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UNIVERSIDAD CATÓLICA LUMEN GENTIUM - ESCUELA DE TEOLOGÍA

Historia de la Espiritualidad
Pbro. Tónix Reyes Muñoz
Alumno: Pablo Rafael Sotelo González
14 de Marzo de 2022
El Renacimiento Carolingio.
Es un periodo1 que comprende entre el 450 al 950, conocido como parte de la baja
Edad Media, y hace referencia al periodo en que occidente fue testigo de renacimientos
espirituales con escritores, obras y promoción cultural relevante. Esto será gracias a las
reformas culturales promovidas por Carlomagno, con énfasis en la educación del pueblo y
del clero, el estudio del latín (su unificación), conocimiento de los clásicos y difusión de las
artes liberales. Carlomagno quiso implementar lo que en La Ciudad de Dios de San
Agustín, indica para un reino unido de paz, de congruencia, de cultura y espiritualidad. En
esta etapa se popularizó el uso de los sentidos de las Escrituras: el literal sobre los
acontecimientos, el alegórico sobre los contenidos de fe, el moral sobre la conducta o
camino a seguir y el anagógico, como las realidades a las que se debe aspirar. Encontramos
para el 789, la Admonitio generalis, como un documento prueba de la unidad entre el
estado y la vida eclesiástica, en el cual se encuentran remedios e indicaciones para la
renovación eclesiástica en el reino franco. Bajo la autoridad de Carlomagno se encontraban
obispos, abades, nobles, clero en general. Respecto a la renovación en la vida litúrgica, es
con Carlomagno que concluye el proceso de romanización (de Bonifacio a Pipinio, luego a
Carlomagno), ya que añadió un suplemento al sacramentario gregoriano, con misas y ritos
faltantes. “En torno al autor del suplemento existen dos posiciones: unos dicen que fue
Alcuino, otros que fue Benito de Aniano (+ 821). Hasta la reforma de Pablo VI, parte de los
formularios de la misa del rito romano eran casi los mismos que se habían desarrollado
desde los carolingios.”2 Esto fue un intento de extender la liturgia de Roma hacia afuera.
Otro punto donde se ve la unidad con el gobierno es en los sínodos, ya que los problemas
políticos se mezclaban con los eclesiásticos. Se trataron temas como el adopcionismo, el
iconoclasmo, la reforma monetaria, administración de justicia.
Respecto a la evangelización, el periodo carolingio es el mas importante sobre la
cristianización de los sajones, no sin enfrentamientos militares y cuya conquista fue
violenta. Incluso hubo voces que criticando a Carlomagno le argumentaban que la fe debía
ser algo voluntario y no por presión. A la par, la cuestión cultural buscó en el imperio
Carolingio un retorno a la tradición y aquí es donde el libro Derecho Dionisio-Adriano se
toma como el libro sobre derecho más importante y luego influirá en el Decreto de
Graciano, así como en el Código de Derecho Canónico. También se unificó la vida
monástica, exigiendo que fueran centros promotores de cultura y de interpretación bíblica.
Al mismo tiempo se buscó la unificación de un texto bíblico, por la variedad de códices
latinos, para lo cual se designó a Alcuino, cuya Biblia influirá luego en la Vulgata.
Se considera que Alcuino de York e el verdadero autor del Renacimiento carolingio
y Padre de la Germania Cristiana por su gran influencia cultural y espiritual. Mientras que
la guerra de Carlo Magno con los sajones fue negativa en la destrucción de su árbol

1
Cfr. PATIÑO, JOSÉ, Historia de la Iglesia, siglos VIII-XV, Tomo II, Editorial San Pablo, Pp.43-50
2
Ibidem, Pág. 44.
sagrado, la labor misional de Alcuino se compara a la de San Bonifacio y San Willibrordo.
Es decir, a Carlo Magno le faltaba un consejero (ministro de cultura en nuestros conceptos)
capaz de evangelizar con la riqueza intercultural y que comprendiese la
responsabilidad/dignidad del Emperador (lejos de los errores de abuso de poder cometidos).
De hecho, para Alcuino, imponer la fe y codiciar los bienes temporales no fueron tolerados;
quedan testimonios de sus desacuerdos con la Capitulatio imperial que buscó imponer la fe.
Alcuino también propuso la paz como un camino de evangelización. En cierto sentido
podríamos pensar en él como en un “Francisco de Vitoria” ya que veló por “derechos” de
paganos (naturales) sin estipularlos (declarar en derecho), aunque en otro contexto de
Renacimiento (s. XVI). Por ejemplo, es palpable su influencia en temas de disciplina
eclesiástica y cuestiones diplomáticas en los códices hispanos del s.IX-XI, donde refieren a
Alcuino y su contexto. Aquí podemos reflexionar en que los clásicos han ayudado
providencialmente al cristianismo para una mejor comprensión del mensaje evangélico en
su carácter universal y de plenitud cultural.
Alcuino, apasionado por la enseñanza, propuso una nueva Atenas ennoblecida por la
enseñanza Cristiana y aquí definitivamente es grande la influencia de su formación en la
escuela episcopal fundada en Jarrow por Beda el Venerable. Podríamos inferir que Alcuino
leyó la historia eclesiástica de Inglaterra, pues el conocimiento histórico de un pueblo
permite ver la evangelización de otro modo. La promoción educativa de Alcuino en la
fundación de escuelas de diverso tipo (monacales, abacial, Palatina anexa a la corte,
episcopales, etc.) especialmente para recobrar el valor intelectual y espiritual de los
ministros, pero luego se extendió a los jóvenes de diversos contextos (Admonitio
Generalis). La esencial formación en latín desde un inicio en estas escuelas fue decisivo
para declararla luego lengua de cultura. Su figura es semejante a la de Focio, un amante de
los clásicos más recordado por sus movimientos políticos. Alcuino conecta el estudio de los
clásicos a partir del aprendizaje del latín y retoma o revalora la riqueza cultural de los
clásicos.
Para Alcuino las artes liberales son las siete columnas de la sabiduría (y del templo
de Salomón), trívium (gramática, retórica y dialéctica) y quadrivium (aritmética, geometría,
astronomía y música). De ahí que también se consideren sus aportes a la matemática y que
siguen siendo valiosos en la introducción a esta ciencia, especialmente su obra: “Problemas
para la instrucción de los jóvenes”, el cual es un modesto paralelo europeo a los grandes
escritos árabes sin aún entrar en contacto con ellos. En el contexto de Alcuino (735-804, sin
aun existir la distinción entre filosofía y teología, se consideraban divinas y propedéuticas
al estudio teológico de las Sagradas Escrituras. De las siete, preparó manuales en los cuales
convergen las enseñanzas clásicas con las patrísticas (principalmente San Agustín) e
influirán más tarde la metodología racional-argumentativa del Medievo, iniciando con
Pedro Abelardo y hasta llega a influenciar en la exégesis de Santo Tomás de Aquino, el
cual lo considerará como auctoritas en el tema. Incluso Alcuino sentó las bases de lo que
será el Magister in sacra pagina, máximo título universitario en el Medievo: los eruditos
bíblicos.
Bibliografía
Baader Bade, Bettine. “Alcuino de York, descubriendo a un heredero de la cultura
anglosajona, maestro del renacimiento carolingio y padre de la Germania cristiana.”
Cuadernos monásticos, 184 (2015), pp. 29-49.
Patiño, José, Historia de la Iglesia, siglos VIII-XV, Tomo II, Editorial San Pablo
Rojo Silva, Gabriela. “Unidad en la fe y la cultura: las reformas educacionales de
Carlomagno.” Intus-Legere Historia (Universidad Adolfo Ibáñez), 2015.
Rozak, Piotr. “La práctica exegética de Alcuino de York.” Facies Domini, 3 (2011), pp.
503-511.

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