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Cuento un cuento Hace muchos afios, cuando yo vivia en Reconquista, alla por el norte de Santa Fe, habia llovido muchisimo. Tanto habia llovido que los caminos de tierra parecian flanes, gelatinas, cintas de sopa negra. Nosotros teniamos que ir a otro pueblo y, como los colectivos se empantanaban en los flanes, las gelatinas y las sopas negras, habia que viajar en tren. Aquellos trenes comian paladas de carbén, soltaban un humo negro que hacia bellos dibujos. Empezaban las ruedas a traquetear sobre las vias chu-cu-chu chu-cuchit <> chu-cuchit chucuchté cuchichts chucuchit chucucht... y un silbido largo acompafiaba al humo que se desflecaba como una cabellera: PFULiii PFUiiii... ss Primero era lindo, novedoso, vertiginoso. Pero después... Venian largas paradas misteriosas, El tren se empacaba en medio del campo, como si obedeciera al capricho de algtin dios. WIA ou, Lx Las vacas de los campitos se cansaban de mirarnos y el guarda contestaba “;Quién sabe?” a cualquier pregunta que se le hiciera. Después de un montén de tiempo el frio era mas frio y empezaba a faltar el agua y la comida. Y eso que siempre Ilevabamos una caja de zapatos con pollo, pan y manzanas. O milanesas y dulce de membrillo. Pero habia que convidar y éramos muchas personas. Los grandes comentaban sobre el estado de los caminos, la creciente del Parana y si habria o no cosecha de algodén. Después rezongaban, qué barbaridad, el gobierno. Después se iban quedando callados. ; Y a mi empezaba a darme sueiio, tristeza y una rabia... De pronto el tren caminaba de nuevo. La gente se miraba sonriendo, acomodandose, menos mal, Y yo escuchaba el lenguaje de las ruedas. A veces decian: i Che-qué-chica Sse che-qué-chica chequechica 7— chequechica chequechi... Otras veces decian: Cinco pesos : poca plata ess pags poca plata a cincopesos pocaplata cincopesos pocapla Ae: Pero un dia espantoso y embarradisimo las ruedas no dijeron nada a pesar de ir rodando, la Iluvia entraba por las ~___yentanillas y yo pensaba que nunca mis iba a salir el sol. __Entonces, una viejita de paiioleta que venia con una canasta me dijo, como leyéndom: el pensamiento: Dice: “= {Sabes lo que dice el tren hoy? Tres-pre-gun-tas tres-pre-gun-tas tres-pre-gun-tas... : = A ver, a ver, preguntemos tres preguntas de esas que no'se preguntan nunca. Y yo: —Los perros quieren decir que no cuando mueven la cola? Y ella: —(Quién habra inventado el agujero del mate? Y yo: —Cuando los trenes silban, ¢quién les contesta? Entre las dos hicimos mas de tres preguntas. Después escuchamos de nuevo las ruedas del tren, y decian: Cuento un cuento cuentouncuento cuentoun... También decian: Mecontaron y te cuento mecontaronytecuento mecontarony... Y ella me conto mas de un cuento y yo le conté los cuentos que sabia. Y salio el sol. Por suerte conoci muchas viejas preguntonas, muchos trenes, hice viajes, y result6 lindo eso de escuchar y a veces callar, solo callar para que las voces de algunas cosas llegaran. : Ahora, como mi vieja de pafioleta, cuando viajo, escucho qué cosas dicen las ruedas, la gente. Y si se da la ocasion cuentouncuento, cuentouncuento, cuentoun... Laura Devetach : En Cuentos en Tren © 1986, 2004 (texto corregido) Laura Devetach © Alfaguara |

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