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Unidad 1
Introducción al Derecho del Trabajo
Sesión 2
Fuentes y legislación del Derecho del
Trabajo en México
Texto de apoyo
Módulo 10. Relaciones individuales de trabajo
Unidad 1. Introducción al Derecho del Trabajo
Sesión 2. Fuentes y legislación del Derecho del Trabajo en México
Texto de apoyo
Índice
Presentación.......................................................................................................................................... 2
Fuentes del Derecho del Trabajo ........................................................................................................... 3
El artículo 123 constitucional y sus apartados ....................................................................................... 5
Apartados A y B ................................................................................................................................. 7
Leyes que regulan el trabajo en México ................................................................................................. 8
Autoridades del trabajo .......................................................................................................................... 9
Funciones administrativas y jurisdiccionales ...................................................................................... 9
Cierre................................................................................................................................................... 11
Fuentes de consulta ............................................................................................................................ 11
Presentación
En esta sesión analizarás las fuentes del Derecho Laboral, además de los antecedentes históricos del
artículo 123 y su importancia en materia jurídica. Dicho artículo reconoce todos y cada uno de los
derechos laborales en nuestro país, mientras que el artículo 5 establece el derecho al trabajo como
uno de los derechos humanos fundamentales.
Asimismo, y como parte del análisis sobre la aplicación de la norma laboral, identificarás las
autoridades que la regulan administrativa y jurisdiccionalmente, con base en el artículo 523 de la Ley
Federal del Trabajo (LFT).
Como en módulos anteriores se ha hecho referencia, las fuentes del derecho constituyen los orígenes
de los que emanan los derechos y las obligaciones jurídicas de las personas, que en el campo laboral
se encuentran contenidos en el artículo 17 de la Ley Federal del Trabajo, el cual a la letra establece:
A falta de disposición expresa en la Constitución, en esa ley o en sus reglamentos, o en los tratados a
que se refiere el artículo 6º, se tomarán en consideración sus disposiciones que regulen casos
semejantes, los principios generales que deriven de dichos ordenamientos, los principios generales del
derecho, los principios generales de justicia social que derivan del artículo 123 de la Constitución, la
jurisprudencia, la costumbre y la equidad.
Conforme a la transcripción del artículo, se da cuenta de la disposición por aplicar en primer lugar las
normas más favorables al trabajador, sea cual fuere su jerarquía formal, o bien, en otros términos:
“toda disposición que favorezca al trabajador sobre cualquiera otra, independientemente de su
jerarquía, se aplicará de manera preferente” (Dávalos, 2017:387).
Las fuentes del Derecho Laboral pueden ser de origen formal o material. Mientras que las formales se
originan en las manifestaciones de la voluntad creadora del derecho, las fuentes materiales se generan
de la estructura de la autoridad creadora de la norma.
Los sindicatos son un ejemplo de autoridad creadora de la norma, que en este caso
se trata de un grupo social. No se encuentra en posibilidad de imponer en el
ordenamiento legislativo, pero aportan elementos para el conocimiento del derecho,
así como la aplicación de la norma.
La analogía: Es un método de investigación aplicable al derecho del que a partir de una norma
concreta, se deducen de ésta nuevas consecuencias, diferentes de las expresadas en la ley, lo
cual es distinto de la interpretación, pues esta última busca comprender el sentido de una norma
ya formulada.
La costumbre: Pueden ser trascendencia local o regional y que al incluirse en los convenios
colectivos se homologan con la ley.
El uso comporta un elemento objetivo; un hábito seguido y practicado durante largo tiempo en la
profesión y la región y, por otra parte, un elemento subjetivo (opinio necessitatis: la creencia de que es
hábito es imperativo). El uso, por su modo de obrar colectivo, constituye un elemento de la costumbre en
su fase embrionaria. Aunque no debe confundirse el uso con la costumbre. Porque si bien el uso es una
repetición continuada de actos de la misma clase, esto no es suficiente para que constituya una
costumbre, como fuente de derecho. Para que surja la costumbre jurídica, es necesario que la repetición
constante sea avalada por la persuasión de que la reiteración misma es absolutamente obligatoria, esto
es, que los demás puedan exigirla y no depende, por tanto, del mero arbitrio subjetivo (Pérez, 1983:85).
Suele referirse a su origen revolucionario, puesto que el mismo se encuentra ligado a la aspiración por
satisfacer las necesidades básicas de todos, aquellas sin las cuales no se puede dar cuenta de una
vida plena, para la cual se establece la disposición de un estándar mínimo de condiciones económicas
y sociales a los trabajadores, sirviendo de base además para el desarrollo progresivo social basado en
la producción capitalista-industrial.
La comisión del Congreso Constituyente, presidida por Francisco J. Mújica, rechazó energéticamente las
limitaciones al campo de aplicación del derecho del trabajo, evitando sutilezas en la interpretación por los
partidarios del derecho privado, quienes hasta esa fecha insistían en que tales relaciones no se
incluyeran en la Constitución. Afortunadamente no fue así, pues la expresión constitucional es
terminante: “Y de una manera general todo contrato de trabajo”. Con ello se dejaron a un lado las
suspicacias e interpretaciones tergiversadas de quienes intentaban desvirtuar el sentido auténtico que el
Constituyente quiso darle, que no fue el de crear un régimen de excepción, sino la inclusión en él de toda
la clase trabajadora (IIJ, 1998:1275-1276).
Por otra parte, Néstor de Buen expone ciertos aspectos respecto a la contemplación del Derecho
Laboral en la Constitución, que son de llamar la atención, en tanto su inserción no estaba planeada del
todo:
El Nacimiento del 123 es una especie de milagro político. Carranza no tenía ninguna intención social.
Unos meses antes, el 1° de agosto de 1916 había puesto en vigor el famoso decreto que estableció la
pena de muerte para los huelguistas, y tuvo procesado y condenado a muerte aunque después lo
conmutó la pena por la más cómoda de cadena perpetua, a Ernesto Velasco, líder del entonces fundado
Sindicato Nacional de Trabajadores Electricistas (SNTE) que había encabezado la huelga.
Por otra parte, en el Gran debate del Constituyente para la creación de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos de 1917, ponentes como Héctor Victorina, externaron la necesidad de
reformar el antiguo artículo 13 de la Carta Magna para que se crearan tribunales que tuvieran como
finalidad principal el bienestar social, procurando la conciliación entre las partes y aquellas
controversias que no pudieran dirimirse, los tribunales actuarían como árbitros para resolver los
conflictos del trabajo, apegados a la verdad de los hechos. Después de un prolongado debate, se crea
el artículo 123, que en su fracción XX, apartado A, señala la creación de Tribunales del Trabajo:
Las diferencias o los conflictos entre el capital y el trabajo se sujetarán a la decisión de una Junta de
Conciliación y Arbitraje formada con igual número de representantes de los obreros y de los patrones y
uno del gobierno.
Y es así que el 27 de enero de 1917, queda aprobado el artículo 123 de la Constitución, consagrando
las garantías más importantes de los trabajadores. No obstante, con la creación de las Juntas de
Conciliación y Arbitraje surgieron muchas anomalías e irregularidades en la solución de los conflictos
de trabajo, pues las juntas laborales no fueron creadas como tribunales jurisdiccionales y de ejecución
de sus laudos, de tal suerte que la intervención de los tribunales comunes generaban retraso en la
impartición de justicia laboral y restaban credibilidad a dichas autoridades. A pesar de ello, la Suprema
Corte de Justicia de la Nación, el 1° de febrero de 1924 emite una ejecutoria determinando que las
juntas son verdaderos tribunales resolutores de conflictos laborales, con el poder coercitivo para hacer
cumplir sus laudos.
Apartados A y B
Originalmente no había apartados en dicho artículo. En 1931, en la Ley del Trabajo, se habla del
apartado “A” y, posteriormente en 1960, al crearse la Ley Burocrática, se introduce el apartado “B”.
Apartado A: Regula las relaciones laborales entre trabajadores y patrones de la iniciativa privada,
abarcando incluso las actividades de algunas empresas paraestatales que contraten los servicios
personales y subordinados de un trabajador. La ley reglamentaria es la Ley Federal del Trabajo.
Apartado B: Por otra parte este apartado regula las relaciones de trabajo establecidas entre el
gobierno y sus trabajadores. La Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado, es su ley
reglamentaria, la cual al igual que la Ley Federal del Trabajo tiene entre sus objetivos limitar la
jornada laboral, otorgar un descanso semanal, proporcionar vacaciones anuales, realizar el pago
justo del salario, entre otros. El jurista Euquerio Guerrero define a los trabajadores burocráticos de
la siguiente manera:
Es toda persona que presta un servicio físico, intelectual o de ambos géneros en virtud de nombramiento
expedido o por figurar en las listas de raya de los trabajadores temporales, con lo que nos está indicando
dos clases de trabajadores, los que son de tiempo indefinido y los temporales, agregando el artículo 12,
a los trabajadores por obra determinada, los trabajadores por tiempo fijo (1983:522).
A ninguna persona podrá impedirse que se dedique a la profesión, industria, comercio o trabajo que le
acomode, siendo lícitos. El ejercicio de esta libertad sólo podrá vedarse por determinación judicial,
cuando se ataquen los derechos de tercero, o por resolución gubernativa, dictada en los términos que
marque la ley, cuando se ofendan los derechos de la sociedad. Nadie puede ser privado del producto de
su trabajo, sino por resolución judicial.
La ley determinará en cada entidad federativa, cuáles son las profesiones que necesitan título para su
ejercicio, las condiciones que deban llenarse para obtenerlo y las autoridades que han de expedirlo.
Nadie podrá ser obligado a prestar trabajos personales sin la justa retribución y sin su pleno
consentimiento, salvo el trabajo impuesto como pena por la autoridad judicial, el cual se ajustará a lo
dispuesto en las fracciones I y II del artículo 123.
En cuanto a los servicios públicos, sólo podrán ser obligatorios, en los términos que establezcan las
leyes respectivas, el de las armas y los jurados, así como el desempeño de los cargos concejiles y los de
elección popular, directa o indirecta. Las funciones electorales y censales tendrán carácter obligatorio y
gratuito, pero serán retribuidas aquéllas que se realicen profesionalmente en los términos de esta
Constitución y las leyes correspondientes. Los servicios profesionales de índole social serán obligatorios
y retribuidos en los términos de la ley y con las excepciones que ésta señale.
El Estado no puede permitir que se lleve a efecto ningún contrato, pacto o convenio que tenga por objeto
el menoscabo, la pérdida o el irrevocable sacrificio de la libertad de la persona por cualquier causa.
Tampoco puede admitirse convenio en que la persona pacte su proscripción o destierro, o en que
renuncie temporal o permanentemente a ejercer determinada profesión, industria o comercio.
El contrato de trabajo sólo obligará a prestar el servicio convenido por el tiempo que fije la ley, sin poder
exceder de un año en perjuicio del trabajador, y no podrá extenderse, en ningún caso, a la renuncia,
pérdida o menoscabo de cualquiera de los derechos políticos o civiles.
La falta de cumplimiento de dicho contrato, por lo que respecta al trabajador, sólo obligará a éste a la
correspondiente responsabilidad civil, sin que en ningún caso pueda hacerse coacción sobre su persona.
Por otra parte, la Ley Federal del Trabajo (LFT), con fundamento en el artículo 123 constitucional,
reglamenta y fortalece desde su primera edición en 1931, pero es hasta su reformulación en 1968 que
se genera la iniciativa de Ley para otorgar nuevos beneficios a la clase trabajadora. Al respecto, De la
Cueva opina lo siguiente:
La nueva ley no es una obra final, por lo que deberá modificarse en la medida en que lo exija el proceso
creciente del progreso nacional, para acoger los grupos de trabajadores aún marginados y para
superarse constantemente, hasta la meta final las condiciones de vida de los hombres sobre cuyos
cuerpos está construida la civilización (1990:60).
Al tratar sobre las funciones administrativas de Estado en materia laboral, es de tenerse siempre
presente que el Derecho del Trabajo se caracteriza por adecuarse a las necesidades cambiantes del
desarrollo social, por lo que el Estado no puede realizar sus labores a través de un solo órgano y se
organiza en cambio, en la diversificación de instituciones administrativas, ordenando de este modo
algunas de las diversas facetas de lo administrativo en los asuntos laborales.
En cuanto a las autoridades jurisdiccionales, puede señalarse que están constituidas por los órganos
con la potestad legal de aplicar las normas de trabajo y de imponer a las partes su resolución. Los
conflictos que conocen y resuelven, son los siguientes:
- Conflictos individuales: Son los que se dan entre cada trabajador y patrón.
- Conflictos colectivos: Son aquéllos en los que se ponen en juego los intereses de toda o parte
de una comunidad obrera.
Conflictos entre trabajadores y patronos: Son en los que se afecta el interés general de la
comunidad obrera y posee una naturaleza jurídica, porque en ambos hay un derecho preexistente,
una convención colectiva o un mandato legal, cuya violación se demanda.
Conflictos económicos: Plantean la necesidad o conciencia colectiva de crear condiciones nuevas
de prestación de servicios.
Cierre
Cierre
Fuente: Flaticon
No obstante que la clasificación de las fuentes del Derecho Laboral pareciese establecer un orden
jerárquico en su aplicación, es de recordarse que su ejecución se rige por el principio de mayor
conveniencia que pueda acarrear al trabajador, sea cual fuere su jerarquía formal.
Fuentes de consulta
Fuentes de consulta
Fuente: Flaticon
Dávalos Morales, J. (2017, enero-abril). Los principios generales del Derecho en la interpretación
del Derecho del Trabajo. Boletín Mexicano de Derecho Comparado, (38), 381-398. Recuperado de
https://revistas.juridicas.unam.mx/index.php/derecho-comparado/article/view/1487/1745
De Buen, N. (2001). La decadencia del Derecho del Trabajo. México: Porrúa.
De Buen, N. (2005). Derecho del Trabajo, t.1. México: Porrúa.
De la Cueva, M. (1990). El nuevo Derecho del Trabajo. Tomo I. Historia, principios fundamentales,
derecho individual y trabajos especiales (12ª ed.). México: Porrúa.
Guerrero, E. (1983). Manual de Derecho del Trabajo 1 (3ª ed.). México: Porrúa.
Instituto de Investigaciones Jurídicas [IIJ]. (1998). Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, comentada (12ª ed.). México: UNAM.
Pérez, B. (1983). Derecho del Trabajo. Buenos Aires: Astrea. Recuperado de:
https://archivos.juridicas.unam.mx/www/bjv/libros/9/4458/7.pdf
Legislación
Unidad 1
Introducción al Derecho del Trabajo
Sesión 1
Definición y sujetos del Derecho del
Trabajo
Texto de apoyo
Módulo 10. Relaciones individuales de trabajo
Unidad 1. Introducción al Derecho del Trabajo
Sesión 1. Definición y sujetos del Derecho del Trabajo
Texto de apoyo
Índice
Presentación.......................................................................................................................................... 2
Antecedentes del Derecho del Trabajo .................................................................................................. 3
La sociedad individualista y liberal ..................................................................................................... 3
Surgimiento de la burguesía y el proletariado..................................................................................... 4
Época de la tolerancia ........................................................................................................................ 5
Etapa de la reglamentación ................................................................................................................ 6
Hechos pre revolucionarios en México y su relación en el ámbito laboral .......................................... 7
El Constituyente de 1917 y su relación con el Derecho social ............................................................ 9
Los derechos sociales ...................................................................................................................... 10
Definición del Derecho del Trabajo ...................................................................................................... 11
Clasificación del Derecho del Trabajo .............................................................................................. 12
Esencia, características y finalidades del Derecho del Trabajo ........................................................ 13
Principios del Derecho del trabajo .................................................................................................... 13
Rama del Derecho a la que pertenece el Derecho del Trabajo ............................................................ 14
Conceptos principales en Derecho Laboral.......................................................................................... 16
Trabajador........................................................................................................................................ 16
Trabajador de confianza ............................................................................................................... 17
Patrón .............................................................................................................................................. 18
Representante del patrón ............................................................................................................. 18
Empresa........................................................................................................................................... 18
Outsorcing ........................................................................................................................................ 19
Intermediario .................................................................................................................................... 19
Asociación profesional ..................................................................................................................... 21
Cierre................................................................................................................................................... 22
Fuentes de consulta ............................................................................................................................ 23
Presentación
En esta primera sesión conocerás la relación entre trabajo y Derecho a través de la historia, partiendo
del análisis entorno a algunas de las corrientes de pensamiento que han influido en la materia, para
después adentrarte brevemente en el contexto político y social mexicano. Si bien el Derecho del
Trabajo surge con el propósito de regular esta parte de la vida humana, el trabajo no siempre tuvo una
regulación. Es por ello que para conocer los orígenes de este Derecho, es pertinente conocer aquellas
necesidades que provocaron su asentamiento legislativo, dando cuenta después de la diversidad de
definiciones generadas a su alrededor, así como de su naturaleza jurídica, clasificación, principios y
sujetos.
Los clásicos del liberalismo son: Adam Smith, David Ricardo, John
Locke, los fisiócratas y John Stuart Mill, quienes tenían como
Adam Smith
Fuente: http://bit.ly/2pBHgcD bandera el lema “dejar hacer; dejar pasar”, con lo que se buscaba
la cancelación de políticas sociales y el surgimiento de un Estado
disminuido en sus intervenciones en la economía. En este sentido, John Locke señalaba que la
libertad se preserva con la división del poder, sustentando que el mejor gobierno es el que gobierna
menos. Por otra parte, Harold Laski planteaba lo siguiente:
¿Qué es, pues, este liberalismo de que vamos a tratar? No es fácil describirlo, y menos definirlo, pues
apenas si es menos un hábito mental que un cuerpo de doctrina. Como doctrina, se relaciona sin duda
directamente con la noción de libertad pues surgió como enemigo del privilegio conferido a cualquier
clase social por virtud del nacimiento o la creencia. Pero la libertad que buscaba tampoco ofrece títulos
de universalidad, puesto que en la práctica quedó reservada a quienes tienen una propiedad que
defender. Casi desde los comienzos lo vemos luchar por oponer diques a la autoridad política, por
confinar la actividad gubernamental dentro del marco de los principios constitucionales y, en
consecuencia, por procurar un sistema adecuado de derechos fundamentales que el Estado no tenga la
facultad de invadir. Pero aquí también, al poner en práctica esos derechos, resulta que el liberalismo se
mostró más pronto e ingenioso para ejercitarlos en defensa de la propiedad, que no para proteger y
amparar bajo su beneficio al que no poseía nada que vender fuera de su fuerza de trabajo. Intentó,
siempre que pudo, respetar los dictados de la conciencia, y obligar a los gobiernos a proceder conforme
Para conocer más sobre esta doctrina política, económica y social, se sugiere la
revisión del siguiente video:
Asimismo, el Estado protegía a la burguesía al ostentar ésta los bienes de la producción y al depender
de este grupo el desarrollo industrial de las naciones. Al surgir el fenómeno técnico de la Revolución
Industrial, (1760) se desencadena a la vez el fenómeno de traslado de la gente del campo a las
ciudades para trabajar, lo cual da origen al proletariado. Ante esta dinámica se concentran a los
trabajadores en centros de trabajo, en condiciones insalubres, a la vez que se prolonga
inhumanamente la jornada de trabajo, no existiendo consideraciones además para el trabajo de niños
y mujeres.
Por otra parte, se crearon normas como el Edicto Turgot (12 de marzo de 1776), que puso fin al
sistema corporativo y la Ley Le Chapelier (junio de 1791), que significó la total oposición del Estado a
la organización de los trabajadores para defender condiciones más humanas en la prestación del
servicio, dado que éstas representaban un impedimento para el crecimiento del capitalismo. Con ello,
se pretendía defender el interés particular del individuo sobre el colectivo, lo cual no se alcanzaba
cuando los trabajadores en unión buscaban tener injerencias en las condiciones de trabajo impuestas
en las fábricas.
Se señalaba como ilegal pretender reducir las jornadas laborales o incrementar sus percepciones
económicas. Es por ello que el Código Penal Napoleónico consagró como delitos la coalición y la
huelga, pues impedían el desarrollo de la economía. Dicha prohibición, suscitada en Francia, fue
seguida por la mayoría de los países europeos.
Para conocer más sobre la prohibición a los trabajadores para fijar condiciones
laborales, consulta la Ley Le Chapelier que se pone a disposición en la siguiente liga:
http://ghescuela.blogspot.mx/2010/12/ley-le-chapelier-de-14-de-junio-de-1791.html
La desigualdad social, política y económica vivida en el siglo XVIII da lugar a la primera revolución en
el mundo en 1789, en Francia. En esta se muestra una total oposición al absolutismo monárquico, en
donde el proletariado se une para externar su inconformidad con las diversas explotaciones a las que
eran víctimas. Como una de las consecuencias intelectuales de esta revolución, De Buen recuerda que
en el desarrollo de la obra de François Noel Babeuf entorno al comunismo proletario, surge la idea de
lucha de clases.
El documento del grupo, “Manifiesto de los iguales” pondría el acento en la necesidad de que la igualdad
formal invocada por el liberalismo triunfante, pudiera convertirse en la igualdad económica. En ese
documento se dice que la “Revolución francesa no es sino la vanguardia de otra revolución mayor, más
solemne: la última revolución” y se indica que los hombres tienden a “algo más sublime y más equitativo
¡el bien común, o la comunidad de bienes!” (De Buen et al., 1997:27).
Época de la tolerancia
Carlos Marx y Federico Engels crean el Manifiesto del Partido Comunista a efecto de producir una
conciencia en el proletariado sobre su importancia, como parte de los factores de la producción,
además de señalar constructivamente que el pensamiento utopista subraya los antagonismos, pero
omiten las condiciones materiales de emancipación del proletariado, sólo apostando a la buena
voluntad de los empresarios.
Etapa de la reglamentación
Antes de la reglamentación de los derechos laborales por el Estado, sólo existía el Derecho Público y
el Derecho Privado. Por lo tanto, las relaciones de trabajo se regulaban bajo el marco del Derecho
Privado, donde en teoría, los particulares (patrón y trabajador) establecían los derechos y obligaciones
en los contratos laborales, pero en la práctica, quién poseía mayor poder económico (el patrón),
imponía las normas bajo las cuales se desempeñaba el trabajo a favor de la producción.
No obstante, en 1848 se producen una serie de acontecimientos socialmente importantes, como por
ejemplo, la declaración de la República Francesa en la que se consagra en su Constitución el derecho
al trabajo, y aunque no figuraría por mucho tiempo ante la derrota de la Revolución, el 25 de junio,
posteriormente se sostendría la idea del internacionalismo proletario, la unión internacional de los
trabajadores y el surgimiento del pensamiento anarquista a partir de la pluma de Bakunin, Pierre-
Joseph Proudhon y Kropotkin.
Antes del nacimiento formal del derecho del trabajo, la tarea de establecer las normas, por la vía de las
exigencias, correspondió a los múltiples congresos obreros que se celebraron a partir de la mitad del
siglo XIX (De Buen et al., 1997:30).
Estos Congresos se desarrollan en ciudades como Londres, Ginebra, Lausana, Bruselas, Basilea, La
Haya, Filadelfia, Verna, Verviers, Gante, Coire y París. Pero fue hasta la Segunda Internacional
cuando se establecen de forma concreta las condiciones de trabajo:
Ante este movimiento, el Estado da cuenta de la existencia de relaciones desiguales entre particulares
que provocan violaciones a los derechos fundamentales de una de las partes, por lo que surge la
necesidad de proteger a los más débiles, a efecto de poder nivelar sus desigualdades, además de
intervenir en la vida económica y social, dando como consecuencia el surgimiento a los derechos
sociales, con un elevado contenido humano.
Como antecedentes dentro del contexto histórico mexicano, además del movimiento revolucionario
que fue una de las bases del establecimiento legal en materia laboral, existieron algunas
reglamentaciones tendientes a beneficiar a la clase trabajadora, tales como las leyes de Accidentes de
Trabajo conocidas como Ley de Villada (1904) que dice: “…en los casos de riesgo de trabajo, debía el
patrón prestar la atención médica requerida y pagar el salario de la víctima hasta por tres meses” (De
la Cueva, 1990: 43), mientras que en la Ley de Bernardo Reyes, se establece la obligación del patrón
de indemnizar a los trabajadores en los casos de accidentes y enfermedad profesional, considerando
que todo accidente era profesional, mientras no se demostrara lo contrario. Esta indemnización llegaba
al importe de dos años de salario para los casos de incapacidad permanente total.
Cananea: Se originó en el Estado de Sonora, duró del 31 de mayo al 31 de junio de 1906. Sus
inconformidades principales fueron los bajos salarios, la desigualdad respecto a los extranjeros y
el recargo de trabajo para aumentar las ganancias de la empresa. Detrás de dicho movimiento,
existía una dirección política por la influencia ideológica magonista, a partir de la cual se funda el
Partido Liberal Mexicano que lanza –el 1 de julio de 1906– el documento llamado Programa y
Manifiesto a la Nación Mexicana, de la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano, en San
Luis Missouri, el cual sustenta la base ideológica de la Revolución Mexicana, así como los
principios para la creación del artículo 123 constitucional. En éste se estipulaba las jornadas
máximas, el salario mínimo, el alojamiento higiénico, el pago de indemnizaciones por accidentes
de trabajo, etcétera.
Río Blanco: Se originó en el año de 1907 y su principal motivación era la acción opresora del
capitalismo industrial contra la organización sindicalista de los trabajadores hilanderos que
pretendían mejorar la situación de los obreros, ante el rechazo de los patrones para negociar las
condiciones de trabajo.
El artículo 123 refleja la más grande aspiración de los trabajadores en cuanto al reconocimiento de la
justicia social, buscando el equilibrio de los factores de la producción, a efecto de desaparecer las
desigualdades económicas entre patrones y trabajadores, consolidándose de esta manera la justicia
social en la vida nacional.
Después del triunfo de la Revolución Mexicana, el país vio incrementado en gran medida el número de
su población, lo que generó una sociedad expansiva de consumo y, con ello, el aumento de la
producción industrial y de las organizaciones sindicales. Aun con el artículo 123 constitucional y las
leyes locales de los estados, la regulación del Derecho Laboral era insuficiente para atender los
problemas de trabajo que se estaban presentando en la época, como era el caso de los conflictos
suscitados por la expansión de las industrias a lo largo del territorio nacional, lo que ocasionaba que en
cada entidad federativa, un conflicto de la misma empresa se resolviera de manera distinta por las
juntas locales, lo que afectaban de manera importante la certeza jurídica, incluso alteraba el rumbo de
la economía nacional, pues al aprobarse el artículo 123, se había facultado al Congreso de la Unión
para dictar leyes laborales solamente respecto al Distrito Federal, dejando en libertad a cada
legislatura estatal para dictar sus propias leyes.
Esto provocó que en el año de 1929 se presentara una iniciativa de reforma a la fracción X del artículo
73 constitucional, relativa a las facultades del Congreso y al proemio del artículo 123, para que pudiera
expedirse una ley de trabajo que respondiera a las circunstancias de la época que se vivía y que
creara seguridad para obreros y patrones, logrando el desarrollo de nuevas fuentes de trabajo al
estimular actividades honestas y apegadas a la ley, obteniendo con ello el desarrollo integral y
armónico de la Nación, proponiendo la creación de una ley de trabajo que sería unitaria y expedida por
el Congreso Federal, correspondiendo su aplicación tanto a las autoridades federales, como a las
locales.
El primer proyecto se conoció con el nombre de “Proyecto de Código Federal de Trabajo”, presentado
el 29 de julio de 1929; sin embargo, fue rechazado por la oposición de la Confederación Regional
Obrera Mexicana (CROM), que encontró puntos inconvenientes en materia de libertad sindical y
derecho de huelga. El segundo proyecto fue presentado por la Secretaría de Industria, Comercio y
Trabajo, ya como Ley Federal del Trabajo, la cual fue promulgada el 18 de agosto de 1931 por el
presidente Pascual Ortiz Rubio, declarándose derogadas todas las leyes y decretos expedidos con
anterioridad por las legislaturas de los Estados y por el Congreso de la Unión en materia de trabajo.
En los motivos del Proyecto de Ley Federal del Trabajo, se estableció que los preceptos contenidos en
el artículo 123 constitucional no eran suficientes para lograr una plena armonía en las relaciones
obrero-patronales, por lo que era necesario expedir una ley que respondiera al interés social.
Estos derechos pertenecen también a los derechos fundamentales, como una cuestión de justicia más
que de política, otorgando una protección mínima en el marco constitucional, donde opera la
supremacía y la artificialidad. La supremacía porque sus decisiones son superiores a cualquier otro
órgano, en el cual debe someterse a los derechos otorgados, los cuales no son negociables. La
artificialidad se refiere a que estos derechos carecen de fines propios y existen sólo para salvaguardar
las libertades y seguridad de los que protegen.
Así, el Derecho del Trabajo, como parte del Derecho Social, viene a romper la teoría tradicionalista
bipartita, en donde se divide al individuo como empleado y ciudadano, haciendo en cambio que se le
reconozca siempre como parte de la sociedad. Gustavo Radbruch ha sostenido que toda norma
jurídica debe buscar la justicia, la seguridad jurídica y el bien común. Respondiendo a ello, el Derecho
Social se dirige a la generalidad de una sociedad.
La idea central en la que el Derecho Social se inspira no es la idea de la igualdad de las personas, sino
de la nivelación de las desigualdades que entre ellas existe, la igualdad deja de ser, así, punto de partida
del Derecho, para convertirse en meta o en aspiración del orden jurídico (1965:160-161).
El Derecho Social comprende el conjunto de normas jurídicas que tutelan los intereses sociales, es
decir, los intereses de la nación. Como no todos los intereses de un país son los mismos, los que se
velan representan la mayoría de una colectividad, satisfaciendo alguna necesidad, solucionando o
evitando algún problema que afecte a dicho grupo y mejorando sus condiciones de vida encaminado a
buscar la justicia social.
Al tratarse de una disciplina que regula relaciones en desigualdad, busca el equilibrio entre los factores
de la producción y la justicia social, procurando al hombre que trabaja una existencia digna de toda
persona humana, tanto en el aspecto económico como en la salud y la moral.
En tanto varios autores proponen definiciones sobre la materia atendiendo al fin que persiguen,
tenemos que, para Trueba-Urbina el Derecho del Trabajo es:
El conjunto de principios, normas e instituciones que protegen, dignifican y tienden a reivindicar a todos
los que viven de sus esfuerzos materiales e intelectuales, para la realización de su destino histórico:
socializar la vida humana (1977:135).
De la Cueva también toma en cuenta su finalidad y lo define como “la norma que propone realizar la
justicia social en equilibrio de las relaciones entre el trabajo y el capital” (1990:85), encontrando en su
finalidad el equilibrio que se busca con la protección de los trabajadores para ponerlos en un plano de
igualdad frente a los patrones y lograr así la justicia social. De Buen hace una conjunción de los dos
conceptos anteriormente señalados al definir al nuevo derecho como:
El conjunto de normas relativas a las relaciones que directa o indirectamente derivan de la prestación
libre, subordinada y remunerada, de servicios personales y cuya función es producir el equilibrio de los
factores en juego mediante la realización de la justicia social (1997:138).
El conjunto de principios y normas que regulan, en su aspecto individual y colectivo, las relaciones entre
trabajadores y patronos; entre trabajadores entre sí y entre patronos entre sí, mediante intervención del
Estado, con objeto de proteger y tutelar a todo aquel que preste un servicio subordinado, y permitirle vivir
en condiciones dignas, que como ser humano le corresponden para que pueda alcanzar su destino
(2003:39).
Con lo anterior, se establece que el Derecho del Trabajo regula no sólo a los trabajadores y su relación
con los patrones, también regula las relaciones que pueden presentarse entre ellos mismos y los
nuevos organismos laborales.
La finalidad que persigue el Derecho del Trabajo, como lo señala Dávalos, es “elevar las condiciones
de vida de los trabajadores utilizando los medios existentes y contribuir al establecimiento de un orden
social justo” (2008:25). Conforme a lo anterior, el Derecho Laboral tiene por objeto el equilibrio y la
armonía de dos fuerzas no sólo sociales, sino también económicas que como el capital y el trabajo
deben conjugarse en beneficio de la colectividad.
Su fin último [del Derecho Laboral] es procurar la elevación del nivel de vida de los trabajadores, a lo que
se puede llegar mediante fórmulas tan elementales como el dar alimentos, vivienda o ropa, o bien, si las
circunstancias lo permiten, mediante la transformación de la estructura económica” (De Buen, 1997:140).
A ninguna persona podrá impedirse que se dedique a la profesión, industria, comercio o trabajo que le
acomode, siendo lícitos. El ejercicio de esta libertad sólo podrá vedarse por determinación judicial,
cuando se ataquen los derechos de tercero, o por resolución gubernativa, dictada en los términos que
marque la ley, cuando se ofendan los derechos de la sociedad…
Igualdad: Busca la nivelación de las condiciones de trabajo, procurando que los beneficios a un
trabajador se extiendan a quienes cumplen con un trabajo igual, sin que exista de este modo
distinción alguna.
Dignidad humana: Consiste en el respeto de sí mismo y de los demás, en tanto salvaguarda de la
dignidad, entendida como esencia del ser humano.
Existencia decorosa: Consiste en la procuración de un nivel económico que le permita al
trabajador disfrutar de las comodidades y diversiones que ofrece la vida actual.
Estabilidad en el empleo: Todos los trabajadores tiene derecho de conservar su empleo, salvo que
hubiera una causa justa para privarle de éste o bien, que el trabajador no quiera continuar en su
trabajo.
Equilibrio entre trabajador y patrón: Se entiende en el sentido de proteger a los trabajadores con el
propósito de que consigan a través de la negociación o contratación colectiva, las prestaciones
que permitan igualar su condición con los patrones.
Como has podido analizar, el Derecho del Trabajo ha evolucionado, conforme el hombre se desarrolla
en las diversas etapas de la historia mundial. Por ello han existido distintas concepciones para
enmarcar a la disciplina que estudias, recibiendo nombres como: Derecho Laboral, Derecho Obrero,
Derecho del Trabajo, Derecho Social, Derecho Industrial, Nuevo Derecho, etcétera. Del mismo modo,
existen diversas definiciones que atienden a la evolución que ha presentado, puesto que la historia del
trabajo es, sin duda alguna, la historia del hombre.
Uno de los problemas y contradicciones que más se presentan entre los doctrinarios es el saber si la
materia que estudiamos debe denominarse Derecho Laboral o Derecho del Trabajo. Doctrinarios
consideran que la denominación correcta para determinar esta materia es la de Derecho Laboral, ya
que el vocablo laboral se enfoca con más precisión al objetivo de la disciplina. Dicha palabra deriva del
latín laborans, laboraantis, el que labora o trabaja, todo aquello relativo al trabajo, que abarca su
aspecto económico, jurídico y social; por otra parte, el término trabajo, tiene una connotación más
amplia, pues comprende el empleo de fuerzas y acciones hacia un fin útil, como situación de potestad,
facultad y obligación de todo individuo.
Se considera que dada la legislación que regula esta disciplina y a la denominación que la mayoría de
sus estudiosos en nuestro país le dan, es más correcto hablar de Derecho del Trabajo. Sin embargo, a
fin de cuentas, más importante que su denominación es el fin que persigue.
Asimismo, la naturaleza del Derecho del Trabajo también versa sobre su ubicación dentro del Derecho
Público o Privado (social).
Del Derecho Público y Privado: se dice que se está frente a un Derecho Público cuando se tutela un
derecho no patrimonial, y cuando se tutela un derecho patrimonial, se está frente a normas del Derecho
Privado. Aunque hay que recordar que no todos los derechos patrimoniales son de Derecho Público
(Gómez, 2012:14).
Por otra parte, Dávalos señala que para distinguir la norma que rige a los sujetos de la relación
jurídica, debe distinguirse el plano en el que se encuentra dicha relación:
Si los sujetos se encuentran en el mismo plano, se está frente a una norma de Derecho Privado; […] si
uno de los sujetos de la relación está en un plano de superioridad, se está frente a una norma de
Derecho Público (2008:26).
También debe considerarse que si los sujetos de la relación se encuentran en un plano de igualdad,
pueden situarse en normas de Derecho Público (como los tratados internacionales). Por otra parte, es
importante considerar la naturaleza de la norma, ya que si una de las partes pone a la otra las
condiciones del contrato, se está frente a normas del derecho público; pero si las partes tienen
dificultades para discutir las condiciones o normas reguladoras del contrato, se está frente al derecho
privado.
Dentro de las relaciones individuales de trabajo encontramos dos elementos subjetivos, que son
regulados por los artículos 8 y 10 de la Ley Federal del Trabajo a saber:
Trabajador: Persona física que presta a otra, física o moral, un trabajo personal subordinado.
Patrón: Persona física o moral que utiliza los servicios de uno o varios trabajadores.
Trabajador
Dado el carácter expansivo del Derecho del Laboral, el concepto de trabajo tiende a ampliarse
progresivamente, por lo que se ha suscitado una gran controversia respecto a quiénes son los
trabajadores sujetos de derechos y obligaciones, indicados en la Ley Federal del Trabajo. Esto en
tanto existen las denominaciones de “trabajadores independientes” o “no asalariados”, en los cuales se
encuentran incluidos los vendedores ambulantes, los conductores de taxis, entre otros, quienes
prestan un servicio empleando su fuerza física o intelectual, para obtener una ganancia y que no son
regulados por las disposiciones laborales, ya que su trabajo no se encuentra subordinado a otra
persona.
De esta forma, el servicio prestado por el trabajador debe ser “subordinado” para que se regule por la
Ley Federal del Trabajo. Esto es, que no tiene una plena libertad en el desarrollo de las actividades
que se le encomiendan, pues se encuentra dependiendo de las órdenes que en relación al trabajo
contratado le dé el empleador, actividades que pueden ser de orden material o intelectual.
Trabajador de confianza
Es definido en el artículo 9 de la Ley Federal del Trabajo, como aquél que realiza funciones de
dirección, inspección, vigilancia y fiscalización, cuando tengan carácter general, y las que se
relacionen con trabajos personales del patrón dentro de la empresa o establecimiento. De esta forma,
la calidad del trabajador de confianza estará determinada por sus funciones y no por la denominación
del puesto.
Pero, ¿por qué hacer la distinción de los trabajadores de confianza? Porque estos trabajadores tienen
condiciones laborales diversas a las del resto de los trabajadores, tal y como lo establece la Ley
Federal del Trabajo en su artículo 9:
Son funciones de confianza las de dirección, inspección, vigilancia y fiscalización, cuando tengan
carácter general, y las que se relacionen con trabajos personales del patrón dentro de la empresa o
establecimiento.
Los trabajadores de confianza no podrán formar parte de los sindicatos de los demás trabajadores, ni
serán tomados en consideración en los recuentos que se efectúen para determinar la mayoría en los
casos de huelga, ni podrán ser representantes de los trabajadores en los organismos que se integren de
conformidad con las disposiciones de esta Ley.
Una fórmula bastante difundida expresa que los trabajadores de confianza son aquéllos cuya actividad
se relaciona en forma inmediata y directa con la vida misma de la empresa, con sus intereses, con la
realización de sus fines (dirección, administración y vigilancia general). Por dichos motivos se les
restringen ciertos derechos que sí gozan los demás trabajadores, como es el caso de la estabilidad en
el empleo, permitiéndosele al patrón negarle la reinstalación, a cambio de una indemnización.
Patrón
Es quien recibe el trabajo y tiene la facultad de indicar la forma en que debe desarrollarse, es decir,
señala la directriz en la prestación del servicio, estableciendo las reglas para materializarlo.
¿Te has preguntado por qué el gerente de Recurso Humanos de una empresa puede despedir a los
trabajadores? Los patrones pueden ejercer su poder de mando de manera personal, si son personas
físicas, o lo pueden efectuar a través de sus representantes, quienes son los que ejercen funciones de
dirección o administración dentro de la organización de la fuente de trabajo. Los actos de los
representantes del patrón los obligan en sus relaciones para con los trabajadores, pues algún evento
que realice el representante patronal respecto a las relaciones laborales, se entenderá que es el propio
patrón quien lo realiza.
Empresa
La empresa, desde una perspectiva jurídico laboral, se identificó históricamente como el espacio natural
en el cual se desarrollaban las relaciones de producción a las cuales estaba destinado el Derecho del
Trabajo, de tal manera que era ahí donde patrón y trabajador coincidían en el tiempo y el espacio, no
sólo para hacer funcionar los procesos de producción, sino que también era ahí donde se expresaban de
manera objetiva las contradicciones clasistas que han caracterizado las relaciones obrero-patronales, tal
y como lo señalaban desde mediados del siglo pasado autores europeos, como G. Lyon Caen, en contra
de las opiniones institucionalistas que veían en la empresa una comunidad de intereses coincidentes
(Reynoso, 2014:137).
La Ley Federal del Trabajo hace una distinción entre lo que es la empresa y el establecimiento:
Artículo 16.- Para los efectos de las normas de trabajo, se entiende por empresa la unidad económica de
producción o distribución de bienes o servicios y por establecimiento la unidad técnica que como sucursal,
agencia u otra forma semejante, sea parte integrante y contribuya a la realización de los fines de la
empresa.
Outsourcing
Directo (contratista): Ejecuta obras o presta servicios con sus trabajadores bajo su dependencia, a
favor de un patrón indirecto.
Indirecto (contratante): Fija las tareas del contratista y supervisa el desarrollo del servicio o
ejecución de la obra contratada.
El beneficiario del esquema –el contratante– por esta vía puede desprenderse de compromisos y
responsabilidades laborales frente a los trabajadores para delegarlos al contratista, límites que son
poco claros, no obstante el contrato sea fijado por escrito y su estipulación en él sobre las actividades
a realizar por el contratista y el contratante.
Intermediario
Tal como se ha tratado, las relaciones de trabajo existen cuando se presta un servicio personal, de
manera subordinada y mediante la retribución de un salario. Sin embargo, existen personas que
contratan o intervienen en la contratación de otra u otras para que le presten sus servicios a un patrón,
a esta figura se le llama intermediación.
El intermediario no contrata por cuenta propia sino de un tercero, que es el verdadero patrón. No
obstante, deja de ser intermediario cuando tiene elementos propios suficientes para cumplir las
obligaciones que deriven de las relaciones laborales. En este último caso, al intermediario sí se le
considera patrón, siendo solidariamente responsable con los beneficiarios directos de las obras o
servicios.
Intermediario:
- Agencias de colocación: No son patrones.
- Contratistas con solvencia económica: Sí son patrones.
Beneficiarios de los servicios prestados:
- Son solidariamente responsables.
- Deben otorgar a los trabajadores contratados a través de la intermediación los
mismos derechos que tienen sus propios trabajadores.
Contratista:
- Ejecuta obras o presta servicios con sus trabajadores bajo su dependencia, a
favor de un contratante.
- El contratante fija las tareas y supervisa el desarrollo de los servicios o la
ejecución de las obras contratadas.
A efecto de poder distinguir quién es realmente el patrón del trabajador, la siguiente jurisprudencia
dicta lo siguiente:
INTERMEDIARIO EN MATERIA LABORAL. LA CELEBRACIÓN DE UN CONVENIO POR EL QUE MANIFIESTA QUE ASUME LA
RESPONSABILIDAD Y OBLIGACIONES DERIVADAS DE LA RELACIÓN DE TRABAJO Y LIBERA DE ELLAS A UNO O VARIOS
DIRECTO DEL TRABAJO O SERVICIO. La estipulación o convención entre patrones que implique la liberación
extrajudicial de uno o varios de ellos, con motivo de la aceptación de la responsabilidad respecto de la
relación laboral que otro manifieste, supone la figura jurídica del intermediario establecida en el artículo
13 de la Ley Federal del Trabajo, que conforme a este precepto es la persona física o moral que contrata
o interviene en la contratación de trabajadores para que presten servicios a un patrón, es decir, que no
contrate por cuenta propia sino de un tercero, que es el verdadero patrón; sin embargo, cuando dicho
intermediario constituye una empresa establecida que contrata trabajadores y tiene elementos propios
suficientes para cumplir las obligaciones que deriven de esas relaciones laborales, se considera patrón y
no intermediario y, en caso de que no cumpla con ellas, será solidariamente responsable con los
beneficiarios directos de las obras o servicios; ello es así, porque la finalidad del referido precepto es
evitar que las empresas que contratan trabajadores asuman la responsabilidad jurídica de los patrones,
con la posibilidad de que carezcan de solvencia para el cumplimiento de las obligaciones contraídas con
los trabajadores y que con ello se impida que éstos perciban las prestaciones derivadas de sus servicios,
porque los beneficiarios directos de las obras o servicios se protejan con la formalidad de una empresa
aparentemente responsable para eludir sus responsabilidades laborales; de ahí que la celebración de un
convenio que implique la liberación extrajudicial de uno o varios de los patrones, con motivo de la
aceptación de la responsabilidad y obligaciones derivadas de la relación laboral que otro manifieste,
conlleva en sí mismo el reconocimiento de que quien contrata es un intermediario y de que su
intervención tiene por objeto proporcionar trabajadores a otro u otras personas físicas o morales que se
benefician con los servicios de las personas así contratadas; por ende, da lugar al reconocimiento de la
existencia de la relación de trabajo y la responsabilidad solidaria de patrón entre ambos firmantes del
contrato que persigue la liberación extrajudicial de responsabilidad por uno o varios de los signantes.
(Tesis:I.13o.T.300 L).
Asociación profesional
Muchas veces se utilizan como sinónimo los vocablos asociación profesional y sindicato, sin embargo,
no lo son. La propia fracción XVI, del apartado A del artículo 123 constitucional, establece que tanto
trabajadores como patrones pueden agruparse en defensa de sus respectivos intereses a través de
sindicatos o asociaciones profesionales. Así, se puede señalar que la asociación profesional es el
género y el sindicato la especie.
decadentes, sin haberlas reemplazado por otra forma de asociación en armonía con las nuevas
condiciones económicas. De ese modo se habrían evitado grandes males para la sociedad
contemporánea y los gérmenes del malestar del mundo de hoy día.
La sociedad es un organismo vivo en perpetuo devenir; órganos suyos son las profesiones, dentro de las
cuales los individuos, células del organismo social, regidas por la ley de la solidaridad, realizan sus
funciones, cada día más especializadas y diferenciadas, a medida que el progreso técnico exige una
mayor división de trabajo; para la armonización de tales funciones en esta necesaria y compleja
interdependencia, es menester organizar las distintas profesiones y además establecer entre ellas
vínculos de conexión. La profesión constituye una comunicada económica, social y técnica, que actúa
por intermedio de las asociaciones sindicales, sean ellas de trabajadores o de patrones (Walker, s. a.).
Cierre
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Fuente: Flaticon
En esta sesión has vinculado la relación entre trabajo y Derecho, dado que a lo largo de la evolución
histórica de las sociedades no siempre se han encontrado unidas. Identificaste, además, las primeras
nociones de este derecho en cuanto a su naturaleza, definición, características, principios y conceptos
básicos, lo cual constituye un primer acercamiento para explicar su regulación.
Fuentes de consulta
Fuentes de consulta
Fuente: Flaticon
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