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Masoneria y socialismo en la historiografia italiana SERGIO GoRETTI Florencia I. MASONERIA-SOCIALISMO: UN ACCIDENTADO RECORRIDO- HISTORICO Los trabajos cientificos y rigurosos acerca de la francmasonerfa no abundan en Italia; puede incluso afirmarse que la Orden constituye uno de los sectores menos conocidos y estudiados de la sociedad italiana. Sobre este desapego historiografico han pesado los prejuicios de cuantos, por razo- nes ideoldgicas o intereses partidistas, redujeron la masonerfa a una mera facci6n politica, que al azar de los tiempos iba adquiriendo, segiin ellos, los rasgos de un partido o hasta superpartido al servicio de grupos de poder més 0 menos ocultos. Asf, la persistente identificacién de la masoneria con la historia politica italiana ha venido alimentando el mito del desvio estruc- tural de las logias masénicas y reforzando el antimasonismo de amplias es- feras de la cultura sensibles a las opiniones, hoy superadas, de Benedetto Croce 0 Antonio Gramsci. Buena parte de la historiografia del movimiento obrero y socialista ita- liano no logra tampoco sustraerse a ese clima de rastrero antimasonismo. Como se desprende de un andlisis sumario de los estudios més destacados de los historiadores del socialismo, aun obras rigurosamente documentadas evitan a menudo profundizar en la relaci6n entre masonerfa y socialismo y, cuando tratan ese tema, se limitan a indicar la pertenencia de tal o cual per- sonaje a la Orden o a poner de manifiesto la degeneracién provocada por supuestas intrigas mas6nicas, como para justificar de esta manera la tan ca- careada incompatibilidad entre la afiliacién al partido socialista 0 comunista y el uso de la escuadra y el compas. Con todo, si la clave de la emancipacién del trabajo mediante la ruptu- ra de sus vinculos con el capital se buscaba, al decir de Proudhon, en la iniciacién y los grados mas6nicos, los lazos entre socialismo y masonerfa 209 no podian ser efimeros ni superficiales, y menos todavia conflictivos, como sostenfa Niccold Lo Savio, precursor del socialismo durante el primer dece- nio postunitario, en las paginas del periédico oficial de la resurgida institu- cién masénica nacional’. Pese a su identidad de principios, convergentes en la triple divisa Libertad-Igualdad-Fraternidad, las relaciones entre una Orden dedicada a educar y elevar moralmente al hombre en el seno de la logia por medio del trabajo masénico, para luego trasladar esa experiencia al «mundo profano», y un movimiento politico-ideolégico destinado a realizar la liberacién y emancipacion de toda Ia clase obrera, ya por métodos revo- lucionarios, ya con reformas graduales, darfan origen a un itinerario hist6ri- co sembrado de obstdculos e incomprensiones. De este recorrido plurisecular que, aunque silenciado por las obras de historia general de la Italia moderna y contempordnea, ha dejado un profun- do rastro democratico y progresista en la sociedad italiana, trataremos de descubrir las etapas significativas mediante el examen, sin duda incompleto, de la copiosa historiografia del movimiento socialista. Hemos querido tam- bién dar especial relieve a los documentos historiograficos més recientes so- bre Ia masonerfa, en los que se aprecia un importante esfuerzo por consti- tuir una auténtica «masonograffa». II. DEL IGUALITARISMO DEL SIGLO XVIII A LOS PRIMEROS ANOS DEL RISORGIMENTO Las primeras afinidades entre la Masonerfa especulativa surgida con la fundacién de la Gran Logia de Londres en 1717, algunos tedricos, moralis- tas y criticos del antiguo régimen y las corrientes ideoldgicas de contenido utdpico 0 comunitarista propias del siglo XVIII han sido sefialadas por au- tores como Carlo Francovich, que desde los afios cincuenta se dedicé al es- tudio del sectarismo italiano del siglo XVII, Renzo De Felice, mas conoci- do por sus numerosos estudios sobre el fascismo, y actualmente el historiador florentino Giorgio Spini En su reciente ensayo Le origini del socialismo (ed. Einaudi, Turfn 1992), Spini evoca, partiendo de los albores del siglo XVI cuando salié a luz la Utopia de Tomas Moro, el largo camino histérico hacia el socialismo hasta Hegar a la primera mitad del siglo XIX, en que se difunde el uso del término «socialista» (1827) y tiene lugar Ia primera participacin de socia- listas en un gobierno, el de la segunda repdblica francesa (1848). En esta esmerada y documentada reconstruccién de la «larga marcha» que preludia la lucha de clases entre capital y trabajo, se presta particular atencién, por vez primera en una historia del movimiento socialista, al papel «tevolucio- 1, Cf. N, Lo SALvi0, «Ufficio e avvenire della Massoneria dedotti dalla sua dottrina filosofica sociale», en Bollettino del Grande Oriente della Massoneria in Italia, Florencia, Tipografia di G. Mariani, 1869, a. IV, vol. Il, pp. 529-537. 210 nario» de los Iluminados de Adam Weishaupt en la persecucién de ideales de igualdad y libertad no distintos de los de Rousseau y Mably y a la estre- cha correlacién de aquella sociedad con 1a Masoneria, en la que los Tlumi- nados se integraron y Ilegaron a ostentar los grados més altos?. ‘Adn mas profundo es el estudio de Renzo De Felice sobre el iluminis- mo en la época de la Revolucion francesa: Note e ricerche sugli «Illumina- tiv e il misticismo rivoluzionario (Roma 1960). Por « que predicarfan més adelante hombres como Edmondo De Amicis y Camillo Prampolini. El so- ciélogo alemdn, sin embargo, no alude en ningtin momento a Ia afiliacién masénica del Héroe de los Dos Mundos, aunque afirma que éste «era socia- lista s6lo por cuanto continuaba persiguiendo la finalidad de todo el movi- miento socialista, 0 sea la emancipacin del proletariado» 4, finalidad evi- dentemente inspirada por el cosmopolitismo de la fraternidad masénica's. En cuanto a los autores que han sefialado la pertenencia a la Orden masénica de personajes como Bakunin 0 Niccolo Lo Salvio, uno de los principales es Aldo Romano, que en su amplia y bien documentada Storia Yel movimento socialista in Italia, cuya primera edicin salié a luz en 1954, ‘alude a los contactos mas6nicos de Bakunin —reduciendo por lo demas a sus justas proporciones el papel que Nello Rosselli le habfa asignado en la creacién del movimiento socialista italiano—, de Lo Salvio y del grupo de hermanos» demécratas de Napoles cuya actividad politica es explicable si ‘ese encuadra en la mas general de la masonerfa, del partido de accién y del mazzinismo»'®, A propsito de los estrechos lazos que existian entre el am- 12, Ibid. p. 196-197, 13, A. ANGIOLIN, Socialismo e socialisti in Italia, introduce. de Paolo Spriano, Ed. Riuniti 1966 (1. ed. Florencia, Nerbini, 1900), p. 55. 14. R. MicHELS, «L’episodio socialistico di Giuseppe Garibaldi», en Storia critica del movi- mento socialista italiano fino al 1911, Roma, It Poligono, 1979, p. 35-40 (1.* ed. Florencia, La Voce, 1926). 15, Sobre Garibaldi y sus afinidades con el socialismo y Ia Masonerfa cf. ALDO A. MoLa, Ga- ribaldi vivo, prélogo de G. Lagorio, Milén, G. Mazzotta Ed.,1982; del mismo autor, ef. también los fartculos «Garibaldi ¢ la Massoneria», en Garibaldi cento anni dopo, Florencia, Le Monnier, 1983, J ™. FI congreso socialista de Reggio Emilia (1912), en el que se debatié la cuestién de la incompatibilidad entre las dos afiliaciones, y el de Ancona (1914), donde los masones fueron expulsados del partido, constituyen los momentos de mayor interés para Ia historiografia del socialismo. Del prime- fo trata, con alguna que otra inexactitud, Giacomo Perticone en su Storia Yel socialismo®, mientras Luigi Cortesi y Ernesto Ragioneri hacen hincapié en la figura del «hermano» Giovanni Lerda, candidato a la secretarfa del partido y a la direcciGn del periddico Avanti!, quien, para protestar contra la rotitud antimasonica que habfan dejado traslucir los debates que acababa de presenciar, anuncié su dimisién del partido y abandoné inmediatamente 1a asamblea™. Sobre el congreso socialista de Ancona, donde la cuestin masOnica qued6 resuelta con el triunfo cuasi plebiscitario de un orden del dia, deposi: tado por Zibordi-Mussolini, que expulsaba del partido a los masones por considerar la masonerfa como «promotora de mescolanzas y contubernios politicos perjudiciales a la clara fisonomfa del partido», han escrito numero- 20, Cf. M. DeoLiNNoceNTr, «lL iano (op. cit.), vol. I, pp. 271-273. 21. Cf. G. ARF, Storia del socialismo italiano (1892-1926), Turin, Einaudi, 1977, p. 179 (1 ed, 1968), Por Io demés, en toda esta obra no aparece ninguna otra alusién a las relaciones entre socialismo y masonerta. 22, Cf. G. Gat, Storia del soctalismo italiano, Bari, Laterca, 1983 (1.* ed. 1980). En realidad fueron dos los Srdenes del dia sobre 1a Masonerfa, presentados respectivamente por Reina y Mon Golfo y depositados en la presidencia del congreso para que Ia nueva direccién los sometiera a refs féndum entre los afiiados al partido (ALDO CHIARLE, Massoneria e socialismo, Savona, Liguria Oggi, 1980, pp. 8-9). 23. Cf. G. PERTICONE, Storia del socialismo, Roma, Ediz. Leonardo, 1945. Refiriéndose a la aprobacién del documento que decidia la expulsién del sector reformista, erréneamente identficado con 1a Masonerfa, el autor declara que «el orden del dia de Mussolini lograba una aplastante mayo- tf, determinando asf la nueva orientacién antidemocritica y antimasnica del partido; en cuanto, a a mocién propiamente antimasénica fue presentada por Nino Mazzoni (cf. A. CHIARLE, op. cit. pp. 9-11). 24. Cf. L. Contest, I! socialismo italiano tra riforme e rivoluzione - Dibattiti congressuali det PSI 1892-192], Bari, Laterza, 1969, p. 491; E, RAGIONIERL, II movimento socialista in Halla (1850- 1922), Milén, Teti Ed., 1976. 1h del riformismo (1900-1911)», en Storia del socialismo ita- 216 sos autores con diferentes intenciones y métodos de andlisis. Luigi Cortesi, en su valiosa historia del socialismo a través de los debates de sus congre- sos, declara que en Ancona se resolvié un problema ya antiguo cuya impor- tancia se reflejaba en el mimero y entidad de los socialistas masones que ocupaban altos cargos en el partido, citando entre éstos a Lerda, Soglia, Poggi, Raimondo y Fioritto; el referendum que acabé con dicho problema, afiade, «se desarrollé en la base, pero mds de la mitad de los inscritos no participaron en él, clara sefial de que la cuestién ataiifa sobre todo a las ins- tancias dirigentes y en la misma medida a una y otra corriente, las cuales se mostraban por igual deseosas de quitar de en medio a la masonerfa»™. Afirma también Maurizio Degl’Innocenti que el voto de incompatibilidad, ademés de provocar la dimisién de Lerda y otros, «entre los cuales muchos de los que darfan origen al socialismo ‘auténomo’ que habja de intervenir en el conflicto mundial», significé la conclusion «de una fase de bloques y colaboraciones que, especialmente en el plano local, venfa desde hacfa mu- cho caracterizando el movimiento socialista italiano en la era de Giolitti»®. Resulta curiosa, en cambio, la interpretacin que se da del congreso de Ancona en un reciente trabajo de Antonio Landolfi, donde leemos: «La de- claracién de incompatibilidad entre pertenencia a la masonerfa y militancia socialista representaba a todas luces un ataque contra los sectores “giolittis- tas’ y contra la monarqufa misma, siendo conocida, indiscutiblemente (sic!), la pertenencia del propio Victor Manuel III a la organizacién mas6- nica»??. Ignoramos de qué fuente habra sacado el autor la «indiscutible» ad- hesion mas6nica del rey, pero no nos asombra demasiado en vista de los numerosos testimonios que se refieren a la masonerfa «de ofdas» y dan por ciertas tales o cuales afiliaciones sin ninguna base ni documentacién hist6- rica. Tampoco parece que hayan sido atin superadas las contradicciones de Gramsci, que identificaba la masonerfa con el partido burgués y en cuya fuente han bebido historiadores antiguos y modernos —no sdlo de ideologia marxista*— para lanzar interpretaciones que atribuyen a la Orden masénica propésitos predominantemente partidistas 25. L. CorTES!, op. cit. p. 560. 26. M. DEGLINNOCENTI, «La crisi del riformismo ¢ gli intransigenti (1911-1914)», en Storia del socialismo italiano (op. cit), vol. Il, p. 429. Lo mismo afirma Z, Ciurrouetnt en Storia del PSI, Bari, Laterza, 1992, p. 448. 27. A. Lanpotrt, Storia del PSI ~ Cento anni di socialismo in Talia, Milén, Sugarco, 1990, p. 47. 28. Refiriéndose a la época de Giolitti, Emesto Ragionieri escribfa que «en realidad, el verda- dero y auténtico partido de la burguesia italiana segufa siendo la masonerfa... Como en tiempos de Crispi, 1a masonerfa iba extendiendo su esfera de influencia més alld del émbito estrictamente gu- bernamental, para afirmarse como lazo de unién ideal y politico de la burguesfa en un sentido bas- tante mas amplio» (E. RAGIONIERL, «La storia politica € sociale», en Storia d'Italia, Turin, Einaudi, 1976, vo 1. IV, p. 1935) Z. ClurFOLETTI, en el volumen de la serie sobre la historia del partido socialista editado con ocasién del centenario de su fundacién, dedica s6lo un par de péginas a las 217 Merecen sefialarse a este respecto algunos pasajes que figuran bajo la voz Masonerfa en una enciclopedia del socialismo y comunismo dirigida por Giulio Trevisani, los cuales ayudarén a comprender la interpretacién Xclasista» de la presencia masGnica en Italia: «..Jlograda la unidad de Italia en 1870, la masonerfa daba por cumplido su deber patridtico. Siendo como habfa sido siempre reflejo de las clases intelectuales y burguesas, no se pro- puso imprimir a su programa humanitario una direccién social, permane- biendo estrechamente ligada a la plataforma de intereses capitalistas; desem- pefié en cambio una funcién importante como centro unificador de las Puevas clases dominantes y fue el nico verdadero partido unitario de la burguesfa italiana, partido de un tipo particular, misterioso, que movia los hilos del aparato dirigente del Estado esforzéndose por colocar en los pues- tos estatales de confianza a hombres fieles a la nueva clase». Nada tiene pues de extrafio que un historiador de la escuela marxista como Emesto Ra~ gionieri haya dicho que «es obviamente incompatible la condicién de masén con la de miembro del partido comunista»”®. Rastros de antiguos prejuicios relativos a oscuras tramas y conspiracio- nes aparecen también en trabajos recientes, por lo demds de notable valor historico. Tal sucede con Giovanni Sabbatucci cuando, refiriéndose al aten- tado contra Mussolini proyectado en 1925 por Tito Zaniboni, miembro no- torio de la masonerfa, declara que «un intento de crear una organizacin de claro cardcter subversivo se dio bajo la égida de la masoneria y tuvo por protagonistas al general Luigi Capello y al ex diputado unitario Tito Zani- boni>2, siendo asf que tal conspiracién, con toda probabilidad ajena al Gran Oriente del Palacio Giustiniani, era bien conocida por la policia fas- cista y que todo aquel episodio sirvié de excusa a Mussolini para hacer aprobar una serie de medidas legislativas que restringfan las libertades y el derecho de asociacién; por otra parte, tampoco ha sido probada la participa- cién del general Capello en dicho proyecto. relaciones entre masonerfa y socialismo enfocadas con arreglo a los debates del congreso de Anco fa. La actuacién masdnica en la Italia liberal se evalia en funcién de a composicién del cuerpo sociativo (clases medias urbanas, en especial profesionales y técnicas, presentes en la logia junto Gon elementos generalmente en posesi6n de grados o diplomas universitarios) y de la eapacidad de {nfiltracin politica en los «partidos de Ia democracia», desde los radicales hasta los socialistas de fas diversas corrientes, a través de los cuales Ia Orden «ejercia en los ambientes democriticos un poder real de influencia y control», sirviendo ast de «eje de la dinémica del sistema politico y fac- for de integracién y unién entre la sociedad y el Estado» (Storia del PSI, vol 1, pp. 430-451). Tat poco aporta novedades de peso la obra de RENATO ZANGHERI, Storia del socialismo italiano, vol. 1. Turin, Einaudi 1993.- La idea de la Masoneria como acclito de la burguesfa se repite, con relacién ata época de Lemmi, en el libro de FULVIO Conn}, Laicismo ¢ democrazia - La massoneria in Tos- cana dopo I'Unita (1860-1900), prefacio de G. Spadolini, Florencia, C.E.T., 1990. 29. E. RaGIoNIERI, I! movimento socialista in Italia, op. cit, 30\G. SaBBATUCCT, «I socialisti nella crisi dello stato liberale (1918-1926)», en Storia del so- cialismo italiano, op. cit, vol. IIL, pp. 388-389. 218 Vv. CONCLUSIONES Si es cierto que, tocante al tema de las relaciones entre socialismo y masonerfa, los historiadores del movimiento socialista siguen manteniéndose en un terreno caracterizado mas por prejuicios caducos que por estudios ri- gurosos, también lo es que, en las obras que constituyen las piedras angula- res de la nueva historiografia masénica en Italia —desde el trabajo de Carlo Francovich sobre el siglo XVIII°! hasta el impresionante y documentadfsimo volumen de Aldo A. Mola sobre todos los aspectos de la vida de la Institu- cién masénica italiana—, la investigacién ha ganado no poco en profundi- dad, exactitud y objetividad. Especialmente las paginas de la Storia della Massoneria italiana dalle origini ai nostri giorni, de Mola (ed. Bompiani, Milén 1992), arrojan abun- dante luz sobre los sucesos y personajes que han caracterizado las relacio- nes entre ambas instituciones a partir de la sociedad democritica del Risor- gimento, campo de cultivo de los precursores del socialismo italiano salidos, muchos de ellos, de 1a escuela de Pisacane y muchos también masones. El internacionalismo masénico de Garibaldi, el protosocialismo de Luigi Pian- ciani, la intensa compenetracién entre logias masGnicas y secciones socialis- tas en las provincias meridionales, son otros tantos temas que el mismo au- tor ha venido desarrollando en articulos y obras colectivas que completan su monumental Storia**. Esta pone también de relieve los momentos y motivos de reciproca integracién entre masonerfa y socialismo —cuyos primeros in- dicios fueron las orientaciones del Gran Maestre Adriano Lemmi hacia la cuestién social, la maduracién del pensamiento de Andrea Costa, Enrico Malatesta y Antonio Labriola en las logias, el apoyo del Gran Maestre Er- nesto Nathan a las luchas por las reformas econdmicas y sociales, la afluen- cia de socialistas a las logias durante las represiones de fines de siglo y la participacién comtin en los bloques populares durante la época de Giolit- ti, asf como las ocasiones cada vez més numerosas de enfrentamiento a medida que cobraba fuerza dentro del partido socialista el sector intransi- gente y revolucionario®. Asf, «la disputa sobre las relaciones entre la Vera Luce y el PSI tenfa por meta conocer a fondo la humillante instrumentaliza- cién de cuantos habrfan hecho de las mismas un arma para llevar adelante la pretendida ‘regeneracién del partido’. Tal era el caso del entonces revolu- 31. Cf. C, FRANCOVICH Storia della Massoneria in Italia - Dalle origini alla Rivoluzione fran- cese, Florencia, La Nuova Italia, 1974. 32. De ALDo A. Mota, ef. «Il massonismo di Pianciani», tomado de Luigi Pianciani tra rifor- ‘me € rivoluzione, Universita degli Studi di Perugia, 1992; «Massoneria ¢ socialismo nel Mezzogior- no», en I! socialismo nel Mezzogiorno d'Italia, 1892-1926, a cargo de G. Cingari y S. Fedele, Roma - Bari, 1992. 33. Sobre las relaciones entre masonerfa y socialismo a principios del siglo actual cf. también el articulo de Ivo BIAGIANTI, «Massoneria e socialismo nell’eta giolittiana: il caso di Giovanni Mer- oni», en La liberazione d'Italia opera della Massoneria, a cargo de Aldo A. Mola, Foggia, Basto- ai, 1990. 219 cionario Benito Mussolini, que desde el congreso de Bolonia (1904) venia incitando a adoptar la ‘medida heroica’ de ‘obligar a los masones a salir del partido’»*. La hostilidad de los socialistas para con la masonerfa, ratificada por la declaracin de incompatibilidad en el congreso de Ancona, persistié también durante la guerra y la ascensién del fascismo, pese a que —como recuerda Mola— los masons fueron numerosos primero en la Uni6n Socialista Ita- liana dirigida por Bissolati, luego en el Partido Socialista Reformista y fi- nalmente en la Concentraci6n antifascista. La incompatibilidad entré la i cripcidn en el partido y Ia afiliacién a la masonerfa quedarfa suprimida més adelante, en el congreso socialista de 1945, a propuesta de los socialdemé- cratas*>. + ‘Todo ello a fin de «teconstruir los procesos hist6ricos en su efectividad y en la plenitud de sus auténticos protagonistas»**. Siguiendo la metodologia indicada por obras como 1a de Mola, que marcan el comienzo de una auténtica historiografia de la Masonerfa, un es- tudio general de las relaciones entre la Orden y el socialismo contribuiria atin mas al conocimiento de la vida ya plurisecular de la francmasonerfa italiana, una vida lena de contrastes, compleja y todavia hoy dificil. EI centenario del nacimiento del Partido Socialista Italiano, celebrado sin gran pompa por razones evidentes, no ha aportado nada significativo en el plano de la reflexi6n historiogréfica; si no de una clara actitud antimas6- nica, puede hablarse de un persistente desinterés y desinformacién en torno a los acontecimientos que conciernen especificamente a 1a masoneria. Podfa ese centenario, al contrario, haber sido la ocasién propicia para poner seria y objetivamente en claro las relaciones entre Ja institucién ma- s6nica italiana y los partidos de la izquierda hist6rica —socialistas, social- demécratas, comunistas—, en los cuales, por otra parte, hubo tantos maso- nes*7, y liberar la historiograffa, por fin, de los sempiternos ecos de antiguos prejuicios y combates ideoldgicos en una época en que las ideolo- gfas estan ya trasnochadas. 34. Abo A. Mota, Storia della Massoneria italiana dalle origini ai nostri giorni, Milén, Bompiani, 1+ ed. 1992, p. 370. 35. Ibid., p. 700. 36, AuDo A. Mota, «Come si studia la storia della Massoneria», en AA. VV. La Libera Mu- ratoria, Milin, Sugarco, 1978, p. 310. 37. La constante presencia de miembros de los partidos de inspiraci6n socialista en las logias es notoria y se halla bien documentada, Entre los Grandes Maestres del Gran Oriente de Ttalia esta- ban inseritos en el PSDI Giordano Gamberini y en el PSI Ugo Lenzi y Lino Salvini, asf como nu- ‘merosos miembros de los érganos dirigentes de Ia Orden.- A la logia clandestina creada en la isla de Ponza por exiliados politicos del periodo fascista se afili6 el comunista Silvio Campanile; en ‘cuanto a Brunno Sonnino, comunista e intimo colaborador de Togliatti, de todos era conocida su pertenenicia a la masonerfa (ef. A.A. MoLA, Storia... op. cit., ad indicem). 220

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