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| “1 | encatfuuno | Di MUNDO MORRIS BERMAN ' TRADUCCION DE SALLY BENDE Y FRANCISCO HUNEEUS IRSK ft | t CUATRO VIENTOS EDITORIAL | Introduccion Paisaje Moderno “Por todas partes vemos a aquellos que se empefian por orientar y dirigir la vida de los demés al mismo tiempo que ellos mismos no darian nada por la suya propia —hombres que a pesar de temer la muerte odian la vida". William Morris, Noticias de Ninguna Parte (1891) a H ace ya varios arios que (basado en mi formacién en historia de la ciencia) estoy intentando escribir un libro no demasiado técnico, que trate ciertos problemas:contemporaneos. En un trabajo anterior, una monografia muy técnica, pude insinuar algunos de problemas que me parecen profundamente alarmantes Comencé ese estudio en la creencia de que las races de nuestro dilema eran de naturaleza-socialy-econémica; pero una vez que lo hube completado, me percaté de que habia omitido por entero una importante raiz < epistemoldgica. En otras palabras, empecé a sentir que algo andaba muy mal con nuestra visién del mundo en su totalidad. La vida occidental parece estar derivando hacia un incesante aumento de en- tropia, hacia un CHOSECONGHICS V CECHOIOBIC, gicoy, finalmente, hacia un desmembramiento y desintegsisi" FS quica y he llegado a dudar que la sociologia y la economia puecan, de por sf, dar una explicacién adecuada a este estado de cosas: Por lo tanto, este libro es un intento de llevar ese andlisis previo un paso més allé, es decir, presenteycomo unatotalidad, y encontrar un puntodecontiene OP las presuposiciones metafisicas que definen este periodo. nO +g 15 El Reencantamiento del Mundo significa tratar la mente y la conciencia como una entidad independien. te escindida de la vida material: no creo que ese sea el caso. Para los fines de la discusidn, sin embargo. A veces sera necesario separar estos doe aspectos de la eAperiencia humana; y aunque hare todos los j estuerzes posibles para demostrar su interpenetracién, ebtecosprima- ‘ nstomaciones de la mente humana, no 7 . si vida individual son, a tinal de cuentas, ae bergen Hstoncamente, la péndida desigmfiad,yasey en un sentido filosstico o religioso —la division entre hecho y valorquie caracteriza la época moderna—, esta eni raizada en la Revolucion Cien- tifica de los siglos wi y wu. ZY por qué tendria que ser asi? La visién del mundo que predominé en Occidente hasta la vispera de la Revolucién Cientifica fue la de un mundo encantado. Las rocas, Jos Arboles, los rios y las nubes eran contemplados como algo maravi- lloso y con vida, y los seres humanos se sentian a sus anchas en este ambiente. En breve, el cosmos era un lugar de pertenencia, de corres- pondencia. Un miembro de este cosmos participaba directamente en su drama, no era un observador alienado.Sudestinospersonakestaba ii i < $s que daba signiticadoa su vida. Este tipo de conciencia —la que llamaremos en este libro “eoneiencia ‘participativa’ — involucra.coaliciénsosidentificatiorrcorehambiente, habiadesunatotalidad pSiquicequehacemurhorhadesaparecidorde eescena. La alquimia result6 ser en Occidente la ultima expresién de la conciencia participativa. La historia de la época moderna, al menos al nivel de la mente, es la historia de un desencantamiento continuo. Desde el siglo xvi en ade- lante, la mente ha sido progresivamente exonerada del mundo feno- ménico. En la teoria al menos, los puntos de referencia de toda explica~ cién cientifica moderna son la materia y el movimiento, aquello que los historiadores de la ciencia llaman la “filosofia mecénica”. Los desarro- Ios contemporaneos que han puesto en tela de juicio esta visién del mundo —por ejemplo, la mecdnica cudntica y ciertos tipos de investi- gacién ecolégica— no han hecho mella en la forma predominante de tipo de pensamiento puede describirse Mejorco 0; tha no pat a debido a que insiste ert? yidae Laconciencia cientifica es una conciencia alineada: no hay una asociacién ectdsica con a :Raturaleza, mas bien hay una total separacién y distanciamiento de ella. Suj i _ Yo no soY mis experiencias y por lo tanto no soy realmente parte de] mundo qv? me rodea. El punto final légico de esta vision del mundo es un? sensacién de reificacion total, émssoyeuna,"co 16 Introducci6n. Paisaje moderno alienada en un mundo de otras cosas igualmente insignificantes carentes de sentido. Este mundo no lo hago yo: al cosmos no le imports nada y no me siento perteneciente a él. De hecho, lo que siento es un profundo malestar en el alma. @Qué significa, traducido en términos cotidianos, este desencanta- miento? Signi isa one 2, un estado de cosas claramente percibido por el hombre corriente. La alienacién y la futilidad que caracterizaron las percepciones de unos Ppocos intelec- tuales a comienzos de siglo han Ilegado a dominar, al final de este siglo, laconciencia del hombre comtn. La mayoria de los trabajos son idioti- zantes, las relaciones vacias y transientes, la pista de la politica absur- da. En el vacio creado por el colapso de los valores tradicionales, tenemos algunas revitalizaciones evangélicas de tipo histérico, conver. siones masivas a la Iglesia del Reverendo Moon, y un gran retraimiento hacia la evasion que ofrecen las drogas, la televisi6n y los tranquilizan- tes. También tenemos la busqueda desesperada de terapia, en estos momentos una obsesi6n nacional, en la que millones de estadouniden- ses tratan de reconstruir sus vidas sumidos en un sentimiento profun- do de anonimato y desintegracién-cultural. Una época que tiene por norma la depresién es en verdad una época oscura y triste. Tal vez nada es mas sintomatico de este malestar general que la incapacidad que han demostrado las economias industriales de pro- veer empleos significativos. Hace algunos afios, Herbert Marcuse des- cribia las clases asalariadas en los Estados Unidos como “unidimensio- nales”. “Cuando las técnicas se convierten en la forma universal de produccién material”, escribié, “esto circunscribe una cultura en su totalidad; proyecta una totalidad histérica —un ‘mundo’”. Se=puede> hi i ie ya no hay-un si-mismo que hemoswendido-al-sistemay"ahora Nos identificamos*completamente=> con=él “ Lasgente se=reconoce-ansiemismanermsus*bienes’, concluia Marcuse; “ i As La tesis de Marcuse es una tesis plausible. Todos conocemos al vecino que cada domingo lava amorosamente su automévil con un ardor casi erdtico. Sin embargo, las observaciones actuales de la vida cotidiana de las clases media y trabajadora tienden a refutar la observa- cion de Marcuse de que para estas personas el sf mismo y los bienes se han fusionado, produciendo Jo que é! denomina una “conciencia fe- liz”. Si tomamos tinicamente dos ejemplos: Las entrevistas de Studs Terkel con cientos de estadounidenses de todas las esferas de la vida, revelaron cuan vacias e insignificantes consideraban ellos sus propias vocaciones. Arrastrandose dia a dia al trabajo, empujandose a través del tedio diario de escribir a maquina, archivar, recoger dineros de Polizas de seguros, estacionar automéviles, entrevistar a aspirantes a 17 El Reencantamiento del Mundo beneficios de seguridad social y, en gran medida, fantaseando en d trabajo —estas personas, dice Terkel, ya No son caracteres tomados dz Charles Dickens, sino que salidos mas bien de Samuel Beckett’, pj segundo estudio, de Sennett=y=Cobb, demostré que la nocién de Marcuse de un consumidor inconsciente estaba completamente erra. da. El trabajador no compra bienes porque se identifica con el mod, estadounidense de vida (The American Way of Life), sroporquersy, freee Sin embargo, el mantenerse libre del sistema no es una opcién viable. A medida que el pensamiento tecnolégico y burocratico inva. den los rincones més profundos de nuestras mentes, la preservacién de un espacio psiquico se ha tornado algo casi imposible®. Los asi lUamados “candidatos de alto potencial” para posiciones ejecutivas en corporaciones estadounidenses han recibido generalmente un tipo de educacién especializada superior en que se les ensefia a comunicarse persuasivamente, a facilitar la interaccién social, a leer el lenguaje corporal y otras cosas parecidas. SS huege xuales. Unowprende= enmnurestfO'ascenso. La esposa del empleado también es evaluada como un riesgo o una ventaja en términos de su destreza diplomitica. Y para la mayoria de los varones en las naciones industrializadas, el acto sexual en sf mismo se ha convertido literalmente en un proyecto, un asunto que consiste en utilizar las técnicas adecuadas para alcanzar la meta prescrita y asi ganar la aprobacién deseada. El placer y la intimi- ka 2 ven casi como un impedimento al acto. Pero una vez que é! ae ae teenica de la administracion han invadido las esferas de!# Pe Sea la ae literalmente no dejan lugar donde esconders¢ aoa que “el muy difundido clima de ansiedad y neurosis” & she mos inmersos es inevitable”. i ae a bosquejos ae Paisaje psicolégico interno dejan al descubier!? quinaciones del sistema. En un estudio que oficialmente trataba de i esquizofrenia, pero que en su Mayor parte era un perfil de" Psicoj fi di Es ual pas vanes de lo cotidiano, R.D. Laing mostré cémo llega a dividit Creando falsos si-mismos, en un intento de protegerse 4° estas manipulaciones®. ; i bitatiPulaciones - Si fuéramos a caracterizar nuestras relacion®® ituales con otras persons, maci ‘bi podriamos (como una primera apro™ ea aa ete como estan en la Figura 1 (véase arriba). Aq” seconel otro de es ¥ alotro en una interacci6n directa, relaciondn 4° , la accié; modo inmediato. Como resultado, la percepcio" €8 significativa y el si-mismo se siente corporalizad” 18 Introduccién. Paisaje moderno percepcién, real si-mismo corporalizado vital accién, significativa Figura 1. Diagrama esquemético de la interacci6n sana segiin R.D. Laing (de Laing, El Yo Dividido). vital (encantado). Pero, como se insintia claramente en la discusién de arriba, tal interacci6n casi nunca ocurre. Raramnadie Somos “enters”, menos=atmeparasnosotros=mismos, Mas"bieit Tos moveros er un esi : 5 : denominiz"elfalso sistema de Simismo” (false self system). - En la Figura 2, el si-mismo se ha dividido en dos: el si-mismo “interior” se retira de la interaccién, permaneciendo como un observa- dor cientffico, mientras que el cuerpo —que ahora es percibido como falso o muerto (desencantado)— es el que se relaciona, en forma falsa 0 simulada, con el otro. La percepcién es, por lo tanto, irreal y la accién correspondiente- mente fitil. Como dice Laing, en el trabajo —y en el “amor”— nos (identifi- cadocon el cuerpo yy sus acciones mecnicas), el cual ejecuta los rituales necesarios para que tengamos éxito en nuestras tareas. Este proceso comienza en algtin momento del tercer afio de vida, es reforzado en el jardin infantil y en los afios de educacién basica, sigue adelante hasta la grisécea realidad dela educacién media, y finalmente se convierte en el destino diario de nuestra vida de trabajo”. Todo el mundo, dice Laing —ejecutivos, médicos, camareros, 0 lo que sea—, representa roles, manipula, para evitar a su vez ser manipulado, E] objetivo es la protec cién del si-mismo, pero dado que el si-mismo esta de hecho escindido de cualquier relacién significativa, eventualmente se sofoca a medida que los seres humanos se distancian de los eventos de sus propias vidas, Bhambientessestornaeadaevermdseirreale A medida que este 19 EI Reencantamiento del Mundo Percepci6n, irreal = Ses / ’\, desvitalizacion { sf-mismo | generalizada oo \ “interior” | si-mismo falso 1 ‘ / corporalizado / 7 -7 acci6n, fatil Figura 2. Diagrama esquematico de la interaccién esquizoide segtin Laing (de El Yo Dividido). Proceso se acelera, el si-mismo empieza a luchar consigo mismo ya Tecriminarse acerca de la culpa existencial que ha Ilegado a sentir, , credndose asi otra division. , rruestro> n - A medida que aumenta la culpa, silen- ciamos las voces disidentes con drogas, alcohol, ftitbol — cualquier cosa para evitar encarar la realidad de la situacion. Cuando se agota esta auto-mistificacion, o el efecto de las pastillas, quedamos aterror: zados por nuestra Propia traicién y por la vacuidad de nuestros “éxi- tos” manipulados. Las estadisticas que reflejan esta condicién, solamente en Estados Unidos, son tan nefastas que desafian una comprensi6n. Hay actual- ala escuela en estad i old 7 ue lo de ebriedad. El Dr. Darol’ dad etc Instituto Mental de Wisconsin, observ gue on le atl es de nifios y adultos jévenes estan aquejados de lo 4° descrit . do Spike 28udo sentido de vacuidad y una falta de signifi” Pudiera ocurrir, sino sos RO en un temor acerca de aquello que Ie algo"PLas cifmeg i? ™as bien en un temor de que jantas les OCU reels aan ae? cates del Gobierno entregadaa dicante 1971-197 ; We los Estados Unidos tiene cuatro millones de esqui2” 20 Introduccién. Paisaje moderno frénicos, cuatro millones de nifios seriamente perturbados, nueve millones de alcohdlicos, y diez millones de Personas aquejadas de depresién severamente inhabilitante. A comienzos de los afos ‘70 se informé que veinticinco millones de adultos estaban utilizando Va- lium; en 1980, la Administracién de Alimentos y Drogas indicé que los estadounidenses estaban consumiendo 5 billones de tabletas de benzo- diacepinas al aio (el farmaco del “valium” y el “diazepam”). En “The Myth of the Hyperactive Child” (1975), Peter Schrag y Diane Divoky dicen que son cientos de miles los nifios drogados diariamente en la {escuela y una cuarta parte de la poblacién femenina estadounidense lel grupo entre los treinta y los sesenta afios de edad, utilizan regular- mente drogas psicoactivas. Algunas revistas populares, como Cosmo- politan, han publicado articulos donde se les aconseja a quienesspadé=» Si bien es cierto que estas cifras constituyen una expresi6n de lo que ocurre en Estados Unidos, ellas no son privativas de ese pais. Polonia y Rusia, por ejemplo, son lideres mundiales en el consumo de licor; las tasas de suicidio en Francia han estado aumentando progresivamente; en Alemania Occidental las tasas de suicidio se han duplicado entre 1966 y 1976"7. Las tasas de enfermedades mentales en Los Angeles y Pittsburgh son arquetfpicas y el “indice de miseria” ha estado subiendo progresivamente en Leningrado, Estocolmo, Milan, Frankfurt y en otras ciudades desde la mitad del siglo. Si Estados Unidos es la frontera del Gran Colapso, las demés naciones industriali- zadas no estan muy atras. Es un postulado de este libro el que no estamos siendo testigos de un giro peculiar en las fortunas de la Europa y América de postguerra, ni de una aberraci6n que podria relacionarse con problemas propios del siglo xx, como la inflacién, la pérdida del imperio, y cosas por el estilo. F Jogica que ya tiene varios siglos y que ahora, durante nuesttas propias arriba. Es nuestra conciencia, en las naciones industrializadas dente —y dnicamente éstas— y est intimamente relacionada con el surgimiento de un estilo de vida que se ha estado desarrollando desde | 21 El Reencantamiento del Mundo «onto hastael presente. Laciencia y nuestro modo de Vida se elRenacimient® utuamente y es Por esta raz6n que la visi6n cientific, han reforzado Mt bajo un serio escrutinio, al mismo tiempo que las ae mundo rales empiezan aevidenciar signos severos de tensin i indu: a nacion’s na real desintegracion. sino de una rea’ tiva, las transformaciones que estaré analizandy Desde esta pene rcibo tenuemente, tienen que ver con toda ung y las soluciones que Pore razon para no relegarles al Ambito de las @poca y esto es una d, voy a exponer que tales transforma. i tericas. En verdas : absraciones ef inciden en Ios detalles de nuestras vidas coi cione: i uellas cosas que habitualmente ho més directamente que aq) r pasamos que son mas urgentes: éste o aquel candidato presidencial, | asunto legislativo, etc. Gi Durante tales perfodos, el significado de la vida individual empieza surgir como algo amenazante y Jas personas empiezan a preocuparse | con el significado del significado en si mismo. Aparece como un | concomitante necesario a esta preocupacién el que tales periodos se | caracterizan por un agudo incremento de la incidencia de la locura, 0 | més precisamente de aquello que define a la locura’?. Porque lo que \ nos mantiene unidos (a todos nosotros, y no Gnicamente a los “intelec- * tuales”) son los sistemas:dewalores, y cuando estos sistemas empiezan i a derrumbarse, igual suerte corren los individuos que viven con ellos. ¥ Eltiltimo brote stibito de depresion y psicosis (0 “melancolia”, como se by ee Bs estos estados mentales entonces), ocurrié en los siglos xvly | periodo en el cual se hizo muy dificil mantener la nocién de la ae y ee mieres sue Dios pudiera tener en los asuntos humanos. ‘almente se estabilizé merced a i nuevo marco referenci ee eT e ial mental que fu itali definici . q ie el capitalismo, y la nueva mee de realidad basada en la modalidad centifies de experi actualidad toda est, icacion y destreza técnica. El problema es que en! liga del artic (erstelacion de factores —la manipulacign tecro della salvacion secdlay eet a- EP Particular el paradigma cenit ee {como lo fue sostener el peradroncn nce mantener a fines del siglo’ del capitalismo, la distancia’ ns religioso en el siglo xvu. El colaps® Tepulsion que produce leon ene talizada de las instituciones, que pi ice |; tes, ae) iaci i i impels vin cena da mundo para ea netPacidad ewe importan, la pérdida de j xPlicar co: mente epresion, laangustins interés en el trabajo, y ef alza estadistica de en el siglo xvii, nuevare.@ Psicosis son todos partes de un todo. Com? 2 mente nos vemos desestabilizados, lanzados 4!* deriva. Como escribiera Dante en La Divina Comedia, hemos desperta- do para encontrarnos sumidos en la oscuridad del bosque Qué es lo que eventualmente servird para estabilizar las cosas ain sigue estando oscuro, pero es una de las premisas fundamentales de este libro el que debido a que el desencantamiento es intrinseco a la Vision cientifica del mundo, la época moderna contuvo, desde sus inicios, una inestabilidad inherente que limit severamente su capaci- dad de sostenerse a si misma por mas tiempo que unos pocos siglos. Durante mas del noventa y nueve por ciento del transcurso de la historia humana, el mundo estuvo encantado y el hombre se veia a sf i él. El compieto reverso de esta percep- o Ja continui- ss 7 manaylainte e Ja psiquis humana mismo tiempo, casi ha conseguido arruinar por completo el planeta. La miento dei mundo. Aqui, entonces, esta el meollo del dilema moderno. No podemos retroceder a la alquimia 0 al animismo—o al menos eso no parece muy posible; pero la alternativa es ese mundo triste, cientificista, completa- mente controlado, sombrio, de los reactores nucleares, de los micro- procesadores y de la ingenieria genética— un mundo que virtualmente ya est4 encima nuestro. Si es que vamos a sobrevivir como especie 1\ tendré que surgir algsin tipo de conciencia holistica o participativa con j / su correspondiente formaci6n sociopolitica. Atin no es en absoluto + evidente qué cosas va a involucrar este cambio; pero hay indicaciones de que existe un estilo de vida que lentamente ira cobrando realidad y que sera vastamente diferente de la época que ha tenido tan intensa- mente, en verdad, que ha creado los detalles de nuestras vidas. Robert Heilbroner ha sugerido que podria llegar el momento, tal vez en unos doscientos afios mas, en que la gente visitard el centro de computacion de Houston o Wall Street como curiosas reliquias de una civilizacion desaparecida, pero esto necesariamente va a involucrar una percep- ci6n dramaticamente alterada de la realidad'?. Del mismo modo como reconocemos un tapiz medieval o un texto de alquimia como pertene- ciendo a un mundo vastamente diferente del nuestro, asi también aquellas personas que visiten Houston 0 la isla de Manhattan en dos siglos mas, van a encontrar nuestro punto de vista mental, partiendo de las presuposiciones de la fisica del siglo xix hasta la prictica de la modificacion de la conducta, bastante barroco, si no completamente incomprensible. Willis Harman ha llamado a nuestro punto de vista “el paradigma de la era industrial’, pero la Revolucion Industrial no comenzo su des pegue sino hasta la segunda mitad del siglo xviu, mientras que el paradigma moderno es en definitiva el vastago de la Revolucion Cienti- 1 fica, Por falta de un término mejor entonces, voy a llamar y me voy a 23 El Reencantamiento del Mundo yeferir a nuestro punto de vista del mundo, como “el paradigm ano”, lo quiero sugerir que Descartes fuera ¢| tinico arquitecto de nuestra actitud actual, sino tinicamente que las nociones de la realidad, las definiciones modernas de la realidad pue. den identificarse con pasos especificos en su programa cientffico. En- . Estaremos entonces en situacién de analizar mas cercanamente la naturaleza de la vision del mundo encan- tado, las fuerzas historicas que llevaron a su colapso y, finalmente, las posibilidades que existen para una forma moderna y crefble de reen- cantamiento, un cosmos una vez mas nuestro. 24

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