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El juguete Maria del Milagro Corvalan Posse Seud6nimo: Xururuca 12-VIII-72 x LA AUTORA: Maria del Milagro nos confiesa lo dificil que le resulta hablar de si mista. Para ella es mas sencillo imaginar historias, jugar con vidas que no le pertenecen. Tiene dieciséis afios, “una edad complicada —comenta—- cn una época mds complicada todavia”. Nacié en Parana, ciudad a la que ama entrafablemente y afiora, ahora que vive en Buenos Aires, y la de como “una ciudad de barrancas infinitas, de calles aliladas por je dies... y el rio. Ese rio insondable, que tantas veces extrané. Nos habla de su necesidad de escribir, de las cosas en que cree, de lo que ama: “Siempre necesité escribir”. Fue asi como surgid “El Juguete” y otros tantos cuentos, “dejando una parte de mi en cada uno de ellos. Creo que €s por eso que amé y amaré la Literatura. Es una manera de decir todo lo que siento, todo lo que vivo en mi adolescencia. Una manera de enfren- tarme a un mundo desconocido. Creo en el arte como medio de comunicar- me... Creo en el arte al igual que creo en el amor y en mi pais. Amo la inocencia, los dias de cielo azul, ja felicidad. Me gusta creer en los demas y sobre todo creer en mi misma”, EL CUENTO PREMIADO: En un dmbito de paz de aparente afecto se desarrolla un drama a través del juego de un nifio. Detras de Ia actitud y de las palabras inocentes del protagonista subyace otro mundo cargado de violencias, de culpas, de acusa- ciones. {Quién es el responsable? ;Por qué el nifio no ha sabido diferenciar hasta dénde el juego? EL JUGUETE _—Mama, mamita... —el ninio insistia— {Por qué no contestas? madre, sentada en un sillén, sin mirarlo, callaba. . —Mama... jpor favor! ,Estas enojada? Un silencio sin fin invadia la habitacién. La mujer, con la cabeza reclinada sobre el brazo del mueble, continuaba sin responder. —Oye, mama -—hablaba la criatura— si estas molesta porque te has manchado el vestido, yo no tengo la culpa. EI nifio quiso darle la mano, pero su madre no parecia estar de humor para hacerlo. Seguia sin mirarlo. —Entiendo, mama. Si sigues as/, le contaré a papd que no te ha gustado el nuevo juguete que me regalé. El mismo me dijo que te lo mostrara. Nada. El pequefio penso que si, que esta vez su mama estaba enojada de veras. Jamas se habia comportado en esa forma. Gene- ralmente, le gritaba, pero estarse asi... muda. Eso nunca antes. —Esté bien -—-agreg6— me Ilevaré mi jugucte, si eso es lo que no te gusta. ;Ya verds cuando venga papa!— alcanzé a amenazar, y de inmediato grité— jMe voy! jMe voy! jMe voy a jugar afuera! jEres una maldita! ;Papa tenia razon! y ojalé —vociferé desde la puerta— que las manchas esas en tu adorable vestido nuevo, no te salgan jamas jTe va a quedar hermoso, blanco, con manchas ro- jas!— termino riendo. . . Y sin agregar mas, salid a todo correr, sin olvidarse de su juguete. Ya en la calle, miré una vez mas hacia atras. No podia compres, der. Por qué a su mamé no le habia gustado el juguete?, fun- _ Aparte, pens6, papd mismo me dijo que le mostrara ene cionaba. Las manchas rojas, ademas, no fueron por dee voniia Pala luego, satisfecho, esta tarde le contaré toda SI tie a Z é com Nol Por que SE ee aaa a expligara tratando de asistart. manejaba; papd me dijo wi Caracal un revolver de juguete un poquito.., Si total, era nada me

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