You are on page 1of 25
Historia de la literatura argentina Desde la Colonia hasta el Romanticismo € Centro Editor de América Latina El Romanticismo Esteban Echeverria Noé Jitrik 1a obra y a acién de Estoban Fsho erin cofiganan tino de lo momen tos deciivos para fa ealura nacional Ex un momento de trinsto en el que roevas oneepeiones se abren pas {or su intermelio, haste peri cam: Fics tales de Fisonomia. Esto ocarre com Echeversia, en e! campo litera, Por tres razonesfundamentaes 4) El haber introducido el romanti- cismo earopeo on nuestra itera tora, adelantindose on ost0 & Espasa; b) haber insugurado te Herta aca oder al des a forma de incorporar temas locales haber iniiado una Tien narrative realista y citicn ie el campo de ls ideas su aporte no es menos important: &i es el fondador do una tendencia, i liberlito moderno, que va. ‘dquinr forma, police delinitiva parm el pais cr 1580, b) es el. maesto. de una brilante generscién de jovenes. axgentinas ave finalmente se convierte, ds Dués de la caida de Rosas (a la fal contsbuye enérgicamente, en ia'base de cohesion de una clase social, Ia alta burguesta bea, due conteoa el desarello nacional Rsta nuestros dias Esta influencia es ejercida por Eche vorria a través de si produccién lite- ravia, coma poeta y eseritor, de sus eseritos doctrinarios, do su liderazgo inteloctual, y de su capecidad organi- zadars, eCuél es el pais sobre el que quiere Aplicar nuevas ideas? Coal es el es- pectienlo que se rechaza y se quiere superar? Echevera no lo advirtio desde el comienzo sino a partir de un ‘momento dado, a partir de su regreso de Europa. Por es0, para tener una idea del arabita en et que debia ejer- cer su accién, es importante conside rar una fecha come clave, el 15 de etubre de 1895, dia en que Esteban Echeverria se embarea rumbo a Euro pa. gQué pas6 hasta entonoes? Con qué 8 encuenta al volver? Desde los dias de mayo de 1810 hasta 1895, el pais y especialmente Ia civ: dad de Buenos Aires, ha sido teatro do aconizeimiantos muy camplicados que giaban todos en torao a dos Ideas-eje: la fodependencia nacional y sus correlativas guerras para lo- ‘grarla; y, por otra perte, In organi- ‘zacién de los sectores internos y los correlativos conflictos. Todo esto va dando lugar al surgiiniento de ten- dencias que muestran la existencia de intereses, lo cual termina por en- gendrar bisicamante dos polticas: la ide Buenos Aires y Ja del interior En efecto, Buenos Aires, privileginda ppor su puerto y su comercio, preten de tener el manopolio de Ia’ condue- cién de la guerra, del reclutamiento y de la produceién, Exige que el in terior se pliegue a sus modos de con siderar el presente y ol futuro. BE: protensién pone en evidencia que txiste un grupo, al que podemos mar “burguesiaporteiia” genérica mente, compuesto de. comerciantes, terratenientes y hacendados de Buo- nos Aites, que aspirard al control total del pais en pro de su sola gran deza, Esa unilateralidad provoca 20- ‘es y friceiones primero y, finalmente, Ja eelosién de un tipo de personajes politicos muy caracteristicos de la Vida argentina, os caudlillos, cuyo pr rer vocero es sin duda Artigas,qulen ye en 1813 pide a la Asamblea la Implantaciin del sistema federal, a Ja usanza norteamericans, En Buenos Aires se observa sobre todo ‘una tendencia a la consolidacién del _grupo burgués que hizo la Revolucién de Mayo. Ese robustecimiento so apo- yya en una serie de conceptos sobre politica y coltura bisicamente copia. os 0 adaptados, en el mejor de los casos, de Europe. Hasta bien avanza- da la déeada, no se puede hablar mis ‘que de un partido portesio, enropel- zante, y de’ un partido del intern: localista, Unitarios y federales. — primer morhento, hay en Buenos Ar Esteban Echeverria (1805-1851). Oleo de Charton, exittente en la Fac. de Filosofia y Tetras de Buenas Aires 242 es une rolativa uniformidad de ext- ‘terios. Pero poco a poco va pene- ‘zando Ta _problematica total, hasta que. se asiste al surgimiento de un partido fedaval opuesto al denominado Ainetorial Tay yo 4, partir do 1816 ‘una pugna por of poder entre ambas fracciones. Sin embargo, ¥ jo de las formulaciones pel va perfilando una “clase ccuyos miembros son alternativamente y durante los préximas 20 afios uni- trios o federales, rosistas antirro- sistas. 1 conflicto porte conclaye por mezelatse con las exigencias del interior, todo Jo cual culmina en la amada *anargufa del afo 20°. Gran crisis de la que sale triunfante el viejo directorialismo vemazado ahora por la presencia y la gravitaciin de tun hombre llamado a eumplir un pa- pel fondamental: Bernardino Rivada- via. Quién es Echeverria: su biogra fin, — Todo este marco referencial tiene gran importanci para compren- der a figors de Bcheverria, en parte porque toda su obra ene un gran Contenido histrio, en parte porgue ‘sentido principal de So obra tne Iucho de reacalOn conte Jo visto 9 vivido, contra fo aprendido on toda In época de la gue sale al ene tle on La Jon Mates so bo Pan José Eteban Antonino Echeverria {en apello quiere ctr “casas sse- ‘vas en vaseo) naeié en Buenos Aires 1 2'de septimbro do 1805, Sa pate fue an comerciato vasco y 90 amo José Domingo. Su ‘madre. Marton Expinors. Su padre muere’ en plona infancia de Ethoverca yal parcer aly aus neve hermanos quedan a cargo de un tutor qu los amar la tistoncia. Exe hecho esti decerado por el propio Esteban en carta a su Feromao Jost Maria del 22 de marzo di 1898 “Nuostas degracas, mi vi: je, las negras sombrat y melancolia {ie han abatido mi ana 'y becho i un hébito en mi corazén, han Sido adguirdas durante la. minsién fn east; sin embargo mi expire Seve disipand ya de esas sombras inandides en mi Intande por on des pote Hizo’ sa. edvcscién primaria en Ia tscuela do San Telmo, perteneciente SE Cabitdo, donde asitié desde 1816 1818 junto con su hermano José Maria. Un solo maestro —Juan Alejo Guaus—, y om ayudante, conducen & 1D wife entre Tos cuales se desta- arin muchos de la époce sivadevia~ fn, Se aprende lecture exer, gra- inition, eritmetion, dtr eritana ¥ pollen, Desde’ luego, se infunde Znvesn ecuela el reapeto por le Re- olucién de Mayo y la gest revols- cionstia Posteriormente a eos aos de apren- bajo (inexplicablemente tars), se ove onvacko en amoris y en certs vida de diipactn,Awgsato Ral Cox Tirar (Echeverri, ineador de un rumbo a lo nuestro) dice a este respect: “Por otra peste, st joven ted tads que ‘el idealism dels russe, buseuba los tortvosos reendos de bailes equivocos y ltafaeores fon al bane del Alto, mis alla dal ‘anjén de los grinados”. Bl miso se Mama “carpetero, jugador de billar J libestno® (carta a Féin Flas, 1850) 3 “unos amorios de la sangre, un Uivoreto y_pufaladas on fais, con. fovieron su alma. con tl impott ju el cin lo sacudis sin tregua hasta su muerte. Este dato también es importante, en parte porgie co- rrobora Je nefasta ifivencn del men- cfonado tutor, en parte porgue est fue su manera inicial do" conectase con lo popular, y en parte, fine mente, porque imesina 0 supone que fxn conducta. soya or caus dela Imerto de su madre: “Calla. por no afliginme, pero yo he creido leer en su semblante mi acusacon y mi mar- tio". “yo robe al mondo equella vida tan precist Sea por un sentimiento de culpa, sea ‘por haborse dado cuenta de los ex: {ramos a que pda levatlo esa vida desarreglada, se morigera y empieza 2 estudiar con més orden Tuego de le muerte de su madre, En 1523 apa- rece inseripto en el Departamento de Estudios preparatorios de Ja Univer- sidad, AUl estodia latin eon Mariano Guera y filosotia bajo la direccién de Juan Manuel Femdndex de Agio- 0. Como queda dicho, esta ensesian- 28.65 de corte ilominista y Echeverria se entroge a esa tendencia menifes- tando adimiracién por sus maestros. Bsa admiracion se Procavia posterior- sonte en erica. al. meteralismo atefsmo. on la medida en ques va defintendo el espiritualismo romént- ‘0 del cual se convierte on portavoz. Como era caracteristion en los jove- res de la burguesia portesa de en- fonoes, no se Limita a Hastrarse sogin las tendencies en boga ni a cultivar sus inelinaciones artisticas, sino que hace el aprondizaje del comercio en Ja casa Lezica Hermanas. En los ta: tos bres aprende francés lee la poesia y la historia de In época. So- hrstién Levica y Félix Pifeyro, pa- tronos, protectores: y amigos, lo in- citan a Viaj & Paels para perfeccio- nase. La ocurrencia no tenia neda de extraordinario, porque ol viaje @ Paris estabe de moda, impuesto grax cias al plan de Rivadavia de enviar jvenes becarios con el fia de formar Jos profesionales de que ol pais ca ‘Antes de Ia partda, Echeverria habia ‘comenzado a escribir, Se conocen, sin fecha, sus Cartas @ un amigo en las cuales Io sobresaliente son clestas observaciones relativas al campo, epic sodios que entiipan la anéedata femn- damental de La Cautioa, sunque el lenguaje es el neocisico de su tiem- po. Esto prea, par lo menos, que Frecucntaba Los Talat, zona or cana a los indios, y que el palsaje y a tematica del lugar no Te eran indifrentes. Bernardino Rivadavia Litografia de Pelvitain 243. Juan Manuel Fernéndes de Agiiero Dibujo a tinta china y lpiz de colar por Carlos E, Pellegrini om Viaje a Paris, Momento cultural en Francia. —A mediados de oc- tubre de 1885 ge embarca al fin en La Joven Metilde. “En la aduana, Tibro de salidas, figura como “comer. ciante™ Lleva pocos libros; materi. ticas, gramétice y diccionario fran- cases, yun elemplar de La lira Srgentina El viaje os accidentado y debe cam- biar de bareo; toma el “Aquiles” en Bahia y llega al Havre a fines de aio y a Paris en matzo de 1826, Do- fone la penn n as Informa de In guetta con este pais causa de Ja Banda Oriental, y en cartas a su hermang se laments de ho intervenir ea la. contienda,. En Paris, por recomendacién de Scbas- {iin ‘Lezlca, se pone bajo la tutela de Mr. Varaigne, encargatdo de velat bor los jévenes argentinos enviados Dor el gobierno a estudiar. Varaigne Io hace entrar al Ateneo, donde es. tudiard varias elnclassighiendo car tos por separado de quimica, geogra- fia § dibupo, todos prvados.” © Poco a poco se va informando del rnovimiento cultural e intelectual francés que vive en eos momentos um petlodo de cambio. En el plano ‘stétic, ef romanticieno tatdo. de ‘Alemania por Chteaubriand y Ma- dame de Stas! se esti. impoaiendo clamoresamente, y la filosotin de Ia Itustractin ha. dado’ paso. al eclect cismo que esté empezando también 1 ser derrotado, Las crounslancias palitieas sociales favorecen el nie Eimiento el soctalismo Utbpioo Cu yo primer gran vocero es Enrique Rouvroy, conde de. Saint Simon; sus diselpalos Fourier, Considerant y Pedro Lerous, que és quien va. a Sravitar enormemente sobre el pen. sumlento echeverriano, sarmintito y alherdiano; pero luego del regreso de Echeverria al pals En verdad Echoverta no parece ha- her tenido contacto directo con los representantes del. romanticismo 0 Jos pensadores revolucionatios; si, en cambio, puede haberse empapado de a atméstera intelectual y puede ha- ber Todo Tos autores mis on bogs Por mito confiesa que después de leer + Stakespeare, Schiller, Coe the y Byron “se siente inclinado a ppoetizar’, Jo cual se conereta en ima serie de ejercicios titulados Tusfones. De su permanencia en Paris data la ye lad ‘arta au henmano Joe Marla, que interesa no solo por Ia referencia al “déspota” ni por su preacupacién en torno @ ss hermano Feéli, sino por las referencias al pres- tigio que tiene Ia Argentina en el mundo, lo cual se debe a “nuostas sabias instituciones, y Ta grande opi- nin del que Jas formé. Como so in- terrampe la correspondencia « partir de 189%, no se puede conocer Ik evo Iuelén que tuo su idea acerca de Rivadavia, pero es evidente que fue veriando, lo mismo que respecto del nevelasicismo, de modo tal que al regromar habia pricticamente abju- rado de sus mavstros, del estilo lite rario y del politico que enearné todas ‘estas cosas al mismo tempo, EL regreso, La revolucién ro- méntica, — Por razones econémicas, Echeverria debe abandonar Paris ¥ vuelve a Buenos Aires en julio de 11830, justamente en el momento en {que el romanticismo Tega a su pi- niculo y empieza su disoluctén, lo primero con la famosa batalla’ de Hemard, lo segundo con Ia apariciin de Les Oriéntales, ambas obras de Victor Huge. Cuando lega, el libro de entradas de Ta Aduana To registra, pero ya no como cuando salié sino como “iterato”. Evidentemente, en ‘esos cinco aiios los cambios fueron may grandes para Echeverria, a 150 ya nest rs Rivas la presidencia cayé sin pena ni glo- Fa el pas, que habia ganado he: roieas batallas en la guerra con ef , perdié la Banda. Oriental. Do- foe = oe Estancia de Los Talas, Fotografia de Ricardo B. Molinari 245 rego, como representante del viejo federalismo portefio, liquidé las ili siones unitarias e intent un acuerdo con el interior, pero, a su vez, fue arinconado y’ trigicaments hecho, fusilar por Lavalle que, con Paz, ha- bbian vuelto del Brasil dispuestos a no tolerar tal cambio de rumbo ex Je politica nacional. A su vez, Lavalle grin po cer y dele pas a Tan Manuel de Rosas que desde hacia por To menos nueve afes se venia ope, ars onder eek era magistratura provincial, apo- yado, sélidamente en el grupo de anaderos y saladeristas porteios tra- Aicionales, beneficiados todavia. mas gor Ia enfiteusis y la reforma finan ‘Giera rivadaviana, Apénes Wega a Buenos Aires, Echo vercia pubis os povmas on Le Ge. ceta Mercantil, érgano también del gece: “Rage y “tn clr de eyo" fi, pas ge integrardn un 1834 Lor" Consuelo Ta aldoana Buenos Aires adviorte al poeta y lo celebra eredndose en su tormo ina expeciatva que Echeve- tia va stisfeiendo en doe sents Dublicando de evando ea cuando al ja compesicén, imo por ejem Bl “Profle dl Dla 1830 5 EL imo de tm joven’ en julio de 1839, amas en el Dario de la Pars de, ¢ winculéndose’ con la javental inleigentey paulatiaaments acaud- Indole en lor “Salones” que todavia furcionam. Hasta tal punto existe i Boral, que ete pooma “Proc del Pate anes de Revoluin de Ma- ”, en ell que se execra a los tiranos, parece en el Gian ofidel, Punts Shponerse también que paca tempo. radas on Lujin y, que, sobre todo Prepara le que podsiamos llamar la Fevoluciin romantica, Bata se produce en 1832 al publica loa ola nova del Plat, en forma anGnima. Este flleto no es bien re atid, como ve vert. estar En 1638, Hoss, fuer del gobiemo pero conducténdolo por detrés, orge- ‘a Ia expodicién al desert. Antes de dejar el gobierno, se insinuaba ya tuna tendeneia' a la represién intelée- tual centrada sobre todo contra la Universidad, que pierde a prestigio- sos profesores como Fernindez de Agiiero, Diego de Aleozta, Valentin Alsina,'eteétera, y en la que quedan desmantelados ‘gulas y gabinetes de estudio. Probablemente, la. ropresié intelectual iniciada por el gobierno tno resulta estimulante para Echeve- ria, A esto se suman al silencio en torno a Elvira y sus malestares fsicos dolores al corazin~, yal’ fin se marcha a Mercedes, Usaguay, donde permanece seis meses que son posti- camente muy productivos. A su re- ‘greso hace conocer “La Diamela” al “Adiés al Rio Negro”, y reserva otras produceiones que agrupa en Las Gonsuelos, aparecido en 18M, Es el primer libro de poemas compuesto or un poeta argentino en Bueuos Altes. El éxito mas notable acomparia esta obra. Para Gutiérrez fue “una vordadera revolucién” y Florencio Varela, pese a su rigido: neoclasicis- mo, saludé a su autor camo a un “verdadero poeta” (carta del 1° de diciembre de 1894 a Juan Mara Gu. tiézrez), Entretanto, Echeverria va _compo- niendo su poema prineipal La Cou. tia que, encabezando su libro Rimnas, ‘aparece en 1837, en plena madurez intelectual y formal del poeta, cusn- do en su tomo se agrupan hombres como Gutiérrez, Alberdi, Cané, Qui- roga Rosas, Frias, Vieente F. Lépez, Caslos ‘Tejedor, Thompson, otoctera, Con todos ellos participa en el Salén Literario, Su liderazgo es allt indis- cutible. EI poema tiene gran reso- snancia, es muy celebrado, y significa una sintesis, una adaptacién de las doctrinas y’ preceptos roménticos a nuestra realidad, En sus dos “Lecturas” para el Salén, ‘por otra parte, Echeverria hace un fandlisis de Ja situacién intelectual y * Pe tee ee tee ere eet 4 lan enélisis econémico. Un_ examen de tos conceptos que maneja indies por lo menos estas ideas: superacién doa antinomia unitarios-federales; fayorecimiento a In produccién y a In industria; sfntesis entre la cultura jguropea y nuestros elementos socia- Tes reales; Gea de que un. grupo unido, una reunién de todos os gro- pos sociales, puede salvar al pais de las divisiones que lo agobiaa. En el fondo, Echeverria propone la unifi- facién de los grupos en una sola Dbarguesia, su acusacién del momento 4 Rosas, aparte de que no acopta Ta Inteligencla, es que deliende la pre- eminencia de ua solo sector con ig- rorencia y desmedeo do los restants. a sttuacién polities apremiay el régimen se endurece. Gonfictos can crdadanos franeeses dan pie al blo- aqueo al Rio de la Plate, la guorra con Bolivia moviliza Ta atencion y Rosas comienza el. periodo sombelo desu gobierno. Tl Salén debe ce rar, se Tematan sus exstencas, ‘que guedan liguidadas en mayo de 538) Contra Rosas. Muerte en el ex lio, — Esto da I oportunidad para la fandaciin de la histrien Asocia- ein de ag en jon do 1838 ins pide em les agrupaciones carbona: Bac como la Joven Tiala 0 a Joven Europa, de Mazzini, Echeversia es el mumen yf aien react Tos prin- cipios ‘de la entidad, las Mamnadas Palabras Simbélicas, Credo, Catecie ‘mo, Creencia do la Joven Argentina, ° Cédigo, Esa entidad ¢s un chime intento de convencer a Rosts. "De. haber comprendido Rosas st posiciin —es- tcdbe Echeverria habria Inmado y patrocinado a la javentud y puéstose trabajar com ella en la obra de la ‘xganieaciGn nacional” Pero es inti Te Asoeiacién tiene caketer politico, clandestnn y joramentada, y sus miembros deben,dispersarse cuando se produce una delacién. E8 Eeheve- ria quien redacta la Creencia, com- ‘puesta de quince palabras simbélicas, en Los Talas, y quien preside la Asociacién, quien invita @ separarse ‘sus miembros, con lo cual empieza cl destion de esta generacién, En cl fondo, Tes Palabras, que logo en 1846, con la Ojeada retrospectiva formarén el Tamado Dogma Socia- lista, constitayen el primer inteate orginico de formolar un ideatio na ional, una filosofia del conjunto. Es Ta base ideoldgica del lberalismo argentino. El Cédigo 0 Catecismo es conocido piblicamente por primera vez. en Montevideo, el 1° de enero de 1839, en ol sllimo ndmero del poriédlico EI Iniciador Echeverria se refugia en Los Talas. Entre 1838 y 40 escribe. presumible mente El Matadero, que no pablica, y asiste desde Lyjén a la insurrec: ctén on Dolores exya geste canta en tan poeta tituledo La Insurr del Sud, aunque sin aprobar el hecho revolueionarie, Al fin, en 1840, Eche- vverria debe omigrar. “Hmigrar —opi- a— cquivele a inutilizase para la Nacién, es In muerte.” Echeverria permanece diez meses en ‘La Colonia donde Hlegé en la fragata francesa Expeditive. Alli escribe un poema “Al 25 de Mayo", optimista y firme, confiado en el porvenir. Luego pass a Montevideo requerido por sus amigos, especialmente ATberdl En 1844, a pedido de Andrés Lamas, jefe politico y de policia de Monte- video, redacta sa Manual de Ense- fanza Moral mediante el que quiere hhacerse conocer como pensadar, no solo. como posta. En esos afios mantiene polémicas a veces agrias con otros emigrados co- mo Rivera Indarte 0 manifiesta s irvitabilidad a raiz de expresiones de Sarmiento que bien visto no tienen nada de despectivas (Viaes) Eseribe La guitarra en 1842 (publi- cedo on 1849; on el Correo de Ul- tramar, de Paris), EL dnget caido, Los GONSUBLOS; POESIAS ESTEVAN ECHEVERREA. BUENOS AIRES. pues Ancemtina Portada de Ta primera edicién de Los consuelos RIMAS Eatevan Eecererria. Portada de la primera edicién de las Riwas Con La Elvira, la Argentina se anticipa a Espafia en la iniciacién del romanticismo Elvin o ln novia del Plata aparcoid | sin nombre de autor. El lbro no gust, y este rechazo produjo una gran fmargura en el poeta. Sin embargo, inauguraba con él el! romanticismo’ en nuestras Tetras, un ao antes que | el'duque de Rivas lo inaugurara en | Eopafa con el Moro expésito. En efecto, esta obra, la primera espresiia |) del omanticismo ‘espana, es || de 1889. Mientras que Echeverria |, publicd Elvira en 1592, terminado en 1846, y el Avellaneda, en TSi6. Antes, en 1646, habia. es. frito. la Ojeada retrospectioa que precede la nueva edicion de las Po- lebras simbélieas, formando entre ssubos el Dogma socialist. Excribe El peregrinaje dé Gualpo, proyecto de tun posta en el que fe- tuerda ‘su viaje a. Europa. ‘Luego otz0 exbzo, el Mefistfeles, drama Joco-serio-atiicopotition, Inege vie- nen esertos de costumbres como la Apologia det matambre y escits s0- ‘be estética y literatura, rocogides en el tome V de las Obras Completes. Hacia 1818, ép00a de. publicacion det Dogma, parecen estar eambiando Jas condiciones politicas argentina. Unquia, candillo enteerrano, s0 in. teresa. por trabajos de exliades en los que eneuontra apayo a sus pre tenes de sonoma fret + Ro sas, expecialmente en Toque. con: tleime a la navegacién de los ios Interiones y Ia Mberacién del comer- co ganadero, Echeverria ve con sim- patia las inguietades del entrerriano le eseribe enviéndole un ejemplar Gel Dogma, Unquieay Madariaga {caudillo correntino) envian las car tas a Rosas, como era de. prictica centonces, y dite hace salir a de An- tells a ia palesta a polemizar con ‘1 Dogma, El italiano trata 8. Echo vorria de trastornada por los delitios de Fourier y Considerant y_ Saint Simon. En dos cartas Echeversia des- vita, las aeusaciones y gana la batalla En sotiombre de 1847 Echeversie. es nombredo miembro del Instituto do Instraccidn Péblioa del Uruguay, ‘inico cargo aeupado en su vide. En julio de 1819, y como una conse- cuencia, pasa 2 former parte de Ja Universidad de Montevideo, preocu- ppado. por for problemas de la edui- cacién Su. timo escrito ¢s un comentario ala Revolucion Francesa de 1848, Puesto que ésa_es una revoluclén aque hace eolmtoar Tas ideas de saint INSURRECION EE SUD, PROVINCIA DE BUEHOS AIRES, EN OCTUBRE DE 89. worms, ayes 7a REEABOUA. L &) e Portada dela ediciin postume do a insurecciin dat Sud simonismo, su andlisis es rads decidi- Aainente santsimeniana que el Credo ‘pero culdando do establecer diferen- fas entre lo que coure en Europa ¥ To que debe ser en el Nuevo Mun- Go. Su socialismo. atenuado se 10. duco a las ideas do solidaridad, no abandona su espiritualismo, se spare ta, segiin observa Alberto Paleos, de Jos extremes del topismo, y nada tiene que ver con otros andlisis do ‘ese episodio, como ‘por ejemplo. los de Mars. Después empieza su doclinaciéa fe Sioa. Ta tis lo consume. Echeverria vvenia anunciando su préxima muerte. En la carta de 1846 a Alberdl y Cas tiérrez dice: ".-.porque no tengo sa- Jud, i plata, ni 6asa que lo vag, ni esperanza, ni porvenir y converso cien teow al dia con la muerte hace ceen do dos atios™. Muere el 19 de enero de 1851, antes del promunciamieato de Urquiaay, por supuost, antes de a caida de Hogas Se ignara dm de ostin sepaltados sus restos. La obra literaria. — Proyectada so- bre el telén de fondo de la realidad nacional en el tiempo que Te tocé vi- vir, y en la misma trama de su biogra- fla, atormentada y dramética, la obra de Echeverria resulta més compren- sible 0, si se prefiere, aparece mejor iluminada que si se Ia separa de ese contexto vital. Pero si esto ex cierto, también lo es que su naturaleza y sx valor literario slo pueden ser de- terminados por el estudio de su obra ‘misina, por més que este estudio se aauxilie con el valioso aporte que tal ccontexto suministra. Como siempre, ol tiempo histérieo envuelve al_ hecho temporal del valor iterario. Ninguno de los dos es Ia clave de la explica- lén del otro, Cada cual se explica a x miumo, apo ambot te unica y se oortesponden seoretamente sin de teriorar ni disminuir en nada su reali- dad intrinseoa. Echeverria formulé un programa esté= tico supeditado a un programa ideo- ligico, y coherentemente su obra se realizd dentro de esa finalidad, Como toda su época y la que le precede, los ‘deales colectivos prevalecen sobre la literatura, y dificiinento habria podi- do sustraerse a tales imposiciones his- ‘éricas, Jostamente, la tinica posibili- dad de realizar una obra era entonces Ja aceptacién y Ja asuneién de ese signe Y el dempo demosté que tenia azén, pues los pasatistas, los que per- sistian en un cadueado seudoclasicis- ‘mao ahora desconectado ya de los nue- vos ideales colectivos en marcha, des- aparecieron en la frustracién, y 20 los recordainos. En cambio, el nombre de Echeverria queda como una figura Sealer gma de un funder, os leit, Ia de alguien de quien puede decivse 0 disentirse en lo que se quie~ a poro del quo no puede preci ‘Todo esto no impide, ya ha quedado dicho, Te postbilidad, y més aén, la necesidad, de estudiar su obra obje- tivamente, Es preciso examinar ahora fn su desarrollo cronolégico esa labor Iiteraria, destacando on ella los dos hitos fundammentales de su produc- ccidn que constituyen a la vez tres hhitos importantes en la historia de Ja literatura argentina. 1°: La eautig, con la cual et génera postion cobra tun fuerte impulso en su desarrollo en nuestra literatura, 2°: ET mata. dero, pieza que inzugura no solo el géner0 cuentistico en la Argentina sino, como veremos, el realismo mo- derno. En cuanto al Dogma, corres- onde a la labor de Echeverria como ‘dedlogo, y por lo tanto sera tratedo fen su oportunidad, Las pris obras. — Dos afios ee gs Ri Seer e Bee i ee Elvira o la novia del Plata. Tiene rhea ih Beta dita Vin Wn Si Los consuelos, primer libro de versos de un autor argentino Cuando en 1834 apareci6 en Buenos Aires el libro de versos de Esteban Echeverria ‘Los consuelos, su éxito fue inmediato, Con él, el romanticfsmo asume cen el Plata una forma mis eabal atin que en el libro anterior de Echeversia, La Elvira, aparecida snénimamente dos afios antes. Pero quizds entonces no se reparé en un hecho curso. Era la primera vez que ‘apareeia impreso en Buenos Aires un libro de versos sueltos, de autor argentino, Monteviaco en 1840 250 romintico escooés Wordsworth: This said that some have died for love (Asi es que algunos han sauerto, de amor). En una carta (a Fonseca, to: mo V de sus Obras completas) Eche- verria contiesa el origen de esto poema: “Le poesia del siglo, In poe sia roméntica inglesa, francesa y ale- mana’. Puede verse. ya claramente su decidida adhesin al romanticisme trianfante en Europa. En le nisms carta explica su intencidn: “Todos mis esfuerz0s siempre han tendido @ salir de las vies tlladas por nus tos poetas; no sé si lo habré conse- sui, 0 si s6lo habré concebido un Imonstruo™ El poema no qust6. Los periédicos British Packet y El Lucero rocibie ron friamente Ia obra, De Angelis fs el redactor de la nota publicads fen este tltimo periédico, Aos des- pués Gutiérrez Tevalord este poema 4 Ia luz de los conceptos roménticos sobre le poesia, tales como la subje tiidad de fa vivenia postica ya cearécter sobrenatural que el zoman- tiismo le atzibuye. Hay, de cualquier ‘manera, algo mievo en Elvira. siste on las novedades métricas que registra al desdefiar los metros tipi os del seudoclasicismo, el alejandei- no y el endecasilabo, y en Ia into- duccién de una variedad métriea procedente de la. tradicién populac espatiola. En cambio, trunfa en Los consuelos. Apatecié en 18%, 'y consta de 96 Ppoomas, precedidos por un epigrate el pocta catalan Ausias March en le traduccién de Fray Lais de Leén: “No vea mis eseritos quien no. et triste 0 quien no ha estado triste en tiempo alguns”, Algunos de extos ppoemas eran ya conocidos por el pie blico. Esto bro revela en el pocta ‘on cambio de roumbo, en la medida oem lta tam io cost que exige siempre alguna na: rracién. Y en que scentia al mismo tiempo, y en la medida en que reeoge ‘momentos distintos, su vueleo hacia cl exterior, en este caso Ia nataleza. ate ae Con esto da comienzo de realizactén 4 uno de los postulados esencales dd romantic: Eo esto libro Bcho- verrla parece haberse compenet totalmente. de eerie abjetivos ‘de esta escuela, y con él presenta el eomienzo do Ta adaptacién de las exigencies roménticas a mst me- dio. Esto ocurre por dos razones: tuna, porque exalta Iz intimidad. y la subjetividad pero a partir de una experiencia; dos, porque al tratar de descubrir la. zelagion entre natura- leza y subjetivdad, le naturaleza que forzosamente debe buscar es la ci. cundante, es decir, le propia. Gutié- rez dice, on el mismo. comentario: “el poota ‘habia mizado en torn0 suyo Y eneontrad poesia donde antes 0 {a halldbamos Los consuelos tuvo un gran éxito, Florencio Varela (Carta a Gutierez del 1 de diciembre de 1834) saluda en su autor sun verdadero poeta Los diaries Io comentan y, por el eco que despa, se puis stpmer jue interprets un estado de dnima, tn tono “cletive, Fue sin acteto abandonar el “color Taeal” de Boia Yy remitise @ Jo individual, el culto a yo, la Imguidez, la sinceridad pa- tétiea de los. sentiments. Pero’ si por todas estas razones el ensayo posto imports, iteress mucho mas todavia el epilogo (prélogo en fa edt ein do Gutiérrez) con que Echeve- tla sostavo si intento, “Preciso es ‘que (la poesia) aparezce revostila do un carieter propio y original, y ‘que reflejando Ios colores de Ia na- turaleze fisica que nos rodea, sea a la vez. el cuado. vivo de nvestras costumnbres, ln expresiin més ele- vada de nvestras ideas dominantes.. sentimientos y pasiones...muestros sociales intereses..." Es. decir, las condiciones de una poesia nacional, condiciones que slo pueden sor sa: tisfeches, por otra parte, por une sentalidad que haya comprendido romanticism y si metafisica. Ca- ligrrer aplaude Ia definiién’ pero divide Ia propuesta de Echeverria en ‘dos partes sosteniendo que la natu: saleza es una fuente otema de poesia fen tanto que Jo moral y social no dan on lat actuals condiciones, para ‘una gran poesia, porque éste es “un pueblo mercantil fundado en. suelo de miseros salvajes... cuya historia fs pobre on épioos sucesos y en per. sonajes dignos de la apotcosis “del ingenio...°. Echeverria quiere dar of rario al so- cial, al asignarle a la poesia la doble funcién. Pero Gutiérrez no lo entien- de asi Cree que la realidad en si no os poetizable, que Ia realidad debe ‘organizarse en grandes asuntos para que la poesia se fije on ellos. En nuestra opinién, Echeverria se ado- lanta sobre su época con esta ides, pero en el mismo epilogo la desvirtia tun tanto al adjudicarle “una foerza ‘moral, adeinds de un deleite estético”. Es decir que la modiatiza, siguiendo fn esto la influencia de los zomin- tioos a lo Sainte-Beuve, que escribie- ron vers0s humildes para el pueblo. Que para Echeverria Ia poesia es un festmmento de ot lace To procba fl escaso valor que, en cierto mo- Inent, le aye como arma De coneertado, desconsolado, desilusiona- do, Echeverria exelama:’ "He debido malgastar la sustancia de mi erdnco gn stiles rimas debido « Ia des- lichada situacién por Ia que pasa ‘mi patria’, Tenemos que Echeverria no siente la poesia como auténoma actividad ereadora del hombre, sino al servicio de algo que ta trasciende ¥, por es, Ja supers. La cautiva,— La cautioa, pooma ublicado en 1837 dentzo del volu- men de las Rimas, tuvo tan éxito in: mediato, En el Diario de la Tarde, Gutiérrez hizo una critica consagra: torfa, De la primera edicién fueron ‘enviados 500 ojemplares a Espavia ‘que se agotaron en Cédiz. El diario El Tiempo, en su mimero 625, glosé La primera narracién argentina Ssbemos que FI matadero inaugura ust ‘gine cunt 0 para, ero no por razones de eronologia, sino de ealidad. Del mismo modo, ‘Amalia seré In primera novela argentina, Pero ex Ia medida en que asume una jerarqula. Porquc, cronologicamente, no solo la primera novela ese fue lade Miguel Learte, en 1758, sino que existe otra, muy pintoresea, publiada 182 Se ar fe un cara fordobés, Tamado Juan Justo Rodriguez, Y'su thtulo, Alejandro. Nenelkow, Drincipe y"ministro de estado rs, sablo en la desgracia y ayo de sus hijo. ‘Esta curiosa obva, cayo titulo tno et menos curioso y singular, carece casi totalmente de Importancia mo solo litrara, Histéviea Pero fue publicada diez aos antes de que Echeverria eseibiera EI matadero, y casi medio siglo antes de aque se publicara. 251 Objeciones a la obra de Echeverria Se ha dicho que Echeverria Doves varios aston haber Intodeido el vormoticsmo, haber implantade temas nacionales on nesta lersture, haber reitalzado In'ide de Mayo ‘ala uz de Ine nuevas doctrine Glodfieas, haber fundado la Redloga del Ueraismo argentino: Sin dud « esta ara de muestra storia hovee le pueden nog tales ests, ‘om tampooo st importancs, de To cual Eeheverih vendia « feaultar un fundador de meses cultura modems, Pero ea cambio tele han hecho serie objecones. Veamos eae ton Primero: Se dice que no fue verdadero poota, que care de ingpiacn, Sogundo; Que come pensador no fue eight So un Entedon, Estas crear pueden tener algia sentido deste un punto de vista absoluto'y universal. Pero site consider abjtivamente al papel desempetiado por ln obra de Echreversa a pesar de cuss grandes carenting, lo que correspond’ es determina lat sigiicntaones reales de tin seein qoe, como Ja iva, tivo para nuestro) pal tanta troveendencias En gua, 28 teata de juzgrlo sino de penetrae ca su sitern pars advete its liness que trae, locloso Las importaatescontradicelones en ls tie incue, Vermot ahora en qué Snsvten Tas priniplesobjsions Sue ae hacen 4 valor como poeta y como ponsadar. El Tort. -Pedro. Heoriquer Urea (CorsintesIneravas de, América define la primera objecline "Nunes legd a rer on werdadero pocta ss versos solo anrojan sonidos opacos, y su estilo cearece de la magia de las imagenes”, Esta observacién parcoe justifieada, Se advierte en la poesia de Echeverria un esfuerzo considerable, ‘un alargamiento a veces innecesario ddesbordamiento mis intelectual que afectivo 0 necesario. De ali las Freouentes ealdas yen sma, clerto laste retérico que haven difcinente frecuentable su vasta producciin, muy sometida, por otra parte, dado ft cardcter de poemas de tipo pico con temas nico, a xine tendeneia pasatists imitada de los romantics, especialmente Byron, De 5 prodseeiin, To que sin dada cs mie tramstable es La cautva, tivo interés es més que nada conceptual, pero en el que la fuerza fe Tos conceptos arrastea la ‘Mencia y de alguna manera ke gone co tn tad. En n parte donde se estdia este poem el lector ha visto todo lo ‘que esto a Signifien desde todas ins perspectivas posibles Junto a ese carder general de su poesia, considerado sin duda deste nuestra perspectiva actual (os contemporineos celebraron entusiatamente lo postico de tas bray de Echeverria), se destacn la claridad conceptual del poeta ea to referent Ia poesia como actividad, Puede formularse la ‘opinién ce que sis ideas sobre Ta possi estin de acuerdo con st ‘bra, 3 revelan um pensamiento tmadaro capa de integrar Ta poesia on el conjanto de Ta realidad. Precisando, en lo conceptual, los aleanees de_un romanticismo aque trasciende o individual. del epilog (prélogo en la edicion Gutiérrez) de Los. constelos (184), Echeverria se peeoeupd por la cestética de Ia poesia punto tal ae en Ia edictin de sus Esteban Echeverria Retrato realizado en lapiz y tinta china por Carlos B. Pellegrini 223 Mes ah es Obras Completas hay un apartado que se titula Estudios literarios, ie abarcan los siguientes temas, reveladores todos de una preocupacién estétiea muy actual, horradores que reunié Juan Marla Gutiérrez Forma y fondo en Jas obras de imaginacién; Esencia de Ia poesfas Clasicismo y romanticismo; Reflesiones sobre ol arto; Estilo, lenguaje, sito, método expositivo, etostera, No obstante su preocupacién, también en este aspecto se le retacea coriginalided. Emillo Carilla (Tdeas estéticas en Echeverria", “Revista do Educacién”, afio TH, IN? 1) dice: “El carfcter de cosa fordnea, en todo ol sentido de la palabra, se ve hasta en el testilo inconfundible de algunos ‘troz0s"s y se ocupa de hacer las ‘comparaciones necesarias. En efecto, sogan este andlisis, Echeverria Ihabria tradueido trozos enteros de sus autores predilectos (Hugo, Schlegel, Madame de Stuil, Cuizot). A Estilo, lenguaje, ritmo, método texpositivo Carilla Te reconoce ‘menos dependencia de autores extranjeros. La parte final, acerea del ritmo, Echeverria Ia reproduce ten In Advertencia de las Rimas (1897). $i Echeverria no publics esos eseritos es porque “dice Carilla— conoeia el aleance de estas. paginas, meras tradueciones, recopilaciones de ideas provenientes de un sistema ‘laborado en otra parte. No ‘obstante, y sin tener en cuenta la defensa que hace Palcos de la originalidad de su biografiado, conviene decir que en el prélogo de Los Consuelos hay una eoncepeién poética cuyo valor se realza euando se conereta en La cautiva, EL pensador.La misma acusaciéa ppesa en cuanto a su obras Aloctrinarias, especialmente al Credo, A partir de las acusaciones de do. Angelis, permanentemente se a revisado lo original en la obra. do Echeverria, Uno de los. principales impugnadores ha silo Groussae (Si se guitara del Dogma todo To que pertenece Lamgnensis, Leroux, Lerminir, Mazzint "y tutti quanti sélo quedarfan las alusiones locales’ los solecismos". Paleos refuta esta extrema acusacién, y en su biografia deslinda To que Echeverria tomé. pore lo necesita para su pensamiento, To que puede haber sido invocacién ala autoridad, y lo que puede considerarse “exooso juvenil fen citar Labrousse. (Echeverria Y la filosofia politica de la iustracién’, Sur N® 219.230) dice que Echeverria no es tanto el Aiscipulo como el rival. de ‘estos escrtores (Saint Simon, TLammenais, y ots), y que para califear su propia obra, om ellos, se nspiré en Tos grandes ‘movimientos ideoldgicos que ya se habian afirmado en esta parte del mundo. Por su. parte, Rail Organ Gociologia Argentina, tomo 1) estudia las, Yinculaciones concretas del Dogsna con los saintsimonianas fen quienes se inspiré Pero hay algo que debe decirse sobre esta cuestion de la originalidad 0 Is imitacién. Y es que debe tenerse en euents, ante todo, la idea que tenia el propio Echeveria acerca’ de lo que shora se denomina “lo forineo”, “la influencia’ 0 “el préstemo". Para Echeveria Ie comunie de las culturas era tin hechos en onsecueneia, apelaba a lo qué podia fyudarlo a expresar un pponsamfento con la misma hataralidad con que se le brindabs, Lo que importa, en todo caso, ce In inflesién comcreta que da 9 ese material, ol grado do adaptacién a que Io somete, Ya en demostrando que esta idea es en él tuna concepeién arraiga Tin 1845, sobre la Revolucién en Franela, lo dice de este modo: “Tendremos siempre un ojo clavado cen el progreso de las naciones y el otro en las entrafias de iuestra sociedad’. De modo, pues, ‘que lo que importa, es ver lo ‘que realmente dice, pese a sw discutible originalidad, y de qué inserts en la cultura del pais, cusles pueden ser sus errores 0 contradliceiones, y qué Iineas perdurables traza. Lo que nose discute.—En cambio, no hay objeciones ni a La gautiva ni a El matadoro. Nadie Tas discute, y se reconoce en ambas obras algo nuevo, tuna expresion que sintetiza propésitos y fructifica en tendencias. ‘Ninguna de las dos, seguramente, fes una gran obra desde el punto de vista extético universal, Pero ambas encierran elementos de mucho interés culturolégico y abren cierta perspectiva sobre nuestra problemitica nacional; no tanto porque impliquen tun testimonio histérico, sino porque reunen en un intento de expresin propia una gran cantidad de fcuestiones relativas a nuestra organizacién social, econémica, cultural, histori, literaria, etostera. Al estudiar su pros literaria se ha visto ast que La cautiva, El matadero y el Dogma socialista son tres obras positivamente importantes en poesia, narrativa y ensayo respoctivamente, Y quo esas tres obras significan un verdadero avance en el desarrollo, en nuestro pals, de esos tres géneros. | | 253 CONSUELOS, Pogsas ESTEVAN ECHEVERRIA. “Segunda Baicion. BUmtOD AIMS, —e DXPRENTA ARGENTINA. asay, Bidicién de 1842 de Los consuelos Bow Juan Marta Gutiérrez, (1809-1878) 254 Jos comentarios de Gutiéerez. La re- pereusiin foe tan grande que al poco tiempo se reimprimié on Bspaiia en al mismo afo. Incluso en la Argen. tina fue reimpreso el volamen en 1845, en plena époce de Rosas, En 1861, el poema fue verido al alemén por Wilholm Walter. Los hermanos Juen Groz y Florencio Varela, otra vera pesar de st oposiciin al ro- Imanticismo, lo elogiaron: y Gutiérrez destacé su valor inaugural para nues- tras letras. En efecto, La oairtiea oon. saga la implantaci6n dol romantics: so, incorpora el paisaje argentino Je ‘gran literatura, y da comienza 2 una particular forma de entender Jn poze maint al como a habia redicado en el epilogo de Los con- Tuelos), dando logar a una tendencta ‘que podemos denominar la gauches- a culta’, y demostrando que es po- sible utilizar la literatura para ex: presar ideas y concepts polémicos etuales. El pooma tiene mueve partes (El de- see fen’ Bl pal ba lb. vada, El pajonal, La espera, La que. rmazin, Brian, Maria) y un epllogo rmodicnte los’ cuales se relata wna historia tragiea que se desarrolla en Ja pampa, en zona do indios, hacia una’ época indelinida pero posterior la Independencia. Como en ante- ores y postrfores obras, hay aqui una especie de ecuacién entre la des- cripcion del palsje (naturaleza) y la acci6a y psicologia de los personajes To eval nos leva de Hleno, en tanto se trata de lograr wm equilibria, al romantiismo, para ol eval la natura: Jeza es por un lado ambiente en el ‘que la vide humana se desenvuelve, [pero por otra, expresién de esa mis: tna vide, simbolieo espejo indispen- sable para comprender sa. misterio cesencal. Para ol romanticismo la na- turaleza es desdoblamiento de la sub- jetividad, de modo que lo que ocurre fn uma implica lo gue ocurre en lt otra y vioeversa, en tna relaciéa pro- funda por la edal el ser'se liga con Jo efamieo y por allt se expla, Aho- ra bien, yendo a lo conereto, esa {usién no” se. da en forma estética. ‘manto arménica, al parecer son més Jogradas. las deseripciones que’ los personajes, sin dude: porque descr bi staal, I pagans, ex nto. descubrimiento. para el Dr Echevera, foe mucho mis instants ue el drama tradiclonal, despojado ae" recursos de observactin pails lea, que padecen los attores Res. ecto de ésos, en ‘una primers apro- Ximacién, recordamos que en Cartas @ un ainigo relata un episodio que uede ser antecedente de la historia Cel novio y el hermano de. Marla hhabian partido con un escuadeon de millcas a escarmentar los. barbaros de Tas fronteras, que como Ud. dlobe saber, han entrada 2 nuestros campos matando, robando y desolando euan to encuentran”) y que pmieba, como fe verd mis adelante, por un lado ia vigencia‘caltural deta fronters en la época de. Echeverria; por el tro, su parcial sensiblided “a Tox problemas implicados por el ind, taya parte de razén y" ewyo drame zo petclbe. Por tino, debe deetrse aque las descripciones tienen tal fuer. ‘que Sumiento, en Facundo, las considera como documentos fehacien. tes y se apoya en ellas para esborar su famosa Teoria de Ja inluenela del medio. En este sentido Le caution Duede considerarse también como Hem aration wr, de done {importante tu aporte al desarrollo del geaero narrativo de nuestro pals Género del que exté ya, on ese en- tonces, por brotar nuestsa literatura novelesaa, El tema: Recordemos Ta historia pare poder eaminar ego. si significa: én. Un soldado, Brian, preso do Ios indio, rescetado por fa vallen- te Maria, su mujer, cautiva de los salvajes. En medio de um festin ho- rmible los deadichados huyen al de- Set gue he dst a comer el poems. Brian esté herido.y Maria aftonts todos los tiesgos para salvar. Se refuglan en un pajonal y descan- sn, pero un incendio agrava su. si tuacién, Maria se multipica, Salva otra vera esposo haciéndole crox ar el rio, pero. sus esfuerz0s son {niles. EY guemero mueze en pleno deliio. Maria no desfallece; sigue Tnacia tierra de ‘blancos en procuza do su hijo, que la vestiticé a fe vida, pero los soldadas de Brian que la escatan le anuncian su muctte, La infeliz no resiste y mucre. “Todo eso esté contado en diversidad de metros entes los que predominan dl octoslabo y el hexasiabo, orga izados en ddtnas‘sexinasyen romance, la estrofa popular expat El total de versos es de 2142. La pro- pia idea del pooma es roméatics. En Primer lugar, por la versficacién. Pero, bisicamente, por lx novedad {que implica el relat postico, Gatié- lez repard en este aspecto y seid: “Serk un poema, si tel denominacién ya de darse a la velaciin de un he- cho en que intervienen dos 0. mis ‘personas, Pero no es 6pico en el sen- ‘idéctico, considerada su dura. cién, Ia calidad do sus héroes, ol metro mismo y Ja versificacién”, El modelo ex, desde huego, el poema pico sedoclsico. Gutiéeree despre- dia el problema y dice: “No aos ator- tmentemos en casificar una produc: cién de Ia faatasia, con Ia exactitud ‘que omplea un naturalist en ordenar SB herbario". Sin embargo, In cues: én interesa. sobre todo desde el punto de vista de la rovolucion 10- Tntice, pues haber dado altura épica 4 héroes: que anteriormente no ha- trian sido ‘legidos, huber empleado metros antes caraterstins de lo po- pular y m0 de lo épico, haber bus ado un tema actual y no mitol6gico, yy haberle dado dimensién, heroics, representa la aplicacién de la tentse ‘iva esencalmente roméntion do la mezcla de los estilos, ubleada bajo al alio objetivo de la domocratiza- Gin de le literatura. La antigua pre- ‘eptiva indicaba’ que a_ personajes sebler comesponi'wa lenguee toe ble, acciones heroicas y-pasiones strandiosas; a personajes villanos, em cambio, les era atrbuido To ebmico, Jo vulgar, los metros populares y las acciones no heroicas; estas divisiones fengendraron dos estilos, rigidamente separados, que el romanticism quiso y logré acerear. A su ver, como un ‘buen intérprete, Echeverria loged sus- este objetivo en el planteo integral del poema. Un hecho significative, a pesar del mencionade. seerdo jwvenil do Echeverria, esti dado por el tema: indlos, fronteras, etostera, tratado en 1837, a cuateo afios de le exitosa ex- pedicign de Rosas al desierto, a la que el poeta se neg a celebrar. Dic ‘amos, par de pronto, que si la de Rosas es la version oficial de la cues- tin det indio, la de Echeverria viene a revisarlay corregila. Y esto. lo vyeremos al fratar os personajes de Je narractén, al hablar de lo que son y pone en ellos el poets. ‘La forma: Pero, para empezar, tene- mos que notar uno 0 dos elementos Hiterarios que sultan a ln vista, Ya hhemos sefialado que la estructura del poema es roméntiea en cuanto a la rnezcla de estilos. En ese. sentido anula, rompe la imaien épica del seudorlasicismo, Esa reaeci6n es apo- yada por la métrica: octosilabos, 1o- Imances, décimas, etoétera, se apartan del tradicional alejandrino, verso gue pposeia toda la energia, y del endeca- silabo, acusado de desfalleciento por Cotideres, Hasta aqui, Echeversia se sia cobtrente en su rebeli6n. Lo mis- mo podela decirse en principio del vocabulario: vemos que, exigldo por Je descripeién del ambiente nacional, Echeversia emplea palabras Toesles: ai, rancho, asado, beberaje, pajo- hal, indio, quemazén, puma, tolderia ‘Las emplea con una natorelidadt que ro tenia en las Cartas a un amigo, donde se veis obligado explicarlas ‘como si fueran peculiarismos intrans- ro (MIVA KA cOMPSDERAGION anceRrimA! | RIM AS. aE, Seem ev te Livrie det wor Siautnon reste ta Iglesia del Coin Padicién de 1846 de las Rimas “pooncoconnononnsonnnonone BL DEstIERTo, Era la tarde, y la hora En quo cl Sol la erestn dora De Ibs Andes. Hol Desierto nconmensurabte, abierto, ‘¥ mistrioso aus pies So cetiondes-—trste cl semblante, Solitario y taciturao ‘Como cl mar, eusndo un instante Alerepiseulo nocturno, Ponorionda 4 eu aliver, mer gins do La cana (die. de las Rimas de 1846) é Fondo histérico de La cautiva En La eautiva, Echeverri presenta al indio como un peligro total para la Civiizaeién. En su poema no hace amis que recoger, en realidad, un tema usual en el campo cercano a las zonas de indios. Desde casi mediados el siglo anterior, los araucanos, Hamados pampas’ cuando so radicaron fen esas tina atraidos por las manadas de vacunos y eaballos que vagaben sueltosy sin ducfio, devastaron las poblaciones y los establecimientos, que Alesenvolvian’precariamente. st existenci, Realizaron los “malones” depredando las magras riquezas de lot colonos secuestrando especialmente a sus mujeres Gonstituyeron el més grave problema aque tuvo la zona Sur del pais Hata. 1880, fecha en que fueron batidos definitivamente, por el general Roca. Este problema legé sin dada hasta las proximidedes de Tujin, ol sitio ‘mis préximo a Buonos Aires al que Tegaron os indios. Echeverria debio conocerlo de cerca, y debié parecerle txcelente para ullizario eomo fondo Iistrieo de su poema, en el cual se trata justamente ef tema de este conflicto y esta tragedia Perpetua entre los aborigenes y In Nacién, 956 aisibles directameate, Aqui no pa: recon pesale, y ex a partic de ellas ‘cuando se consoida sa proyecto de poems nacional, Pero. sucede que onto. a ellas conviven palabras del ims Uinpio culo seudoclsico, que incluso fe dan tn fono solemae «a narraclén: “Ha reprimido del bruto / In estrepitoss carrera", Es como. at Eheveria no. hublera podido re- nundlar al Ienguaje iteario prectis tanto para denotarclrcunstandias quo no sean estictamente locales. Adver. timos en esa convivencia une expecte de tensién entre localism y univer talismo, Io cual traducido 2 términos culturléglces implica una tensin, mo resuelts, entre lo directo y Io pred terminado significativamente, entre 1 primitive y Io cult, entre América y Europa. Es como si en el fondo de su conclencia estéten so resisters @ abandonar el instrumento tradicional, por respeto a todas las impicaciones Se su aceptada universlidad; 0 como 5 sintera lo local como nivel previo anterior al oto, respetable pero También inacoesible, ‘Veromos, cbmo sta reserva 20 convierte en dioto. wala al exruinar a los. personajes, 9 { instituctonalica en el pensamiento de Echeverria en EI matadero y sus cexcrliog tebrioos Los personajes: Entremos en los per- sonafe La prinera epreatinacio ro. volt una iden ortodoramente roméar Uiea: una tnufer fuerto por el-amor, alizada ‘hasta converte. en ‘una heroing, igada a la exstencia por el sentimfento, esa veta recién.desci- thesia y que de tal modo inspird y exalt ‘2 Tos romdnticos: ‘Dios. para ‘mar, sin duda hizo un cordztn ton sensible; palpitar le fue imposible | quando’ a quien omar 10" has. Es tua mujer esposs y made, pura. © Intachable, protector, aseraadn, Co- mo eontraparte, Brian representa el tipo del “héroe cansado”, caractere- fico del romanticismo, o see pure pesivided que encierra uns dea ma- Slareal dele organizacién de las relaciones, no tanto por la actividad de la mujer on su torno sino por to- das las reservas morales que. hace desde su delirio, por todas las exe gencias de respeto, explicitas 0 im- pilicitas, que manifieste aun en ef esierta y en el peligro (“Marla, soy infelice, / ya no eres digna de ml, / Del saligje la torpeza / habrés ajado x pureza / de tu honor,y mancillado / itu cuerpo santificado / por mi ca Tino y amor. / ...). Beta distriba- cidn de papeles corresponde a la idea- lizaciin romantica: la mujer, como exo con la naturaleza y la ‘divini- dad, ha sido racién descubierta (la mujer del seudoclasicismo es mate- rialista, cortesana, ilustrada, sexual. ‘mente libre) y el sitio que se le re- serva es el dé una pureza cautelora por la cual la estructura tradicional es consolidada en una relacidn sacra- lizada por el amor y la naturaleza Pero ademés, notemos de paso, Brian y Maria son personajes cultos en me- aio del desiers. Hl es un guerrero 4e Ia Independencia. metido en la ioneay tado pret con st mu er. En verdad esta es une creacion Gel poeta pues ni los gueeros de la Independencia a la manera de Brian, can su lenguaje, formaban arto de Jos contingentes (reclutados por la faerza entro.“vagos y malentrotoni dos", comendados por soldados oca- sionales) ni la situacién de la pareja tautiva, no sopamda por los Indios, fra demésiado usual. Hay, pues, una fcentaacién, uaa puesta de relieve de Jas condiciones originarias de los per sonajes, una intencionalidad _perse- guida por el autor. Se trata de des- tacar por tn lado la imposible con- ciligciia catze la cultura y el salva- fismo, y por el oto, la virulencia del Salvaje’ en contra de la cultura; to cel, rocortado sobre la actualidad y dl piblico al que se dirige el poemna, implica ua desmentida al rosismo fen cuanto mediante sa Txpediciin Rosas pretendié tranquilizar al mun- 40 civllzado acerea del peligro del fndio, Aqui cobra sentido Ix reserva de Fcheverria en 1833, y el poema adquiere tamefio de advertencia na- ional. Quizis Rosas todavia no 1e- salte cuestionado, pero si su politica, ‘en un toma esperifico tan importante como el del indio. $i esos personajes caltos en peligro representan el hom be argentino mis Yale, oma ces también un lamado a le unided nacional. ¥ esta interpretacién parece mis amplia que aguella que quiere Wor on Ea eautoa un simbolo dela patria sometida, un tirano, que se hos ocurre inadecuada a le’ concep- iin echeverriana de le politica na- ional del momento, tal como qued6 documentada durante su_actuacién en ol Salén Liteari, Queda por considerar fa imagen que presenta Echeverria del indio. Pues bien: sobre todo a través del segundo capitulo, ET festin, vemos al Indio como una mera segregacién de le naturaleza, no como ser humano, ni siquiera degradado; es simplemente un elemento més, feroz como el ti ‘re 0 como Ie quemazin, y que ex presa, en la articulacién’ romantica, tode le angustia y el riesgo de los sexes humanos (Aquel come, este des- triza, | mds alld alguno degiella / con afitado cuchifo / 1a yegua al laso sujeta,/y a la boca de ta hesida, / por donde ronca y resuella,j..) Esa Cosificacién, usual respects de los “nativos” en todas las literaturas eux ropeas con tema, primis, repre senta una posicién del poeta frente a confit pica srpcado por Indio, es decir, equé se hace con é ese lo extermina 0 se lo trata de ai ‘ilar? Yel vehioulo literaio es el color local, por medio del cual se ‘abarca todo. el ambiento tomando distancia frente a él, Pero jastamente I imagen del indio, en tanto es re- sultado de la aplicaciin del color local, dismimuye el cardector nacional del descubsimiento echeversiann; lo elacea, divide el Ambit y no lo ele- vyacen su integridad al rango de cose Un malin, Litografia de Lemercier, sobre un dibuio de Rugendas 957 EL matadero del sur. Grabado, de B, B. Vidal 258 IS "Coete ei mmen sn yen (eactre tue pn a run cance ee {Sipe ren ec ane ee Primera pagina de El matedero en la Rovista del Rio de la Plata propia, de zoaa quo permite une identifieacién. En resumen, La cavtioa haco trazar tun paso adelante a nuestra literatura y abre un camino, aunque no pueden Aejarse a un lado las dicotomias, los pparcelamientos, los esquematisnos, las parcialidades tipicamente libera- les con que se produce el acerca siento a la realidad EL matadero. Examinemos tam- bién de coren « ET matadero ~eserito entre 1838 y 1840-, inédito hasta TSTL, aiio en que Juan Maria Gutié- rez Io hace publicar en la Revista del Rio de la Plata. Aparece, desde luego, en las Obras completas, edi- tadas por Casavalle entre 1870 y 1874, preparadas por el mismo oxi tico.” Posteriormento, on este siglo, Ricardo Rojas hizo una reedicién en Ja serio Origenes de Ia novela argen- tina, texto definitivn (1998) preparado por Jorge Max Rhode, Instituto de Literatura Argentina de la Facaltad de Filosofia y Letras de Buenos Aes. Como primera eproximacion, debe decirse que es lamentable que n0 se hhaya poblicado en el momento de su redaceién, porque en verdad es la primera narracion de caricter de- finido, de jerarquia eraria y de valor testimonial que se ha producido ‘en ol Rio de la Plata, Como ademas de su fuerza descriptiva propone una actitud de alguna monera realise teuando el realismo estaba en pafiales fen Eusopa, su publicacién habria tal vex influido decisivamente, como ya ha sido anotado antes, en ese mo- mento del desaello de Ja naratva Decimos que es la primera narraciéa de jerarquia, no ln primera eronolé- sicamonte hablando; aunque tampoco Inubo, demasiado en materia de relato cen esta zona, de gran profusién, por el contrario, postica y_ensayistica. Sea como fuere, a causa de no haber sido conocido, El matadero se pone fugre de Ia tadictin teria y re- sulla, ademés, extraordinariamente rmoderno como’ relato aun on 1871 cuando se da a conocer. Pero el he- tho de no haber sido conocido no Signifiea que El motadero esté des- sonectado' de su tengo y de los ex. sayos marativos que se eatin, produ- ‘igndo, Tiene en comin con ellos por lo menos dos elementos: ser producto dle una mentalidad roméatica; y afi mar en consecencia un sentido do la vida roméntico; y, por otra parte, ser en general un relato de costume bres contemporineas, En ese sentido, mejor dicho en los dos sentidos, s¢ foneata con las posteriores obras de “Mitre (Soledad, Memorias de un bo- én de rosa), pero rmucho més con los articulos de casturabres, casi ma- rraciones,de Alberdi y de Gatiésrez (Ethombre hormiga}. ¥ todos son seme sibles alas "eostumbres” como re- tultado do una comin y generalizada fdmiracién por Mariano José do La- nia ("Figaro"), uno do los poeos, casi ‘l tinico espaol eon cuya obras fdentifiean, por romatio, por actual ¥ por liberal ae Retevety ms. gule nel plonumiento de lag a hLULULUrLr ‘nados empieza el relate, sino. que ef virad de sui ideas y de su ex {uema ronatico so" proyectaacia tuna dénuncia polite y social que Investra hasta qué punto, entre 1838 ¥ 1840, ya no cela en una superacién de Ja dieotomia tradicional entre uni- {atios y federales. Ni tampoo que Rosas pudiere representar est supe- acién ‘0. que los. lévenes pudieran “ter Ta cabeza pensante de ese cuer- po tan poco reflexivo, Pero también, ¥, tal vez esto sea lo mis important, Echeverria deja muy atrs el cuento de “costumbres” por Ia actitud realis: te con que presenta su material, realism que no es, como en otros spectos, ebido a” imitacién 0. in- fluencis, sino algo muy original, pro- ducido sin estrepito. en la Argentina, sin clara conciencia de que so estaba Ihaciendo ‘un planteamiento esttico diferente y en uza época en la que Jos" primeros.sealistss -consaouentes exaropoos estaban apenas empezando 4 delimitar el sentido y el aleance de esa estética en-sa sentido modernc. ‘Realismo y costumbrisme: Un cuento de “costumbres” tiene algo do realis- ta en su origen:exige una observacién de la realidad y- propone un enjul- ‘amiento. Pero’ no tata “toda” la realidad, como es propio del realism, Sno an mu pcs, yt fi se. ejercita desde una. persona Gus dlleseo eoncutida Zon lo obser vado, y To rechaza o lo acepta por sensibiidad, no. §no°es amplio y abjetivo. El matadero comienza con al tono y el ritino cos- ‘umbristas: “A"pesar de que lainia @'Tistorla, no la empezaré por el arca de Noé y Ja genealogia de sus ascendientes..." Y, poco a poco, el rolato se_va inferhando en aguas ine- fos tranguilas, Ya no se trata de ‘Paciliadades mas 0 menos. pinto- Tescas ("estuvo quince dias el Mata- dero de la Convalescencia sin ver tuna sola cabeza yacuna, y que en uno © dos, todas las bueyes de quin- teros y aguateros se consumieron en el abasto do la ciudad”), sino de Ii bits que comprometen al hombre y, por lo tanto, al mundo entero, Ya instalados ‘en lo realista, plano de seriedad en que Ia jeonia no cuonta y el detalle se profundiza, observa mos que lo zealista tiene un funda mental alcance descriptivo dentro del eval Ia ironia y el enjuiciamiento cos- tumbrstas, asi como el detalle realis- tt objetive, conducen a una idea de exiniea, Como si el autor, aunque confiesa lo contrario, quisiera hacer historia. Pero luego, sobre le tlt te del ie ani 3 En esto momento, exando el foe se intema en la zecién, 0 sex La insurrecci6n del sur {erifica, grande, varleda epapeya Ja que ellos supioron por si realizal Jamas pueblo alguno de noble pujanza fan alto ejemplo Togré presentart Con estos versos canta Echeverria In Josurreccién del Sur. Le siguen ‘otros tan encendidas como Ste, por cierto no dotados de_un alto nivel postica. Pero, equé fue la Tnsurreceion slel Sud ‘Los estancieros de In provincia de Buenos Aires, sofocados econémicamento por el blogueo aue soporta pais en su_couflicto con Francia, Y oprimidos también en sus Tibertadespereonales, se rebelan, y se rednen en Dolores Son isan rt de vebelin fontra Rosas. Sus jefes 0 Pedro Castel y Ambrosio, Crier Libran un encuentro en Chaseomis, Cramer muere en el campo de batalla, mientras Castell es ‘degollado. Es la primera rebelign a gue se ve abocado Moses, y esta, Ambrosio Crimes 259

You might also like