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| _~ ~“ CONTRIBUCION TOMISTA 4 LA FILOSOFIA DEL DERECHO damento en el significado de las palabras y reposa sob, distraccién de los cientificos, los cuales demuestran Te una gi, entre natural y fisica no hay mayor diferencia que ¢ adver “nb Evpwros, es decir, entre dos palabras que indican Ja entre Hy, sive Jenguas diversas. Un tercer indice, mucho mas signifier cosa «2 proporciona Ja historia de la filosoffa, en la cual ‘olm ‘ativo, hos exclaman con acento dionisfaco: natura, sive Deus tn Voces qy Dios]; pero vemos también figuras de ascetas horrorizadett@leza ° dalizados que replican: natura, sive diabolus! [naturaleza 8: Y escan, | Aqui nos encontramos frente a una antitesis que nos 7a 0 demonioh | ciones profundamente diversas, no debidas a distrascce ef cone cadas en meditadas actitudes espirituales, por las renal} sino radj. sublimar la naturaleza hasta lo divino o envilecerla hasta To di Posible viendo en ella algunas veces lo mejor que existe en el mund labblico, un complejo de fuerzas oscuras y perversas, que también % y otras obran en el hombre, representan siempre algo de irracion 1 Cuanto humano. : a" ¢ infra. La ambigiiedad del término, mAs peligrosa en la tendenci, rativa recordada, ha hecho que la expresién “derecho natural” fi o- objeto de aprehensiones y eriticas. Para permanecer entre los ee tros recordemos que la frase disgustaba a Alberto Magno y la on sién peyorativa desconcertaba a Résmini. En seguida hablaremo, de los temores de este ultimo. Ahora nos limitamos a observar te frente a Alberto estaban los Decretistas, que agotaban su cien da en transcribir los elencos tradicionales de los diversos significados que podia asumir el nombre de derecho natural atribuido a la na- turaleza, que es su fundamento. Alberto se muestra cansado, dirla casi enfadado, por las incertidumbres en las cuales se estancaban estos comentadores de Graciano y por las indebidas extensiones del derecho natural a que Ilegaban, atribuyéndole significados tan: am- plios e incoloros, que podrian incluir todas las tendencias humanas @ infrahumanas. Escribe palabras francas y decididas, denunciando los peligros que se anidan en el mos decretistarum [costumbre, de los decretistas] ¢ invitando a sus disc{pulos » acabar con ese pasivo trabajo: de enumeracién, con aquellas indebidas supresiones de li- mites, con esos vergonzosos bajones de nivel. No llega, como des- pués haré Résmini, a sugerir la proscripcién del nombre de derecho natural, pero insiste en clarificarlo y limitar su significado, obser vando que la natura de Ja cual obtiene su naturalidad, no es naturaleza universal, y no es ni siquiera la naturaleza animal, sin? sélo la naturaleza especifica del hombre, esa naturaleza que ¢ ces “Non enim consentimus in distinctionem quam quidam posusr™, scilicet quod ius naturale multis modis dicatur, et uno mone vin commune nobis cum brutis... Meo iudicio debet accipi nature 82 wn

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