You are on page 1of 21
Le os eae ETICA DE Lo HUMANO. COMPASION POR LA TIERRA § | Ej TTL et ea ae ETICA DE Lo ETI To} COMPASION POR LA TERRA E | nin 7 NATURALEZA DEL CUIDADO [Acabamos de presentar la estructura de las experiencas huma- nas axiales que se ocultan tras a fabula-mito de Higinio*, con sus respecivos conceptos bisicos. Hemos dejado a un lado la figura del cuidado, Ahora es el momento de analiza su natura- leza. Higinio no considera el cuidado como tna divinidad, sino ‘como personificacin de un «modo-de-ser» fundamental, Perso- nificacion equivale agua divnizacién en el rentido que hemos dado a ls dvinidades mitolégica, pues expresan dimensiones radicals de lo humano. En primer Ingar vamos a describir la fenomenologia del cuidado. Por fenomenologia entendemos el modo en que cual- ‘uier realidad en muesto caso el cuidado— se conviert en tun fendmeno para nuestra conciencia, se muestra en nuestra experiencia y se amolda a nuestra prictica. En este sentido, no se trata de pensar y hablar sobve el cuidado como objeto inde ppendiente de nosotros. Sino de pensar y hablar a partir del eui- ado tal como se vive y se estructura en nosotros mismos. No tenemos cuidado. Somos cuidado. Es decir, el cuidado posee tuna dimensin ontoldgica® que entra en la constitucién del ser hhumano. Es un «modo-de-ser»caracerstico del hombre y de a ‘jer. Sin euidado dejamos de ser humanos. En Elser y ef tempo, Martin Heidegger (1889-1976), el filsofo del cuidado por excelencia, mosté que realidades tan n fundamentales como el querer y el desear hunden sus rafces en cl cuidado erencial. S6lo a partir de la dimensin del cuidado femergen como realiaciones de lo humano, El cuidado es una tstructura ontoldgica que est siempre en la base de rodo lo que fl ser humano emprende, proyecta y hace; el euidado suminis- tra peliminarmente el suelo en el que se mueve toda interpreta cin del ser humano. Por sestrucura ontoligican, Heidegger fntiende aquello que entra en la definicin esencial del ser hu- ‘mano y configura sa actividad. Cuando da a entender que el Cuidado es el suelo en el que se mueve toda interpretacién del Ser humano, est afirmando que el cuidado ese fundamento de ‘cualquier interpretacién del set humano. i no nos basamos en tl cuidado no logratemos comprender al se humano. Es lo que hhemos venido dieiendo alo largo y lo ancho de toda nuestra reflexin y que ahora vamos a desarrola. 1. La etimologia de la palabra enidadow Tal ver una primera aproximacién al significado central del término scuidado» se encuentre en su etimologla. Como nos Advierten los filsofos, las palabras estin preiadas de significa dor existencales. En ellas, los seres humanos han acumulado innumerables experiencias, postvas y negaiva, experiencias de basqueda, de encuentro, de certera, de perplejidad y de in- smersion en el Ser. Tenemos que extraer de las palabras su rque ‘za escondida, Normalment, ls palabras nacen dentro de un nicho de sentido orginaro ya parti de ak se desarollan otros significados afines. Ast parece haber ocurrido con el origen de a palabea «cuidado>, ‘Segin los diccionarios etimol6gicos elisicos', el rérmino scuidador dervara dl latino cua. Esta palabra es un sindnimo 1. Pa I lla de alan cid il cola lt ints se Ci ene a an a, a See te eee te sit Delonte Ems n cma crudito de cuidado, es la que se emplea en la raducci6n de EI ser el tiempo de Martin Heidegger. En su forma més antigua, ‘ura en latin se escibla coer, y era utlizada en un contexto de relaciones de amor y de amistad. Expresabalaactitud de euida- do, de desvel, de inguieud y de preocupacién por la persona Amada o por un objeto con valor sentimental, ‘Segin otros el témino -cuidado» dervaria de cogitare-co- sitatus, que se'corrompe en las formas de coyedar, coidar, cuidar. El sentido de copitar-cogitatus es el mismo que el de “curse: cogitar, pensar, poner atencién, mostrar interés, mani- festar una actitud de desvelo y de preocupacién. El cuidado sélo surge euando la existencia de alguien tiene imporeancia para mi. Paso entonces a dedicarme a él; me dispongo 2 pat ticipar de su destino, de sus bisquedas, de sus sufrimientos y de sus éxitos, en defintva, de su vida. «Cuidado» significa, centonces, deselo, solicit, dlgenca, eel, atencién, deliade- 22, Como deciamos, estamos frente a una actitud fundamental, tun emodo-de-ser» mediante el cual la persona sale de si y se centra en el tro con desvelo y solicitud. En las lenguas latinas, tenemos ls expresin acuta de almase para teeriros al sacer= dote o al pastor cuya misién conssteen cuidar del bien espi- ritual de Ia gente y acompafarla en su tayectoria religiosa, Ents tatea se lleva a cabo con cuidado y esprit de finesse, como corresponde a las cosas eepitituales. a actitud de euidado puede provocar preocupacin, inguie~ tud y sentido de responsabilidad. Ast, por ejemplo, decimos ‘ese nifio es todo mi cuidado (preocupacién). El padre Antonio ‘Vieira, elisico de la lengua poreuguess, ecribe:«éstos son, ami- go, todos mis cuidados (mis inguierades)>. Un antiguo prover- bio rezaba: «Quien tiene cuidados, no duermes. Los latinos wti= liaban la expresion dolor amoris (dolor de amor) para expresat kel Lange Laine, Pai, 1939, 245.246; edad, Calin aes, Dicionrio nti de Longs Portus, Egos Dek, Rio de Jano, 1988; ‘eto Nace, Diorio Etna ri, nsw Nacional do Li oo dean, 196; Anno Gta Cana, Dison Remap Noa roa da igus Porapas Nova Fostars Ko Jase 138, a la atencia, Ia inguietad y el cuidado para con la persona ama da, O también: sdejé a mi hijo al cuidado del director de Ia texcucla (lo puse bajo su responsabilidad). Por su propia naruraleza, el trmino «cuidado» inclaye en- tonces dos signifcados bsicos,fntimamentevinculados entre st. EI primero, la actitud de desvelo, de solicitud y de atencién hacia el ott, El segundo, la actitud de preocupacién y de in- ‘quietad, porque la persona que tiene cuidado se siente implica: da y vinculadaafectivamente al otro. ‘Con razén el gran poeta latino Horacio (65-8 a.C.)observ6 aque eel cuidado es el permanente compatiero del ser umano. Es decir, el cuidado siempre acompafa al ser humano porque ste nunea dejaré de amar y de desvelatse por alguien (primer scatido), ni deja de preocuparse y de inguitarse por la perso ni amada (segundo sentido), Si no fuera as, no se sentiia com prometida con ella y mostearla nepligenciay dejadez con res. ecto a su vida y su destino, Finalmente, mostrartaindiferenci, fue es la muerte del amor y del cuidado. 2, Dos «modos-de-seren-el-muotdos: el trabajo y el cuidado Los dos significados bésicos que resultan del andi etimologi- co nos confirman la idea de que el cuidado es mis que un acto individual o que una viread al lado de otras. Es un «modorde- ser a saber, Ia forma en que la persona se estructura y realiza fen el mundo con los otros. O, mejor ain: es un «modovde-ser- tneelemundos que funda las telaciones que se establecen con. todas las cosa ‘Cuando decimos cerenvel-mundor, no expresamos una de> terminacién geogréfica, como sestar et la naturalezae, junto a las plantas, lor animales y otros seres humanos. Esto puede cstat incluido, pero el significado de la expresion «ser-en-el- ‘mundo» es mis ampli Significa una forma de exist y de co exist, de estar presente, de aavegar por la realidad y de eela- ‘onarte con todas las cosas del mundo. En esa co-exstencia y ‘on-vivencia, en esa navegaciéa y en ese juego de felaciones, el ” ee OE ser humano va construyendo su propio se, su auto-conciencia Y su propia identidad. ‘Fondamentalmente, hay dos maneras bisicas de wer-enel- smundos: el trabajo y el cudado, Aqui emerge el proceso de conseruccin de la realidad humana. 4) El smodo-de-sertrabajo» El emodo-deser-enel-mundos por medio del trabajo se da en Ia forma de interaccin y de intervencin, El ser humano no cst bioldgicamente dormido con respecto a la naturaleza. Por cl contari, inter-aceda con ella, procura conocer sus leyes y sus ritmos, ¢interviene en ella para hacer que la vida sea més ‘cémoda, Esto lo hace a través del trabajo, Mediante el trabajo construye su shébitas, adapta el medio asus deseo y ajusa sus deseos al medio. Con el trabajo prolonga la evolucin intro- ‘duce realidades que, posiblemente, la evolucién nunca acabarfa produciendo, como wn edifici, una ciudad, un auromévil, una fed de comunicacign por radio y televisén. Por medio del tra- bajo participa en la ditecciGn del proceso evolutvo, haciendo «ue la naturalezay la sociedad con sus organizaciones, sistemas Y aparatos teenologicos entren en simbiosis y co-evolucionen utes. En ciera forma, el trabajo est presente en el dinamismo de Ja misma naturaleza Una planta 0 un animal también trabaj en Ja medida en que interactia con el medio, intercambia infor- rmaciones, se muestra flexible y se adapta con vistas la supervi- vencis. Enel ser humano, sin embargo, el trabajo se convierte fen emodo-de-ser» conicente y asume la condicién de proyecto y estategia con sus tictcas de modelado de sf mismo y de la ataralza, Primitivament, el trabajo era més inter-acci6n que inter venciéa, pues el ser humano trataba la naturaleza con vener cin. S610 utiaaba aquello que necestaba para sobrevivie y hacer su existencia mis segura y placentera "EI proceso de itervencin en la naturaleza empens a partic el Homo habilis, hace entre 1,6 y 2 millones de aos, ovando 7s s invent6 la herramienta.. Se Gonvirié en una constante a panir del Homo sapiens, del que descendemos directamente, hace unos 150,000 afios. Ys instiuy como un proceso org nico a parti del neoitio, hace unos 10,000 afos, cuando el ser hhumano empezé a consteuir casas y poblaciones, y a domesicar plantas y animales, proceso que culminé con la teenocienca de nuestros dis Por medio del trabajo, los eres humanos ercaron las cults: ras como proceso de transformacién de sf mismmos y de la na turaleza. Se abrié asi el eamino hacia ls ansias de poder y de dominio sobre la naturaleza. Estas ansias se vieron reforzadas cuando el hombre se sintié desafiado por los obrtculos que cencontraba. Aument6 su agresividad y aguzé su ingenio y x habildad, Empezé a utilizar la rszén instrumental-analitica, que es mas eficaz pata intervenit con profundidad en la natu: raleza, Este tipo de razén exige 0 cibionte": el superor- ‘ganismo hibrido, compuesto de seres humanos, maguinasy re- desde informacién, Ax se forma la articulaciGn de lo biolégico, lo mecinico y lo elecunico, que consttuye la base de nuestas sociedades actuales 76 i La Logica de «ser-en-el-mundos segin ef modo de trabajo configura elstuarse sobre las cosas para dominarlas y poneras Al servicio de los intereses personales y coletivos. En el centro de todo se pone el ser humano, dando origen al antropocentis- ‘mo. El sntropocentrismo instaura una acttud centrada en e ser hhumano, de modo que las cosas slo tienen sentido en la medi- da en que se le someten y satisfacen sus deseos, El ser human hiega a ls cosas la relaiva autonomia que poseen. Mas ain, ‘lvda la elacién que el propio ser humano mantiene, lo quiera © no, con la natualezay con todas las realidades, por ser parce el todo, Finalmente, gnora que, en defiitiva el sujeto de la vida dela sensibilida, de I intligibilidad y de la capacidad de amar no somos, en primer lugat, osottos, sino el propio uni- ‘vero, Ia Tierra, Esta manifiesta Su capacdad de sentir, de pen- sar, de amar y de venerar a tavés de nosotros y en nosotros. El ntropocentrismo desconoce todas estas imbricacones "Esa actitud de tabajo-poder sobre el mundo encarna la di- mensién de lo matculino en el hombre y en la mujer. Es la tlimensiga que compartimenta la realidad para conocetla y s- meteria mejor; emplea el poder o incluso la violencia para al- canaar sus objerivos ultaritas; se arroja fuera des en la aver tra del conocimientoy de la congusta de todos los espacos de la Thereay, hoy en dia, del espacio exterior y estelar. Esta aci- sud empez6 a predominar a partir del neolftco, y actualmente hha aleanaado su punto culminante con la ocupacion y shomini racine de todo el Planeta. 1b) Bl emodo-deser-cuidados EI otro «imodo-de-ser-en-climundos se realiza por medio del ‘cidado. El euidado no se opone al trabajo, pero leconfiere una tonalidad diferente. Gracias al euidado dejamos de ver como objets la nauralezay todo lo que existe en ella. La relacién no te de svjeto-objeto, sino de sujetosueto. Sentimos los seres ‘como nujetos, como valores, como simbolos que eemiten a una Realidad fontal. La naturaleza no es muda. Habla y evoca. Emi te mensajes de grandera, belles, perpleided y fuerza El ser ” Inamano puede escuchar & interpreta eiassefales. Se pone al pie de las cosas, jumto a ells, s¢ siente unido a ells. No «existe; co-exste con todo lo otto. La relacén no es de dominio sobra, sino de con-vivencia. No es pura intervencin, sno inter- accidn y comunién, CCuidar de las cosas implica tener intimidad con lls, sentir Jas dentro, acogerlas, respetala, darlessosieyo y teposo. Cui- dar esentat en sintonia con las cosas, auscltar su ritmo y estar en armonia con ells. La razén anallco-intrumental abre ca ‘ino hacia la raz6n cordial, el esprit de fines, el esprit de la elicadezs, el sentimiento profundo. El centro ya no ext ocupa- do por el logos” raz6n, sino por el pathos®sentimiento Este «modo-de-er-en-lmundo», en forma de euidado, per smite al ser humano vivir la experiencia fundamental del valor, de aquello que tiene importanciay cuenta defintivamente. No del valor uslitarist, slo para su so, sino del valor inrinseco de las cosas. A partie de ese valor sustantvo surge la dimensién de alteridad, de respeto, de sacralidad, de reciprocidad y de ‘complementaiedad, ‘Todos nos sentimos ligados y religados, unos a otros, for- mando un todo organico nico, diversoy siempre incluyente. Ese todo remie al imo Eslabén de la cadena, que lo reign, sustenta y dinamiza todo. Irumpe eomo Valor supremo que #¢ velay se re-velaen todo. Ese Valor supremo tiene earicter de -Misterio,en el sentido de que siempre se nunca y, aa ven ‘cults, Ese Misterio no infunde miedo; fascina y atae como un sol, Se deja sentir como un gran Utero acogedor que nos raliza supremamente. También se llama Dios, En el «modo-de-ser-cuidados surgen resistencias y aparece Ja confusién. Pero todo ello se supera por medio de una pacen- «ia perseverante. En lugar de agresvidad, ay convivencia amo- rosa. En vex de dominacion, hay compa afectuoe, al lado de Y junto con el otro. El emodo-de-sr-cidados revela la dimension de lo femeni- no en el hombre y en a mujer. Lo femenino siempre ha estado presente en la historia. Pero ene paleoltico adquit6 visibilded histériea cuando las culeuras eran matrifocales” y se viv una 7 {asin con la naturaleza. La gente se seniaincorporada al rodo, Eran sociedades marcadas por un profundo sentido de lo sagra- do del universoy por la reverencia frente al msterio dela vida y de la Tierra. Las mujeres ostentaban la hegemonla hst6rico- focial y daban a lo femenino una expresién tan profunda, que ‘quedé en la memoria permanente de la humanidad a tavés de trandessimbolos, suefos y arquetipos presetes en la culeura y fen el inconsciente coletvo, 3. La dictadura del emoda-de-ertrabsjow EL gran desaffo para el ser humano es combinar trabajo con cidado, Estas dos realidades no se oponen, sino que se com- ponea, Se limitan mutuamente y, 2 la ver, se complementan Juntasconsttayen Ia experiencia humana en su integedad, por un lado, vinculada a la materialidad y, por oxo, a a espirtuali> ‘dad. El error consist en oponer una dimensign ala ota y no vetlas como -modos-de-ser dl nico y mismo ser humano. Desde In mis remota antigdedad, venimos asistiendo aun drama de nefastas consecuencias: la ruptura entre el trabajo y el, ‘cuidado. A partir del neolitco, hace 10.000 as, empenslenta- ‘mente a predominar el trabajo como bisqueda frnética de ef cacia, como agitado afan de produccidn y ansa ierelrenable de ometimiento dela Titra, Lo limos silos, sin embargo, pecialmente a partir del proceso de industralizacin del siglo Xu, se han caracterizado por la dictadura del «modorde-ser. trabsjo» como intervenci6n, produecién y dominacién, El ta bajo ya no se relaciona con la naturaleza (transformacidn plas ‘macién), sino con el capital (confrontacion capital-trabajo, sali por Marx y Engels). El trabajo es ahora tabajo asala- ‘lado y no una actividad de transformacion de la naraleza. La fence vive esclavizada por las estructura del trabajo producti- ‘0, racionalzado, objetivado y despersonalizado, somes a la [ogica de Ia méquina Un fino analistacolombiano, Luis Carlos Restrepo, dice, con "main, que todos nos hemos convertido en herederos de Alejan= 7” dro Magno (356-323 4.C), el argetipo de guerrero y del con- aquistador. En efecto, la ideologia latente en el emodovde-ser- ttabgjo-dominaciéns persigue la conquist del otro, del mundo, de la naturaleza,en forma de sometimiento puro y simple. Este ‘modo-de-er» mata a ternur,lquida el cuidado y hier la esen ia humana Por eso I dctadura del emodo-de-ser-tabsjo-dominaci6n» masculinizé las relaciones y dio lugar al antropocentismo, al androcentrismo", al patratcalismo y al machismo. Andamos 8 ‘yuckas con expresiones patolégicas de lo masculino desconecta- do de lo femenino, el diue® sobrepuesto al dima. El cuidado ha sido difamado como feminizacin de las prc- ticas humanas, como estorbo para la objeividad en la compen sién, y como obsticulo par a eficacia. La dictadura del «modo- de-ser-trabajo-dominacién» es condaciendo sctualmente Ia hhumanidad a una encrucida: 0 ponemos limite ala voracdad productvista asciando trabajo y cuidado, © nos encaminamos hacia lo peor. La exasperacin del trabajo producti ha agota- do recursos no renovables dela naturaleza y ha roto los equli- bios fisico-quimicos de la Tierra. La sociabilidad entre los hi ‘manos se ha visto quebrada por la dominacién de unos pueblos sobre otos y por la refida hicha de clases. En el ser humano no 38 ve sino su fueraa de trabajo, que hay que vender y explotar, © su capacidad de produccién y de consumo. Cada vez mis gente, en realidad 213 de la humanidad, extf condenada a una vida totalmente insostenble. Se ha perdido la vision del ser hhumano como ser de relacionesilimitadas, ser de cretividad, de ternura, de cuidado, de espritualidad, depostaio de un pro- yeeto sagrado infinito. El emodo-de-seren-el-mundo» exclusivamente como traba- jo puede deseruir el planeta. De al la urgencia actual de resca- tar el smodo-de-seresidadon, como su corrective indispensa- ble, Entonces puede surgi el cibionte, aque ser que entra en simbiosis con la miquins, no para someterse a ells, sino para mejorar su vida y su ambiente 80 4. La recuperacion del emodovde-sercuidadon La recuperacién del cuidado no tiene Ingar a costa del trabajo, sino mediante una forma diferente de entender y de realizar el trabajo. Para ello, el ser humano necesita volver sobre sf mismo ¥ descubri su wmodo-de-ser-cuidedos. Retomemos, pues, la reflesin sobre la naturaleza del euida- do esencial. La puerta de entrada no puede se la razén calcula ‘dora, analitica y objetivante, ya que nos levaria al strabajo- intervencién-produccidne, y ahf nos haria prisioneros. Las méquinasy los ordenadores son mis eficaces que nosotros en la Utilizacion de este tipo de «razén-trabajo». ay algo en los seres humanos que no se encuentra en ls imiuinas, ego que sugis hace millones de afios en el proceso fvolutive, cuando aparecieron los mamiferos a cuya especie pertenecemos: el sentimiento la capacidad de emocionars, de Implcarse, de afecar y de sentirseafecado. ‘Un ordenador y un robot no son eapaces de cuidar dl medio ambiente, de lorar las dergracins de los ottosy de alegrarse con Ia alegria del amigo. Un ordenador no tiene coraz6n. Slo nosotros, los humanos, podemos sencarnos a la mesa con el amigo fratrado, poner la mano en el hombro, tomar on él un vaso de cervezay datle consuelo y esperanza, Cons fimo el mando a partir de lazos afectivos. Ess lazos hacen ‘que las personas y las situaciones se vuelvan preciosa, porta dorar de valor. Nos preocupamos por elas. Les dedicamos tiempo, Sentimos responsabilidad por el vinculo que se ha es- tablecido entre nosottosy los dems. La categoria cuidado re- coge todo ese «modo-de-ses. Muestra cémo funcionamos en tanto que seres humanos. ‘Asi vemos que el dato orginario no ese ogos la rax6n ls cstructuras de comprensin, sino el pathos, el sentimiento, capacidad de simpata y empata, la dedicaci, el cuidado ya ‘comunién con lo diferente. Todo empieza con el sentiment, El sentimiento nos vuelve senibles alo que nos rode, hace que ‘not guste @ nos disgust, El sentimiento nos une alas cosas Insce que no impliquemos con las personas. El senimiento pro- duce encanto ante la grandeza de ls cielo, suscita veneracion ante la complejidad de la Madee Tierra y alimenta ternura ante Jn feagilidad de un recén nacido: Recordemos la famosa frase del El prncpit, de Antoine de Saint-Exupéry, que ha calado en la concienciaeolectiva de mi llones de lectors: eNo se ve bien sno con el corazén (eentimien- to). Lo esencial es invisible los ojos. El sentiment es lo que hace que personas, cosas y siuationes sean importantes para nosotros. Ese sentimiento profundo,repetimos, se llama evida- do. Slo aquello que a pasado por una emocién, que ha evoca- do en nosotros un sentimiento profande y que nos ha movido 3 ‘cuidado, deja Seales indelebles y permanece definitvamente. ‘La teflexion contemporinea ha rescatado Ia centraidad del ‘sentimiento y la importancia de la ternura de la compasin y del cuidado, especialmente a patie de la psicologia profunda de Freud, Jung, Adler, Rogers y Hillman, y, ctualment, a parti dela biologia genética y de las implicacionesantropoléicas de la fisica euntica de Niels Bohr (1885-1962) y de Werner Hei- senkerg (1901-1976) ‘Mas que elcartesiano copito, ergo sum (pienso, Iuego exis- to), vale el sntio, ergo sum: siento, luego existo. El libro de Daniel Goleman Inceligencia Emocional se ha converido en un best-seller mundial porque, baséndose en investigaciones empi- ricas sobre el cerebro y la neurologi ha mostrado aquello que Placon (427-347 a.C.), san Agustin (354-430), la escuela francis- ‘ana medieval con san Buenaventura y Duns Escoto en el siglo >a, Pasal (1623-1662), Schleiermacher (1768-1834) y Heideg- ‘er (1889-1976) ensefiaron hace ya mucho tiempo: que a dind- mica bisica del ser humano es el pathos, sel sentimiento, ese Cuidado, sla lgiea del corsnén, «La mente racional —concluye GGoleman— invert algo mis de tiempo que la mente emocional cn registrar y responder a una determinada steaciny el “primer Impulso” ante esalquier staan emocional procede del cora- 261, no dela cabeza 1. Aliana, Madi, 202, . $7. 2 Grea de ec acl 1997, Apne Bp. 9. 2 Ahora estamos en mejores condiciones para entender, en profundidad, la faba mito de Higinio sobre el cuidado. El cui- dado es tan esencial, que es anterior al espetu infundido por ‘iter yal cuerpo proporcionado por Ia Tiera. Por lo tanto, la ‘oncepeiGn del ser humano como compuesto de espiritu-cuerpo ‘no es originaria, La fabula dice que el cuidado fue el primero, e! {que model6 al ser humano. Fl euidado se encuentra antes es un 4 prion ontologico,esté en cl origen de Ia existencia del ser shumano. Y ese origen no es s6lo wn principio temporal. El ori- fen tiene un sentido filoséfico de fuente de donde brota perma rentemente el er. Por lo tanto, signifiea que el cuidado cons ‘tye; en laexistencia humana, una energia que brota con fueres, inintercumpidamente, en todo momento ycireunstancia. El cul dado es aquella fuerza otiginante que el ser humano hace sursir ‘continuamente. Sin ella, no seria més que wn pedazo de arcilla como cualquier ott, ala orilla del ro, 0 un esplrtu angelcal desencatnado y fuera del tiempo histrico. Fue con euidado como Cuidado modelé al ser humano. Puso en ello empefio, dedicacin, ternura, devocién, sentimiento y ‘corazén.Y, de este modo, asumié una responsabilidad, surgi la preocupacién por el ser que habia modelado, sas dimensiones, ‘erdaderos principios consituyentes, entron en la composi ‘in del see humano. Se convirseron en carne y sangre. Sin tales dimensiones, el set humano nunea sera humano. Por es0, la {abula-mito de Higinio termina insistendo en que Cuidado scompataré al ser humano durante toda su vida, alo largo de todo su recorrdo temporal en el mundo. ‘Un psicounalsta sensible al drama de la civilizacién moder 1a, como esl norteamerieano Rollo May, comentaba: «Nuestra situtcin es la siguiente: en la actual confusiGn de episodios r cionalisas y téenicos perdemos de vista y nos despreocupamos del ser humanos hay que volver ahora humildemente al simple cidado..j es el mito del cuidado —y muchas veces creo que ‘olamente él—lo que nos permite resist l cinismo y ala apa tla, que son ls enfermedades psicolégicas de nuestro tiempo». To que necesita nuestra cviliacion ex superar Ia dictadura del smodo-de-ser-tabajo-produccién-dominacién». Esta nos 83 mantiene prisoneros de una lgica que hoy se muestra destruct ‘dela Tieeray de sus recursos, de as relacionesente los puc- los, de las interaeciones entre capital y trabajo, de la espiituali= dad y de nuestro sentido de pertenencia a un destino comin, Liberados de los trabajos extenvantesy deshumanizadores, aho- ra realizados por maquinasautomdticas; podremos recuperar el trabajo en su sentido antropoldgico orginario, como transfor- ‘acidn de la nauraleray como actividad cretiva, trabajo capaz de hacer que el ser human se realice y de constrie sentidos teapaces de integrar cada ves ms la dindmica de la naturaleza y Sel universo. Hay que poner cuidado en todo. Para eso urge desarollr la imensién de dima que tenemos dentro. Eso significa recono~ ‘er pleno derecho a nesta capacidad de sentir al otro, de tener ‘ompasién de todos los seres que suften, humanos y no huma~ nos, de obedecer mis Ia ldgica del coraz6n, de la condalidad y| de a deicadeza que Ia logia dela conquisay del uso utilitaio de las cosas. Admit I centralidad del eudado no significa dejar de tar bujary de ingervenir en el mando, Signifiea renunciaralased de poder qu reduce todo a objetos desconectados de la subetvi- ‘lad humana, Signifca rechazat todo despotismo y toda domi- nacién, Signifieaimponer limites a la obsesién por la eficacia a ‘ualguiee preci. Significs derocat Ia dictadura de laracionali- Gad fra y abstract para dar lugar al cuidado. Signifca organi ar el trabajo en sintonfa con ia naturalees, sus ritmos y sus indicaciones, Sigifiea respetar la comunién que toda las cosas mantienen entre si y com nosotros. Signfiea poner el interés colectvo de la sociedad y de la comunidad bi6tica y terrenal por encima de los intereses exclusivamente humanos. Significa ponerse al ado yal pie de cada cosa que queremostransformar, Para que no sua, no sea desaraigada de su hébitat y pueda mantener las condiciones que le permitan desarollarse y co tvolusionar” junto con sis ecossemas" y eon la misma Tiera Signifies capear la presencia del Espirita mis alla de nuestros limites humanos, en el universo, en las plantas, en los organi ‘mos vivos en lor grandes smios, grils, chimpancts y orangu- ae ‘anes, portadores también de sentimientos, de lenguajes y de habitosculturals semejantes a los nuestros. {Estos son los aatidotos para el sentimiento de abandono que experimentan los pobtesy los ancanos. Estas son las medicinas ‘conta el descuid que denuncian, ante la mayorta de as insttu- ‘ones pblias, los excluidos, los desempleados, los jubilados, los ancianosy lo j6venes. Esa insitucones se preocupan cada vex menos por el ser human, y se ocupan cada ver mis dela economia, de las bolsas, de los interesesy del erecimientoilimi- tado de bienesy servicios materiales de los que se apropian ls clases privlegiadas a costa dela dignidad y de la com-pasion fecesarias en vista de las carencias de las grandes mayors. Este ex el emedio que podrs impedir la devastaci de la bos fera y la amenaza del frigil equilbrio de Gaia". Este es el smodo-de-ser» que rescata nuestra humanidad mas esencial Bibliografia Bot, Ly © princpi-Ter Vota & paris comun, Ai, SS0 Paso, 1935, Bot, Ly EI destino del Bombe del mundo, Sal Tera, Santander, ‘sis Bot, LE rostro matemo de Dot, San Pablo, Madi, 1991 Baytendil JF La mujer naturales, oparonia,exstnca, Revi ‘3 de Gecidets, Madd, 1970. (Capt FE ao de la fsa, Las Crcamo, Maid, 1984 (Cavalieri. y Singer, (ed), El proyecto Gran Simo - Lx iualdad ‘sald dele humanidad, Trot, Madi, 1998. Giden, Ay Le tranformacion de iz intiidad, Catedra, Madeid, 1395, Goleman, D,Iteligencia emocional Kar, Barcelona, 1996. Habermas |, Conocbmienta enters, Universidad de Valencia, Valen: hy 21997, Heidegger, ML, EI Ser y el tempo, ECE, Madd, 2000 (vo el sexo ‘aptlo, degcado a cracuidado) Marurans, Ly Vatels, Fy El nba dol conocimiento, Debate, Maid, Marte La ead fbi o cor, Aatrop, ae 8s May, Ry Amor voluntad, Gedisa, Barcelona, 198. eee meet derecho la terms, Pein, Barcelona, 1997. Hee Mis hombre snbistio, Ctedra, Madi, 1996. Seean, CU punto sca! plido, Panes, Bacciona, 1995 sae CN lagaren el wives, Teenon, Madi 1992, FORE de Chardin Pe El fondmeno human, Taurs, Madd, 1984 ‘Tounnne As Cin dela Modemida, Temas de Hoy, Madi 1993. eee oe er find la modermidd. Nibilismo y bermenéuica obs “ler posmoderse, Ges, Basclons, 1987 86 8 REPERCUSIONES DEL CUIDADO $l eaidado como «modo-de-set= lena toda Ia existencia huma- vray ena en diversas acttudes importantes. A través de [as dimensiones de Cielo (ranseendencia) y de Ti UES) buscan su eqlibrio y coexstencia. Esto esté presente en ao al scino de lo seres vivo, pues toda vida necesita cuidadoy {clo conteario enferma y muere. Tomemos el ejemplo del tue sane, ano de nuestros mis preciados pescados. Fl padre y le aaiye uenen macho cuidado con sus crfas(aevines, Hace Ia Torn cxcavando un hueco en el fondo del rio, se ponen 2 radar sempre a su alrededor para protegerlos, Cuando prucban ali, los acompafan con cuidado y les ponen en guardia pars Gu mo se dspersen. Ante el mas minimo riesgo, ls eras vue 2 todas juntas a la hua, guiadas por sus padres. Los que s© uedan ais son recogidos cuidadosamente en Ia boca de sis Sade y devueltos al grupo. Vamos a enumerar algunas de las numerosas realidades em fas que resuena ef cuidado, Se trata de conceptosafines qu s© {feguenden del cuidado y To concretan de ditntas manera Senta a fijsnos especialmente en estas siete: el amor come enomeno biolépico, la justa medida, [a eermara, leary ‘shabiidad, la convivencilidad y Ia compasién. Tambien Dodsian afar la sinergia a hospitalidad, I cores y a deli- Peers, pero étasestarin implicits en las que vamos a trtat a7 1. El amor como fenmeno bioligico Amote es una de las palabras mis gastadas de nuestra lengua. ‘Y, como fendmeno interpersonal, uno de los mis casigados. Vamos a abordar el tema del amor desde la éptica fecunda de tino de Toe principales biGlogos contemporsncos, el chileno Humberto Maturana. En sis reflexiones, considera el amor ‘como un fenémeno bioldgico, qu tiene lugar dentro del dina- Inismo de la vida desde sus realzaciones ms primaria, hace miles de millones de aos, hasta las més compleas en el smbito hhumano. Veamos e6imo entra el amor en el universo. En la naturalea los seres pueden adaptarse al medio de dos rmodos, uno necesario y otro espontineo. El primero, el nece Sario, hace que tados lor seres estén interconectados unos a ‘ottos y encaados en sus respectivos ecosistemas, quedando ga~ Tantzada la supervivencia, Pero hay otro modo de adapracion {que se realiea esponténeamente. Los seres interactian no por Supervivencia sino por puro place, en el curso de su vida. Se trata de acoplamientos dinamicos recfprocos entre los sees ‘vivosy los sistemas orginics. Carecen de justificacién, Suce Gen porque si. Es un acontecimiento original de la vida, pura- ‘mente grauito. ‘Cuando uno acoge al otro y asi se realiza la coexistencia, surge el amor como fenémeno biolégio. Este tiende a expan- ditse ya adquitie formas mie complens. Una de estas formas es la humana, que no et simplemente espontinea, como en los otros seres vivo; es un proyecto de a libertad que acoge cons tlentemente al otto y ctea condiciones para que el amor se Insta como el més alro valor de la vida De esta derivacin surge el amor ampliado que es la social zaci6n. El amor es el fandamento del fenémeno social y no una Consecuencia del mismo. En otras palabra, es el amor lo que ‘origina la sociedad la sociedad existe porque exist el amor y no al contrario, como sucle creersc. Si fala el amor (el fundamen- to), se destruye lo socal. Si, no obstant, lo social persist, ad ‘lere la forma de agregacién forzada, de dominacion y de iolencia de unos contra otros, obligados a convivie. Por es, 88 a 1 siempre que se destruye la unign y la concordia entre ls sere, Seietrye elamory también la socablidad. Elamor es siempre tuna apertra hacia el oto, convivencia y comunisn con él. "No ha sido la lucha por a supervivencia del ms fuerte lo ‘que ha garantizado la continuidad de la vida y de los individuos fasta hoy, sino la cooperacin y la coexistencia entre ello. Los hhominidos de hace millones de afi se hicieron humanos en a medida en que compartieron entre ellos, cada vez mis, los fesultados de la cosecha y de la caza, asf como su afecto. EL Tenguaje mismo, que caraceriza al ser humano, surgié en el imerior de este dinamismo de amor y de compartc. La competencia, subraya Maturana, es antisocial cl presente como en el pasado, porque implica la negacién del Suro, ls negativa a compartiey a amat. La sociedad moderna neoliberal y especialmente el mercado, se basan en Ia compe- Titvidad, Por eso esta sociedad es excluyente e inhumana, y Causa tantas victims. Eta logicaimpide que sea portadora de felicidad y de furaro para la humanidad y para la Tierra ‘Como se puede describir con exacitud el amor humano? Maturana responde: slo que ¢s especialmente humano en el amor no es el amor, sino lo que hacemos en el amor en cuanto hhumanos (..] Es nuestra manera particular de vivir juntos como seres sociales en el lenguaje [.] Sin amor no somos seres 0 ales El amor es un fendmeno obsmico y bol6gico, Al alanzar el nivel humano, el amor se manifesta como un proyecto de liber- tad, como una gran fuerza de cohesiéa, de simpatia y de solida- fidad, La gente se une y reerea por medio del enguaje de amor Cl sentimiento de afectoy de pertenencia a un mismo destino y ‘un mismo camino histico. ‘sin el cuidado esencal, la unién del amor no tiene lugar, n0 se conserva, no se extiende, ni permite Ia comunicacién entre Tos seres Sin el cuidado no existe un ambiente propicio paca el, flocecimienco de aquello que humaniza verdaderamente: el en- timiento profundo, las ganas de compartir y la busqueda del 89 2. La rep de oro: Ua usta medida En el capitulo anterior abordamos la cuestién dela usta medida entre el «modo-de-sertrabajos y el «modorde-ser-euidado» Hemos constatado el profundo deseguilibro dela cultura mun- dialiada bajo la dicadura del «modo-de-sr-rabajo». La cues: tidn es: éeudnto euidado hemos de aportar para recuperar el equilibrio perdido? He agut una euestin fundamental para la teoriay la préctica. ?artimos de una primera constatacién: el sentido de la me- dda se eneuentra en muchos campos, que van desde la geome tia hasta la religin. Pero es especialmente en el campo de la ica donde la justa medida adquiere importancia fundamental Se trata de encontrar el dptimo relativo, el equiibrio entre el mis y el menos. Por un lado la medida se sient de forma negativa como un limite a nuesrasaspraciones. De ah nace el deseo e incluso el placer de sobrepasar el limite y de violar lo probibido. Por otro fad, se siente de forma postva como la capacidad de emplear, de forma moderada,capacidades naturale, sociales y persona Jes para que puedan durar mis y reproductse. Esto slo es po- sible cuando se establece un cierto equiibrio y una justa medi- a. La justa medida se alcanaa a través del reconocimiento realist, de la aceptacién humilde y de la 6ptima utlzaci6n de los limites, confirtendo sostenibilidad a todos los fenémenos y process, a la Tierra, alas sociedades y alas personas. {La bisqueda de un equirio es especialmente intensa en las cultuas de la cuenca mediterinea, particularmente entre los esipcios, los gregos, lor israeits y los latinos. Se ha legado incluso & decir que este Ambit ex el de la cultura de la medida y también de la desmesura, porque se forjaron las ideologas sds desmedidas tuvieron lugar las guerra mis encarnizadas [Eta bdequeda constiuye lapreocupacidn central del budismo y de la filosofia ecolgica del Feng Shu* chino. En todos los ‘1205, el simbolo que represenaba este equilibrio ers la balanza yy las corrspondientesdivnidades eutelares. La bnqueda de la medida ert rodeada de preguntas espinc- sas que no-deben obviate, tales como: 90 — 2Cual es la media juss? = Quin establece Ia medida usta? — eB virtad de qué fuentes de conocimiento se establece la medida justa? — &No depende la medida de as cultura, de las sitwaciones histrieas diferentes y de la subjeividad humana personal yco- lestva? — éQuién es responsable de que se cumpla la justa medida cstablecida? 'No pretendemos responder a cada una de estas preguntas, pues nos levaria may Ios. Peo intentaremos hacer una re- flexiGn que las englobe minimamente. “Muchos son los eaminos que se han seguido para establecer tana jsta medida. Generalmente se apoyaban en un nico pila: se parta solamente de la naturaleza, o sélo de la ra26n wniver- sal, o Gnicamente de las cienias empiticas, 0 solamente de la sabiduefa popular, 0 Gnicamente de ls religiones,o solamente 4e la revelacin divina contenida en los textos sagrados de la tradicin judeocrstiana, de los Upanishad* 0 del taoismo*. Hoy estamos cada vex més convencidos de que nada puede recieve a una nica eausa (monocausalidad) 0 aun nico fac- tot, pues nada es lineal y sencilo. Todo es complejo y consis fen un enteamado de sinter-retro-relaconesey de redes de inclu- siones, Por ego tenemos que articular los dversos pilares que ‘sujetan el puente que podré levarnos a soluciones mas integr ‘dora, ya que todor ellos aportan alguna luz y comunican algu- ha verdad, La sabiduiaconsiste en ver cada parte dentro de an todo articulado, como un precioso mosaico compuesto por mi les de teselas o un deslumbrante bordado hecho de mil hilos de colores, 42) Medidajustay naturaleza Por naturalezaentendemos el conjunto de los eres organcos & ‘orginicoy, las energie y los campos energéticos y morfogené= ‘cos que exsten organizados en sintemas dentro de ottossiste- ‘mas mayores,afectados 0 no por Ia intervencién humans, que a constiuyen ws todo orginico,dindmico y en buses de un eq libro. El ser humano es parte y fragmento de la naturaleza y mantiene con ella una sofsticada red de relaciones que le per- mien pilotar el proceso de evolucién junto com las fueras rec: toras de la Tierra. La naturaleza es una realidad tan complejay vasta que no puede encerrarse en ninguna definicén. Qué sea realmente la naturaleza sigue siendo un misterio, como también son un mis terio el ser y la nada. Lo que tenemos son discursos culurales sobre la natualeza: de los antiguos, del hinduismo* en la India, del t2oismo en Ching, del ze-budismo” en Japén, de la moder- na Gienciacopernicana, de ls mecSnica cusntica*, de la teoria de los sistemas abiertos, de la biologla genética y molecular, y de la ‘nueva cosmologia basada en las ciencias de la Tiera. Nuestra ‘omprensin debe mucho a estas tadiciones, especialmente a la ‘lta corviense que hemos mencionado. En funci6n de cada comprensién se decide qué tipo de naturale es la que debe preservarse Cuando contemplamos la naturalera, a pesar de sus expre siones cadticas y de su intrincadtsima complejdad, sata a la vista una medida constant que resulta no de las partes tomadas sisladamente, sino del todo orginico y vivo. Hay armonis y cquilibro. La naruraeza no esta biocentrada, centrada slo en Ja vida, sino que descansa en el equilbrio dindmico entre vida smueree. Para los comtemporéneos, la natraleza es el resultado ‘de un inmenso proceso de evacin que va mas alld del modelo de Charles Darwin (1809-1882), que fundamentalmente la res: tring a a biosfera". La comprensin actual —llamada teoria de la evolucin sintétca—eniende la evolucién como tna teo- ria universal: a partic del big bang, todo en el universo esti en evolucién. Ese proceso no es lineal, sino que da saltos y conoce Aluctuaciones” y bifurcaciones. No sélo se expande, sino que «rea nuevas posibilidades. Est significa que las leyes naturales no poscen un cardcterdeterminista sino probabilsico. ‘Los conocimientos de Ia termodinémica® nor indiean que la vida y cualquier novedad en el universosurgen a partir de cierto Gistanciamiento y de ciera raptra del equilibro. Est ausencia 92 Ade medida, aunque momenténea, provoca la autoorganizacin (aucopoicss") que crea una nueva estaildad y un nuevo equi- libro dinimico,¥ es dingmico porque se rehace continuamente, no por la reproduccin del equlibrio anterior, sino por la crea: con de uno nuevo, mediante el dslogo con el medio y através de una nueva adaptacién, La ldgica de la natualeza en proceso tevolutivo es ta: organizacién-ruptura del equilbrio-desorga nizacin-nueva felaci6n-nuevo equlbriosnueva organizaisn. Y sto no significa que la naruraleza no poses na medida ( yes de la naturleza); posce una medida no estitca y mecénica, Sino dinsmica y flctuante, caracterzada por constanias y va- Fiaciones. Tien fases de ruprura que engendran inmediatamen- te una nueva regularidad, Bl clima de la Tierra, por ejemplo, ‘que ya tiene 3,800 millones de afos, ha pasado por rurbulencas ) terrbles devastaciones. La Tierra ha llegado a estar casi dos ‘veces mas caliente que en la actualidad, pero, a pesar de ello, ha tmostrado a lo larga de su vida un increfble equilibrio dinamico {gue ha benefciado todas Ins formas de vida. [La naturaleza vista como un todo no impone leyes. Sella rendencias y egularidades que pueden iren diversas direccio- hes. Corresponde al ter humano desarollar wna sensbiidad tal aque le permita captar esas tendencias y tomar decisiones, La naturalesa no le dispensa de decidir y de ejercer su libertad Slo entonces el ser humano se convierteen un sr ic. [Exe expacio de intervencin y creacin del ser humano cons ciente y rexponsabe es tn dato dela natraleza. Ast como éta ‘ontinamente busca, hace y rchace dindmicamente una medi- 4 de la misma manera el set humano debe buscar la justa ‘medida, No de una vex por coda, sino fijéndose siempre en lo {gue esti ocuriendo en Ia natraleza, en la historia y en él mis- tho, La medida justacambia; lo que no cambia es a basqueda permanente de I usta medida, “También hay que considerar el proceso global que muestra tna flecha del tiempo apuntando siempre hacia delante y hacia arriba, proceto que, cuanto m4s avanza, menos se copia 2 sh mismo, menos clonaciones hace y mds diversided presenta. Las 93 medidas vatian, pero cada medida enconttada srve para cl ob- jetivo superior de hacer que avance la flecha de la evoluci6n. 6) Media juta y pathos™ &émo capta el ser humano esa medida multidimensional de la naturaleza? El saber racional no es sufiiente, nila obediente voluntad de identficar regularidades, obviando la ereatividad humana y el ejercicio de la libertad, propias del ser humano Hay que desarrollar una actud atenta de escuch, un sentimien to profundo de ideniieacién con a naturalza, con sus cambios yyestabiidades. Elser humano necesita sentisenaturaeza. Cuan forms se sumerge en ella tanto mejor percibe qué debe cambiar Yau ha de conservaren su via y en tue relaciones. [Los pueblos indigenas nos dan el mejor ejemplo de e6mo escuchar la naturalezs. Gracias a su profunda afnidad con ella, «on el suelo, eon la lavas, las nubes, lo vientos, lat aguas, ls plantas y os animales, saben inmediatamente lo que va a pasae Y qué actcud adopta. Estn tan unidos ala Tiera, como hijos € hijas suyos, como si faeran la misma Tierra que habla pien ‘que captan en seguda lo que vaa ocurir en la naturaleza. Es dei, la naturaleza habla eon ellos y por ellos. ‘Algunas invesigaiones realizadas en Europa y en Nort méries constatan que un aumento de los conocimientos sobre la criss ecol6gicay las hers de la Tierra no implica necesaria- mente un cambio de acitud hacia un mayor respeto ¥ una ma yor veneracin por el planta. Lo imprescindible noes el saber, sfirman, sino el sentir. Cuanto mis sufte una persona con la Adegradacin del medio ambiente y més se indigna con el sufti- mienco de los animales y con la deseuccign de la capa verde de la Tierra, mis desarolard nuevas actitudes de compasiGn, de temnura y de protecién dela naturalezs sl como una exptitua- lidad ofsmica, De nuevo encontramos aqui al pathos, el sentimiento pro: fundo, en Ia raiz del nuevo paredigma de convivencia con ls “Tierra, De esta auscultacion de la Trea y de [a pasion por el nace el cuidado esencial Sin esa excucha cuidadasa no oitemos 4 1a gran vor dela Tierra que invita a la sinergia, a la compasion y la coexistencia pacfia con todos los sees. Esa actitud es indispensable, por eemplo, en a Biotecnologia, uno de los cam por mis avanzados de Ia cienca. {Cuil es la justa medida en ‘manipula del e6digo genético humano? No consta por es- crito en ning sitio, Elser humano tiene que establecerla a partic de una profinda sensbilidad y comunién con la vida fnisma, Si entra en su laboratorio de experimentos genético ‘como quien entra en un templo,ytrabaja como quien oficia una Titurgia —pues la vida es mistriosaysagrada yexige tal actitud de revereacia— sentir —y no s6lo esabri intleetualmente— lo que puede 0 no puede hacer. Es un sentir cargado de cuida do, de responsabilidad y de compasion. Desde este pathos, ‘yuelve absurdo queter subordina el nuevo conocimiento gené- tico ala obtencidn de un benefiio econémico, como sila vida fuera una simple mercancta puesta en un mostrador. Le acttud de sentir con cuidado debe transformarse en cul> tray exige un proceso pedagégico, mas alld de la escuela for mal, ue penete insttuciones y haga surgir un nuevo estado de cconciencia y de conexi6n con a Tirta y con todo lo que existe y vive en ella. ‘Como dice marsvillossmente el salmo (118, 19), nos seati- mos sforasteros en esta Tiers, huéspedes respetuosos de la hospedera Tieera Y dejamos Ia Casa Comin siempre en orden para los otros huéspedes que vendrin después de nosotros. 3. La terra vital La ternuta vital es sinénimo de cuidado esencal, La ternura es el afecto que brindamos a las personas y el euidado que aplica- tor a ls situaciones exitenciales. Es un conocimiento que ¥8 rms alli de la raz6n, pues se manifesta como inteligencia que intuye, que ve hasta lo profundo y establece comunign. La ter- ura es el cudado sin obsesion;incluye también el trabajo, no como mera produccin uilitari, sino como obra que manifies- tala creaividad y a autorrealizacin de la persona. No es afe- 9s minaciGn y renuncia a rigor en“el conocimiento. Es un afecto {que, asu manera, tambien eonoce. En realidad, solo conocemos bien cuando nutrimos afecto y.nos sentimos implicados con quello que queremos conocer. La teria puede y debe convie vir con el extremo empefio por una causa, como demostré de ‘manera ejemplar el gran revolucionario que fue Che Guevara (1928-1968). De et guardamos esta sugestivaafimaciGn: «hay ‘que endurecerse pero sin perder a ternura jamdse ‘La ternura surge del mismo acto de existiren el mundo con los dems. No existimos;co-exstimos,con-vivimos yeo-mulga- mos com las realdades mis inmediatas. Sentimos nuestro vinci lo fundamental con la ttaidad del mundo. Ese sentimiento es mis que un impulso psicoldgico; es un »modo-de-ser existen- cial que penetra todo el ser. Concentarse en el sentimiento engendra el sentimentalismo, El sntimentalismo es un produc: to de la subjetividad mal integrada, Es el sjeto que se repliega Sobce si mismo y se recrea en sus sensaciones. Por el coatrario, la ternura irrumpe cuando el sueto de descentra de sf mismo, sale en dizeccin al oto, siente al otto como otto, participa de st existencia y se deja tocar por la historia de sw vida. El otto ‘marca al sujet. Este permanece en el oto no por las sensacio nes que le proce, sino por amor, porate sprecia su diferencia Y valora su vida y sus luchas La relacin de ternura no implica angustia porque no busca ¥entjas ni dominacion. La ternura es la fuerza propia dl cora- 26n, es el deseo profundo de compartir caminos. La angustia del ‘otro es mi angurtia, su Exto es mi éxito y su slvaciOn o perdi- cin es mi salacion y perdcién, no slo mia sino de todos los seres humanos Blaise Paseal (1623-1662), flésofo y matemético francés, introdujo una dstncion importante para ayudarnos a entender el euidado y la ternura el exprit de finesse el exprit de géome- frie. El esprit de finesse excl esprita de delicadea, de sensbili- dad, de cuidado y de trnura. El espiituno slo piensa y ra20- na. Va ms alli y afiade sensibilidad,intuicion y capacidad de unién al razonamientoy al pensamiento. De esprtu de deli ddeza nace el mundo de las excelencia, de los grandes sigific 96 dos, de los valores y de los compromisos alos que vale la pena Aedicar tiempo y energia, El esprit de gsometrie excl esprtacaleulador y productvo, interesado en la efiaciay en el poder. Es el emado-de-ser» que hha imperado en la modernidad. Este esptitureleg6 a un rincéa, 1 puso bajo sospecha, todo lo que tiene que ver con el afeto, lt ternura y el euidado esencial. De abt deriva también el vacio aterradot de nuestra cultura sgcomiétricae pletrica de sensacio- nes pero sin experiencas profundas; con una acumulacién fan- tstica de saber, pero con esasasabiduria, proacupada en exce- 0 por Ia musculacién, por lo sexual y por los arefactos de ‘estrucci6n que aparecen en violentas serie celevisivas, pero sin ‘ermura ni cuidado hacia la Tierra, hacia sus hijose hija, y hacia el futuro comdn de todos. 4. La cavcia exencial La caticia consticuye una de las expresiones méximas del cui- dado, 2Por qué hablamos de scaricia exencial-? Porque quere- mos distinguela de a caricia como pura excitacin pscoldgica, fen fancin de un amor fagaz y sin historia. La cat ciém no implica toda la persona, La earcia es esencal cuando Se transforma en una actitud, en un «modo-deser» que enno- blece a la persona en su totalidad, en su psique, en su pensi- ‘iento, en su voluntad, en su inteioridad y en las relaciones aque establece El Grgano de la caricia es, fundamentalmente, la mano: Ia mano que toea, Ia mano que scarica, la mano que establece relacién, la mano que arulla, la mano que trae sosiego. Pero la ‘mano es més que una mano. Esa persona humana que, através de la mano y en la mano, revela un emodovde-ser caifioso. La * caricia toca lo profundo del ser humano, alcamza su Centro personal, Para que Ia caricia sea verdaderamenteexencial ene mos que acarciar el Yo profundo y no solo el ego superficial de Ta conciencia La caricia que nace del Centro confere repoto, integracion y confianza. De abf viene su sentido. Al aariciar al nifio, la ‘madre le ransmite la experiencia que més puede orienta. la confianza fundamental en Ia bondad de la realidad y del verso; la confianza de que, en el fondo, todo tiene sentido; la confianza de que la paz y no el conflicto tene la dkima ps ars I confine ea anda noon excl de tan Al igual que la ternura, la carci exig total aleruismo, res: eto por el otto y renuncia a cualquier otra intencién que 20 Scala de la experiencia de querer y amar. No consist en pieles ‘que s¢ rozans es més bien ina inversén de carifo y amor teavés dela mano y de lapel. El afecto no existe sin Ia earica, a termuray el euidado. Ast ‘como la estrella necesita [a ieadiacion para blr, el afecto ne- ‘ests I cariia para sobrevvi, La caricia de la pie, del cabello, fe as manos, de la cara, de los hombros y dela intimidad sexual «lo que confere concrecién al afecoy al amor. Esa calidad de Ja carcia lo que impide que el afeeto sea mentitoso, faso 0 du oro. La caricia esencial es leve, como como cuando se entorna ligeramente una puerta. Nunca hay earcia en la violencia que cha abajo puertas y ventanas, es decir, cuando se invade la inti- ‘midad de la persona. El psiquistra colombiano Luis Carlos Restrepo ha dicho acertadamente: eLa mano, 6rgano humano por excelencia, sieve tanto para acariciar como para aferar. Mano que aferra y mano aque acaricia son dos facetas extremas de las posibildades de ‘eneventro interhumano», Enel contexto de nuctrareflexin la ‘mano que aferra representa el «modo-de-ser-trabajo». «Aferrare es una expresin del «poder sobre», de la manipulacién, del pretender obligar al oto y alas cosas a adaprase a mi «modo Gesers. La mano que acacia representa el emodo-de-ser-c {ados, pues sla carcia es una mano cubierta de paciencia gue toca sin herir y suelea para permit la movilidad del ser con auien entramos en contacto, 98 5. La amabilidad fudamental La justa medida, la termura vital la caicia esencialy la amabili- dad fundamental son cualdade existenciales, ose, formas en las que se estructura el ser humano en cwanto tl. El cuidado, con su corte de resonancias, es el artifice de nuestra human dad, Esto vale también para Ia amabilidad, tan mal interpretada en la cultura desde que se introdujo como categoria de andlisis sociolégico al final de los afos treinta. Normalmente se toma como expresin de Is emotividad en sentido psicolgieo, con- trapuesto ala racionalidad, Se dice que los latinos son amables. YY de hecho lo son. Ponen en las cosas mas coraz6n que l6gica Pero, ieuidado! El corazén y la emotividad pueden producit tanto el erato dlicado, el sentido de I hosptalidad y Is exube- rancia contenida dl placer, como los impulsos vilentos y los ‘dios profundos caractersticos de ciertos grupos ‘Cuando hablamos de la amabilidad como resonancia del cui- dado, nos referimos a algo distnto. Consideramos el coraz6n como una dimensi del sspiritu de delicadera, como capaci- ddad de captar Ia dimensin de valor presente en las personas y elas costs. Lo decsivo no son los hechor, sin los signficados ‘qe los hechos producen en nosotros enriqueciéndonos y trans formindonos. Aqut surge la dimensién de valor, de aquello que cuenta, psa y, en defintva, nos interes. El valor converte los hechos en simbolos y en sacramentos, Dejan de ser hechos que seneillamente han ocurrido y han pasado, y se convierten en portadores de significado, capaces de evocar y despertar el re- tuerdo. ‘Ahora bien, es propio del corazén capt Ia dimensin axio- Logica y valorativa del Seren su totlidad y en sus manifestacio- nes en los ents concretos. La amabilidaddesigna entonces aquel smodo-de-er» que descubre el corazén que palpitaen cada cosa, en cada pieda, en cada estrella yen eada persona. Es aquela scttud que capta tan maravllosamente El prinipto: «nose ve bien sino con el corazine. El corazén consigue ver meal de los hechos; ve su tabazén con la totalidad; disingue sgnitica- dos y descubre valores. La amabilidad supone lz expacidad de 99 sentir elcoranéin del otro y el corizén sereto de todas las cosas La persona amable ausculta, pega el ofdo a la relidad, pres tencién y pone cuidado en todas las cos. En América Latin, lacokura ndhuatl de los antecas de Méxi- «co fue a que otorg ai corazén un significado especial. Su defi- niciéa de ser humano no es, como entre nosotros, la de un ‘animal racionals, sno la de sduefo de un rosto ¥ de un core ine. El rosto identifica y distingue al ser humano de ottos eres humanos. A través del sto, el see humano se relaciona icamente con el oto. Ein el rostro queda reflejado si lo acoge= ‘mos, si desconfiamos de élo silo excluimos. El corazén, 2 su ven, define el smodo-de-sersy el carscter dela persona, el prin- ciplo vital de donde provienen todas sus acciones La refinada educacion de los aztecas, conservada en bellisi> mos textos, pretendia formar en los jévenes un rostro transpa- rente, bondadoso y sin sombras, aociado a un corazén firme, caliente, determinado, hospitalario, soidario y resperuoso con Tas cosas sagradas. Sein ellos, en el coraz6n naca a religién, aque utilizaba ela flor y el canto» pare venerar a sus divinidades. Ponian corazén en todas ls cosas que hacian. Esa amabilidad © scordialidad se reflejaba en las obras de arte que creaban. El iran pintorrenacentistaalemn Alberto Dusero, al contemplr, 11520, unos objets de arte aztecas que Hernan Cortés habia tegalado al emperador Carlos V, de apuntado en su dato este testimonio; «En toda mi vida no he visto nada que me haya alegrado tanto el corazén como estas cosas. En elas he encom trado objetos maravillosamente artisicos y he quedado admira- do de la sutilgenialidad de los hombres de esas teras ext ‘ase, Era la esonancia del cuidado y de la compasién, que se cexpresaba en los objetos de arte aztcas 6. La convivencialidad necesaria ‘A la amabilided, e une la convivencilidad. La convivencali- ‘dad, como concepto, fue puesta en citculaign por Ivan Mich, tno de los grandes profess ltinoamericanos. Nacido en Viena 100 ‘en 1926, trabai6 en América Latina y con los hispanos en los Estados Unidos. Por medio de la veonvivencalidad» inten res- ponder a dos crisis de la actualida, Incimamente vinculadas: la ‘isis dl proceso de industrializaciny la eriss ecoldgia. ‘Veaios en primer lgar la crisis del proceso de industriaiza- cin, La relacién de superioridad del ser humano con respect al instrumento se ha convertido en una relacién de superioridad del instramento respecto del ser humano, Creado para sustiiit al esclavo, el instrumento teenoldgio ha acabado por esclavizar ler humano, al ener como fin Ia produccién en masa, Esto ha lado origen a una sociedad ostentosa, pero sin alma. La actual producciGn industrial no casa con la fantasia y la creatividad de los rabajadores. De ésts, slo quiere utilizar su fuerza de eaba- io, fuera fisia oineleerual, Cuando incentva la creatividad, 10 hace con vistas a conseguir la calidad tora del producto, lo cul beneficia mas ala empresa que al trabajar. Sin embargo, constituye un signo de los tiempos que mu chos empresaios estén romando conciencia de esta distorsiGn y hagan frente a la deshumanizacién de la sociedad industrial. “Muchos empiezan aincuiren la agenda de la empresa la disci sién sobre el nuevo paradigma de religacién, de subjetividad, de espiritualidad y de eelaciones de cooperacin y de sinergia entre todos, empresarios ytrabaadores Qué se entiende por convivencialidad? Por convivencial- dad entendemos la capacidad de hacer que convivan las dimen siones de produccién y de cuidado, de efecivdad y de comps sign; modelar con solicited todo lo que producimos,utlzando Ja creatvidad, la iberad y la fantasa; la apirud para mantener el equlibrio multidimensional ente Ia sociedad y In naturales, reforzando el sentido de pertenencia mutua. {La convivenciaidad viene como fin combinar el valor téeni- co dela produccién material con el valor éico de la produccién Social y espritual. Después de haber construido una economia Ade bienes materiales, tenemos que desarollar urgentemente wna economia de lat evlidades humanas. El mayor capital, infinto © inagotable, no es, aca, el ser humana? [Los valores humanos de Ia sensibilidad, del cvidado, de Ia 101 convivencaldad y de fa veneracin pteden imponer limites ala voracidad del poder-dominacin ya a produccign-exploraion. En segundo lugar, la convivencialidad se entiende como una respuesta defnitiva al crisis eol6gica, producida por el proce- so de industraizacin de ls stimos cuatro silos. El ierespon table proceso de expoliacin del medio ambiente puede provo~ car una dramética devasacin dl sistema-Tierra y de todas las “organizaciones que lo gestiona. Este escenario no es de nigtin modo improbable. Ha tenido lugar anteriormente, con el hundimiento de la bolsa de Wall Serect en 1929. En eta ocasin se trat6 slo de una crisis parcial ‘del sistema capitalist. Ahora se trata de una crisis del sistema flobal, Seguramente, en un contexto de ruprura generalizad, la primera reacein dl sistema imperante serd aumentar el con- trol planetario y wiizar una violencia masva para garantiar el rmantenimiento del proceso productive y del sistema financiero. Pero este esfuergo, en ver de aivae Ia crisis la radicalizard a cus del aumento de desempleo tecnoldgico y de la ineficacia Se las politica de integracion de las wesimas dentro de la nica sociedad mundial Sexin lich, la cisis puede dar paso a una castrofe dedi mensiones apocaliptias. Pero también puede ser una oportuni dad sinica pars defini un uso convivencial de los inserumentos tecnol6gios al servicio de la preservacion del planeta, del bien ‘star dela humanidad y de la cooperacin ene los pueblos. ara legat a esa nueva plaaforma, la humanidad posible~ mente deha pasae por un snistro Viernes Santo que preciptard al abismo [a dictaduea del «modo-de-sr-rabajo-producciGn- materials, Slo entonees podti haber un Domingo de Resurrec- ‘in, la reconstuccign dela sociedad mundial sobre la base del dado. El primer parrafo del nuevo pacto social entre los pueblos supervivintes defini el extablecimiento sagrado de Ia autli- mitacién y Ia obligacin de vivir bajo la asta medida, cuidando In herencia que hemor reibido del univeso, desde la ternara czencial para con los seres humanot y desde el respeto a los ‘Semis seres de Ia creacion. La prodvecign sera convivencial, 102 pues garantiard lo suficiente para atender las necesidades hu anes sf como lo adecuado para realizar proyectos soldarios. Elser humano habra aprendido a clizar los instrumentos tec- noldgicos coma medios y no como fines; habrd aprendido a con-ivir con todas las costs, junto con sus hermanos y herma- ‘nas, sabiendo tataras con reverenciay respto. ‘Cuando se produzca exe feliz acontecimiento, se habe ina _gurado el naevo milenio con la vigencia de un nuevo paradigima de civilzacion mus favorable a la vida, en la justia y en la frarernidad y ternura entre todos. 7. La compasion radical Esta tim manifestacign del cuidado —la compasin radical— representa la mayor aportacin que el budismo ha hecho a la bhumanided, Esta compas radial esconsiderada la virtud per- sonal de Buds, cuyo nombre real ers Siddharta Gautama y que Vive entre los siglos v1y v anes de nuestra era. La compasin| se inserea dentro de la experiencia bisia del budismo, aticu- lando dor movimientos diferentes pero complementarios: el desapego total del mundo, por medio de la ascesis,y el cuidado ‘del mundo mediante la compasién. A través del desapego, el ser hhumano se libera de la exclavitud del deseo de poseery acumu- lar, Ya través del cuidado, se ve-ligaafecivamente al mundo, responsabilizandose de él. ‘La com-pasién no es un sentimiento menor de «piedads ha- cia quien sure. No ex algo pasivo sino muy activo. Conpasién, ‘como sugiere la eimologia latina de la palabra, es la eapacidad ‘de com-parir Ia pasin del otro y con el otto. Se tata de salir, {el propio etculoy entrar en a galaxia de otro en ewanto ot, para aufrir con él, alegrarse con él, caminar junto a él y cons: ‘tule la vida en sinerga con él En primer gar, esa atiud leva ala remuncia 2 dominar, € incluso a matar cualquier ser vivo, rechazando toda violencia contra ls naturaleza. En segundo lugar, intenta consti la co rnign a partir de lor que ms sufeen y son més catigados. 103 ‘Slo empezando por los éltimos, podemos legat a tener una Sociedad realmente integradora ¢ inclayente. La filosofia china del Feng Shui, como veremos mas adelante, propone una forma cuidadosa de tratar la naturalezay de organizar ecoldgicamente los jardins y la casa humana. En ef hinduismo tenemos la Ahimsa, que corresponde a la

You might also like