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Ensayo de una Tipologia de la Literatura Fantastica (A propésito de le literatura hispanoamerictna) ‘Mi centro'de interés en este trabajo es deslindas el subgénero “lite satura fantistice” y destacar algunos de sus rasgos caracterizadores, a propésito de Ja nactativa hispanoamericana, tan rica en obras de est fndole, Tevelan Todorov ha planteado el problema por primera vez en for- ima sistematica en su libso Introduction a la Vitératare fantastigue, (Bae ris: Seuil, 1970). Aunque disentimos en Ia solucién que le ha dado, es necesatio reconocerle el métito de haber extablecido claramente ciestas categorlas y una metodologia de rasgos contrastivos con distincién de niveles de andlisisy con ello mace un adelanto importante en su cst dio, a pattit del cual pueden intentarse otras soluciones, Resulta, pues, imprescindible exponer brevemente el sistema de To- dorov para recordar sas rasgos esenciales y cotejarlos con la categor cidn que proponemos. Todoroy delimita el género"de lo Fantistico con dos sistesnas de ‘oposiciones: 1) El lector se interroga sobre la naturaleza del texto y segtin ella ‘quedan establecidas dos parejas conteastivas: Larerarura rawrésrica / porsta Tinsrarura FANTASTICA /ALEGORIA La primera pareja esti sepatada por la nociéa de obra teferencial, Aescriptiva o representative, pero no en el sentido de que la obra tenga un referente externo, sino de que internamente el texto sea referencial © tepresentitivo, es decir que su lenguaje sca trasparente y remita de Jas palabras a Tos hechos. Para Todorov no hay nunca poesia fantistica 392 Ruyists [BEROAMERICANA porque n0 se da ese pasaje y no se produce en ef lector una reacciém tante Jos hechos tal como: se experimentan en el mundo, lo cual es indispensable en Ia literatura fantistica para que se los pueda clasificar de naturales © scbrenaturales.* La segunda paceja esti separada porque el texto tenge 0 10 una do- ble significacién: sentido literal y sentido txépico o traslaticio. También agai debe darse le distincién en el interior de lz obra en forma inequt- voce, y no depender del capricho interpretativo del lector, Esto se se fuerza con el concepto de que la alegoria es mortal pate lo Fantistico, sgeneralmente, pero que puede haber geedos de supervivencia del sentido literal y, por lo tanto, de ingreso de lo fantistico en ef género alegérico, ‘aunque lo fantistico tienda a desaparecer en contacto con Jo alegéico, 2) La otta distinci6n importante establecida por Todorov consiste fen que el lectot se interroga sobre Je natutaleza de los acontecitnientos relatados, y en este caso se establece una tripasticién: ‘Lo EXTRAORDINAMO / Lo FANTASTICO / LO MARAVILLOSO Las tees clases estin determinad:s con dos pasimetros: 1a existencia de hhechos normales 0 e-normales en el selato, y Ja explicacién de lo arnortoal, Si. se mantiene Ja doda sobre la raturaleza de os aconteci ‘mientos que salen de fo normal estamos en el Ambito de la literatura fantistica, si se disipa la duda caemos en lo extraordinario (cusndo a pesar de su rareza se los inscribe entre Jos hechos naturales) y en Io maravilloso (cuando se los adjadica al orbe de lo sobeenatural ¢ isreal). Frente a este planteo de Todorov ofrocemes una solucién diferente, «que luego cotejatemos con Ja suya, discatiendo Jos pro y los contra de ambas. Pasa salvar algunos de los inconvenientes que encontramos a su catacterizacién proponemee otte en le que: 1) No se plantea el problema de oposicién con fo postion y con Jo alegérico puesto que ya explicaremos Iuego que les consideremos categorias de dos sistemas que se cruzan pero que no se excluyen, 2) Proponemos pare le determinacién de qué es fo fantistico, su inclusiéa en un sisterna de tres categorias construido con dos patéme- ‘ros: Ja existencia implicita o explicta de hechos asnormales, a-naturales © iteeales y sus.contratios; y ademis 1a problematizacién 0 no proble- matizacién de este contraste. Aclaro bien: la problematizacién de su TY Vite op. city pp. 61-66 pata prediar este concepto de Todorov. Esruptos 393 conviveacia (in absentia o in praesentia) y no Ia duda acerca de su nataraleza, que era la base de Todorov. Ast se forman las subclases de: Contraste de 10 ANORMAL / LO NORMAL Solo LO NO ANORMAL Como Prontnms ‘Sin PRopLEia To fanté Lo matsvilloso Lo posiblet Ast la literature fantistica quedaria definida como la que presenta fn forma de ptoblema hechos a-nommales, anaturales © irreales, Pette- nocen a ella is obras que ponen el centro’ de interés en la violacién del crden terreno, natural 0 Kégico, y por fo tanto en Ia confrontaciéa de uno y otro ordea dentro del texio, en. forma explicita © implicita. Expuestes Ia solucién de Todorov y la nuestra, entraremos en sa discusién. A las primeras oposiciones propuestas por Todorov: LITERA- TURA FANTASTICA / POESIA y LITERATURA FANTASTICA / ALRGORIA, les enconteames el inconveniente de que no parecen categorias exclusives sino cruzadas, Quizis en ciertas épocas de la historia de la literatura 1o hhan sido, pero no en todes. Bs verdad que Ja literatura fantistica debe fener como soporte indispensable un arte representative, puesto que si la hemos basado en el contraste de hechos anormales y normales, ne- cesita ser representativa de esos hechos. Sin embargo, no siempre Ja possfa ha sido no-tepresentativa. Penscmos, por ejemplo, en los poc- mas de Borges, "El Golem” o “La noche ciclica” y vetemos que pocos urarfan en asignarlos al subgénero “poesia fantistice”. Esta nigidez de exclusiones genéricas, buena para cicrtas épocas de clases literarias muy definidas, no resulta aplicable 2 Ia literature contemposinea que cons- ‘raye génetos hibridos o con cemacteres mis fluctuantes. Por eso nos parece més spropiada una metodologia que estableaca oposiciones de rasgos nitidos pero que permite cruraclos: p, cj. LITERATURA REPRESEN- TATIVA / NO RBPRESENTATIVA; LITERATURA DE SIGNIFICADO SOLO Li- TERAL / DB SIGNIFICADO TAMBIEN TROPICO, Si tomamos fa primera pareja podsfa incluitse poesia, drama —no mencionado pot Todorov— y ficcién dentro de Ie literatura represen tativa, y en ella cabtian la poesia, el drama o la Ficcién fantistica, Pien- 40, pata el drama fantistico, en Rbinoceros, Amedée ou comment sew 2 Ta prictice dela literatura y Ja critics, no han nitico pate To que no es anormal: el ténino “resist” a0 abarcatia buena parte de Ie aan de Ios" cuadsas de. "lo. posible” (téraino que. aoeotros sugerios). No comprenderia Ia aovela idealists, a naturalist IE'de acontecimientos exieaordinatios Peto 0 iiesles, ee. 394 Revista IBEROAMERICANA Aebarrasser de Tonesco 0 en Las paredes, de la argentina Graciela Gém- baro. Borges es un ejemplo extremo de que para él no hay aparentemente género que no pueda alojar fo fantistico, Recordemos su dedicatotia de EI Hacedor, “A Leopoldo Lugones”,* donde en un suefio convive él ‘mismo con el viejo posts, juntando tiempos y espacios diferentes. Ocu- ‘te algo semejante con el ensayo “El suefo de Coleridge” de Otvas in- quisiciones, donde paca explicat las imaginaciones (también alejadas en tiempo y espacio) del Emperador Kublai Kan, que sofé el palacio y ‘ordend construiclo, y de Coleridge, que sof5 ua poema sobre el palae io, da una serie de causis naturales y sobrenaturales hasta llegar a la ‘itima, que postula el ingreso en In tierra de un objeto sofiado por otros, como en ef cuento “Tin, Ugbat, Orbis Tertius”.* Este método que etmplea matrices de rasgos nos permitiss también sottear el ptoblema de lo alegérico como excluyente de lo fantistico. Es verdad que Todorov no llega « hablar de exclusion sistemética, sino ue afiema que la aparicién de Ia significacién alegérica es mortal pars lo fantistico y puede Hegar a climinarlo totalmente’ Creo que Jes mizones que Mevaron a Todorov a marcar Ia oposicién uireRarura FANTASTICA / ALBGORIA, sucgieron de la alegoria clisica, Ja cual nanca elegie para ef nivel literal Ja narracién de hechos fantis- ticos,"manejfndose preferentemente con hechos meravillosos, aunque alguna ver trabajase s6lo con hechos reales. Ademis, en épocas ante- riotes quedaba 1a traslscién de sentido muy clara porque se conocia 1a “gramitica” que regfe la alegoria © porque se inclufa al final su expli- cacién detallada, cose que se justticaba porque la funcién de la alegosta era fundamentalmeite didéctice. Pero ahora existe la tendencia a usat tambign To fantistico fara el nivel literal de estas obras, y ademés, a dejar poco explicita Ia funcién alegérica, simbélica 0 parabélica, es decit ‘su significado no literal. © De acuerdo con el exitetio de Todorov oo lo serle porque el autor expli ita que se trata de un suet, pero sf lo et park avettes definiidn, porque’ 4 interés en exe eneventto de personas pectenecientes a tempos y espe “s‘Podela arglisse que Borges os un esctitor que viole las casifcacones senéricast p. cj, es autor de esos hibridos que paitidpan de Ie naturalear del vento y del ensayo, tanto que alguno spared en volimenes dedicados a oto iloero ("EL sceccamiento 2 Almotsin’ que es un cutnte, en Histor de la Evemidd, que es un volunen de ensayo) Tabla de" geados en os valores alegbrios:_alegoria evidente, con crore (iboas, cochios de bert), indicat (pil Se tps de Bac), diedost (Willi Wilson” de Poe), tivsoria ("Ta ‘nariz” de Gogol), Pp. T8979. Estupios 295 Las condiciones impuestas por ‘Todorov eliminarian buena parte: de Ja literituca fantistica contemporinea; en cambio nuestro enfogue per- mite retener las obras de sentido traslaticio explicito 0 implicito, siem- pre que en el plano literal aparezca el contraste de lo seal y Io icreal ‘entrido como problema, aun cuando ef sentido trashaticio Io resuelva 0 Jo botte, Asi se explica también que —contea la opinién de Todorov se vea el caso de que lo alegérico refuerce cl nivel literal fantistico en Jugat de debilitarlo, porque el contenido alegérico de {a literatura con- temporinea es a menudo el sin sentido del mundo, su naturaleza pro- blemitica, ceética ¢ ieteal. Eso se ve claramente en “EI zapallo que se hizo cosmos” del argentino Macedonio Fernindez, donde esti explicit significado traslaticio del texto fantistco, o en otras obras donde no se declata cuil es la alegorfa pero queda implicita por sofales que lleva cl texto. Asi en “El prodigioso miligramo” del mejicano Juan José Arreola, en “La casa de Asterién”, “La biblioteca de Babel” o "La lotetia en Babilonia” de Jorge Luis Borges, o en’ “Tareas de salvamea- to” del cubano José Lozano Fuentes (que desasrolla un tema teadicio: rnalmente alegérico, el viaje a los infiernos).* ‘A. le clasifcacién de Todotov en RaNTASTICO / MARAVILLOSO / EXTRAORDINARIO le encontramos el inconveniente menor de n0 ser ok hhaustiva (lo enal podrfa obviarse), porque no menciona una categoria «que puede inclur los relatos de lo normal, lo real, fo natmral. Pero sobze fodo resulta insatisfactorin por estar besada en Ja oposicién de rasgos DUDA / DISPACION DE LA DUDA, que los mismos cultores del género no encuentran esencial. Un gran sector de obras contemporineas no se plantes siquiera Ia dada y ellos admiten desde la primera linea el orden de Jo sobrenatusal, sin por eso permitir que se las clasifique como ma- ravillosss, ‘Ademts los requisitos de Todorov hacen que sélo haya un perfodo histériéo muy reducido en ef que florece la literatura fantéstica pura (Aesde fines. det xvi con Cazotie, hasta fines del xxx con Maupas- sant” y que sélo un esceso niimeto de obtas pertenezcan en su totalidad 1 dicho género porque le mayorfa c2e en to marayilloso 0 en-lo extra. ‘ordinario en cuanto se introduce una explicaciSn segura en ef relato. © Por ejemplo, no pondelames Adéa Brenossiver de. Leopoldo. Marechal, jue So Viaje alos infiernos no implica una confrontacién entre el orden de Jo natural lo scbvenatucal; en cambio. si aparece el problema en "Tascas de_alemenie como oe ste de My Sins, “Denke eu faego ones se page” (incluido por J. L. Borgen, §. Ocanipo yA. Bloy Casares en. sa. dno agin de le Tneratnva jesitsice, Bienos Aires, Sodamertcany, 1940, Po 214 252) 9. en. converso” de Jian Jose Arrecl T Opetity ppe EUS, 396 Revista I[BEROAMERICANA Con nuestea propuesta se resuelve, por una parte, Ia inestabilidad del género, “categoria siempre evanescente”, que el mismo Todorov reconoce y justifica con fa comparacién con ob presente, Por. otte, se amplia mis el cusdeo de Io fantistico, permitiendo inchuir ob:as margi- rnadas por su teotla, pero consideradas dentro del género por un con- senso que parece justificido.* Ello courte porque eliminemos la exi- sgencia de mantener dudosa a explicacién y aun Ia de oftecer una explicacién, Es indudable que al oftecer una explicacién ya se pone: en el foco de interés el problema que consideramos como rasgo del: géne- 1, y que al dejar la explicacién en suspenso (sin inclinarse por niaguna solucién) se sefuerza el efecto de focalizacién, Pero que estas obras resalten peculiares del grupo analizado, no quiere decir que no haya otros medios de product el mismo efecto, quizis més sutiles, y alcanzar asi esa finslidad de conmocién (intelectaal y emocional), ante el orden violado, dejando las sefales de Ja violacién en el texto. Bliminada la exigentia de ta explicaci6n, veamos cuéles pusden set fos modos de destacar el caricter central de subversién del orden ra. ‘ional, con sentido problemitico, Psia ello debemos aclararpreviamente que las obras fantistcas pueden desarrollarse en tres tipos de érdenes distintos: 1) Todo to narrado entra en el orden de Jo netural: Felisberto Her nindez, “BL cocodrilo", “La casa nueva"; Aristides Fernindez, “La mano”; Julio Cortizar, algunos relatos de Historias de cronopios 9 de femas (“Tastrucciones ‘para subie wna escalera”; “Simulacros”, “Tia en Aificutades*, “Tia explicida 0 102", “Las lineas de la mano”); Jorge Luis Borges, “EI fin” 0 “Bl jardfn. de senderos que se bifurcan”, 2) ‘Todo lo natrado entra en el orden de Jo no-natural: Alejo Car- pontier, “El viaje a la semilla”; Carlos Fuentes, “En defensa de fa ‘Trigolibie”; Juan Jos Arreola, “El prodigioso miligramo"; Elena Gatto, “Un hogar s6lido"; Juan Lis Herrero, “No me acatcies, ve- © Para aumentar el volumea de las obras incuides en el gbacro fantdstico, ‘Todorov propone fragmentatas y adjndicar a éste Ja primera parte del relate entres no Se_sesuelva le dude,’ concediendo slo el (last explicativo Jo. man tavilloco 02 [0 extraoedinatio. (2p. eit, pp- 4731). Para el comentario sobre se. carieter evanescente.y Ia comparaciin oa el freserte, véanse pp. 46-47 Conviens destacs, sin embargo, In falacia de Ta argommntaci6a, porque si al presente en sa definicién cldsien ex el limite entee el pasedo y el feta, para clevts excuelas filosificas no existe y todo es pasado o futufo, no deberos blvidar que como categorla gramatical tiene usa: exstencia real y aparece. con alt porcentaje- de frecuenciaven las estadistcas, Esto no debieta dejar de pesat fn va sutor que tanta importancla dx «Ja correlacién literature y lenguaje’ pura fundamentae Sus teas, Estupros 397 using”; Jalio Cortizar, los relatos que incluyen cronopios, famas y esperanza, en of libro antes citedo, 3) Hay mezela de ambos érdenes: Eliseo Diego, “La calle de Ja quimera"; Esther Dizz Llanillo, “Anénimo; Adolfo Bioy Casares, La invencién de Morel; Catlos Fuentes, “El Chac Mol’, “Tlactocatzine, del jardin de Flendes”; Blene Garro, “La culps de los Tlaxcaltecas"; Enrique Anderson Imbert, “EL grimotio” o Fuga. Lx mezcla de los dos 6rdenes produce generalmente, por su mera apasicién, un fuerte contraste, y presenta la zuptura del orden habitual como la preocupacién primordial del selato. Pero no siempre se obtiene © se quiere obtener tal resultado, Pensemos en los cuentos folkléticos y cen Tos cnentes de hadas donde aparecen gigantes, enanos, Brujas, ogt0s, péjatos y Fuentes milagrosss, plantes que crecen y suben al cielo, Son Jos mitos 0 Ios herederos del mito que necieson en un mundo no regido ppor la ley de la conttadicci6n y han conservado de él ta libertad jima. sginativa, Coincidimes con ‘Todorov en considerat que éstos si estin fuer zm del género de lo fantistico y los adscribimos al de lo metayilloso, eto no porque se los explique como sobrenaturales sino simplemente porque no se los explice y se les da por admitidos en convivencia con cl orden natural sin que provoquen ‘escindalo o se plantee con ellos rningtn problema. No traea, puss, jaconvenientes para su clasficacién entre Jo fantis- tico los casos en que hay mezcla de los dos Grdenes. y se insiste en. la Diisqueda de una explicacin sobre esa rupture de fe norma, Mis. dificil es que se produzce cl contraste y se centre en él el interés de] texto cuando ia obra no se mueve més que en ua0 de los dos éedenes, y sobre todo no se da explicacién que permite realianr el caricter problemitico de os hechos, \No intentaremos agotar Ja lista de los procedimientos que usan tos autores en estos casos, pero comentaremos algunos. Pot ejemplo, cuando se mueven, en el ofden natural, como en “Instrucciones para subir una cescalers” de Jalio Cortizar, baste la descripcién minuciose de los he. chos més simples descompuestz en los infinites movimicntos automat cos que se realizat cotidianamente, para vetlos sujetos a reples precisas ‘aya trasgresién amenaza con lanzarnos a Jo desconocido, “lo otto” que rio se nombra pero queda aguzapado y emenazante. Otras veces se cven- tan los.hechos naturales pero algo tree Ie presencia de lo iereal en las compataciones o en Jas alusiones. Pensemos en “El jardin de senderos que se bifurean” de Borges, dondé el camino que conduce a la.quinta 398, Revista IsEROAMERICANA la descripcién de Ja obra del antepasado secuetdan infinitos labers tos de espacio y tiempo, Lo mismo curse con la “Tin en. dificultades’ y el relato siguiente “Tia explicada 0 no?" de Cortizas, donde la cuca- racha putas arriba © la comodidad de dormit de espaldas muy pegedo a Ia tierra aluden a la amenaza de la muerte, Ia mas violenta de Jas intrusiones de “lo otto” en ef orden terreno, Otras veces consiste ea recordar una serio de hechos que podtian ocurrit en el mundo pero que nunca ocurren, como en el relat ““Maravilloses ocupsciones” del mismo Cortizar, donde se acuolan Jocamente con el convencimiento que tiene a1 autor de que “lo verdaderamente fuevo da miedo 0 mara- villa”? Igual sistema utili26 antes el uruguayo Felisberto Hemandez, en sa cuento “El cocodtilo”, donde el hecho insélito de que alguien se pponga a Ilorar en los Ingaces y los momentos mis inesperados, por puro gusto de desarrollar a volintad una capacidad gratnita (aunque a veces Ie resalte productiva) constituye el centro de la historia. Es “curioso ‘que aparezca alli usa explicaciin parecida a la frase antes cituda de Cortiexe “Hubiera querido salic de squella tienda, de aquella ciudad y de aquella vida, Pensé en rai pais y en muchas cosas més. Y de pronto, ‘caando ya me estaba tranquilizando, tave una idea: '¢Qué ocuritia si yyo me pusiera 2 orar aqui, delante de toda esta gente?” Aquello me pparecié muy violento pero yo tenfa deseos, desde hacia algin tiiempo, de tantear ef mundo con algin hecho desacostumbrado”. Y en. ots0 cuento, “La casa nueva", dice: “Ast como mi amigo estaba siempre atento a la aparicién de cvalquier nimero, yo estaba atento a la apari- én de sentimientos, pensamientos, actos o cualquier otte cose de la realidad, que: sorprendiera las ideas que sobre elles sic] tenemos he- has?” De todos modos los cuentos comentados superan 1a mera extrateza como ‘clemento imaginativo 0 como vatiedad intreducida para enteetener al lector. Esto ocurte por el cacicter sistemético de su desarrollo, lo cual da a todz Ia linea del relato (mantenida sin salirse de Io terteno) una marcada nota. de atencién centrada en lo inusitado de ese orden, y © La frase figura en el zelato "Qué tal, Lopes", Miuoriar de Cronopios y de femas, Buenot Aites, Minoteto, 1962, p. 82. Fa’el mismo libeo, otro zelato Teva este titolo revelador "Pequofa Wislora tendiente 2 demostear'lo prectio ade la estabilidad dentro de Ia cusl crecmes exist, o see gue las leyes podsian cee lee a Tas xcept ts impebablilad, 7 shi te Gite P. 1 Ambos relatos fueron secngidos en Let bortensias, Montevideo, Arca, 1967, Ta primera cits figora en P. 90, Ia segunda en p.”120. Sas textos son anteriores al de Comtaar, pero ge —aue lo admita-~ tn confesado que. solo fo conoci6tardiamente Estuptos 399) sugiere la amenaza callada del otro o la sospecha de que quizés en este mundo de los hombres no exista ningtin orden, Si considetamos Jos cuentos que se desarrollan en el orbe sobrena- tural (total 0 patcialmente) nos encoatrsmos con muchos que Io pre sentan en forma no sotptendente y que no provora escindalo en el nimo de los personajes que participan de esas aventuras. Varios proce- ‘imientos centran el interés intesnamente sobre lo problemitico de su cexistencia aunque explicitamente a0 se haga mencién de las dificultades ‘que insertan en Ja vida normal. Machas veces es el detalle con que se describe Ia vide sobrenatural o anormal lo que hace que se concentte fen lla el interés y attaige la compasaciéa con las categorles humanas, «s decir un método parecido al que describimos en el Cortézar de "Ins- frucciones para subir una escalera”, pero aplicado antes a Jo cotidiano yy thora a lo irreal. En “El viaje la semilla” de Alejo Carpentier fun- ciona la minuciosa desctipcién det proceso del tiempo en orden inver- tido, desde 1a muerte al nacimiento, en chogue con el orden habitual ‘no mencionado peto consabido; en “EI prodigioso miligramo” de Atreo- Ia es el mundo de las hormigas el que recibe atencién circunstanciads, ppeto ahora en forma paralela y no invertide en su cotejo técito con Ia ‘experiencia humana, En “Un hogar sélido” de Ja mexicana Elena Go- 110, Jo Inumano Mega al deabito de los muertos con os recuerdos de los cadaveres y las novedades que aportan los recién enterrados que se in- corporan al panteda; ex ef relato de ciencia ficcién del cubzno Juan Luis Herrero, “No me acaricies, venusino”, son los mismos hombres ‘que se han trasladado allf Jos que Hevan sus odios y sus amores. Es més fécil, cuando estén los dos otbes presentes, centrarse en su con laste 0 en sus espantosas semejanzas; por ejemplo en “La casa-de As- terién” de Borges, donde no importa que no se explique Jo sobzenatural y que se acepte Ia existencia def Minotauro y del Laberinto como un hecho no sorpreadente, porqie sibemos que no estamos en el terreno

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