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sIDAD AUT uanro RENATO PoGGIOLI TEORIA DEL ARTE DE VANGUARDIA Traduccién del italiano Rosa CHACEL Prétogo Ropotro Mara Ree INSTITUTO DE INVESTIGACIONES FILOLOGICAS UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE MEXICO Centro pe Esrupios Lrrerarios México, 2011 Romanticismo y vanguardia te, difusién fracasadas y que, por ser motivada por razones empiri por meras contingencias, aqui no puede interesarnos. En el segundo ea encontramos lo que se puede llamar impopularidad de comprensin g mis bien, incomprensién: hecho de primaria importancia para el arte dp vanguardia, que trataremos al afrontar el problema de su oscurida La populatidad de una obra, de un movimiento o de un estilo puede ser inmediata 0 mediata. El primer tipo de popularidad es Ginicamenge el de los bestellers, de las publicaciones que en se llaman slg (que confian sobre todo en el sentimentalismo del puiblico), de los pes riédicos humoristas y eréticos, de la cancioncilla en boga, del programy de televisién y del especticulo de variedades, de la novela policiaca y dl cinematdgrafo, del café chantant y del music hall. En otros términos, ly populatidad inmediata es propia, y hasta exclusiva, de aquellas formas de expresién que, con significado bien distinto del atribuido por la cub tura romdntica a ese epfteto, se llaman hoy, especialmente en Inglatem y América, arte © cultura popular, en el sentido de pseudoarte 0 pseie docultura, de arte o cultura comiin ¢ inferior: sobre todo de un artey de una cultura tomados como productos de consumo, fabricados para piiblico-masa por adecuadas agencias comerciales. Paradéjicamentg este tipo de popularidad implica con frecuencia la ignorancia del nombie del autor y el olvido del titulo de la obra: en otros términos, el completa anénimo del producto y del autor. No es exagerado afirmar que una popularidad de este género es fc némeno por completo desconocido en la historia de la antigua cultura, precisamente por ser inconcebible en circunstancias y condiciones diver de las que caracterizan a nuestra época o, mejor, a ciertas zonas espe. cificas de la actual civilizacién de Occidente. La que en cambio siempre existid, aunque hoy con intensidad mayor que en otros tiempos, es la popularidad mediata, que consiste en el conocimiento no tanto integral y directo como indirecto y parcial de una determinada obra de arte, de la que casi todos conocen un detalle particular, un episodio o fragmento} a veces sélo el tculo o el nombre del autor o de algiin personaje, una frase famosa, un dicho que llega a ser proverbio. En tiempos remotos este tipo. de popularidad se basaba casi exclusivamente en la tradicién oral; mien- tras que hoy los instramentos que la hacen posible son la televisién y la prensa, rganos en los que podemos ver el perfeccionamiento técnico 0 Ja degradacién mecinica de la tradicién. Tal es, por lo demés, la forma 56 Popularidad e impopularidad esta, por parte del piblico concemporii Bop ex gue s maniista, por ps P ran i nacional 0 de en ds jas obras maestras de fa literatura ‘a de fa resolve para siempre la vieja E in que deberia resolver de una vez para siemp: Ses di ndonos que en Sao lsics sono no populares, demosrandonos que én exe blico no conoce los clisicos modemos mis qu reas re conaca los elésicos antiguos mas que me Frvulesizacién, 251 cO spularzacin. i 1 dianre a popw at popularidad que hicmos llamado mediata no es del eto de popularidad qu = Bie sir ce mismo de vanguard: circunstancia que debe a fade ene yn esl timo lcuriostdad, como veremosl hablar de Tar el ace de vanguadacon la moda, Pero de odo eto resulta danas lertad yuna impopuaridad absolutas no extn bien que edn seman ss tajo una cla: la Bt amiento actin, Unicarente ena > totus etcica ode un movimiento atin, Unicamente ena n> fara afirmar que, en relacién con motivo y razén p cisco Me ey mismo fac popular y que el arte de vanguardia e impop fo con el Rormanticismo. a ce dusve pare proba I dois de verdad o de eror S aene sugiere la necesidad de examinar, desde un puno de vista ee bitare, pero si pariclas, fa relacién reciproca que existe entte Romanticiimo'yvanguardismo: el primero queda, de hecho, reconocido ton inicador de lo que podemos lamar popularismo estético, mien ao eel segundo es considerado como el arte impopular por anton0 rae Toda el arte joven es impopulat", dice Orcega y Gasset: “y no aaa eo poraccidente, sino en virtud de un destino esencia!" Esta cita pejceta que nos recomendase aia las categoria ya exablecidas outa Aiafcaion que dsinga a impopularidad en voluntarae involuncaria Pero pono prejuzgar ahora un primo examen de juste onexacti- ta del esetn de lunar ton ecencemene ait fe vanguardia, es preferible emplear dos categorias de or ; heute por ca misma ca, y hablar de una impopularidad acideta y de una impopolaridad sustancial. Aun crando de aed con Or Yes y Gasset en afirmar que la impopularidad del arte de vanguardia es wears pos ona pare, se puedey se debe sostenes que a porulaidad Gel Romanticism fo fue més que un acidente, (Bien mirado a Gina forma de arte que fue verdaderamente popular en la época roman asi como 57 Romanticismo y vanguardia la épera musical, que, desde el punto de vista esti bs pers ms 0 de vista estlistco, es una f teramente convenciona) Sea como sa, todo lo que levamer de 4st resperto nos permite anular, aunque slo sea desde ete pune Yi I icin entre Romantcismoy vanguari,y proba mig put linea que erica e histéscament los une no presenta solae 2. Romanticisma y vanguardia La continuidad de la linea ideolégica e histbrie \ ea ideolégica e histérica Romanticismo-yan, guardia es afemads por muchos historidgrafos y crticos; 7 casi siempre de hombres de derechas y, con frecuencia, de polemis abiertamente hostiles al Romanticismo, atacan a ieee casos extremos de lo que ellos llaman “la enfermedad romdntica”. Bast pero se tra citar como ejemplo los nombres de Seilliére, Lassere, Invi taro el cao de un estuioso sin prevencién en contra ome Sor ea Mario Praz, para el cual el Romanticismo no sélo sobrevive a través df ra como, por ejempl Decadentismo y el Simbolismo, sino que permanece hasta ahora oy tno de los maximos Factores del arte y de a cultura de vangunia: op ie rime, peo ue el speiven un hecho evident pu istorica y que, lo mis, en este caso, peca de supervalorize Ip idencdad de los dos términos y desaorizar i dleende Mar all davia es el caso de un artista de vanguadia que, como Rimbaud en famosa Letire du Viyant, sepa darse cuenta dela relacién de parencoae gue existe entre l Romanticism y el ideal de una poesia wt arte mi vos y que, ademas, reconozca, aunque en parte, come siempre i mensaje del cual no poan ser plenamente consent es cn foménticos: "No se a juxgado bien el Romanticism; y zquién podal fa erlo juzgado? ¢Los criticos? Los Romdnticos?, todos los que tan bien lemuestran que la cancin es tan pocas veces la pers, es deci el peney miento cantado y comprendido por el cantante.” Siempre queda como clerto que la aismacion de la existencia de una relcign de continua acre Romanticismo y vanguardia es caracteristica dela ice Neen indole pariista deta jico vila as le cosnad veo y ‘cia dl testimonio, Las vanguardias tienen, desde luego, buenas zones para re hazar la iptesis (Basta pensar en Suacttud de oposicin al principio de 58 Romanticismo y vanguardia cultural yespititval oa su mito predilecto; el dea anulacién de sao, precedente tradi) para que no se valgan de ete motivo Spats negano una verdad demasiado cara asus més endencio- me iow El mismo Rimbaud, que sin embargo rindi erbuto al: nica, sini sin duda eta necesidady, de hecho, concei Fremporineos el derecho a desconocer Ia tradicién, inclusive a a tn nds motivo que la propia razén de scr o las exigencias del Feta eget “Po lo emis, quelos nuevos sean libres deexecar als PePigados one chez et ona romps rls ls protagonists, autores y sustentadoresoexpectadors bien Gopuents de ace de vanguarda han negado ta ilacién Los pocos que Teen conocido a han limitado a algan caso o movimiento particular, ih hizo, por eemplo, Herbert Read, que se detuva sobre todo en la Hiaba emre Romanticismo y Surealismo, viendo en el segundo una fies y extema consecucrcia del etado de énimo ya expresado por el pumeto. Quede sin embargo, notado que el ctico ingles, como seve yo tculado Surretion and Romans Principle, wo conxibe esa (Gist en sentido histérco, en forma de hetencia natural y directa, sina Inds bicn como un libre retorno hacia aquel sistema de valores eters de los que el mismo Romanticismo habria sido una, aunque particular Fpremporal. cxpresin Por ests y ots razones s¢ puede, pues, dudar, ue Herbert Read se haya sentido igualmente dispuesto a teconocer la Siszencia de una relacién con “l principio roméntco" por parte de otos Movimientos de vanguardia diferentes del Surrealism, particularmen te por aquelhs tendencis que culminan en lor experimentos del are bstractoy del Cubismo. Cieramente, es raro el caso de un artista o de Beco de vanguardia que reconorca a las vanguardias su fliacién en td Romanccismo, ello hace verdaderamente excepcional csc juicio de Massimo Boncempelli: “odos los llamados artes de vanguardia que ca racterzaron los primeros quince afos de siglo, eso es, lainmediataante- fuer, fueron la hoguera billante en que el Romanticismo quemé sus fimasavanzadas”. Por lo demas, esta afimacidn pierde relieve y aleance acausa de sus limites cronolégicos demasiado estchos: noes justo asig- har as vanguardias una fecha de nacimiento tan precisa y reciente, ni ers un fin tan précimo. Na todos pueden compart la opinida de qu hayamosalcanzado ya el estadio que Bontempelli designa y define como superacién de las vanguardias: el vanguardismo no ha liquidado sos ad hherencia ror’ 59 Romanticismo y vanguardia todavia su experiencia especifica, ni la mas genérica de sus propias heten cias 0 supervivencias roménticas. En cuanto ala errénca creencia de que el arte modemo haya superadg o liquidado completamente el Romanticismo no es exclusiva de las nue vas vanguardias o de las vanguardias propiamente dichas. Esa creenciy fue compartida por los secuaces del movimiento de “el arte por el arte y del Parnasse, por Decadentes y Simbolistas y, en fin, por Realistas y Naturalistas en otros términos, por los misticos del art y los misticos de la ciencia, seguros de haber trascendido el Romanticismo solamente por haber vencido cl sentimentalismo psicolégico 0 el idealismo estéico, Ti consideracidn nos hace comprender cémo y por qué las diltimas vanguak dias, que agudamente reconocen con frecuencia las supervivencias de es tados de énimo roménticos en sus predecesores natutalistas y simbolistas ro pueden menos que ceder por su cuenta a la misma ilusién que ellosila de haber liberado a la cultura moderna del patrimonio roméntico. ‘A quien quiera objetar que una formacién de este género contradice tuno de los postulados iniciales de este trabajo, es decir el principio que afirma la idencidad de realidad y consciencia en el plano dela historia de cspiritu, es ficil responderle que el criterio epistemolégico sédlo es valid para la conciencia tedrica, no para la conciencia polémica. Micntras que {a primera es pura, la segunda es impura: no ¢s intelectual, sino préctica obra en Funcién no del ser y del conocer, sino del obrar y del hacer. Yes de una tal conciencia polémica de la que toma origen el antirromanti= cismo programdtico de las vanguardias, Se trata, de hecho, no tanto d& la hostilidad contra el Romanticismo auténtico y originario como de ly oposiciSn al Romanticismo péstumo y superviviente, al Romancicisma convertido en convencionalismo, moda de lo patético, gusto de lo sensi ional: en una palabra, contra ese Romanticismo retrasado y deterioradoy predilecto del pablico de los movimientos de vanguardia, precisamente por lo caduco y difunto, privado ya de todo lo que en la tradicién de donde deriva siga siendo todavia vilido y vivo. E] més digno de ser escuchado entre los criticos que hayan pucsto sf sancién teérica al antirromanticismo de la vanguardia es Ortega y Gasset “Tal sancién merece ser sefalada, no slo por [a excepcionalidad del inté& prete, sino por ser inspirada con gran serenidad e imparcialidad espect laciva: dictada por la observacién y el pensamiento, no, ciertamente, pot 1 prejuicio antirroméntico, ni mucho menos por preconcebido antivane 60 Romanticismo y vanguardia wardismo. De aqut la necesidad de estudiar atentamente y de Fe al ft nds esmerado la posicién comada a este respecto por el pensador aaa "El ejemplo que sucle aducitse de la irupci6n roméntica", dice ‘es un precedente falaz, porque “fue, como fenémeno psicolégico, perfectamente inverso del que ahorz se oftece al are. El Romanticismo Finguist6 ripidamence al pucblo, para el cual ya no era digerible el arce Gg Elenemigo con quien tuvo que luchar fue precisamente una mi- forfa selecta, que habia quedado anquilosada en las formas arcaicas del gntiguo régimen poético”. Como se ve, volvemos una vez més al punto de aes, Sige dela popularidad o impopularidad del arte. En el pasaje citado Ortega parece confundir la exaltacién teérica, es decir la interpretacién romantica del concepto de pueblo y el culto mis- mo del arte 0 de la pocsia popular, con la efectiva influencia que el arte Ya poesia de los romnticos ejercieron sobre el gusto y sobre el piblico contemporineos. Es muy cierto que para cl pueblo, o para el piblico, en elsentido més amplio, el arte viejo era inaceptable ¢ inaccesible 0, como dice Ortega, “indigerible”. Pero no es menos cierto que le resulté casi Jgualmente indigerible o, por lo menos, ajeno, cl arte nuevo y romntico, particularmente en sus tendencias populatistas: puesto que la corriente heoprimitivista, en el seno del Romanticismo tanto como en el de la van- gquatdia, fue y sigue siendo hasta ahora la corriente més impopula. Por esto cs dificil acoger del todo la afirmacidn de Ortega de que “el Romanticismo es por excelencia el estilo popular”, y que por tal motivo fue acogido con simpatia por las masas. Es evidente que Ortega identifica demasiado ficilmente los conceptos de pueblo y de piiblico, cosa que, por lodemds, ya habian hecho los romdnticos: confusidn originada por el he- ‘cho de que mientras el puiblico del arte clésico habia sido la aristocracia, tl piblico del arte moderno estaba volviéndose, y en efecto sc ha vuelto, tun ala avanzada de la pequefia burguesia. Si.es cierto que el Unico encmigo auténtico contra el cual haya tenido que luchar el Romanticismo es el puiblico académico y el de la cultura profesional, en otros términos, el de la élite intelectual del antiguo régi- men (lo que cs muy cieito, precisamente porque el piblico popular no ley6 ni siguid a los primeros romdnticos y no tuvo por tanto ni motivo ‘ni modo de manifestar su asentimiento o disensién), la situacién en que Megan a encontrarse los anunciadores de la revolucién romantica es and- Joga a esta en que se encuentran los vanguardistas de hoy dia, que luchan al. Onega, 61 Romanticismo y vanguardia contra una variante contemporinea del mismo piiblico. Est mismo pg blico es ahora ms culto yedueado de lo que secre, precisamente pom sus {dolos 0 ideales toman el nombre, si no de clascismo, por lo mengy de tradicién o de academia; y por esto esti dorado de un prestigio yung autoridad notables, para combacir a los cuales tienen que poder cong, los innovadores, como los romenticos, con el apoyo entusiasta de tay seecién sclecta, ilustrada y avanzada de la opinién literatia y artistica, Por Jo demas, el culto de la novedad e inclusive de la extravaganci sobre el que se basa la impopularidad sustancial y no accidental del ang de vanguard, es fendmeno, mucho mas que tipicamente vanguardisticn, ‘exquisitamente roméntico. Y si, tratando de imponer ese culto, el Re manticismo apelé, con idealista demagogia, més bien al juicio del puebla que al gusto del piblico culto, también éste fue precedente que ms de una vez llegara a ser seguido, bajo forma de llamada ret6rica, pot los mo: Vimientos mismos de vanguardia. Y aun admitiendo, como ¢s justo alt itis, que ef Romanticismo siguiera manteniendo una aetitud de respete relativo hacia el piblico, lo que sucedié por confundirlo frecuentemente con el pueblo, la posicién de antagonismo asumida frente al puiblico por parte de las vanguardias no quiere decir que lo ignoren o lo nieguen: misma intencién o propésito de épater le bourgeois no es ms que una de tantas formas de contar con el puiblico y, tal vez, el més valioso reconods ‘miento de su presencia ¢ influencia, Desde este punto de vista, Roman. ticismo y vanguardia, mas que en un estado de oposicidn recfproca, vay tomados como estados undnimes, porque reaccionan de modo paraela ante la posicién humanista y clisica. Es en verdad solo esta iiltima la qua, por estar basada en la seguridad de la existencia de un piblico limiradoy compacto, vinculado pot los mismos eriterios de gusto, petmite al artist asumir una posicién de soberbia indiferencia ante la comprobacién del piiblico genérico e inculto, segin una tradicién que tiene expresién prox verbial y poética en el horaciano adi profinum vulgus et arceo. El desdéa del artista de vanguardia se dirige en cambio conera aquella parce del piiblico que pretende representar mejor la civilizacién de la época: acitud que lo emparenta, més estrechamente que con los primeros roménticos con aquel grupo de altivos sacerdotes de la religidn del arte que aparecie- ron en el tercero y en el iltimo cuarto del siglo pasado, Es indudablemente verdad que, como sostiene Ortega y Gasset, el Romanticismo fue “el hijo primogenito de la democracia’: y esto vale @ Romanticismo y vanguardia Jeualmente para las cortientes social y politicamente reaccionarias que dr dao interno del movimiento, Pero ser hijo (o padre) del esp Hot jemocritico no quiere decir obrar siempre democriicamente: hasta Iripstauracién del gobierno de todos es un asunto de minorias. Por el foto hecho de ser un arte nuevo, el Romantidim no fue menos aro itjeo que l2s vanguardias: el Romanticismo alemén, el més original, Fdeel punco de vista tedrico, eideoldgicamence el més wélkirch, fue al jamo tiempo el ms reaccionario e impopular de los diversos Rom Gismos nacionalesy al menos en potencia, el més vanguardistio. Y si est fparencesco entre Romanticismo y democracia no representa més que una Patural coincidencia, dentro de un mismo Zeitgeist, de dos manifestacio- cs paralelas aunque diferentes, ahora se trata de una verdad que es valida fambién para cl arte de vanguardia Por el contrari, desde este punto de vista, la critica de izquierdas, sociolégica y marxista tiene mucha razén al oclamar (aparte el tono apocaliptico y el uso de formulas degradantes mo decadencia y degeneracién) Ia existencia de un vinculo definido ¥ directo entre arte de vanguardia y sociedad contemporinex: principio aya alder no puede ser negada ni siquiera por los que rechazan el crite- fio de juicio al que esa critica somere los dos términos de la relaci6n. En el terreno tanto estético como sociolégico, arte clisico, arte ro- Bee ae de vanguard en canto ane cactarnens: no sn malt culturas de minora: pero mientras el primero se contenta con dis Gnguirse | mismo y su propio publico de la barbara mayor, incultay analfabera el arte romantico y el arte de vanguardia no pueden menos de mostrar un cierto interés, postivo o negativo, por la masa que hoy dia es sélo relativamente ilecrada. Pero al contrario del arte clisico, que florecié ean cla eitcrsico, el arte roménticoy el ate de vanguard son aristocracias que subsisten y sobreviviran en un régimen de democracia 6, por lo menos, de demagogia: esto basta para probar que las diferencias sociolégicas que distinguen el arte roméntico y el arte de vanguardia del arte clisico son solamente diferencias de grado. Bb bare sno seo secant des ects denen a ficiente relieve para negar el derecho a definir el Romanticismo, en forma categéricao en sentido literal o absoluto, como el primer movimiento de Yanguardia. Pero se puede asegurar leg(timamente que, mientras que la tradicidn clisica es aquella en la que no existe ninguna virtwalidad van- Buardistica, el Romanticismo es, en un cierto sentido y hasta un cierto 6B Romanticismo y vanguardia punto, vanguardismo en potencia. Si tal afirmacién puede resulcar exe siva, no parece refutable la hipétesis hoy dia cvidente de la continual histérica entre Romanticismo y vanguatdia: no es ni remotamente dus doso que esta tltima seria histéricamente inconcebible sin el precedent 3. Antipasatismo El Futurismo italiano se llamé también antipasatismo: y como d primer nombre expresa del modo més sugestivo una tendencia coming todo vanguardismo, también el segundo subraya una actitud que noe es ciertamente exclusiva, Por lo demés, fue precisamente en Italia donde Apollinaire publicé un manifiesto en francés titulado Lantitradition fie ‘uriste,fSrmula que pone de relieve la existencia de una relacién direc centre los dos términos y que proclama como atributo especifico de aque ‘movimiento la endencia genética ya sefialada anteriormente con la forme la de antagonismo frente a la tradicién, Es cierto que en ningiin movi miento de vanguardia el antipasatismo fue tan polémico y programétiea como en el Futurismo italiano; es cierto que en ningin pais como en Italia se expresé en clamorosas manifestaciones, no sélo verbales, contra la tradiciOn y la academia, y contra sus templos, la Biblioteca y el Museo, Tales manifestaciones culminaron en las invectivas de Umberto Boccioni contra el cult italiano de lo antiguo, y en el famoso discurso que Giovani Papini pronuncié en la Urbe contra el espiritu de Roma, Para probar que el Futurismo ruso participé de los mismos puntos de vista bastard recote dar un trozo del manifiesto titulado Bofetada al gusto del piiblico, en el. que postula la necesidad de ‘tirar el lastre de los clésicos por la borda del vapat de la modernidad!; o también citar dos versos de Maiakovski Haced que resuenen los prayectiles en los muros de los muses. {Por qué no aborcaron a Pushkin’ De todos modos, aun cuando el término Futurismo sea usado pata designar una tendencia genérica, su relacién con el antipasatismo no ¢ reductible a un vinculo puramente seméntico, Casi no existe una manic festacién de vanguardia que no sea una nueva variante de la actitud que 6 Antipasatismo insre defini con el sxmino de antitradicin:y cs por eto preci- nia por lo que el antipasatismo trasciende el Fucurismo especifico saEN fande del codo con el Fucurismo genéico. El nombre fue Tre ado porlos Fuursas: nol endenca, ue los precede ysobrevive Ivo repudio del pasado y de la tradicion es fen6meno contempors- ES Olja formacion de las primeras vanguardias y de la aparicin de ls Sonera figuras que sefialan el camino del arte de nuestro tiempo. Esto Pemanibesa cn it conviceidn sibita de que todo arte precedente, desde Inancgiedad clsica hasta la vispera de nuestros dias, noha sido mds que perder el emp; ahora ya, como dice Rimbaud en la Lettre de Voyans Prmo conclusidn de un breve resumen de la poesia de Occidente desde STocaso de Grecia en adelante, “le jew moisit... il a duré mille ans!” Por lo emis, la actitud antipasatista no’es monopolio de las vanguardias més taxrpitosas y extremadas, sino que es propia de los més moderados entre fos modernos, como prueba el testimonio de Richard Aldington en su autebiografia, Life for Lifes Sake, en la que se lc que “fue casi undnime, feo yo, entte los artistas y eseritores de vanguardia (el texto dice of the tunguard) la conviccién de que todo el arte del pasado era cosa muerta que habia que destruir dead stuf 0 be scrapped)”. Credo negativo que fn el plano puramente psicolégico se une 2 aquel otro que se llama el nihilismo de las vanguardias: pero que en el plano socialégico se enlaza tis bien con el antagonismo ante el piblico y, en el plano estético, con la impopularidad del arte moderno y con su hermetismo. Cosa que vuelve alleyarnos al problema de la relacién entre vanguardia y Romanticismo: fen resumidas cuentas, a la cuestidn de si existid o no un antipasatismo romantico. ‘Ahora bien, no sélo existi6 verdaderamente un antipasacismo roman- fico, sino que en algunos lugares y en algunas ocasiones fue no menos extremado y absoluto que el de las mismas vanguardias: los RomAnticos se opusieron, de hecho, a toda tradicién clisica, al arte de Atenas, de Roma, del Renacimiento italiano y del Clasicismo francés, del Setecien- tos iluscrado y del Neoclasicismo. Y bastard para probar la semejanza de swantipasatismo con la de la vanguardia confrontar el famoso alejandrino de un poeta del setecientos, destinado a convertirse en una de las ense fias del movimiento romantic: Qui nous délivrera des Greeset des Romains? 6 Romansicismo y vanguardia con estos versos de Apollinaie, esritos un siglo més tarde: A la fin tw es las de ce monde ancien Tu en a assez de vivre dans Vantiquité greeque et romaine, El antipasatismo roméntico obra naturalmente con limitaciones yap ‘cepciones particulares, que ejemplifica muy bien la predileccién de mug chos roménticos alemanes y de otros paises por la Grecia antigua, ey aquella corriente que fue llamada helenismo roméntico. No olvidamgg tampoco que los mejores romanticos, particularmente los alemanes, he cieron necesatia y posible mediante nuevas orientaciones del gusto, que Ila disponibilidad critica que fue objeto de admiracién para Burckhandy aquella catolicidad estética que sigue siendo uno de los grandes métitg del historicismo, y que forma parte de nuestro patrimonio. Se puede decir que la actitud roméntica ante el pasado fue ambi valente: simuleéneo al momento de la revolucién y de la destrucciéa transcurrié el de la reconstruccién y la restauracién; junto a la fase de desprecio y olvido existié la de remembranza y nostalgia. Como el hi toriador, segiin la definicién de Friedrich Schlegel, el escritor romén tico fue con frecuencia “un profeta retrospectivo”, y de aqui surgieson medievalismo y orientalismo, el culto de lo batbaro y lo exético, la simpatia por lo elemental y lo primitivo, fenémenos mucho més vas tos y mejor entendidos quc el primicivismo estético de las vanguardias ‘que dedican casi exclusivamente su atencidn a la esculeura negra yal arte de los salvajes, a los graffiti prehistoricos y al arte indio-americane anterior a la conquista: que van, en fin, hacia la historia de las culturas remotas en el tiempo y en el espacio, casi hacia la prehistoria misma Este modo particular de redescubrir tradiciones remoras y olvidadat no contradice nada de lo que va dicho a propésico del antipasacisma de la vanguardia, precisamente porque ésta sabe valorar las tradiciones arcaicas mejor que el arte oficial y que la critica conservadora, aunque no sea mas que como reaccién polémica contra las interpretaciones valoraciones erréneas de la academia, “A principios del siglo”, dice Make aux, “son los pintores los que pretenden ser més modernos, es deci los més dedicados al porvenir, los que remueven més furiosamente a pasado”. Yen un célebre trozo de Une Saison en Enfer Rimbaud habia dicho ya, hablando slo en su nombre, pero revelando una tendencia 6 Antipasatismo fa otros poets “Ia antigualla poética tenia una buena parte en del verbo”. vamacién parecerd contradecir menos a la precedente si pensa nica normal y auténcica de las vanguardias concentra sus sobre cl pasado remoto como sobre el préxima pasado, com ini agin sta afirrnaci sos que Ia polém fees, no fanc0 § modo cultural de los ancianos y de los viejos, sobre las generacio- Bi paces yabucoss eso explicacimo y por qué los hijos del siglo se " los antepasados mas eeaan parccularmente ch sis concroversias con los antepas Mrgimos, como por ejemplo con los mismos que fueron sus portacstan- omic Esto, pues, nos sugiere que a pesar de las diferencias Geaparncay desstancia cL anipaitiomo delas vanguardias no difiere qeemente del somntico, del cual, en el fondo, no representa més que cia ‘extremada. La constante es, a su vez, una de las més directas jpeatuales manifestacones del espricu moderno, ates de ic mis all en exe estudio del fenomenoloya de la van- dia, se debe aclarar un punto oscuro y equivoco, que puede induci Bepror sobre todo porque la solucién de este punto dudoso hard com- render mejor Ia dialéctica del antipasacismo. Fste es, en fin, el lugar Sportuno pata recalcar que de a reaccin del vanguardismno al afroncar la tadicién no se deduce que el arte de vanguardia sea ajeno a toda forma deconyencionalismo. Como toda tradicién artistica, por muy antitradi- Géonal que se2, también la vanguardia tiene sus puntos convencionales. Fn el sentido més amplio de la palabra, no es en realidad més que un nuevo sistema de convencionalismos, a pesar de la opinién contraria de sus secunces. Naturalmente, su funcién més ostensible sigue siendo la jercida por la tendencia anticonvencional. Lo que quiere decir que las konvencioncs del arte de vanguardia, de modo consciente 0 inconsciente, ‘son rigida y directamente determinadas por una relacién de inversién de las convenciones tradicionales. Por virtud de esta relaciOn, que es una felacién paradéjica, las convenciones del arte de vanguardia son frecuen~ temente tan Ficiles de deducir como las de la academia: su alejamiento de Tanorma es un hecho tan regular y normal que se transforma en un canon ‘no menos excepcional que previsible. El desorden se convierte en regla tauando se opone en forma deliberada y simétrica a un orden preesta- Blecido: y Rimbaud hablé cn nombre de todos los artistas de vanguardia ‘cuando dijo: “acabé por encontrar sagrado el desorden de mi espiritu”. Si sto 6s verdad, no resultarfa a fin de cuentas demasiado dificil formular 9 Romanticismo y vanguardia respecto a la vanguardia la ciencia que Alfred Jarry postulé con cl cémigg nombre de Pataphysique, cs decis, una ciencia que determine las leyes que sgobiernan no la regla, sino la excepcién, 4, Anticipaciones Como ya se ha dicho, la relacién que vincula Ja relativa popularida del Romanticismo con la casi absoluta impopularidad del vanguardisma o-el pasatismo parcial y moderado del uno frente al extremado o casi tot antipasatismo del otro, no llega a agotar la serie de las relaciones posible centre los dos movimientos. Y si en este punto tratdsemos de establecey cualquier otra de estas relaciones, no podrfamos hacerlo més que come tuna serie de anticipaciones de los resultados futuros de esta investigacé El estadio alcanzado en la presente busqueda no esté rodavia suficiente mente avanzado para resolver de modo definitivo ninguna de ellas a que no quiere decir que no hayamos progresado lo bastante para indica el programa que se va a desatrollar. Por ahora serd suficiente sefialar pogo 4 poco y uno tras otro, aquellos aspectos del problema que con una bree indicacién pueden ser agotados, contentindonos con una alusién vagaa los que exigen ulterior desarrollo, Popularidad e impopularidad, pasatismo relativo y antipasatismo abe soluto, son conceptos que nos han servido tiltimamente para poner dé relieve la relaci6n entre conciencia histérica y conciencia social en el sent del Romanticismo y Ia vanguardia: dos tipos de conciencia que peste rnecen mds exactamente a aquellas formas mentales definidas aqui come psicologia c ideologia de un movimiento. Relaciones semejantes y andlos gas se encontrardn al afronrar, en circunstancias y perspectivas diferentes el problema de las relaciones entre la vanguardia y la moda, y entre lt ‘vanguardia y su pablico: problema este iltimo cuya solucién seré posible solamente cuando estemos en situaciin de contemplarlo desde un plang teérico a ideal mas alto, ¢s decir, en funcidn del estudio de los vineules entre vanguardia y arte moderno, entre modernidad y modernismo. Precisamente porque esta relacién es la que ha suscitado mayor incest en los estudiosos, no podremos menos que examinar las posiciones de parentesco o dependencia en que Romanticismo y vanguardia llegan # encontrarse desde el punto de vista de la estética y de la poética. Es, puss 6 Anticipaciones igamente en el terreno de fa estética y de la poética donde tendrén Eerolo ‘algunos de los problemas aqui anticipados. Uno de los aspectos mas importantes de la poética prictica de las van- sardines aque al ctal se alude con el érmino de experimentalismo Posie respecto fic reconocer cl precedente inmediato de la experi fnentacion esctica romantica, la ansiosa buisqueda de formas nuevas y Mirgenes,tendiente no s6lo a destruir el sblido reticulado de las regls, Wi jul dorada de la poétca clisica, sino también a buscar una nueva Tmorfolog(a arcstica, un nuevo lenguaje del espiriu. TAlganos criticos, y no silo los hostiles, han definido, por ejemplo, la ‘eolucién arcstica contempordnea como un proceso de deshumaniza- (Gn, Bastard también recordar que, en su controversia con los Romn- ficos los sustentadores del arte cldsico repitieron hasta la saciedad cl lugar tomin de que el arte clésico habia elegido como tatea propia el estudio del hombre y la representacién del cuerpo humano, mientras que el Ro- manticismo tendia a la negacién de este principio, al embrutecimiento 0 fa barbarizacién, a una regresién o involucién de la culcura. Respecto a la doctrina de la deshumanizacién, se hablar también en otro lugar de las tendencias vanguardiscas que toman los nombres de cerebralismo y de abstraccidn; y se demostrard entonces cémo cerebralismo y abstraccién ‘son en cl fondo fendmenos de orden no muy distinto de otras tendencias {gue parecen contradictorias en su confrontacién: por ejemplo, de aquel Biologismo y aquel vitalismo que no son mds que una extensién més alld dela puramente humano, del gusto romAdntico por lo sentimental, por lo patéticoo lo pasional, y donde el interés por el primitivismo psicolégico es sustituido por el culto de lo primordial, en sentido naturalista y césmico. Enel plano de la metafisica estética tendremos que examinar aquellas doctrinas igualmente caras a los Romanticos que a los artistas de vanguar- dia, que quedan bajo el nombre de estética del sueito y postica de la ma- gia: a este respecto la relacién entre Simbolistas y Surrealistas de una parte ¥Rominticos extremados, alemanes especialmente, de otra, parecerd casi Ta telacidn entre discipulos y macstros. Por lo demés, no es necesario ir tan lejos: ciertas concepciones del Surrealismo y del Simbolismo parecen yasintéticamente resumidas en la sugestiva definicién victorhuguiana del pocta como “mago aterrorizado”. ‘Asi también, respecto a la moderna estética del juego, serd fic realizar Jadoctrina que la precede y motiva, la de la ironia roméntica. También co) Romanticismo y vanguardia cuando estudiemos formas o tendencias que puedan parecer exch de laestica de vanguardi, por ejemplo, ln que sea designada mist pea, one el prob cio ea in no el one ni siquiera como simple reaccién, sino como consecuencia patadéjj contradictoria de ciertas docrinasromantcas: basa citar entre toda de la confusién de los géneros “§ Cuando al fin afontemos, bien sea desde el punco de visa sistemég co bien dese el punto de vista metodologico el problema de coy del arte de vanguardia, nos sera posible demostear las relaciones histérgg y teéricas que la ligan ala ertica de los Roménticos y de sus adversng vigjos 0 nuevos: en el caso de la critica favorable, bastard demostrar a no es més que una adaptacién o una extensién de la critica roméntig mientras que en el caso de la critica hostl bastard recordar que los ere cos antivanguardistas son casi siempre tambien antieroménticos. A exp respecto serd sufciente recurrir a nombres como los de los fanceses Lag serre,Selldre y Benda o al ejemplo de crtico americano Irving Babb que en su obra significtivamente titulada ‘The New Laokoon, que ta, dela iteraturayel ate de nesto vem frmulé ausaions il fas las promunciadas en oto de su ios ms flebes, Reuse ad capfruLo cuaRro AGONISMO ¥ FUTURISMO 1. Nihilismo Después de un largo paréntesis, volvemos a tomar ahora, en el mismo punto en que fue dejada, la ipologia de los estados de dnimo de vanguar- Fi, y continuaremos tatindola a partir de lo que llamamos el momento tihilstico o nihilismo, Tal vez no sea indil decir que este cérmino (no fnenas que otras f6rmulas semejantes aqui usacas, aunque de apariencia nis inocua) queda entendido exento enteramente de connozacién dero- ria: su misiOn es la de aludi, en forma puramente descriptiva, a un eterminado estado de dnimo: no la de juzgarlo ni mucho menos conde parlo. Ast, pues, volvemos, en el fondo, al uso originario del vocablo, que fue acufado por el orientalista francés Bournouf para traducir sin co- mentario el concepto filosdfico de nirvana. Es cierto que Turguéniey usé Iuego este término cn sentido bien diferente y le hizo asumis, en Rusia y fucra de Rusia, el significado de terrorismo o de radicalismo intelectual extremo. Aqui nihilismo se emplea, sin amor y sin odio, slo para indicar tana caractcristica forma mentis, y nada més Sila esencia del momento activista es obrar por el gusto de obrar, y la del momento antagonista la de obrar en el sentido de una reaccidn nega- tiva, la del momento nihilista es aleanzar la inacci6n a través de la accion, {50 es trabajar no para construir, sino para destruir. No hay movimiento de vanguardia en el que esta tendencia no se manificste al menos parte, mas alli o mas acd de los impulsos activistas y antagonistas. En el Futurismo italiano tales impulsos se revelan como los més profundos 7 Agonismo y faturismo y auténticos; pero en ellos mismos aparece también el estimulo dey “destruccién nihilista. Ast, por ejemplo, tal estimulo se delaca o més big se expresa en el titulo HI incendiario, impuesto por Marinett ala pring ra edicién de las poesias de Palazzeschi, que hoy dia nos parecen a crepusculares que futuristas. En cuanto al Futurismo ruso, baste deg que en el seno del movimiento cristalizé, por un instante, una corti te 0 grupo cuyos miembros se llamaron nicevoki, que quiere decis parecido a “los de la nada’; y que més tarde Maiakovski dio ext expresién nihilista a la tendencia antipasatista y al culto vanguardistad Ia tabula rasa cuando dijo: “yo escribo nibil sobre toda cosa hecha ante El mismo estado de énimo se manifesté en forma aguda en el Vorticiamg inglés, cuyo drgano, que tuvo una vida muy breve, tomé el signfigy tivo nombre de The Blast, conferido por el mismo Windham Lewis qu Tuego dio a sus memorias literarias el titulo no menos sugestivo de Blip ting and Bombardiering. Pero tal vex en ningin movimiento la tendent cia nihilista obré como condicién psiquica primordial, ni menos tinigg como en el caso del Dadaismo, en el que llegé a asumir la forma de ung puerilidad intransigente, de un extremado infantilismo. De este aspect complementario y particular se hablar en momento oporcuno, augue ya haya sido sefialado desde otros puntos de vista: por ahora basta dejar establecida la existencia de un nibilismo y de un infantilism enk mentalidad vanguardista, que obran en funcién reciproca, Por lo demig como la psicologfa préetica nos ensefia, el gusto de la destruccién par ser innato en el nifo. Sea como sea, queda sin mas probado que la tendencia nihilista su estado puro alcanza el maximo grado de intensidad y variedad end movimiento que tomé el nombre de Dadaismo. En el fondo, la pos cidn dadaista no consist inicialmente més que en la repeticién, y endl desarrollo a ultranza, de un motivo ya formulado al final de su carte poética por el gran abanderado del vanguardismo contempordneo, AR thur Rimbaud; “hoy dia odio los impulsos misticos y las originalidads estlisticas. Maintenant je sais que Vart et une sottise”. En un sentido y opuesto a [a negacién de Rimbaud, el mismo nihil 1a5 no es especificamente literario y estético, sino ml bien actitud radical y coralicaria, integral y metafisica que envuclv€ i sélo un programa de accién, sino hasta la razén de ser del movimientt “Dada no significa nada", declaré Tristan Tzara, y esta afirmacién 0 72 Nikilismo Gra se hace indudablemente extensa a valores més sutanciales que el ple nombre. “Hay un gran cabajo destructivo,negativo por cumpli teks limpiat, se lee dems en un manifiest del fundador del movi- mifeno. Fate y otros manifiestos dadaistas proclaman una actitud de ni- filismo coral, tanto frente al arte en general, mediante la fSrmula dela Mboicién dela creacién’, como frente al arte de vanguardia mismo, me- iatela ora formula andloga de a “abolicién del futuro”, eso es de aquel fate porvenirista predilecro no sélo del Futurism, sino de la vanguardia satanque muchos exdada(stas proresten contra la historia del movi- iento que Gcorges Ribemont-Dessaignes compuso para la Nouvelle Ree Francaise, el autor tenia razdn al afirmar que “la accién de Dada fue una sublevacién contra el arte, contra la moral, contra la sociedad”, Lo que demucstra una vez més cémo ideologia y psicologia son facto- tes igualmente importantes en el espircu del arce de vanguardia que la ettcay Ia postiea. Al fin, un observador sin prejulcios como André Gide, juzg6 cl Dadaismo, que sus mismos propugnadores habian de Finido “empresa de demolicién’ como “empresa de negacién”: demo- Ticién y negacién que hicieron extensiva a todos los valores humanos, eS por cl culo Ze Cannibal dado a uno de los Sreanos del fnovimiento Bi nihilismo vanguardista no se agor en el Dadaismo: como este movimiento habia, al menos en parte, heredado su tendencia del Futu- tismo, asi la transfirié a su vez casi intacta al movimiento surrealista. No Bepnetetario decir que todavia sobrevive, en un estado més o menos en- démico y latente, en las més recientes expetiencias vanguardistas. Bastard para probar tal supervivencia sefialar que una pequesia revista, fundada hace unos afios por un grupo de jévenes escritores americanos, asumié {como ensefa el titulo lacénico y significativo de Zero, La continuidad de permanencia de la tendencia nihilista no queda negada, sino por el con- ttatio confirmada, por su capacidad de transformarse en mil aspectos, orsus metamorfosis en negaciones de indole escéptica y cfnica, como eurtié en cl caso de los Surrealistas, que proclamaron mas de una ver, on palabras de su jefe André Breton, “El sentido de la inucilidad teatral YY sin alegria de todo”. La actitud nihilista tuvo también naturalmente Sus inmediatos y espontineos reflejos estéticos, entre los cuales figuré la Hagen denigrente, de la que hablaremos en otro contexco: forma ins 73

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