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FAR 50 e Dr 4e <3 DOCUMENTO DE TRABAJO EE tana PROGRAMA FLACSO-SANTIAGO DE CHILE Dit ltocece NUMERO 168, Diciembre 1982. O99 34 Alot SOCIEDAD Y NATURALEZA EN AMERICA, 2 LATINA. INCIDENCIA DE LAS IDEOLOGIAS. ENZO FALETTO oe Este trabajo fue escrito a solicitud del CIFCA. (Centro Inter~ — nacional de Formacién én Ciencias Ambientales para paises de habla espafiola). Esta Serie de Documentos es editada por el Programa de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), en Santiago de Chile. Las opiniones que en los documentos sé pre- sentan, asi como-los andlisis e interpretaciones que en ellos Se contienen, son de la responsabilidad exclusiva de’sus au- tores y no refleja necesariamente los puntos de vista de la Facultad. RESUMEN El ensayo pretende dar una visién histérica de la relacién sociedad y naturaleza en las ideologfas latino- americanas. Se intentan analizar los procesos a partir de la conquista de América hasta nuestros dias, Se des- tacan las ideologias réferidas al trabajo, como forma expresiva de la relacién sociedad-naturaleza y las for- mas especificas de constituirse de los sistemas rurales y urbanos y el tipo de relacién entre campo-ciudad que de ahi surjen. ne INDICE INTRODUCCION .. LA CONQUISTA, PRIMERAS ACTITUDES E IDEOLOGIAS .. EL PERIODO COLONIAL ... Sociedad y naturaleza oe La significacién del agro ...... La ciudad ...eeseee LA FORMACION NACIONAL Y LA IDEOLOGIA BURGUESA La transformacién de la economfa ......s6+ Particularidades de la ideologfa burguesa en A, Latina La presencia extranjera en la conduccién @CONEMICA Lessee cece eee set eeeeeereeeeeee LA IDEOLOGIA DEL DESARROLLO Y LA INDUSTRIALIZACION 20 27 33 33 41 47 53 INTRODUCCION Ciertas prevenciones est4n siempre presente cuando se tratan los problemas del medio ambiente en América Latina. Marshall Wolfe */hace referencia a ellas sefialando el énfasis que a menudo se pone en diferenciar la forma como éstos se presentan en América Latina, respecto a los paises industria- lizados. Apunta adem4s que a menudo asiste 1a sospecha de que relevar el tema es una forma de desviar la atencién de otros problemas més acuciantes, y que incluso quiz4s sea un artilugio para evitar el desarrollo del Tercer Mundo, Como parte de las precauciones aparece también el esfuerzo por re- definir el concepto de medio ambiente, haciéndolo més Gtil para una reafirmacién de las argumentaciones en pro de mejo- ves condiciones de intercambio y asistencia para la regién. Respecto a la aceptacién del tema, sefiala que ésta se- ria mis factible en paises de América Latina que tienen pro- cesos de r&pida urbanizacién e industrializacién, como México, Brasil y Venezuela. Ah{ los problemas ambientales se intensi- fican y tienen efectos directos sobre 1a poblacién, Se re- quiere adem4s que ésta sea capaz de hacer que sus intereses se consideren. Siendo estos hechos reales, la. ideologia dominante, re~ ferida al modo como se considera 1a naturaleza y, muy espe- cialmente, al tipo de relacién que se establece entre la so- eciedad y la naturaleza, influye decididamente sobre la impor- tancia mayor o menor -o incluso el desdén- con que se puede enfrentar el tema, */ Wolfe, Marshall. Perspectivas del medio ambiente en la pa- lestra politica, en Estilos de desarrollo y medio ambiente en la América Latina. Fondo de Cultura Econémica. México, 1980, 0.Sunkel y N.Gligo, comp. AGn asumido el problema, las ideologias determinan el mo- do como se enfrenta, qué es prioritario y qué no lo es, cud- les son las opciones y alternativas frente a €1, £1 propési- to'de este ensayo es, poner de relieve, aunque todavia de ma- neva muy’insuficiente, 1a forma ideolégica con que la relacién sociedad naturaleza es pensada. El proyecto “Estilos de Desarrollo y Medio Ambiente en América Latina", y el seminario del mismo nombre realizado en noviembre de 1979 en Santiago de Chile, auspiciados por la Co- nisién Econémica para América Latina (CEPAL) y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), cuyos tra- bajos fueron publicados en una seleccién de Osvaldo Sunkel y Nicolo Gligo */, constituyen el mayor esfuerzo y el m4s logra- do para abordar, en sus ms distintas facetas, el tema en la vegién, Todos los trabajos ahi contenidos han influido en este ensayo y muy especialmente la "Introduccién" de Osvaldo Sun- kel y las "Notas sobre la historia ecolégica de la América Latina" de Nicolo Gligo y Jorge Morello. Se ha acentuado aqui una visién histérica porque ‘nos asiste el convencimiento de que es imprescindible para la com- prensién de 1a ideologia respecto a la relacién Sociedad y Na- turaleza. Los problemas referidos al trabajo, la manera como éste es valorado y se constituye en una relacién social, es tema #/ Osvaldo Sunkel, Nicolo Gligo, (comp.) Estilos de desarrollo y medio ambiente en la América Latina. Fondo de Cultura Eco- némica, México 1980. privilegiado en nuestro enfoque. E1 trabajo constituye en la perspectiva adoptada, uno de los mcdes ms expresivos en que la relacién sociedad-naturaleza tiene lugar. También se ha intentado mostrar las formas’ especificas de constituirse de los sistemas rurales y urbanos y el tipo de relacién campo- ciudad que de ahf surgen. Muchas otras indicaciones aparecen en el texto, pero en todos los casos ha predominado mas el affn de insinuar que el de un tratamiento riguroso de los te~ mas. Es necesario advertir que se han limitado las considera- ciones a lo que se puede llamar América hispana, excluyéndose al Brasil y otros paises de la regién, con el fin de evitar generalizaciones histéricas demasiado apresuradas. Por Gltimo, le deuda con la bibliograffa utilizada es mu- cho mayor que lo que 1a pobreza de las referencias de pie de . ‘3 : pagina dan cuenta */, y clevo est& que la bibliografia dis- ta mucho de ser completa. 4/ Las notas s6lo indican la bibliogrefia, hay mucho de ellas incorporado al texto sin que se sefiale de forma pertinente su utilizacién. -4- LA CONQUISTA, PRIMERAS ACTITUDES E IDEOLOGIAS. La formacién de la ideologia referida a las relaciones entre naturaleza y sociedad, surge en un momento tan lejano comé es el proceso de conquista del "Nuevo Mundo". Gran par- te de los historiadores insisten en el cardcter de "saqueo" que 1a conquista tiene. $i puede haber algo de exagerado en tal acepcién, no obstante describe, aunque sea en parte, algo de la realidad. Las guerras europeas, las campafias de Flandes o de Ita~ lia, ejercieron influencia en la mentalidad de los conquista- dores, muchos de ellos aspiraron a un r pido enriquecimiento, lo cual los 1levaba a explotar -muchas veces sin taza ni me- dida- a la poblacién indigena, como también la riqueza de las nuevas tierras conquistadas. El carfcter de campafia r4épida, victoriosa y enriquecedo- ra, se afirmaba en el propésito de regresar a la "civiliza- cién" para poder disfrutar ahi del fruto de los trabajos y esfuerzos ralizados. Es comin que no exista, por lo menos en la intencién, 1a idea de "afincamiento", lo que dio origen @ una especial relacién con 1a naturaleza: es necesario "Lle- narse e irse", lo que implica que "no se es de ahi", que sdlo se est& de paso, En la América hispana el conquistador adquiere ciertos rasgos que transmitiraé, una avidez por la ganancia r4pida, un cierto sentido de transitoriedad y, por ende, una tendencia a la imprevisién. Al principio, para la mayorfa, América es sdlo el lugar que permitir4 dar el salto para regresar triunfante al viejo continente. Ese objetivo, hacerse rico y regresar, que per- manece hasta nuestros dias en la frase "hacerse la América", obliga a forzar el trabajo de los indigenas, a obtener lo m4ximo posible de la mina o de la tierra, sin detenerse a pen- sar demasiado si la veta o 1a tierra se agotaran en un futuro préximo. Las leyendas de riquezas fabulosas, 10s sofiados "el do- rado", donde el oro siempre est& o "mas al norte" o "més al sur", son acicate, pero también, expresién de esa mentalidad. Por lo dem4s actfa entre los conquistadores el deseo de ser siempre el primero o uno de los primeros, esto es patente en Hernan Cortéz, en Pedro de Valdivia, Diego de Almagro y tantos otros. Tal afan, suscitaba siempre nuevas vocaciones de con- quista, Nadie se estimaba plenamente satisfecho si no se con- taba entre los principales beneficiados. fe El apoderarse de la riqueza de las Indias estaba legiti- mado, se le consideraba justa compensacién al esfuerzo evan- gelizador de los espafioles. : an 4 una leyenda que figura en ‘el Anénimo de Yucay de 1571 */ pone de relieve varias de las legitimaciones ideolégicas de este apoderarse de riquezas. "Un padre que tena dos hijas, la una (los espafioles) muy blanca, lena de gracia y donaires no tenia nece- 4/ En Carlos Sempat Asadourian. La produccién de la mercancia dinero en la formacién del mercado interno colonial, en En- Sayos sobre el desarrollo econémico de México y Anérica La- tina 1500-1975. E, Flores Cano, comp. F. de CE, México, 1979. -6- sidad de gran dote ya que "poco fue menester para que los apéstoles y varones apostélicos desposarah estas almas con Jesuchristo por la fe del bautismo". En cambio 1a otra, (los in- dios), debido a la misma calidad de criatura de Dios, "para la bien aventuranga capaces deste matrimonio con Jesuchristo, m&s eran feos, résticos, tontos, indviles, lagafiosos y era menestar gran dote, Y asf (Dios) les dio hasta las montafias de oro y plata, tierras fértiles y deleitosa: ubiese gente que por Dios quisiesen ir a esta >» porque a este olor predicacién evangélica y les bautisasen y que- dasen estas almas esposas de Jesuchristo". La riqueza era una recompensa puesta por Dios para mot: var un més alto designio: la evangelizacién, Adem4s, los na~ turales estaban cargados de defectos, lo qe como se ver con frecuencia, hacia justificable el despojo. Pero la conquista pronto empez6 a implicar necesidad de asentamiento, No obstante, esto filtimo siempre estuvo en ten- sién con el af4n de biisqueda de oro. Por ejemplo en la expe- dicién de Pénfilo de Narvéez en 1542 a la Florida, una de las causas de conflicto entre los expedicionarios era; si conven- dria penetrar en el interior del pais en busca de oro o ése- ria mejor colonizar la regién costera practicando la agricul- * tura? a . A pesar de todo, la doctrina oficial era la constitucién de colonias de poblamiento; con ésto se intentaba corregir la continua hufda de los conquistadores tierra adentro, lo que #/ Lafaye, Jacques. Los Conquistadores. Siglo XXI, Edit. México, 1970. 7S implicaba una dispersién que ponfa en peligro la seguridad de los centros principales de la conquista. Los riesgos de la conquista como saqueo, son percibidos por algunos y Fray Bartolomé de Las Casas es el m4s expresivo de ellos. En su "Brevisima relacién de la destruccién de las Indias", expresa por una parte la conciencia de los problemas que se estan constituyendo y, por otra, es una descripcién sin retaceos de la situacién La relacién entre el afén de lucro y el exterminio de los indigenas se hace patente, “La causa porque han muerto y destruido tanto y tales y tan infinito némero de Animas los cristianos, ha sido solamente por tener por su fin Gltimo el oro y henchirse de riquezas en muy breves dias y subir a estados muy altos y sin proporcién de sus personas : ® (conviene a saber) -*/, El affn de lucro y la consiguiente destruccién se acen- tuaban por la docilidad de los indfgenas y la riqueza de la tierra. "por la insaciable codicia y ambicién que han tenido, que ha sido mayor que en el mundo ser pudo, por ser aquellas tierras tan felices y tan ricas, y las gen- tes tan humildes, tan pacientes y tan faciles el su- jetarlas a las cuales no han tenido m&s respeto ni de ellas han hecho m&s cuenta ni estima (hablo con #/ De las Casas, Bartolomé. Brevisima relaci6n de 1a destruceién de las Indiag. Edit. Nascimento S.A., Stgo. de Chile, 1972. verdad por lo que sé y he visto todo el dicho tiempo), no digo que de bestias (porque plugiera a Dios que como a bestias los hubieran tratado y estimado) pero como, a menos que estiercol de las plazas" ~/ La velacién que 1a sociedad y la economia indigena pre- hisp&nica habian establecido con la naturaleza, fue alterada por los espafioles. Aunque en un principio éstos vivieran de la produccién de los indigenas, por la via de exigir mds, em- pezaron a transformar 1a relacién que se mantenia. El propio Las Casas sefiala: "eomenzando los cristianos a tomar las mujeres e hijas de los indios para servirse y usar mal de ellas, y co- merles sus comidas que de sus sudores y trabajos salfan, no content&ndose con.lo que los indios ies daban de su grado, conforme a la facultad que cada uno tenia, que siempre es poca, porque no suelen tener mas de lo que ordinariamente han de menester y hacen con poco traba- jo, y lo que basta para tres cases de a diez, personas cada una, para un mes, come un cristiano y destruye en un dia, y otras muchas fuerzas y violencia y vejacién que les hacian, comenzaron a entender los indios que aquellos hombres no debian de haber venido del cielo" ~/, Salvo en el caso de las civilizaciones indfgenas mas desa~ rrolladas, como las del Perf o México, los indigenas, por lo */ De las Casas, Bartolomé, op.cit. generdl, tenian una economia de consumo reducido, E1 consumo de los espaficles era las més de las veces excesivo para la economia indigena y terminé en muchas ocasiones destruyéndola. Lo sefialado y anatematizado por Las Casas obviamente no era compartido por los encomenderos. Con otros ojos se veia la conquista de las riquezas y de las tierras como también la dominacién de las indfgenas. Lépez de Gémara */, quien narra 1a conquista de México por Cortéz, y hace referencia a la conquista americana en ge~ neral, es quien expresa el punto de vista de los encomenderos. Las hazafias de los conquistadores y 1a evangelizacién llevada a cabo son elementos de la legitimaci6n. “Tanta tierra como llevo dicho, han descubierto, andado y convertido nuestros espafioles en sesenta afios de con- quista. Nunca jam4s rey ni gente anduvo y domind tan- to en tan breve tiempo como 1a nuestra, ni ha hecho ni merecido lo que ella, asi en armas y navegacién, como en la predicacién del Santo Evangelio y conversién de id6latras, por lo cual son los espafioles dignisimos de alabanza en todas las partes del mundo. jBendito sea Dios, que les'dio tal gracia y poder! Haber apartado a los indios del pecado era otra de las legitimaciones, por lo demaS, 1a condicién de pecadores de &stos no los hacia merecedores de las riquezas que pudigran tener. */ Lépez de Gémara, Francisco. Historia General de las Indias. Edit. Iberia. Barcelona. Espafia, 1965. = 10 = "Buena loa y gloria es de nuestros reyes y hombres de Espafia, que hayan hecho a los indios tomar y te- ner un Dios, una fe y un bautismo, y haberles quita- do la idolatria, los sacrificios de hombres, el co- mer carne humana, la sodomia y otros grandes y malos pecados, que nuestro buen Dios, mucho aborrece y castiga, Les han quitado también la mucheduibreé de mujeres, vieja costumbre y deleite en aquellos hom- bres carnales". Junto con "quitaries tan horrendos pecados" introduje- ron mejores usos y costumbres, lo que también legitima el apropiarse de sus riquezas. "Les han mostrado las letras (en otra parte llevado por el entusiasmo sefiala: "les han ensefiado latin y ciencias"), pues sin ellas los hombres son como ani- males, y el uso del hierro que tan necesario es al hombre, as$ mismo les han ensefiado muchas buenas costumbres artes y policia para pasar mejor-la vi- da. Todo lo cual, y hasta cada cosa por sf, vale, sin duda ninguna, mucho més que la pluma, ni las perlas, ni la plata ni el oro que les han tomado, sobre todo porque no'se servian de estos metales en moneda, que es su propio uso y provecho". La velacién de despojopasaba por una forma'de explota- Gién de los indfgenas y esta requerfa de legitimacién. Por lo dem&s era el trabajo indigena el que hacSa posible la apro- piacién de la naturaleza. Incluso cuando se sefala que es ms lo que los espafioles han obtenidd por sw propia industria que lo que han quitado a los naturales, no se puede eludir el efecto que ha tenido la explotacién de los mismos. -u- "Aunque hubiese sido mejor no haberles quitado nada, sino contentarse con lo que sacaban (los espafioles) de las minas, rfos y sepultura. Lo de menos es el oro y la plata (tomadas de los indios), pues pa~ san de sesenta millones (los obtenidos de otra for- ma) ni las perlas ni esmeraldas que han sacado de debajo de la tierra y el agua, en comparacién de lo cual es muy poco el oro y la plata que los indios tenfan. El mal que hay en ello es haber hecho trabajar de- masiado a los indios, en las minas en pesquerfa de perlas y en las cargas". Es de interés que para L6pez de Gémara, lo que expone son "hechos" y no intentos de justificacién. Como lo seflala "Yo escribo solo y brevemente 1a conquista de Indias, quien quisiera ver la justificacién de ella, lea al doctor Sepfilveda, cronista del Emperador, que la escribié en latin doctisimamente. Y asi que- daré satisfecho del todo", La relacién con el Nuevo Mundo es por tanto una ‘relacién de conquista y este hecho establecié 1a ideologfa que vincula a la sociedad conquistadora con la naturaleza que se les ofre- ce. Como se ha tratado de mostrar esta relacién entre socie- dad y naturaleza estd mediada por el sometimiento y Conquista de los indSgenas. En la exortacién que el mismo Lépez de GSmara atribuye a Cortéz, para motivar a sus soldados a la aventura de la con- quista de México, se ponen de relieve los aspectos sefialados "Si llegamos (a México), como espero en Dios nuestro Sefior, no sélo ganaremos para nuestro Emperador y rey natural rica tierra, grandes reinos, infihitos vasallos, sino también para nosotros mismos, muchas riquezas, oro, plata, piedras, perlas y otros haberes; y aparte es- to, la mayor honra y prez que hasta nuestros tiempos, no digo nuestra nacién, sino ninguna otra gan6; porque cuanto mayor rey es éste tras del que andamos (Moctezuma), cuanta m&s ancha tierra, cuanto més enemigos, tanto es mayor nuestra gloria y no habéis ofdo decir que cuan- : . to mas moros, m&s ganancia? a EL PERIODO COLONIAL La comprensién de las ideologias respecto a la relacién sociedad-naturaleza pasa por el anélisis de las modalidades de la accién econémica, preferentemente agricultura y mineria, por el tipo de relacién con la mano de obra ind{gena como tam bién por el tipo de relacién que se establece entre ciudad y campo. Las tendencias principales que a menudo se sefialan res- a colonial se refieren princi- pecto al conjunto de la econ palmente a: 1. Su caréeter de extrovertida -dirigida al exterior- lo que ya implica una forma de valovizacién de la riqueza natural; se considera fitil o importante lo que afuera es tenido por tal. #/ Lépez de Gémara, op.cit. 2. Su caracter destructivo -este rasgo esté ligado a la : if 2 de la conquista- en anterior nocién de tal perspectiva un recurso se emplea hasta agotarlo eaque:", que pro Como es obvio, 1a economfa colonial hispanoamericana es enormemente variada, pero estos dos rasgos estén siempre pre- sentes. Puede sefialarse adems otro factor que ayuda a comprender el comportamiento econSmico de los colonizadores, y por consi- guiente la relacién sociedad-natureleza que ese conportamiento implica. De hecho, perecia evistir una oferta ilimitada de re- cursos naturales, en cambio, la demanda no tenfa el mismo ca- racter. Pese al caraécter ilimitado de los recursos, la tendencia te extendida, de al- a la apropiacién de ics mismos fue basta: gfin modo, dicha apropiacién constitufa una forma de atesora~ 3 miento, ~ Se ha sefialado el affin de enriquecimiento con la expecta- tiva del regreso al viejo continents por parte de los conquis~ tadores y como éste se contraponia a 1a idea ce asentamiento o poblacién; pero afin en los que eieron en.el Nuevo Mundo se mantuvieron estan ees que trateron de reproducir Esto implicaba traen de la me ductos apreciados y a su vez, para obte! @poli ranufactuvas y otros pro- los, dar importancia en la produccién a Jo que es apetecido en la metrépoli. */ Caymagnani, Marcello, Elementos caracteristicos del sistema econémico Latino Americano, sigles XVI-XVIII. En Ensayos so- bre el desarrollo. E. Flees Cano (comp.) op.cit Tal circunstancia explica en parte la importancia atribuida al oro y la plata. Como ademfs el valor que muy pronto se otorga a los cultivos tropicales. Algunos se introducen en América, como la cafia de azficar, que a poco andar alcanzarfa un enorme despliegue, o se intensifican cultivos autéctonos como el del cacao -que dejaré de ser solamente mexicano- y el del afil. Tales actividades tuvieron por consecuencia un desarrollo de 1a economia de plantacién y de su peculiar sistema de traba- jo y produceién, llegindose asi a una significativa transforma- cién de la naturaleza. La economia de plantacién y de exporta- cién logra un muy répido desarrollo. Su demanda est& consti- tuida por el mercado internacional, lo que tiene por consecuen- cia que se descuide lo que no sea este rubro. Algunas inter- pretaciones sefialan que esto explica el que la agricultura de subsistencia haya caido en el abandono */, La orientacién de la economia hacia el exterior, se acen- tGa en el siglo XVIII, a lo que contribuye el acrecentado in- terés espafiol y europeo en general por América, como mercado consumidor. Esto refuerza atin m4s 1a propensién a constituir una economfa exportadora de productos tales como el tabaco, cacao, azficar, cueros, etc.; los que se dirigen a la’metrépo- lio a Europa. Sefiglese de paso que este acentuamiento de 1a.relacién de intercambio con el exterior, tiene por consecuencia desarticu- lar muchos de los intercambios establecidos entre las distintas regiones americanas. 4/ Baga, Sergio, Economia de la Sociedad Colonial. El Ateneo. Edit. Bs. Aires, Argentina, 1949. Varias veces se ha hecho mencién a la relaciéri con ios poblacién aparecia a indigenas y no debe olvidarse que est: ojos de los colonizadores como un "recurso natural", De es- pecial importancia fueron aquellos grupos indigenas que con anterioridad a la conquista tenfan alguna forma m&s 0 menos desarrollada de organizacién social, Este hecho los hacia utilizables para el tipo de economia que se trataba de imple- mentar. Tal propésito queda en evidencia en la cédula trans- evita por Solérzano y Pereyra */, donde se sefiala "Primeramente ordeno y mando, que se hagan los repartimientos de los Indios necesarios para librar los campos, criar los ganados, beneficiar las minas de Oro, Plata y azogue, y los obrajes de lana y algodén, pues de su labor resulta la comfin utilidad de todos es- tos reynos". Del caracter que el trabajo de los indigenas tenia queda clara constancia en la frase incluida y que sigue: Y presupuesta la repugnancia que muestran los indios al trabajo no se puede escusar et compeleries". Sociedad y naturaleza: a minerfa.™ La minerfa de metales preciosos siempre tiene durante la colonia una significacién de primer rango. Es tal, que se ¥/ Citado por José Luis Romero. El pensamiento politico de la Derecha Latinoamericana. Paidos, Buenos Aires, Argentina, 1970, consideraba que aquellos lugares que caracfan de ellos, como fue el caso del Paraguay, el Rio de la Pl ‘ta y en cierta me- dida, Chile, eran "provincias pobres". Las minas, al decir de 1a época, seran "nervio y substancia principal” de la vida econémica. Es por esto que las minas de oro y plata son el factor decisivo en la configuracién de 1a econémfa indiana. Lo son, y de singular importancia, en los inicios; en- tre 1951 y 1570 el oro y 1a plata constituyen entre un 30 a 93 por ciento del valor total de las exportaciones. Esto, como llevamos sefialado, da al conjunto de la eco- nomfa un car&cter metalista y mercantil-exportador. A su vez va a condicionar, a través de 1a economia, 1a imagen que de la naturaleza como recurso se tiene, as{ mismo condicionaré el sentido que a este recurso se otorga. Los propios colonizadores tienen clara conciencia de és- to. En carta del Licenciado Castro al rey (Lima 1567), se apunta lo que sigue: “es menester que aya comercio de este reyno con esos reynos, porque nos traigan ac& lo que emos menester de esas partes, y esto claro est que no traerfn de alld a trueco de mayz y papas y agi y camotes que ac& se cogen, ni a trueque del trigo ni del ganado que acd ay, sino a trueque de-ore y plata” */, ‘A menudo se ha sefialado la importancia de la hacienda enila formacién de una mentalidad ¢ ideologia "sefiorial” 4] Citado por Sempat Assadourian, Carlos, op.cit. ea Convendria emprender un anflisis detallado del "real de minas", puesto que alli hay una particular formacién de un peculiar tipo de ideologfa “capitalista". El funcionamiento de las grandes minas, como la de Zaca- tecas, Guanajuato, Potosi, y otras requeria de grandes inver- siones de capital y de trabajo. Por lo dem&s, la minerfa plan- teaba problemas técnicos para 1a obtencién del mineral, stmese a eso que también era necesario solucionar técnicamente los problemas provocados por la creciente profundidad, las frecuen- tes inundaciones y otros factores. Los requerimientos de capital, como se ha dicho, eran bastante grandes, e implicaban la puesta en marcha de un "sis- tema" capitalista que incluia créditos, técnicas, abastecimien- tos, comercializacién y muchos otros rubros, Este “sistema” encuentra también expresién en el 4mbito institucional; como es sab ido, 1a explotacién minera dio origen desde la colonia a una legislacién minera que incluso perduré durante largos afios de 1a vida independiente. La significacién de la produccién minera excede -en su impacto- el 4mbito del nuevo mundo. La creciente produccién de metal americano, fue, como es sabido, 1a causa principal de 1a revolucién de precios en Europa en los siglos XVI y XVII, lo,que a su vez constituyé uno de los factores fundamen- tales del, surgimiento del capitalismo moderno. Sin embargo conviene tomar algunos recaudos respecto a una generalizacién apresurada, La actividad minera durante la colonia mostraba una enorme disparidad en cuanto a su capa- cidad de produccién, Humboldt sefiala que de 1a mina de la Va- lenciana procedia casi la cuarta parte de la plata producida en Nueva Espafia (México actual), y que el noventa y°cinco por ciento de las minas en actividad rendfan menos de un centési- mo de la produccién total. °°" Pero-es cierto que por lo menos.en el caso de las més im- portantes, la actividad minera dio érigen a un tipo de organi- zacién social, Alrededor de las minas se constituyeron asen- tamientos humanos bastante numerosos que hicieron surgir nue- vos mercado consumidores. En torno a ellas ~cuando las con- diciones naturales lo hacfan posible, como en México se crea- ron explotaciones agricolas y ganaderas que procuraban el abas- tecimiento de las minas, En otras condiciones, como las del altiplano andino, de clima extremadamente riguroso y suelo po- co apto para los cultivos, el asentamiento minero da opigen a un:activo tr4fico a partir de zonas agricolas y ganaderas muy lejanas. Lo que se quiere poner en relieve es que la actividad mi- nera redefine la funcién de otras actividades, y es a partir de ahS que constituye una relacién sociedad-naturaleza muy particular, en donde el rasgo "capitalista" -en contraste con el rasgo “sefiorial" de las haciendas- adquiere una dimensién importante y poco estudiada De sumo interés es el papel que 1a minerfa juega en la formacién de grupos sociales. Muchas fortunas se generan en la minerfa, y éstas constituirén un sector significativo de la clase alta, influyendo en parte considerable en la ideolo- gia del conjunto. Los impactos capitalistas'de la minerfa sobre otros sec- tores deben ser resaltados. El aumento de dinero circulante, a lo que dio origen la mineria, implicé mayor demanda de mercaderias. Por otra parte, influyé considerablemente en au- mentar el valor de la tierra; ésto, inducido por el hecho de que en la sociedad hispanoamericana, 1a adquisicién de tierras era may a menudo la finica forma de inversién Debido a este proceso se produjo un maridaje entre los sectores mineros y agrarios, lo que tuvo como resultado que se transformaran los mineros en "sefiores" -via la tierra- y los sefiores, en "burgueses". La penetracién de ideologias ca- pitalistas en la relacién sociedad-naturaleza se vera favore- cida por este hecho; aunque también lo inverso es valido. Respecto a las relaciones entre desarrollo capitalista y la minerfa, C.H. Haring, sefiala: "A mediados del siglo XVIII habfa tres "bancos de plata", bancos particulares-que se especializaban en préstamos a mineros y operaban en la ciudad de México, ‘y comerciantes y otros capitalistas priva- dos, los llamados aviadores, aportaban otro tanto" a; Como se ha dicho, la economia minera incide bastante en a organizacién juridica e institucional de la sociedad colo- nial. Las ordenanzas de minerfa son de un muy amplio aleance. Hacen referencia no s6lo a los procedimientos para la adjudi- cacién y explotacién de minas, sino ademfs a la organizacién fiscal y juridica de la actividad. Se sefialan también los modos en que debe constituirse el gremio ‘ninero; la reglaméntacién del trabajo en.las minas, la */ Haring, C.H. El imperio hispano en América. N.N. manera. por la cual debe regirse el comercio de metales precio- sos; la forma de operacién de.los bancos y del crédito en.ge- neral. Contienen también instrucciones-técnicas para los. in- en de privilegios que se concede a la cofradfa de los mineros. genieros de minas-y se sefiala el rég: La signifi eaciéa del agro. Ya en el perfodo de la Conquista, existié un peligro cierto de extincién de modos de comunidades agricolas autéc- tonas. La politica colonial, a través de las ordenanzas so- bre reducciones y municipios de indios, intenté rehacer uni- dades econémicas agrarias. El resultado, fue que 1a relacién sociedad-naturaleza, existente en las comunidades indigenas pre-hispénicas se alteré, puesto que, las comunidades pasaron a tener un nuevo significado y contenido cultural. Las formas de trabajo y las costumbres.indigenas se mo- dificaron por la introduccién de especies y técnicas agrico- las y ganaderas de origen europeo. Adem&s, 1as comunidades empezaron a participar en las nuevas corrientes de trafico y comercio creadas por los espaficles. Todo esto, como es obvio, introduce cambios en la relacién sociedad-naturaleza y en la forma de concebirla.. Hecho importante fue el surgimiento de una econom{a gana- dera. Para ello se prestaban las inmensas tierras de pasto, casi vingenes, cuya extensién abarcaba desde México hasta la Pampa argentina. En ellas tuvo, lugar un impresionante desa- rrollo de ganado vacuno, caballar y lanar. 23 La ganaderfa terminaré por imponer un particular carécter a ciertas regiones de América, y atin m4s, dar4 origen a un ti- po humano -el gaucho, el llanero, el ranchero- para citar al- gunos. £Es.tal la importancia, que en algunos casos, ya a fi nales del siglo XVII, la ganaderia se ha convertido en produc- cién Gnica de ciertas regiones. Junto al rapido crecimiento de la ganaderia, el desarro~ io de 1a agricultura fue relativamente m4s lento. En muchos casos, los espafioles dejaron la produccién agricola general- mente en manos de los indios. En lo que al agro se refiere, la relacién sociedad-natu- raleza, est4 mediada por la presencia indfgena. Las valoriza- ciones negativas respecto a quienes ejecutan el trabajo agri- cola -los indios- ejercen fuerte influencia en la formacién de 1a ideologia respecto a la relacién sociedad-naturaieza. La cultura de los grupos dominadores coloniales, seré fuerte- mente marcada por este hecho desde sus origenes. El agricultor blanco no es un fenémeno de importancia sino hasta el siglo XVII. La produccién agricola, muy espe- cialmente en los inicios, 1a reciben los*espafioles como "tri- buto", lo que es también muy significativo en la.formacién de la ideologia referida a la velacién sociedad-naturaleza. La institueién original que hacia posible esta relacién mediada fue la encomienda. No obstante, debe tenerse en cuen- ta que aunque logré mantenerse algunas veces por tres..o cuatro vidas, no pudo constituirse como una institucién 4 perpetuidad. Incluso las formas de trabajo forzoso de los indios, empiezan a ser prohibidos desde 1601-1633, por lo que el cuatequil y las mitas agricolas (formas de trabajo obligado) inician su desaparecimiento aunque este es més lento que las leyes que lo prohiben. Junto a las prohibiciones del trabajo forzado, debe te- nerse en cuenta el fenémeno-de la progresiva disminucién de la poblacién indfgena, lo que obligé a los hacendados a polf- ticas de atraccién y retencién de mano de obra. En el caso de las plantaciones y principalmente las azu~ careras, el problema fue resuelto de manera dr4stica por la introduccién de la esclavitud, principalmente de africanos Como puede inferirse, 1a introduccién de la esclavitud incor- pora -en las zonas donde tuvo mayor preeminencia~ una nueva dimensién en la ideologia de la sociedad dominante respecto, a la velacién sociedad-naturaleza. Respecto al tema sociedad-naturaleza, conviene detenerse un. tanto en el modo de formacién de la gran propiedad rural -la Hacienda- puesto que tendré una gran incidencia. En su origen, la propiedad de las tierras de los Indios correspondia en Gltima instancia.a la Corona de Castilla. Es- to, tanto porque asi se desprendia de la teorfa, como por de- recho de conquiste. Era s6lo por gracia o consecién real que personas privadas podian adquirir titulo de propiedad. No obstante, también estaba concedido a los jefes de expediciones de conquista el, distribuir tierras de extensién determinada a si mismos y a los compafieros de la empresa, Del mismo modo, los cabildos, tuvieron derecho a asignar tierras y lotes en las ciudades,a nombre,de la comunidad, Mas tarde se concedié una autopizacién similar, respecto a las tierras muricipales, a Virreyes y a gobernadores, de acuerdo con los cabildos. De hecho, se da en los comienzos, posesién de tierras sin titulo legitimo, Fueron las ordenanzas sobre composicién de tierras las que permitieron legalizar la propiedad. Esto se presté a grandes abusos y el resultado fue aumentar el poder de los que ya eran poderosos, puesto que era necesario pagar al erario para beneficiarse de la legitimacién de la propie- dad. Los pequefios propietarios agricolas quedaron indefensos y fueron perjudicados; lo mismo sucede con las comunidades in~ digenas. La gran propiedad cristaliza en la Hacienda, cuyo poderfo alcanza su m4ximo a fines del siglo XVII. Como es sabido, la propiedad de la tierra pasé a constituirse en una de las pose- siones mis importantes de la sociedad colonial. Pero, con la particularidad de que la tierra era trabajada por quienes no tenian acceso a su propiedad. Ya se ha dicho que las fortunas hechas en actividades dis- tintas a las agrarias -minerfa o comercio- se invertfian en propiedad de tierras. La posesién de éstas se convirtié en el mayor indicador de prestigio en la sociedad colonial, ti- fiendo de esta forma la relacién sociedad-naturaleza. Ademfs, la propiedad de tierras se constituyé en uno de los factores importantes para el ejercicio de los derechos po- Afticos en la sociedad colonial. La posesién de tierras fue ja base del poder, del prestigio y de la riqueza. Marcé toda la mentalidad de 1a colonia y permanecié por mucho tiempo, mAs. La Hacienda se constituy6 con una concepeién sefiorial, que por otra parte no era ajena a Espafia y a otros paises europeos en el Siglo XVI. En todos los casos se trataba de grandes superficies cultivadas por un campesinado que desde

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