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en torno a instituciones eclesiéstices como el cansistotio de os ppastores y lot s{nodos. A ou vez, la teoonstituide Iglesia calvi- isa se preocupa mucho més que le medieval de Ia rectitud, al menos exterior, de sus files 9 de su morigeracién. Ella ‘conttibuité a formar colectividudes humanas de costumbres. so- cdalmente vigiladas, compoestas de miembros éricamente més ccnsciemtes.y civiles, Por primera vex en la historia de Occ dente li funcida motal del cristianismo seré.ejercida, org nicamente, atendiendo més a Ia vida terrensl que al destino celestial del ‘creyente, 256 10. Imperios y primera unidad del mundo (1480-1560) 1.105 IMPERIOS EL steia x¥r En una carta a Wolfgang Fabricius Capito, de 26 de febrero de 1517, Erasmo de Rotterdam, ya de edad avanzada, mani- fiesta el’ deseo de volver a ser joven: «Porque veo —asi se expresa— una edad de oro en el ptdsimo porvenirs. Pero uiag, prudente como cra, cl humanista no crefa que el pre seate fuese ya una edad de oro, Cuatro afios después Lutero tomaria més clara concienela: «Si se leen todas les ccdnices, ‘no se encontraré, después del nacimiento de Cristo, nade que pueda compararse con lo que se ha preducido entre nosomos fn Jos dltimos cien aifos. Nunca, en ningsin pals, se han visto fantas construcciones, tantos. cultivos! Nunce tante posibilidad de beber, nunca alimentos tan abundantes ¥ deicados al alcan- ce de tanta gente. Los trajes son tan ricos que no podrfan serlo mis. ¢Quién ha ofdo hablar nunca de un comercio come cl de boy? Da Ia vuelia ol mando, abarea a Ie tierca entera, La pinture, el grabado, todas les artes hun progresado y pro sgresan atin, Ademés, hay entre nosotros personas tan hbiles y sabias que so espicicu lo penetra todo, de modo que ebora tua joven de veinte afios sabe de todo ello mis de Jo que sabfan veinte doctores en otros tiempose. Pare Lucero, en 1521, 4a edad de oro de que bablaba Erasmo, habla comenzado yt hacia un siglo. No se tan aqui de averiguar quién de los dos tenis razén, ad annum 0 casi, Estas dos cites deben servir s6lo para revelarnos la presencia de aspiraciones, tensiones y tealidades en aquellos afos. Eq un _mundo que se hace més grande, que adquiere com céencia ¥ conocimiento de sf mismo (si Yos’europeos descubren América y redescubren Asia y Africa, también Asia redescubre Europa, de igual modo que América Hlega a tener conccimiento del mundo), en este universo nuevo en su conjunto, grandes personajes se afirman en las dimensiones de la historia; asf, ‘Mobamed IT conquista Constantinopla en 1453 y se convierte con ello en el heredeto de los eaiperadores de Bizancio, como su sucesores Selim y Solimén el Magnffico; Carlos V despierta los fantasmas de ls Roma imperial y los proyecta fuera de Europa. Estos grandes espacios unificados, estos «impericse sus itn grandes adversatios: Francisoo T no acepta el predominio dde lox Habsburgo; Persia no acepta 1a preponderancia otomana. 27 Si los grandes personajes y sus inmensos.imperios choean bro. lalmcnte, es natural que s¢ estalescan alianaas ence Js, pers tsjes ptincipales, de tna parte, y los enemiges secundatin, de ttt. Eranclsco 7, al margen de toda preocupacién rclisios, tbo vaclard en aflaze con el imperio otomano para opanerss 2 Carlos V; incluso Espafa estard atenta a le posiciin ant Turea de Persia (musclnana) para mejor enfrenterse cen el impevio otomano. Enereeruzrsiento de interests, de pllticas, de planes diplomaticor, todo en gran excala, o, al menos, en tune extala no conocida hasta entonees. La importancia de cade fentimeno comienza ya « mediree en una eseala Giniet, de pro porciones raundiafes. ‘La palabra eimperiow resulta equivoct, ocuka sealidades oi fereates, lmperio exomaao del silo xv 0 del vt, imperio de Carlos V de los aor 1520 0 de Jor afios 1550: no representan ln misma realidad, ai Yas misnas ideas, ai as mismas spins tdoaes, Fl joven Cerlos, que lega al poder, quiere sosciar una revurrecciéns enuciar la vieja idea de! Sacto Lmperio Romano, gue inbia sobrevsido penossmente, durante sglos, en aquells forma de sanargoia monéquicar que fue el Imperio Romano Germénico, El joven Carlos quiso derle una vida nueva, Amplts a base temitorial y Jo funda sobre [a univenalided scligiose de su dominio, La oposicin surge de la pluralided de Jenguss ¥ del hecho de que venfe formindose un cierto sentimiento e grupo nacional (no hablamot de naciones). Su primere idea eo imperia la que se concreta en sv coronacién de Bolonis de 4530 extd destinada al fracaso, por falseada y extcmpordnes, desde 0 nacimiento. Y, en todo caso, In oporiciéo mis violenta Se manifeserd de unt manera concrcta cat explesin rel fiosa de Europa, A una tentative constiucional y politica cen- fefpete corresponde una seabdad espisivcal y religiosn centrifuge El emperador no puede sess: epircuamente es un fracaso Desde este punto de vine, Carlos V represent, verdaderamente fl lino de lor grandes soberanas. medicvals; claros signos de ello son: su miedo, su obsesién de la muerte, su angusta religcea, sw inclincién «as Grdenex caballerescs y a todo To ‘que e& pompa y aparieni ; "Pero strana en ef plano de Jo que le es més quero, tiene Gito —inconscemtemente, sin quererlo~ en otto, Els el txeador del primer imperio colonial moderno. Sobre este ime So nunca ve pone el sol. Es ef imperio sin crepisculo. Desde Europe a América y al Paclico, unts civilizciones son abs tides se alzan otras; desapotecen unas formas de alimentacén ce congagran otees y todas son trasplantadas; unas religiones fon barridas y sustituldas por otras. En este gran movimiento Garlos permancee solitario, altivo, vencedor y vensido, Se ret. 238 tard al monasterio de Yuste, confando en su Dios y semiésr dole. Lon.sltimos afos de” su vide no sarin exeniot de preocupaciones de onden polltico, pero éstas serén, sobre todo, de earécter eoropeo, segin el inperio de viejo extilo, Y cam biéa en ese campo tended otro fracigo: on 1556 dejarh la vorona imperial a Fernando T (15361964), mientras aw dijo Felipe IL (1596-1598) no seri mis que zey de Pspaia. EX gran tefl imperial se desvanece. Su hij, tsbejador infecigale, l ce buréerata (sel rey pupelero), elo consegurs set le meilzor Je ses scerétaizes» (F- Ermudel). Rey de Expaia, tended tam- >iga una politica europea que, después de 1959, consitné ‘sencilmente en la cooservaccn de los dominios de ta corona ‘spaiola (en Tilia y en Flandes) y on una politica de femeza cligiosa, Fismea frente « la bercila proteante ¥ frente ol rrundo ausuimén. Pero sb expfritu burocritico le Teva a ocue Darse mucho mis que si padse del imperio de hanes: Jo divanian, lo defende, lo amplia, Y todo esto bajo In divisa Xe la lenitad; Ia epoca, a su modo heroic, de los conguiite ores ha terminado, Ahora empieze la de los vireyes. "El balance de la accién de estos dos soberanos, cuys_ pre- veocia sbarca casi totalmente ef siglo xv1, es completamente positivo, Si la vieja ides imperial mere d= ruanera deGinitiva F nicamente.poded ser rerucitada wediente suefin delianies, thors se perfil la idea de wn impesio nuevo, moderno. ¥ hack facuels, Las. grandes naciooey, moderaes s© inspiranin. en lla dinecta 0 indirectamente. ‘Frente a cst reilidades, més propiamente europess, se alia af impesio tures, que entre ol Gna! del siglo xIv 7 el del x7 toanza sus dimensiones mdximat en Europa. Asin lanzacé pun ‘de avanzada hasta el conaén del Occidente cristiano: en 1500 ls abullerla ture Hegard a menos de cien kilémenos de Venetia, pero, en conjuato, le falta ol alicnto, la fucres para Uevar Ta invesiga hasta los sieax ciudedes de ia Buropa Oock deal, Por el contrari, bay todavia posblidedes de expansion fen el Mediterrinca: en Sivia, en Egipto, en Rodas, en Chipre ¥en Ins costas de Africa del Norte. Yes desde abi desde donde al imperio otopano se conviete en une potencia ver dladeramente europen: hecho importante. Y acerca de este hecho habria que reflexions, cumndo se acibuye al tratado de Cateat~ Cambréss (1559) el comlenz de una hegemonia. csptcla «a Europa, , 10 ver ddaders, esta anéedoca refleia perfectamente los limites de una situacibo. TEL caro de las ciudades hansefticas es muy semejante. Aun que ca la segunda mitad del siglo xer parecen encontrar un segundo floretimiento econémico, en realidad, estin decayendo Profundamente, Basta observar se sirvacisn respecto a Ingle fetta pare darse cuenta: en el puerto de Londres, a partir de 1553, los. hansesticos empiezan a ser colocados en el mismo plano que lo ingleses, perdiendo, poco a poco, todos tos pri ‘ilegios que habjan conservado en relacién con ellos. En 1579 petderin sus privilegios sambiéo respecto a los comerciantes exttanjetos rivales, de cuslquier nacionalidad que sean. Eo Ham fburgo, en. 1567, se verde cbligados a aceptar la presencia de ‘une fectoria inglesa, Génova, por su parte, podrd conservar uns fuerza econémice propia —como también Florencis—, exch fivamente en Ia persona de algunos de sus ciudadanos que, ¢7 Ja aventura de la alte finenze, encontanin todavia medios de 268 amasar grandes Qoevunas, Pero estas fortunas s6lo son posibles fen la medida en que los talentor y Toe capitales iniciales de los Banqueros genoveres y florentinos se pongas a disposicion de Toe sobersnos de grandes estados; Carlos V, Eranciseo I. ‘Augsburyo veri forecer, deneco de sus muralss, as cxtraor linarias forvanas de Ja fatnlin Fugger. Pero al margen de las Forcunas de esta familia, ecules son Jax posiilidades reales de desarrollo de Je ciudad en su conjunta? Reyusa, en el Ad tico, con su fiosa de gtandes raves al servicio de los clientes del Mecitertineo y también del Adritico, eqoé peso efective puede aleanzar? En general, todas van perdiends fuerza mi Titar: el gran ideal de las ciudades es Ja paz. Pero no ya una pix recongnistada o que ellas puedan imponer, sino una paz omprada con dinero contante y sonante 0 por medio de sim ples esttatqgemas de equilib. Los buenos butgueses de ‘Augsburgo, cuando alguna ver seven oblipados a tomar las stmas, salen de la ciudad , y sus sedes jas cerca de los soberenos, para los que than recibido las cartas credenciaies. Asf, mientzas se finn les ‘apitates. se Forman Tas ceztes, cuando los sobersnos toman tuna residencia mis estable, es oxmal que, teas ellos, omen rsidencia fin los sepresentantes de las petencias emigas —y ‘menos amigis—: a la gloria de Ise capitales nacientes oo podia Tahar el reconocimiento del mondo extranjero. Fajo oo én. gulo, es de tener on comsideracidn que esta nueva posibilidad ‘de emplear el talento propio al servicio del sefor, del estado, fepresenta también una solucién para las difcuiades de viejs familias aristoctdticss alcanzadas pot la evsis, y, al mismo tlem- 90, una posiilidad, pera las familias de reciente de Tlegat a fas altas esferas del poder. Empieza lerse la costumbre de Ia familia que se consagra toda entera, fo casi, a ertas etpecifcas fonciones diplométicas, En 1499, por tiempio, Pietro Soderini representa a Florencia en Francia; Francesco Soderini, en Milin; Paolo Antonio, en Venccia.. Exta concentracién, esta beredabifidad de cargos en ana mis ‘ma familia ven acompanadas de ferémenos no siempre poti tivos, Si, por ejemplo, a un alto nivel, en la formacion de ver aderas “sdinastiase de alsfsimes funcionatios, pueden encon- ‘arse elementos positives, como una cierta educacisn, estilo, formacién, tradieiSn, este mismo fendmeno, aglicado 2 funciones enores, da lugar fenémencs completamente distitos, “Ahora. se asiste a sina ceria «democratizaciéns de los. sct~ vicios del estado {hasta el punto de que el latin va siendo pro- fresivarmente rustituido en las aeias oficiales por las lenguas ‘ulgares), Interviene una progresiva sendencie ica de Tos ser ‘icles piblicos, en los que Ia presencia del sacerdote es cada ‘yer mis tara; sobre todo, los burgueses asumen furciones basa Ccntonces resetvades a determinados grupos sociales, La forme tidn de una clase de empleados no es solo importante en uo Seatido téenico (es decir, para comprender cémo el escado «nue ‘yoo se enfrenta con las necesidaces emuevas» que se le impo- hen), sino tambicn como elemento determinante de una aucér- tiea revoluciéa social, De origen gencralmente modesto, ¢l dun Gonario que entre en el mecarismo del Estado se advena (en mm Proporciones més o menos considecables) det poder, y comienza 4 constituir una clase en si mismo, la cual descubre que esti, demasiado « menudo, mal retribuida en relacién con cl poder ¥ con las funciones que ejerce: de aht Ja cottupcién buroeritics ‘Que, sdemés, es «corrupeidns s6lo en el juicio moral (y more lista) que noscures podemos derle bey, pero que, en Ia Gptica del tiempo, no To es més que en casos extremes. For ota pare, festE oficialmente admitido que sintegraciones> diversas vayan & ‘compenssr Jos escudlides sobrespags, como diriames con len: ‘gusje modero. Estas integraciones, que Megan, en ocosiones 4 repreremtar —legalmente— 30, 40, 50 veces el estipendio ‘oficial, nos expfican por qué, a pesar de Ia escaser de las ret uciones nominales, se hace cada ver més refida In carrera los empleos pilblicos. Se crea asi una especie de cfeculo viciose. El Estado, apremiado constantemente por una serie de anecesidades, pone en venta les empleos; los particulars, atza dos por las sintegracioness més que por las retsibuciones ofi- iales, los compran, pero exigen también el derecho a revender, fa ceder fos cargos que compran. Abi es tal ver donde se ma: rifiesta la maxima fragilided de la burceracia de aquel tiempo. Cuando el cargo no se revende 5 cedido a los hijos, a les so brinos, a lor primos, pero fo que, en el rango del embaiador, constituye wdinastian, se hace aieoude y pobte peripecia en el tango del medio y pequeflo funcionario. «Letradose espafioles, sedottori» 0 wsegretati itallanos, elegisteso irtnceses cobran ada ver mayor aucotided y se sitdan eo los puntos més de- Ticados del mtecaaismo del poder: los papeles se acumulen de tal medo que requieren Ia creacién de nuevos empleos: las aprdcticass se eternizan; la maquina del estado se tora gesuda Pero —y que esta no parezca ficl itonfa 0 todavia més fici) alusién a situaciones de nuestro tiempo—, precisamente en esta ppesadez se afizman Jos caracteres fundamentales del estado moderne, que descubre cida vez més su vocatidn de ccuparse de todo, de verlo todo, de estadiarlo todo. Examinando los ‘originales de pricticar con as anotaciones margineles escritas con difiiisima graffa por Felipe Il, se aprecia claramente ‘cuanto venimor diciendo. ‘La burocracia, que se amplia en la esfera puramente adminis- trativa, encuentta su mayor tiusfo en a rama especial de fa sudministracién que son las financas. Y, por lo demés, es naturel. Cuanto més gravoso se hace el fsco, como luego veremos, mas cempleados se necesitan para ccuparse de él, ¥ cuanto més sumer tan log funcionarios, ids necesetio es auimentar 1a presién del fiseo. Circulo viciozo también agul, pero no quesvfamos que cf lector exeyese que la presign fiscal prognesivamente creciente fetre Jos siglos XIV y XV tiene su oxigen s6lo en in aumento mm el mimero-de funcionarios. Le causa verdadera, fundamental no es 62, sino los ejércitos, las flotas. Algunas cfeas serén rms tiler que cualquier oto dato para aclarat lar ideas. El Estado. veneciano, en 1423, inviti6 lax soma necestias pas Ta constraccién de 45. galeras, entre sgrandesy y «lier ex 1499, para 65; 115 gales en 1504-9 LD en UA Hoy ¢ fdcil weanseribie estas cifras, peto hey gue penser en el es foerzo que euigis la telizaidn de este programs. Marinos, carpinsers, calaates, aries, fundidotes cftame, pez, hero, ‘madera: todo cuesta cay el estado tiene que proveer a todo, 2Oro dats? En la batalla de Bousines (1214), ln ns import te, quia, de la Edad Media, no interviicron mis que 13.000 contendientes en toua: en 1494 el efecto francés, que se dis pone a Ia campana de Tels, alcarza de 36 4.20000 hombres (ja Tos que se afaden, por lo menos, 15,000 italinos!}, Estas flows, estos ejécitos de proparciones sempre cresientes exigen, como ex Kgico, armamentos: arillrias, en primer luet, eras fe fege. Hasta abora ha sido poco estudiada, en el aspecto ccondmico, Ia importacia de Ja produccién de Ins mss de fuego, que debi6 de constituit, segin creemos, wn sector. im. portzntisimo de Ia indosttia de la epoca, peter es indudable Sue el esfverz Ganeiero por ellasimpuesto fue enorme. Tos verdaderes y grandes arrGces de esta auténtia carrera de armamentos en agucl tempo no fucron slo generals y sob dlados: sus aniinadores fueron” las més 0 menos oscutos, 0. rados, andnimos fuucionaties que se ingeniaren pata encontrar al dinero que permitirfa pagar a Tos fundidores, a Tos jles de rmesnadas de soldados, « lo abatecederes de los ejécites, 2 Tos constructores de fortaieas. Porque ia guerra habia cambiado ya. «Cest joyeuse chose que It guctte.», decia Le Jowwencel (novela biogritian de Jean de Buell, de Ie segunda mitad del siglo xv). Y Feancsico Guicviardini, con le extraordinaia frialdad desu inteligencia, deseibla en sus Ricordé el cambio producido: «Antes de 1494 las goerras eran largas, las jomades 0 tangtientas y las form de conguistar testes, estas y dificles, y aunque estabsn ya fen uso las arilerias, se_manejaban con tan. peca habilidad ‘que n0 causaban eucko dao, de modo que quien tuviese ue ssindo era casi imposible que lo perdiese. Vienen les trancses 2 Teaia € incoducen en Iss guertas tanta vivean_.» La obser vaciin guiciardiniana est, sin dha, dictada por le expesieneia vvida de las gueteas de italia, peio dejando a us Jado los Aetalles de situaciones y de Iugarcsintroducidas por el eseizcr flotentino, ef ferdmeno, en su conjunto, estt bien dibuindo yes vido. para coda Eosopa. A fin de hacer frome a todss ‘Stas uevas y enormes exigencias —sobre todo, respect al 23 pesado, que cl mucvo Estado tiene que soportar, sc impone Gn. gre ‘etucren finundero, Ante todo, los soberanos. ponen orden en le aduinistacion, de sus fornmnas prvadas, La mis famosa reforma ex la llevade a cabo en Casi, que permits tleyar las tentas de 885.000 maravedives en 1476, 2 12:711.000 en 1482 ‘Pero el cambio mis importante no s¢ piedujo en el teno de ls sdministaciéa del pactimonio privado de lot soberanos, sino ands bien fuera, de ellos. En cfoco, las fianeas modievaer 2° Inabian caraterkado por Guettes aporaciones de porcentajes de lus tentas petsonales del soberano, Ahora, fente sl crecimiento dlessneido de los gastos, sar tecuroe personales ya no bastan, frac lege 4 balances cuja parte esencil est repesentada Por ia teeaudacién de impuestor, Peo no. e¢ eso silo, sino que debe adie que se tate de inpuestos inditectos, a. pesat el gran némero de censor levedes a cabo durame todo el figlo ay y todo ef v1, De ste modo cl peso ecnclal del es ites rio sopra prs cet mds fumes, gue racipen en € peganto impuesos sobre aticalon. de primera hecesidad: en Florencia, de uca media de peesidn fseal de tee flovines por cabeza 2 mediados del siglo sav, te pasa a 10 Slo tines nl riglo Xv. YY esta presiin fortisima ejercca sebre el pueblo inocenter no basta para todor los Anes que los gobernentes se propone Por em, al ado de une economia ordineia, xe desarrolla cada fez mis la economia extreordinarta de los eripeéstivos. En Vo hecia Tos empscsties exirsordizasios impostor « los cudadanos Hcanzaton a veintiocho aio, entze 1425 y- 1434, un eumento e134 por 100 del presapuesto. No bay dada de que tal toufciene, por un cimulo de riones, deve ser seducido de fin modo ‘contiderabe, pero Jo cierto ex que la presiso. fiscal fmpead a ser verdadetamente insoportible. Si ey Buena norma {de celica Historica lw de no creer demasiado en las queias ave Sparecen en créuics, dlanos, cares, acerca de oe extesvos iippoestos # pagar, también es verdad que dcbemee prester un ‘ldo mis benévola a lot Tamentos que ofzwos levantarse de cada Tincéa de Europe, ante los agente linancieros de Tor soberanos IV, RECONSTITUCION DEMOGRAFICA ¥ AGHICOLA Hasta ahora hemos hablado de burccracia, de diplomacia, de ejétcitos, de querras, de anmamenios, de finanzas, pero, en realidad, todas Gtor son fendmenos que no pueden’ explicarse ‘al mangen de un examen. general de la economia europa. Y, como ya hicimes al comienzo de este volumen, romemos los movimientor de la sieuacién demogrifics. Hablamos dejado la 24 poblaciéna europea, a finales del siglo sav, casi reducida a Ja mmitad, en relacién’ con la de finales del site. Sobre la bane de les indicios de que ee dispone, ex Meito decir que, durante el siglo x, se pataliza en el bajo nivel alcarzado a finales del xv, porque todas [as tendencias de recuperocién son inmediats. ‘mente sofocadas Durente ef siglo xv, si se atiende sélo a In poblacisn de tas cindades, hay que admitit que ex innegeble un cierto aumento, peto también hay que reconocer que es fruto 20 tanto d= un ingremento aatural, como de una aportacién de poblacién ura. ‘As{ la poblacién rural debié de permanccer, durante todo el siglo, aun aivel todavia estable, a eausa de los duros golper (epidemias y carestias} que ado causaron estragos, aunque

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