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Dtrakeol (Tipe Exe, Heudawrte + | . ~~ Jayde ole OStraucie, Be Welads ala Tanne TEORIA DE LOS CODIGOS 2.1, LA FUNCION SEMIOTICA Cunndo un eddigo asocia los elementos de un sistema transmisor con los elementos de un sistema transmitido, el primero se convierte en la EXPRESION del segundo, el cual, a su vez, se convierte en el CONTENIDO del pri rxiste fiumcién semistica, snida estén en correlacidn, Ahora estamos en cond! um signo, Una sefal es Ja unidad p que puede convertirse en un sistema de expresién correlativa contenido, pero gue podria también seguir siendo un los fisioos carentes de funcion semidtica (y como tal lo estudia una teoria de la informacién en. seu 10), Una seal puede ser ua estimulo que no si nifique nuda pero cause © provoque algo- pero cuando se la usa como el ANTECEDENTE reconocido de un CONSE» CUENTE previsto, en ese caso se la admite como siano, dado que esté en luger de su consecuente (ya sea para el emisor 0 para el destinatari Un signo est4 constituido siempre por uno (0 més) cle- tos de un PLANO DE LA EXPRESION colocados con- encionalmente en correlacién con uno (0 nis) elementes de un PLANO DEL CONTENIDO. Siempre que exista corvelaeién de ese tipo, reconocida por una sotiedad humana, existe signo. Sélo en este sentido podemos aceptar {a definicién de Saussure sein [a cusl un signo es la correspondencia entre un significante y un signi- Fieado. sas hipstesis in SIGNO NO BS UNA jean algunas consecuencias: (a) UN IDAD FISICA, dado que fa en- 2 tidad Fisica es, como maximo, Ie ocurrencia concreta del elemento pertinente de la expresién; (b) UN SIGNO NO ES UNA ENTIDAD SEMIOTICA FIJA, sino el lugar del ex cuentro de elementos mutuamenie independiemtes, prose- dentes de dos sistemas diferentes y asociadas por wna corre- Jaci codificadora, Hablando con propiedad, no existen sig ‘os, sino funciones semisticas (Ejelmslev, 1943). ‘Una funcién semidtica se realiza cuando dos funtivos (expresién y contenido) entran en corelaciéa nutua: pero al mismo funtivo pucdé entrar también en correlaciéa con ctzos elementos, con lo que se convertiré en un funtivo rente que da origen a atza funcién, Por tanto, 10s signos son los resultados provisioneles de reglas de codificacién que establecen correlaciones traasito- ras en las que cadii uno de los elementos estd, por decile nto y a formar ua io en determinadas circuastencias previstas por el Basta con pensar en una expresién como la italiana (pianod, con respecto a la cual podemos registrar una serie rica de contenidos («niveln, «proyector, trumento musieal», ete): resulta que Jo menos custro funciones semisticas, /piano/ = X, ¢piana/ = Y, ipianol = K, ipiano’ = Z. weeptamos Ia con- Buysseas, 1943; 1e Mauro, 1970), por la que Ia funcién expre- te cadenas més compiejes (que ada la expresidn /ven equi que adquiere cont reates segiin [os contextos, ins cizcunstancias externas y las presuposiciones que sobreen- tiende— nos encontramos frente a una cantidad indetinida de funciones diferentes (aun eusndo para algunos tedricos en este caso m0 nos encoritremos ante tina cortelacién esiricta- mente codificada, sino ante et resultado de una lectura inter- pretativa del co. Podriamos decir incluso que 0 es correcto alirmar que un cédige organice signos: parece ser que lo que haco un vidigo es proporeionar las reglas para GENERAR signos come ocurrencias coneretas en el transcurso de la interaccién comunicativa, Pero ni siquiera esa hipétesis afectaria @ la in de funcidn semistia, En cualquier caso, lo que entra en crisis es e! concepto ingenuo de signo, que se disuelve en un reticulo de relacio- stumbrar ‘a como formas acabadas son de agrupaciones quimicas y ymadas “cosas” son la apariencia superficial de una red subyavente de unidades més oiicroscépicas, O, si se quiere, ‘a da una especie de explicacién fotomecdniea de al revelar que, donde nosotros vemos imagenes, tos blancos y negroes, altesnait- cias de Henos y vacios, pululscién de casgos no si lla que se pueden diferenciar por ia fortna, snsidad cromética, La semiética, como le te0- dive que por debsjo dé ke melodia secono- sible hay un juego complejo de intervalos y de notas, ¥ por debajo de tas notas hay haces de formantes, 2.2. EXPRESION ¥ CONTENIDO Volvames por un instante 2 co delineado en el primer cay modelo de proceso hidréuti- joe imaginemos que el desti- si jue recibe informaciones sobre Ia situacién del embal sabe que debe responder a determinada inform: ‘viendo la maquina de cierto modo. Si examinamos las atticulaciones internas de les signos establecidos por el eédigo, podemes analizario ast: natario no sea ya un aparato mecini ni @ un continuwn de posibilidades fisicas que se usa como material amozfo del que ef técnico extrac elementas perti- nentes y discretos para usarlos como antficins expresivos; especimenes concetos de artificias expresives como C y D {con sus combinaciones) que representan cle- mentos seleccionados de un material amorto origin 6 n sistema'de posiciones vacias, una estructura, en {2 cual los especimenes expresivos enumérados en (iv) tanto elegidos como piano de | presién de un plano del contenido cepresemtado por (v () un sistema de posiciones vactas, una estructura, en virtud de Ja cual algunos especimenes concretos de ut el contenido asamen naturaleza posicional y oposici (vi) espectmenes concretos de unidades del conienido, como nivel de peligro», snivel de seguridad», ete., que re- presentan elementos elegidos 0 ‘recortados’ por un con: preciso y amorfo de hechos y concepios, 86 cl propio tée- jidades fisicas, de fendme- (vii) un coniiunwn de pos y de pensamientos a los joos, de comportami que el sistema (¥) ha conferi ellos un conjanto estructurado de unidades semdnticas (figu- 15). Plano Piano de leexpresisn| det contenido [continue junidad [sistema [sistema |unidad | conttasuem AB | 100 peligro [el conjunte armorfo de las ac | ono slarwoa | icioges cp j 901 segurided del ages tod fo que ap | 1001 jsufic. |5e puede pen- 7m propé- sito de él + Cee + materi no Euneionas Smiéticas materia no lsemidtica L especimenes de aml Figura 5 Por tanto, (a) un cédligo establace la correlacida de un plano de In expresién (en su aspecto puramente formal y sistematico) con un plano det contenido (en su aspecto pura: mente formal y sistemético), (b) una fancién semistica esta ‘blece Ia correlacién entre un elemento abstracto del sistema de in expresion y un elemento abstracto del sistema del con- tenido; (@) de ese modo, un cédigo establece TIPOS gene- rales, con lo que produce la regla que genera TOKENS 0 ESPECIMENES concretos, es deciz, aquellas entidades que se realizan en los procesos comunicativos y que comuinmente, smamos signos; (d) ambos continua representan fos ele ‘mentos que preceden a la cotrelacién semidtica y con los cuales la semidtica no tiene nada que ver (en la medida en que subsisten respectivamente bajo el umbral inferior y so- ST bre el umbral superior de ta semistica). del capitulo 1, in semi , en ef modelo ica n0 tiene nada que ver los estados fisicos de] agua, sino sélo el hecho de gue un sistema senéntico haya orgenizado les estadlos del agna. Es evidente que una ciencia como la fisica, interesada por ios estados del agua, requeriz# a su vez un tratamiento semiético de sus objetos, de igual forma que, al definie en dades como ‘stom Iécutas’ 9 “HO, ta fis ma sintéctico de Ja fisica. Eso signi Imslev, que si consideramos la funcion semistis émateria) substancia Conténido toma forma substoncia Expresisa Grnateriay— ln ‘materia’ sigue siendo en todo momento s ana nueva forma. Es lo que ocurre, por eer paritas en funcién de ngitud de onda que ta ser perceptibles en funcidn del color a de la posicién. ‘Toda le exposicién anterior a claramente Ios procedi- jos de Ia Semistica hjelmsleviana, pero reelaborindota con ciovta libertad. Pfectivamente, como primera observactén, s6lo 1a ‘raduccién italiana de Hjetmslev (1943) usa el sérmine Imater para designar Jo que en este libro lamamos “ean La trae 88 inglesa vea €] término, mucho més ambiguo, de /purport” (que, por coutar entre sus tradhueciones rfs obvias con wsentidom, parece aceptable al refericio al plano del contenido, pero resu Patticularniente ambiguo al referirlo ata expresia, especialmente tenemos en cuenta que Hjelmslev usa como si ferentes pasa} parte, Ja tradueciSn inglesa es literalmente que usa /mening/ al que cebaria correspondsr precisamente «sen- tido», También ol concepto de substancia es ambiguo en Hjelmslev: fen el cas0 Ge [a expresion, el autor se sefiere indvdablemente a los les de 10s tipos progorefonados por ts forma , lineas impresas en una pégina, etc.), pero, en el del contenido, Hjelmslew sugiore ropetidas veces [a iden de ue las substancias son ‘cosas’ ientificadas gracias = la forma lin- silistia, Ha de quedar claro que a fo largo de este fibro vamos 4 entender las substancias del contenido como ocarrencia de wni- dades seminticas generadas por fa forma del sistema senséntieo (ch, 26), Y vamos # entender el «meniugs en el sentido de max concepto la mayor amm- ¥y considerando, por tanta, come ferémenos tater no S60 108 estados fisicos del mundo, sino 05, como as ideas que, segiin se ‘se progueen’ en la erente de [os wstarios de las funcionts as (y que, en realidad, son hechot materiales, en cuanto feaémenos quimico-eléctticos al nivet de. fos circuitos nerviosos y de los fenémenos corticales). Si se emplea /maning/ en el sentido de continuum material fen ese caso se puede estar de acuerdo con Hjelmnslev, cuando ad- vierte «que «pedemos concebir Ia des on respecto a In expresidn come con respecte al conte ico) como eoncerni pag, 84) En el modelo hidrdulico considerado, las sefiales 0 men- sajes AB, BC, ete, son substancias de ln expresién organi- 7adas por una forma de la expresin y transmisoras de cone ceptos como speligtoe, que son substancias del contenico oeganizadas por una forma del contenido. La ‘materia’ eléo- tica de que estén hechas tas sefales es continuumt de Ia 89 espresisn estudiade por la fisiea, mientras que los estados del agua 2 que se refiezen las unidades del sistema del con- tenide son continuum det contenido estudiado por fa hidru- lica y por otras diseiplinas; las posibles respuestas, organiza- das como sistema seméntico ea et plano del contenido, son objeto de uaa psicologte del comportamiente 0 de cualquier otta ciencia antropolégica No obstante, mientras que ef modelo hjelmsleviano, aum que sea en sa complejidad aparentemente bizanting, se presta de forms singular a delinear una teoria de fos codigos (ob- jeto de este capitulo 2), habria que simplificerlo, al pasar a Ja parte de una teoria de la prodwecién de signos {capitulo 3) que se define comiinmente como “teoria de fa comunicacién" En ese marco la funcidn de signo no es otra cosa que 1a comespondencia entre un significante y un significado y Jos mensajes no son sino oorrespondencias dé este tipo postu Jndas y realizadas durante el proceso de transmis En cambio, cuando una teoria de In producci6n de signos dese considerar las modalidades de elaboracién de Ia funcién semidtica, especlalmente para operaciones complejas como la produccién de un texto estético, Ie sexta division de Hjelmsley resultaré singulacmente apropiada (véase 3.7 Por timo, existe otro aspecto de una ieoria de la pro- duesién de signos que consiste en producir enuneiados des- sinados a afirmar algo verdadero o falso sobre un estado del mundo: ese aspecto de la produccidn (¢ interpretacién) de sig- nos lo estudiard una teoria de los actos de mencién o de refereacin (of, 3.12.). En esa perspectiva salta a primer plano ¢l continwurn del contenido, porgue la misi6n de dicha teoria es asegurar la correspondencin entre un contenide traismi- ido (0 pseposicidn correspondiente al enunciado) y un es tado real del mundi Por tanto, ea la figura 6 proponemos diferentes modes de utilizacién (a diferentes aiveles de masizaci6n articulatoria) del modelo hielmsleviano, segdn los diferentes contextos ted ricos a que deberta aplicarse. Este modelo miikiple y comparado permite volver a for. coular las categorias informacionales en términos estricta- mente semiétices: la fuente no es otra cosa que ua contiaiaun Gel plano del contenido, ef cual es un continaem del plano 90 c irre enrages ‘seonpuuied sosoeng ae By % 5 ela. i a 32/3 2 3 § geld i i 4 Bale eo Sowsnore waver i fe 5 : Fale a _ 3 5 Jessen a ~ 3 als -f. 128, 245 2) eleee 258 [aes | FRSl s Bg 2 og {Taam waa] 5 3 Z flys z 3 a Ele 2,142 )e/di (2 dal8 22/22 | « 2 |i) 82 S483/ 2823 2h | 3 ze coun ans oaauey : de Ta expresion; I del fuativo de dos caras, &s deci ia sefial pasa a ser un espécimen concreto €l mensaje es una entidad coo ‘el espécimen (token) de una funciéa se- 1 Figura 6 ica 6 lo que Saussure llamaba “el signo”. Tanto el cans mo le fuente estén més acd y més alld de una teosfa de los codigos, pero, como veremos mejor en e] capttul 3, bax bbremos de estudisrlos cuando pasemos a ocuparnes de una teozin de la produccién de signos. Por ejemplo, veremas que nto de mensajes en que un decir, a referinse a un estado del mundo, Io que ocurre en la iuente no es.sine lo que ex ott tos se Hama “refe- rente” (¢f. 2.5) Por lo gue respecte cumben a ana teoria de los eédigos, pero, en cambi a ser dignos de interés en el marco de una teoria de 1a ps duecin de signos y especialmente. de ese capitulo de que vamos a llamar teora de los actos comunieatives (de que hablaremos en 3.1). 23, DENOTACION Y CONNOTACION Cuando hemos hablado del aparate destinatario del mo~ delo hidrdulico del capitulo 1, hemos dicho que una sofa sefial podris tansmitir al mismo tiempo uaa informaciéa sobr estado del agua y una ins lativa a la respuesta que habia que dar, Ahora, despugs ber substituide un aparsto mecénica por un ser humano, hemos de considerar el probleina desde ‘tro dngulo: el técnico recibe una informaciéa sobre ef e3- tado del agua y, par tanto, siempre a la luz de una conven- eign determinada, sabe {0 devide) que debe responder de determinada forma. EXPRESION CONTENIDO Expresién Con AB = peligro = evieuacign BC = alarms = alarms, Cb = seguridad = repose AD = _insuficiencia = _ entrada Figura 7 En ese sentido, la respuesta de comportamiento no es estimulada por SIGNIFICADA (0 comunicada imperativamente) por 10 de que previamente se ha siz~ jcado determinado estade del agua, Es decit, que tenemos una significacién transmitida por una significacton prec en la figura supereleva Hjelmslev ha definido como ma es: expresion expresidn | contenido cuando et plano de la expresién ¢s otro cddigo, En el ejemplo ofrecido més arriba, el conte- nido de la primera significacién (junto can las unidades ex- presivas que fo transmiten) se convierte en expresién de un contenide ulterior. La expresién AB DENOTA «peligros y CONNOTA «evacuacisn», Asi, pues, Ja diferes no aparece definida a entre denotaciéa y connotacién como ocurre en otros autores, sacién “univoca’ y ‘vage’, 0 entre comunicacién ‘referencial’ y ‘emotiva’, ete, Lo que constituye una connctacién en cuanto tal es el hecho de que ésta se establece parasitariamente a partie de un o6dige pre- cedente y de que a0 puede transmitirse antes de que se haya denotado el contenido primario (el técnico sabe que debe fazio, de modo que e] mensaje AB contenido «evacuacién» sin pre- del estado del agua en el ido un solo eédigo de tipo cenotativo, y denotativa habrfa sido a relacién AB = «eva- suaciGin, Por tanto, he de quedar claro que fa diferencia entre denotacién y comnotacién se debe al mecanismo convencio- nalizador del eédigo, independientemente de que las connota- ciones puedan parece: ite menos estables que las 94 denotaciones, La estabilidad concicrne a ta fuerza de la convencién codificadora, pero, una ver que se a estabiecido la convencida, Ja connotacidn se convierte en furtive estable de una funcién semidtica cuyo funtivo subyacente es otra funcign. Un e6digo connotativo puede definirse como SUEB- CODIGO, en el sentido de que se basa en un cédigo-base ‘También podemos suponer que una convencién social, una edueacién escolar, un sistema de expectativas prof arraigeda en el patrimonio de opiniones compartido nico, Is conduzea a relacionar mutwamente el primer vo) con un tereer sistema de contenidos. Por ese cuso tenemos un tercer si de modo que el primero permite a la funcién de signo que estahtece mantener una relacién a doble. Asi, AB puede denotar «peligro» y connotar al mismo tiempo tanto sevacuaci siqundacine. Las dos cdnnotaciones pueden ser mutuamente exclayentes, En este caso no lo son, pero tampoco dependen Ia una de la otra (se puede pensar que él nivel eritico significa iaundscidn, aun sin pensar que se deba dar salida al agua). La forma de dicho e6digo connotati- vo doble podria set la si contenido) expresidn expresién contenido iol contenida expresidn | contenido El hecho de que después el séenico, en posesién del cé lo recibido, no incumbe a una tcoria de los eddigos, sino més que wade a lo que cominmeate 95 se llama PRAGMATICA,! y podré intefosar mas que nada a una teorfa de la peodhuceidn (& intespretacidn) de los signos, Lo que aqul interesa es que im codigo pueda proporcionar las condiciones para un complejo juego de ftunciones sernidticas Una teoria de los céidigas déberd estublecer mis que nada a qué grado de superelevaciones connotativas puede Leger se- mejente encajadura de eddigos; cémo y hasta qué punto puede tuna superposicién de fu de signos producie una especie de laberinto de significaciones ealazadas; si puede una situa- ce mds bien una especie de ‘ovitle’ dotado de propiedades to- poldgicas que una teorfa de los eédigos puede definir en princi- pio, pero nunca podré reproducir efectivamente mediante un modelo finito, Todo eso serd el objeto de los apartados 2.12. y 213. in de peligso y de terpretacién de tadss fas opciones semndnticas ofrecidas el conjusto de lus presuposicinnes dadus « enten- 24, MENSAJE ¥ TEXTO En cualquier easo, existe uns distincién, relativa sobre todo a la tearfa de la produceitin de signos, que vamos a dar por adelantado aqui porque ayuda a comprender mejor lo que se enliende por leéigot 0 (a partir de una convencién t i de uno © de tres mensajes? puesto que existen tres cidigos que esta trans- agua ha palanca de evacuaciéne shay peligro de inundaciéa», Etectives mente, un solo significante ha condensado un discurs0 gue po- driamos transcribir ash: «puesto que el agua ba sicanzado 2} nivel de peligro, debes activar al instante fa palance de fesgo de una inun- evacuacién; de lo contrario, se corre el dacién. Aguf no est jendo tinicamente que un solo e6cligo thos mensajes en sucesidn, lo que es bas- ri que conte iferentes puedan ser transi tides por el mismo significante, sogtin e] eédigo usado, porque, también esto es obvio; lo que estamos diciendo es que ustal- mente un solo significente transmite contenides iadas entre si y que, por tanto, lo que se llama ‘men saje’ es, la mayoria de fas veces, un TEXTO euyo contenido, sun DISCURSO a varios niveles. ‘Metz (1979) ha tanzado la hipstesis de que, en cualquier asp de comunicacién (excepto qitizd casos raros de univocidad elemental), nds encontramos ante un “texto”. Eq ese caso, un oT texto seria el resultado de ta coexistencia de varios eddigos 0 por lo menos, de varios subeddigos. Metz pone como ejemplo Ja expresion Mvoulez-vous tenir eeci, s'il vous plalt?/ y observa que en esta frase funcionan por lo menos dos cdi gos: ino es el de ia lengua francesa y el atto al e6digo de Ia cortesia. Sin el segundo, nadie comprenderia exactamente qué significa 4'l! vous plai’ y se daria una interpretacion ingest, Peto Metz ve la pluralidad de las esdiges en Forma ‘horizon. tal’. El destinatario descodiica primero la frase entera por referencia a un eddigo y después la segunda mitad por refe- rencia 2 otro, En cambio, en nuestro ejemplo la seal AB pone en funcionamiento una plucalided ‘vertical’ de codigos. 98 28. CONTENIDO Y RAFERENTE 25.1, La falacia referencial Por ditimo, vamos s enfrentarnos a otro problema que, sunque coneierna a una teoria de la produecidn de signos y en particular a una teoria de las menciones, hay que resolver en Segnida (por lo menos en parte), porque su presencia podria estorbar el desarrollo cartecto de la teoria de los eddigos. Se trata del problema del REFERENTE, es decir, de esos estados del mundo que, segtin se supone, corresponden al contenido de Ja funcién Semitic ‘Aunque sea do la mayor importancia ea sx propio ambit tedrico, el problema del referente puede ejercer influencia en la teoria de los eddigas y conducir a 1a FALACIA REFE- RENCIAL. Podemos admitir tranquilamente que Jos ‘signos’ transmi- tidos en el madelo hidtdulico det capitulo 1 tienen ‘objetos’ correspondientes, es decir, los estados del agua en la fuente, Sino hubiers agua en ei embaise, toda la construccisn de ta que tanto hemos hablado no habria tenido raasn de ser. Ast parece oportuno afirmar que el agua ‘seal’ es le condicisz ‘necesaria de todo el modelo semidtica propuesto, Pero, aunque et agua haya sido la condicién zecesaria para Ia elaboracién del modelo, uo es en absoluna la eondicién necesaria pars su fusicionamiento semidtico. Una vez que se ha establecido el modelo y funciona baséindose en sus propios cédigos, un mensaje (0 un texto) como AB tuncionaria, aun- que en realidad el agua del embalse estuviese en un nivel dis- nto, si no hubiera agua arriba ¢ incluso si €] propio embalse con Jas montafias que To forman fuese inveacién de un genio no, Por otra parte, ao es necesario molestar af malin 98. génie de cartesiano recuerdo: basta con que alguien en le fuente, manipulendo ef aparato tra una MENTIRA. EI cambiarfen para nada. yemos observado en 0.1.3. que si un embu tando determinado comportamicnto, finge estat iuncionazniento semidtica de dicho comportamienta puede per- fectamente a ¢ independientemente del hecho de que et embustera es Por tanto, siempre que se manifesta una posibilidad de -mentir estamos ante wia funcion semidtica. Funcién semiética significa posibilided de at (y, por tanto, de comunicar) algo & lo gue no corresponde tn determinado estado real de hhechos. Una teorfa de tos eddigos debe estudiar todo lo que puede usarse para La postbilidad de mentir es el roprium de la semiosis, de igual forma que pars los escolis- ticgs le posibilidad de tefr era el propria del hombre como animal racional. ‘empre que hay mentire, hay significacién. Siempre que ifeacién, se da Is posibilidad de usarla para meatir. Si eso es cierto, esté claro que fa semidtica ha descudierto ‘coo es0 un nuevo wunbral, el que hay entre CONDICIONES DE SIGNIFICACION y CONDICIONES DE VERDAD, es decir, entre una seménticn INTENSIONAL y una seméntica EXTENSIONAL. > A tuna teoria de los cédigos s6lo le interesa una semantica intensional ras que el problema zelativo a le extensidn de una expresisn incumbe a una teoria de los valores de vor dad o a una teoria de fa referencia (0 de Ia mencisn), hay 25.2. Sime y Bedeuning El estudio semiético del contenido se complica muchas veces con ua diggrama demasiado simplificado, el conocido tridngulo diftndide en se forma mds comin por Ogden y Richards (1923). ay referencia simboto & S veferente Al parecer, traduce el tridugulo de Peirce: @ interpretante representacisn (... SS objeto que con frecuencia se considers equivalents al de Frege (1892) Sinn @ Zeicben Bedeutung, Estos tes idngulos son titles desde ef punto de vista de una teoria de Ja referencia (cf. 3.3,), pero embarazosos, desde el punto de vista de una el modelo de la funcidn semi ficante-significado) corresponcen al lado izq.ierdo de los gullos (1) y (2) y pueden interesarse por el tridmgul en caso de que el concepto de Bedeutu sentido estrictamente extensional, Las semisticas de Saussure y de Peirce son teorfas de ta relaciGn ‘semigsica’ entre sitnbolo y referencia (cf. 27.) y entre el signo y la serie de sus interpretantes (ef. 27.) 101 Saussure no tiene on cuenta los objetos y en 2] cuadro iedirien de Peirce ésos entran silo cuando se-discuten tipos particuls~ res de signos como nos (para la elimina cidnn en tales casos, dentro de . ¥ 35,). Los objetos pue- token, entonces se couvierte en algo muy semejante al conte- nido, en el sentido en que vamos a proponer en 2.6. Desde ese punto de vista intensional, la Bedeutung incumbe a la teorfa de los interpretantes (cf. 2.7.) Ha de quedar claro que Jo que estamos diciendo no atafie 4 los problemas propios de una teoria de los valores de i, por tanto, a una semantica extensional: ex su reo metodolégica, aunque ahora supongimos que acia factual de. fo ‘08 dei mundo) a que se refiere el sig jcaciGn de su presencia es necesaria para satisfacer el valor de verdad de la expresi6n dada, gracias a lo cual se la podré incluir como etiqueta Ver- dadera o False en el efleulo proposicional Pero desde el punto de vista del funcionamiento de un cédigo; hay que excluir el referente como una pres baraxose que compri la pureza tedried de ia teorfa, Por tanto, si bien el referente puede ser el objeto nom: brado o designado por una expresién, cuando se use el len- guaje para mencfonar estados del mundo, hay que suponer, Por otta parte, que en principio una expresién no designa un, objeto, sino que transmite un CONTENIDO CULTURAL, Decir que /Wal expresiones con 1 Soott! y fel autor de Wavertey! misma B: 302 convenciones cultursles, de modo que af primer contenido deno- tado se aftadan otzos contenidos connotados. Si se supone que Ia Bedeutung os on estado del mundo, cuya verificacisn prueba la validez del signo, en ese caso debemos pre- _quntarnos cOmo se produce la percepcidn y la verficacién de dicho esiado de! mundo y, como se define y demuestra su existencia, cuando se descodifica Ia funeién seroidtica. Entonces veremos que, para saber algo sobre Is Bedewtung, hay que indicarla mediante ‘tra expresiéa, y as{ sucesivament signo s6lo puede explicarse por otto signo. Asf se captan las Bevtewrg a través de la serie de sus Save y no a tn inves, En resumen, el problema ceatral del presente « surge del hecho tle que el significado es alge verdadera complicada, pero no de Ia forma como lo sigerian los ingulos seménticos examinados? Decir que un significado corcesponde @ un objeto real consiituye una actitud ingemua que ni siquiera una teorfa de los valores de verdad estaria dispuesta a aveptar. Efectiva mente, sabido es de sobra que existen significantes que 5° refieren a entidades inexistentes como «umicornion 0 «sirens, de modo les casos una teoria extensional prefiere (Lewis, 1969). En el marco de una teoria de los eddigos no es necesario recurtir al concepto de extensién ni tampoco al de mundo posible: los cédigos, por el hecho de estar aceptados por una :yen un mundo cultural que no es mi actual ‘menos en Ios trminos de Ia ontologfa tra- sida = sentico = meaning = significanan. pensamientos y éstos a través de otras palabras, Como pen- sando y hablando es como una sociedad se desarvails, se expandé: o entra en crisis, hasta cuando se ent. inuundos ‘imposibles' (come octrre con tos textos cs se preocupa bastante por a naturale mundos y se preguata cémo hacer pat necesario saber 2 qué fenémeno especifico y fnetualmente verificado 0 que esté verificdndase corresponde la expresion MTrangubstanciacién/, aunque a mu cha veri- feacion, confiads a la fe 0 a ta les parezca muy importante, Es necesario saber a qué unidad cultural (a qué conjunto de propiedades intensionalmente analizable) corresponde el contenido de dicha expresién, EL ol tico de una seméntica es ante todo el CONTENIDO, no el referente,y el contenido ay q CULTURAL (0 com de unidades culturales {nterconexas). muchas personas /Transubstanciacié acontecimicnio o a una cost real, puede aprchenderse semi6- ticamente, sup i en la Presencia Real. En cambio, ar la definicidn rrespondiente a inf encontrasé un lugar preciso como por- segmentada del conteniéa global de un ambiente cultural. 2.5.3, La fitlacia extensional referencial consiste en supoaer. que el sgnifi- imnificante tiene que ver con el abjeto corres: ue tos tedricos de las condiciones de verdad no ‘a concepcidn tan ingenua, se podria decir que jel problema de la comespondencia Puesto comparte: tampoco 104 entre signas y estados del mundo, tanto cuando diseuten sobre el significado de expresiones como fperro! o funicor- xiof como cuando discuten sobre el posible referente de DESCRIPCIONES como jun vaso de vino o fel rey de Francia. Al contr: 1 parece interesarles es la EXTEN- SION DE LOS ENUNCIADOS 0 de las PROPOSICIO- NES cortespondientes. Por tanto, las proposiciones corres- pondientes @ eneinciados como /tedos tos perros son anim derarse como verdaderas si, y slo si, los perros son realmente animales y tienen de verdad cuatro patas. Ahora bien, como la tearfa de las cédigos se interess silo ppor las funciones semisticas y por sus posibles combinaciones, cansiderar los No obstante, igual que en el caso del referente, existe una forma en que el enfogue extensionalista puede estorbar a una twora de los cbdigos. Vanios 2 iatentat antivipar una clasificacion de los dife- rentes tipos de enuncindo gue después trataremos mejor en el capitulo 3. Si Jos emunciados son tas formas transitorias de las pro- posiciones, pueden transmitir varios tipos de prop. vas (ptcioes, deses et) rope seas fl bombo eg ta Lan en 1969), (oven un mE) Aungue les proposiciones histérieas, igual que tas ocasio- jevarlas verificar su extensién y, por tanto, poseen un valor de verdad. Lo que hace que los asertos sean. importantes para una 105 teoria de los cédigos es el hecho de que muchos de ellos pueden definisse {véase 3.2,) como ASERTOS SEMIOTICOS, es docir, juicios que atribuyen a determinada expresién el contenide o tos contenidos que uno o més esdigos les asignan usual y convencionalmente. Asi, muchos asertos no considerarse como resultado de sino como objctos prapios de una Puesto que una teotia de los ct conto una de sus categoria, puede considerar las proposiciones eternns sin considerar su valor extensional, $i no renuncia a considerar ese factor, resvta que tz teorta de los eSdigos cae en una FALACIA EXTENSIONAL. La teotia de los cédigos considera ta de! nido como fe de un sistema Verdadero si, y sélo si, (i) p yg son Verdaderos am- i) p es Falso y q es Verdadero, (ii) tanto p como q soa Palsos, no ayuda en absoluto @ comprender el concepto de sige aificado como contenido, Supongamos que skora alguien formule Ja siguiente im- cidn: “si Napoledn es un elefinte, en ese caso Paris es, la capital de Francia”. Sabemos que, de acuerdo con les reglas EL expe: jculo proposicional no encon- aria en esta implicacién ningtin motivo de risa: pero el te6- ico de los eddigos tendria buenas razones para sonreir por Jo menos. ¥ lo mismo ocurriria si (pasando a proposiciones que no incluyan nombres propios, ios euales tienen propie- dades particutares}, dijésemos qu fe con sus propios semejantes una competenci a la nieve varias propiedades, entre las cuales falta In de estar compuesta de chocolate, Entonces, fa careajada constituye el efecto colateral de un uso impropio del e6digo y del descu- 106 ser que, en un mundo posible o inclaso en nuestro mundo real, a consecuen~ cia de fendmenos de contaminaciéa atmosférica, ta nievese vea expoesta a la tragedia ecoligica antes citada, Pero, aungue eso ocurtiese de verdad, jerarse como la jar descubierta en 108 porque, aun comprendiendo que fa situacién es entendemos el contenido del enunciado. Nos es- pantamos, porque, aun advirtiendo que la situacién es invero- simil, no conseguimos aceptar una reorganizaciéa tan radical de nuestra comtin experiencia seavda Entonces el entinciedo resutta v0, por tcas que compartimos. Ei significado no e: sea incomprensible, sino porque, si se aceptara, supondsia ta reorganizacidn de nuestres reglas de comprensibitidad. Los es- colisticos decian que el proprium del hombre es ser ridens. Ampliando las observaciones hechas en 2.5.1., diremos en- tonces que ta semiética no es sélo la teoria de cualquier cosa que sirva para menti in de cusiquier cosa que pueda feula 0 tgicamente sig- Asi, una seméntica extensional no puede ayudar @ una teoria de los eédipos, dado que no resuelve el problema de lira corresponde a una proposicién Falsa y, por tanto, su con 2 Risa y miedo pueden ser estimulades por hechos, come ocurse n casos de risa (0 de expanto) es semigteas, tenida especitien no es una proposicién Falsa pi Ja extetitud de ta ienp propia afizmacign. Ha de quedar claro que go estamos demuis, tampoco podrfamos—- que no existan enunciados a los bait valores ée verdad, verificables por comparacién. hablando y de las que se se le esté bablando de “casas! tty gato se est@ ahogando en la olla dudablemente se preccupaca ce verifiear si el enun- 1a verdad, bien para salvar ef gato bien para iad de sa Sopa, aunque sea un semidloge ter eédigos, que sospeche de cualquier reclanto io es que semejantes cuestiones no incum= idigos, la cual estudia slo les el mensaje sabre el gato es com> uso para quien ci tenga gitos ni esté cociendo sopa. cen el supuesto de que el destinatario tenga ut pa, su reaccidn pragmitica ante cl esuncindo entrocortadas, etisiones de ‘minino!) es independiente de la faisedad o de Is verdad 10, como io #0n todas las posibles traducriones del propio epuncindo, como ccurririn a quien intentase comunicor el lun satciomude por medio de otres signos. ato 4d a, Cl y JAquiles fae muerte por Pat para una teore de los ebdigos suber que, hstérZeamente ka- 108 blando, el primero es Verdadero y et segundo Falso Exo 20 significa, como sugiere Camap, que é} andlisis de las intencio- nes deba preceder a la verificaci6u de la extensidn. Descie el punto die vista de tna teozia de los c6digos, lo que cucata os «que (a) en nuestra cultura existen cédigos tales por los que el primer enuaciado see wwerdad tnles per Jos que el segundo enunciado se entendia en el sen tido de gue connetabs «verdad histérica». EI hecho de fhora el segundo enunciado andlogo al hecho que se verificaria, en el caso de gue, a partir de auevos documentos, se descubriese que César murié (de disenterfa) dos efios después, mientras se dirigia a Filipos a conmemorar la muerte de Beato. Un fend- meno no diferente ha ocuctico en el momento en que Lorenzo Valla ha demostrado el cardecter infundado histéricamente de ite creer 6 no ereer en la donacién de Constaa- ica mucho, independientemente de que tal docu. , resulta que una teorfa de los c6digos se laridgrafo que faders 0 Fal Cusnda se dice que tn expresién (Estrella de la tardel denota por el brio ue decir en tenia que i expsesin so cation es expresién ‘Estrella de la matianal. Quien emitia o recibia ese sigale ficante pensab que se tataba de DOS COSAS diferentes. ¥ tenta razdn fen al sentido de que plaban cos unidades, cédligos culursles 3. que 32 refer contem- rales ferentes. Su vida social 20 se desa ino en tunciGn de las unidades culti- rales. O, mejor tanto pars €l como pir nosotros, as cosas $e cone. vnidaces culturales que el universo de te EN LUGAR DE LAS COSAS. Nosotros bbablamos cominmente de una casi que se Mns /Alfs Centaur, pero umes hems tenido experiencia de ella. Con alain aparata extra. fo un astronomo ha ver experiencia de ella, Nosotros ‘inicamente conceemos una usidad ealtural que # nos he eomunicado mediante pelabrtas, dibujos u otras medics. 110 2.6. BL SIGNI ICADO COMO UNIDAD CULTURAL Entonces, vantos a jatentar compreadcr la naturaleza del ebjeto tesrico al que se hace corresponder con una expresion ‘ partir de [a regla establecida por una funcién semistice. Tomemos el térmio silla/, EI referente no seré la silla x en la que estoy sentado mientras escribo. Hasta para los paz- Udarios de una seméntiea referencial, el referente seré en tal caso todas las sillas existentes (que han existida © que exis- riin), Pezo ‘todas las sills existentes/ no es un objeto percep- tible por los sentidos, Es una clase, una entidad abstracta Cualquier intente de establecer el referente de un signo nos Neva a definitio en los términos de una entidad abstracta que representa una convencién cultural. Pero, aun admitiendo que et referente sea uoa entidad conereta ¥ particular, nos hallamos en la situactén de tener que resolver el problema del significado de aquellas expre- siones que no pueden corresponder a tia objeto real. Por ejemplo, todos los términos que ta lingdistica eldsiea lamaba SINCATEGOREMATICOS (por oposicién a CATEGORE- MATICOS), como /w, Jeon/, faunquel, Puesto que, a pesar de todo, son elementos fundamentales para el procesa de significacién (y decir Jun regalo a Pedzo/ supone un estado de hechos algo diferente del designado por fon regalo de Pedrol) tenemos que plantearnos él problema del significado {no referencial) de los sincategoremiéticos. Ante todo, hemos de liberar ef térmmino inelerencial de toda clase le hipotecas referenciales (ef. 29.). Asi, pues, di- remos que el significado de un término (y, por lo tanto, el ob- jeto que el término ‘denota’) es una UNIDAD CULTURAL. I

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