Carne: 2240095 Carrera: Licenciatura en Ciencias Jurídicas y Sociales, Abogado y Notario
Análisis de El príncipe
El príncipe, de Nicolás Maquiavelo, constituye un importante aporte a
la concepción moderna de la política. En este sentido, es una obra contradice la tradición filosófica del pensamiento político antiguo en la cual la práctica política se encuentra ensombrecida por la idealización de gobiernos y ciudades utópicas.
Al contrario, en El príncipe, Maquiavelo establece que el ejercicio real
de la política implica situaciones reales con hombres y pueblos reales, cuyas conductas, decisiones y acciones, generalmente no responden necesariamente a la moral sino a las leyes del poder.
Así, pues, la importancia de este tratado radica en que deja al
descubierto las verdades prácticas del poder y muestra la forma en que frecuentemente el ejercicio del poder contradice u obvia los preceptos morales. De allí que, en lugar de dedicarse a hacer juicios sobre la moral o la religión, se enfoque más en cuestiones de estrategia política.
De esta manera, Maquiavelo expone detalladamente la forma en que
el gobernante debe hacer frente a las diferentes situaciones o circunstancias que se le presenten, y establece que el principal fin de la práctica política es conservar exitosamente el poder.
Para demostrar sus teorías, Maquiavelo echa mano de situaciones
históricas reales, que abarcan desde el mundo antiguo hasta su presente.
Conviene acotar que El príncipe es la obra que da origen al término
maquiavélico, utilizado con cierta carga despectiva para condenar prácticas inmorales o malévolas, cuando en realidad esta es una obra de gran valor por su conocimiento de la psique humana, el sentido común y el pensamiento pragmático.
Hoy en día, es un libro ampliamente leído y consultado en temas de
estrategia política y negocios. El poder absoluto o compartido
Maquiavelo considera que existen dos formas esenciales de gobernar
un principado según las circunstancias políticas: detentando el poder absoluto o administrándolo conjuntamente con un grupo de barones de nobleza propia (no adquirida por gracia del príncipe).
Sobre los Estados que se regían por leyes propias
También analiza Maquiavelo la forma en que se debe proceder en un
Estado que, antes de su conquista, se gobernaba por leyes propias, y, enumera las tres opciones que tiene el gobernante: 1) destruirlo, 2) radicarse en él, o 3) mantener las leyes y costumbres anteriores, pero obligándolo a pagar tributos y ser gobernado por un grupo leal al príncipe.
El buen y mal uso de la crueldad
Maquiavelo también advierte sobre el uso de la crueldad y la forma en
que esta debe ser aplicada. Sostiene que es bien usada si se cometen todos los crímenes al principio, lo que permite que luego, poco a poco, se pueda empezar a otorgar beneficios a los súbditos, para hacerlos olvidar las ofensas recibidas previamente.
La crueldad es mal usada cuando no son cometidas todas en un inicio,
lo que fuerza a que deban seguir cometiéndose en lo sucesivo, lo que le atrae la enemistad del pueblo y conduce al príncipe al fracaso.
Sobre el ejército
Con relación al ejército y los soldados que el príncipe debe tener a su
disposición, Maquiavelo afirma que estos pueden ser de tres tipos: propio, auxiliar y mixto. Advierte sobre los soldados mercenarios, que luchan por dinero y no por lealtad.
La crueldad y la compasión
Un aspecto central en la administración de la justicia del príncipe es el
asunto de la crueldad y la compasión. La compasión, que es una virtud apreciada, puede llevar con el tiempo a verse obligado a la crueldad. GUATEMALA Y BELICE
El Norte de Guatemala y México, Belice incluido, fue primeramente
habitado por los mayas luego por sus descendientes, hasta que llegaron los conquistadores españoles. Los primeros misioneros aparecieron en 1,550 (Siglo XVI) y evangelizaron en la región del Chol (grupo lingüístico K’ekchi) del Sur de Belice hasta la Bahía de Amatique región que posteriormente se conoció como la Provincia de la Verapaz. La desprotegida comarca selvática se convirtió en refugio de los piratas ingleses, los que se establecieron a mediados del Siglo XVII.
Peter Wallece, de quien se deriva el nombre Belice, instaló su centro
de operaciones en un islote localizado frente a la desembocadura del río Belice. De manera espaciada, los filibusteros se internaron en la selva, descubrieron las riquezas madereras, que al explotarlas les significaron mayor ingreso económico que asaltar los barcos españoles.
Con el tiempo empezaron a llamar al territorio Honduras Británica.
Con este nombre se le denomina en él artículo 17 del Tratado de la Paz de París, firmado entre España e Inglaterra en 1,763. En este, la corona española concedió a la inglesa el permiso para el corte de madera.
Un segundo Tratado, el de la Paz de Versalles de 1,783, estableció
como límites para la explotación del llamado Palo de Tinte, un área de cuatro mil ochocientos kilómetros cuadrados ubicada entre los ríos Hondo y de Belice . Dos años después, los británicos solicitaron la ampliación de la concesión, la que obtuvieron en 1,786 por mil ochocientos ochenta y cuatro kilómetros cuadrados más, territorio que llegaba hasta el río Sibún. El permiso para explotar las riquezas de la selva comprendía una extensión de seis mil seiscientos ochenta y ocho kilómetros cuadrados
La Administración del Gobierno de Alfonso Portillo Cabrera y la
Solución al Diferendo Territorial entre Guatemala y Belice (2000 – 2004)
El ex presidente Alfonso Portillo Cabrera tomó posesión del cargo el
14 de enero del 2,000. En su discurso dirigió las siguientes palabras al primer ministro de Belice Said Mussa: “Quiero expresar mi reconocimiento por la presencia del Primer Ministro de Belice. Realizaremos todos los esfuerzos necesarios tendientes a mantener y perfeccionar las relaciones fraternas y productivas que demanda la convivencia internacional entre países vecinos. Paralelamente, mi gobierno hará lo necesario para encontrar lo más antes posible una solución definitiva a nuestro diferendo territorial, la cual esté apegada y en observancia con los principios, reglas y prácticas consagradas en el Derecho Internacional.
Las intenciones del ex presidente de Guatemala en sus inicios de
gobierno, fueron positivas, mantener relaciones de amistad y que el caso sobre Belice y Guatemala fuese resuelto, por todos los medios legales establecidos en el Derecho Internacional para con Belice. Fue un discurso alentador teóricamente, pero que reflejó los deseos profundos del pueblo de Guatemala para darle una solución corto placista, la controversia territorial que se tiene en el contexto actual con Belice y Guatemala.
Algunos hechos nacionales e internacionales previos a las
propuestas de los conciliadores.
Como ha quedado anotado en el capítulo anterior, han sido
innumerables los hechos que demuestran la poca capacidad o decisión por parte de Belice para detener o contrarrestar las diferentes acciones de sus fuerzas armadas que constantemente vienen violando los derechos humanos de los vecinos del área adyacente y en consecuencia se violenta también la soberanía de Guatemala, lo que complica o vuelve más complejo la solución del diferendo territorial entre ambos países. A pesar de ello, Guatemala continúa procurando a través de acciones, en el marco político diplomático para encontrar una solución a la problemática, no solo de consenso, sino que también que beneficie a toda la sociedad involucrada.
Las Propuestas de los Conciliadores Las Propuestas de los
Conciliadores, bien se puede decir, que es un resultado concreto de un esfuerzo conjunto y de acciones de los gobiernos de Belice, Guatemala y de la Comunidad Internacional. Por lo tanto, las propuestas presentadas por los conciliadores en representación de los intereses, por una parte de Guatemala y por la otra de Belice, en Conciliadores tuvieron como función ayudar a los gobiernos de Belice y Guatemala a encontrar fórmulas de solución pacífica y definitiva del diferendo territorial entre países.