la humanidad, Si debemos conceder una cicrta importancia al sem no: €s por un mero fetichismo de nomenclaturas. Aunque muy 23 excepeionalmente, en cl Ambieo germano hablante, porejemplo, atin se mantiene el término de masicologte compnrade, con tos mismos contenidos que en otras lugares se otorgin a ln etnomu- sicalogia.™ de Ia misma manera que en Espa hay quien sc siente mds edmado can ia denominaeién de fatHlore masical para actividades que muy bicn podrian ser denominadas etnomusico- lgicas, Esco no es al fin y al cabo algo que determine de mane ra absoluca el valor de la investigacién, Peto someter este vem 3 diseusién conduce. forzosamence a reflexionar sobre aspectos ‘mucha mis importantes coma cs Is relacidn encre las diferentes subdisciplinas de la musicologia, sta euestidn ccrminoldgica ya fue planteada décadas aenis. Sélo hace Falta recordar, par ejemplo, las opiniones mani festadas al respecto por los musigslogos Charles L. Sceger o Gilbert Chase. Sceger abogaba por abandonar el término efao- smnsicologia a favor del de mnsicologta.® y Chase, entendiende que Is etnomusicologia también deberla oguparse de la ruisica occi- dencal y no can sélo de las exdricae, encwid incluso el tétmaino swasiologia cultwral para susticuit el de ciansicofogia.® Pero dado que la problematic ain se mantiene, y que el reciente

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