Roland Der tes
Neoriacconte eolore la eacechuc”
Ta. faides Bers. COs
Presentacién de «Investigaciones semiolégicas»
ConmuntcaTions.
1964
‘Niimero especial sobre «lnvestigaciones semiolégicas».
Hace ya cierto tiempo que algunos investigadores del Centro de
Estudios de la Comunicacién de Masas se orientaron hacia el andl
sis de las significaciones. Hoy la revista Communications les da la
palabra: presentamos a los lectores un nimero «semiolégico».
‘Semiologia: la palabra se propone en este caso con una idea de
confianza, pero también de moderacién. En su sentido actual, al
‘menos para nosotros los europeos, data de Saussure: «Podemos
‘concebir una ciencia que estudia la vida de los signos en el seno de
la vida social...; la lamaremos semiologian. Asi, prospectivamen-
te —puesto que aiin no se ha constituido—, la semiologia tiene por
objeto todo sistema de signos, sea cual sea su sustanciay sean cua-
les sean sus limites: las imagenes, los gestos, los sonidos melédi
05, los objetos y los complejos de esas sustancias que encontramos
en ritos, protocolos o especiaculos constituyen al menos, cuando no
«lenguajes», sistemas de significacion. Es indudable que hoy en dia
el desarrollo de la comunicacién de masas da una enorme actuali-
dad a ese campo inmenso de la significacién (aunque no hay que
confundir comunicacién y significacién), en el momento mismo en’ao VARIACIONES SOBRE LA ESCRITURA
que el éxito de disciplinas como la lingiistica, la teoria de la infor-
‘macién, Ia légica formal y Ie antropologia estructural proporciona
‘medios nuevos para el anilisis semantico,
‘Sin embargo, la palabra conlleva cierta incomodidad, la de un
proyecto que se afirma sin cesar y que se realiza dificilmente: es
muy peligroso programar una ciencia antes de constituirla, es decir,
cen definitiva, de ensefiarla; y es un hecho que la semiologia se bus-
ca lentamente. La razén de ello tal vez sea sencilla, Saussure, reto-
‘mado por los principales semidlogos, pensaba que la linglistica era
solamente una parte de la ciencia general de los signos. Ahora bien,
no es en absoluto seguro que existan, en la vida social de nuestro
tiempo, sistemas de signos de cierta amplitud distintos del lenguaje
humano. Por el momento, la semiologia s6lo ha tenido que tratar
sobre cédigos de interés irtisorio, como el eddigo de circulacién; en
cuanto pasamos a conjuntos dotados de una verdadera profundidad
sociolégica, volvemos a encontrar el lenguaje, Sin duda, los obje-
tos, las imagenes y los comportamientos pueden significar, y lo ha-
cen abundantemente, pero nunea de una manera auténoma: todo
sistema semiolégico esté mezclado con lenguaje. La sustancia vi-
sual, por ejemplo, confirma sus significaciones haciéndose doblar
por un mensaje lingUistico (en el cine, la publicidad, los cémics, la
fotografia de prensa, ete.), de modo que al menos una parte del
‘mensaje icénico se halla en una relacién estructural de redundancia
0 de relevo com el sistema de Ia lengua; en cuanto a los conjuntos de
objetos (ropa, comida), solamente acceden al estatuto de sistemas
pasando por el relevo de la lengua, que recorta sus significantes (en
forma de nomenclaturas) y nombra sus significados (en forma de
usos 0 de razones): somos, mucho mas que antaflo y a pesar de la
invasion de las imagenes, una civilizacién de la escritura, Por tli
‘mo, de una manera mucho mas general, parece eada vez més dificil
concebir un sistema de imagenes o de objetos cuyos significados
puedan existir fuera del lenguaje: percibir lo que significa una sus-
tancia implica recurrir fatalmente al recorte de la lengua: solamen-
te hay sentido nombrado, y el mundo de los significados no es otro
que el del Lenguaje.
Asi, aunque al principio trabaje con sustancias no lingtisticas,
cl semislogo de las sociedades contemporéneas (para atenemos al
campo de la comunicacién de masas) esté condenado a encontrar,
tarde 0 temprano en su camino, ef lenguaje (el «verdadero»), no so-
PRESENTACION DE «INVESTIGACIONES SEMIOLOGICAS®. 2
lamente como modelo, sino también como componente, relevo 0
significado, Sin embargo, ese lenguaje ya no es exactamente el de
los linguistas: es un lenguaje secundaria, cuyas unidades ya no son
los monemas 0 los fonemas, sino fragmentos mas extensos del dis-
curso que remiten a objetos, o episodios que significan debajo del
Ienguaje, pero nunca sin é1. Por lo tanto, la semiologia tal vez ter-
mine fundiéndose en una trans-linguistica, cuya materia sera tan
pronto el mito, el relato, el articulo de prensa, en suma todos los
conjuntos significantes cuya sustancia primera es el lenguaje arti-
culado, como los objetos de nuestra civilizacién, por cuanto son ha-
blados (a través de la prensa, el prospecto, la entrevista, la conver
sacién y tal vez incluso el lenguaje interior, del orden de la
fantasia). En resumen, hay que admitir en adelante la posibilidad de
invertir algin dia la proposicién de Saussure: la linguistica no es
una parte, ni siquiera privilegiada, de la ciencia general de los sig-
nos; es la semiologia la que es una parte de Ia lingiistica: muy pre-
cisamente, esa parte que se haria cargo de las grandes unidades sig-
nificantes del discurso; de esta manera, apareceria la unidad de las
Investigaciones que se llevan a cabo actualmente, en antropologia,
en sociologia, en psicoandlisis y en estilistica, en torno al concepto
de significacién,
‘Aunque cada investigador tropieza con dificultades particula-
res, ese futuro de la semiologia ya se perfila en dos lineas de inves-
tigacién que solamente pueden hallar su unidad en el seno de esa
lingiistica secundaria de Ia que acabamos de hablar; una, de orden
sintagmatico, es el andlisis estructural del mensaje narrativo; la
otra, de orden paradigmitico, es la clasificacién de las unidades de
connotacién. £1 mensaje (obra u objeto) esta siempre en la encruci-
jada de esos dos grandes ejes que ya reconocia Saussure. Sin em-
bargo, aiin nos encontramos lejos de esa unidad; antes, hemos de le-
vantar unas cuantas hipotecas y decidir en qué condiciones el
sentido es posible. Este ntimero de Communications, dedicado a esa
exploracién preliminar, es esencialmente un niimero de trabajo, por
la sencilla razén de que los textos que lo componen se apoyan en
Investigaciones en curso de las que aqui se da, en cierto modo, la
ccuestién previa. An somos pocos, nuestros medios son modestos,
cada cual ha de afrontar a menudo varias tareas a la vez. Al expo
ner nuestras dificultades y nuestras esperanzas, al poner a prueba a
la semiologia én el momento mismo en que aceptamos su vocabu-a) VARIACIONES SOBRE LA ESCRITURA
lario y sus métodos, deseamos publicar las razones de su retraso y
las vias de su progreso —inclusive, como hemos dicho, las de su
transformacion—, Solamente se trata, por asi decirlo, de un resul-
tado de partida; con el progreso futuro de trabajos coneretos, espe-
famos ampliar poco a poco el estudio de fa comunicacién de masas,
tunimos a otras investigaciones y colaborar con ellas a fin de desa-
rollar un andlisis general de lo inteligible humano.|
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