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HASAN G, LOPEZ SANZ Zoos humanos, ethnic freaks ones etnoldgi Una a acién desde la antropologia, la estética y la creacion artistica contemporanea Hasan G. Lépez Sanz Doctor en Filosofia y Licenciado en Filosofia yy Antropologia Socal y Cultural. Profesor Asociado dela Facultad de Filosofia y Ciencias de la Educacion de la Universidad de Valencia y del Master en Fotografia, Arte y Técnica de la Universidad Politécnica de Valencia. Sus investigaciones versan sobre Ia antropologia filosoficay cultural, el anlisis historico-ritico de la antropologia empirica y delos museos Ia esttica y teoria de las artes, mostrando un interés especial por la fotografia y sus usos piblicos HASAN G. LOPEZ SANZ Primera edn, marzo 2017 A Pines Info@editoraleoneretaong sworwatorleoneretaorg asteacién de a porta (George Loss, 2 Ven Hottentte, ieabado colorado, 203277 em, 2835. Diceno y maquetacin Jeume Marco 16 Lab {eas imiguncs sus euareay VEGA, ‘Gala cin Edo once, Sehan ocho toda as ertooes pols par identifica a lon popstar dean derechos de stor Em caso de ei ‘sion pr favor contac coa Eda Concetta de Inlgedtoialaerte ar sta uicacn ys contends se publica bo a protei, lotro ys onions dena Centve Cron ‘teconoceentoSinObrabativada (by ad. Poo tae Se permite copia em eulguie formato maioiny dil, ‘prey cand no ene desta ecco S ‘diiron elton sept seni se ‘mantra eta ts Cangas qu a en daco elt Nene entesmenonndarepere spbactinespa lor Impreso en Yenc san gt arodinreg Indice Prataga La lustracion y el descubrimiento del Otro: nativos exéticos en Europa Capitulo» [Nativo exétiens en Europa: el buen salvaje y la eritica cultural Exhibiciones humanas en el siglo x0x. E1Ouo y lacultura de masas Capitulo 2 Quiénes son esos seres extranos? Hacia una ciencia empirica del ser humano racsta yetnocentesta Capitulo 3 La Venus Hotentote. El cuerpo negro exhibido, sexualizado y raializado Capitulo 4 Las exhibiciones de ini de George Catlin y su recepeién ‘por Eugine Delacroix, George Sand, Charles Baudelaire y Charles Dickens Capitula 5 Freak Shows, eras foraneas y museos de curiosidades ‘en Estados Unidos y Europa Capitulo 6 Jardines de aclimatacién, 2oologics y tatros de variedades. [Exhibiciones humanas y cultura de masasen el siglo xix Capitulo 7 _Exhibiciones humanas y poblados indigenas fen exposiciones universales y coloniales " a 2 28 2 a 1. 1900045. Freak shows épica colonial en poblados indigenas y exposiciones universales y oloniales Capitulo 8 Coney Island y la Oficina de Estudios Eugenistas de Cold Spring Harbor. La impronta de Franeis Galton Capitulo 9 Artistas, deportisas y pigmeos. Lo exotico reaparece en la escena de ls teatros Capitulo 10 Exhibiciones étnieas y poblados indigenas ‘en exposiciones universales ycolaniales Capitulo Las exposiciones coloniales de la década de 1930 yyla Segunda Guerra Mundial, Un nuevo giro en a historia de as exhbiciones tnografcas Las exhibiciones étnicas y zaologicos humanos en perspectiva. Respuestas desde el discurso poscolonial Capitulo 12 El debate histricofilssfico en torno a las exhibiciones humanas. gPodemos hablar realmente de 2008 humanos? Conclusion "Nuevas formas de exhibicin en la era de la global Bibliografia Indice onomastico w v8 ua 180 2 24 230 Prélogo En 2006, mientras realizaba una investigacién doctoral en Parfs sobre las relaciones entre fotografia y antropologfa, tuve la ocasién de conocer un fenémeno que desde el primer momento llam6 pode- rosamente mi atencién: lo que algunos especialistas habfan llamado « porque su comentario pone de manifiesto la deriva conceptual de la idea de buen salvaje de Rousseau. Tal y emo hizo Roger Bartra, conviene preguntarnos si para construir esa imagen el fil6sofo francés oriento su mirada a la lejania o hacia su interior, 15 Hay que nate que ugtmele no deta l eleza fica de Aout sno Suite, ‘terete de una segunda tzu de hombres que habitat em exe mime momento en Tabi 14. Bouaaiitis, Lous AxroIe De: Yoynge aur dr mande parla feats a Boadeus el fite hea, Eilones del Gropo Books Livres e Geta 771, p28 5 Bawancs, Tsearor Op ct p53 hacia lo hondo de su alma e imaginacién'®. Muy al contrario de lo que se ha pensado en ocasiones, el salvaje de Rousseau no es el Otro, el hombre primitivo de Africa, América 0 los mares del Sur, sino el homo sylvestris de la mitologia europea; un ser imaginario que representa un individuo que no ha sido socializado y que desconoce el valor del dinero y las instituciones politicas. La asociacién entre el hombre de la naturaleza de Rousseau y el hombre primitivo es un fendmeno derivado, y las palabras del doctor Commerson son buena prueba de ello, Sin embargo, ambos casos sirven para explicar las tensiones de la sociedad europea, siendo el pretexto que permite atisbar criticamente las costumbres de las sociedades civilizadas. Esta es una de las razones por las que los censores intentaron impedir que el filésofo publicase su Discurso sobre las artes y las ciencias, texto donde defiende que en todos los tiempos y civilizaciones las artes y las ciencias solo han servido para corromper nuestra bondad natural. Tales ideas podian provocar que los franceses deseasen volver a vivir como los hombres bbrutos que no conocen ni religién ni moral». Un bonito parrafo nos permite apreciar con toda claridad el sentir de Rousseau hacia las ciencias, las letras y las artes: Mientras el gobierno y las leyes subvienen a la seguridad y al bienestar de los hombres congregados, las ciencias, las letras y las artes, menos despoticas y mas poderosas quiza, extienden guirnaldas de flores sobre las cadenas cle hierro de que estan cargados, ahogan en ellos el sent- ‘miento de esa libertad original para la que parecian haber nacido, les hhacen amar su esclavitud y ast forman lo que se denominan pueblos Ghilizados. La necesidad alz6 los tronos; las ciencias y las artes los han afirmado", 4 Boru Rosin sue arf ri Nac Anos de Meo alone Man 9979-165. Ves epetmente el apul vit dl i, ul sLos canes deo 237 Tent cad en Bexrea, Roce: Idem, p17 28 Roos Jeu: Dao soe las ert a cies Nan Eitri Nac 1991, 9.149. Renee nnn cantoxo 1 El precio de la mal llamada civilizacién es la pérdida de la libertad original. Para Rousseau la virtud no esté en la raz6n, sino en el sent: iento propio del hombre, en su estado de naturaleza. Su Discurso nos sirve para ver las fisuras del proyecto ilustrado en el mismo momento ‘en que se esta construyendo y cémo se abren las vias hacia una estética romantica, en particular en su deriva primitivista. No parece ser ca- sualidad que el mismo ano que el filésofo francés publicé su Discurso se publicase el primer volumen de la Enciclopedia. Segin Rousseau, el abuso de la raz6n ha desbancado la emotividad, que debe ser recupe- rada, Este propésito, como veremos més adelante, tuvo su plasmacién en la recepcion de las exhibiciones humanas y espectaculos étnicos en Estados Unidos y Europa a lo largo del siglo xx. No podemos dudar de que la presencia de Aotourou jugé a favor de los rousseaunianos, pues si la lejania se habia convertido en un mecanismo de elaboracién del mito del paraiso perdido, la encarnacion del mito (en este caso en la figura de Aotourou) se convierte en un ‘mecanismo para que perdure’, Ademés, las investigaciones que en 1800 hizo el médico francés Jean Hard con un nino salvaje encontrado en un bosque cercano a Toulouse en 1799, «guardan estrechisima relacién contextual historico-cultural con las reflexiones a que dio lugar en el mundo especializado la visita a Europa de Aotourous*. ‘Cuando el joven fue encontrado en Aveyron y trasladado a Paris por el profesor Pierre-Joseph Bonnaterre, algunas personas quisieron ver en él al hombre de la naturaleza. Cuando se dieron cuenta de que no respondia a sus expectativas defendieron que se trataba de un imbécil, una idea que no convencié a Itard quien prefirié educarlo antes que condenarlo a la reclusion perpetua. La asimilacién entre el deficiente mental, el hombre de la naturaleza y el hombre primitivo fue mas que ‘evidente en los freak shows, donde individuos con alguna discapacidad psiquica se presentaron en ocasiones como hombres salvajes. A veces tg Bawinot, TaMAron: Ope p52 20 Brrtans Ue: Lox eae fos oclizodos El encuentro de Europa yUtramar Fondo de Cure Eeondmica, Mexico, 198, 6-258 Nanos exis Enon: west va ene cn ‘iliom fry, arta de Onat cen ach Ba ya oe Danial Slander, 182 152 em 75:77, se introdujo también el componente étnico, dando lugar a los ethnic freaks, como por ejemplo la pareja de hermanos con retraso mental cabeza conica que se presentaron en algunos espectaculos del circo Barnum como los iltimos aztecas El mito del hombre de la naturaleza hizo que algunos filosofos reprobasen a Bougainville la accion de traer a Aotourou a Europa @or qué sacarlo del paraiso? El explorador francés tuvo que responder ‘que la decisién de abandonar Tahiti fue tomada por cuenta propia del nativo y sin presién alguna”. Semejantes preguntas, segtin Urs Bitterli, sen las que se mezclaba ye la critica cultural de Rousseau con el ideario de los abolicionistas y de los primeros anticolonialistas, nunca hasta entonces habjan sido formuladas en Europa con tal precision», asi en el mismo momento, en 1775, James Cook trajo consigo de su egundlo viaje alrededor del mundo a otto tahitiano de nombre Omai Alle, como Aotourou, fue presentado en cenas y banquetes de familias 2 Hotes ovens Los Avro Be Op tp v8 Rs, URE Op cit ps Carino 1 F Binal Au vordGe DE M. DE povcAINVIELE, JOURNAL Dun voracz AVTOUR DU MONDE, Fey pe HM, Bans Serna, Scotch eng ton Pe “Ta Se rig, pH ae er be ———s ieee texie Cobia dl ro de Osis ido L 5 Siplbmant aw sage de de Bovgcinle, 1773. nobles londinenses y recibido por la corte del Rey Jorge 11, A Omai también se le identified con el hombre de la naturaleza, lo que le cost a Cook ser el objeto de las mismas criticas que aftos antes le habian hecho 1 Bougainville. También la respuesta del explorador fue similar, pues ‘apel6 a la iniciativa del nativo en la decision de viajar a Europa y express ‘su deseo de devolver a Omailo antes posible a su lugar de origen, lo que sucedié en el tercer viaje de Cook. Pero volvamos a Bougainville. En el contexto de la Ilustracién, su viaje y encuentro con el Otro sirvi6 con toda certeza, como ya hemos anticipado, de instancia eritca para contemplar las costumbres de la so- ciedad occidental. En este sentido, més que las palabras del propio explo- rador, ama la atencion el Supplérnent wu voluye de: M. de Bougainville, un apéndice publicado por Denis Diderot al libro de su compatriota. Se trata de un texto fundamental donde se delimita el lngar de la antropolo- gia como ciencia empirica del ser humano. Pero ademas, como sostiene re a enn nm afc nee Nicolas Sanchez Duré, esa delimitacién de un saber empirico, «tiene ‘como propedetitca tanto una ética policentrista pragmitico-provisional cuanto un relativismo cultural moral que prescribe la imposibilidad de juzgar unas culturas segiin las normas y convenciones de otras» Continuando con el razonamiento de Sanchez Dura, «todo ello tiene un horizonte politico explicto», pues las «ciencias deben estar subordinadas no solo a la ética sino también a la politica». Ast que Diderot «habla desde la defensa de la libertad, de modo que su critica de lo que Hama “civilizacion’ es una eritica ala tirania politica, alas desigualdades y wna reivindicacién de la igualdad de derechos entre hombres y mujeres», En la trama de este texto aparecen dos interlocutores, a quienes Diderot denomina A y B, que dialogan dando un paseo sobre el viaje alrededor del mundo de Bougainville y sobre el relato que hizo del mismo. El interlocutor 8, realmente Diderot, habla de dos apéndices al viaje que todavia no son conocidos por el piblico y los reproduce literalmente. En el primero, titulado Les adieux du veillard se transcri- ben las palabras del discurso de despedida del anciano isleno ante los ‘marineros franceses —inventado evidentemente por Diderot—, donde reprocha a los europeos: ¥ ta, capitan de esos bandidos que te obedecen, marchate pronto con tu barco de nuestras costas. Somos inocentes, somos feces, y tt solo ‘puedes dartar nuestra dicha. Nosotros seguimos el puro impulso natural, pero ti has intentado extinguir su peculiaridad en muestras almas. Aqui todo pertenece a todos, pero tiinos has predicado una diferencia —no sé ual— entre mio y tuyo. Nuestros hijos y nuestras mujeres nos pertenecen & todos; ti has compartido con nosotros este privilegio, pero has excitado enellas pasiones extrahas, pasiones delirantes. En tus brazos se volvieron tocas, tt:en los suyos te volviste cruel, Comenzaron a odiarse mutuamente, 08 matasteis por ellasy ellas volieron a nosotros, pero manchadas con B Serone buns, NcouAc st aniopolaga como ceca Minos, deat y vise de Bougainville, Tema, nim. 35.2005 398 > Teen, Carrot ‘uestra sangre. Nosotros somos libres, mas tts has enterrado ahora en nuestro suelo el pretexto para nuestra futura esclavizacion, km el fragmento reconocemos algunas ideas del pensamiento de ‘Montaigne. Los tahitianos, antes de la legada de Jos europeos, carecian de propiedad, gozaban de una completa libertad sexual y vivian en un estado de absobuta felicidad. En el segundo apéndice, igualmente inventado, se reproduce una conversacidn del capellén del navio y un isleno de nombre Orou. En la reflexion subyace el problema de la moral sexual occidental. Pues cl tema central del Supplément no es otro que el de si determinadas formas de conducta humana pueden juzgarse segin normas morales cbligatorias. Como dice Diderot, en el amo, el isleno de los mares del Sur, «obedece a las leyes naturales; su inocencia queda cumplida en dicha obediencia, y no en la trabajosa observancia de prohibiciones attificiales»*, Desde este punto de vista, el contacto de los europeos ‘con los tahitianos debe ser pernicioso por necesidad, Diderot no pre- tende abolir toda moral. Sin embargo, elisleno le sirve para «averiguar, |tomandolo como esclarecedor punto de referencial, cual es el rasero moral que conviene al hombre”. Lo que parece tener claro Diderot es que el catolicismo impone una moral sexual que reprime los instintes sraturales del ser humano y regula las relaciones sociales, incluso de propiedad, para texminar defendiendo una politica minimalista, de minima intervencién: «Qué breve seria el cédigo de las naciones si se conformara rigurosamente al de la naturaleza»™. a5 Brvans, Ute: Op p56 26 Idem 27 thier p97 238 Sanctez BUKA, NcoLAS: Op, p603

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